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Epis
temologías
queer en la
educación
Diálogos luso-
hispanos
y Horizontes
Compartidos
Editado por
Moira Pérez
Gracia Trujillo-Barbadillo
Estudios Queer y Educació n
Editores de la
serie William F.
Pinar
Departamento de Currículo y Pedagogía
Universidad de Columbia Britá nica
Vancouver, BC, Canadá
Nelson M. Rodríguez
Departamento de Estudios sobre la Mujer, el Género y la
Sexualidad The College of New Jersey
Ewing, NJ, Estados Unidos
Epistemologías queer
en la educació n
Diá logos luso-hispanos y horizontes compartidos
Editores
Moira Pérez
Departamento de Filosofía, Escuela de Gracia Trujillo-Barbadillo
Filosofía y Lenguaje Departamento de Sociología Aplicada,
Universidad de Buenos Aires Facultad de Educació n
Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina Universidad Complutense de Madrid
Madrid, Españ a
Este sello de Palgrave Macmillan es publicado por la empresa registrada Springer Nature
Switzerland AG.
La direcció n de la empresa registrada es Gewerbestrasse 11, 6330 Cham, Suiza
CONTENIDO
1 Introducción 1
Moira Pérez y Gracia Trujillo-Barbadillo
Diálogos en torno a las epistemologías Queer/Cuir en nuestra
(no) región 2
Perspectivas Luso-Hispanas Queer/Cuir en la Educación:
Temas 6
y debates
El contenido de este volumen 10
Mirando al futuro: Limitaciones, retos y potencialidades 16
Referencias 19
v
viCONTENTOS
(im)posible97
Una escuela para todos, ¿una educación en/con la diferencia? 101
Políticas públicas al estilo brasileño: Modos de gobernar en/los
Diferencia106
Restos y huellas de un momento en la experiencia de
La democracia brasileña: Apuntes para continuar con el Queering111
Referencias116
A 217
Acerca del glosario 217
¿Sigues ahí? 218
Anfibios 219
B 220
Negro 220
C 222
Crisis 222
H 222
Hybris 222
I 224
(In)visible 224
M 226
Marica 226
Mariposario 227
Q 228
Pedagogía Queer 228
R 230
Resistencia 230
Referencias236
Índice251
LISTA DE COLABORADORES
Cristina Arenas Escuela de Ciencias del Lenguaje, Universidad del Valle, Cali,
Colombia
Camila Arredondo Escuela de Ciencias del Lenguaje, Universidad del Valle,
Cali, Colombia
Asun Pié-Balaguer Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, Españ a
Jaime Barrientos Universidad Alberto Hurtado, Santiago, Chile
Diana Buriticá Escuela de Ciencias del Lenguaje, Universidad del Valle, Cali,
Colombia
Thalles do Amaral de Souza Cruz Universidade Federal do Rio de Janeiro,
Río de Janeiro, Brasil
Branca Falabella Fabrício Universidade Federal do Rio de Janeiro, Río de
Janeiro, Brasil
Daniel Fernández-Fernández Universidad de Costa Rica, San Pedro,
Costa Rica
val flores, La Plata, Argentina
Daniel J. García López Universidad de Granada, Granada, Españ a
María Laura Gutiérrez Universidad de Buenos Aires / CONICET, Buenos
Aires, Argentina
xi
xiiLISTA DE COLABORADORES
ManuelLópezPereyra
UniversidadIberoamericana,CiudaddeMéxico
México
Luiz Paulo Moita Lopes Universidade Federal do Rio de Janeiro, Río de
Janeiro, Brasil
Florencia Moragas Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, Argentina
Luísa Winter-Pereira Universidade de Coimbra, Coimbra, Portugal
Moira Pérez Universidad de Buenos Aires/CONICET, Buenos Aires, Argentina
Sara I. Pérez Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, Argentina
Adriana M. Pérez-Rodríguez Observatorio de Asuntos de Género de Norte
de Santander, Cú cuta, Colombia
Fernando Altair Pocahy Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Río de
Janeiro, Brasil
Jordi Planella-Ribera Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, Españ a
Francisco Weriquis Silva-Sales Instituto Federal de Piauí, Teresina, Brasil
Germán S. M. Torres Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, Argentina
GraciaTrujillo-Barbadillo Facultad de Educació n,
Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Españ a
Andrés Valencia Escuela de Ciencias del Lenguaje, Universidad del Valle,
Cali, Colombia
LISTA DE CIFRAS
Introducció n
Este proyecto nació del deseo de llevar las perspectivas de habla hispana y
portuguesa sobre la educació n queer al mundo angloparlante, con el fin de
dar má s visibilidad a la producció n teó rica que tiene lugar en nuestra regió n,
y contribuir a los debates actuales sobre los enfoques queer en la educació n
de manera má s amplia. A pesar de que existe una fértil producció n en
Iberoamérica que conecta un marco teó rico queer/cuir1 con cuestiones
relativas a la educació n, la pedagogía, la enseñ anza y la academia, éstas
suelen estar poco representadas en las publicaciones angló fonas existentes.
Esta es la primera vez que un volumen en inglés recopila los trabajos de
académicos que trabajan en contextos de habla hispana y portuguesa. Sus
pá ginas ofrecen una visió n general de algunos de los principales temas,
tendencias y debates que marcan actualmente la producció n teó rica en este
campo, con la esperanza de abrir espacio a nuevos intercambios y sinergias.
Queer Epistemologies in Education se proyectó y realizó a través de una
convocatoria abierta de contribuciones, junto con invitaciones específicas
enviadas por
M. Pérez ()
Universidad de Buenos Aires/CONICET, Buenos Aires, Argentina e-
mail: mperez@filo.uba.ar
G. Trujillo-Barbadillo
Facultad de Educació n, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Españ a
© El autor(es) 20201
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_1
1 INTRODUCCIÓ N11
y nuestra erudició n? ¿Cuá les son las ganancias y cuá les las concesiones que
implica la incorporació n de este término a nuestro trabajo, ya sea en su
grafía inglesa o transformado en cuir y otras variantes? ¿Son posibles los
diá logos luso-hispanos, teniendo en cuenta las tremendas diferencias dentro
y entre los países aquí representados (y los ausentes)? ¿Es posible pensar en
Iberoamérica como una regió n? ¿Por qué abordar la educació n desde las
epistemologías queer/cuir? ¿Có mo debemos entender la "educació n" y có mo
se relaciona con la vida institucional? Y, finalmente, ¿qué han cosechado
hasta ahora las epistemologías queer/cuir de la educació n en nuestra (no)
regió n y hacia dó nde vamos? En esta Introducció n, pretendemos compartir
algunas de nuestras reflexiones sobre estas cuestiones.
Los viajes y vicisitudes de "queer" como concepto y como marco teó rico
han dado lugar a transformaciones, desplazamientos y disputas que superan
con creces lo que se puede resumir en unas pocas líneas. Si "queer" no es
reducible a un ú nico significado en los contextos angló fonos, o en el entorno
aca- mico que dio origen a la teoría queer, ciertamente no puede
homogeneizarse en latitudes en las que el lenguaje, las cosmovisiones, las
identidades y la producció n teó rica son profundamente diversas. ¿Tiene
sentido "queer" como término importado? En algunos contextos de habla
hispana y/o portuguesa, comparte la genealogía y el significado radical que
se reapropió en los orígenes de las teorías y prá cticas políticas queer en
Estados Unidos (Trujillo, 2005, 2016); en otros, sus usos exponen un
recorrido aca- démico que lo sitú a en posiciones raciales y de clase
específicas (Padilha & Facioli, 2015; Vargas Cervantes, 2016; Gonzá lez
Ortuñ o, 2016; Piñ a Narvá ez, 2018; Bello Ramírez, 2018; Pérez & Radi,
2020). En este con- texto, ¿puede lo "queer" mantener algo (o algo) de su
empuje político? Có mo debemos afrontar el hecho de que, como ha
subrayado Berenice Bento (2017, p. 249), "mi lenguaje debe entrar en una
dura gimnasia para decir 'queer', y no sé si la persona que me escucha
comparte los mismos sentidos"? ¿Puede abordarse esto reencuadrando el
término como "cuir", "kuir", "torcido", "mar- ica", "viada", "teoria cu",
"estudios transviados "2 u otras formulaciones propuestas por
teó ricos/activistas locales? Al fin y al cabo, como noció n importada, "queer"
exige no só lo traducir y/o explicar, sino también descolonizar a través de la
transformació n de sus significados y la incorporació n de las especificidades
de cada lugar, como lo que val flores ha llamado una "latinoamericanización
del cuir" (2013, p. 61). Como subraya Manuel Ló pez-Pereyra en su
contribució n a este volumen, en este lado del mundo "el desarrollo de los
estudios queer debe enmarcarse a través de un profundo
1 INTRODUCCIÓ N11
Lugones, 2016; Vergès, 2019); el papel histó rico de la Iglesia cató lica y su
influencia en la vida social y en las políticas del Estado se ha reducido en
algunos lugares, mientras que en otros muta rá pidamente hacia una fuerte
presencia evangélica; el blanqueamiento de la sociedad y la negació n de las
comunidades y culturas indígenas, afrodescendientes y migrantes puede
adoptar la forma de una negació n completa de su existencia y de una
reescritura de la historia, de un racismo explícito y de una discriminació n, o
de diferentes formas de marginació n simbó lica. En contra de los enfoques
que ven estas diferencias como razones para la balcanizació n y la
consiguiente triangulació n con los estudiosos angló fonos, sostenemos que
esta interacció n entre lo comú n y lo heterogéneo puede servir de catalizador
para unos intercambios ricos y llenos de matices. Como académicos que
trabajan y enseñ an lejos de los centros académicos hegemó nicos (que está n
altamente concentrados en el campo de la teoría queer), estamos unidos por
las adversidades de la marginació n epistémica y el silenciamiento (Trujillo &
Santos, 2014; Pérez & Radi, 2020), pero no estamos libres de participar
también en nuestras propias formas de jerarquías y exclusiones hacia otros
colegas. Aunque nuestra recopilació n se dirigió explícita y deliberadamente
a los autores que trabajan en (y no solo en) los países e instituciones de
habla hispana y portuguesa, no fue del todo exitosa a la hora de
contrarrestar la distribució n desigual de la autoridad episó dica dentro de
nuestra (no) regió n, como discutiremos hacia el final de esta Introducció n.
Finalmente, ¿por qué epistemologías? Como hemos dicho en otro lugar, el
pensamiento queer/cuir puede funcionar como una epistemología y una
política, en la medida en que "nos ofrece un conjunto de herramientas e
instrumentos para interpretar el mundo que nos rodea e intervenir en él"
(Pérez, 2016, pp. 191-192). Las epistemologías queer/cuir aportan visiones
ú nicas sobre có mo se produce, transmite, jerarquiza y legitima (o no) el
conocimiento: perspectivas que exigen una toma de conciencia sobre la
construcció n social de las identidades y sobre có mo éstas afectan y se ven
afectadas por el conocimiento; que examinan las relaciones de poder y su
interrelació n con la normalizació n a través de la administració n del
conocimiento y la agencia epistémica; que ponen en primer plano el papel
de la sexualidad, los afectos y la corporeidad en el conocimiento y la
ignorancia; que trabajen para desentrañ ar las mú ltiples suposiciones y los
datos de "sentido comú n" que se introducen de contrabando en nuestras
creencias, sobre todo en relació n con el género, la sexualidad, la identidad y
el cuerpo; y que hagan hincapié en las diversas formas de resistencia
individual y colectiva "desde abajo" y en los circuitos alternativos
implicados en la producció n de conocimiento. Nuestras ubicaciones
geopolíticas, ademá s, nos enfrentan a la necesidad de alentar, en palabras de
Couto Junior y Pocahy (2017, p. 6), "discusiones teó ricas que, lejos de ser
meramente incorporadas desde la Global
1 INTRODUCCIÓ N11
discurso. La pregunta que debemos hacer, segú n el autor, es: ¿qué permite a
estos actores pensar lo que realmente piensan?
En el ú ltimo capítulo de esta secció n, Adriana M. Pérez-Rodríguez
anticipa los retos de la investigació n en la educació n superior en el contexto
de las instituciones conservadoras, a través del ejemplo del grupo de
investigació n de Estudios de Género de la Universidad Libre de Cú cuta,
Colombia. "'Al menos saben que existimos'. Reclamando su derecho a
aparecer" reflexiona sobre la creació n de conocimiento opositor y el
ejercicio del derecho a aparecer, y sobre las posibilidades del activismo
académico como sitio de resistencia y producció n de conocimiento desde los
má rgenes de las instituciones, o contra ellas. Cuando la falta de apoyo
institucional se traduce en obstá culos concretos para realizar
investigaciones y presentar resultados "medibles", ¿pueden los proyectos de
investigació n crear algú n tipo de conocimiento? Y si consiguen superar estos
obstá culos, ¿cuá les son los riesgos de la institucionalizació n? Una vez má s,
como en el capítulo 9, el derecho y su definició n como aspecto identitario
central para la desintitució n institucional aparecen como telones de fondo
especialmente desafiantes para la organizació n queer, pero también como
incitadores de la imaginació n queer.
A la tercera secció n le siguen dos epílogos que llevan la queerizació n de
las teorías un paso má s allá , a través de sus estilos creativos y disidentes. En
primer lugar, "Un glosario de lo queer", del colectivo Criscadian,
conceptualiza lo queer en el contexto de un programa de formació n de
profesores de idiomas en una universidad pú blica colombiana, con el apoyo
de los datos recogidos a través de los programas de estudio, los murales, las
entrevistas en profundidad con miembros de la comunidad LGBTI y los
datos autoetnográ ficos del colectivo. A diferencia de lo que se entiende
tradicionalmente por glosario, las entradas no están conectadas a ningú n
pasaje en particular del volumen, aunque siguen estando profunda y
vitalmente conectadas a todos: los hallazgos (y las entradas) entrecruzan lo
queer con categorías como raza ("Negro"), identidades ("Marica", "Hybris"),
pedagogía ("Pedagogías Queer", "(In)visi- ble"), política ("Resistencia",
"Anfibios", "Crisis") y lugar ("Mariposario"). Los autores han elegido la
forma de un Glosario como una oportunidad para problematizar, calificar
y/o reterritorializar la homosexualidad, ilustrando có mo los discursos-
prá cticas-espacios hetero y homonormativos son (re)producidos curricular
y pedagó gicamente a nivel material y simbó lico.
Por ú ltimo, Val Flores reflexiona sobre el futuro y el potencial de la
educació n queer en "Queer/Cuir Pedagogies: Ficciones del absurdo,
escrituras del escalonamiento", donde nos invita a concebir una pedagogía
queer/cuir como un procedimiento analítico, una prá ctica de escritura y una
metodología afectiva de dislocació n conceptual y corporal. Una poética del
(des)conocimiento, cuya
1 INTRODUCCIÓ N11
prá cticas sacuden las ló gicas dualistas del pensamiento escolar guiado por la
no contradicció n y las fantasías igualitarias de relaciones armoniosas y
pacíficas. La escritura como sensibilidad pedagó gica y el escalonamiento
como tarea epistemoló gica, sugiere Flores, pueden componer gestos de
inadecuació n al poder, metodologías de una pedagogía que se da en la
micropolítica de cada acontecimiento, y que nunca puede articularse de
manera universal o definitiva.
Este es precisamente el espíritu que hemos querido transmitir a través de
estos Epílogos: ambos textos, creemos, consiguen evitar los cierres o las
conclusiones, y en su lugar ofrecen aperturas, potencialidades y puntos de
fuga -o quizá s, y así lo esperamos, emergentes- que pueden proyectarnos
hacia futuros hasta ahora inimaginados.
NOTAS
1. Algunos autores prefieren utilizar "cuir" en lugar de "queer", como una forma
de reapropiarse del término reproduciendo su pronunciació n en españ ol
(véase la siguiente nota final para más informació n). Como editores, hemos
respetado las decisiones de los autores y utilizaremos "cuir" cuando sea
pertinente para esta Introducció n.
2. "Cuir" y "kuir" son reescrituras del término siguiendo la pronunciació n
españ ola; "teoría torcida" fue propuesta por el soció logo y activista queer
Ricardo Llamas (1998), siguiendo la etimología latina -torquere- porque es lo
contrario de "straight" en españ ol; "marica" y "viada" (insultos reapropiados
en españ ol y portugués, respectivamente, que podrían traducirse como
"maricó n", véase el Cap. 13) han sido cuestionados como traducciones de
"queer" porque se centran só lo en los hombres homosexuales (véase Trujillo,
2008). La académica brasileñ a Larissa Pelú cio (2014b, 2016) propuso
denominar "Teoría Queer" como "Teoria cu" (literalmente "teoría del culo" en
portugués), mientras que Berenice Bento (2017) propuso "estudos
transviados", que sin embargo está expuesta a los mismos problemas de
instrumentalizació n de las experiencias trans* que han sido denunciados por
los estudios Trans* en relació n con la Teoría Queer tanto en nuestra regió n
como fuera de ella (Radi, 2019).
3. A lo largo de esta Introducció n, y siguiendo la tradició n del pensamiento
decolonial, utilizaremos el Norte y el Sur no como puntos cardinales sino como
metá foras espaciales (Dussel, 2015), refiriéndonos a ubicaciones políticas y
epistémicas diná micas y de mú ltiples capas. Esto implica, en primer lugar,
reconocer que en nuestro mundo académico todos los académicos que
trabajan en países no angló fonos está n situados simbó licamente al sur de los
centros hegemó nicos de producció n de conocimiento. Ademá s, nos permite
comprender que, por un lado, países como Españ a y Portugal, aunque situados
geográ ficamente en el norte del globo, está n marginados política (y
académicamente) en comparació n con los países europeos hegemó nicos; y,
por otro, que incluso dentro de los países aquí representados (y má s aú n en
relació n con los ausentes), existen evidentes jerarquías en términos de
autoridad epistémica y reconocimiento académico (véase también Rivera
Cusicanqui, 2010).
4. Para una visió n general de las teorizaciones queer de la educació n en Brasil,
véase también Couto Junior y Pocahy (2017) y Ranniery (2019).
5. Como editores, hemos optado por respetar los términos elegidos por cada
autor o autora para referirse a la diversidad sexual y de género o a los sujetos
disidentes y no conformes con el género, y só lo solicitamos a los autores y
autoras que aborden esta decisió n explícitamente en sus contribuciones y
expliquen las razones que la motivan. Esta política se fundamenta no só lo en lo
que creemos que es una prá ctica editorial respetuosa, sino también en la
consideració n de la diversidad de sexualidades, géneros, términos y formas de
identificació n englobadas bajo esta idea de regió n iberoamericana.
PAGE 10 M. PÉ REZ Y G. TRUJILLO-
REFERENCIAS
CAPÍTULO 2
Jaime Barrientos
J. Barrientos ()
Universidad Alberto Hurtado, Santiago, Chile e-
mail: jbarrientos@uahurtado.cl
© El autor(es) 202023
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_2
2 PRÓ LOGO: SOBRE LA IMPORTANCIA DE LAS PERSPECTIVAS QUEER...
por otros estudiantes, sino también por el propio personal institucional o los
modelos organizativos e institucionales (Echagü e & Barrientos, 2018;
Organizació n de las Naciones Unidas para la Educació n, la Ciencia y la
Cultura [UNESCO], 2015, 2016). Ademá s, los docentes LGBT también
podrían ser víctimas de violencia por parte de otros docentes, estudiantes o
de la propia institució n educativa.
De ahí que la demanda de inclusió n de los estudiantes LGBT en los
contextos educativos haya cobrado fuerza en la agenda política de los
ú ltimos añ os, así como en las reformas educativas y la implementació n de
políticas pú blicas en diferentes países iberoamericanos (Barrientos &
Saavedra, en prensa). En la actualidad, existe una mayor apertura hacia las
diferentes manifestaciones de la diversidad étnica, racial, sexual, de género y
de clase social para las políticas educativas en varios países de la regió n. Por
ejemplo, muchos de ellos han abordado explícitamente la protecció n de los
derechos relacionados con la identidad de género y la orientació n sexual en
sus currículos, mientras que otros tienen currículos inclusivos, aunque su
administració n está en manos de cada escuela. También hay algunos países
cuyos currículos educativos no mencionan en absoluto a esta població n.
En un informe reciente sobre varios países de América Central y América
Latina, mostramos que la inclusió n de estudiantes LGBT en las escuelas y la
existencia de bañ os inclusivos y materiales de apoyo son realidades muy
restringidas, al menos en los países de América Latina (Barrientos &
Saavedra, en prensa). Ademá s, el informe reveló que la implementació n real
y efectiva de dicha inclusió n en las escuelas sigue estando má s asociada a
una voluntad específica que a una política educativa que garantice estas
medidas.
Ademá s, hasta la fecha el interés es aú n menor cuando se trata de la
inclusió n de profesores que forman parte de minorías sexuales y de género
en las escuelas y universidades, un desafío que eventualmente debería ser
abordado seriamente en la regió n.
Por otro lado, los niñ os y jó venes de estas poblaciones tienen un alto
riesgo de victimizació n, particularmente en la escuela a nivel
iberoamericano. Hay menos estudios al respecto en las universidades
regionales, aunque los recientes movimientos en Chile en 2018 indicaron
que estos espacios tampoco son seguros para los jó venes LGBT. Segú n la
UNESCO (2015), la escuela es el lugar donde los niñ os y adolescentes sufren
má s acoso y discriminació n, siendo la homofobia y la transfobia la base de
dicha violencia. Sin embargo, esta violencia no se refiere exclusivamente a
los alumnos no heterosexuales o no cis. La menor detecció n de un rasgo que
no se ajusta a la
2 PRÓ LOGO: SOBRE LA IMPORTANCIA DE LAS PERSPECTIVAS QUEER...
NOTA
REFERENCIAS
CAPÍTULO 3
INTRODUCCIÓ N1
© El autor(es) 202029
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_3
3 PERSPECTIVANDO E IMAGINANDO LAS PEDAGOGÍAS QUEER...
ESCALAS EN PEDAGOGÍA
Hans: Como este chico de nuestra clase. Habla de una manera totalmente diferente,
Hans: ... para mí esto está mal. El chico tiene 12 años. Yo tengo 14. Pero cuando yo
tenía su edad, no iba a ningún sitio a utilizar ese tono de voz tan gracioso y a mover el
culo.
El Siglo de las Luces, también conocido como la Edad de la Razón, son términos
que describen las tendencias literarias y filosóficas de la Europa del siglo XVIII, justo antes
de la Revolución Francesa. Los pensadores de ese periodo emplearon la metáfora de
la luz para contrarrestar el oscurantismo y la ignorancia hacia una nueva era
orientada por el racionalismo, la ciencia y el respeto a la humanidad. Los nuevos
descubrimientos científicos, la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton y la
Fig. 3.3 Tarea en un blog educativo
Me parece indignante que se mate a gente por no ser tradicional o porque sus padres
no lo son... esta gente tiene que entender que no tenemos derecho a quitarle la vida
a nadie y menos a educar sus decisiones, la propia Biblia dice que podemos tomar
nuestras propias decisiones.
Entonces, ¿quiénes son estas personas que creen que pueden DECIDIR cómo vivimos
nuestras vidas?
NOTAS
REFERENCIAS
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3 PERSPECTIVANDO E IMAGINANDO LAS PEDAGOGÍAS QUEER...
INTRODUCCIÓ N
M. Ló pez Pereyra ()
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México,
México e-mail: manuel.lopez@ibero.mx
© El autor(es) 202051
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_4
4 LAS PEDAGOGÍAS DE QUEERING FREIRE: RESISTENCIA, EMPODERAMIENTO...
PEDAGOGÍAS DE FREIRE
PEDAGOGÍAS DE FREIRE
Para Freire, entonces, para que los profesores actú en como actores sociales,
deben tener un sentido de autonomía intelectual que les permita observar,
reflexionar y actuar sobre su realidad. Esto lo logran a través de la categoría
pedagó gica de la concientizació n (Gadotti, 2002). Las pedagogías críticas de
Freire ofrecen la posibilidad de crear una relació n maestro-alumno en la que
los sujetos se conocen y analizan las situaciones desde diferentes á ngulos, a
partir de sus experiencias, sus deseos, sus cuerpos y los problemas y
PAGE 52 M.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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CAPÍTULO 5
INTRODUCCIÓ N
© El autor(es) 202065
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_5
5 QUEER, CRIP Y PEDAGOGÍA SOCIAL. UNA HERMENÉ UTICA CRÍTICA... PAGE 67
ping con las chicas en el patio de la escuela, o una "marimacho" que se pasa las
horas dando patadas a una pelota, no se ajusta al comportamiento que se
espera de un chico o una chica. (2013, traducció n de los autores)
minorías, que hasta hace muy poco (y aú n hoy) han sido tratadas con
agresividad por un sector de la sociedad reacio a superar viejos traumas y
complejos" (2015, p. 25). 2 Esto también ocurre, y en mayor medida, en el
á mbito de la prá ctica educativa, donde un profesional de la educació n que se
abre a su diversidad sexual no siempre es bien recibido. Desgraciadamente,
esta forma negativa de pensar y entender la queernidad en las prá cticas
educativas sigue marcando muchas agendas y programas en los centros
educativos de nuestro país. Es precisamente en esta posició n pedagó gica
radiante donde podemos situar el pensamiento de val flores.
Nos encontramos con val flores, casi por casualidad, en un libro de
Alejandra Castilla (Ars Disyecta, 2014), en el que afirma que:
Nos preguntamos, ¿quién puede ser Valeria Flores? ¿Por qué nunca
habíamos leído nada de ella? Nos pusimos a investigar y descubrimos que
era una maestra argentina, pero no de Buenos Aires, sino de Neuquén, en el
sur profundo. Una biografía que acompañ a a una de sus publicaciones dice:
"Profesora de educació n primaria que trabaja en una escuela primaria de la
ciudad de Neuquén (provincia de Neuquén, Argentina). Es autora de
numerosos artículos sobre diversidad sexual" (Flores, 2008). Este es uno de
los elementos clave que analizamos en este capítulo: analizar có mo piensa y
experimenta la pedagogía queer una maestra especializada en temas de
diversidad sexual y desde una perspectiva encarnada.
A medida que exploramos sus escritos má s de cerca, una de las cosas que
nos sorprendió fue la forma en que trabajaba para producir conocimiento:
haciendo preguntas interminables e incesantes, Flores aborda la cuestió n de
la pedagogía queer de una manera notable y encarnada. Las siguientes
preguntas lo ilustran:
Y es justo que, como parte de ese "no podemos consentir", nos unamos
desde nuestra posició n de subalternos, tomemos la palabra, nos levantemos
y gritemos lo que somos con orgullo.
La pedagogía queer, por tanto, se abre y se renueva introduciendo estos
otros modos de pensar y habitar el mundo. Esta nueva sensibilidad (incluida
la nueva cartografía corporal) ataca las divisiones generadas por la
modernidad y, en particular, las definiciones occidentales del yo. La escuela
y las instituciones pedagó gicas en su conjunto siguen centrá ndose en el
sujeto privilegiado de la modernidad, justificando la pro- ductividad y la
rentabilidad de los cuerpos. La teoría de la crip puede utilizarse como
herramienta para seguir pensando en esas otras vías posibles de resistencia
a la normalizació n y de apertura a otros modos de estar en el mundo.
INTERSECCIÓ N QUEER-CRIP
Siguiendo a Britzman (2016), ¿qué hay que hacer para rechazar el silenciado
y obstinado currículo educativo heterosexual? O, en términos de crip, ¿qué
tenemos que hacer para rechazar el silencioso currículo educativo
capacitado? Si el mundo está dividido segú n el binario de género, está
igualmente dividido segú n las líneas de capacidad/discapacidad. Los
problemas que se derivan de esta divisió n binaria (en términos de expulsió n
del mundo que se define por lo que no es o por lo que le falta) está n
pidiendo a gritos que la educació n supere estas fronteras y limitaciones,
algunas de las cuales han dividido a la humanidad, interna y externamente.
Relacionar la teoría queer con la pedagogía es un proyecto de mayor alcance
que la mera inclusió n de gays y lesbianas en el aula. Forma parte de un
proyecto ético y estético que asimila la diferencia como base de la política y
la comunidad, y aborda la negació n de la
5 QUEER, CRIP Y PEDAGOGÍA SOCIAL. UNA HERMENÉ UTICA CRÍTICA... PAGE 67
NOTAS
1. Esta situació n explica la existencia en Españ a desde 2015 del Proyecto OASIS,
un espacio en el que los adolescentes con diversas expresiones e identidades
de género y sexualidad pueden encontrarse y socializar. Su objetivo es crear
un espacio de recreació n seguro donde los jó venes puedan disfrutar de su
condició n de diversidad
5 QUEER, CRIP Y PEDAGOGÍA SOCIAL. UNA HERMENÉ UTICA CRÍTICA... PAGE 67
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PAGE 66 A. PIÉ -BALAGUER Y J.
CAPÍTULO 6
M. L. Gutiérrez ()
Instituto de Investigaciones Gino Germani-UBA/CONICET, Buenos
Aires, Argentina
© El autor(es) 202081
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_6
6 LA PEDAGOGÍA DE/EN LAS IMÁ GENES. NOTAS SOBRE EL DESEO
a través de las imá genes de lo eró tico (o de su ausencia) para ampliar los
horizontes del deseo y de lo posible, no só lo para sacar a la luz lo que
histó ricamente se ha mantenido oculto o silenciado, ni só lo para tomar
conciencia de la diversidad de la sexualidad humana, como sería
políticamente correcto, sino, sobre todo, para articular pedagogías queer de
la imagen con el fin de desvirtuar la educació n heterosexual, desviá ndola, en
una especie de fuga, hacia su punto de fuga.
Cuando me refiero a una lectura queer de las imá genes lésbicas, estoy
pensando, como señ ala Pérez (2016), en usos políticos y epistemoló gicos, no
en la esencializació n de lo que es una identidad queer. Es decir, queer una
imagen lésbica no significa retratar a una lesbiana como sujeto de
representació n queer per se. Lo que sostengo es que no es posible asumir tal
representació n sin perder la fuerza política que conlleva la queernidad. Más
bien, quiero destacar que trabajar en el marco de (in)visibilidad que supone
la presencia velada de las imá genes lésbicas (incluso teniendo en cuenta los
privilegios que también conlleva) podría permitir vidas habitables má s allá
del marco de identidad sexo-género-deseo. "Lesbiana" no só lo nombra un
deseo o un tipo de prá ctica sexual, entonces, sino que implica una posició n
política y una falla en los propios criterios de legibilidad que capitaliza el
silencio que resuena en el sistema educativo.
Así, la postura política lesbiana a la que nos hemos comprometido es una
estrategia de enunciació n capaz de construir su propio dominio crítico,
reflexivo, teó rico y epistemoló gico. Para ello, debemos cuidarnos de
esencializar esa identidad. "Lesbiana", como posició n antiesencialista y
queer, no denota un sujeto específico que folla de alguna manera particular
y que tiene que justificar las formas específicas en que este saber-coger
("sexo-saber") surge en los imaginarios pedagó gicos de las imá genes;
"lesbiana" es una relació n que hace de las políticas relativas al conocimiento
del cuerpo y sus placeres una política de la sexualidad, del conocimiento, del
afecto y de los cuerpos; "lesbiana" como forma de hacer, pensar, soportar y
producir una epistemología a la altura de la tarea de repensar las
situaciones a las que nos condenan reiteradamente tanto las actitudes
liberales sobre la identidad como las políticas econó micas neoliberales, así
como las violencias corporales, sexuales, de género y raciales que marcan
nuestra existencia cotidiana.
No hay que olvidar, tampoco, có mo el Cono Sur ha leído la "queerness" en
sus propios términos, como podemos ver en desarrollos como el concepto
cuir y los debates sobre la desobediencia y la disidencia sexual. No voy a
reabrir la vieja polémica sobre el concepto y la transla- ció n de "queer".
Aunque sigo utilizando la categoría má s o menos libremente junto con cuir y
desobediencia sexual, debo señ alar que mi
PAGE 82
En los ú ltimos añ os, tanto los estudios feministas como los queer han
provocado un gran aumento de la producció n y circulació n de imá genes en
los estudios culturales y visuales. Tradicionalmente, la historia del arte se
pensaba a sí misma como un discurso sin cuerpo, sin deseo, sin sexo y sin
género, a pesar de haber jugado un papel fundacional en la conformació n de
la mirada sexual (Parker y Pollock, 1981) en la tecnología sexo-política, o lo
que Preciado (2009) podría llamar "ficciones somá ticas". El esfuerzo de
estas críticas ha sido clave para, por un lado, revisar y reescribir la historia
del arte en clave feminista, que socava las jerarquías y los poderes
imperantes, y, por otro, reconsiderar las formas de construir el
conocimiento y legitimar las formas de ver, có mo se representan o imaginan
los cuerpos y las formas de ser posibles. En conjunto, todos estos estudios
han contribuido a redefinir la validez y la pertinencia de las posibles
preguntas de investigació n en torno al aná lisis, la producció n y la circulació n
de imá genes.
Por ello, la bú squeda y consolidació n de imá genes ajenas de
comunidades/activistas LGBT5 es una estrategia importante para restaurar
los archivos de
6 LA PEDAGOGÍA DE/EN LAS IMÁ GENES. NOTAS SOBRE EL DESEO
sentimiento (Cvetkovich, 2003; Love, 2007) que llevan dentro. Los estudios
lésbicos tienen que pensarse junto a la teoría queer para evitar que sus
lecturas se conviertan en un repertorio de temas o en un catá logo de
contenidos identitarios, en contraposició n a una transformació n de por qué
vemos lo que vemos.
Estoy de acuerdo en pensar en las imá genes no como sistemas de
representació n, sino como productoras de conocimiento y subjetividad; es
decir, como una "tecnología del género" (De Lauretis, 1987) o una
"tecnología del sexo" (Butler, 2007) que produce lo que pretende
representar, que establece los límites segú n los cuales la sexualidad se hará
visible o no.
Me ha llamado la atenció n esta reconfiguració n en curso de la capacidad
de las imá genes para explicar, escenificar y "representar" a los sujetos LGBT
como medio de ofrecer una solució n general a la "deuda de silencio" de la
historia. Mientras que en las ú ltimas décadas "esas voces silenciadas" han
encontrado un lugar en la plataforma de enunciació n, la otra cara de la
moneda es que los cuerpos de las mujeres y de los LGBT han sido
generalmente alentados, en nombre de la "inclusió n", a alinearse con una
narrativa que, en su mayor parte, evita sus propias estrategias de
enunciació n y disidencia. Como señ ala el pedagogo trans Lucas Platero:
Retomando algunas de las preguntas que nos hicimos antes sobre las formas
de desmontar las ideas recibidas sobre la sexualidad amable, o el buen coger,
recontextualicemos la cuestió n de có mo inventamos imaginarios sexuales y
políticos en tiempos de una reacció n conservadora alimentada por historias
de pá nico sexual, que, sin falta, van de la mano de una moralizació n
draconiana sobre la sexualidad que despliega
PAGE 82
No se trata de decir a los demá s có mo, cuá ndo, dó nde y con quién follar, y
menos aú n de decirles có mo follan las lesbianas. Si la figura de la lesbiana
sigue constituyendo un terreno de posibilidad, de invenció n, no puede ser
como el sello de una identidad bioló gica nítida y representable, exclusiva y
excluyente de nuestros cuerpos, deseos y placeres; má s bien, como sugiere
Halberstam, debería ser como "nuevas formas de memoria que se relacionan
má s con la espectralidad que con la evidencia dura, con genealogías
perdidas que con la herencia, con el borrado que con la inscripció n" (2011,
p. 14).
Al hacerlo, me interesa má s forjar un espacio para el cuestionamiento
interminable que dar con la solució n correcta (Luhmann, 1998), para dar
derecho a las experiencias de las lesbianas condenadas a los má rgenes de la
inteligibilidad. En lugar de encerrarlas en las leyes de la biología, ¿por qué
no dejar que se restrieguen y flameen como punto de fuga? Dejemos que esa
mirada se queme, por ejemplo, como en las imá genes eró ticas de las
lesbianas marimachos, tan persistentemente "anacró nicas" (flores, 2019),
recuperemos la capacidad negativa del afecto lésbico para la melancolía y el
autoodio (Love, 2007), anexemos el escepticismo pesimista para
contrarrestar el mandato imperante de la felicidad y el éxito (Ahmed, 2010),
o bailemos, con notorio mal gusto, al ritmo del kitsch melodramá tico
(Preciado, 2017). Con esto en mente, les invito a afilar la lengua sobre las
imá genes (in)familiares realizadas por el colectivo cordobés Asentamiento
Fernseh, sobre los primeros trabajos del Cuerpo Puerco de La Plata (de
Fernanda Guaglianone y Guillermina Mongan, 2005-2013), o las
colaboraciones de Fernanda Guaglianone y val flores (2015-2018). Todas
estas imá genes convierten el proceso visual en un gesto pedagó gico que
hace una lecció n de nuestra propia previsibilidad, desbaratando lo que
creíamos saber y desarmando nuestras respuestas prefabricadas.
Aunque todavía no estemos del todo seguros de lo que hace que nuestro
cuerpo sea un cuerpo y legible un deseo, todavía podemos impugnar las
economías de las superficies sensuales no só lo frente a la pornografía
dominante, sino también frente a algunas de las propias limitaciones del
feminismo. Imá genes que convierten las cuestiones del placer sexual en
precursoras de una estrategia política colectiva, a pesar de las olas de
violencia que nuestros cuerpos y existencias resisten.
NOTAS
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PAGE 82
CAPÍTULO 7
F. A. Pocahy ()
Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Río de Janeiro, Brasil
T. d. A. de Souza Cruz
Universidade Federal do Rio de Janeiro, Río de Janeiro, Brasil
© El autor(es) 202097
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo (eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-030-50305-5_7
7 GÉ NERO Y SEXUALIDAD EN EL RIZOMA EDUCATIVO BRASILEÑ O... PAGE
Cabe destacar que en esta política pú blica federal hay una serie de
iniciativas en á reas má s amplias (justicia, salud, educació n, cultura,
seguridad, etc.) que para lograr sus objetivos, es decir, hacer frente a la
homofobia (expresió n que definía los términos de la acció n política,
igualmente disputada entre sus participantes, principalmente entre el
movimiento social, la universidad y el gobierno, sobre todo porque esta
política pú blica no estaba dirigida a gays y lesbianas), los ministerios debían
actuar de manera coordinada.
Sin embargo, esta coordinació n no supuso una homogeneidad, ya que
cada Ministerio tuvo que actuar en relació n con los temas de sus respectivas
carteras y segú n agendas que no siempre conciliaban representaciones
alineadas con las orientaciones y alianzas emprendidas por el gobierno,
especialmente ante los pactos con partidos afines que tenían antecedentes
religiosos fundamentalistas. Esto, desde nuestro punto de vista, ha abierto
enormemente las posibilidades del escenario actual, con la aparició n de
grupos parlamentarios fundamentalistas y ultraconservadores.
El material didá ctico del Proyecto Escuela sin Homofobia -que ha pasado
a ser má s conocido como "Kit Gay", "Kit antihomofobia" o simplemente "Kit"
-segú n el comunicado oficial de las organizaciones responsables de su
elaboració n8 - está compuesto por un libro de texto teó rico, seis informes,
un pó ster, una carta de presentació n y tres guías de debate sobre los tres
vídeos de los DVD: "Torpedo", "Muñ eca en la mochila" y "¿Miedo de qué?
('Torpedo', 'Boneca na mochila' y 'Medo de quê?'). Este mate- rial fue vetado
en las esferas gubernamentales ante la presió n de los movimientos conser-
vadores en el parlamento, lo que repercutió en la decisió n del gobierno (de
izquierdas) de reducir la distribució n del material, un pacto pernicioso a
cambio de continuar en el gobierno. 9
Hay que tener en cuenta que las iniciativas centradas en el debate sobre
la sexualidad só lo empezaron a tomar forma a partir de 2004. A pesar de
que estas iniciativas se centran específicamente en las cuestiones LGBT, ya
se habían intentado experiencias anteriores, principalmente en gobiernos de
izquierda, como fue el caso de las iniciativas del Departamento Municipal de
Educació n de la ciudad de Porto Alegre durante los gobiernos del Partido de
los Trabajadores, principalmente a principios de la década de 1990. Nardi y
Quartiero (2012) informaron que:
NOTAS
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CAPÍTULO 8
F. W. Silva-Sales ()
Instituto Federal de Piauí, Teresina, Brasil
En un taller, Linn dice que en la escuela hay una distinció n segú n la cual "ser
gay está aceptado, ser afeminado no". Para él esto es un prejuicio, y presenta
el razonamiento: "No es mi culpa. He nacido así. Soy así. Es algo natural en
mí". Al informar sobre la importancia de la discusió n de género en la
escuela, Paul escribe "Aceptació n de la elecció n sexual", lo que
inmediatamente desencadena un debate sobre las posibles explicaciones de
su propia experiencia e identidad:
Caetano: [...] No tuve la opció n de nacer gay, al igual que algú n heterosexual
no eligió nacer heterosexual. El mejor término que se puede
utilizar es el de orientació n.
Linn:Nadie está orientado a ser,
tampoco... Pablo:No...
Elliot: No es en el sentido de orientar, es en el sentido de tu conducció n
de tus sentimientos, lo que sientes...
Pablo:¿Qué es un gay [persona], una lesbiana, qué es entonces?
Es una opció n, entonces.
8 "¡DIVA SÍ! LIBRE PARA VOLAR!" JÓ VENES ESTUDIANTES EN RESISTENCIA QUEER...
Los sujetos caracterizan sus experiencias, (re)apropiá ndose del cará cter
naturalizado y esencializado de sus actuaciones e identidad como
herramienta política para legitimar su existencia como gays afeminados. 4 Es
decir, utilizan en su propio beneficio la propia justificació n puesta en juego
para validar el modelo heteronormativo y deslegitimarlos como sujetos
disidentes de género y sexualidad.
Sus argumentos tienen un cará cter político, ya que muestran la
preocupació n de que las ideas de "orientació n" y "elecció n" puedan ser
utilizadas contra los propios homosexuales: cuando suponen una idea de
algo "producido" o de algo que se "elige", pueden indicar que existe la
posibilidad de pro- ducirlo de otra manera, es decir, de orientarlos para que
se conviertan en heterosexuales. A lo largo de la historia moderna, diversas
propuestas han pretendido revertir el deseo de los individuos
homosexuales, a través de prá cticas religiosas y "científicas" dentro de una
ló gica que só lo ve la homosexualidad como un problema a resolver y algo a
investigar, objetivo de minuciosas inversiones (Trevisan, 2000).
PAGE 122 F.
Investigador: Usted fue, "usted". ¿Por qué? [...] alguien lo dijo: "[...] somos
afeminados". Tú [Ennis] dijiste: "Tú ".
Ennis: Es porque, bueno, ellos son así, los má s sensibleros con todo el
mundo, y nosotros dos [Ennis y Ney] somos má s tranquilos, nos
ocupamos de nuestros asuntos.
Ney: Así es.
Ennis: Rara vez nos mezclamos [con otras personas], só lo cuando somos
realmente los seis, porque no nos gusta estar tan expuestos.
Elliot: Es una cuestió n de formas, cada uno tiene la
suya. Ennis: Lo es.
Pablo: No, como, porque hay otros que nunca... como Ney, quien
demonios piensa que Ney es gay. ¿Y tú ? Mírate. Eres una mujer.
Linn:Lo soy. ¿Y por qué só lo yo soy una mujer aquí? Usted,
señ ora, es una travesti.
Pablo: Es masculino.
Ney:Es una cuestió n de gustos, ¿no?
LinnSi yo soy mujer, usted, señ ora, es una
travesti. Pablo: Soy hombre, cariñ o.
Elliot:¿Por qué es una cuestió n de gustos?
Ney:Porque como, si a él le gusta ser como quiere, como le hace
feliz, será n a su manera. Si me gusta ser má s reservado, seré má s
reservado. Pero no voy a dejar de ser gay porque no sea a su
manera.
Elliot:Eso es, cada uno a lo suyo.
Aquí podemos ver que ser gay no es ser "un hombre", pero tampoco es
ser "una mujer"; es estar al margen, ser un "otro". Como posibilidad de
construirse al margen de las experiencias aceptadas de género y sexualidad,
ser "travesti" es la posibilidad disidente menos deseada y reconocida, es la
má s descalificada. Estas reflexiones muestran que el género es algo
producido, no esencializado, mucho menos natural, sino naturalizado en el
discurso como mecanismo de defensa, incluso para mimetizarse con el
grupo, para justificar sus prá cticas, acciones y comportamientos. Reconocen
una identidad gay para sí mismos, pero en la medida en que reivindican la
capacidad de experimentar la sexualidad fuera de la feminidad, tratan de
romper el vínculo entre la homosexualidad masculina y la feminidad.
Durante una conversació n cotidiana en la escuela, Caetano me cuenta lo
importante que fue para él "salir del armario" en ese espacio. Narra que en
su primer añ o en la escuela, al inicio del primer semestre, estaba todo
"chico", "pegado a lo heterosexual" y que estaba "deprimido", só lo andaba
llorando por la escuela, estaba "triste" por cuestiones relacionadas con su
sexualidad, porque tenía que "esconderse de todo y de todos", forjando una
mascu- lidad que, dice, no era parte de có mo quería vivir: "ese no era yo, era
una mentira", pero lo hacía por sus relaciones familiares, por miedo a ser
castigado y abandonado.
El proceso para reducir su sufrimiento se desarrolló a medida que
construía relaciones personales en la escuela, "haciendo amigos",
especialmente al percibir la libertad que tenían otros estudiantes
homosexuales en la escuela, declará ndose "gay", y como
8 "¡DIVA SÍ! LIBRE PARA VOLAR!" JÓ VENES ESTUDIANTES EN RESISTENCIA QUEER...
Yo lo veo. Porque una persona es gay y negra, los prejuicios son mucho más
fuertes. Muuuucho [enfatiza] má s fuerte. Incluso hay ese dicho "esa persona es
marica y negra", hay gente que lo dice, ¿no? Claro, como "¡estudia, porque ya
eres maricó n y negro!" mucha gente dice esto, a uno que es homosexual.
Había un niñ o, un niñ o moreno [...] pero creo que para ellos sonaba a broma,
pero para mí esto no es una broma. La chica dijo que... dijo "¡Faaag, más vale
que estudies porque un maricó n, y negro, y tonto, no vive, seguro!". Entonces
todos empezaron a sonreír, incluso el chico. Como que no lo podía creer! [...]
En su interior, la persona que era objeto de esa broma debía sentirse mal.
Porque es un hecho, cierto, porque la sociedad no reconoce estas cosas [los
prejuicios].
Pablo: Porque todo el mundo lo sabe. Cada marica en Facebook, si ves ahí,
estudió en este instituto. [...] Este instituto es una escuela de gays.
Linn: Creo que empezó porque muchos homosexuales vinieron aquí, y
vieron que las autoridades, vieron que los profesores aceptaban.
Estaba má s liberado, entonces creo que un gay le dijo a otro, hasta
que los otros... (Mueve las manos como si llamara a alguien)
Elliot: Eso es lo que dije de que la escuela es buena y está lejos de casa; eso
hará, aparte de que abraces, crees tu entrenamiento mental,
estará s lejos de lo que te hace dañ o. Como yo, por ejemplo, yo en
mi casa, donde vivo, no me siento có modo para ser quien soy. Y
como, no me siento bien. Y estando en la escuela es diferente.
Tengo una mente má s abierta, tengo má s... espacio para
expresarme. No es que, "Oh, en casa me escondo por esto, y todo
eso..." pero es que, en casa estoy má s cerrada, no porque quiera
estar cerrada. Es automá tico, llego y me cierro. (...) lo que te impide
ser quien eres en casa. En la escuela, es la cuestió n de la
aceptació n, de la educació n que es buena y todo, que lo hace má s
fá cil.
Aquí en el Liceo hay algo diferente a otros lugares que sucede, porque no
vemos ni tenemos casos de violencia, prejuicios, contra las personas LGBT en
la escuela. Al menos no vemos ninguno. Quizá s esta sea una de las
aportaciones de la investigació n de Weriquis, mostrarnos eso. Pero aquí los
alumnos se relacionan bien, pacíficamente, armoniosamente.
Elliot: Discutir las cosas es importante. Porque creo que es a través del
diá logo como uno puede entender, digamos, "este mundo". Y evitar
ciertas... es... digamos tragedias, porque a través del diá logo puedo
conocerme a mí mismo e incluso ponerme en el lugar del otro. La
cuestió n del conocimiento, en realidad. El conocimiento puede
llevarte lejos. Creo que si tengo conocimiento, es a través del
diá logo que llega el conocimiento. Y si tengo el conocimiento,
entonces como consecuencia no tengo esas cosas que tienes en el
medio, como la agresió n, la exclusió n, en fin, esas cosas.
Pablo: [...] cuando hablamos de esto en la escuela, creo que es un poco,
para aquellas personas que todavía no aceptan, poder tener una
mente má s abierta para esto, y también para poder aceptar, una
familia que no tiene una mente abierta, para que acepte esto
también.
observaciones finales
Las experiencias de Caetano, Elliot, Ennis, Linn, Ney y Pablo como jó venes
disidentes en relació n a su género y sexualidad nos muestran lo difícil que es
vivir "fuera de los má rgenes" en una sociedad heteronormativa que intenta
día a día encerrar a los sujetos en una ló gica de género binaria, que no es lo
que ocurre en el mundo real, en la diná mica de las relaciones sociales.
Mientras tanto, también realizan procesos de subversió n de la propia
norma; abren grietas y rupturas, y producen posibilidades de que se
legitime el reconocimiento de su existencia como sujetos disidentes.
Realizan estos procesos, adoptando muchas veces los mismos
mecanismos utilizados en los dispositivos que los descalifican y ejercen
violencia sobre ellos. Estos jó venes estudiantes reconceptualizan categorías
utilizadas para oprimirlos, a partir de la construcció n de otras formas de
vida para ellos y sus compañ eros. A través del lenguaje oral y corporal, que
debe ser entendido como un mecanismo de poder, se reafirman como
"afeminados", dando una connotació n de pertenencia y orgullo. En su
representació n y autorrepresentació n, estas actuaciones está n vinculadas a
una idea de mayor libertad, en comparació n con otras
PAGE 122 F.
NOTAS
REFERENCIAS
CAPÍTULO 9
D. J. García Ló pez ()
Universidad de Granada, Granada, Españ a e-
mail: danieljgl@ugr.es
L. Winter-Pereira
Universidade de Coimbra, Coimbra, Portugal
© El autor(es) 2020
141
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5_9
9 EL MIEDO A UNA PEDAGOGÍA QUEER DEL
una pluralidad que persiste como tal en la escena pública, en la acció n colectiva,
en el manejo de los asuntos comunales, sin converger en un Uno, sin
evaporarse dentro de una forma centrípeta de movimiento. La multitud es la
forma de existencia social y política de los muchos, vista como muchos: una
forma permanente, no una forma episó dica o intersticial. (2004, p. 21)
En consecuencia,
[El rizoma no tiene ni principio ni fin; está siempre en el medio, entre las
cosas, en el inter-ser, en el intermezzo. El á rbol es filiació n, pero el rizoma es
ali- anza, alianza ú nica. El á rbol impone el verbo "ser", pero el tejido del
rizoma es la conjunció n "y... y... y...". Esta conjunció n tiene la fuerza suficiente
para sacudir y desarraigar el verbo "ser". (Deleuze y Guattari, 2005, p. 25)
acció n. De ahí que la subjetividad que surge del cuidado de sí mismo esté
estrechamente vinculada a la relació n continua con el otro: el cuidado de sí
mismo implica el cuidado de los demá s.
El modelo de educació n universitaria funciona sobre la base del momento
cartesiano-hobbesiano: primero hay que conocer la verdad para inmutar el
cuerpo político. Por eso la violencia es la forma de unir, de constituir ese
pueblo sometido al soberano. Una violencia epistémica, en el caso de la
Universidad, que producirá "la negació n de la agencia epistémica de ciertos
sujetos, la explotació n no reconocida de sus recursos epistémicos, su
cosificació n" (Pérez, 2019, p. 82). Esta violencia producirá la idea de una
alteridad sobre la que ejercer la soberanía del nosotros.
Lo que se propone aquí, siguiendo la ló gica rizomá tica, es que el acceso a
la verdad no es posible sin un cuidado de sí mismo y de los demá s, sin una
actitud etílica, sin una estética de la existencia que elimine el miedo. Este
rizoma ya no es un tubérculo, sino un matorral: "podríamos ir con la
espesura del conocimiento subyugado que brota como la mala hierba entre
las formas disciplinarias del conocimiento, amenazando siempre con
desbordar el cultivo y la poda del intelecto con la vida vegetal loca"
(Halberstam, 2011, p. 9).
El Leviatán intenta controlar y normalizar la multitud: "Esta multiplicidad
de anormales es la potencia que el Imperio Sexual intenta regular, controlar,
normalizar" (Preciado, 2003, p. 19). Esta multitud se vuelve queer en su
esfuerzo por desterritorializar la heteronormatividad como régimen
político, apropiándose del dispositivo de producció n de subjetividad:
"[c]onforme la multitud queer lleva en sí misma, como falla o residuo, la
historia de las tecnologías de normalizació n de los cuerpos, tiene también la
posibilidad de intervenir en los dispositivos biotecnoló gicos de producció n
de la sub-jectividad sexual" (Preciado, 2003, p. 21). La multitud queer, como
multitud, no se unifica en el Uno del Leviatá n:
Es sabido que Britzman propone tres estudios: sobre los límites, sobre la
ignorancia y sobre las prá cticas de lectura. En el primero vamos a con-
frontar la normalidad, con lo que hace que algo se considere normal,
excluyendo y eliminando, por tanto, todo lo que no se ajusta a esa norma; un
mecanismo que, como afirma Agamben (1995), puede definirse como
exclusió n inclusiva: se excluye de la normalidad para incluirse en la
excepció n. Y es en esta excepció n donde se ejerce la soberanía (Schmitt,
1922). Pero este límite, esta normatividad o esta ló gica de exclusió n-
inclusió n se naturaliza, como si siempre hubiera existido, obstaculizando la
imaginació n de otras realidades. Por ejemplo, es comú n en las Facultades de
Derecho producir en los estudiantes el mantra Ubi societas, ibi ius (donde
hay sociedad hay
PAGE 142 D. J. GARCÍA LÓ PEZ Y L. WINTER-
¿Es posible trazar una subjetividad ajena al derecho, una vio- lencia
revolucionaria o un uso del cuerpo? ¿Podemos pensar y practicar un poder
indigente capaz de sustraerse a la soberanía y a la ley? ¿Es posible una queer
reine Gewalt (violencia pura queer) capaz de sacudir la Universidad? 4
9 EL MIEDO A UNA PEDAGOGÍA QUEER DEL
hay que añ adir que la asignatura de Teoría del Derecho, en la que hemos
implantado este sistema, es la primera de la carrera de Derecho. Los
alumnos está n recién llegados a la Universidad con toda la mitología que la
rodea. Por eso, cuando quien debe representar a la autoridad les propone
romper precisamente con esa autoridad y elaborar un sistema de evaluació n
entre todos, provoca un choque. Una vez pasado este primer momento y
tomada en serio su capacidad de decisió n, se les pide que reflexionen
durante unos días. En la siguiente clase se proponen los sistemas de
evaluació n que han pensado y se acuerda uno entre todos. En los ú ltimos
tres añ os en la Universidad de Granada, hemos con- structo este sistema de
evaluació n:5
A diferencia del sujeto "normal", para el que la Ley funciona como la agencia
de prohibició n que regula (el acceso al objeto de) su deseo, para el pervertido,
el objeto de su deseo es la propia ley -la Ley es el Ideal que él anhela, quiere ser
plenamente reconocido por la Ley, integrado en su funcionamiento... La ironía
de esto no debe escapá rsenos: el pervertido, este "transgresor" por excelencia
que pretende violar todas las reglas de comportamiento "nor- mal" y decente,
anhela efectivamente la propia regla de la Ley. (1997, p. 14)
CONCLUSIÓ N
NOTAS
REFERENCIAS
CAPÍTULO 10
INTRODUCCIÓ N
© El autor(es) 2020
161
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5_10
10 "IDEOLOGÍA DE GÉ NERO" EN LOS DISCURSOS CONSERVADORES: LA ESFERA PÚ BLICA...
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
Dado que la normalidad puede ser concebida como una "relació n social
hegemó nica" (Britzman, 2002, p. 208), hemos tomado su producció n como
un problema a criticar, desmontar y analizar. Hemos destacado algunos
elementos relevantes para la comprensió n de có mo la estrategia de los
grupos conservadores y antigénero se ha articulado política y
discursivamente en América Latina en torno al dispositivo de la "ideología
de género", en contra del avance de los derechos de las mujeres, el
reconocimiento de la diversidad sexual y la igualdad de género en nuestras
democracias contemporá neas. Este aná lisis se inscribe en una tarea má s
amplia de pronunciamiento contra aquellas normas sexualizadas y de
género que pretenden imponerse discursivamente como obligaciones y
restricciones para una vida vivible, especialmente en las prá cticas
educativas.
PAGE 162 G. S. M.
NOTAS
REFERENCIAS
CAPÍTULO 11
Daniel Fernández-Fernández
INTRODUCCIÓ N
El aná lisis que se propone en este capítulo forma parte del proyecto de
investigació n "Diversidad sexual y diversidad funcional. Aná lisis del
discurso de docentes y estudiantes de secundaria", 1 desarrollado en el
Instituto de Investigació n en Educació n de la Universidad de Costa Rica. Este
trabajo busca específicamente analizar las experiencias de los estudiantes
de secundaria costarricenses LGBT+2 , así como algunos recursos retó ricos
presentes en el discurso de los docentes de secundaria sobre la diversidad
sexual. Otro objetivo importante es esbozar algunos puntos que se solapan
con los imaginarios clave de la sociedad costarricense.
En una antología recientemente publicada en Chile bajo el título
Pedagogías queer, Lucas Platero, uno de los autores del compendio, termina
su artículo formulando algunas preguntas que considera relevantes para
pensar la queidad en el escenario educativo, entre las que destaca: Có mo
© El autor(es) 2020
179
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5_11
11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
para combatir el giro conservador global que nos pide hacer una enseñ anza
neutral, es decir, tradicional y conservadora? (Platero, 2018). El presente
capítulo retoma esta pregunta y explora sus giros en el contexto educativo
costarricense.
En América Latina, como señ ala Figari (2014), las lecturas queer y sus
reelaboraciones han servido para instaurar otro paradigma de aná lisis
teó rico en las ciencias sociales, una lente desde la que observar y
desestructurar la relació n entre sexo y género, las políticas de identidad y la
visió n esencialista de la diversidad sexual. Inscribimos el aná lisis del
contexto educativo dentro del campo de los estudios queer, como una forma
de cuestionar las concepciones imperantes sobre la sexualidad (Careaga,
2010), con especial atenció n al papel institucional de la escuela.
Durante 2017, Costa Rica consolida la implementació n de un programa
de educació n sexual en el nivel secundario, que tiene como uno de sus
objetivos la comprensió n y sensibilizació n de los diferentes á mbitos
familiares y de género. En el marco de un proceso electoral para el período
2018-2022, el conservadurismo religioso tomó una fuerza sin precedentes a
través de violentas dia- tribuciones contra lo que los conservadores llaman
"ideología de género". Este momento histó rico es el epítome de un proceso
de lucha entre el laicismo y la religió n que tiene a la institucionalidad
educativa como centro de la confrontació n.
Las visiones heteropatriarcales que se imponen en este contexto
refuerzan una estructura binaria que crea una jerarquía discursiva en torno
a la sexualidad, en la que uno de sus componentes (la sexualidad
"tradicional") ocupa un lugar má s privilegiado que el otro (la diversidad
sexual). Ante esta situació n, coincidimos con el planteamiento de McInnes y
Davies (2008), para quienes en lugar de invertir o ampliar estos términos, es
má s fructífero transparentar las relaciones normativas de poder que tales
categorías refuerzan.
En los ú ltimos 20 añ os ha habido un gran nú mero de iniciativas en el país
para transformar las instituciones educativas en espacios que incorporen la
diversidad sexual. La Política Nacional de Sexualidad 2010-2021 es quizá s el
ejemplo má s emblemá tico en esta línea. Esta política establece que:
con personas del mismo sexo), y respetuoso con la diferencia y la diversidad. (2011,
p. 11) [la traducció n y los subrayados son míos]. 4
la lucha por una subjetividad moderna pasa por una resistencia a las dos
formas actuales de sujeció n, la una consistente en individualizarnos sobre la
base de restricciones de poder, la otra en atraer a cada individuo a una
identidad conocida y reconocida, fijada de una vez por todas. La lucha por la
subjetividad se presenta, pues, como el derecho a la diferencia, a la variació n y
a la metamorfosis. (Deleuze, 2006, p. 106)
METODOLOGÍA
Método
El presente estudio utilizó un método de investigació n cualitativa
fenomenoló gica. Es un estudio exploratorio descriptivo y analítico. En este
artículo se presentará n los datos obtenidos de las entrevistas realizadas al
grupo de estudiantes y docentes de diferentes liceos costarricenses. Esta
propuesta metodoló gica se justifica por la necesidad de explorar las
experiencias y percepciones sobre la diversidad sexual en el sistema
educativo pú blico costarricense. Nuestro interés en esta perspectiva es que
la investigació n cualitativa privilegia el aná lisis de microprocesos, como el
estudio de las acciones sociales, que en este caso corresponden a las
experiencias y percepciones de estudiantes y docentes (Eberle, 2013).
Participantes
En el período comprendido entre marzo de 2018 y noviembre de 2018, se
realizaron 20 entrevistas, 10 correspondieron a estudiantes y 10 a docentes.
Los docentes pertenecen a dos escuelas pú blicas del á rea metropolitana de
San José, capital de Costa Rica. Uno de estos colegios era de clase
trabajadora, mientras que el otro era de clase media. La elecció n concreta de
los cinco profesores de cada escuela fue aleatoria. Todos ellos tenían
estudios universitarios y má s de cinco añ os de experiencia.
En el caso de los estudiantes, su elecció n se realizó mediante un muestreo
de conveniencia, debido a la dificultad de acceso a esta població n.
Pertenecían a ocho colegios diferentes, seis de ellos eran de la capital y dos
pertenecían a zonas periféricas. En relació n a su identidad sexual, un
estudiante se identificó como persona no binaria y otro como chico
transgénero, mientras que los otros cuatro se identificaron como chicos cis y
cuatro como chicas cis. En cuanto a la orientació n sexual, en el caso de los
chicos cis, todos se identificaron como homosexuales, mientras que en el
caso de las chicas cis, tres se identificaron como lesbianas y una como
bisexual. Al igual que en el caso del profesorado, en el caso de los
estudiantes inter- vistos, existen diferentes puntos de vista relacionados con
sus características interseccionales y sus correspondientes posiciones
subjetivas; sin embargo, una diferencia importante entre ambos grupos se
refiere a la temporalidad desde la que enuncian sus discursos. En el caso de
los profesores, todos ellos eran profesionales de la educació n secundaria en
el momento en que fueron interseccionados. Mientras que en el caso de los
alumnos, aunque la mayoría eran
11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
Instrumentos
Se realizaron entrevistas individuales semiestructuradas para desarrollar
un aná lisis profundo de los discursos de los participantes. En el caso de los
profesores, los siguientes temas formaron parte de la entrevista: el
conocimiento sobre la diversidad, la experiencia de trabajo con los
estudiantes LGBT +, el enfoque de la diversidad sexual y los derechos de las
personas sexualmente diversas. En el caso de los estudiantes, las preguntas
giraron en torno a su experiencia como estudiantes LGBT+ y su evaluació n
del enfoque de la diversidad sexual en la escuela. Así, las inter- vistas
pretendían conocer la posició n de ambos sobre la diversidad sexual, así
como sus experiencias con este tema en el contexto educativo del que
forman parte.
Procedimientos
En el caso de los docentes, el primer acercamiento a la població n estudiada
fue a través de un contacto con la Direcció n de Medio Ambiente y Salud del
Ministerio de Educació n Pú blica, con quien se estableció el ingreso a las
escuelas; posteriormente, la coordinació n se realizó con los prin- cipales de
cada institució n. En el caso de los estudiantes, el contacto se realizó a través
de un grupo LGBT+ llamado "Out of the Closet" utilizando la técnica de bola
de nieve. En el momento del proceso de investigació n, este grupo era una
iniciativa emergente y autogestionada, en la que participaban jó venes -en su
mayoría en edad de cursar el bachillerato- con el apoyo voluntario de
personas de la sociedad civil interesadas en el tema de la diversidad sexual
(entre las que se encontraba el autor de este trabajo). La mayoría de los
participantes no tenía formació n política previa, por lo que este colectivo fue
el primer espacio en el que compartieron sus experiencias y percepciones
sobre la diversidad sexual.
Las personas interesadas en participar en el estudio firmaron un
formulario de consentimiento informado. La realizació n de esta
investigació n fue aprobada por el Comité de É tica Científica de la
Universidad de Costa Rica. Todas las entrevistas fueron grabadas y tuvieron
una duració n promedio de 20 minutos. Posteriormente, las
PAGE 180 D. FERNÁ NDEZ-
Análisis de la información
El enfoque metodoló gico se aproxima a lo que Denzin y Lincoln (2005)
llaman un patchwork, es decir, un montaje en el que se yuxtaponen o
superponen diferentes imá genes para crear un cuadro. Siguiendo esta
propuesta, el investigador puede ser visto como un bricoleur, como un
quiltmaker. En este caso, el material con el que se forma el bricolaje está
constituido por los discursos que convergen en torno a una entrevista, que
en sí misma es una formació n enunciativa de cará cter discursivo. Foucault
(1972) señ alaba que si una proposició n, una frase o un conjunto de signos
pueden llamarse "enunciados", no es en la medida en que haya habido, un
día, alguien que los haya pronunciado, o haya dejado en algú n lugar su
rastro provisorio: es en la medida en que se pueda asignar una posició n de
sujeto.
En el presente texto partimos de la concepció n foucaultiana del dis-
curso, que consiste en una realidad supraindividual, en un tipo de prá ctica
que pertenece a los grupos má s que a los individuos y que se ubica siempre
en diversos á mbitos o campos sociales. Los discursos, sin embargo, tienen
un fuerte impacto en los individuos, en tanto que son ellos quienes los
construyen y quienes, reflexivamente, se constituyen discursivamente (Díaz
et al 2007).
Este enfoque no puede entenderse sin tener en cuenta el campo de la
arqueología, que, en términos de Foucault, constituye su marco referencial.
El enfoque arqueoló gico implica un aná lisis comparativo que no pretende
reducir la diversidad de los discursos, sino distribuir su diversidad en
diferentes figuras. El efecto de la comparació n arqueoló gica no es unificador,
sino multiplicador (Foucault, 1972).
11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
ANÁ LISIS
Apoyo, no, o sea no es como, no, no, no, es como que no hay, có mo decirlo, es
que, o sea, no tuve ningún problema con la institución, pero tampoco me
ayudaron, o sea, no me han ayudado en nada, no es como que pueda decir que
la administració n me ayudó o algo así, no (Estudiante Gay). 5
Primero, empecé a salir del armario conmigo misma, y todo era tan estrecho
de miras allí [en el instituto], que no se permitía ver a gente cogida de la mano
en los pasillos, o, si decías bisexual, homosexual o algo así, era una explosió n
[un escá ndalo], no encontrabas apoyo en ningú n sitio (Estudiante lesbiana). 6
Recuerdo que las chicas podían usar pantalones y faldas y yo no tenía permiso
para usar pantalones cortos, que yo quería, só lo pantalones largos, así que hay
estas pequeñ as cosas que... a veces dices, tal vez es só lo la ropa o una cosa
estú pida, pero siento que no, quiero decir, la gente siempre quiere ver a los
demá s de alguna manera y el sentimiento o el criterio de uno no debe ser
aniquilado o mutilado, ni nada de eso (Estudiante no binario). 7
11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
En Costa Rica, el uso del uniforme es una medida obligatoria que suele
justificarse con el argumento de que gracias a él se pueden borrar las
diferencias de clase social, una ló gica que no só lo es falaz, sino también
autodestructiva, ya que, como señ ala Leck (2005) del mismo modo que la
aspirina oculta un dolor de cabeza, el uniforme escolar esconde la necesaria
exhibició n de las diferencias existentes a nivel de posició n social y normas
culturales, y dando un paso má s, para el autor, la má scara de los uniformes
es en realidad un impedimento para la erradicació n de la desigualdad.
Como indica Le Breton (2018), hablando de los rituales de inscripciones
corporales en diferentes sociedades, la marcació n sociocultural del cuerpo
puede realizarse a través de una escritura directa del colectivo sobre la
carne del sujeto, que puede hacerse como sustracció n, como deformació n o
como adició n. Argumentaremos que la ropa, como adició n por excelencia del
cuerpo en las culturas occidentalizadas, es una escritura directa registrada
no en la carne del sujeto, sino sobre ella.
En este caso, queremos llamar la atenció n sobre el hecho de que, má s allá
de la evidencia de que existe una abrumadora dicotomía de género que
valora de forma diferente los cuerpos codificados como "niñ os" y "niñ as",
para que se produzca dicha vivificació n sexual en esta etapa educativa, la
escuela debe funcionar como un dispositivo de visibilidad de género. Así, el
reconocimiento de los cuerpos se inscribe en un campo visual donde la
ambigü edad sexual está prohibida, excluida o marginada. No cabe duda de
que la escuela no es la ú nica entidad que ejerce este tipo de efecto, pero sin
duda se encuentra entre las má s significativas, teniendo en cuenta el
complejo período de la vida que representa la adolescencia. Ademá s, como
menciona el estudiante "la gente siempre quiere verse de una manera
determinada", una afirmació n tan precisa cuando hablamos de las
expectativas de los jó venes.
La siguiente, y ú ltima, intervenció n del alumno muestra de forma diá fana
la incursió n de este dispositivo de visibilidad de género en el plano de la
subjetividad.
Básicamente viví una má scara, viví con una má scara durante el instituto, por
culpa de ellos, de mi familia, porque todo el mundo en mi pueblo [un pueblo
situado en una provincia periférica] conoce a mi familia, porque es un "pueblo
pequeñ o, infierno grande", así que por culpa de ellos, de sus amigos, no puedo,
no puedo, no puedo (Estudiante Hombre Trans). 8
Sobre ese tema [la diversidad sexual] no se habla [en el instituto], aunque se
podría ver en... por ejemplo ya sabemos qué comportamientos de una persona
corresponden a un gay o a una lesbiana por los pará metros o estereotipos si
pudiéramos decir, pero es un tema totalmente tabú , y yo nunca meto las
narices en este tipo de asuntos, porque siento que podría quedar mal si meto
las narices (Profesor 1). 9
Lo que siento, es que no se les debe prestar tanta atención, porque en realidad
siento que... lo que hace el prestarles tanta atención es que los demá s
[estudiantes] quieran experimentar, entonces, lo que ha hecho, es que salga
tanta gente con diversidad de género, significa que, se les presta tanta
atención, que nadie tiene miedo de explorar, nadie tiene miedo de probar otras
cosas (Profesor 2). 11
Como señ ala Gilman (1994) al referirse a los estereotipos hacia los
homosexuales en el contexto del VIH, la estigmatizació n define la frontera de
la con- taminació n, limitando el riesgo de contaminació n a un grupo
minoritario y confinando así los temores de la mayoría sobre su
vulnerabilidad a la propagació n del supuesto peligro. En Costa Rica, este tipo
de enfoque se fortaleció con gran intensidad desde el momento en que los
grupos conservadores popularizaron la noció n de "ideología de género", un
significante vacío que sirve para oponerse a todo lo que resuena con la
libertad sexual.
La escuela no es un simple agente de transmisió n de conocimientos como
presupone la ló gica de la educación bancaria (Freire, 2015); es también un
espacio de socializació n y, por tanto, de experimentació n. El siguiente
conjunto de intervenciones muestra un posicionamiento aparentemente
menos taxativo en este punto, pero acaba reproduciendo la misma ló gica. Un
profesor, hablando del tema de la orientació n sexual, afirma lo siguiente:
Es una elecció n íntima, PRIVADA, es decir, les digo a los niñ os, dime una cosa,
¿los heterosexuales tienen que andar con un cartel que diga soy heterosexual?
Yo digo, ¿por qué los gays tienen que decirlo? (Profesor 3). 12
Es evidente que aquí estamos ante una falacia que consiste en poner al
mismo nivel la adscripció n de la heterosexualidad, una orientació n sexual
validada y hegemó nica, frente a cualquier otro patró n de vinculació n sexual.
Como señ ala Serano (2007), en general só lo nos identificamos con aquellos
aspectos de nosotros mismos que está n marcados, porque son aspectos con
los que tenemos que lidiar todo el tiempo, por el prejuicio de otras personas.
En ambos casos, ademá s, existe una ló gica de atenuació n del
comportamiento que opera bajo las coordenadas del "ser pero no estar".
"Ser gay pero no decirlo", "salir del closet, pero no como hada" ("sin
plumas", en españ ol costarricense), para que no parezca que se salió del
closet. La oposició n visibilidad/invisibilidad es una de las principales
reiteraciones en el discurso de los profesores y quizá también uno de los
aspectos má s persistentes en
PAGE 180 D. FERNÁ NDEZ-
CONCLUSIONES
NOTAS
1. Este proyecto forma parte de una línea de investigació n iniciada por el autor
de este capítulo en el INIE en el añ o 2014, en la que se han considerado dos
dimensiones, la diversidad sexual y la funcional. En este capítulo nos
centraremos en la diversidad sexual; para má s informació n sobre la
diversidad funcional, véase: Ferná ndez (2016a). Y para un enfoque que
combina ambas perspectivas, ver: Ferná ndez (2019).
2. LGBT+: Acró nimo de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans y otros grupos.
Utilizamos el acró nimo LGBT+, ya que representa las denominaciones de
identidad utilizadas por los participantes en el proceso de investigació n que
aquí se presenta. El signo má s se utiliza para indicar que se tienen en cuenta
las personas con otras identificaciones, y en el caso de este estudio, se refiere
específicamente a las personas no binarias.
3. En Costa Rica, el periodo de escolarizació n obligatoria tiene una extensió n de
13 añ os, organizado en tres niveles: Educació n Preescolar (5-6 añ os),
Primaria (7-12 añ os) y Secundaria (13-17 añ os). En este documento,
utilizaremos indistintamente "bachillerato" y "secundaria". La tasa de
alfabetizació n de la població n adulta del país ronda el 98% (Gutiérrez y
Madrigal, 2011).
4. En españ ol: "En concordancia del respeto a la diversidad sexual se debería
considerar que, en relació n con la sexualidad nada está acabado o definido,
que es necesario ser flexibles ante lo conocido y ser respetuosos ante lo
11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
REFERENCIAS
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11 VOCES, SUBJETIVIDADES Y DESEOS. SECUNDARIA COSTARRICENSE... PAGE
CAPÍTULO 12
Adriana M. Pérez-Rodríguez
INTRODUCCIÓ N Y METODOLOGÍA
A. M. Pérez-Rodríguez ()
Observatorio de Asuntos de Género de Norte de Santander, Cú cuta, Colombia
aNaLISIS dETA
En primer lugar, hay que hablar de la Universidad Libre de Colombia en
Cú cuta, donde se realizó esta investigació n. La historia de la Universidad
Libre se remonta a 1890 con la fundació n de la Universidad Republicana,
conocida por defender los valores liberales, y que pasó a llamarse
popularmente Universidad Libre. Aunque la institució n comenzó a funcionar
oficialmente en 1923 en Bogotá , no fue hasta 1973 que se abrió una sede en
Cú cuta con el propó sito de "ampliar las acciones de docencia, investigació n y
extensió n en el departamento de Norte de Santander" (Universidad Libre de
Colombia, s.f. , p. 31). Esta universidad goza de un amplio reconocimiento
social en Cú cuta debido a la favorable reputació n de su Facultad de Derecho
y por atender a estudiantes de familias locales con mayor capital social y
econó mico3 ,
lo que aporta prestigio a quienes estudian o trabajan en la
institució n.
Esta forma de distinció n resultaba muy atractiva para los entrevistados a
la hora de decidir a qué universidad querían acceder para estudiar Derecho.
PAGE 204 A. M. PÉ REZ-
Una vez tuve una gran discusió n con un profesor y pensé: "bueno, ¿qué le
impide decir cosas así en clase? No había programas institucionales para
evitarlo, y él decía comentarios muy desagradables como: "Bueno, ¿vamos a
hacer la clase o tengo que traer a esa profesora con el culo grande? Porque
estoy seguro de que le prestará s atenció n a su culo "4.
Nos dimos cuenta de que había que fortalecer y cuidar este espacio porque el
grupo podía terminar si no aportá bamos nuestras propias experiencias.
Entonces, al tener esta oportunidad, que todavía no es mucha, y en una
universidad donde no se discuten estos temas, nos dimos cuenta como 'oye,
vamos a aprender má s, vamos a estudiar...'.
12 "AL MENOS SABEN QUE EXISTIMOS". RECLAMANDO SU DERECHO A APARECER...
más sobre todo esto" y, en mi caso, "vamos a poner en prá ctica lo que aprendí".
Aquí aportamos desde nuestras experiencias personales, todos escuchamos y
nos sentimos identificados y eso es un aliciente para seguir adelante. 5
por lo que este conjunto plural de derechos, derechos que debemos ver como
colectivos y encarnados, no son modos de afirmar el tipo de mundo en el que
cualquiera de nosotros debería poder vivir; má s bien, surgen de la
comprensió n de que las condiciones de precariedad se distribuyen de forma
diferencial, y que la lucha contra, o la resistencia a, la precariedad tiene que
basarse en la demanda de que las vidas deben ser tratadas de forma igualitaria
y que deben ser igualmente habitables. (2015, p. 67)
CONCLUSIONES
NOTAS
REFERENCIAS
CAPÍTULO 13
© El autor(es) 2020
217
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5_13
13 EPÍLOGO: UN GLOSARIO DE QUEER POR EL COLECTIVO CRISCADIANO219
¿Sigues ahí?
Si has decidido quedarte (y recuerda que puedes irte cuando quieras),
puede que te interese saber má s sobre el contenido -o las partes- de este
Leviatá n que hemos creado; incluso se podría decir que somos este gran
animal. Puedes tejer, cenar sobre algunas de las entradas que puedes
encontrar aquí, pero no somos responsables de las consecuencias de
interactuar con él: podemos tocar, acariciar, morder, golpear; podemos
querer destruir y luego reconstruir. Estas entradas son los resultados de
nuestra investigació n sobre el queerness latente en la Universidad del Valle
(Cali, Colombia): Interrogamos (1) las estructuras, instituciones, cuerpos,
conocimientos y prá cticas coloniales; (2) la matriz sexo/género que ha
estructurado la teoría queer en general y las pedagogías queer en particular;
(3) todas las formas de la hetero heterosexualidad, heteropatriarcalidad,
heteronormalidad; (4) homonormalidad; (5) y prá cticas de
enseñ anza/aprendizaje falo-logo-ocular-verbocéntricas (segú n Cixous &
Clément, 1986; Á lvarez Valencia, 2018).
PAGE 218 A.
Anfibios
¿Qué es ser queer? Es ser anfibios, seres hú medos y resbaladizos, que
pueden entrar y salir de paisajes materiales y simbó licos hetero y
homonormativos/homosexuales. Los queer/anfibios son, como han
denominado otros estudiosos que van desde la sociología, la educació n, la
psicología, el aprendizaje del lenguaje hasta la crítica literaria y cultural,
sentipensantes (Fals Borda, 2015), mediadores, traductores/lenguaraces,
bá rbaros (Anzaldú a, 1987) y bá rbaros (Hardt & Negri, 2000) pero, sobre
todo, ciborgs (Haraway, 2016): Híbridos organismo/má quina, criaturas
animal/má quina de
un mundo post-género; [el cíborg] no tiene nada que ver con la bisexualidad, la
simbiosis pre-edípica, el trabajo no alienado, u otras seducciones a la totalidad
orgá nica a través de una apropiació n final de todos los poderes de las partes
en una unidad superior. (Haraway, 2016, p. 8)
Negro
Hoy en día, ser negro es una decisió n. No es dar por sentado lo que te
dicen los medios de comunicació n o la legitimidad; entonces, empiezas a
cuestionar esas ideas que asocian la negritud con la fealdad, la suciedad y la
oscuridad. La forma de pensar europea-blanca colonizada asocia a la
persona negra con un ser inferior, pues su idea de raza hizo que "la sociedad
blanca se proclamara como la raza superior y afirmara su humani- dad
negando otras humanidades, especialmente la africana " 6 (Mosquera, 2016,
p. 10). Cuando se es negro, se sabe que no se es inferior, que se siente-
piensa-vive como cualquier otro ser humano, pero debido a todo tipo de
acciones intrínsecas y opresiones deliberadas, se tiene que soportar la
discriminació n en todos los aspectos de la vida.
Ser negro es reconocer no só lo nuestra historia reciente, sino también la
antigua, esa historia de la que nos desprendimos con nuestro desarraigo
pero que, sin embargo, puede reflejarse en algunas prá cticas culturales de la
diá spora, esa historia sobre la civilizació n nacida en Á frica, sobre la creació n
negro-egipcia de la arquitectura, la escritura, la pintura y la medicina. Ser
negro es querer saber má s a pesar de las campañ as colonialistas para
destruir y ocultar los avances negros (Williams, 1986). Ser negro en los
tiempos actuales es redescubrir pero también atreverse a desafiar la
narrativa hegemó nica. Es identificar el poder de las palabras, las imá genes y
los símbolos en una sociedad en la que "Prevalecen estas imá genes
estereotipadas e hipersexualizadas de la mujer negra " 7 (Santiesteban, 2017,
p. 189). Al fin y al cabo, ser negro es descolonizar la mente, es enroscar los
perfiles raciales blanco-mestizos de nuestros profesores, nuestras aulas
blancas (como espacios) y nuestros planes de estudio republicanos.
El cuerpo negro queer está sobrerrepresentado como un cuerpo/mito
racializado, hipersexualizado e historizado. Como si estuviera amputado de
Á frica. Como si siempre estuviera cruzado por categorías ya establecidas de
clase, idioma, religió n, edad o sexo/género. Funciona de forma no sincró nica
(Hicks, 1981), objetivada bajo la mirada del hombre blanco-mestizo (segú n
Fanon, 1986).
La modificació n del cuerpo de las mujeres negras en una sociedad blanca-
mestiza8 en general y en un programa de formació n de profesores en
particular significaría desmantelar esa mirada hipersexualizadora que no
puede concebir a las mujeres negras fuera de lo eró tico, exó tico y
sexualmente exuberante. Sus cuerpos está n "orien- tados" (Ahmed, 2006) en
un esquema de capital histó rico-racial-sexual (segú n Fanon, 1986, p. 111).
13 EPÍLOGO: UN GLOSARIO DE QUEER POR EL COLECTIVO CRISCADIANO219
Crisis
El cuerpo queer se conceptualiza dentro de una ló gica falo-logo-
verbocéntrica (segú n Cixous y Clément, 1986), ajeno, saturado, marginado, y
visto como un cuerpo deficiente e incompleto que debe ser aprobado
discursiva y pedagó gicamente, y luego "enderezado" (Ahmed, 2006).
Cuando el individuo/objeto/prá ctica queer se tematiza como desviado o
abyecto, es porque amenaza el tejido mismo de la matriz colonial de poder,
ser y saber (Walsh, 2008); una amenaza que invoca, por un lado, "un
derecho de la policía", "...inscrito en el despliegue de la prevenció n, la
represió n y la fuerza retó rica dirigida a la reconstrucció n del equilibrio
social" (Hardt & Negri, 2000, p. 17); y, por otro, la reafirmació n y fijació n de
límites disciplinarios/corporales/instrumentales/espaciales/afectivos
hetero y homonormativos para mantener las cosas y las personas "en su
sitio".
La crisis, como proyecto moderno, gira en torno a una reacció n9 que la
marica y estudiosa del género trans denomina transpedagogía:
Hybris
El cuerpo queer es inconmensurable para la mirada heterosexual. Se aprecia
desde una lectura erró nea, reduciéndolo a la anormalidad por no encajar en
la dicotomía preestablecida hombre/mujer. Sin embargo, el queerness
desafía la norma desde un punto de vista diferente, ú nico y "contra-natura"
(Echeverría, 1997). Los queerness son los comportamientos de aquellos que
son vistos como no pertenecientes al statu quo, que han sido rechazados por
la mayoría, obligados a vivir en una realidad alternativa que les permite
trascender la clá sica oposició n entre lo femenino y lo masculino (Echeverría,
1997). Como disidentes sexuales y de género, los cuerpos queer tienen
ganas de no esconderse
PAGE 218 A.
(In)visible
Estamos ahí, podemos ver a los demá s en los pasillos, en la cafetería, incluso
sentados a nuestro lado en clase; de hecho, sabemos quiénes somos, por
muy sutiles que seamos -o intentemos ser-. Sé quiénes son como yo y, sin
embargo, no levantamos la voz má s allá de la charla diaria con nuestros
amigos o con ese compañ ero de clase al que tenemos que pedirle prestados
unos apuntes. Podemos vernos todos los días, pero no nos vemos. Perdemos
cualquier tipo de identidad en el espacio físico y no físico que compartimos,
los rastros que quedan de nosotros mismos se desvanecen a los ojos de los
profesores y compañ eros, a los ojos de nuestra gente y, a veces, a nuestros
propios ojos. Iró nicamente, allí donde la mayoría de nosotros reclamamos
sentirnos má s libres que en la calle, en uno de los pro- gramas má s abiertos
del campus, tenemos que forzar nuestro camino para ser vistos, para
hacernos visibles. De hecho, los profesores del programa de formació n de
profesores de idiomas, e incluso de la Facultad de Humanidades, no se
atreven a vernos a través de la niebla que nos ha impedido mirarnos
directamente a los ojos. Sin embargo, este obstá culo se ha creado porque
nadie ha considerado necesario incluirnos, hacernos visibles porque hacerlo
se sentiría como algo forzado, como si formar parte de lo explícito y
programado, contar lo que hemos vivido y có mo pensamos no fuera natural.
Sin embargo, se olvidan de que el mismo currículo tal y como es ahora fue
forzado en nosotros, tan bien disimulado que la mayoría de nosotros no se
atrevería a secundarlo.
Adivínalo.
Así, el currículo, tanto explícito como oculto, es el escenario de la per-
petuació n de privilegios (Sá nchez-Saínz, 2019) que enmascara nuestras
identidades: nuestro género, raza, sexualidad, creencias, nosotros mismos.
Pues no importa que las personas del programa sean de mente abierta y
estén dispuestas a escucharnos, a aprender y a compartir, simplemente
somos ignorados. Los temas relacionados con la comunidad LGBT+ está n
ausentes tanto en el nivel de planificació n curricular institucional como en el
programá tico (Deng, 2010), pero podría esperarse que en su tercer nivel, el
currículo de aula, los profesores transformen lo estipulado en el
programá tico, ya sea por decisió n propia o por diá logo con los estudiantes.
Al analizar los programas de cada curso, se pudo observar que estos
temas no se incluyen a menos que los alumnos los propongan: en el curso de
Sociolingü ística, en el que los alumnos tienen la oportunidad de decidir qué
tipo de investigació n quieren realizar, un alumno eligió "Las maricas de la
PAGE 218 A.
Marica
Hay una palabra en nuestro argot que resuena en la boca de la mayoría de
los jó venes: Marica. 11 El término se utiliza como una palabra cariñ osa en las
conversaciones. Sin embargo, marica no pretende ni causa ningú n dañ o.
Pero por má s desapercibido que pase entre susurros y bromas, persiste su
intenció n de ridiculizar a los hombres que no se ajustan a los roles de
masculinidad que está n llamados a cumplir. Má s allá del término peyorativo,
¿no sería mejor preguntarse en qué criterios se basa el "mariquismo"?
Segú n una de las estudiantes del programa de formació n de profesores de
idiomas, ser marica es expresar un comportamiento femenino, y la palabra
es una resignificació n de la denominació n cariñ osa de María (uno de los
nombres má s comunes en Hispanoamérica) que pretende estereotipar a los
hombres homosexuales como delicados, un concepto frecuentemente
asociado a las mujeres. Por lo tanto, llamar a alguien marica es una forma de
pensar lo femenino como invá lido (Colina, 2009). Es decir, un intento de
categorizar aquellos rasgos asociados a la mujer como desviados, pero
también una forma de privar a la mujer de ser el sujeto y no el objeto de la
representació n. Las mujeres que aparecen en la conversació n no son los
seres a los que se les niega la legitimidad (Owens, 1983), sino un tema que
sirve a los hombres para describir su experiencia con la hombría.
Aunque hay mucho que explorar en cuanto al reconocimiento y la
representació n de las mujeres, hay un fenó meno interesante que surge al
darse cuenta de la conexió n entre las etiquetas "femenino" y "marica". Hasta
no hace mucho, el término estaba ahí de una manera que no podíamos ver,
porque el insulto estaba dado por sentado. Segú n Ahmed (2006), faltaba un
trasfondo que permitiera nuevas interpretaciones, nuevos futuros posibles,
"que podrían implicar extraviarse, perderse o incluso volverse maricas" (p.
555). Hasta el momento, el resultado de esta resemantizació n del
mariquismo es tomar el término como bandera (Trujillo, 2015, p. 1533), una
auto-designació n que no se siente impuesta o, en palabras de uno de
nuestros entrevistados "cuando la gente me insulta con la palabra marica, yo
no me siento ofen- dido porque ser mujer no es una ofensa" ["cuando la gente
me insulta con la palabra marica, yo no me siento ofendida porque ser mujer
no es una ofensa"]. Forma parte del deseo de una persona de
PAGE 218 A.
Mariposario
Puede preguntar a cualquier persona de la Universidad: Idiomas o el
Programa de Lenguas Extranjeras es conocido como el mariposario, llamado
así en un intento eufemístico de ocultar el prejuicio general que se tiene
contra los que estudian idiomas. El término es bastante sutil y hasta
simpá tico si se reflexiona sobre lo que esconde. No todo el mundo en el
programa o en la Escuela de Ciencias del Lenguaje conoce el término,
utilizado en su mayoría de forma peyorativa, clasificando a todos los
estudiantes del programa como parte de la comunidad LGBT+, una
generalizació n que también les priva de su derecho a definirse.
Sin embargo, durante las entrevistas y a través de nuestras propias
reflexiones, nos dimos cuenta de que existen sentimientos y percepciones
encontradas sobre el diseñ o que ha recibido el programa de formació n de
profesores de idiomas. De hecho, al ser considerados el mariposario de la
Universidad y saber que la palabra es otra forma de decir marica sin decirlo,
la mayoría de nosotros nos sentiríamos ofendidos inmediatamente. De
hecho, todavía lo hacemos cuando el término se utiliza de forma despectiva.
El origen del término, aunque sea inencontrable, representa perfectamente
la visió n de la masculinidad hegemó nica: todo lo que se opone al hombre
blanco-mestizo heterosexual es objeto de ataque y burla. Por lo tanto, las
mariposas, como símbolo cultural de la feminidad, será n la representació n
que se le da al hombre no heterosexual porque, como dijo Colina (2009),
suelen identificarse con las mujeres, y las mujeres y los homosexuales son
vistos como el Otro inferior.
No obstante, hemos decidido romper la palabra hasta el má s natural de
sus significados y aprovechar lo que puede representar para nosotros: las
mariposas son seres de transformación, que pasan de ser larvas, orugas, a
formas bellas y coloridas, ganando alas para volar, animales que la gente
acepta, símbolo de belleza. A pesar de tener una connotació n negativa, pero-
terfly house no es una palabra que incite a la violencia o al odio; en
consecuencia, puede ser reivindicada y resignificada del escandaloso
significado que algunos se atrevieron a darle.
13 EPÍLOGO: UN GLOSARIO DE QUEER POR EL COLECTIVO CRISCADIANO219
Pedagogía Queer
No toda prá ctica pedagó gica que critique/revierta la divisió n hetero/homo,
o que reconozca la centralidad del cuerpo (sus sobre-representaciones, su
hipo/hipersexualizació n) en la construcció n del Otro/del conocimiento, o
que cuestione la "producció n de normalizació n" (Britzman, 1995, p. 154;
Sá nchez-Saínz, 2019) en sus sentidos y materializaciones má s amplias, o que
"codifique la subversió n y la desviació n" (Bello, 2018,
p. 110), o que desafíe las identidades de género/prá cticas sexuales y
estéticas hegemó nicas, o que luche contra cualquier forma de violencia
(sexismo, racismo, capitalismo, capacitismo, cisgenerismo, heterosexismo,
etc.) es una pedagogía queer. No todas las formas de exclusió n son
intrínsecamente malas, al igual que no todas las formas de coerció n son
opresivas. La pedagogía queer como campo/cuerpo de conocimiento
(Trujillo, 2015, p. 1536), como estética, como caja de herramientas (Pérez,
2016, pp. 191-195), y como método/postura política (Bello, 2018; Sánchez-
Saínz, 2019; Trujillo, 2015)/prá ctica política, es decir, como pedagogía en su
sentido relacional (Gaztambide-Ferná ndez, 2012), debe tener como premisa
el imperativo ético del ch'ixi (es decir, convivencia, segú n Rivera Cusicanqui,
2010, 2012, 2019). De lo contrario, como muchos académicos y activistas
políticos está n adoptando y operando la noció n de queer, en las pedagogías
queer -tanto en sitios académicos (escuelas/universidades/programas de
formació n de profesores) como no académicos- para involucrar una gama
tan amplia de prá cticas/experiencias (las enumeradas anteriormente), está n
haciendo que los términos (queer y pedagogía) no só lo sean elusivos, sino
también pedagó gica y éticamente sin sentido.
Como explica Valencia Mafla (2018, pp. 51-52), Ch'ixinakaxutxiwa12 o
Ch'ixi (pronunciado como /'tʃɛhɛ/) es una conceptualizació n encarnada de
có mo los aymaras lidian con la Otredad, la diferencia y la asimilació n, tanto
durante el período colonial como en la actualidad. Para los aymaras, ch'ixi
significa convivencia. Es un espacio, una identidad, una mentalidad, una
estética, una política, una ética y una disposició n corporal donde coexisten
paralelamente realidades políticas, lingü ísticas, raciales, estéticas y
culturales mú ltiples, diferentes, heterogéneas y opuestas, que se
antagonizan, complejizan, problematizan y complementan. De hecho, como
construcció n social, busca comprometer los colonialismos internos así como
el horizonte colonial (Rivera Cusicanqui, 2010, p. 56), liberando el potencial
oral, pictó rico (imagen) y performativo de las epistemologías indígenas. A
diferencia de otras construcciones, como
PAGE 218 A.
Resistencia
Hay un derecho a ser y tener espacios seguros que se nos ha negado. Hay
una desigualdad histó rica y diferentes construcciones que provienen de una
narrativa occidental misó gina y racista. Hay una historia hablada y escrita
por hombres. Y hay una resistencia y una reivindicació n. Nosotras, como
mujeres -negras, mestizas, queer- estamos saliendo a la luz, no só lo para
denunciar
PAGE 218 A.
Fig. 13.3 Mural 3. Edificio D5, Programa de Diseñ o Grá fico e Industrial
NOTAS
REFERENCIAS
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13 EPÍLOGO: UN GLOSARIO DE QUEER POR EL COLECTIVO CRISCADIANO219
CAPÍTULO 14
val flores
v. flores ()
La Plata, Argentina
© El autor(es) 2020
241
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5_14
14 PEDAGOGÍAS QUEER/CUIR: FICCIONES DEL ABSURDO, ESCRITOS... PAGE 243
Los modos de ficció n teó rica y eró tica tendrá n que ser considerados como
una variació n prá ctica, amenazando una política temporal cuya ficció n
normativa organiza un orden naturalizado de corporalidad en el á mbito
educativo.
Si toda tecnología de género es a su vez una tecnología del tiempo, la nor-
malizació n temporal tiene efectos somá ticos, actualizando la matriz binaria
que atraviesa el pensamiento pedagó gico. Por lo tanto, pensar una
pedagogía queer/cuir significa abrir una alteració n del tiempo en sus formas
de organizar los cuerpos y los afectos y, por lo tanto, producir infracciones
en los temporali- dades educativas, así como poder escuchar la coexistencia
de tiempos superpuestos y no combinados producidos por el queerness,
dislocados de los tropos del progreso y la evolució n. Es en este contexto de
desajuste temporal donde pueden tener lugar las ficciones del absurdo y las
escrituras del escalonamiento.
NOTAS
REFERENCIAS
ÍNDICE1
1
Nota: Los nú meros de pá gina seguidos de "n" se refieren a las notas.
© El autor(es) 2020
251
M. Pérez, G. Trujillo-Barbadillo
(eds.), Epistemologías Queer en
Educación, Estudios Queer y
Educació n,
https://doi.org/10.1007/978-3-
030-50305-5
ÍNDICE253
I
Multitud, 13, 142, 144, 146, 148,
Política de identidad, 29, 180
150, 155
Imá genes/Imaginació n, 8, 12, 33, 36,
Mural, 15, 209, 231-234
81–92, 108, 133, 143, 167, 185,
221, 228, 231–233, 235n7,
246, 247
N
Vida institucional, 3, 13, 25, 37, 67, 91,
Neoliberalismo, 9, 30, 76, 84, 104,
115n16, 122, 147, 204, 207,
111, 113, 246
208, 224, 242, 247
Neutralidad, 14, 32, 70, 143,
Interdependencia, 75
188, 192, 195, 246
Iterabilidad, 36
Normalidad/normalidad, 14, 43, 61, 86,
124, 148, 149, 153, 163, 164,
173, 174, 182, 220, 242, 244
L
normalismo, 67
Enseñ anza de idiomas, 217
normalizació n, 5, 12, 17, 56, 59,
América Latina, 14, 24, 52, 53, 55-58,
60, 70, 78n1, 93n5, 109, 114,
61, 62, 66, 67, 88, 89, 161, 168,
122, 127, 146, 147, 149, 172,
171, 174, 175n1, 180,
173, 182, 196, 205, 206, 213,
181, 235n8
235n8, 242, 243
Derecho/Filosofía del Derecho, 8, 9, 13, 15,
24, 26, 35, 89, 92, 103, 105,
110, 141–156, 162, 171, 173,
O
175, 204, 206, 208–213, 214n1,
Conocimiento opuesto, 15, 203-213
242, 249
Opresió n/Oprimidos, 11, 51,
Lesbiana, 12, 24, 47n2, 69, 71, 81-92,
55–57, 71, 115n17, 128, 136,
98, 101, 108, 114n3, 115n13,
196, 205, 208, 210, 220, 221,
116n18, 123, 128, 138n4, 148,
229, 247
183, 192, 219, 241
Liberació n/Liberatorio, 53, 54, 58, 59,
61, 236n13
P
Alfabetizació n, 11, 30, 31, 37,
Patologizació n, 69, 73, 114n5, 147,
39, 197n3
148, 173
Habitabilidad, 14, 84, 109,
Pedagogía/prá cticas pedagó gicas, 1, 2,
163–164, 174, 209
4, 7–9, 11, 13, 15, 16, 23,
Lopes Louro, Guacira, 7, 82, 112,
35–37, 51–62, 65–77, 81–92,
127, 163, 196
105–107, 109, 131, 142, 143,
147, 148, 171, 174, 181, 182,
210, 213, 218, 222, 228–230,
M
235n9, 235n10, 241-249, 249n3
Marica/Maricón, 3, 15, 18n2, 56,
Performatividad/performance, 11, 30,
222, 225–227, 235n11
34–38, 40, 44–46, 70, 78n3,
México, 2, 23, 67, 165-167
123, 124, 126, 136, 148, 149,
PAGE
153–154, 164, 169, 206, 223, 190, 196, 197, 204, 206, 209,
228, 245 210, 212, 226, 244, 247, 248
Perú , 8, 93n8, 165, 167, 168 Acció n reflexiva, 61, 247
Poder, 5, 12, 13, 16, 17, 31-34, 52, Grupo de investigació n, 15, 27, 203-
213
53, 56, 57, 62, 65, 82, 85, 99, Resistencia, 4, 5, 12, 13, 15, 17, 42,
104, 106, 109, 113, 115n17, 51–62, 69, 70, 92, 112, 113,
122, 123, 128, 136, 137, 115n16, 116n17, 121-138, 150,
141–144, 146, 147, 149, 150, 172, 182, 205, 209, 213, 218,
153, 157n2, 180–182, 187, 196, 220, 223, 230–234, 235n5,
197, 205–209, 211–213, 219, 242, 248
221, 222, 225, 226, 244–248 Rizoma, 7, 13, 97-114, 144-147,
Divisió n privada/pú blica, 93n2, 126, 218, 223, 225
161,
172, 205, 219, 245, 249
Profanació n, 154, 155 S
Esfera pú blica, 14, 161-175,
206, 249n3 Espacio seguro, 25, 59, 77n1, 130,
132,
133, 210, 220, 230
Q Escuela secundaria, 13, 39, 81,
102,
132–136, 179, 181, 183, 184,
Mirada queer, 83, 90 186–192, 197, 197n3
Identidades queer, 84, 163, 222, Semió tica, 31, 45, 164, 244, 247
223, 233 Sensibilidad/Nueva sensibilidad, 16,
69, 70,
Pedagogía Queer, 4, 7-9, 11, 12, 14, 83, 245–249
15, 29–46, 51, 56–62, 65–70, Educació n sexual, 14, 92n2, 93n8,
103,
75–77, 83, 84, 88, 141–156, 108, 161–175, 180
163, 181, 182, 192, 203, 212, educació n sexual integral,
213, 218, 228–230, 9, 14, 17, 81, 82, 87,
242–244, 248 89, 90, 92n2, 162, 165,
Teoría queer, 3-5, 7, 12, 13, 18n2, 169, 172
26, 30, 35, 36, 57, 66, 69–71, Agente social, 54, 59, 104, 105, 123
75, 82, 85–88, 123, 147, 149, Construcció n social/Construcció n
social,
152, 155, 156, 182, 213, 218 5, 75, 132, 154, 155, 164, 168,
228, 246
Redes sociales, 105, 113, 133, 162,
R 163, 166, 169, 174
Racismo, 4, 5, 8, 29, 33, 40, 41, 53, Espacio, 15, 39, 42, 44, 46, 53, 54,
59,
56, 84, 109, 111, 113, 130, 131, 74, 82, 106, 109, 110, 121, 122,
147, 155, 187, 221, 228, 230, 126, 132–135, 138, 141, 143,
244, 245 150, 153, 163, 175, 186, 188,
Reconocimiento, 18n3, 24, 41, 55, 58, 189, 194, 197, 203, 205–208,
59, 61, 62, 90, 126, 129, 136, 213, 218, 221, 222, 229,
146, 161, 162, 164, 173, 174, 231, 248
ÍNDICE253