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Diapositiva 1

El concepto básico de la orientación vocacional establece que cada quien se ocupe de aquello para
lo cual está mejor dotado; esto se comprende en algo definitivo para el resto de su vida. Ahora
bien, con respecto a las profesiones, estudios, actividades, se modifican tan rápidamente que lo
más importante es orientar al joven para que sea capaz de mantener su flexibilidad de
pensamiento y de actitudes.

Es necesario que empecemos a cambiar el concepto de orientar hacia una profesión por el de
orientar para el ajuste al cambio. No tiene ya mucho sentido enseñar hechos, leyes, normas,
teorías o fenómenos cuya explicación varía a los pocos años y que como mera información podría
acumularse en las memorias de las máquinas electrónicas; más bien se debe enseñar a estudiar, a
pensar: proveer a los jóvenes con recursos y técnicas para la expresión o la creación de
conocimientos, pues éstas son precisamente las funciones que ninguna máquina puede realizar.

Diapositiva 2

Para que se prepare a la persona para que ella misma pueda adaptarse eficazmente a los cambios,
el recurso que necesitamos es la educación permanente. La idoneidad de una persona para la
ocupación de un puesto está constituida por la armonía entre una serie de factores personales de
índole psicológica y los requerimientos de la actividad a la que se dedicará.

Entre los de primer tipo están, esencialmente, la inteligencia, las aptitudes específicas, los
intereses, la preparación técnica, las opiniones, los valores y las motivaciones efectivas,
conscientes o inconscientes, que constituyen el núcleo dinámico de la personalidad.

Una de las tareas más importantes de la información, para la orientación vocacional, es


concientizar a los jóvenes de al elegir carrera no deben hacerse a la idea de que sus actividades
profesionales serán exactamente similares a las que realizan en el presente. Dentro de una misma
carrera o profesión, los métodos y los campos de aplicación varían constantemente.

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