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1960

Primera entrega de libros gratuitos de texto

Martín Luis Guzmán entrega al presidente Adolfo López Mateos y al


Secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, los primeros ejemplares de
los libros de texto gratuitos.

El 1° de septiembre de 1960 cerca de 5.8 millones de niños mexicanos se


regocijaron con la cultura. Ese día, y por primera vez en la historia, el
Estado repartió a lo largo y ancho del país 17 millones 632 mil 22 libros
gratuitos de texto, que lo mismo hablaban de la lengua nacional, que de
matemáticas, ciencias naturales, historia y civismo.

Ese mismo día, los pequeños que cursaban el cuarto, quinto y sexto grados
de primaria se quedaron con las manos vacías. Sometidos a concurso por la
Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos –creada un año antes y que
estaba presidida por Martín Luis Guzmán– los ejemplares correspondientes
a estos grados no cumplieron en su momento con los requisitos solicitados,
por lo que tuvieron que esperar un año más para poder abrazar sus propios
libros.

Desde su creación a la fecha, los libros de texto han sufrido varias


modificaciones tanto en su contenido como en su presentación; además, se
han realizado ediciones especiales en 33 lenguas y 19 variantes dialectales
para 52 grupos étnicos. Durante el periodo 1999-2000 se distribuyeron
157.7 millones de libros para preescolar, primaria y, por primera vez, para
secundaria; estos últimos se entregaron en calidad de préstamo y los
alumnos deberán devolverlos al finalizar el ciclo.

Jaime Torres Bodet, entrega libros de texto gratuitos, 1960.


Enero. Se introducen las casetas telefónicas públicas en el DF.

14 de enero. Llega a México el primer jet que se incorpora a la aviación


comercial.

6 de abril. Los telefonistas inician una huelga por aumento salarial y otras
prestaciones. Horas más tarde el presidente López Mateos expide un
decreto que ordena "requisar" Teléfonos de México. Los trabajadores
regresan a sus labores, aunque la “huelga de derecho" prosigue.

8 de mayo. El conflicto se resuelve con un incremento del 15% y ayuda


para renta y transporte.

Acto de la nacionalización de la industria eléctrica.

27 de septiembre. El Gobierno Mexicano nacionaliza la industria eléctrica


al adquirir el 90 por ciento de las acciones de la Compañía de Luz y Fuerza
Motriz.

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50 Aniversario México 68
Celebrar este aniversario representa la oportunidad de recuperar los
valores vinculados al deporte y al olimpismo, como son la paz y la
solidaridad, el respeto a los demás, la cultura del esfuerzo, la búsqueda
de la excelencia y el juego limpio. Parte de esta filosofía fue la que
motivó que el deporte tuviera un protagonismo especial, el cual incidiera
de manera transversal en el desarrollo de una ciudadanía más
participativa, con mejores hábitos de salud y con opciones de
entretenimiento deportivo de clase mundial.
50 Aniversario de las Olimpiadas México 1968
El 50 Aniversario de la XIX Olimpiada, México 68

El 12 de octubre de 1968 se inauguraron los Juegos de la XIX Olimpiada,


popularmente conocidos como los Juegos Olímpicos de México 1968,
evento deportivo que marcó un antes y un después en la historia del
movimiento olímpico y en la vida deportiva del entonces Distrito Federal
(ahora Ciudad de México). Este año conmemoramos el 50° aniversario
de dicha justa deportiva, la cual es considerada una de las más
recordadas en la historia de las Olimpiadas, no solo por los hitos
deportivos, sino también por el impacto social y cultural.

Ya en 1949 y 1955 México había intentado infructuosamente ser sede de


los Juegos Olímpicos, por lo que el año de 1968 representó el triunfo de
casi dos décadas de habilitación de instalaciones deportivas,
infraestructura de transporte, estabilidad macroeconómica y un proceso
de industrialización y pacificación que vivió el país al término de la
Revolución Mexicana. El movimiento olímpico fue sin lugar a dudas un
catalizador del desarrollo socio-económico de la Ciudad de México, por lo
que es relevante para los organizadores de este Aniversario que las
nuevas generaciones sepan el trasfondo y el impacto que tuvieron estas
Olimpiadas en la capital del país.

Para las celebraciones de este aniversario, hemos considerado a


diversos actores que fueron piezas clave de los JJ.OO. de 1968 para que
sean partícipes de las mismas: las Federaciones Mexicanas de cada
deporte, a los atletas y medallistas mexicanos de México 68, a leyendas
internacionales del deporte, instancias locales y Federales del Gobierno,
a personalidades del diseño, las artes y el entretenimiento, entre otros.

Es un honor para el Gobierno de la Ciudad de México celebrar este


aniversario porque representa la oportunidad de recuperar los valores
vinculados al deporte y al olimpismo, como son la paz y la solidaridad, el
respeto a los demás, la cultura del esfuerzo, la búsqueda de la
excelencia y el juego limpio. Parte de esta filosofía fue la que motivó que
en la presente administración el deporte tuviera un protagonismo
especial, el cual incidiera de manera transversal en el desarrollo de una
ciudadanía más participativa, con mejores hábitos de salud y con
opciones de entretenimiento deportivo de clase mundial.

Las actividades del 50° Aniversario estarán divididas en 5 ejes


principales: deporte, cultura, infraestructura, momentos icónicos y
entretenimiento.

Los Movimientos sociales de 1968, también llamados Protestas de 1968, Revolución de


1968, o simplemente el 68, comprendieron una escalada mundial de conflictos sociales,
predominantemente caracterizada por rebeliones populares contra las élites militares y
burocráticas, que respondieron con una escalada de represión política.
Dentro de los movimientos sociales de 1968 pueden localizarse, países como1 Estados
Unidos con protestas contra la Guerra de Vietnam, especialmente las que tuvieron lugar
durante la Convención Nacional Demócrata de 1968, el Movimiento por los derechos civiles —
que concluyó ese mismo año con el asesinato de dos líderes significativos: Martin Luther
King y Robert Kennedy—, el Festival de Woodstock2 —1969— y otros hechos y procesos
relacionados. Checoslovaquia, la Primavera de Praga inició con la propuesta de socialismo de
rostro humano, quizá el desencadenante o precipitante3 del movimiento parisino, mientras que
su represión por los soviéticos significó una honda decepción en gran parte de la
opinión progresista occidental. En México tuvo lugar la masacre de Tlatelolco, coincidente con
la celebración de los Juegos Olímpicos de México 1968. España se suscitaron algunos
movimientos universitarios de oposición al franquismo, de menor entidad. Mientras que otros
países europeos sufrieron notables sacudidas. Un poco más tarde en Italia, en 1969 se
presenta el movimiento otoño caliente o las movilizaciones laborales de 1972-1973 en el país
de Reino Unido.4 Existe una similitud no tan evidente con la Revolución Cultural china (estuvo
dirigida desde el poder por el propio Mao, que dirigió una gigantesca movilización juvenil —
Libro Rojo— contra sus enemigos dentro del aparato del Partido Comunista Chino) ya que los
grupos occidentales pretendían

Protestas y movimiento social, cultural y político[editar]


Tales movimientos del 68 compartieron de un modo muy impreciso la misma dimensión
cultural o política, con gran presencia estudiantil, de naturaleza asamblearia (más o menos
manipulada o espontánea), pero siempre desbordando los cauces de participación
ciudadana convencional, sindicales o políticos. Era muy habitual que se materializaran
en ocupaciones de facultades y fábricas, o en protestas callejeras que, independientemente
de su carácter inicial (sentadas, manifestaciones), solían derivar en alteraciones más graves,
con destrozos, levantamiento de barricadas y enfrentamientos con la policía. Sus
reivindicaciones eran habitualmente poco evidentes: aunque se iniciaban por problemas
concretos, se terminaban haciendo genéricas, demandando la solidaridad y conexión con
otros grupos, transformaciones altruistas y universales o vagas propuestas de autogestión. Su
protagonismo estaba muy disperso entre grupos atomizados de confusa identificación:
distintos movimientos sociales (pacifistas, feministas, homosexuales, primitivos ecologistas,
entre otros.), distintos movimientos culturales del arte
moderno (beatnik, hippie, happening, fluxus, pop-art, videoarte, land art y psicodelia ) y
distintos movimientos políticos (anarquistas, extrema izquierda —
trotskistas, maoístas y situacionistas5—), caracterizados por su distanciamiento tanto de los
Estados Unidos como de la Unión Soviética, mismo que se había demostrado recientemente
en la crisis de Berlín o la crisis de los misiles cubanos. El miedo a veces era vivido
paródicamente, como en la película Dr. Strangelove de Stanley Kubrick (1964), rasgo del que
incluso participó la aparición del denominado eurocomunismo entre los partidos comunistas de
Europa Occidental.6

El 68 como cambio social y generacional[editar]


Artículo principal: Soixante-huitard

Otro rasgo común es la ausencia de éxito inmediato de las insurrecciones, una de las razones
para calificarlas propiamente de revueltas y no revoluciones. No obstante, su impacto,
medido generacionalmente (lo que suele denominarse el espíritu del 68 o sesentayochismo)
suele considerarse mucho más importante que su fracaso relativo. El 68 representó la
irrupción de una juventud posterior a la Segunda Guerra Mundial (la denominada
demográficamente como el baby boom) que, a pesar de estar recibiendo un nivel de formación
educativa muy superior a la de sus padres, quienes se la estaban proporcionando confiados
en su capacidad de generar un ascenso social, parecía no compartir los valores de estos, ni
encontrar sitio en una sociedad que percibían como encorsetada, llena
de convencionalismos arcaicos y necesitada de cambios. Se ha llegado a decir que "por
primera vez una clase de edad adolescente y juvenil, tomó el relevo de las clases sociales".7
Los términos burgués, capitalista, empresario, patrón o incluso viejo, se aplicaban como
insulto (no pocas veces junto al epíteto cerdo). El encuadramiento de estos jóvenes se
producía habitualmente fuera de las instituciones tradicionales de participación política y
social, de forma poco coordinada en una pléyade de organizaciones de los
denominados movimiento estudiantil, movimientos juveniles o contracultura.
Se ha interpretado a los movimientos sociales de 1968, particularmente en los países
occidentales, como resultado del prolongado periodo de bienestar económico, que generó un
nuevo tipo de demanda social, ligado a nuevos patrones de ocio, de trabajo, de consumo y
de socialización en la juventud, hasta entonces inverosímiles. En general, se acusa al 68 de la
crisis de los valores tradicionales propia de la sociedad contemporánea, que tras el paso de
la sociedad preindustrial a la sociedad industrial o sociedad de consumo de masas, se
encaminaba hacia la sociedad postindustrial.
La posterior crisis del petróleo de 1973, con el problema del desempleo, generaría otro tipo de
inquietudes, de signo opuesto, en la juventud de los años 80 y 90; cuyo estereotipo consistió
en ser más materialista (en el sentido vulgar) y egoísta, desencantada y desmovilizada
(pasotismo), que despreciaban los movimientos sociales para privilegiar el individualismo y la
búsqueda del éxito personal (en el caso de los negocios, los denominados yuppies8).

Los medios de comunicación y el cine del 68[editar]


Los medios de comunicación jugaron un papel determinante por primera vez en la historia,
existía la posibilidad de llegar a un gran público con imágenes de televisión; y, como ocurrió
con la propia guerra de Vietnam, el medio demostró no ser tan dócil al poder como habían
pronosticado las distopías (1984 de George Orwell). El impacto (sobre una audiencia todavía
muy virgen) de imágenes de manifestaciones, barricadas, cargas policiales o hechos de mayor
violencia proporcionaban insospechadas capacidades de protagonismo a quien demostrara
tener suficiente habilidad, fortuna o falta de escrúpulos para ello. Debido al impacto de las
imágenes hubo una incesante necesidad de censurar o alterar los medios comunicación a
favor del gobierno con el fin de evitar un conflicto mayor con los distintos movimientos.
La propaganda por el hecho y la acción directa que habían imaginado los anarquistas de
finales del siglo XIX encontraban una enorme caja de resonancia. El mismo general De Gaulle,
tras una penosa intervención televisiva que evidenció su envejecimiento físico, tuvo que
renunciar a la imagen, para volver a los discursos radiofónicos que tan buenos resultados le
dieron durante la Resistencia al nazismo, y que volvieron a demostrarse eficaces en esta
ocasión.9
En la época de la nouvelle vague (nueva ola —grupo de cineastas franceses surgido en los
años 50—) y del cinema verité (cine de la realidad), las manifestaciones y ocupaciones de
fábricas y facultades fueron filmados por documentalistas muy próximos a los mismos
protagonistas (grupo Medvedkine), incluyendo extensas entrevistas y debates en grupo. Lo
adecuado de lo audiovisual como medio de expresión de los movimientos de la época hizo
que, tanto entre las distribuidas minoritariamente (pases en versión original, salas de arte y
ensayo o locales improvisados) como incluso entre las películas convencionales, haya una
abundante muestra de cine del 68 en el que, por unas u otras razones, los jóvenes del 68 se
identificaban, convirtiéndose en referente de la época.10
En cuanto a los medios de comunicación escritos, el ambiente del
68 generó publicaciones alternativas que utilizaban canales de distribución no comerciales
como los fanzines, debido a la censura que existía en los medios de comunicación
tradicionales. Por otro lado, los dazibaos (murales inspirados en el ejemplo chino) o
las pintadas callejeras se convirtieron en vehículos de expresión individual y grupal.

Las juventudes en México,


potencial de la transformación
para la igualdad
Como cada año desde 1999, el 12 de agosto se
celebra el Día Internacional de las Juventudes. Para
este año, con el lema "El compromiso de la juventud
por la acción mundial", se tiene como objetivo destacar
la importancia de la participación plena de las y los
jóvenes en los ámbitos local, nacional y mundial para
enriquecer los procesos y las instituciones nacionales
y multilaterales, sobre todo en un contexto desafiante
como el que trajo la pandemia por Covid-19.

Instituto Nacional de las Mujeres | 12 de agosto de 2020 | Comunicado

Día Internacional de la Juventud 2020: "El compromiso de la juventud por la acción


mundial"
En 2020, en México la población de entre 12 y 29 años es de más de
39.2 millones, de los cuales 29.8% son mujeres y 31.6% son
hombres. La edad es una característica que a menudo coincide con
otros factores de discriminación, siendo las mujeres jóvenes
quienes enfrentan mayores obstáculos para disfrutar plenamente de
sus derechos, en igualdad de condiciones con los hombres jóvenes.
Por ejemplo, los motivos para interrumpir los estudios tienen
diferencias de género. De acuerdo con la Encuesta Nacional de los
Hogares 2017, las razones que expresaron las mujeres de entre 15 a 19
años para dejar la escuela fue en un 12% unirse en pareja y 11% por el
nacimiento de su hija o hijo, mientras que para los hombres el porcentaje
es de un 3% y 0.7%, respectivamente.

En materia de empleo, datos de la Organización Internacional de Trabajo


(OIT) señalan que actualmente, a nivel mundial, uno de cada seis
jóvenes se encuentra sin trabajo debido a la crisis provocada por el
COVID-19, y para los próximos 17 años será necesario crear 600
millones de empleos en el mundo para satisfacer las necesidades de
empleo juvenil.

En el caso de México, datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y


Empleo (ENOE) indican que 68% de las mujeres de 15 a 19 años que
forman parte de la Población Económicamente Activa, realizan
quehaceres domésticos, y esta cifra aumenta a 86.2% en el grupo de
mujeres de 20 a 29 años; mientras que, en el caso de los hombres, los
porcentajes son significativamente menores, ubicándose en 47.4% y
61.3%, respectivamente, generando brechas de desigualdad. Aunado a
lo anterior, las dobles y triples jornadas de trabajo que experimentan
las adolescentes y mujeres diariamente limitan sus oportunidades
de desarrollo, por lo que tienen que trazar proyectos alternos de
vida, donde sus prioridades personales cambian para satisfacer las
de otras personas.
Otro tema de alta prioridad en México es erradicar el embarazo infantil y
adolescente, al ocupar el primer lugar entre los países de la OCDE, con
una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de
15 a 19 años, por lo que el acceso a la educación sexual, así como a
servicios de salud sexual y reproductiva de calidad son
fundamentales para que las y los jóvenes inicien su vida sexual de
manera informada y responsable.

Asimismo, el embarazo en las adolescentes afecta negativamente su


salud, la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el
acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y
de calidad y en general sus proyectos de vida. Además del embarazo,
tener relaciones sexuales sin protección implica un riesgo permanente de
adquirir una infección de transmisión sexual.

Ante esta problemática, el Inmujeres creó el Fondo para el Bienestar y el


Avance de las Mujeres (FOBAM), un proyecto con perspectiva de género
con el que se fortalecen las acciones de las Instancias de las Mujeres en
las Entidades Federativas para atender frontalmente el embarazo infantil
y adolescente, que muchas veces es consecuencia de la violencia sexual
que sufren. En 2019 este programa invirtió más de 86 millones de pesos
en 31 entidades federativas, mientras que para 2020 se espera una
inversión de 88 millones. Sus dos grandes metas son: reducir el
embarazo en adolescentes en un 50% la tasa especifica de fecundidad
de las adolescentes de 15 a 19 años y erradicar el embarazo infantil para
el año 2030.
El FOBAM fortalece la implementación de la Estrategia Nacional para la
Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), con el trabajo
conjunto de 16 dependencias del Gobierno de México, los 32 Grupos
Estatales para la Prevención del Embarazo en Adolescentes
(GEPEAs), la participación de organizaciones de la sociedad civil, de
organismos internacionales y de personas expertas en el ámbito
académico.

En este día convocamos a la sociedad a reflexionar el papel que


desempeñan las juventudes para el avance de nuestro país. Es
fundamental apoyarles, escuchar sus opiniones e ideas, respetar y
promover su derecho a la participación y a la educación. Hagamos que
esta generación no se tope con techos de cristal ni suelos pegajosos,
que sean libres de desarrollar y diseñar soluciones creativas e
innovadoras que mejoren su educación, empleabilidad y su entorno.
Seamos una sociedad inclusiva, donde nadie se quede atrás, y nadie se
quede fuera.

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