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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE

CHIAPAS

INCIDENTES

MTRO. JOSE ANTONIO MORENO ORRICO

AMPARO II

7°A

LICENCIATURA EN DERECHO

JESUS CANCINO SOTO


INTRODUCCION
La palabra incidente deriva del latín “incide, incidere” que significa sobrevenir, interrumpir
o producirse. En el Derecho Romano no encontramos antecedente alguno respecto de los
incidentes, sino que se fueron creando atendiendo a las exigencias procesales que urgían
en una inmediata solución, a puntos importantes que resolver fuera de la prestación
principal en el proceso.
Algunos juristas como:
Rafael de Pina: El procedimiento legalmente establecido para resolver cuestión que con
independencia de lo principal, surja en el proceso.
Pallares: Los Incidentes son las cuestiones que surjen durante el Juicio y que tienen
relación con la cuestión litigiosa principal, o, con el procedimiento.
GENERALIDADES DE LOS INCIDENTES
Dentro de un procedimiento (cualquiera que este sea) en ocasiones resulta necesario
para el juzgador, que antes de proceder a dictar la resolución definitiva respecto de la litis
que ante él le plantearon las partes, resuelva alguna cuestión que se presenta dentro del
proceso, y cuya resolución debe ser dictada antes de analizar el fondo del asunto.
Con base en lo anterior, podemos considerar que un incidente es un pequeño juicio que
se presenta dentro del juicio principal, y que como antes se dice, la resolución incidental
que termina con el trámite del incidente de que se trate, debe ser dictada en forma previa
a la sentencia definitiva que termine con el trámite del procedimiento principal dentro del
que se abrió el incidente.
CONCEPTO
No existe un concepto unico para definir lo que debe de entenderse por incidente, dado
que en todo texto de derecho procesal, o bien, en aquellas obras cuyo contenido se
refiera a un determinado procedimiento sin importar su naturaleza (penal, civil, mercantil,
laboral, fiscal).
CLASIFICACION
Dentro de las distintas disposiciones legales de que se compone la Ley de Amparo,
existen contemplados diversos incidentes. En dicho ordenamiento legal aparece un
apartado, que es el Capítulo V del Título Primero del Libro Primero que se denomina “De
los incidentes en el juicio”, y pareciera en principio, que dentro del capítulo antes referido
se encuentran contenidos los diversos incidentes que se pueden presentar dentro del
trámite de un juicio de amparo; sin embargo, dicho capítulo está integrado sólo por un
precepto legal, que es el numeral 35, en donde, en el artículo antes referido, sólo se
contiene el incidente de reposición de autos, por lo que los demás incidentes que se
pueden presentar dentro del trámite de un juicio de amparo se encuentran dispersos
dentro del conjunto de los distintos preceptos legales de que se compone la Ley de
Amparo.
En este orden de ideas, a continuación me referiré al contenido del artículo 35 de la Ley
de Amparo, para precisar las ideas que de él se desprenden en relación con los
incidentes, y seguidamente analizaré los diversos preceptos legales que, contenidos
dentro del ordenamiento legal antes precisado, regulan en sus disposiciones legales el
trámite de algún incidente dentro del juicio de amparo, buscando con ello obtener una
clasificación de los diversos incidentes que se encuentran dentro de la Ley de Amparo.
El precepto legal antes referido, a la letra expresa lo siguiente:
“En los juicios de amparo no se substanciarán más artículos de especial pronunciamiento
que los expresamente establecidos por esta ley.
En los casos de reposición de autos, el juez ordenará la práctica de certificación en la que
se hará constar la existencia anterior y la falta posterior del expediente. Queda facultado
el juzgador para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos desaparecidas,
valiéndose para ello de todos los medios que no sean contrarios a la moral o al derecho.
Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se hará a su costa, quien
además pagará los daños y perjuicios que el extravío y la reposición ocasionen y quedará
sujeto a las sanciones previstas por el Código Penal. Contra la interlocutoria que dicten
los jueces de Distrito en el incidente de reposición de autos, procede el recurso de
revisión.
Los demás incidentes que surjan, si por su naturaleza fueren de previo y especial
pronunciamiento, se decidirán de plano y sin forma de substanciación. Fuera de estos
casos, se fallarán juntamente con el amparo en la sentencia definitiva, salvo lo que
dispone esta ley sobre el incidente de suspensión”.
Ahora bien, del contenido del precepto legal antes transcrito, podemos formular las
siguientes consideraciones:
a) Los incidentes dentro del tramite de un juicio de amparo, por regla general deben
ser resueltos de plano.

b) Los incidentes dentro del tramite de un juicio de amparo, excepcionalmente deben


ser resueltos como de previo y especial pronunciamiento.

c) En dicho precepto se continene el tramite a que queda sujeto el incidente de


reposicion de autos.

d) El tramite y resolucion del incidente de suspension del acto reclamado debe ser
resuelto en atencion de las disposiciones legales que se encuentran contenidas
dentro del capitulo III del Titulo Segundo del Libro Primero de la Ley de Amparo.

e) Los demas incidentes se encuentran dispersos dentro de las diversas


disposiciones de la Ley de Amparo, por lo que debe determinarse cuales son
dichos preceptos legales, para conocer la naturaleza y aplicación de los incidentes
que pueden presentarse dentro del tramite de un juicio de amparo.

Ahora bien, si analizamos las diversas disposiciones legales de que se compone la Ley de
Amparo, aparecen diversos artículos que hacen referencia a los incidentes cuya
interposición y trámite es legalmente posible dentro de un juicio de amparo; estos
incidentes se encuentran referidos dentro de los artículos 35, 47, 57, 105 124, 129, 140,
153, del ordenamiento legal antes invocado; por ello, podemos concluir que la Ley de
amparo clasifica a los incidentes en:
1. Incidente de Suspension del Acto Reclamado
2. Incidente de Reposicion de Autos
3. Incidente de Incompetencia
4. Incidente de Acumulacion
5. Incidente de Falsedad de Documentos
6. Incidente de Reclamacion de Daños y Perjuicios
7. Incidente de Caducidad de la Instancia e Inactividad Procesal
8. Incidente de Cumplimiento Sustituto de Sentencias
INCIDENTE DE SUSPENSION DEL ACTO RECLAMADO
El Incidente de Suspensión del Acto Reclamado es seguramente el incidente que mayor
importancia tiene dentro del tramite de un juicio de amparo; es el único incidente que tiene
un capítulo especial compuesto por diversas disposiciones legales que regulan su tramite
y resolución final. Estas disposiciones legales se encuentran contenidas dentro de las
fracciones X, XI y XVII del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como en el Capítulo III del Título Segundo del Libro Primero de la Ley de
Amparo.
Por ello, resulta de interés hacer referencia a las fracciones X, XI y XVII del artículo 107
de la propia Constitución Federal que contienen disposiciones legales que regulan el
incidente de suspensión del acto reclamado, toda vez que en su caso, las fracciones
antes referidas son las que dan la pauta para la redacción de los distintos artículos que,
contenidos en la Ley de Amparo, aplican respecto del incidente de suspensión del acto
reclamado dentro del juicio de amparo.
En este orden de ideas, debe decirse que la fracción X del artículo 107 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos a la letra expresa lo siguiente:
“Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las
condiciones y garantías que determine la ley, para lo cual se tomará en cuenta la
naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los daños y perjuicios
que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la suspensión origine a terceros
perjudicados y el interés público.
Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia
penal al comunicarse la interposición del amparo, y en materia civil, mediante fianza que
dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión ocasionare, la
cual quedará sin efecto si la otra parte da contrafianza para asegurar la reposición de las
cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo, y a pagar los daños y
perjuicios consiguientes”.
Por su parte, la fracción XI del artículo 107 de la misma Constitución Federal indica:
“La suspensión se pedirá ante la autoridad responsable cuando se trate de amparos
directos promovidos ante los Tribunales Colegiados de Circuito y la propia autoridad
responsable decidirá al respecto. En todo caso, el agraviado deberá presentar la
demanda de amparo ante la propia autoridad responsable, acompañando copias de la
demanda para las demás partes en el juicio, incluyendo al Ministerio Público y una para el
expediente. En los demás casos, conocerán y resolverán sobre la suspensión los
Juzgados de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito;”
Mientras que la fracción XVIII del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, expresa lo siguiente:
“La autoridad responsable será consignada a la autoridad correspondiente cuando no
suspenda el acto reclamado debiendo hacerlo, y cuando admita fianza que resulte ilusoria
o insuficiente, siendo en estos dos últimos casos solidaria la responsabilidad civil de la
autoridad con el que ofreciera la fianza y el que la prestare, y”.
Por su parte, dentro de la Ley de Amparo aparecen en el Capítulo III del Título Segundo
del Libro Primero de dicho ordenamiento legal, diversas disposiciones legales que se
ocupan de regular el incidente de suspensión del acto reclamado,5 agregando que el
capítulo antes referido se ocupa únicamente del incidente de suspensión del acto
reclamado que se solicita por la parte quejosa dentro del trámite de un juicio de amparo
indirecto; y respecto del incidente de suspensión del acto reclamado en materia del
amparo directo, las disposiciones legales que lo regulan se encuentran dentro del
Capítulo Tercero del Título Tercero del Libro Primero de la Ley de Amparo.6
En este orden de ideas, deben referirse como artículos que contenidos en la Ley de
Amparo resultan representativos del tema que aquí se analiza, los que a continuación se
transcriben:
“Artículo 122. En los casos de la competencia de los jueces de Distrito, la suspensión del
acto reclamado se decretará de oficio o a petición de la parte agraviada, con arreglo a las
disposiciones relativas de este capítulo”.
“Artículo 123. Procede la suspensión de oficio:
I. Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, deportación o
destierro o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal;

II. Cuando se trate de algún otro acto que, si llegare a consumarse, haría físicamente
imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual reclamada.
La suspensión a que se refiere este artículo se decretará de plano en el mismo auto en
que el juez admita la demanda, comunicándose sin demora a la autoridad responsable,
para su inmediato cumplimiento, haciendo uso de la vía telegráfica, en los términos del
párrafo tercero del artículo 23 de esta ley;
Los efectos de la suspensión de oficio únicamente consistirán en ordenar que cesen los
actos que directamente pongan en peligro la vida, permitan la deportación o el destierro
del quejoso o la ejecución de alguno de los actos prohibidos por el artículo 22
constitucional; y tratándose de los previstos en la fracción II de este artículo, serán los de
ordenar que las cosas se mantengan en el estado que guarden, tomando el juez las
medidas pertinentes para evitar la consumación de los actos reclamados”.
“Artículo 124. Fuera de los casos a que se refiere el artículo anterior, la suspensión se
decretará cuando concurran los requisitos siguientes:
I. Que la solicite el agraviado;

II. Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de


orden público.
Se considerará, entre otros casos, que sí se siguen esos perjuicios o se realizan esas
contravenciones, cuando, de concederse la suspensión: se continúe el funcionamiento de
centros de vicio, de lenocinios, la producción y el comercio de drogas enervantes; se
permita la consumación o continuación de delitos o de sus efectos, o el alza de precios
con relación a artículos de primera necesidad o bien de consumo necesario; se impida la
ejecución de medidas para combatir epidemias de carácter grave, el peligro de invasión
de enfermedades exóticas en el país, o la campaña contra el alcoholismo y la venta de
sustancias que envenenen al individuo o degeneren la raza; o se permita el
incumplimiento de las órdenes militares;
III. Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al
agraviado con la ejecución del acto.
El juez de Distrito, al conceder la suspensión, procurará fijar la situación en que habrán de
quedar las cosas, y tomará las medidas pertinentes para conservar la materia del amparo
hasta la terminación del juicio”.
“Artículo 135. Cuando el amparo se pida contra el cobro de contribuciones, podrá
concederse discrecionalmente la suspensión del acto reclamado, la que surtirá efectos
previo depósito de la cantidad que se cobra ante la Tesorería de la Federación o de la
entidad federativa o municipio que corresponda.
El depósito no se exigirá cuando se trate del cobro de sumas que excedan de la
posibilidad del quejoso, o cuando previamente se haya constituido la garantía del interés
fiscal ante la autoridad exactora, o cuando se trate de persona distinta del causante
obligado directamente al pago; en este último caso, se asegurará el interés fiscal por
cualquiera de los medios de garantía permitidos por las leyes fiscales aplicables”.
Ahora bien, del contenido de los preceptos legales antes transcritos, se desprende que la
naturaleza del incidente de suspensión del acto reclamado tiene que ver con la actitud
que deben asumir las autoridades responsables, respecto de los posibles actos de
ejecución que puedan llevar a cabo dichas autoridades, en relación con el acto o
resolución que constituya el acto reclamado dentro de la demanda de amparo.
Por ello, la resolución que llegue a dictarse dentro del incidente de suspensión del acto
del reclamado, puede obligar a las autoridades responsables a que asuman una actitud
de tipo activo o pasivo en relación con el acto reclamado, lo anterior, dependiendo de cuál
es el contenido y naturaleza del acto que es materia de suspensión dentro del juicio de
amparo de que se trate.
A este respecto téngase presente que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, modificó el criterio que venía sosteniendo, y que imperó por muchos años, en el
sentido de que la resolución dictada dentro del incidente de suspensión no podía tener
efectos restitutivos, toda vez que la restitución en el pleno uso y goce la garantía
individual violada solo podía decretarse por la sentencia definitiva que resolviera el juicio
de amparo.
El nuevo criterio aprobado quedó plasmado dentro del contenido de la Jurisprudencia que
se conoce como “DE LA APARIENCIA DEL BUEN DERECHO”, jurisprudencia por
contradicción que fue aprobada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, y que autoriza al Juez de Distrito para que dentro del incidente de suspensión del
acto reclamado, se pueda dictar una resolución con efectos restitutivos.
Lo que quiere decir que dentro de la resolución que se dicta en el trámite del incidente de
suspensión del acto reclamado, a manera de adelanto en la justicia, se restituya al
quejoso en el uso y goce de la garantía constitucional violada. Lo anterior sin perjuicio de
que dicha resolución de suspensión pueda ser revocada o modificada una vez que el Juez
de Distrito cuente con mayores elementos de prueba, o de que en su caso, el juicio de
amparo sea negado o sobreseído. Por lo que la resolución así dictada dentro del incidente
de suspensión, bien sea provisional o definitiva, tiene efectos provisionales.
Esta Jurisprudencia aparece bajo la voz: SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER SOBRE
ELLA ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS REQUISITOS CONTENIDOS
EN EL ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE AMPARO, HACER UNA APRECIACIÓN DE
CARÁCTER PROVISIONAL DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO
RECLAMADO.
La suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza de una medida cautelar,
cuyos presupuestos son la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora. El
primero de ellos, se basa en un conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de
mera probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido en el proceso. Dicho
requisito aplicado a la suspensión de los actos reclamados, implica que, para la concesión
de la medida, sin dejar de observar los requisitos contenidos en el artículo 124 de la Ley
de Amparo, basta la comprobación de la apariencia del derecho invocado por el quejoso,
de modo tal que, según un calculo de probabilidades, sea posible anticipar que en la
sentencia de amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado. Ese examen
encuentra además fundamento en el artículo 107, fracción X Constitucional, en cuanto
establece que para el otorgamiento de la medida suspensional deberá tomarse en cuenta,
entre otros factores, la naturaleza de la violación alegada, lo que implica que debe
atenderse al derecho que se dice violado. Esto es, el examen de la naturaleza de la
violación alegada no solo comprende el concepto de violación aducido por el quejoso sino
que implica también el hecho o acto que entraña la violación, considerando sus
características y su trascendencia. En todo caso dicho análisis debe realizarse sin
prejuzgar sobre la certeza del derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de los actos reclamados, ya que esto solo puede determinarse en la
sentencia de amparo con base en un procedimiento más amplio y con mayor información,
teniendo en cuenta siempre que la determinación tomada en relación con la suspensión
no debe influir en la sentencia de fondo, toda vez que aquella sólo tiene el carácter de
provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza de la existencia de las
pretensiones, en el entendido de que deberá sopesarse con los otros elementos
requeridos para la suspensión, porque si el perjuicio al interés social o al orden público es
mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá
negarse la suspensión solicitada, ya que la preservación del orden público o el interés de
la sociedad están por encima del interés particular afectado. Con este proceder, se evita
el exceso en el examen que realice el juzgador, el cual siempre quedará sujeto a las
reglas que rigen en materia de suspensión.
Jurisprudencia por contradicción aprobada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en sesión celebrada el día catorce de marzo de 1996, que se formó derivado
de la contradicción de tesis entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, al fallar el amparo en revisión número 2233/93,
y la sostenida por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, al resolver el
Incidente de Suspensión en revisión número 358/91.
Expuesto lo anterior debe comentarse que la suspensión del acto reclamado puede ser
decretada por el Juez de Distrito tanto de oficio como a petición de parte; por ello, el Juez
de Distrito se encuentra facultado para decretar la suspensión de oficio, si se trata de los
supuestos previstos en el artículo 123 de la Ley de Amparo, esto es, que dentro del juicio
de amparo de que se trate, se hayan reclamado actos que importen peligro de privación
de la vida, deportación o destierro; o también, que se trate de alguno de los actos
prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
También se podrá decretar la suspensión de oficio, en el supuesto de que el acto
reclamado en la demanda de amparo se trate de un acto futuro, que de llegar a
consumarse, haría físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía
individual reclamada.
Por su parte, debe mencionarse que la suspensión del acto reclamado puede ser
concedida dentro del trámite del juicio de amparo indirecto por el Juez de Distrito en forma
provisional o definitiva, en los términos en que así se desprende del contenido de los
artículos 124, 131 y 134 de la Ley de Amparo, por ello, la resolución dentro de la que se
decreta la suspensión provisional del acto reclamado, es la resolución por la que se
admite a trámite el incidente de suspensión del acto reclamado; y esta resolución,
normalmente es dictada en forma simultánea a la resolución por la que se admite a
trámite el juicio de amparo de que se trate; desde luego, la que se dicta primero es la que
admite a trámite la demanda de amparo.
Una vez decretada la suspensión provisional del acto reclamado, sin perjuicio de que
haya sido de oficio o a petición de parte en los términos y con los requisitos antes
apuntados, se procede a señalar por parte del Juez de Distrito una fecha en la que se
llevará a cabo la Audiencia Incidental, y será precisamente dentro de dicha audiencia en
donde el propio Juez de Distrito se pronuncie respecto de la suspensión definitiva del acto
reclamado según se desprende de las disposiciones legales que aparecen dentro del
artículo 131 de la Ley de Amparo.
Por último, debe agregarse que la resolución por la que se conceda o niegue la
suspensión del acto reclamado, bien sea provisional o definitiva, puede ser recurrida por
cualquiera de las partes que intervienen legítimamente dentro del trámite del juicio de
amparo de que se trate; en la inteligencia de que la resolución por la que se decreta o
niega la suspensión provisional puede ser recurrida mediante la interposición del recurso
de queja, en los términos en que así lo precisa la fracción XI del artículo 95 de la Ley de
Amparo; mientras que si la resolución que se pretenda recurrir es la que concedió o negó
la suspensión definitiva, el recurso procedente es el recurso de revisión, de conformidad
con lo dispuesto por el inciso a) de la fracción II del artículo 83 de la Ley de Amparo.
La resolución definitiva a los recursos de queja y de revisión de que antes se habla, será
dictada por el Tribunal Colegiado de Circuito, pudiendo ser el sentido de dicha resolución
cualesquiera de los siguientes: a) Confirmar la resolución recurrida; b) Revocar la
resolución recurrida; o, c) Modificar la resolución recurrida, en la inteligencia de que la
resolución que es dictada por el Tribunal Colegiado de Circuito en los términos antes
enunciados causa estado por “Ministerio de Ley”, dado que el contenido de dicha
resolución ya no puede ser recurrido ante ningún tipo de tribunal.
En este orden de ideas, debe decirse que por regla general aquí termina el trámite del
incidente de suspensión del acto reclamado, aunque debe agregarse, que en aplicación
de las disposiciones legales previstas en el artículo 140 de la Ley de Amparo, mientras no
se pronuncie sentencia definitiva dentro del expediente principal y cause estado dicha
sentencia, el Juez de Distrito puede revocar o modificar la resolución dictada cuando
ocurra un hecho superveniente dentro del expediente de que se trate.
INCIDENTE DE REPOSICION DE AUTOS
Este incidente se encuentra previsto en el artículo 35 de la Ley de Amparo, y tiene como
finalidad reponer el expediente, bien sea principal o incidental que se haya extraviado, y
que por ello, el expediente de que se trate no pueda ser localizado materialmente; por
tanto, el numeral de que antes se habla, establece diversos requisitos a cumplirse para el
trámite y resolución en su caso de este incidente, que tiene como finalidad la reposición
del expediente extraviado. El precepto legal antes referido, en su párrafo segundo
establece textualmente lo siguiente:
“En los casos de reposición de autos, el juez ordenará la práctica de certificación en la
que se hará constar la existencia anterior y la falta posterior del expediente. Queda
facultado el juzgador para investigar de oficio la existencia de las piezas de autos
desaparecidas, valiéndose para ello de todos los medios que no sean contrarios a la
moral o al derecho. Si la pérdida es imputable a alguna de las partes, la reposición se
hará a su costa, quien además pagará los daños y perjuicios que el extravío y la
reposición ocasionen y quedará sujeta a las sanciones previstas por el Código Penal.
Contra la interlocutoria que dicten los jueces de Distrito en el incidente de reposición de
autos, procede el recurso de revisión”.
Del precepto legal antes transcrito, se desprende como primer requisito para el trámite de
un incidente de reposición de autos, que el Juez del amparo ordene la práctica de una
certificación, que debe levantar el Secretario del Tribunal de que se trata, certificación en
la que se debe asentar la existencia anterior y la falta posterior del expediente; para ello,
se deben revisar los libros de registro de demandas presentadas para verificar que
efectivamente dentro del tribunal de que se trate se venía tramitando un juicio de amparo,
o bien, un incidente de suspensión dentro del expediente cuya reposición se solicita.
En la práctica del amparo, cuando se solicita el trámite de un incidente de este tipo, la
parte que lo promueve acompaña al mismo las distintas copias de los diversos escritos
presentados al Juzgador de que se trate, en donde aparezcan los controles de “recibido”
por parte del tribunal a quien se hayan dirigido, lo anterior, a fin de aportar pruebas para
acreditar tanto el trámite del juicio, las diversas actuaciones practicadas, así como el
estado procesal en que se encontraba el juicio en el momento en el que se extravió el
expediente.
Dado que la Ley de Amparo no contiene disposición legal expresa que regule el
procedimiento a que queda sujeto el incidente de reposición de autos,-a excepción del
dictado de la interlocutoria definitiva-, el trámite de este incidente queda sujeto a lo
establecido por el artículo 360 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria al Juicio de Amparo, por disposición expresa del artículo 2º de la Ley de
Amparo.
Por ello, en los términos del artículo 360 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el
Juez de Distrito admitirá a trámite el incidente de reposición de autos, y ordena correr
traslado a las partes por el término de tres días; transcurrido el término de que antes se
habla, se señala fecha para el desahogo de la Audiencia Incidental, en donde se
desahogarán las pruebas ofrecidas y se formularán por las partes los alegatos que en
derecho procedan.
Luego, en aplicación de las disposiciones legales que se desprenden del párrafo segundo
del artículo 35 de la Ley de Amparo, el tramite de este incidente culmina con el dictado de
una sentencia interlocutoria por parte del Juez de Distrito, en donde se ordena la
reposición del expediente extraviado, hasta la etapa procesal en que quedó debidamente
justificado con las diversas pruebas aportadas dentro de dicho incidente; o bien, en dicha
resolución se declara que no ha lugar a reponer el expediente de que se trate.
La sentencia interlocutoria de que antes se habla, puede ser recurrida por las partes
mediante la interposición del recurso de revisión, como se señala en la parte final del
párrafo segundo del artículo 35 de la Ley de Amparo; este recurso queda sujeto al trámite
previsto en los artículos 86, 87, 88, 89, 90, 91 y demás relativos y aplicables del
ordenamiento legal antes invocado.
INCIDENTE DE INCOMPETENCIA
El Incidente de Incompetencia presenta una característica muy particular, en el sentido de
que puede ser tramitado de manera oficiosa por parte de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, incluso por parte de los Tribunales Colegiados de Circuito y de los Juzgados de
Distrito.
Un primer supuesto de este incidente que se tramita en forma oficiosa, se desprende del
contenido del artículo 47 de la Ley de Amparo, en donde se establece el supuesto de que
la Suprema Corte de Justicia de la Nación reciba una demanda de amparo directo, de la
que deba conocer un Tribunal Colegiado de Circuito, hipótesis en la que la propia
Suprema Corte de Justicia de la Nación se declara incompetente, y designa al Tribunal
Colegiado de Circuito que resulte competente para conocer de dicha demanda, quien
debe proceder al tramite y resolución de dicha demanda, sin poder objetar la competencia
respecto de la demanda de amparo.
Lo anterior es así, dado que la resolución que determinó la competencia en favor del
Tribunal Colegiado de Circuito fue dictada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
y por ello, el Tribunal Colegiado de Circuito no puede controvertir la resolución dictada por
un superior.
En el precepto legal que se comenta, se contiene también la hipótesis de que la Suprema
Corte de Justicia de la Nación reciba una demanda de Amparo Indirecto, supuesto en
donde dicha Suprema Corte se declara incompetente de plano, y ordena remitir la
demanda al Juez de Distrito que resulte competente para conocer de dicha demanda,
quien al recibir la misma, sólo puede objetar su competencia, siempre que se esté en el
supuesto previsto por el artículo 51 de la Ley de Amparo.
De las disposiciones legales que se contienen en el párrafo tercero del artículo 47 de la
Ley de Amparo, se encuentra regulado un supuesto más de incompetencia, y éste se
refiere al caso de que los Tribunales Colegiados de Circuito reciban una demanda de
amparo cuyo trámite y resolución le competa a un Juez de Distrito, supuesto en el que el
Tribunal Colegiado de Circuito determina cuál es el Juzgado de Distrito que resulta
competente para conocer de ese juicio de amparo indirecto, en la inteligencia de que si el
Juez de Distrito que resulta competente corresponde a la misma jurisdicción del Tribunal
Colegiado que resolvió la competencia en su favor, dicho Juez de Distrito solo puede
objetar su competencia si se trata del supuesto previsto en el artículo 51 de la Ley de
Amparo.
Por el contrario, si el Juez de Distrito que se estimó resulta competente, no corresponde a
la jurisdicción del Tribunal Colegiado que resolvió la competencia en su favor, dicho Juez
de Distrito puede además objetar su competencia por razón de territorio, tramitándose
este incidente en los términos que refiere el artículo 52 del ordenamiento legal antes
invocado.
El precepto legal de que antes se habla indica que el Juez de Distrito que estime es
incompetente, comunicará su resolución al Juez de Distrito que considera es el
competente para conocer del Juicio de amparo indirecto de que se trate; quien si no
objeta la competencia, solicitará el envío del expediente, y se avocará a conocer de dicho
juicio. Para el caso de que el Juez requerido no acepte la competencia, así lo comunicará
al Juez requeriente, quien, si insistiere en declinar su competencia, y si se trata de jueces
de distrito de la misma jurisdicción de un Tribunal Colegiado de Circuito, remitirá los autos
del expediente al propio Tribunal Colegiado para que resuelva lo conducente.
Para el caso de que se trate de jueces de distrito que no corresponden a una misma
jurisdicción de un Tribunal Colegiado de Circuito, se remitirá el expediente a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, para que resuelva cuál es el Juez de Distrito que resulta
competente para conocer del juicio de amparo indirecto de que se trate.
A lo anterior agréguese, que de la resolución que dicte el Tribunal Colegiado de Circuito, o
bien la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver el conflicto de competencia
de que antes se habla, puede resultar que la competencia recaiga en un Juez de Distrito
distinto de los que declinaron su competencia.
Por otra parte, del contenido del artículo 48 de la Ley de Amparo se desprende que se
encuentra regulado un conflicto de competencia que puede suscitarse entre las diversas
Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En este orden de ideas, debe decirse
que el precepto legal de que antes se habla, señala que para el caso de que alguna de las
Salas tenga conocimiento de que otra Sala está conociendo de un juicio de amparo, o de
cualquier otro asunto que estima que ella deba conocer, requerirá a dicha Sala para que
le remita el asunto que estima es de su competencia; si la Sala requerida, acepta declinar
su competencia, le remitirá el expediente a la Sala requeriente, quien será la que resuelva
en definitiva el asunto de que se trate.
Para el caso de que la Sala requerida no acepte declinar su competencia en favor de la
Sala requeriente, remitirá el expediente al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, para que sea el Pleno de dicho tribunal quien resuelva el conflicto de
competencia, en el entendido de que la resolución que al efecto se dicte, no puede ser
impugnada por ninguna de las Salas contendientes.
De igual forma, dentro del precepto legal de que antes se habla, aparece también la
hipótesis de que alguna de las diversas Salas de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, al recibir el turno de un determinado asunto, considere que no es de su
competencia, y remita dicho asunto a la Sala que estima es la competente para conocerlo;
si la Sala requerida acepta la competencia, se avocará a resolver dicho asunto.
Para el caso de que la Sala requerida no acepte la competencia del asunto de que se
trate, la Sala requeriente remitirá el expediente al Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para que sea el Pleno de dicho tribunal quien resuelva el conflicto
de competencia.
Por su parte, dentro de las diversas disposiciones legales que se desprenden del artículo
48 bis de la Ley de Amparo, se contempla un supuesto más de conflicto de competencias
que se puede presentar entre diversos Tribunales Colegiados de Circuito. Así, aparece
que si un Tribunal Colegiado de Circuito considera que es competente para conocer de un
juicio de amparo, o de cualquier otro asunto que esté conociendo un diverso Tribunal
Colegiado, requerirá las actuaciones correspondientes mediante resolución que al efecto
se dicte, por parte del tribunal que se considera competente.
Si el Tribunal requerido declina su competencia a favor del Tribunal requeriente, le
remitirá el expediente de que se trate, al Tribunal requeriente, para que sea éste quien
resuelva en definitiva el asunto de que se trate.
Por el contrario, si el Tribunal Colegiado requerido una vez que recibe la petición, no
acepta declinar su competencia, así lo comunicará al Tribunal requeriente, suspenderá el
procedimiento de que se trate, y remitirá las actuaciones al Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, para que proceda a turnarlo a la Sala de dicha Suprema
Corte, quien resolverá lo que en derecho proceda, para determinar el Tribunal Colegiado
de Circuito que será competente para conocer del asunto de que se trate.
Dentro del mismo precepto legal de que antes se habla, se contempla también la hipótesis
en el sentido de que el Tribunal Colegiado de Circuito que ya se encuentre conociendo de
un asunto, si considera que no es competente para conocer de él, así lo determinará, y
comunicará su resolución al Tribunal Colegiado que considera es el competente para
conocer del asunto de que se trate enviándole las actuaciones correspondientes. Si el
Tribunal Colegiado de Circuito que recibe las actuaciones, acepta la competencia, se
avocará al asunto y procederá a dictar la sentencia definitiva.
Para el caso de que el Tribunal Colegiado de Circuito no acepte la competencia, así lo
comunicará al Tribunal Colegiado que se declaró incompetente y remitirá las actuaciones
al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que lo turne a la Sala de
la misma Suprema Corte para que proceda a resolver el conflicto de competencia de que
se trate.
Para continuar dentro del mismo tema de los incidentes de incompetencia, debe
comentarse la hipótesis contenida en las disposiciones legales de que se compone el
artículo 49 de la Ley de Amparo, en donde, se contempla el supuesto de que un Juez de
Distrito reciba una demanda de amparo dentro de la que se reclamen alguno de los
diversos actos que se encuentran enumerados en el artículo 44 del ordenamiento legal
antes precisado.
En este orden de ideas, debe decirse que el Juez de Distrito que recibió la demanda de
que antes se habla, se declarará incompetente de plano, y ordena la remisión de la
demanda de amparo al Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda. El Tribunal
Colegiado de Circuito que recibe la demanda de amparo, sin mayor trámite, resolverá si
confirma o revoca la resolución dictada por el Juez de Distrito.
Para el caso de que el Tribunal Colegiado de Circuito confirme la resolución de que antes
se habla, se avocará al trámite del juicio de amparo directo de que se trate, requerirá al
quejoso por la presentación de las copias de dicha demanda para correr traslado a las
partes, y solicitará de la autoridad responsable el informe justificado, en los términos en
que así lo establece el párrafo primero del artículo 169 de la Ley de Amparo, lo anterior
sin perjuicio de que se pueda imponer al promovente de la demanda de amparo una multa
de diez a ciento ochenta días de salario.
Por su parte, si el Tribunal Colegiado de Circuito revoca el auto dictado por el Juez de
Distrito en donde se declaró incompetente, ordena la devolución del expediente a dicho
Juez de Distrito, quien debe proceder al trámite y resolución del juicio de amparo, excepto
que surja un conflicto de competencia con otro Juez de Distrito.
Dentro del contenido del artículo 50 de la Ley de Amparo, se desprende una diversa
hipótesis de un conflicto de competencia que se puede suscitar entre diversos Jueces de
Distrito que conozcan los asuntos por especialidad en la materia.
La situación de que antes se habla, acontece cuando el acto reclamado dentro de la
demanda de amparo que se presentó, es de una materia diversa a la jurisdicción que
tiene el Juez de Distrito que recibe dicha demanda. En este orden de ideas, debe decirse
que en atención de las disposiciones legales que se desprenden del precepto legal ya
mencionado, el Juez de Distrito que recibió la demanda, la debe remitir de inmediato al
Juez de Distrito que corresponda a la materia de que se trate, sin proveer ni sobre la
admisión de la demanda, ni sobre la suspensión del acto reclamado, excepto que en la
demanda de amparo de que se trate, se hayan impugnado cualesquiera de los diversos
actos que se refieren en el artículo 17 de la Ley de Amparo, supuesto éste, en donde el
Juez de Distrito que se considera incompetente está obligado a proveer lo que en derecho
proceda respecto de la suspensión provisional del acto reclamado.
Para continuar con las diversas hipótesis que se contienen en la Ley de Amparo respecto
del incidente de incompetencia, debo referirme a los supuestos que se desprenden de las
disposiciones legales que integran el artículo 51 del ordenamiento legal antes invocado, y
que aplica respecto de juicios de amparo en trámite que son conexos. De este precepto
legal se desprende que cuando un Juez de Distrito que está conociendo de un juicio de
amparo, tiene conocimiento del trámite de un diverso juicio de amparo ante otro Juez de
Distrito, le remite a dicho Juez copia de la demanda de amparo en donde se desprenda el
día y la hora de la presentación de la demanda.
El Juez de Distrito que recibe la copia de la demanda, analiza la misma, y en atención de
su fecha de presentación, y previo traslado a las partes, determinará si seguirá
conociendo del juicio de amparo que ante él se tramita, o bien, si declina su competencia
en favor del Juez requeriente, lo que hará del conocimiento de dicho Juez.
Si el Juez requerido reconoce su competencia, continuará con el trámite del juicio,
haciendo del conocimiento del Juez requeriente de su decisión; para el caso de que el
Juez requerido decline su competencia, le remitirá al juez requeriente el expediente que
se encuentre tramitando.
Para el caso de que el Juez requeriente no esté conforme con la resolución dictada por el
Juez requerido, y si se trata de jueces de Distrito de la jurisdicción de un mismo Tribunal
Colegiado de Circuito, remitirá el expediente al Tribunal Colegiado de Circuito, para que
sea dicho tribunal el que dirima el conflicto de competencia y determine cuál de los dos
jueces de distrito es el competente para conocer del asunto de que se trate.
En el supuesto de que los jueces de distrito no correspondan a la jurisdicción de un
mismo Tribunal Colegiado de Circuito, se remitirán las constancias necesarias a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación para que sea el máximo tribunal, por conducto de
una de sus Salas, quien se encargue de resolver el conflicto competencial.
Por último, y para concluir con la referencia a los diversos supuestos de conflictos de
competencia que se establecen en la Ley de Amparo, debe indicarse que dentro de las
disposiciones legales que se contienen en el artículo 52 de dicho ordenamiento legal, se
señala que cuando ante un Juez de Distrito se promueva una demanda de amparo de que
otro juez deba conocer, se declarará incompetente de plano, y comunicará su resolución
al Juez de Distrito que considere es el competente para conocer de dicho juicio de
amparo.
Recibida la comunicación de que antes se habla, por el juez requerido, éste decidirá si
acepta o no la competencia para conocer de la demanda de amparo de que se trate; Si el
juez requerido acepta la competencia, lo comunicará al juez requeriente para que le
remita los originales del expediente de que se trate, previa la notificación que se haga a
las partes y avisando de lo anterior a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Para el
caso de que el juez requerido no acepte la competencia, así lo hará saber al juez
requeriente, quien dentro de los ocho días siguientes resolverá si insiste o no en declinar
su competencia. Si el juez requeriente no insiste en declinar su competencia, continuará
con la tramitación del juicio de amparo de que se trate.
En el supuesto de que el juez requeriente insista en declinar su competencia, remitirá las
constancias necesarias al Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda, si se trata de
jueces de distrito de la misma jurisdicción de dicho Tribunal Colegiado; caso contrario, y al
tratarse de jueces de distrito de diversa jurisdicción de un Tribunal Colegiado de Circuito,
se remitirán las constancias necesarias a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
que por conducto de una de sus Salas resuelva lo conducente.
Para concluir con este apartado, solo debe agregarse que una vez que se suscita una
cuestión de competencia, las diversas autoridades que participan en ella deben decretar
la suspensión de los distintos procedimientos que vengan tramitando, hasta en tanto se
resuelva en definitiva qué tribunal debe conocer el asunto respecto del cual se presentó el
conflicto de competencia, lo anterior en aplicación de las disposiciones legales que se
desprenden de el artículo 53 de la Ley de Amparo.
En su caso, téngase presente que el artículo 56 de la Ley de Amparo le da un derecho a
las partes procesales que vengan interviniendo en un juicio de amparo indirecto que se
tramita ante un Juez de Distrito, y que por las características de la litis planteada, la
competencia la tenga un Tribunal Colegiado de Circuito, supuesto en donde cualesquiera
de las partes procesales pueden acudir ante el Presidente del Tribunal Colegiado de que
se trate, denunciando la incompetencia, exhibiéndole para ello una copia de la demanda
de amparo y de las diversas constancias procesales que se estimen pertinentes.
Una vez que el Presidente del Tribunal Colegiado de Circuito reciba los documentos de
que antes se habla, pedirá un informe al Juez de Distrito, y recibido el informe, el propio
Presidente decidirá lo que en derecho proceda. Para el caso de que se resuelva que el
Juez de Distrito es incompetente para conocer el juicio de amparo en trámite, ordenará
que el Juez de Distrito le remita el original del expediente a fin de que sea el Tribunal
Colegiado de Circuito quien continúe con el trámite de dicho juicio. Por el contrario, si se
resuelve que el Juez de Distrito sí es competente para conocer del juicio de amparo, se
continuará por dicho Juez de Distrito con el trámite correspondiente hasta su conclusión
final.
INCIDENTE DE ACUMULACION
Este incidente se encuentra regulado por los artículos 57 a 65 inclusive, de la Ley de
Amparo, y persigue como objetivo, que dos o más juicios de amparo en trámite, que
tienen aspectos que los hacen comunes, se acumulen, para que sean resueltos en una
sola sentencia, y así, evitar que se dicten resoluciones contradictorias.
Este tipo de incidentes generalmente solo proceden respecto de juicios de amparo
indirecto cuyo trámite se encuentre en primera instancia, esto es, ante el Juez de Distrito,
toda vez que si alguno de los juicios de amparo indirecto que se pretende acumular, se
encuentra en segunda instancia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o bien, en
el Tribunal Colegiado de Circuito, excepcionalmente procede su acumulación.
Expuesto lo anterior, debe decirse que la acumulación de juicios de amparo indirecto
procede de oficio, o bien a instancia de las partes que vienen interviniendo con carácter
procesal reconocido en los juicios de amparo que se pretende acumular, como se
desprende del artículo 57 de la Ley de Amparo, señalándose dentro de este mismo
precepto legal cuáles son los aspectos procesales que se deben presentar en los juicios
de amparo para que proceda su acumulación. El precepto legal en cita a la letra expresa
lo siguiente:
“En los juicios de amparo que se encuentren en tramitación ante los jueces de Distrito,
podrá decretarse la acumulación a instancia de parte o de oficio en los casos siguientes:
I. Cuando se trate de juicios promovidos por el mismo quejoso, por el mismo acto
reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean distintas, siendo
diversas las autoridades responsables.
II. Cuando se trate de juicios promovidos contra las mismas autoridades, por el
mismo acto reclamado, siendo diversos los quejosos, ya sea que éstos hayan
intervenido en el negocio o controversia que motivó el amparo o que sean
extraños a los mismos”.
Por ello, si los juicios de amparo indirecto presentan cualesquiera de los aspectos
procesales que se refieren en el precepto legal antes transcrito, puede promoverse su
acumulación, bien sea de oficio por el juzgador que conozca cualesquiera de los juicios
que se pretende acumular, o bien a instancia de cualquiera de las partes con carácter
procesal legítimo dentro de dichos juicios, en la inteligencia de que el juicio de amparo
más antiguo, esto es, el que se haya presentado primero, será el que atraiga a los demás,
y por tanto, el juez de distrito que conozca de los juicios de amparo promovidos con
posterioridad al más antiguo, debe remitir su expediente, para que sean resueltos en una
sola sentencia por el juez de distrito que conoce del juicio más antiguo.
Si derivado del trámite del incidente de acumulación de que antes se habla, existiere
alguna controversia entre los Jueces de Distrito, la contienda que surja se decidirá por el
Tribunal Colegiado de Circuito, dentro de cuya jurisdicción resida el Juez de Distrito que
conoció primero de dicho incidente, como se desprende de las disposiciones legales que
se contienen en la parte final del artículo 58 de la Ley de Amparo.
Por su parte, si los juicios de amparo que se pretende acumular se están tramitando ante
un mismo Juez de Distrito, dicho juez ordenará que se haga relación de ellos en una
audiencia, en la que se oirán los alegatos que presenten las partes, y se dictará la
resolución que en derecho proceda, en la inteligencia de que dicha resolución causa
estado por ministerio de ley, dado que la misma no puede ser recurrida por ninguna de las
partes, como lo estipula el artículo 59 de la Ley de Amparo.
Si los juicios de amparo que se pretende acumular se encuentran en trámite ante jueces
de distrito diversos, promovida la acumulación ante uno de ellos, se citará a una
audiencia, en la que se oirán los alegatos que presenten las partes, y se dictará la
resolución que en derecho proceda; si dictada la resolución el Juez de Distrito resolvió
que es procedente la acumulación, solicitará el expediente a acumularse, mediante oficio
que al efecto le haga llegar al Juez de Distrito de que se trate, acompañándole las
constancias necesarias que justifiquen su resolución.
Una vez que el Juez de Distrito recibe el oficio de que antes se habla, lo hará saber a las
partes para que expongan lo que a su derecho convenga en una audiencia que al efecto
se celebre, en donde se dictará resolución sobre la procedencia o improcedencia de la
acumulación ya decretada.
Si en la resolución de que antes se habla, se consideró que sí es procedente la
acumulación, se ordenará que se remita el expediente de que se trata, al Juez de Distrito
que decretó la acumulación, emplazando a las partes para que comparezcan
ante el Juez de Distrito que conocerá de los juicios de amparo acumulados; para el caso
de que no se esté de acuerdo con la resolución que decretó la acumulación, dicha
resolución se comunicará al Juez de Distrito requeriente, y ambos jueces deberán remitir
sus respectivos expedientes al Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda al juez
que decretó la acumulación.
El Tribunal Colegiado de Circuito de que antes se habla, con el Pedimento del Ministerio
Público y los alegatos de las partes, resolverá si es procedente la acumulación, y
determinará qué Juez de Distrito debe conocer de los juicios de amparo de que se trate.
Para el caso de que el Tribunal Colegiado de Circuito haya resuelto que es improcedente
la acumulación decretada, y se trate de juicios de amparo que se tramitan ante diversos
jueces de distrito, y si la acumulación fue solicitada por alguna de las partes, se impondrá
a la misma una multa de treinta a ciento ochenta días de salario. Todo lo anterior se
contiene en las disposiciones legales de los artículos 60 y 61 de la Ley de Amparo.
Por su parte, y en aplicación de las disposiciones legales que se desprenden del artículo
62 de la Ley de Amparo, durante el tiempo en que se tramite el incidente de acumulación,
se decretará la suspensión de los procedimientos cuya acumulación se solicita,
suspensión que prevalecerá hasta que se resuelva en definitiva el incidente de
acumulación cuyo trámite se solicitó; la suspensión del procedimiento de que antes se
habla no opera tratándose del incidente de suspensión del acto reclamado a que se
refieren los artículos 122, 123, 124 y demás relativos y aplicables del ordenamiento legal
antes indicado, por tanto dicho incidente de suspensión debe continuar su trámite hasta
dictar la resolución definitiva que culmine con el mismo.
Para concluir con el incidente de acumulación, solo debe decirse que si la acumulación se
solicita respecto de juicios de amparo de que conozcan los tribunales comunes y los
jueces de distrito29, estos últimos deben ser designados como tribunales competentes
para conocer de los juicios de amparo de que se trate, como así se señala expresamente
en el artículo 64 de la Ley de Amparo.
INCIDENTE DE FALSEDAD DE DOCUMENTOS
La falsificación de documentos es una actividad ilícita que ha tenido un repunte
extraordinario a partir de los avances tecnológicos que se encuentran disponibles al
alcance de cualquier persona, y que facilitan enormemente la reproducción ilegal, y
alteración en su caso, de todo tipo de documentos e imágenes que son percibidos por los
sentidos, lo que trae por consecuencia en muchos de los casos, que la reproducción o
elaboración de documentos no corresponda a la realidad, y por tanto, el documento que
se presenta sea producto de una falsificación, manipulación o alteración.
Desde luego, el trámite de un juicio de amparo no puede estar ajeno a que las partes
presenten como autentico en vía de prueba, un documento bien sea público o privado,30
no obstante que el mismo documento haya sido manipulado, alterado, o que no se
corresponda con su original; por ello, y a fin de impedir que al documento falso se le
otorgue valor probatorio dentro del trámite de un juicio de amparo, la Ley de Amparo, en
las disposiciones legales que se contienen en el artículo 153, regula el incidente de
falsedad de documentos.31
Este incidente tiene como único propósito no conceder valor probatorio alguno dentro del
juicio de amparo, al documento bien sea público o privado que se determine de falso por
parte del Juez de Distrito, y por ello, una vez que se determinó la falsedad del documento
ofrecido como prueba, el Juez de Distrito debe abstenerse de otorgarle valor probatorio
dentro de la resolución que se llegue a dictar en el juicio de amparo de que se trate.
Por su parte, el momento procesal oportuno para presentar el incidente de falsedad de
documentos, es durante el desahogo de la audiencia constitucional, toda vez que es en
dicha audiencia en donde el Juez de Distrito tiene por recibidos legalmente como pruebas
los documentos ofrecidos por las partes, como se desprende de las disposiciones legales
que se contienen en el artículo 151 de la Ley de Amparo; por ello, y en atención de lo
señalado por el artículo 153 del ordenamiento legal antes invocado, una vez que se
admite a trámite el incidente de falsedad de documentos, el Juez de Distrito debe
proceder a suspender la audiencia constitucional,- para continuarla dentro de los diez días
siguientes- a fin de que las partes presenten las pruebas idóneas que justifiquen
debidamente la falsedad del documento objetado.
Es importante resaltar que si dentro del juicio de amparo se determinó que el documento
es falso, dicha resolución sólo aplica dentro del trámite del juicio de amparo, en donde el
documento ofrecido como prueba carece de todo valor probatorio, y por ello, al dictarse la
sentencia definitiva de que se trate, el Juez de Distrito debe abstenerse de considerar
dicho documento, por lo que debe señalarse que el sentido de la resolución dictada dentro
del juicio de amparo, no puede prevalecer en procedimientos diversos.
Debe agregarse que si el incidente de que aquí se habla fue declarado improcedente, se
podrá imponer al promovente del mismo una multa de diez hasta cien días de salario
mínimo como así se señala en la parte final del artículo 153 de la Ley de Amparo.
Como comentario final dentro de este apartado, debe indicarse que la fracción II del
artículo 211 de la Ley de Amparo, tipifica como un delito, el hecho de que dentro del
trámite de un juicio de amparo, el quejoso o el tercero perjudicado haya presentado como
prueba un documento falso.
INCIDENTE DE RECLAMACION DE DAÑOS Y PERJUICIOS
Dentro de las disposiciones legales que se contienen en el artículo 129 de la Ley de
Amparo, se encuentra regulado un incidente para que las partes interesadas dentro del
juicio de amparo puedan hacer efectivas las garantías y contragarantías que se hayan
otorgado dentro del trámite de un juicio de amparo.
El precepto legal de que antes se habla a la letra expresa lo siguiente:
“Cuando se trate de hacer efectiva la responsabilidad proveniente de las garantías y
contragarantías que se otorguen con motivo de la suspensión, se tramitará ante la
autoridad que conozca de ella un incidente, en los términos prevenidos por el Código
Federal de Procedimientos Civiles. Este incidente deberá promoverse dentro de los seis
meses siguientes al día en que se notifique a las partes la ejecutoria de amparo, en la
inteligencia de que, de no presentarse la reclamación dentro de este término, se
procederá a la devolución o cancelación, en su caso, de la garantía o contragarantía, sin
perjuicio de que pueda exigirse dicha responsabilidad ante las autoridades del orden
común”.
La aplicación práctica del precepto legal en cita, supone necesariamente que dentro del
juicio de amparo que se tramitó, se promovió también el incidente de suspensión del acto
reclamado que se previene en el artículo 124 de la Ley de Amparo, y que dentro de dicho
procedimiento incidental se dictó una resolución en donde se otorgó a la parte quejosa la
suspensión del acto reclamado, y que por la naturaleza del acto reclamado, el Juez de
Distrito estimó que con la suspensión concedida, se pudieren ocasionar daños y/o
perjuicios al tercero perjudicado, y por ello, se fijó una garantía en los términos en que así
lo establece el artículo 125 del ordenamiento legal antes invocado, para el caso de que la
resolución dictada dentro del incidente de suspensión del acto reclamado, bien sea
provisional o definitiva, pueda afectar derechos de terceros.
A lo anterior agréguese que para el caso de que sea fijada una garantía que el artículo
126 de la Ley de Amparo concede un derecho en favor del tercero para que a su vez
pueda otorgar ante el mismo juez, una contragarantía para evitar la ejecución del acto
reclamado, no obstante que la parte quejosa haya acompañado la garantía señalada por
el Juez de Distrito.
Por su parte, de las disposiciones legales que se contienen en el artículo 127 de la Ley de
Amparo, se desprenden dos supuestos en los que el Juez de Distrito debe negar la
contrafianza: el primero de ellos aplica para el caso de que si con la ejecución del acto
reclamado queda sin materia el juicio de amparo que se promovió, la solicitud de
contrafianza debe negarse por el Juez de Distrito; mientras que el segundo supuesto,
aplica para el caso de que con la resolución que conceda la suspensión puedan afectarse
derechos del tercero perjudicado que no sean estimables en dinero, supuesto esté, en
que también debe negarse la contragarantía.
Un requisito esencial para poder hacer efectivas la garantía o contragarantía, es el de que
dentro del expediente principal se haya dictado la sentencia definitiva, y que dicha
sentencia haya causado estado, esto es, que se trate de una Ejecutoria.
Luego entonces, si es el caso de hacer efectiva la garantía o contragarantía que se hayan
otorgado dentro del expediente incidental, en aplicación de las disposiciones legales que
se contienen en el artículo 129 de la Ley de Amparo, se debe proceder por la parte que
haya resentido los daños y/o los perjuicios a cuantificarlos, y a acreditarlos con las
pruebas idóneas dentro del incidente que al efecto se tramite en un plazo de seis meses
contados a partir de que se notifique a las partes la ejecutoria de amparo, dado que si no
es promovido el incidente de que antes se habla dentro de dicho término, se procederá
por parte del Juez de Distrito a la devolución o cancelación de la garantía o contragarantía
que ante él se hayan exhibido, lo anterior sin perjuicio de que la reclamación para obtener
el pago de los daños y/o perjuicios ocasionados con la suspensión, se puedan exigir ante
las autoridades del orden común.
INCIDENTE DE CUMPLIMIENTO SUSTITUTO DE SENTENCIAS
La procedencia de este incidente se desprende del contenido de las disposiciones legales
que se contienen tanto en la fracción XVI del artículo 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, como en el artículo 105 de la Ley de Amparo, en donde se
permite legalmente que las ejecutorias de amparo queden debidamente cumplimentadas
mediante el pago de una cantidad de dinero que se entregue a favor de la parte quejosa,
sin embargo, dicho cumplimiento sustituto queda supeditado a que se presenten dentro
del juicio de amparo de que se trate, cualesquiera de las diversas hipótesis legales que se
desprenden de los preceptos legales antes invocados. Las disposiciones legales de que
antes se habla, dentro del artículo 105 de la Ley de Amparo, en lo conducente establecen
lo siguiente:
“Cuando la naturaleza del acto lo permita, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, una
vez que hubiera determinado el incumplimiento o la repetición del acto reclamado, podrá
disponer de oficio el cumplimiento substituto de la sentencia de amparo, cuando su
ejecución afecte gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los
beneficios económicos que pudiera obtener el quejoso.
Una vez que el Pleno determine el cumplimiento substituto, remitirá los autos al juez de
distrito o al tribunal de circuito que haya conocido del amparo, para que incidentalmente
resuelvan el modo o cuantía de la restitución.
Siempre que la naturaleza del acto lo permita, el quejoso podrá solicitar ante el juez de
distrito o tribunal de circuito, el cumplimiento substituto de la ejecutoria, quien resolverá de
manera incidental y, en su caso, el modo o cuantía de la restitución”.
De las disposiciones legales de que antes se habla, se desprende que el cumplimiento
substituto de las ejecutorias de amparo puede ser determinado de oficio por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, o bien, a petición del quejoso.
En este orden de ideas, debe decirse que para que se determine el cumplimiento
substituto de oficio por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se debe
demostrar en forma plena e indubitable ante dicha Suprema Corte el incumplimiento de la
ejecutoria, o bien, la repetición del acto reclamado; además, como segundo requisito, que
la propia Suprema Corte determine que con la ejecución de la sentencia de amparo se
afectará gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los beneficios
económicos que pudiere obtener el quejoso.
Por lo que una vez demostrados los supuestos antes referidos, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación determina que es procedente el cumplimiento substituto de la
ejecutoria de amparo, y ordena remitir el expediente de que se trate al Juez de Distrito, o
bien al Tribunal de Circuito que corresponda, para que incidentalmente determinen el
modo o cuantía en que se debe cumplimentar la sentencia de amparo.
Respecto del cumplimiento substituto de la sentencia a petición de parte, procede previa
petición que la parte quejosa haga al juez de distrito o al tribunal de circuito, y siempre
que la naturaleza del acto lo permita, petición que se resolverá incidentalmente,
determinándose en su caso, por parte del juzgador el modo y cuantía de la restitución.
INCIDENTE DE REVOCACION O MODIFICACION DE LA SUSPENSION DEL ACTO
RECLAMADO
Este incidente se encuentra previsto dentro del artículo 140 de la Ley de Amparo, y tiene
como finalidad que una vez decretada por el juez del amparo la suspensión provisional o
definitiva del acto reclamado, las partes legítimas le puedan solicitar a dicho juzgador la
revocación o modificación del auto o resolución por el que se haya concedido la
suspensión, y si ocurren hechos supervenientes.
El precepto legal de que antes se habla a la letra expresa lo siguiente:
“Mientras no se pronuncie sentencia ejecutoriada en el juicio de amparo, el juez de Distrito
puede modificar o revocar el auto en que haya concedido o negado la suspensión, cuando
ocurra un hecho superveniente que le sirva de fundamento”.
En este orden de ideas debe decirse que en aplicación de las disposiciones legales que
se contienen en el precepto legal antes transcrito, una vez decretada la suspensión
provisional o definitiva del acto reclamado, la parte interesada le puede solicitar al juez del
amparo la revocación o modificación del auto o resolución por la que se haya concedido a
la parte quejosa la suspensión del acto reclamado, cuando ocurra un hecho
superveniente.
Lo anterior quiere decir que si ocurre un hecho superveniente, la parte interesada le
puede solicitar al juez del amparo que revoque o modifique los términos en que se
concedió a la parte quejosa la suspensión del acto reclamado, por lo que en su caso la
petición de que antes se habla se tramitará incidentalmente, atendiendo las disposiciones
legales que se desprenden de la parte final del artículo 35 de la Ley de Amparo.
TRAMITE Y RESOLUCION
Respecto del trámite y resolución de los diversos incidentes que se pueden presentar
dentro de la secuela de un juicio de amparo, debe indicarse que debemos hacer una
mención especial respecto del incidente de suspensión del acto reclamado, dado que la
Ley de Amparo dedica dentro del Capítulo III del Título Segundo, todo un conjunto de
disposiciones legales a las que queda sujeto el trámite de este incidente, mismas
disposiciones que ya fueron analizadas en el apartado 9.5 del Capítulo Noveno de esta
obra, por lo que en obvio de repetición se remite al lector al apartado antes referido.
En relación con el trámite y resolución del resto de los incidentes, debe agregarse que el
artículo 35 de la Ley de Amparo, precisa en detalle el trámite a que queda sujeto el
incidente de reposición de autos, y agrega dicho precepto legal que: “los demás
incidentes que surjan, si por su naturaleza fueren de previo y especial pronunciamiento,
se decidirán de plano y sin forma de substanciación. Fuera de estos casos, se fallarán
juntamente con el amparo en la sentencia definitiva, salvo lo que dispone esta ley sobre el
incidente de suspensión”.
Luego entonces, si se trata de un incidente de previo y especial pronunciamiento, dicho
incidente debe ser resuelto de plano y sin forma de substanciación alguna en tanto que al
no existir disposición legal expresa dentro de la Ley de Amparo que nos indique cómo
deben ser resueltos los demás incidentes, debe acudirse en forma supletoria al Código
Federal de Procedimientos Civiles, ordenamiento legal éste, que dentro de los artículos
358 al 364 señala el procedimiento al que queda sujeto el trámite de los incidentes.
En este orden de ideas, debe decirse que de las disposiciones legales que se contienen
en el artículo 360 del Código Federal de Procedimientos Civiles se desprende que el
trámite al que quedan sujetos los incidentes, es sumario, indicándose ahí las diversas
etapas procesales a las que quedan sujetos el trámite de los incidentes. El precepto legal
en cita a la letra expresa lo siguiente:
“Promovido el incidente, el juez mandará dar traslado a las otras partes por el término de
tres días.
Transcurrido el mencionado término, si las partes no promovieren pruebas ni el tribunal
las estimare necesarias, se citará, para dentro de los tres días siguientes, a la audiencia
de alegatos, la que se verificará concurran o no las partes. Si se promoviere prueba, o el
tribunal la estimare necesaria, se abrirá una dilación probatoria de diez días y se verificará
la audiencia en la forma mencionada en el capítulo V del título primero de este libro.
En cualquiera de los casos anteriores, el tribunal, dentro de los cinco días siguientes,
dictará su resolución”.
Del precepto legal antes transcrito, se desprende que una vez admitido a trámite el
incidente, se corre traslado a las partes por el término de tres días, una vez que transcurra
ese término, y si las partes no ofrecieron pruebas, ni el Tribunal las estime necesarias, se
citará a la Audiencia de Alegatos, y dentro de los cinco días siguientes se procederá al
dictado de la resolución definitiva que culmine con el trámite del incidente de que se trate.
Para el caso de que se ofrezcan pruebas, o que el Tribunal las estimare necesarias, se
abrirá una dilación probatoria por el término de diez días, se verificará la audiencia de ley,
y dentro de los cinco días siguientes se dictará la resolución definitiva que en derecho
proceda.
Por último, debe recordarse que la resolución definitiva que sea dictada para resolver el
incidente de que se trate, puede ser recurrida mediante el recurso de revisión, en los
términos de la fracciones II y III del artículo 83 de la Ley de Amparo; o bien, mediante el
recurso de queja, en aplicación de las disposiciones legales que se contienen en las
fracciones VII, VIII, X y XI del artículo 95 del ordenamiento legal antes invocado.
En su caso, téngase presente para las hipótesis diversas a las enumeradas en el párrafo
anterior, que dichas resoluciones incidentales, bien podrían ser impugnadas mediante el
recurso de queja en los términos de la fracción VI del artículo 95 de la Ley de Amparo, y
siempre que dichas resoluciones reúnan los diversos requisitos que se señalan en la
fracción antes referida, a saber: Que se trate de resoluciones en contra de las que no
proceda expresamente el recurso de revisión; y que por su naturaleza trascendental y
grave, dichas resoluciones puedan causar daño o perjuicio al recurrente no reparable en
sentencia definitiva.
CONCLUSION
En el Juicio de Amparo como un proceso legal de naturaleza constitucional, en ocasiones
se ve afectado por alternativas que trastornan momentaneamente la marcha regular del
procedimiento, lo que motiva a que el organo jurisdiccional conocedor del Juicio de
Garantias, sin afectar la parte principal del juicio, deba resolver tales cuestiones que se
haran en Via Incidental para que al dictar la Sentencia Interlocutoria en los Incidentes, se
vayan limado las asperezas que alcancen a finales en la Sentencia Definitiva que resuelve
el Juicio de Amparo una debida preservacion de los derechos publicos subjetivos.

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