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JOHN LOCKE

SEGUNDO TRATADO
SOBRE EL GOBIERNO CIVIL

Un

E N s A y o
concerniente al verdadero origen,
alcance y ji'nalidad del

GOBIERNO CIVIL

Traducción, selección bibliográfica y notas:


Claudia Amor y Pablo Sta.fforini

UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES

Rector
Gustavo Eduardo Lugones

Vicerrector Universidad
Mario E. Lozano (f) Nacional
de Quilrr1es
Edifortal
CAPÍTULO ¡I

§ J. En el tratado precedente se ha demostrado,


· 1) Que Adán no tuvo, ni por derecho natural de paternidad 2
ni por donación positiva de Dios, 3 una autoridad tal sobre sus
hijos ni un dominio sobre el mundo, 4 como se pretendía.5

1 El único de los diecinueve capítulos que Lockc no tituló es, como des-
taca Laslett (1993: 267), una interpolación tardía (datada, probablemente,
en 1689) y que sirve de recapitulación (harto incompleta, por cierto) para
los lectores del Segundo Tratado, de la principal conclusión alcanzada en el
Primer Tratado -a saber, que la obligación de obediencia no puede ser justi-
ficada, aquí y ahora, sobre la base de un modelo teocrático, patriarcalista y
dinástico de legitimación del tipo del que Robert Filmer delinea' en el Pa-
triardt11:-, asf como de algunas de las líneas de argumentación allí trazadas.
2 ¿Por qué no? Porque, aun concediendo que quien crea adquiere, eo ipso,
autoridad sobre sus criaturas, Adán no puede arrogarse una potestad ex iu-
re creationis, toda vez que no cumplimenta las condiciones epistémicas nece-
sarias para que se lo considere, propiamente, un creador: no conoce (ni, si
tiene razón Pablo en que "videmus per speculum", tendría manera de saber) el
propósito último de la creación ni la naturaleza constitutiva de lo creado
(Primer Tratado,§§ 52-53). Puro creacionisn10: sólo nuestro Padre cumpli-
menta tales requisitos cognitivos, por lo que, strictu sensu, es el único al que
le cabe el título de creador; nuestros padres (nuestra madre y nuestro pa-
dre) no crean, apenas procrean. Ocasionalisrr10 en su más pura expresión:
los progenitores humanos brindan la ocasión para que el acto irreductible-
mente divino de creación tenga lugar (Primer Tratado,§ 54). Adicionalmen-
te, incluso si Adán creara, al no haber creado a Eva no podría atribuirse
poder sobre todas las criaturas -con lo que el patriarcalismo de Filmer de-
vendría un híbrido paternomatriarcalista (Pri1ner T'ratado, § 55)~.
3 En el Primer T'ratado, §§ 21-1·.'3,-Locke, apelando a una exégesis no
adánica del Génesis, desacredita, punto por punto, la evidencia escritura! que
Filmer trae a colación en apoyo de su postura.
4 Para err1peorar las cosas, Filmer incurre, en opinión de Locke, en una con-
fusión categorial: no atina a distinguir dominación sobre las personas (el impe-
riwn de Bodin) de dominio sobre las cosas (el dominium bodiniano), de lo que
infiere erróneamente que lo uno trae consigo lo otro (Primer Tratado,§ 75, § 77).
5 "Se pretendía": quien pretendía tal cosa, se sobreentiende, es Filn1er. El
1nodo pronominal (c[, en este nüs1no apartado, "se sostiene") es sólo una de las
modalidades apocopadas de que se vale Locke, en el Segundo Tratado, para
no1nbrar a Fihner sin decir su nombre. "Sir Robert F." (v.g., igual1nente en§ 1)
o "Sir R. F" (v.g., en§§ 2, 22 y 61) son otras de las variantes a las que echa ma-
no. En el Pn"mer Tratado, la perífrasis nominal preferida es "nuestro autor".

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JOJ!N" LOCl\E E}l"SAYO SOHHE EL GOBIERKO CIVIL

11) Que si tuvo [tal autoridad y tal dominio], sus herede- Al haber sido probadas, con evidencia, según pienso, to-
ros, sin embargo, no poseyeron derecho alguno a ellos. 6 das estas premisas, es imposible que quienes gobiernan ac-
m) Que si sus herederos poseyeron [tal derecho], al no tualn1ente sobre la tierra obtengan algún beneficio o deriven
haber ninguna ley de naturaleza ni ninguna ley positiva de la menor-sornbra de autoridad de la que se sostiene que es la
Dios 7 que determinara cuál es el heredero legítilno en todas 'fuente de todo poder, "el dominio privado y la jurisdicción
las controversias que pudieran suscitarse, el derecho de suce- - paternal de Adán". 11 De inodo tal que quien no quiera dar
sión y, consecuentemente, el de detentar el gobierno, no po- justo motivo para pensar que todo gobierno en el mundo es
drían haber sido determinados con certeza. 8 sólo producto de la fuerza y la violencia y que los hombres
rv) Que, aun si [estos derechos] hubiesen sido determina- no viven juntos [regidos] por ninguna otra regla que la de
dos [con certeza], sin einbargo, el conocirrüento de cuál es el las bestias, según la cual el n1ás fuerte es quien está al n1an-
linaje más antiguo de la descendencia de Adán se perdió com- do ts -asentando así las bases del desorden perpetuo y la dis-
pletamente hace tanto tiempo que no queda, entre las razas cordia, del tun1ulto, la sedición y la rebelión (cosas contra las
[que conforman] la humanidad ni entre las familias [que ha- _que los seguidores de dicha hipótesis claman a los gritos)-,
bitan] el mundo, ninguna por encima de otra [ni que tenga] debe encontrar por necesidad otro principio del gobierno,
la menor pretensión de ser la estirpe más antigua y de poseer otro origen del poder político y otro modo de designar y co-
el derecho a la sucesión.9, 10 Docer a las personas que lo detentan que los que Sir Ilobert
F. nos ha enseñado.
6 Los hijos de Adán no son padres del género hunrnno, por lo que no
pueden reclarnar autoridad sobre éste sobre la base de su "derecho natural § 2. En atención a este propósito, creo que quizá no sea im-
de paternidad" (Primer Tratado,§§ 74, 99 y ss.). propio dejar sentado lo que entiendo por "poder político'',
7 Ley de naturaleza y ley positiva de Dios: los dos cuerpos norn1ativos para que el poder de un magistrado sobre sus súbditos pue-
en que se condensa la voluntad del Creador respecto de sus criaturas. Indis- da ser distinguido del de un padre sobre sus hijos, del de un
cernibles en lo que respecta a su contenido prescriptivo, difieren en lo que señor sobre su siervo, del de un marido sobre su esposa y del
concierne a su modo de promulgación: rnientras que la primera se hace pa- de un amo sobre su esclavo. Que todos estos distintos pode-
tente a través de la "luz natural de la razón", la segunda se da a conocer Ine-
diante la fe y la hern1enéutica bíblica. En el "Ensayo latino'', 2 (en Deus
res se encuentren a veces juntos en el mismo hombre, si es
Afortalis 2, p. 459), donde Locke expone por vez prin1era esta clasificación considerado bajo estas diferentes relaciones, puede ayudar-
binaria de leyes divinas, califica a a1nbas de "morales". nos a distinguir estos poderes· unos de otros y a n1ostrarnos
8 En rigor, para Filrner sí hay tal ley: la que prescribe la primacía del pri-
mogénito (y, secundariatnentc, la de los colaterales varones) en la línea de su-
cesión. El reparo que Locke expone en el Primer Tratado,§§ 108-112 pone prirnera premisa, le siguen otras que contienen elementos de juicio cuya
en cuestión el hecho de que Filrr1cr naturalice (en este contexto, resignifique fuerza conclusiva es independiente de los de aquellas que la anteceden y cu-
con10 ley natural, es decir, con10 ley divina) lo que no es más que un estatu- ya invocación es pertinente dada la asunción, ex hypotesz; de que las nüsn1as
to jurídico positivo, de creación humana: la institución del mayorazgo. carecen de valor probatorio.
9 Esta dosis es letal para la, en esta instancia, frágil salud del esquele- 11 La fónnula "dominio privado", que Locke parece atribuir a Sir Robert
to doctrinario de Filmer. Aun si su teoría de la soberanía es válida, es ente- F, no es, en rigor, de puüo y letra de Fihner, quien, explícita1nente, la to1na
rainente inaplicable cuando debe dirirnirse a quién rendir pleitesía: ¿qué del Mare Clausum (1, 4) <le John Selden. Cf. Patriardw, VIII.
autoridad en heráldica estaría en posición de dictaminar si el heredero legí- 12 Locke alude aquí de modo elíptico -con1enta Laslett (1993: 267-268)
tln10 de Adán, por línea de' primogenitura, es Jacobo de York o Guillermo que acotan algunos- a Hobbes (ya al l·Iobbes del Leviatán, ya al Hobbes de
de Orange (¿o, por qué no, el nlis1110 Locke?)? Filn1er y sus Observations Concerning the Original Government upon Mt: lfobs
lO Esta sinopsis argurnentativa posee una estructura sui generis: a la I,eviaíán).

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JOH1' LOCKE

la diferencia [existente] entre el gobernante de un Estado, 13 CAPÍTULO II


un padre de familia y el capitán de una galera. 14 DEL ESTADO DE NATURALEZA

§ Entiendo, pues, por "poder político" el derecho 15 de dic-


3.
tar leyes bajo pena de muerte y, consecuentemente, de todas §4. Para entender correctamente el poder político y derivar-
las penalidades menores, para la regulación y la_ protección de - lo de su origen, debemos considerar en qué estado se hallan
la propiedad, y de emplear la fuerza de la comunidad en la eje- naturalmente todos los hombres. 1 Éste es un estado de per-
cución de tales leyes y en la defensa del Estado frente a agre- fecta libertad para orde~1ar sus acciones y disponer de sus po-
sión externa, y todo ello solamente en aras del bien público. sesiones y personas como juzguen adecuado, dentro de los
límites de la ley de naturaleza, sin pedir permiso ni depender
de la voluntad de ningún otro hon1bre. 2
[EsJ un estado también de igualdad, en el que todo poder y
jurisdicción son recíprocos, 3 al no tener ninguno más que [los
que posee] otro: no hay nada más evidente que el que criaturas
'de la niisma especie y rango, promiscuamente nacidas [para go-
zarJ de todas [y] las mismas ventajas de la naturaleza y del uso
de las mismas facultades, deban ser asimismo iguales entre sí,
sin subordinación ni sujeción, a menos que el Amo y Señor de

1 Para "entender corrcctan1ente el poder político", hay que comprender


córno surge a partir de una situación no política (en el léxico iusnaturalista,
el estado de naturaleza): en ello reside el quid de la "explicación fundamen-
tal" (tanjustificatoria con10 explicativa) que Robert Nozick (1971<: 6) resca-
ta como una de las contribuciones decisivas de la corriente de pensamiento
irnpulsada por Grotius, Pufcndorf y IIobbes. La pregunta que se in1pone es
si la explicación fundan1ental de Locke es acabaclamentc fundainental (una
1S "Estado" es -;junto con "sociedad" a secas, "sociedad civil" o "políti- reserva ya hecha por Rousseau, sin hacer notnbrcs propios, en su Segundo
ca", "co111unidad política independiente" o "república"- una de las traduccio- Discurso): al concluir la lectura del capítulo, el lector tendrá seguramente al-
nes de "Commonwealth" entre las que hemos optado a la luz del contexto. gunas dudas, toda vez que el explanans (esto es, la caracterización del esta-
14 El apartado tiene inconfundibles reminiscencias aristotélicas: con10 do de naturaleza) incluye, profusamente, categorías jurídicas cuyo
el autor de la Política (1252a), Locke se propone establecer que existen di- significado re1nite a un horizonte de sentido inequívocamente estatal (ley,
ferencias cualitativas -y no rneramente de grado- entre diversas fornms de · jueces, crimen y castigo, entre otras).
dominación, sólo que el espectro de comparación es más amplio: a las rela- 2 Sobre el carácter distintivo de la noción lockeana de "libertad", véase
ciones conyugal, paternal y despótica -la que 1nantienen amos y esclavos más adelante cap. IV, n. S.
(en el vocabulario lockeano, lords y slavishs)-, se suma la que sostienen seño- S En este apartado, Locke especifica la condición natural de los hombres
res y siervos (en el diccionario de Locke, masters y servants). en ténninos de jurisdicción recíproca; en§ 22, de ausencia de jurisdicción. La
I!J El poder político constituye un derecho en un sentido diferente de incongruencia es rnás aparente que real: en el segundo caso, de lo que se tra-
aquel en que los rights in properfJ son derechos. Mientras éstos se correspon- ta es de que ningún hombre posee potestad legislativa sobre los demás,
den con los claims de Hohfeld-1neros correlatos de obligaciones activas opa- nüentras que en el primero, lo que se mienta es que cada ser hu1nano posee
sivas por parte de tercero1>'-, la contraparte de aquél es el power hohfeldiano potestadjudicial----c01npetencia para aplicar la ley de naturaleza- sobre cual-
-la competencia para alterar la situación normativa de otros agentes-. quier otro.

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JOJIK LOCKE ENSAYO SOBRE EL GOBIEHKO CIVIL

todas ellas,4 por n1edio de una declaración manifiesta de su vo- en satisfacer el misn10 deseo, que indudablemente está [pre-
luntad, hubiera colocado a una por encima de otras y le hubie- senteJ en otros ho1nbres, al ser de una misma naturaleza?
se conferido, a través de una nominación evidente y clara, un Ofrecerles una cosa que repugne a ese deseo debe por necesi-
derecho indisputable5 al dominio y a la soberanía.6 dad afligirlos tanto, en todos los respectos, como [me afligi-
~ía J a mí. De modo que si provoco ·un daño, debo esperar
§ 5. El juicioso 7 Hooker 8 estima esta igualdad de los hombres sufrirlo [yo lnis1no], al no. existir ninguna razón por la que
por naturaleza tan evidente por sí misma y [a tal punto] más los otros deban mostrar hacia mí lnás amor que el que yo les
allá de todo cuestionamiento que hace de ella el fundamento haya demostrado. Por tanto, mi deseo de ser amado, tanto co-
d_e esa obligación al an1or n1utuo sobre la que basa los debe- mo sea posible, por qui"enes son mis iguales por naturaleza,
res que los hombres tienen unos para con otros y de la cual me impone el deber natural de sentir por ellos exactamente
deriva las grandes máximas de justicia y caridad. Sus pala- el mismo apego. Ningún hombre ignora las diversas reglas y
bras son: "Por inferencia a partir de la igualdad natural, los cánones que la razón natural ha extraído, para el gobierno de
hombres han llegado a conocer que no es menor su deber de la vida, de esta relación de igualdad entre nosotros y los que
amar a los otros que el de [amarse] a sí mismos. Pues al con- son como nosotros". Política Eclesiástica, Libro i.9
siderar aquellas cosas que son iguales, forzosamente [ conclu-
yen que] tienen todas por necesidad una misma medida. Si no § 6. Mas aunque sea éste un estado de libertad, no es, pese a
puedo n1enos que desear recibir tanto bien, de manos de los ello, un estado de licencia: aunque el hombre, en tal estado,
demás hombres, con10 cualquier [otro] hombre puede desear tenga una incontrolable libertad para disponer de su persona
recibir en su propia alma, ¿cómo [podría] esperar que mi de- o posesiones, no tiene, sin embargo, libertad para matarse ni,
seo sea en este punto satisfecho en parte si no pongo cuidado tampoco, [para matar] a ninguna criatura en su posesión, 10
excepto en el caso de que lo requiera alguna finalidad más
noble que su mera pfeservación. 11 El estado de ":naturaleza
4' "Lord and Mastet'': Locke se rnuestra aquí ambiguo en torno del esta-
tiene una ley de naturaleza que lo rige [y] que obliga a cada
tus nonnativo peculiar que le cabe al Creador en relación con sus criaturas
hunianas, lo que no deja de llamar la atención, teniendo en cuenta que, co-
uno. Y la razón, que es esa ley, 12 enseña a todos los hombres
mo el autor deja sentado en § 2, un propósito declarado del Segundo Tmtado
es diferenciar taxativainente distintas especies de dominación cualitativa- 9 La referencia cornpleta es The Laws ?f Ecclesiastical Polity, en Keble
mente diversas (entre ellas, las que ligan, respectivarnente, a amos y esclavos (cd.), Works, Oxford, 1832.
y a señores y siervos). Cf cap. I, n. 14·. lO A ninguna criatura humana, se sobreentiende. Corno queda en claro
5 Literalmente, indisputado (undoubted). El contexto inclina la balanza
en el cap. V (así como en el Primer Tratado,§§ 40 y 86), la ley de naturaleza
por 1a variante más fuerte, "indisputable". no les prohíbe a los hon1bres sacrificar, en aras de su preservación, a cual-
6 Una de las contadísiinas ocasiones en que Locke usa el término "sove- quier criatura no huniana -antes bien, los obliga a ello-.
raignit/', tan caro a Hobbes. 1 1 ¿Qué "finalidad más noble que su mera preservación" autorizará a los
7 "Juicioso" es el epíteto encomiástico que, cada vez que lo cita en el Se- hombres a quitarle la vida a criaturas hunianas? Si lo que Locke tiene en
gundo Tratado, Locke le endilga a l-Iooker (a quien había adjetivado como rnente es la autodefensa frente a quien, corno el criminal, representa un ries-
"docto"" y "reverendo" en sus escritos políticos juveniles, el "Ensayo inglés" go cierto para la propia vida, así como para la pervivencia de la especie hu-
y el "Ensayo latino"). nrnna toda, es claro que de lo que se trata es de la "mera preservación".
8 Richard Hooker (1654-1600), el teórico de la polity eclesiástica del an- 12 La ley natural, ¿es la razón (o, con10 se dice en § 10, la "recta regla
glicanismo político, sienta las bases doctrinarias sobre las que se asienta la de la razón'", o en § 30, "la ley de la razóri'. Énfasis añadido)? Locke, quien ha
estructura institucional del Estado confesional unitario (Lessa)~ 1998: 4) tomado partido por el voluntaris1no norn1ativo en los Essays on the Law ef
que cobra fórn1a en la Inglaterra Tudor de Isabel l. nature (1, vr), parece aquí suscribir una postura racionalista

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JOllN LOCKE E}.-SAYO SOBRE E'L GOll!EHNO CIVIL

que quieran consultarla que, siendo todos iguales e indepen- nos que sea para hacer justicia con quien haya co1netido una
dientes, ninguno debe dañar a otro en su vida, salud, libertad transgresión, no puede quitarle la vida a otro ni producirle
o posesiones. IS Pues al ser todos los hombres la obra de un un daño, ni [1nenoscabar] lo que contribuya a la preservación
creador omnipotente e infinitamente sabio, todos [ellos] sier- Je su vida·, libertad, salud, miembros o bienes. 19
vos de un Señor soberano, 14' enviados a [este] mundo por or-
den suya y para cumplir su misión, constituyen la propiedad § 7. Y [a fin de] que pueda impedirse que los hombres infrin-
de aquel cuya obra son, 15 [y han sido] creados para subsistir jan los derechos de otros y se hagan daño recíprocamente y
por el tiempo que le plazca a él, no a otro. Y, dado que esta- de que se observe la l~y de naturaleza,'.ilO que prescribe la
1nos provistos de las mismas facultades [y] participamos to- paz21 y la preservación de toda la humanidad, la aplicación de
dos de una única comunidad de naturaleza, no puede la ley de naturaleza es puesta en ese estado en manos de to-
suponerse ninguna subordinación tal entre nosotros que pue- do hombre, como resultas de lo cual cada uno tiene derecho a
da autorizarnos a destruirnos mutuamente, como si hubiése- castigar a los transgresores de dicha ley en un grado tal co-
mos sido creados para uso de otros, 16 tal como las especies mo para que se pueda poner impedimentos a su violación [fu-
inferiores de criaturas existen para el nuestro. 17 Por la mis- turaJ. Pues la ley de naturaleza, como todas las otras leyes
ma razón por la que está obligado a preservarse a sí mismo, que incumben a los hombres en este mundo, sería vana si no
y a no abandonar su puesto por iniciativa suya, cada uno de- hubiera nadie, en el estado de naturaleza, que tuviera poder
be, cuando su propia preservación no está en juego, preservar para aplicarla y, subsiguientemente, para proteger al inocen-
al resto de la hurr1anidad tanto como le sea posible 18 y, a me- te y refrenar a quienes la transgreden; y si, en el estado de na-
turaleza, uno cualquiera puede castigar a otro por algún mal
13 Esta pritncra especificación de "propertj' en s11 acepción genérica (cf., que ha hecho, todos pueden hacer lo propio. Pues en ese esta-
niás adelante,§ 123) contiene cuatro íten1s: a los tres que forman parte de la do de igualdad perfecta, en el que no existe, naturalmente,
definición estándar -vida, libertad y posesiones o bienes- se añade la salud.
ninguna [forma de] superioridad o jurisdicción de uno sobre
14 Curiosamente, Locke emplea aquí, para especificar la relación exis-
tente entre el Creador y sus criaturas hurnanas, el par rnaster-servants, en vez
del de lord-lavishs, que es el que parecería corresponderse con el hecho de que tiene dos preceptos de 1naximización -cuyos ma.:cima11da son, respectivamen-
nuestro autor le atribuye a Dios un título absoluto y perrnanente de propie- te, la propia preservación y la de la humanidad en su conjunto-, jerarquiza-
dad sobre quienes son sus obras. dos lexicaln1entc, es decir, ordenados .de manera tal que el requeriiniento
1!J Se expone aquí, por referencia a la relación entre Dios y los ho111- que establece el segundo sólo adquiere fuerza obligatoria en tanto la exi-
bres, un principio distintivamente lockeano que, en térrrünos genéricos, gencia que iinpone el priincro se halla plenainente satisfecha. Sobre la no-
puede tórmularse como sigue: en tanto .:e es creador -"rnaker''- de y, defini- ción de "prioridad lexical", cf. Rawls (1.971: 42).
do corno su obra -"workm,anship"-, deviene eo ipso propietario de él. Tal l 9 Esta segunda especificación de "propiedad" en su significación gené-
principio está a la base del que Tully (1980: 4, 4'.il) ha dado en llmnar el rica añade "los miembros" (la integridad corporal, diríamos usando un len-
"worknianship model', que, en el parecer del comentarista, c-onfigura la ina- guaje no lockeano) a los cuatro íte1ns anteriores.
triz justificatoria de la doctrina lockeana de la propiedad. 20 Si no ha de ser "vana" (et: infra, en este 1nis1no apartado) y se ha de
16 ¿Kantismo lockeano avant la ltttre?: ningún hombre fue creado como cumplir con ella en el estado de naturaleza, Ja ley natural lockeana· tiene que
(¿tnero?) medio para el bienestar de sus congéneres. poder ser aplicada (ibidern), por lo que, en tal condición, rige infOro externo,
17 Este "especieís1no antropocéntrico", tal como lo calificaría Singer y no tan sólo, co1no es el caso para Hobbes (cf. Leviatán, xv), en el fuero in-
(1995: ISI-IS1·), se funda en la visión bíblica del horr1bre como imago Dei terno de la conciencia.
("the image qf his Maker'', Prim-er Tratado,§ 4·0) y, subsiguientemente, como g 1 La ley de naturaleza, al decir de Locke, prescribe la paz, exactamen-
rey de la Creación. te lo que prescribe la primera ley de naturaleza de Hobbes (para ser más
18 La formulación completa de la ley fundamental de naturaleza con- precisos, su prin1era cláusula). Cf. Leviatán, XIV.

20 g¡
El\S,\YO SOBRE EL GO!JJFH"10 CIV!L
IOH;>.: LOCKE

otro, lo que uno cualquiera puede hacer en aras de aplicar esa § 9. No dudo de que esta doctrina les parecerá muy extraña24
ley, todos deben necesariamente tener derecho a hacerlo.22 a algunos hombres. 25 Pero antes de que la condenen, querría
que me aclararan en virtud de qué derecho puede un prínci-
§ 8. Y [es J así corno, en el estado de naturaleza, un hombre ad- pe o un Estado dar muerte a un extranjero, o castigarlo, por
quiere poder sobre otro. [No se trata], sin embargo, de un po- algún crin1en cometido fuera de su país de origen. Es induda-
der .absoluto o arbitr2rio, [que lo autorice_ a] valerse de- un ble que, en virtud de la sanción que reciben de la voluntad
criminal, cuando lo tiene en sus manos, conforme al calor de promulgada del Legislativo, las leyes [de ese Estado] no tie-
sus pasiones o a la extravagancia sin límites de su propia vo- nen jurisdicción sobre un extranjero. Dichas leyes no están
luntad, sino sólo [del poder] de infligirle, hasta donde dicten dirigidas a él ni, si 10 estuvieran, se hallaría obligado a hacer
la calma razón y la conciencia, un justo castigo, que guarde caso de ellas. La autoridad legislativa, 1nerced a la cual tienen
proporción con su transgresión, lo que [es decir]: [una pena] vigencia sobre los súbditos del E.stado en cuestión, no posee
tal que pueda servir para reparación [del daño cometido] y poder alguno sobre tal sujeto. Los que detentan el poder su-
disuasión. Pues éstas dos son las únicas razones por las que un premo de legislar en Inglaterra, Francia u Holanda son para
hombre puede dañar legítimamente a otro, que es a lo que lla- un indio, así como para el resto del mundo, hombres sin au-
mamos "castigo". 2 ·'3 Al transgredir la ley de naturaleza, el mis- toridad. Y, por tanto, si cada hombre no tiene, por ley de na-
mo infractor declara vivir bajo otra regla que la de la razón y turaleza, poder para castigar las infracciones [cometidasJ en
la equidad común, que es aquella medida que Dios les ha im- contra de ella, según juzgue desapasionadamente que el caso
puesto a las acciones de los hon1bres en aras de su mutua se- lo requiera, no veo de qué modo pueden los magistrados de
guridad; y, así, al desatender y quebrantar las obligaciones una comunidad determinada castigar a un extranjero, puesto
[destinadas a] protegerlos de daño y violencia,- [tal indivi- que, en referencia a él, no pueden poseer más poder que el que
duo] se vuelve peligroso para la humanidad_ Al constituif [su cada hombre puede tener naturahnente sobre otro. 2 6
acto] una transgresión [que atenta] contra la especie toda y
[contra] su paz y seguridad, que la ley de naturaleza garan-
24 Esta "rnuy extraí'i.a doctrina" (calificativo que, atenuado por la elüni-
tiza, todo hombre puede, sobre la base de esa razón [y] mer- nación del adverbio, el autor repite en§ lS) no es, en n1odo alguno, una ex-
ced al derecho que tiene de preservar a la humanidad en su trañeza. Laslett ( 1960: 110, n. 5) encuentra su antecedente intnediato en
conjunto, refrenar o, si es necesario, destruir [aquellas] cosas Pufendorf y Cumbcrland, Aarsleff (1969: 268), en Hooker, y Skinner ( 1978:
que le son nocivas y, así, le es lícito infligirle un mal a cual- 2, 119), en "sorbonistas" como Almain.
25 ¿Quiénes son los que han de extrafi.arse con esta "extraña doctrina"?
quiera que haya transgredido esa ley, [uno] de tal magnitud
Los tomistas. 'rornás, por cierto, rechaza que los particulares posean el po-
que haga que se arrepienta de haberlo realizado y, consecuen-
der de castigo, que es rnonopolio de quien tiene a su cargo el bienestar de la
temente, lo disuada, y por su ejemplo a otros, de producir el con1unidad (Summa Theologica n-n Q 64 A 3). Entre los teóricos de la "se-
mismo daño. Y en este caso, y sobre la base de tal fundamen- gunda Escolástica", ha sido Suárez el continuador tnás consecuente de esta
to, todo hombre tiene derecho a ser ~jecutor de la ley de natu- línea de pensamiento: la potestad de punición corresponde a la comunidad
raleza y a castigar al que la transgrede. institucionalizada bajo la forma de un cuerpo político, no a los nüembros in-
dividuales de ella. Cf De Legibus, III.iii.3. Un tratanüento extensivo del
22 La igualdad natural constituye, con10 se observa, una de las razo- asunto puede encontrarse en Zuckert (1994: 222-24-ü).
26 Este segundo argurnento en favor de la universalización del poder
nes justificatorias de la universalización del poder ejecutivo de la ley de
naturaleza. ejecutivo de la ley natural (un E;jemplo harto ilustrativo de la sobredetermi-
23 La teoría lockeana del castigo posee, puede advertirse, un carácter nación probatoria en que, al decir de Simn1ons (1992: 11-12), Locke incurre
recurrenten1ente) se contradice abiertamente con la tesis del consentimien-
prevencionista.

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JOH!\ LOCIH: E'-:S.-'.YO SOBRE EL GOBIERl\O CIVIL

§ 10. Además del crirr1en, que consiste en violar la ley y en de autopreservación, el poder de apropiarse para sí mis1na de
desviarse de la recta regla de la razón, y por la conüsión del los bienes o del servicio del transgresor, así como todo hom-
cual un hombre se convierte eo ipso en degenerado y declara, bre posee, en virtud del derecho que tiene de preservar a to-
él nüsmo, que se ha apartado de los principios de la naturale- da la hun1anidad, el poder de castigar el crimen, a fin de
za hu1nana y que es una criatura nociva, [el criminal] le cau- 'prevenir que se lo cometa nuevamen.te, y de hacer todas las
sa, por lo con1ún, un perjuicio a alguna persona, la cual sufre cosas razonables que pueda en aras de tal fina1idad. Y es así
un daño como producto de dicha tr_ansgresión, en cuyo caso que todo hombre posee, en el estado de naturaleza, el poder28
el que ha sufrido un daño, además del derecho de castigo, que de matar a un homicida, para disuadir a otros, por medio de
le es común con los demás hon1bres, tiene un derecho priva- un castigo que sirva de eje1nplo a todos, de causar un daño del
tivo a buscar reparación del que se lo ha provocado. Y cual- mismo tipo, que ninguna reparación puede.compensar, y tam-
quier otra persona que lo encuentre justo puede asirnismo bién para proteger a los hombres de ]as acornetidas de un cri-
unirse al que ha sufrido un daño y asistirlo en [su intento de] nünal, el cual, habiendo renunciado a la razón, la regla y
recobrar del transgresor tanto corno pueda darle [a aquél] medida común que Dios le ha dado a la humanidad, les ha de-
satisfacción por el daño que ha sufrido. clarado la guerra a todos los hombres al haber [ejercidoJ
violencia injusta y dado muerte a uno de ellos y, por tanto,
§ 11. De estos dos diferentes derechos, el de castigar. el cri- puede ser muerto como [si se tratara deJ un león o un tigre,
rr1en a fin de irr1pedir y prevenir transgresiones similares o una de esas bestias feroces [y] salvajes con las que el hom-
-derecho de castigo que reside en todos- y el de obtener re- bre no puede tener ni sociedad ni seguridad. Y en esto se ba-
paración -que pertenece solamente a la parte dan1nificada-, sa la ley funda1nental de naturaleza: 2 9 "Quien así derran1e la
resulta que el n1agistrado, que, por ser magistrado, ti~ne en sus sangre de un hombre, por otro hornbre será su sangre derra-
manos el derecho con1ún de castigo, a menudo puede, en los mada".3º Y Caín estaba tan plenan1ente convencido de que
casos en que el bien público no exige la aplicación de la ley, todos tenían-derecho a n1atar a un criminal de tal clase que,
exiinir, en virtud de su propia autoridad, del castigo [co- tras el asesinato de su hcr1nano, exclamó en voz alta: "Cual-
rrespondiente a] los delitos pcnales; 27 no puede, sin en1bar- quiera que me encuentre, me matará";Sl tan claran1ente es-
go, eximir [al agresor] de [ofrecer] la satisfacción debida al taba escrita [esa máxirr1a] en los corazones de todos los
particular [damnificadoJ por el daño que ha sufrido. Quien hornbres.
ha sufrido el daño tiene derecho a demandar [reparación] en
su propio nombre, y solo él puede eximir [a su agresor] de
28 Quien posee tal derecho de castigo, ¿está obll~t1do a ejercerlo, aun en
ella. I .. a persona damnificada posee, en virtud de su derecho
el caso de que la agresión cmnetida haya afectado intereses críticos de ter-
ceros, mas no los suyos propios? Uno tendería a pensar que sí, dado que, de
no intervenir, estaría co11tribuyenclo, por onüsión, a que la probabilidad de
to túcito que el autor expone en§ 121 y en la que se sustenta, en opinión
de nuestro autor, la obligatoriedad de las leyes positivas dictadas en el áin- que el crirninal perrnanel',ca ünpune -y, concurrenternente, reincida en su
bito jurisdiccional de una sociedad civil determinada para quienes no son conducta hornicida- sea más alta, lo que reduciría en el n1argen las perspec-
tivas de supervivencia de la especie hun1ana -con lo que incun1pliría la se-
1niernbros plenos de ella (aunque sí usufructuarios de beneficios que sólo
gunda cláusula de la ley natural fundamental-.
están disponibles rnerced a la vigencia del orden jurídico que rige_ en dicho
29 Un error categorial <le Locke: presenta con10 ley de naturaleza una
donünio).
27 El niagistra<lo en cuestión es el detentatario del poder Ejecutivo, y que, propiarnente, constituye una ley positiva de Dios.
30 Génesis 9. fi.
la potestad de dispensa aludida aquí corresponde a su "poder de prerrogati-
va". Cf cap. xvr. 3 1 Génesis 4. 14.

25
JOJI:S- LOCKE El'SAYO SOBRE ÉL GOBIERNO CIVIL

§ 12. Por la misma razón, un hombre puede, en el estado de § 1s. No dudo de que se objetará a esta extraña doctrina -a
naturaleza, castigar las infracciones menores a dicha ley. Qui- saber: que en el estado de naturaleza cada uno tiene el poder
zá se pregunte: "¿con la 1nuerte?". Respondo que cada trans- ejecutivo de la ley de naturaleza- que es irrazonable que los
gresión puede ser castigada en un grado tal, y con tanta hombres sean jueces en sus propias causas, [ya que] el egoís-
severidad, como sea suficiente para hacer de ella un mal ne- , mo los hará ser parciales [en favor deJ sí mismos y de sus
gocio para el transgresor, darle motivo para arrepentirse e amigos y, por otro lado, la malevolencia, la pasión y la ven-
infundir temor en otros, [de modo de disuadirlos de] hacer ganza los llevarán derriasiado lejos al castigar a otros. [Se ob-
lo mismo. Toda transgresión que puede ser cometida en.el es- jetará asimismo] que de ello no se se?uir~ otra cosa que
tado de naturaleza puede ser también castigada en el estado confusión y desorden y que, por ende, Dios, indudablemente,
de naturaleza, de igual modo y hasta tal punto como puede ha instituido un gobierno para poner freno a la parcialidad y
serlo en un Estado. Pues, aunque iría más allá de mi actual violencia de los ho1nbres. No tengo problemas en conceder
propósito adentrarme en las particularidades de la ~ey de na- que el gobierno civil 36 es el remedio apropiado para los in-
turaleza, o en sus grados de castigo, 32 es indudable, sin em- convenientes del estado de naturaleza, 37 que deben cierta-
bargo, que tal ley existe y, también, que [es] tan inteligible y mente s"er grandes en los casos en que los hombres pueden
evidente3.'l para una criatura racional y para un estudioso de ser jueces en sus propias causas, puesto que es fácil imaginar
la nlisma como las leyes positivas de los Estados, posiblemen- que quien fue tan injusto como para hacer daño a su prójin10,
te aún más evidente, en la medida en que la razón es más fá- dificihnente sea tan justo como para condenarse a sí nüsmo
cil de ser con1prendida que las invenciones y los intrincados por ello. Pero querría que quienes formulan esta objeción re-
artificios de los ho1nbres, que persiguen intereses contra- cuerden que los monarcas absolutos no son más que hom-
puestos y ocultos expuestos en palabras. Pues, en verdad, bres. Y me gustaría saber, si [es que] el gobierno ha de ser el
[las leyes naturalesJ constituyen hasta tal punto la parte más remedio de aquellos niales que necesariamente se siguen de
importante de las leyes internas 31' de los países que [éstas] que los hombres sean jueces en sus propias causas y el estado
sólo son justas en la medida en que se fundamentan en la ley de naturaleza, consiguientemente, no ha de ser soportado, qué
de naturaleza, por referencia a la cual deben regirse y ser in- clase de gobierno es y cuánto mejor es que el estado de natu-
terpretadas. 35 raleza aquél en el cual un hombre que tiene poder de mando
sobre una multitud tiene la libertad de ser juez en su propia
32 En rigor, y pese a haber escrito ocho ensayos breves dedicados al tó- causa y puede hacer con todós sus súbditos cualquier cosa
pico de la ley natural (cf. n. 12), Locke no se ha adentrado jarnás en "las par- que le plazca, sin que ninguno tenga la menor libertad para
ticularidades de la ley de naturaleza, o en sus grados de castigo". fia
cuestionar o controlar a quienes llevan a cabo su designio, y
centrado su atención, en carnbio, en la autoridad de nonna de tales leyes, en
el basarnento y alcance de su obligatoriedad y en el modo de conocer su con- en el que, sea lo que fuere que haga [y esté] movido por la
tenido prescriptivo.
SS La idea de que la ley natural es inherenternente cognoscible para to-
do agente racional "estudioso de la mistna" se retoma en§ 124, sólo que allí las leyes naturales proporcionan standards de legitiinación e interpretación
Locke, interesado en n1ostrar la necesidad de la constitución de un gobierno de las leyes positivas.
civil y de la institución de un poder Legislativo, subraya que dicha prescrip- 36 Tenga presente el lector que, en la jerga iusnaturallsta, "civil" y "po-
ción resulta de hecho desconocida por sus sujetos de nornia, dado el influjo lítico" son expresiones intercambiables.
distorsivo del autointerés y "la fillta de estudio" de sus estipulaciones.
37 Inconvenientes (¿por qué no, para hacer que la metáfora médica sea
31' "Municipal laws" es la fónnula lockeana.
perfectamente simétrica, enfennedades?)/remedios: esta secuencia binaria
35 Toda una declaración de principios <le teoría jurídica iusnaturalista: atraviesa, a lo largo de todo ·el texto, el par estado de naturaleza/estado civil

2G 27
JOH:-.: LOCKE El\SAYO SOIHtE EL GOl:l!ER)JO CIVIL

razón, el error o la pasión, se le debe sumisión. rLa situa- estado de naturaleza. Pues la honestidad y el cumplinüento
ción] es n1ucho mejor en el estado de naturaleza, en-el que los de la palabra dada atañen a los hombres como hombres y no
hombres no están obligados a someterse a la voluntad injus- como miembros de la sociedad_4o
ta de otro y [en el cual], si el que juzga en su propia causa o
en alguna otra juzga mal, es responsable por ello ante el res- § 16. A aquellos que afirn1an que nunca hubo hornbres en es-
to de la humanidad.ss tado de naturaleza, no sólo. opondré la autoridad del juicioso
Hooker, Política Eclesiástica, Libro 1, Sección 10, donde dice:
§ 14. Se ha preguntado a n1enudo, con10 [si ello configurara] "Las leyes que han sido n1encionadas hasta aquí, i.e., las leyes
una objeción poderosa: "¿Dónde hay, o hubo alguna vez, a
de naturaleza, obligan los hombres absolutamente, en tan-
hombres en estado de naturaleza?". A lo que puede bastar por -to son hombres, aunque no hayan establecido nunca asocia-
el n101nento co1no respuesta que, ya que todos los príncipes y ción alguna [ni celebrado] jan1ás ningún acuerdo solemne
n1andatarios de los gobiernos independientes de un extremo entre ellos sobre lo que [deben] hacer o no hacer. Pues en la
al otro del inundo se hallan en estado de naturaleza, sg es evi- medida en que no somos capaces de proporcionarnos, por
dente que el inundo nunca estuvo, ni estará ja1nás, sin [un nuestros propios medios, un abasto suficiente de las cosas ne-
ciertoJ número de hombres en ese estado. He hecho referen- cesarias para una vida como la que anhela nuestra naturale-
cia a todos los gobernantes de co1nunidades independientes, za, una vida adecuada a la dignidad humana, por tanto, para
estén o no coligados con otros: pues no todo pacto pone fin suplir estos defectos e imperfecciones que se encuentran en
al estado de naturaleza entre los hon1bres, sino sólo aquel por nosotros en tanto viviinos aisladamente y sola1nente por
el que, conjuntamente, acuerdan inutuamente confOrmar una nuestros propios esfuerzos, estamos naturalmente inclinados
única comunidad y constituir un único cuerpo político. Los a buscar el trato y la compañía de los demás. Ésta fue la cau-
hombres pueden celebrar entre sí otras pron1esas y pactos y, sa de que los hombres se unieran en un principio en socieda-
con todo, hallarse aún en estado de naturaleza. Las pron1esas des políticas". Sostengo, además, que todos los hombres se
y los convenios de trueque entre los dos ho1nbres en la isla hallan naturahnente en ese estado y permanecen en él hasta
desierta rnencionados por Garcilaso de la Vega en su IIistoria que, por su propio consentimiento, se hacen miembros de al-
del Perú, o entre un suizo y un indio en los bosques de Amé- guna sociedad política. Y no dudo de que dejaré [este punto]
rica, son obligatorios para ellos, aunque se encuentren plena- 1nuy· en claro en lo que sigue de este tratado.
n1ente, uno en referencia al otro, en ·[la condición propia del]

38
Lockc e1npuüa aquí por vez priniera la que será su arma letal contra
la monarquía absoluta (que e1nptulará nuevarnente en§§ 90 y IS7): el pro-
blema con ella no es que constituya un régin1en político desviado o impuro
(corno la tiranía para Aristóteles) sino que, al no haber juez irr1parcial que
dirinrn las controversias entre el n1onarca absoluto y sus súbditos, no con-
figure, strictu sensu. un régirr1en político. Peor aun: en la 1nedida en que sólo
uno está en posesión de hacer justicia mana propria, representa un statu qua
de rango infCrior al del estado de naturaleza, en que cada quien está autori-
zado a hacer valer su <lcrecho.
39 40 Una rnarca de anti-hobbesianis1no: hay pactos válidos -y que, subsi-
:: Una réplica iusnaturalista típica a la objeción de facticidad (de la que
Locke se ocupará nuevainente en§§ 100 y ss.). Ct: Hobbes, I.eviatán, XIII. guicntemente, generan obligaciones- en el estado de naturaleza.

28 29
JOJI)! LOCliE

inento es válido -si los príncipes obtienen sus títulos del de- CAPÍTULO VII
recho de paternidad y ello constituye una prueba suficiente DE LA SOCIEDAD POLÍTICA O CIVIL
del derecho natural de los padres a la autoridad política (de-
bido a que era en manos de éstos en donde, por lo coinún
e?contramos [que se depositaba], de,facto, el ejercicio del go~ § 77. Al haber creado Dios al hombre [como] una criatura que,
b1erno)-, probará, de un inodo igualmente concluyente, que a su entender, no era bueno que estuviera sola, 1 lo colocó bajo
todos los príncipes -más aun, que sólo los piíncipes- deben fuertes obligaciones de necesidad, conveniencia e inclinación,2
ser sacerdotes, ya que es indudable que, en los comienzos, el [que lo compelían aJ entrar en sociedad; asimismo, [loJ dotó de
padre de familia, en tanto era quien detentaba la autoridad en discerniiniento y lenguaje, para que continuara [viviendo en
su propia casa, era [también] sacerdote.42, 4«3
ella] y disfrutara [de sus beneficios]. 3 La primera sociedad file
la de hombre y mujer, que dio origen a la de padres e hijos, a la
cual, andando el tiempo, llegó a su1narse la de señor y siervo. Y
aunque todos éstos, como comúnrnente ocurría, podían reunirse
y conformar una sola familia, en la que el dueño o la dueña de
casa detentaban algún tipo de autoridad, 1' adecuada a Qa condi-
ción de] una familia, ninguno de ellos, [ni por separado] ni en
conjunto, llegaron a [constituir] una sociedad política, como
apreciare1nos si consideramos los difCrentes fines, relaciones y
obligaciones [propias J de cada una de [estas sociedadesJ:0

1 Ct: c;énesis 2, 18: "Y dijo Jehová Dios: no es bueno que el ho1nbre esté so-
lo", El rnistno son bíblico resuena en el capítulo XX del Leviatán, consagrado al
poder paternal: "Dios ha dispuesto que el hornbre tuviera una colaboradora".
Lo que en las Sagradas Escrituras da fundainento divino, específicamente, a la
sociedad entre hombre y n1ujer, en el escrito de Locke funda la sociabilidad hu-
mana en general (aunque lo hace, por cierto, more aristotelico, a través de una
secuencia que se inicia con la unión conyugal), Cf Política, 1252 a-h
2 El n1andato divino de socialización que recae sobre el hombre cobra
fuerza 1notivacional en virtud de que, dadas las circunstancias que definen
lo que V\Tarnock (1976) llama "el predicamento humano", tanto la inclina-
2
: Una re~uc~i~ ad absurdum de la postura patriarcalista -referida aquí ción natural corno el cálculo prudencial (la "conveniencia") lo ünpclen a en-
a la 1ntercatnbiab1hd~d entre poder político y autoridad religiosa- cuya es- trar en sociedad con sus congéneres, Dios, la naturaleza y la razón apuntan
tructura argun1entativa es análoga a la que se presenta en§ 71 (y seco- en la niisnia dirección, Cf. el cuarto de los Essays 011 tite La1v qf nature (Gol-
menta, en n, 35) en relación con la coextensibilidad de "poder político" y die, 106) y el Essay, III, i, l.
"autoridad paterna". .'3 Para un tratmniento de la conexión entre sociabilidad natural, racio-
4 S'
, ..::: '-'poi: ".s~cer d ate " se en ten d.1cra aquí "sumo sacerdote", el anglicano nalidad y lenguaje, véase ibidem,
Fi~1:1er suscnb1na en un todo las consecuencias pretendidan1ente contrain- 4 Obsérvese que el título que porta el padre qua detentatario de la au-
tult1vas que Locke infiere de la posición patriarcalista: no vacilaría en lo n1ás toridad parental -"niaster· ("dueño", en nuestra traducción)- es el misn10
n1ínirno en sostener que todo aquél que está al frente del Estado -n1ás aun que le cabe en cuanto poseedor de la autoridad señoriaL
que sólo él- debe ser la cabeza de la Iglesia. ' 5 Locke retoma aquí la discusión sobre el carácter distintivo de los di-

94 95
10!!1' LOCl\E ~:KSAYO SOBRE EL GOlllEHNO CIV!L

§ 78. La sociedad conyugal se constituye n1erced a un pacto , decen uniformemente esta regla que el infinitamente sabio
voluntario entre hombre y mujer. 6 Y, aunque consiste, princi~ Creador les ha impuesto [a quienes son] la obra de sus ma-
palmente, en el derecho de uno al cuerpo del otro y en una _ 005_9, io En aquellos animales vivíparos que se alimentan ~e
comunión tal como es necesaria para su fin primordial, la:~ hierba, la unión entre macho y hembra no se prolonga mas
procreación, 7 Comporta, además, un apoyo y una asistencia allá del acto mismo de la cópulao debido a que la ubre de lama-
mutuas y, asirnismo, una comunidad de intereses, en la medi;_ e es suficiente para nutrir· a la cría hasta que resulta capaz
dr .
da en que [todo ello es] necesario no sólo para aunar los afa- de alimentarse de hierba, el macho se limita a engendrar, sin
nes y los sentimientos [de los esposos], sino también para mostrar interés por la ht;mbra o por la cría, a cuya manuten-
[subvenir a] su descendencia común, que tiene derecho a ser ción no puede contribuir en lo 1nás 1nínin10. Pero entre las bes-
alimentada y mantenida por ellos, hasta que sea capaz de pro- tias de presa la unión dura más, a causa de que la madre, al no
veer a su propio sus ten to. ser capaz de mantenerse adecuadamente ni de alime~tar ª. s~
numerosa prole sólo con [el producido de] su propia act1v1-
§ 79. Pues dado que la finalidad de la unión entre macho y dad predatoria -un modo de vida más laborioso, así como más
hembra no es meramente la procreación, sino la continuidad peligroso, que el de alimentarse de hierba-, la asistencia del
de la especie, 8 esta unión entre macho y hembra debe perdu- macho es necesaria para la manutención de sus crías comunes,
rar aún después de la procreación, por todo el tiempo que sea las que, de no ser por el cuidado conjunto del macho y la hem-
necesario para la alimentación y l.a manutención de los hijos, bra, no pueden subsistir hasta ser capaces de rapiñar por sí
que deben ser mantenidos por quienes los engendraron hasta mismas. Lo nlismo ha de observarse en todas las aves (excep-
que sean capaces de valerse por sí mismos y de proveer a su to en algunas domésticas, caso en el que, [para poner un ejem-
propio sustento. Encontra1nos que las criaturas inferiores obe- plo], la abundancia de comida dispensa al gal!? de alimentar a
sus polluelos y de cuidar de ellos), cuyas cr1as, al necesitar
[disponer de] comida en el nido, [hacen que] el macho y la
versos poderes -conyugal, parental, político, despótico y señorial- que an- he1nbra continúen apareados hasta que las crías sean capaces
ticipó en§ '2 y que continuará a lo largo del presente capítulo y los dos si-
de valerse de sus alas y de proveer a su sustento. 11
guientes. En el XV presentará una recapitulación parcial de su postura.
6 A. contrainano del patriarcalismo de Fihner, que transfonna la fa1ni-
lia en arquetipo del Estado, y, subsiguientemente, lo naturaliza, el contrac- § so. Y en ello reside, pienso, la razón principal, si no la úni-
tualismo de Locke convierte la sociedad conyugal, por lo que respecta a su ca, por la que, en la especie humana, el n1acho y la hembra
origen (et: cap. XV, n. 17), en un análogo de la sociedad política, con lo que están sujetos a una unión inás prolongada que en otras cria-
vuelve a aquélla n1ateria de acuerdo voluntario y, consiguienten1ente, la des- turas, a saber: en que la hembra es capaz de concebir y en
naturaliza .
que, de hecho, está por lo común nuevamente preñada y da a
7 Locke anticipa la célebre definición kantiana de 1natriinonio con10 "la
unión de dos personas de diferente sexo para la posesión de por vida de los
atributos sexuales del otro". Cf. Metqfisica de las costumbres, I, i, 24. 9 "La obra de sus manos": "work", no "workm-anship" ..
8 Que la finalidad de la unión conyugal sea la procreación y la continui- 10 Los animales obedecen, por instinto, el 1nandato divino de cuidado
dad de la especie, ¿resulta de los términos del contrato conyugal, o es corola- de la prole: la obligatoriedad de la ley natural fundamental alcanza a suje-
rio de la ley natural? Mas, si éste es el caso, c:obliga la ley fundamental de tos de nonna hun1anos y no hun1anos.
naturaleza, en consonancia con el nlandato bíblico "Creced y multiplicaos", a 11 Conio regla general, cuanto 1nás necesario es el 1nacho para asegu-
maximizar el número de quienes integran la raza hun1ana (o, por lo rnenos, a rar la rnanutención de la prole y de la hen1bra (y, subsiguientemente, el de-
evitar una implosión demográfica que a111enace la perpetuación de la nüsrna), sempefio eficaz de su función nutricia por parte de'ésta), más se prolonga la
además de a hacer lo propio con la preservación de sus miembros actuales? unión.

96 97
JOHN UJCl\E L:'>JS.\YO SOBHE EL'GOBIER!\0 CIVIL

luz a un nuevo vástago -el cual tiene [derecho a] toda la § 81 ..Mas aunque éstas son obligaciones que recaen sobre el
asistencia que sus progenitores le deben- tnucho tien1po an- género humano [y que] hacen más firrnes y duraderos los la-
tes <le que el sustento del anterior no dependa ya de la ayu- zos conyugales en el ho1nbre que en las otras especies de ani-
da de sus padres y sea capaz de valerse por sí 1nismo. De n1ales, darían razón, sin en1bargo, para inquirir por qué no
acuerdo con esto, el padre, que está obligado a cuidar de p.uede estatuirse que ese pacto, una vez que la procreación14
aquéllos que ha engendrado, se halla bajo el deber de conti~ y la educación est~n a~egurada~ y ~e han tomado recaudos re-
nuar en sociedad conyugal con la misn1a hembra por 1nás lativos a la herencia, 10 sea resc1nd1ble, ya por consenso, ya en
tien1po que otras criaturas, cuyas crías son capaces de sub- cierto mo1nento o dadas deter1ninadas condiciones, tal como
sistir por sus propios medios antes de que se reinicie el pe- [ocurreJ con otros pactÓs voluntarios, 1G no habiendo necesi-
ríodo de reproducción, [razón por la cual] el vínculo c _ _, , dad alguna, ni en la naturaleza de la cosa, ni en atención a los
conyugal se disuelve por sí nüsmo y [el 1nacho y la he1nbra] fines [que persigue el acuerdo], por la que [éste] deba regir
quedan en libertad hasta que el himeneo, en su estación ha- por siernpre, de por vida. Lo que quiero decir es que los con-
bitual, los llame otra vez a escoger con quién aparearse.12 tratos de este tipo no han de estar sornetidos a ninguna res-
En este punto, uno no puede más que ad1nirar la sabiduría tricción, [establecida] por una ley positiva, 17 que prescriba
del magnificente Creador, que, al haber dado al hombre [la que todos ellos deben ser perpetuos. IS
capacidad de J previsión y la habilidad de atesorar con vistas
al futuro, ha hecho necesario que la sociedad entre marido y § 82. Pero aunque el n1arido y la esposa no tienen n1ás que un
1nujer sea 1nás duradera que la de macho y hernbra entre interés con1ún, al poseer, sin en1bargo, diferentes juicios, ten-
otras criaturas, de rr1odo de que su industriosida<l pudiera ser drán ta1nbién a veces, inevitablen1ente, diferentes voluntades. 1 9
estimulada y sus intereses aunarse 1nejor en aras de adoptar Por consiguiente, al ser necesario que la decisión últiina, i.e., la
previsiones y hacer acopio de bienes para su descendencia
común, [propósito] que probablemente se frustraría [si] la 14 Por fidelidad a Ja letra del texto hemos 1nantenido "procreación",
unión [fuera] inconstante o la sociedad conyugal se disol- aunque, por el contexto, uno esperaría leer "n1anutención".
viera con facilidad y asiduidad. 13 15 Las previsiones a adoptar son las que están dirigidas a que los hijos
1ncnore.s puedan ~jercer efCctivamente sus derechos de rrianutención y crian-
12 La explicación de por qué la unión hon1bre-mujer es n1ás prolonga- za en caso de 1nuerte pren1atura de su.s padres.
16 r:Con cuáles otros? ¿Ocurre lo propio con el pacto que da origen a la
<la que la de rnaeho y hernbra procede de que, dado que el período de niadu-
ración de las criaturas hu1nanas es 111ás extenso que el de las crías anirnales, sociedad civili) ¿Es rescindible el contrato social, sie1npre que medie acuer-
las obligaciones parentales usualrnente confónnan, en el prin1er caso, un do unánin1e por parte de los suscriptores?
17 "Que el hon1bre (la ley positiva) no una por sienipre lo que Dios (la
cmttiJtuuln deóntico: los deberes relativos nl segundo hijo co1nienzan a regir
rnientras siguen en vigencia los referidos al pri1nogénito, los relativos al ley natural) permite que alguna vez se separe": tal parece ser el dictum loc-
tercer hijo, nüentras siguen en vigencia los referidos al segundo (o a los dos keano sobre el niatrimonio.
pri1neros), y así sucesivan1ente. 18 Locke suscribe aquí (en con1unión con la ortodoxia anglicana. hete-
13 Es al revés: es en razón de que, por los inotivos expuestos (cf. n. 12), rodoxarncntc católica) la postura (que refrenda en su Diario, 1678: 199) de
la unión hon1bre-n1ujcr ha de prolongarse por más tíe1npo que la de ma- que, garantizada la nianutención y educación de los hijos, la unión conyugal
cho-henibra que Dios ha provisto a los progenitores lnunanos de tales y es rescindible, lo que se sigue <le la naturaleza contractual de la nlÍs1na. Con-
cuales habilidades y disposiciones. Lockc suscribe en este punto una suer- trario sensu, en el Essay I,iil, 19, el autor parece adn1itir la aceptabilidad mo-
te de funcionalismo deóntico trascendente, que da cueuta, por refE>rencia a ral del precepto religioso que prohibe "conocer 1nás de una rnujcr".
la intervención providencial divina, de la adaptabilidad de capacidades y 19 Al traducir "difj€renl understandings" co1no "diferentes juicios", se evi-
motivaciones al cumplimiento de deberes i11s11aturales. ta atribuir a nuestro autor la tesis controvertible de que rnarido y mujer di-

98 99
JOHN UlCliE EN~AYO SOBRE U.' «OIHEHKO CIVIL

autoridad, esté situada en alguna parte, 20 cae naturalmente del § ss. Puesto que todos los fines del matrünonio han de ser al-
lado del esposo, 21 en tanto [es] el n1ás capaz y el más fuerte.22 canzados bajo un gobierno político, de igual for1na que en el
Per,7con10 esto sólo concierne a las cosas relativas al interés y estado de naturaleza, el magistrado civil no restringe, mien-
la/propiedad común [de los cónyuges], deja a la esposa en l:C ·- tras [el rnarido y la mujer] están juntos, ni el derecho ni el
Plena y libre posesión de lo que constituye, por contrato, su de:.. poder del uno y de la, otrn, [que les son] naturalmente nece-
recho privativo, 23 y no da al n1arido 1nás poder sobre la vida de e
sarios para conseguirJ dichos fines, a saber, la procreación y
ella que la que ella tiene sobre la de él. 21' El poder del marido) el apoyo y la asistencia mutuos, sino que se limita a resolver
dista tanto del de un monarca absoluto que la esposa tiene, en cualquier controversia que pueda surgir entre ambos sobre
muchos casos, la libertad de separarse de él, en caso de que lg este particular. 27 Si fuera de otro modo, y una autoridad ab-
permita el derecho natural o el contrato [suscrito] entre ellos, ··· soluta y [un] poder de vida y n1uerte le correspondieran na-
hayan celebrado este contrato en el estado de naturaleza o en turalmente al esposo y fueran necesarios para la sociedad
conformidad con las costumbres o las leyes del país en el que entre marido y mujer, 28 no podría celebrarse matrimonio al-
viven. 25 Y [la custodia de] los hijos, luego de la separación, le guno en aquellos países en los que no se le concede al esposo
toca en suerte al padre o a la madre, según lo determine dicho tal autoridad absoluta. 29 Pero, dado que los fines del matri-
contrato.26 monio no requieren que el esposo [cuente] con un poder de
tal clase, la índole [peculiar] de la sociedad conyugal no se lo
vergen en su capacidad de raciocinio o discernitniento, posición que contra- confiere, al no ser en absoluto necesario para la condición
diría el presupuesto iusnaturalista de igualdad natural establecido en § 1•. [propia de dicha sociedad], La sociedad conyugal podría sub-
º
2 Premisa inequívocan1ente hobbesiana: dadas dos partes potencial- sistir y alcanzar sus fines sin [un poder como ése]; n1ás aun,
1nente en conflicto, el poder de decisión llltima debe estar depositado en una la comunidad de bienes y el poder sobre ellos, la asistencia y
de ellas.
21 Cf. Primer Tratado,§ 48. ¿"Naturahnente" debe leerse "por ley de na- el apoyo mutuos, y otras cosas que son propias de la sociedad
turaleza"?
conyugal, podrían ser modificadas y reguladas por el contra-
22 ¿El inás capaz -"ablef'- para que? Para administrar el patrimonio to que une al n1arido y a la esposa en dicha sociedad, en tan-
conyugal, cabe inferir de lo que sigue. Mas, ¿en qué se funda tal superiori- to [elloJ sea compatible con la procreación y la crianza de los
dad? Y, de verificarse, ¿in1porta entonces que el esposo sea "más fllerte" hijos hasta que puedan valerse por sí mismos. Nada que no
-"strongeT'-? Confróntese el sexisrno lockeano con la explicación hobbesia- sea necesario para los fines en a~as de los cuales se constitu-
na de que el poder de decisión últitno resida usuahnente en el esposo, lo que ye una sociedad resulta necesario para ella.
resulta de que "la 1nayor parte de los Estados han sido erigidos por los pa-
dres de fa.nülia, no por las 1nadres" (Leviatán, xx).
28 La esposa parece ser n1enos capaz que el marido para administrar el 27 Obsérvese que el niarido es juez (y parte) de las controversias conyu-
patrünonio conjunto, pero suficienternente capaz co1no para adrninistrar gales referidas a la ad1ninistración del patrin1onio don1éstico (§ 82 y n. 22),
el propio. n1as es "el 1nagistrado civil" -dicho al pasar, la denominación de que se vale el
24 ¿La 1nujer es naturalmente igual al ho1nbre, pero la esposa natural- autor en sus escritos políticos juveniles para aludir al detentatario del poder
mente inferior al marido? político supre1no (cf "El ensayo latino'', en: Deus rnortalis u, 453}- el encarga-
25 ~'\.sí corno existen lazos parentales en el estado de naturaleza (et: cap. do de zanjar las disputas relativas a la crianza y manutención de los hijos.
Vl, § 71 y n. 34), hay asimisn10 vínculos conyugales (et:§ 83): nuevmnente, 28 En el léxico lockeano, "autoridad absoluta" y "poder de vida y rnuer-
la vida del hombre en tal condición dista de ser hobbesiana1nente "solitaria". te" no son expresiones intercambiables: el gobierno civil entraña lo segun-
26 ¿El 1narido es naturalmente rnás capaz que la mujer para ad1ninis- do 1nas no lo primero.
trar el patrimonio conyugal, pero el padre es, por naturaleza, igualn1ente 29 El argu1nento de Locke es débil: un filmeriano alegada que en tales
apto que la n1adre para ejercer la custodia de los hijos? casos se trata de 1natrin1onios contra natura.

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JOll:>J LOCKE [;.;SAYO SOBRE EL GOBIERKO CIVIL

§ 84. He tratado tan extensa1nente, en el capítulo precedente; vistos, como digo, 32 por la transgresión con1etida, de sus vi-
la sociedad entre padres e hijos y los distintos derechos y po- das -y, con ellas, de sus libertades-, y [al haberJ perdido sus
deres que les pertenecen respectivan1ente que no tendré nece- bienes y hallarse en un estado de esclavitud, inhabilitados
sidad aquí de decir nada sobre ella. Y pienso que es evidente [Para poseerJ propiedad, no pueden ser considerados, en tal
que es muy diferente de la sociedad política. condición, como parte de la sociedad civil, 3 3 cuyo fin princi-
pal es Ja protección de la propiedad. 34
§ 85. "Sefior" y "siervo" son denominaciones tan antiguas co-
1no la historia, pero se las ha aplicado a sujetos de condición § 86. Considere1nos, Pº'. tanto, al duefio de casa,35 con todos
rr1uy diferente. Pues un hombre libre se hace a sí nüsrno sie1:4:_ l,---········ estos allegados subalternos -esposa, hijos, siervos y esclavos-,
vo de otro vendiéndole por un cierto tiempo el servicio que reunidos bajo la disciplina doméstica de la familia. 36 Por se-
se compromete a brindar en contraprestación por los jorna- _ mejanza que pueda tener con un pequeño Estado en lo que ha-
les que ha Oe recibir. 30 Y aunque esto, por lo común, lo incor- ce a su organización, funciones y también al número [de sus
pora a la familia de su señor y [lo coloca] bajo la disciplina miembros], 37 [una familia] difiere mucho de él en lo atinen-
cotidiana [vigenteJ en ella, sólo le confiere al sefior, sin em- te a su constitución, su poder y su finalidad. 3 8 Y si tuviéramos
bargo, un poder ten1porario sobre él, y no n1ayor que el que que considerarla una monarquía, y al paterfamilias, su monar-
está implícito en [los términos del] contrato [celebrado J en- ca absoluto, la monarquía absoluta no tendría más que un po-
tre ellos. Pero hay otra clase de sirvientes, a los que llamamos der muy frágil y breve, al ser manifiesto, por lo que se ha dicho
con el non1bre particular de "esclavos", los que, al haber sido anteriormente, que el dueño de casa sólo tiene un poder muy
tornados cautivos en una guerra justa,3 1 están sujetos, por específico y distintivamente limitado, tanto en lo que respecta
derecho de naturaleza, al dominio absoluto y al poder arbi- a su duración como a su alcance, sobre las diferentes personas
trario de sus amos. Estos hon1bres, al haber quedado despro- que integran [la familia]. Pues, exceptuando al esclavo (y la

32 "Con10 digo": con10 dice Lockc es 'foifeited'. Cf. cap. IV,§ 2.'3 y n. 6.
30 Algunos con1entari.stas vi.sualizan en el par master-servant de Locke
una prefiguración de la relación de cOJnpra-venta de trabajo asalariado (an- 35 ¿Significa ello, ~y default, que lo.s siervos sí pueden ser considerados
ticipación que no posee un correlato conceptual, toda vez que el autor .se va- con10 parte de la sociedad civil?
le de categorías anaci-ónicainente feudales para hacer referencia a un 34 Éste es el nudo gordiano que entrelaza inseparableinente la teoría
fenón1eno que, según esta perspectiva de análisis, es caracterí.sticarnente lockeana de la propiedad y la teoría política lockeana. Cf. §§ 88, 94·, 123-124·,
rnoderno); al sostener que esta interacción se verifica en el estado de natu- 127, L'38, 199, 201, 222 y 226.
raleza (cf. § 28), el autor estaría "naturalizando" la apropiación capitalista y 35 Literalinente, "master ef a.fanú!J".
legitlinando así, more ideologico, el "individualisn10 po.sesivo" funcional a di-
36 Cf: § 2.
cho siste1na económico. Cf. MacPherson ( ¡ 962). En contraposición a esta
87 ¿Qué seinejanza pueden tener, en lo que respecta a su estructura
lectura, 'rully (1980) ha defendido una interpretación pre-capitalista de la
dupla lockeana: el servant no le vende al niaster su fuerza de trabajo, .sino que ("ordnr) y organización funcional ("efjices"), una .sociedad familiar y una aso-
le presta un servicio. Es inás propiainente un sirviente o un servidor que un ciación política? Y qué decir en lo que atafie a la cantidad de integrantes: ni
siervo decadente o que un proletario en ciernes. Al no enajenar algo que le la gran fUnülia antigua rnás nu1nerosa alcanzaba la estatura de un pequeño
es esenciahnente propio, no se vende a .sí nü.sn10, ni pierde, en consecuencia, Estado.
posesión (temporaria) sobre su persona. 38 Asumiendo que "constitución" mienta "origen" y "poder'', "alcance"
31 No .sólo qti'ienes perpetran el (Walzer dixit) "crin1en de la guerra" so- jurisdiccional, la tríada que aquí se menciona (la cual incluye "finalidad") se
portan el yugo de la esclavitud lockeana; la misnia carga recae .sobre crimi- reproduce en§§ 173-174 (con el añadido de "alcance" temporal). Cf cap. xv
nales cornunes. Cf. §§ 2.S y 172. y notas 17a 19.

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JO!l)J LOCl\E ENSAYO SOHHE EL GOnIERNO CIVIL

fa1nilia sigue siendo una fa1nilia, y el poder del pater familias, os de la comunidad, en todos aquellos casos en que no esté
tan grande, haya o no haya esclavos en ella), [el duelio de ~mposibilitado de apelar a las leyes establecidas en dicha co- e
casa] carece enteramente de poder legislativo, [o] de vida y munidad] en busca de protección. Y, así, siendo dejados de
n1uerte, sobre [los demás nüe1nbros de la fanülia], y, además,:, lado todos los juicios privados de cada uno de sus miembros
[su autoridad] puede ser detentada, en igualdad de condicio- individuales, la comunidad se constituye en árbitro;1·0 que,
nes, por la dueña de casa. Y, cierta1nente, no puede tener- un por referencia a norn1as establecidas [y] pern1anentes, im-
poder absoluto sobre la f8-milia entera quien tiene sólo uno parciales y válidas por igual .para todas las partes y [por in-
muy limitado sobre cada uno de los individuos [que forman termedio de] hombres autorizados por la comunidad para la
parte de ella]. Pero en qué difiere una familia, o cualquier otra aplicación de tales normas, dirime todas las discrepancias
asociación hurnana, de la que constituye propian1ente una so.:.~ '-····· ·que puedan suscitarse entre los nüe1nbros de esa sociedad,
ciedad política, lo apreciaren1os mejor si consideran1os en qué concernientes a cualquier materia de derecho y castiga las
consiste la sociedad política misrna. transgresiones cometidas contra la sociedad por alguno de
sus miembros con las penas que la ley haya establecido. De
§ 87. Al nacer un hon1bre, como se ha probado, con una dig- acuerdo con 1o antedicho, es fácil discernir quiénes se hallan
nidad39 [tal] [que lo hace acreedor a] una libertad plena y agrupados, y quiénes no, en una sociedad política. Los que
a un goce irrestricto de todos los derechos y prerrogativas están unidos en una 1nis1na co1nunidad y cuentan con una ley
de la ley de naturaleza [yJ en igualdad de condiciones con común establecida y con un tribunal al que apelar, con auto-
respecto a cualquier otro hon1bre o [a cualquier] grupo de ridad para dirimir las controversias entre ellos y castigar a
hon1bres en el inundo entero, no sólo tiene por naturaleza el los transgresores, se encuentran, unos respecto de otros, en
poder de defender su propiedad, esto es, su vida, su libertad la condición [propia] de una sociedad civil. Pero aquéllos
y sus bienes, frente a las agresiones y ataques de otros hom- que carecen de una tal [instancia] cornún de apelación -en
bres, sino [también] el de juzgar y castigar las infracciones la tierra, estoy diciendo-, se hallan, todavía, en el estado de
de esa ley [perpetradas porJ terceros, de la forma como es- naturaleza, en el que, al no haber un tercero [con autoridad
té persuadido de que la transgresión lo merezca, aun con la sobre las partes], cada cual es, por sí mismo, juez y ejecutor.
misma muerte cuando se trata de delitos en que la atrocidad En esto consiste, como he mostrado antes, el estado de natu-
del hecho, en su opinión, [así] lo requiera. Pero dado que raleza en su n1ás pura expresión.
ninguna sociedad política puede [llegar aJ existir, ni subsis-
tir, sin poseer en sí misma el poder de proteger la propiedad § 88. Y, así, el Estado adquiere el poder de establecer qué cas-
y, en orden a ello, el de castigar los delitos [cometidos porJ tigo habrá de corresponderles a las diversas infracciones que
todos quienes pertenecen a ella, existe una sociedad política los miernbros de la sociedad en cuestión juzguen merecedo-
allí, y solan1ente allí, donde cada uno de sus miembros ha re- ras de él, corr1etidas por unos en perjuicio de otros (lo que
nunciado a este poder natural [y] lo ha abandonado en n1a- constituye el poder de legislar), así como obtiene e1 poder de
castigar cualquier dalia infligido a alguno de sus nüembros
por alguien no perteneciente a ella (lo que constituye el po-
39 Literahnente, "a tille". El "título" o "derecho" con el que el hombre
nace difiere del que poseerá una vez alcanzada la e<lad <le la razón; es sólo
entonces, no antes, que será acreedor a una "libertad plena". Parafraseando 40 Locke usa aquí "umpiré', en lugar de 'judgé' o "judicaturé', para referir-
lo que el autor afirnia en§ 55, los seres hu1nanos no nacen en un estado per- .se a la comunidad qua detcntataria de la co1npetencia judicial propia de la au-
fE>cto de libertad, sino que nacen para tl. toridad política; en§ 212 e1nplea "urnpiragé' para aludir a la pote.stad misma.

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JOll'.'-' LOCliE ENS.\YO SOHHE EL GOBIERNO CIVIL

der de gu~rra y de paz), 4 i y todo esto en aras de la protección -ca civil. Y esto ocurre en cualquier sitio en que un cierto
0
de la propiedad de todos los n1ien1bros de esa sociedad, tanto o de hon1bres, [situados] en estado de naturaleza, se aso-
~P . . l' b.
como sea posible. 42 Pero aunque todo hombre que se ha in- · n con vistas a const1tu1r un pueblo, un cuerpo po it1co ªJº
~ d 1 .
corporado a una sociedad civil y se ha convertido en miem.:;"_· uP gobierno supremo, o, ~e otro r~odo, cuan ~ a ,9u1en se une
bro _de un Estado ha renunciado con ello a su poder cte ;: 40
a un gobierno ya establecido y se incorpora a el. Pues, a. tra-
castigar, en consonancia con su propio juicio privado, las in:.::: vés de este acto, autoriza a l.a sociedad o, lo que es lo ~1smo,
fracciones contra la ley de naturaleza, le ha conf€rido al Es- al Legislativo [erigidoJ en ella, a promulgar leyes [ obligato-
t~do, s~n en1~argo, junta1nente con el derecho de juzgar riasJ para é1, según lo re9-uiera el bien público de la sociedad'.
dichas 1nfracc1ones -[derecho] que le ha transferido al Le- .ne yesJ a cuya ejecución debe [prestarJ SU concurso (como SI
gislativo en todos aquellos casos en los que le sea posible re- ;e tratara de sus propios mandatos). Es esto lo que pone los a
currir a un magistrado-, el [derecho] de hacer uso de sti hon1bres fuera de1 estado de naturaleza [y los coloca] en un
fi1:r7:ª• cada vez que le sea requerido, en aras de [dar] cum- íestado] de sociedad civil: el establecimiento de un juez s?bre
phnuento a los veredictos [emitidos por] el Estado, que son, fu tierra con autoridad para dirimir todas las controversias y
en verdad, sus propios fallos, sean dictados por [1a comuni- resarcir los daños que puedan sobrevenirle a cualquier miem-
dad] misma o por sus representantes. Y aquí encontramos el bro de la sociedad civil. Este juez es el Legislativo, o los ma-
origen del poder Legislativo de la sociedad civil y el del Eje- gistrados designados por él. 46 Y en cualquier pa~te en q_ue
cutivo, el cual ha de juzgar, por referencia a leyes establecidas, haya un cierto grupo de hombres que, aunque [esten] asoc1~­
en qué medida serán castigadas las infracciones [contra dos, carezcan de un poder decisorio de tal clase a1 que recurrir,
ellas], cuando son con1ctidas dentro [de la jurisdicción] del [los 1nis1nos] se encontrarán aún en estado de naturaleza.
Estado, y ha de determinar tarnbién, n1ediante juicios casuís-
ticos45 fundados en las circunstancias de los hechos efectiva- § 90. A partir de [lo anterior] es evidente que la monarquía
111ente dados, hasta qué punto serán castigadas las agresiones absoluta, que es considerada por algunos hombres como la
[provenientes] del exterior.44 Y en estos dos casos, ha de única [clase de] gobierno [que existe propiamente] en el
emplear, cuando haya necesidad [de ello], la fuerza entera de mundo,1·7 es, en verdad, incon1patible con la socjedad civil y,
todos los miembros [de la sociedad].
4.5 Se presentan aquí <los 1nodalidades de contrato social (la priinera,
§ 89. Por tanto, en cualquier parte en que un cierto grupo de priniaria en relación con la segunda): o bien se trata de un pacto multilate-
hornbres se halle a tal extreino unido en sociedad con10 para ral firrriado por individuos situados en estado de naturaleza que acuerdan
que cada uno haya renunciado a su poder ejecutivo de la ley de confonnar una cierta sociedad civil, o bien constituye un convenio bilateral
entre un cuerpo político dado y un nuevo nüenibro que se incorpora a él.
naturaleza y lo haya depositado [en manos] de [una autori-
+6 El Legislativo parece ser aquí el depositario lockeano del poder ju-
dad] pública, allí, y solan1ente allí, existe una sociedad políti-
dicial. Cf cap. IX,§ 131 y n. 27. Curiosainente, un apartado antes le había
atribuido esta co1npctencia al Ejecutivo.
41 4,7 ''Algunos hombres": Filnier y los filn1erianos. Co1no señala Laslett
Es decl1~ el poder Federativo (§§ l 1·.5-146).
42 L oc 1le parece suscn.b.11" en este pasaje . una suerte de utilitarismo (1988: 326), la referencia no puede incluir a Hob_bes, quie_n es d_ecidid~nien­
te partidario de la soberanía absoluta pero admlte la existencia de formas
deóntico, que prescribe 1naxirnizar la protección de derechos.
no 1nonárquicas (aristocráticas y clerr1ocráticas) ele organización estatal. En
-'l..S Literalmente, "ocassioual'.
cainbio, las siguientes críticas a Filmer (§§ 91 y ss.) se aplican igualn1ente a
44
En rigor, lo que el lector ha de encontrar en esta oración es el ori- Hobbes, en cuanto que para éste la n1onarquía absoluta, aunque no es la úni-
gen del poder Federativo, no el del Ejecutivo. ca fonna de gobierno posible, es preferible a las den1ás (et: Leviatán, XIX).

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IOHI' LOCKE ~;!•;SAYO SOBRE EL 'GOBIEH~O CIVIL

por en<le, no puede constituir en absoluto una fürma de go- encuentran bajo su dominio, [en situación de] estado de na-
bierno civil. 1'8 En efecto, dado que el fin de la sociedad civil turaleza, tal con10 lo está en relación con el resto de la huma-
es evitar y ren1ediar los inconvenientes del estado de natura- nidad. Pues dondequiera que haya dos hombres que care.zcan
leza que se siguen necesaria1nente de que ca<la hombre sea d,e una norma establecida y de unjuez_con1ún sobre la ~Jerra
juez en su propia causa, mediante el establecimiento de una ¡que apelar con vistas a la resolución de las controversias de
autoridad reconocida a la que todos los nüembros de esa so-- a , 1
derecho entre ellos, los mismos se encuentran, aun, en e es-
ciedad puedan apelar por cualquier daño [que hayan] sufrido tado de naturaleza, y eX:puestos a todos los inconvenientes~
o por [cualquier] controversia que pueda surgir, y a la que [propios de tal c~ndición), ~on esta única diferenc~a, .deplo-
todos los integrantes de la sociedad deban obedecer,ª donde- . rable para el súbdito o, mas bien, el esclavo de un pr1nc1pe ab-
quiera que haya personas que carezcan <le una autoridad tal' a soluto:so que, mientras en el estado de naturaleza, en la e
la que apelar para la resolución de cualquier diferencia [que acepción] ordinaria [del término], 51 tiene la libertad de juz-
se suscite] entre ellas, esas personas se hallarán aún en esta- gar sobre su derecho y de defenderlo, de la mejor. manera ~ue
do de naturaleza. Y en tal condición se encuentra todo prín- su poder lo permita, ahora, cada vez que su prop1edad es vio-
cipe absoluto con respecto a quienes están bajo su dominio.49 lentada por voluntad y disposición de su monarca, no sólo ca-

§ 91. Pues, supuesto que [el n1onarca absoluto] concentra en ~ "Para elirninar todos aquellos agravios, agresiones y perjuicios recíprocos
sus manos todo el poder, tanto el Legislativo con10 el Ejecu- que afectan a los hombres en el estado de naturaleza, no habí~- ningun~ _otra ma-
tivo, no queda abierta para nadie ninguna [instancia de] ape- nera que llegar a suscribir un acuerdo mutuo, instituir un gobierno poldzco y con-
lación ni ha de encontrarse ningún juez que pueda, vertirse en súbditos de aquél a quien conferían autoridad para que los rigiera y los
autorizadamente, dictar sentencia imparcialn1ente y sin favo- gobernara y por intermedio deL cual pudiese procurars_e la ~az, la tranquilid~d y
una venturosa disposición de los demás [ asu.ntos de su znteres]. Los hombres siem-
ritisn10 y de cuyo fallo pueda esperarse desagravio y resarci-
pre supieron que, allí donde se los trataba co~ el concurso de la fuerza~ la agre-
miento por cualquier perjuicio o inconveniente que pueda sión, les estaba permitido defenderse a sí mismos. Sabían que, por mas que las
sufi'irse [por causa] del príncipe o de una orden suya. De mo- personas pudieran buscar su propia conveniencia, sin embargo, si lo had~n agr_e-
do que tal hon1bre -llámeselo "zar" o "gran señor'', o como le diendo a terceros, ello no había de ser tolerado, sino que todos les opondrzan reszs-
plazca [al lector]- se halla, con respecto a todos los que se tencia con cualquier medio válido [a su alcance). Finalmente, sabían que ningún
hombre podía,justf.ficadamente, arrogarse [la potestad de) juzgar sobre su propio
48 Cf. cap. 11, § Li y n. 38. derecho y de proceder a defenderlo sobre la .base de tal juicio, en tanto_y en cuant_o
todo individuo es parcial enfllvor de sí múmo y de aquetlos hacia quzenes experz-
a "El poder político de una sociedad se halla por encima de todo individuo que menta mayor afecto. Y, por tanto, los confl.ictos y los disturbios no tendrían fin, a
.forma parte de la misma. Y el principal objetivo de ese poder es dictarles leyes a to- no ser que asintieran en común a ponerse bajo el mando de algu.ien en quien con-
dos quienes se encuentran sometidos a é4 leyes que, en tal carácter; debemos obede- vinieran. A falta de tal consentimiento, no habría razón alguna para que un hom-
cer, a 1nenos que haya una justificación capaz de mostrar, con.fuerza de necesidad, bre se arrogue la dignidad de snlor o juez de otro." Hooker, Política Eclesiástica,
que la ley de la razón, o de Dios, prescribe lo contrario." Hooker, Política Eclesiás- l. r, Sección 10 [N. del A.J.
tica, l. r, Sección 16 [N. del A.]. 50 Súbditos, esclavos: la rnonarquía absoluta con1porta, según Locke, la
49 Cf§§
. 9.5-91·. J_,oc ke co1nc1de
. · en este punto con Hobbcs, para quien el homologación del poder político a poder despótico.
soberano, si ha de ser propian1ente tal (esto es, si ha <le poseer un poder ab- 51 El "ordinary state ef naturé' es la situación de anarquía de la que c1ner-
soluto), debe pennanecer en la condición en que se hallaba en el estado de ge toda fOrmación estatal. Por defecto, cabe inferir que "estado de naturale-
n~turaleza (Leviatán, xvn1). La discrepancia conceptual entre uno y otrora- za'', en su significación no ordinaria, denota aquellas formas despóticas de
dica en que, para el autor de los dos l'ratados, las relaciones que nrnnticne el Estado que, co1no la monarquía absoluta, no pueden ser calificadas propia-
soberano absoluto con aquellos sobre los que detenta tal autoridad supre- mente de "políticas", habida cuenta de la ausencia de un juez in1parcial con
ma son incon1patibles con las definitorias del estado civil. autoridad para dirirnir las controversias entre ciudadanos y gobierno.

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IOHl\ LOCKE E)'>SAYO scrn1n: EL ('rOBffRi>.'O CIVIL

rece de toda [instancia de] apelación, como deben tener . entre ellos. 56 ~rodos juzgan necesarias estas cosas y creen que
aquéllos [que viven] en sociedad, sino que, con10 si hubiese quien intente suprirnirlas rr1erece ser considerado un ene1nigo
sido degradado del rango propio de las criaturas racionales, declarado de la sociedad y del género hun1ano. Pero hay razón
se le deniega la libertad de juzgar sobre su derecho o de de- para dudar de que [tal opinión proceda] de un verdadero
fenderlo y, así, está expuesto a toda la nüseria y [a todos] Jos ainor por el género hun1ano y la sociedad y de la caridad que
inconvenientes que un hornbre puede ten1er de otro que, ha- nos debe1nos los unos a los otros. Pues [lo que la motiva] no
llándose en un estado de naturaleza exento de restricciones, es rr1ás que lo que es naturalmente lícito -y menester- que ha-
está, sin ernbargo, corron1pido por la adulación y ar1nado de ga todo hombre que ame. su propio poder, su provecho o su
poder. 52 grandeza: iinpedir que los animales que trajinan y se afanan
sólo para [proporcionarle] deleite y beneficios se hieran o
§ 92. Pues el que piensa que el poder absoluto purifica la san- destrocen inutuarnente. Y, así, su dueño cuida de ellos, no por-
gre de los hombres y remedia la vileza [propia J de la natu- que les tenga apego, sino por el amor que se tiene a sí niis1no
raleza humana, no tiene n1ás que leer la historia de esta y por el beneficio que le procuran. Pues si [el lectorJ se inte-
época, o de cualquier otra, para convencerse de lo contrario. rrogara qué protección, qué defensa hay en un Estado de tal
Quien haya sido insolente y dañino en los bosques de Arnéri- clase contra la violencia y la opresión [ejercidas] por este
ca probablemente no sea mucho mejor [sentado] en un tro- mandatario absoluto, la misrna pregunta apenas podría ser es-
no, [posición] en la que, quizá, se encuentren [razones] de bozada. [Los partidarios de la rnonarquía absoluta] se apre-
doctrina y religión [suficientes] para justificar todo lo que surarían a responderle que 1nerece [ser castigado conJ la
les haga a sus súbditos y [en la que] la espada silenciará al 1nuerte el solo hecho de plantear la cuestión de la seguridad.
instante a todos los que osen cuestionarlo. Pues el que exa- Entre un súbdito y otro, concederán, debe haber lünites, leyes
n1ine atentarnente los últimos relatos sobre Ceylán5.'l podrá y jueces, [que provean a] su paz y protección mutua. Pero, por
constatar fácilmente en qué consiste la protección [que pro- lo que respecta al mandatario, debe [poseer una autoridad]
porciona] la monarquía absoluta, en qué clase de padres de absoluta y hallarse por encima de todas estas contingencias;
sus países convierte a los príncipes, 54 y qué grado de felici- dado que tiene poder para con1eter más daño e injusticia [que
dad y seguridad alcanza la sociedad civil en los lugares en cualquier súbdito], es legítimo que lo haga. Si [el lector] se
que este tipo de gobierno se ha desarrollado acabadaniente. 55 pregunta córno puede protegerse del daño o la injusticia [per-
petrados por] el que tiene rnás pOder que cualquiera para co-
§ 93. En las monarquías absolutas, de la nüsma fürn1a que en meterlos, en ese 1nisn10 instante [alza] la voz del sectarismo
los demás [regímenes de] gobierno [que existen] sobre la y la rebelión. Co1no si los hornbres, cuando abandonaron el es-
tierra, los súbditos tienen, por cierto, una ley a la que recurrir tado de naturaleza y [pasaron aJ forrnar parte de la sociedad,
y jueces [autorizados] para dirünir las controversias y refre- hubieran acordado que todos, excepto uno, debían so1neterse
nar las [acciones de] violencia que puedan desencadenarse a las restricciones [in1puestas por] las leyes, mientras que el
individuo en cuestión habría de retener plenan1ente la libertad
[propia] del estado de naturaleza, acrecentada por el poder y
52 C[ cap. II, § i;l y n. 38.
58 La referencia elíptica alude la obra de Robert Knox, An Hútorical
Relatio11 qf the Island qf Ceylon, publicada en Londres en 1680. 56 La monrirquía absoluta que Locke tiene in mente no es el reino de la
54 Otra invectiva solapada al patriarcalisrno filrneriano. anon1ia, sino un régünen en el que las relaciones entre súbditos se ajustan
55 Los lugares en cuestión son Francia y España. a las estipulaciones de un "Estado de derecho".

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JOllK LOCJ-\F. El\~AYO SOBRE EÍ. GOB!Ell'-10 ClV!L

vuelta licenciosa por la impunidad. 5 7 Ello equivale a pensar·' autoridad natural, el poder supremo, 60 [la potestad para]
que los hon1bres son tan insensatos como para tratar de evi- arbitrar sus diferencias, sin embargo, una vez que el [paso
tar los daños que puedan serles infligidos por mofetas o zo- del] tiempo confirió autoridad y (algo de lo que algunos
rros, pero los con1place -n1ás aun, piensan [que redunda en bornbres quisieran persuadirnos) un carácter sagrado a
su] seguridad- el ser devorados por leones.SS prácticas originadas en la inocencia negligente e impreviso-
ra de las épocas primitivas [y] dio lugar a sucesores de otra
§ 94. Pero sea lo que fllere que puedan decir los aduladores laya, los súbditos, al reparar en que sus propiedades no esta-
para confundir el pensa1niento de la gente, no impide que los ban [ya] seguras bajo [la clase de] gobierno por entonces
hombres se den cuenta [de las cosas]. Y cuando se percata11 existente (siendo que el gobierno no tenía otra finalidad que
de que un hombre, de la condición que sea, está [exento] d~­ la protección de la propiedad), no podrían estar jamás a salvo
las obligaciones de la sociedad civil de la que son rniembroS, y en paz ni considerar que se hallaban en una sociedad civil
y que no tienen ninguna [instancia de] apelación sobre la tie- hasta que el [poder] de legislar 61 estuviese depositado en
rra [a la que recurrirJ por cualquier daño que puedan sufrir cuerpos colectivos -llámelos [el lector] "senados", "parla-
[por causaJ de él, están inclinados a considerarse en estado mentos" o como le plazca-. Y Por esta vía, cada individuo que-
de naturaleza con respecto a quien encuentran que se halla en dó sometido, al igual que otros hombres de posición inferior,
tal posición, y a procurar, tan pronto como pueden, obtener a las leyes que él mismo, como parte del Legislativo, había es-
seguridad y protección en la sociedad civil: [tal fue el moti- tablecido, y nadie podía, merced a su autoridad propia, sus-
vo] por el que se constituyó inicialmente esta [forma de aso- traerse a la fuerza de la ley, una vez promulgada ni, sobre la
ciación] y la única [razón] por la que los hombres base de una pretendida superioridad, reclamar exención [de
ingresaron en ella. Y, así, aunque quizás, en un principio (co- las leyes ni], subsiguientemente, licencia para cometer -él o
mo se n1ostrará más en detalle en lo que sigue, en el próximo alguno de sus dependientes- actos impropios. Ningún hom-
capítulo de este tratado), 59 le hayan rendido deferencia, por bre puede estar exento, en la sociedad civil, de sus leyes. 6
su bondad y virtud, a algún hombre benévolo y excelso que
hubiera alcanzado preeminencia sobre el resto [y], por me- 60 Literahnente, "the chit;f rule".
dio de un consenso tácito [y] sin otra precaución que la se- 6l Pese a que Locke etnplea aquí "legislature", es patente, a partir del
guridad que les brindaban su rectitud y su sabiduría, hayan contexto, que alude al poder de legislar y no al cuerpo autor'izado para ejer-
depositado en sus manos, como [si poseyera J una suerte de cerlo. C±: La.slett (1988: 329).
Y "En un principio, cuando se establecía un régimen de un cierto tipo, puede
que no se hiciera ninguna consideración ulterior en torno de la manera de gobernar
57 La referencia a Hobbes y su tesis de que en tanto el soberano no pac- y que todo se dqjara libra.do a la sabiduría y discreción de quien habría de qjercer el
ta conserva su libertad natural y de que, co1no autoridad de nornia de las le- mando. [Ello fue así] hasta que [los súbditos], sobre la base de la experiencia [ acu-
yes positivas no está sujeto a ellas, es inequívoca. El corolario que Locke mulada], lo encontraron m.uy inconveniente para todas las parles, al extremo de que
infiere de estas pren1isas -expuestas, respectivamente, en los capítulos XVIII el remedio que habían ideado no hizo, en realidad, más que agravar la herida que
y XXIX del Leviatán-- es tan antihobbesiano como el que se sigue de la ine- debía haber curado. Coniprendieron que vivir en conjOrmidad con la voluntad de
xistencia de un juez supra parles entre monarca absoluto y súbditos (cf. n. un hombre llegó a ser la causa de todas las miserias humanas. Es!o los impulsó a
4•9): las relaciones entre el uno y los otros son naturales, no políticas. someterse a leyes por refi!rencia a las cual.es todos los hombres pudiesen saber de a11-
5B Los 1nonarcas absolutos son leones, tal y como lo son los crüninales, temano [cuáles eran] sus deberes y conocer las penalidades por transgredirlas."
esas criaturas salvajes "con las que los hombres no pueden tener ni sociedad Hooker, Politica Eclesiástica, l. 1, Sección l O [N. del A.].
ni seguridad" (§ 11 ). b "La ley civil., al ser el acto del cuerpo político entero, impera subsiguiente-
59 En el capítulo VII!,§§ 105 y siguientes. mente sobre cada una de las partes de este cuerpo." Ibidem, [N. del A.].

112 ! IS
JOHl' LOCKL

Pues si a un ho1nbre se le pernüte hacer lo que juiga conve-:· CAPÍTULO VIII


niente y no hay ninguna [instancia de] apelación sobre la tie- DEL COMIENZO DE LAS SOCIEDADES POLÍTICAS
rra [a la que recurrir] en busca de resarcimiento. o de
protección contra algún daño que provoque, pregunto si no se-
halla aún plenamente en estado de naturaleza y si, consecuen- § 95. Al ser los hombres por naturaleza, como se ha dicho,
temente, puede ser partícipe o miembro de la sociedad civih todos libres, iguales e independientes, 1 nadie puede ser sa-
[Es así como digo], a menos que alguien sostenga q~e el cado de ese estado y sometido al poder político de otro sin
tado de naturaleza y la sociedad civil son una y la misma_ co- su propio consentimiento. 2 Por tanto, el único modo de que
sa: no he encontrado nunca, sin embargo, a un patr<)cÍmtdc>rt' . alguien se <lespoje a sí inismo de su libertad natural y se so-
tan grande de la anarquía que afirme tamaño [disp,ar:ate] meta a las obligaciones de la sociedad civil es acordar con
otros hombres agruparse y unirse en una comunidad, en
aras de vivir unos con otros una vida confortable, pacífica y
libre de temores, en el disfrute seguro de sus propiedades,
y de [gozar de] una mayor protección frente a quienes no
pertenecen a ella:3 Cualquier grupo de hon1bres puede ha-
cer tal cosa, 4 ya que no lesiona la libertad de los demás: és-
tos son dejados, [tal] como estaban, en la libertad [propia]
del estado de naturaleza 5 . Cuando un grupo cualquiera de
hombres han consentido de esta forma en conformar una

1 'Tal cosa ha sido dicha en § 1·. Al dúo libertad-igualdad se su1na aquí


el tertium. "independencia" (noción que reaparece, .iunto con la de "igualdad",
en§ 102).
2 De un axiorna iusnaturalista -en condiciones de estado de naturale-
za, los individuos son libres e iguales- se sigue un corolario contractualis-
ta -la única base justificatoria posible .de la obligación de obediencia al
Estado es el libre asentimiento rnanifesta<lo por quienes se hallan bajo su
jurisdicción-.
5 A la paz y la defCnsa común hobbesianas, Locke (¿más burgués, 1nás
aburguesado?) le añade el disfrute seguro de la propiedad y el confórt.
4 ¿Cualquier grupo, sea cual fuere su nún1ero? De ningún n1odo, contes-
taría Hobbes (cf. Leviatán, XVII).
5 En el universo lockeano, según deja entrever el autor en este pasaje,
pueden coexistir Estados e "independientes", la deno1ninación de Nozick
(1971·: 96) para aquellos que no prestan consentilniento a su incorpora-
ción a ninguna sociedad política. La posición de Locke a este respecto se
contrapone a la que sienta Filn1cr en Patriarcha, XIII: "A_ falta de un pacto
[universal del género humano], no veo córno [. .. ]puede hacerse que una
62 Repárese en la sinoninüa de "estado de naturaleza" (en el uso ordi- república elija a un magistrado sin atentar claramente contra el privilegio
nario del térn1ino, cabe suponer) y "anarquía". de todos".

!L4 115
JOl!N LOCKE E'<SAYO SOilHE ¡.;¡, GOB!ERl\O CIVlL

con1unidad o en [instituir] un gobierno, quedan de tal suer-::.~ § 97. Y así cada hombre, al cónsentir con otros en confürmar
te incorporados al instante [a ella] y constituyen un cuer- un cuerpo político único bajo un gobierno, se pone a sí mis-
po político único, en el que la n1ayoría tiene derecho a actuar ino bajo la obligación, para con todos los que pertenecen a esa
y a decidir por el resto. 6 sociedad, de someterse a la decisión de. la inayoría y [de ave-
nirse a] que ésta resuelva por él. 9 De otro modo, ese pacto
§ 96. En efecto, cuando cierto grupo de hombres han canfor-· originario, por el que, [conjuntamente] con otros, se incor-
n1ado, por consentimiento de cada uno, una comunidad, han pora a una sociedad, no significaría nada y no constituiría
hecho de dicha comunidad, incdiante este acto, un cuerpo . [propiamente] un pacto, si quedara [tan] libre como lo esta-
único, con poder para actuar como tal, lo cual tiene lugar so- ba anteriormente en el estado de naturaleza y sin ninguna
lamente por voluntad y decisión de la mayoría. Pues [dado· obligación adicional. Pues, ¿qué visos habría· allí de un pacto?
que] lo que hace actuar a una comunidad es sólo el consenti- ¿Qué nuevo compromiso [asu1niría el contratante] si no que-
miento de los individuos que pertenecen a ella y que es nece- dara obligado [a cumplir] ningún mandato de la sociedad, a
sario que lo que constituye un cuerpo único se mueva en una no ser los que él nüsmo juzgara adecuados y a los que con-
sola dirección, es necesario que el cuerpo se mueva en aque- sintiera efectivamente? Ello constituiría una libertad tan
lla dirección hacia la que lo impulsa la fuerza mayor, que es el grande corno la que él nüsmo tenía antes de [firmar el] pac-
consentimiento de la mayoría; 7 de lo contrario, sería imposi- to, o [como la que] posee cualquier otro que, hallándose en
ble que actuase o que continuara [siendo] un solo cuerpo, estado de naturaleza, puede son1eterse a cualquier ley y con-
una única corr1unidad, que es lo que el consentiiniento de ca- sentir a ella, si la juzga adecuada. 10
da individuo que se unió a ella acordó que habría de. [ser]. 8
Y, así, cada uno está obligado, por el consentimiento que ha e § 98. Pues si no se admite, razonablernente, que el consenso
dado], a [avenirse a] que la n1ayoría resuelva por él. En con- de la mayoría es el acto del conjunto [y] que es resolutorio
sonancia con lo antedicho, observa1nos que en las asa111bleas para cada individuo, nada puede hacer que una cosa sea el ac-
facultadas a actuar por una ley positiva [y] en las que la ley to del conjunto excepto el consentimiento de todos los indi-
positiva que las faculta no ha establecido ningún nú111ero [de- viduos. Pero tal consenso es casi ilnposible de obtener, si
ternünado], el acto de la n1ayoría es aceptado corr10 el acto to111a1nos en cuenta los achaques de la salud y las ocupacio-
del conjunto y, desde luego, es resolutivo, en la medida en que nes de los negocios, que necesar.iamente 1nantendrán a n1u-
[la mayoría] detenta, por la ley de naturaleza y de la razón, chos alejados de la asan1blea pública, aunque el número [de
el poder del conjunto. sus integrantes] sea mucho menor que el de [los que confür-

6 Locke es el primero en legitimar el procedi1niento de decisión 1nayorita- es, la in1novilidad, con10 un déficit de corporeidad) y se da cuenta del resul-
ria en térnünos del ejercicio de un deredw: ¿una rnácula en quien es venerado tado del proceso en ténninos del equilibrio de fuerzas encontradas.
corno el santo patrono de los "individual nj;hts''? Cf. Kendall (1942: cap. V!!), pa- 9 Al final del apartado anterior, Locke le otorga al derecho de la mayo-
ra quien lo que inspira la fe "dernocrática" lockeana es un credo colectivista. ría, en contra <le Filn1er (ef. Patriarclw, Xlil), el estatus de un ius naturale(¿el
7 Locke da por sentado que la "fuerza n1ayor" que mueve al cuerpo po- ónico que le conviene, dado el estatuto de igualdad definitorio del estado de
lítico en una dirección detenninada es la que ünpele la 1nayoría. Mas, de he- naturaleza?); al comienzo de éste, lo trata, fihneriana (ibzdem) tanto como
cho, ¿no son 1notores más potentes los más poderosos, o los 1nás ricos, o... ? hobbesiana1nente (Leviatán, XVIII), como el subproducto de un acuerdo im-
8 El trasfOndo niecanicista de este pasaje es claro: se presenta la socie- plícito en el contrato social, adjudicándole, de tal suerte, el carácter de un
dad política con10 un cuerpo (físico, se sobreentiende), se describe el proce- derecho positivo.
so de toma de decisiones con10 una forma de movimiento (y la inacción, esto lO El argu1nento de Loeke es insuficienten1ente conclusivo: si basta pa-

116 11 7
JOHN LOCI-;¡.; ENSAYO SOBRE EL GOBIE!l.l\O CIVIL

n1an J la sociedad civil. Si añadiinos a ello la variedad de opi...; política y [lo que] efectivamente la constituye [como tal] no
niones y la oposición de intereses, que inevitablemente tienen es más que el consentüniento [dado por] un cierto grupo de
lugar en toda agrupación de hon1bres, el ingreso en la socie- hombres libres [y] adultos para unirse en una sociedad e in-
dad sobre la base de tales términos sería única1nente equipa- corporarse a ella. Y es esto, y sólo esto, lo que dio origen, o pu-
rable al de Catón en el teatroo [equivaldría a] entrar sólo do dar origen, a todo gobierno legítimo en el mundo.
para volver a salir. 11 Una constitución como ésta haría que el
poderoso Leviatán fuese de duración más breve que la más § 100. Contra esto encuentro que se han hecho dos obje-
frágil de las criaturas y que no pudiera sobrevivir al día en· ciones: 14
que nació, 12 cosa que no puede presumirse, salvo que pense-:: Priineramente, que no se encuentra en la historia ejemplo
mos que criaturas racionales deseen constituir sociedades só- alguno de un grupo de hombres independientes e iguales en-
lo para que se desintegren. Pues allí donde la mayoría no tre sí que se hayan reunido y que hayan establecido y dado
puede resolver por el resto, [el EstadoJ no puede actuar co- inicio de este modo a un gobierno.
mo un solo cuerpo y, consecuentemente, se desintegrará nue- En segunda instancia, [que] es imposible, de iure, que los
vamente al instante_ Is hombres hagan tal cosa, debido a que, al nacer todos ellos ba-
jo la [jurisdicción de] un gobierno, deben someterse a él y no
§ 99. Por tanto, debe entenderse que quienes [abandonan] el están en libertad de dar comienzo a uno nuevo.15
estado de naturaleza y se unen en comunidad, transfieren todo
el poder necesario para los fines en aras de los cuales se unen § JOI. A la primera [objeción] ha de responderse lo siguien-
en sociedad a la mayoría de [los que integranJ la comunidad, te:I6 no debe sorprender en absoluto que la historia nos pro-
a menos que acuerden expresamente un número más grande porcione sólo una enumeración muy escueta de hombres que
que la n1ayoría [simple]. [Dicha cesión] tiene lugar por el me- hayan vivido juntos en estado de naturaleza. [Pues] tan pron-
ro hecho de acordar integrar una sociedad política, que es en to como los inconvenientes [propiosJ de esa condición y el
lo que consiste enteramente, o en lo que es necesario que con- anhelo y la necesidad de [vivir en] sociedad conducían a un
sista, el pacto entre los individuos que conforman un Estado o cierto número de hon1bres a agruparse, al tiempo, si es que te-
se incorporan a él. Y es así que lo que da origen a una sociedad nían el propósito de seguir viviendo juntos, se unían y confor-
maban un cuerpo [político]. Y si hemos de suponer que los
ra probar que los contratantes han de sotneterse a algún procedinüento de hombres no se han hallado nuncá en un estado de naturaleza,
decisión colectiYa, no alcanza a establecer que deben avenirse a lo que se debido a que no hemos oído mucho sobre personas [situadas]
disponga a través de un n1ccanisn10 mayoritario de to1na de decisiones. en tal condición, bien podríamos suponer que [quienes inte-
11 La fuente es Marcial (Epigram.maton, 1, Prefacio).
12 Única alusión en los 1'ratados.. al, en el itnaginario teratológico loc-
14 Quien expuso estos reparos parece haber sido Filmer, con10 sugie-
keano, 1nonstruo político hobbesiano. No escapará al lector el dejo irónico
ren las referencias elípticas dispersas en las contraobjeciones de Locke.
del adjetivo "poderoso".
15 Esta segunda crítica, de carácter norrr1ativo, se reproduce literal-
13 Para su1narizar el argu1nento de Locke: dado que la unanimidad es-
1nente al inicio del § l l S, apartado en que da conüenzo la réplica de Locke
tricta no es alcanzable y que la regla de la mayoría es su única alternativa
a la tnis1na.
asequible (¿por qué razón?), consentir en conformar una comunidad políti-
16 La contestación de Locke a este cucstionamiento fü.ctico se extiende
ca (e!º cualquier otra?) rnas no asentir a que los más resuelvan por todos es
tanto como acordar darle inicio sólo para ponerle fin de inrr1ediato, lo que hasta el§ 112. En§ 14, el autor había trazado una prin1era línea de respues-
representa una inconsistencia pragmática que no es dable esperar en acto- ta, que atravesaba el terreno de las relaciones internacionales y que aquí no
res racionales del tipo de quienes suscriben el contrato social. se continúa. Cf. cap. ll, n. 39.

118 119
JOHl\ LOCKL E~SAYO SOHlff EL 'l>Oll!EHXO CIVIL

graban] las tropas de Salmanaser o de Jerjes jamás fueron todos ellos, o bien ejemplos incontrastables de un origen
niños, 17 pues es poco lo que ohnos de ellos antes de que fue- [contractual], o, cuando 1nenos, indicios n1anifiestos de él.
ran adultos y se alistaran en el ejército. 18 En todas partes,
[la creación del] gobierno es anterior a cualquier registro, y- § 102. Quien no adnlita que el origen de Ro1na y Venecia file
la escritura rara vez se desarrolla en un pueblo antes de que p~oducto de la asociación de varios hombres libres e indepen-
una larga perduración dP la sociedad civil provea, rnediante- dientes unos respecto de otr.os, entre los cuales no había nin-
otras artes más necesarias, a su seguridad, holgura y abundan- guna [fürn1a de] superioridad o sujeción natural, manifestará
cia.19 [Es sólo] entonces [que los hombres] corrlienzan a una extrafia inclinación a negar un hecho evidente cuando no
preocuparse por la historia de sus fundadores y [recién J inda- · concuerda con su hipóte.Sis. Y si sus palabras pueden ser to-
gan sobre su origen cuando han sobrevivido a su inemoria. 20·- madas [en cuenta], José de t\costa nos dice que en n1uchas
En efecto, con los Estados [ocurre] lo que con las personas- regiones de .t\n1érica no existía gobierno de ninguna clase.
particulares: unos y otras, por lo con1ún, ignoran su propio "Hay indicios numerosos y verosÍiniles", nos dice, "de que es-
nacimiento e infancia. Y si saben algo de su origen, es gracias tos hon1bres" -se está refiriendo a los [habitantes] del Perú-
a testin1onios casuales que otros han conservado. Y aquellos "durante largo tiernpo no tuvieron ni reyes ni Estados, sino
[indicios] con los que conta111os sobre el origen de los Esta- que vivían en tropel, co1no hacen hoy en día [quienes n1oran]
dos [que han existidoJ en el rr1undo -con excepción del de los en la Florida, 23 los chiriguanas, 24 los [naturales] de Brasil, 25
judíos, en el que Dios mismo se involucró directainente,2 1 y y n1uchos otros pueblos" [Historia natural y moral de las in-
que no favorece en lo rnás míniino al dominio paternal-22 son, dias] l. i, c. 25. 26 Si se dijera que todo hombre, al 1non1ento
de nacer, se hallaba sujeto a su padre, o al jefe de su f8.milia,
[cabría replicar] que, co1110 ya se ha probado, la obediencia
17 Sahnanaser 111: rey de Asiria (858-824 a.C.), quien, al Inando de
que un hijo le debía a su padre no lo privaba de su libertad pa-
60.000 hombres, dio muerte a 14.000 arameos. Jeijes: rey de Persia (485-
ra incorporarse a la sociedad política que juzgara apropia-
1·65 a.C.), hijo y sucesor de Darío I que, tras vencer a Leónidas, saqueó e in-
cendió la Acrópolis ateniense. da.27 Mas sea ello co1no fuere, es evidente que estos hombres
18 Otra incrustación histórica en un corjJUS teórico que, se pretende, ha
eran realmente libres y que, por más superioridad que ciertos
sido expurgado de toda historicidad: si la infancia de los gobiernos se co- [doctrinarios] políticos les atribuyan actualn1ente a algu-
rresponde con la era patriarcal (cf., en igual sentido, § 110), la infancia de nos,28 ellos mismos no pretendfan poseer ninguna [preemi-
los pueblos se corresponde con la falta de .gobierno. El uso, parcialmente nencia], sino que, por consentiiniento [mutuo], eran todos
elíptico, del par infancia-adultez sugiere que la progresión estado de natu-
raleza-estado civil entraña un progreso, rnás propiamente, un proceso de
1naduraci6n o desarrollo.
19 Cf Primer Tratado,§ 11·1·-11·5. Un eco cultural y rnaterial del son 2 ·i En el texto de Acosta, "los floridos".

progresista 1narcado en n. 18: si el estado civil trae consigo civilización 24 Con "e" y "q" en el original.
(¿qué es, si no, la escritura?), así corno abundancia, es que el estado natural 25 En el texto de Acosta, "los brasiles".
conllevaba incivilidad y penuria. 2 6 Locke tenía a rnano la traducción inglesa de Gri1nestonc, reeditada
20 La arqueología política, da a entender Locke, es patri1nonio de pue- en 1680. Los pueblos rnencionados por .A.costa eligen a sus caudillos, desta-
blos cuyo acervo ha alcanzado la "holgura y la abundancia". ca el cronista en el pasaje que Locke extracta <le modo parcial, confonne a
'2 l La idea de que el Estado judío del Antiguo Testainento posee un ca- los avatares de la paz y la guerra.
rácter idiosincrático, de índole teocrática, se repite en la pri1nera Carta so- 2 7 rral cosa ha sido probada, en contra de Filrrier, en§ 73. La discusión
bre la tolerancia (1999: 99). se retonia en § 114.
'2'2 Alusión elíptica a Fil111er. 28 Nuevan1ente, Fihner y los filn1erianos en la picota.

120 121
JOll.'>: LOCKE

32
iguales, 29 hasta que, por [un acto de] consentimiento simj:._ '·'' .,, ""e ha sido [de hecho J tiene poca fuerza-. Pero si se me
lar, se dieron gobernantes. De modo que sus sociedades po..:-· ·¡·era aconseiarlos en este punto, harían bien en no in-
líticas se originaron, sin excepción, en una unión voluntaria p-errn1 i lemasiado Jsobre el origen de los gobiernos

[ exam1-
.

dagar <
y en el mutuo acuerdo de hombres que eligieron libremente~ ~-:. -- - d J cómo han tenido comienzo de Jacto; no sea cosa que
nan o t
a sus gobernantes y sus formas de gobierno. ' descubran, a la base de la mayoría de ellos, algo muy poco a-
vorable para la concepción que promueven y para un poder
§ 103. Y espero que se admita que aquellos, mencionados por-'.- del tipo de aquél por el que abogan.
Justino -Libro 3, capítulo 4-, que se marcharon de Esparta_,_
con Palanto, eran hombres libres [yJ mutuan1ente indepen- , l04. Para concluir, pues: es evidente que la razón está de
dientes, y que erigieron un gobierno [con potestad] sobr~-­ ~-·~uestro lado [al sostener] que los hombres. son na:uralmen-
ellos por propio conscntimiento. 30 En igual sentido, he sumi- te libres, y los ejemplos de la historia ponen de manifiesto. que
nistrado varios <=;_jemplos, [extractadosJ de la historia, de los gobiernos que tuvieron comienzo en el mundo en [tiem-
personas libres y [situadas] en estado de naturaleza que, una de] paz han tenido origen sobre la base de ese fundamen-
pos . . . d 1 bl ss
vez reunidas unas con otras, dieron origen a una sociedad ci- to y que fueron establecidos por consent1m1ento e pue o.
vil y se incorporaron a ella. Y si la falta de ejemplos de tal cla- Puede haber, [entonces], poco espacio para dudar sobre de
se fuera un argumento [suficiente] para probar que los qué lado está la razón o acerca de cuál ha ~ido la. ~pini~n .ºla
gobiernos no han tenido origen -ni podrían haberlo tenido~ ráctica de la humanidad en torno de la fundac1on pr1m1ge-
de este modo, creo que los que abogan por el imperio pater- ~ia del gobierno. 34
nal estarían [en] mejor [posición] si lo dejaran de lado que
si lo esgrimieran en contra de la libertad natural. Pues si pu- § 105. No negaré que, si dirigin1?s la.mirada hacia. el pasado,
dieran proporcionar tantos ejemplos, [extraídos] de la histo- tan lejos como nos conduzca la historia, hasta el origen de los
ria, de gobiernos originados en el derecho paternal,3 1 pienso Estados, encontraremos que se hallaban generalmente bajo el
que uno podría, sin mayor peligro [de equivocarse], conce- gobierno y la administración de un solo h~~bre. Y me .incli-
derles la razón -aunque, en el mejor de los casos, un argu- no a pensar, además, que cuando una familia era sufic1ent~­
mento [que infiere] lo que debería ser de derecho a partir de mente numerosa como para subsistir por sí misma y seguir
existiendo sin desme1nbrarse ni mezclarse con otras -como
2 8 ¿Eran iguales porque así consentían en reconocerse unos a otros, ocurre a inenudo cuando hay ~ucha tierra y una población
, . 1 d 35
o debido a que se trataba de "criaturas de la 1nisma especie y rango"(§ 4•), escasa-, el gobierno tuvo por lo comun origen en e pa re.
a que estaban provistas de las nüs1nas facultades (ibid.) y a que Dios -lo
que es decir, la ley natural- no estableció preeminencia alguna entre ellas
( ibide-m)? 32 Poca fuerza, no ninguna: el universo n1etateórico del iusnaturalista
Lockc no tiene espacio para la falacia naturalista del anti-iusnatuntlista Hume.
SO El gobierno que, en el 706 a.C., erigieron los espartanos co1nanda-
dos por Falanto (con "f'', no con "p", coino lo escribe Lockc) fue el de Ta- 33 Cf § 112. La clase con1plementaria de los gobiernos que tienen ini-
rento, en la Magna Grecia. Locke recoge el relato de Marcus Junianus cio en tie 1npos de paz está conformada por los que son producto de la con-
Justinus en su Epito1na Historiarurn Philtppicarum, un con1pcndlo, datado quista. Cf: cap. XVI.
en el siglo 111, de las Historiae Phillippicae et 1'otius Mundi Origines et Terrae 34 Tomando en cuenta que ha invalidado el valor episté1nico del consen-
Situs, escritas en tiernpos de Augusto por Pompeius Trogus y de las que sus gentium. en los Essays on the Law qf ·¡..,rature, V, es cuando menos curioso
sólo se conserva el resumen de Justino. que Locke ponga en línea, en este pasaje, la opinión y la práctica de la hu-
31 "Irr1perio paternal'', "derecho paternal": otra vez Locke arrernetien- n1anidad cou la razón.
do contra Filmer y sus seguidores. 35 Locke retonia, en este punto y hasta el§ 112, una línea argu1nenta-

122 123
JOIJN LOCKE. ENSAYO SO!HlE EL GOll!ERNO CIVIL

Pues como el p~<lre tenía, por ley de natu~aleza, el mismo po~­ ·untas, no. ha de ponerse en duda que hacían uso de su liber-
der que cualquier otro hon1bre para castigar segúr1 J. {ad natural para investir [de autoridad] a quien juzgaban el
. ' · uzgase
a<lec~a?o, toda~ las transgresiones contra esa ley, le estab~: más capacitado para gobernarlos bien, y el más dispuesto [a
perm1t1do, en virtud de [tal potestad], castigar a sus hijos e-a.::,-,_~;' ello]. En concordancia con ello, encontram?s ~ue los pueblos
da _,ve_z que la transgredían, aun siendo ya adultos y [estan:..:~\ de Ainérica, pese a que gozaban de su propia libertad natural
. . . .
do,J libres de su tutela. Y es muy probable que los hiJ. · ·. ·.·•·
sometieran al castigo del padre y que, cuando uno [violaba la:.;:
m• (puesto que vivían fuera del .alcance de las espadas victorio-
sas y de la donünación expansionista de los dos grandes im-
ley natural], los demás se unieran a su vez al padre en e perios ~el Pe~ú y ~e México), ceteris paribus m~straban de
t d . on-
ra e q~1en la infrin~ía, dándole, subsiguientemente, poder ordinario preferencia por el heredero de su rey difunto, aun-
para ~phcar la sentencia correspondiente a cada transgresiÓ~ que, si lo encontraban 1nínimarr1ente débil o inepto, pasaban
-:( h·a,c1:n,:I~ de él, en los hechos, legislador y gobernante, [con por alto e instituían como gobernante al hombre más fuerte
JUr1sd1cc1on] sobre todo aquello que pern1anecía ligado a y valiente.
f; T, 36 , - . su
am1 la. El padi~e, Len efecto], era [la persona] inás digna
de :onfianza: :_I afecto paternal hacía que la propiedad y el in- § 106. De este modo, aunque por lo común encontramos, al
teres de los h~Jos estuviesen a salvo, y el hábito de obedecer- retrotraernos hasta [la época] en que las crónicas nos dan
:o durante la n~ñez hacía que les fU.era más fácil someterse a cuenta del poblamiento del mundo y de la historia [más re-
el q~: a cualquier otro. Si, por tanto, [los nüembros de] una mota] de las naciones, que el gobierno se hallaba en manos
fannha han de t.encr alguien que los gobierne -pues difícil- de uno solo, ello, sin en1bargo, no refuta lo que afirmo, a sa-
n1ente pueda evitarse [que exista] un gobierno entre hom- ber: que el fllndamento de la sociedad política descansa en el
b~es que .viven juntos-, 37 ¿quién más idóneo para ser [su consentirrüento de los individuos, [que dan su avenencia] a
1n~ndat~r10J que el padre de todos ellos -a n1enos que la ne- conformar una sociedad y a unirse a ella [y] quienes, una vez
gligencia, la crueldad, o algún otro defecto de la mente o del que la han constituido por esta vía, pueden establecer la für-
cuerpo lo hiciera incapaz para [ desen1peñar tal función]-? ma de gobierno que juzguen apropiada. Pero al haber dado
Mas cuando el padre moría y dejaba con10 heredero inmedia- ocasión a que los hombres se equivocaran y creyeran que el
to a algu~en que, por falta de edad, sabiduría, coraje, 0 alguna gobierno era por naturaleza monárquico y que pertenecía al
otra cu.ahd~d, ~~·esultaba] n1enos apto para gobernar, 0 cuan- padre, tal vez no sea inoportuno examinar por qué los pue-
do varias fan11has se unían y acordaban seguir [viviendo] blos generahnente escogieron eii los comienzos esta forma
[de gobiernoJ.S 8 Si bien quizá la preeminencia del padre pu-
do ocasionar que la constitución prirrügenia de los Estados
tiva ya esbozada en §§ 74-16 y que entronca, en una dirección conciliadora
con el patriarcalis1no explicativo (aunque, al final del apartado al que rcnii~
fuera monárquica y que el poder se depositara en los comien-
te est~ nota, fresen ta diversos contraeje1nplos que circunscriben el alcance zos en manos de uno solo, es manifiesto, no obstante, que la
del 111_ 1 sm~ ), sin cruzarse, e1npero, con el patriarcalisn10 norn1ativo (cf. § 106, razón [que motivó] que la forma de gobierno continuara
ltl jJrn1c1pw, y cap. vi, n ..'38). siendo unipersonal no fue la consideración o el respeto por la
36
.. Repárese en el deslizainiento en que incurre Locke: conviniendo los autoridad paternal: pues todas las pequeñas n1onarquías, esto
':lJOS ,en d~legar en el padre el ejercicio del derecho natural de cada quien a
JUZgar y q¡ecutar la ley natural, lo convierten en su legislador.
37 Q' d'~ ·¡
. ue sea lllCI m:nte eYitable la existencia de un gobierno no impli- 38 Tan claro resulta que Locke tiene in menleaquí (al igual que en§§ 105,
ca que no pueda ser evitada en absoluto. <;Se recorta la teoría política loc- 107 y J 10) a Fihncr que las referencias al gobierno patriarcal se alternan,
keana sobre un trasfbndo anarquista? sin solución de continuidad, con las alusiones al gobierno monárquico.

124 125
JOHl\' LOCKI:: EKSNi:O SOflHE EL,GOB!Ul.NO CIVIL

es, casi todas las inonarquías, han sido en sus orígenes, por lo 0 he dicho, la que les parecía más obvia y simple, 41 sino
co1nún -al menos bajo ciertas circunstancias-, electivas.39 ~~;bién l~ más apropiada para el estado y la condición e_n
que Se encontraban·• en los que
. se. hallaban en mayor neces1-
.
§ 107. Prin1eramente, por tanto, en los orígenes, la tutela del"'' dad de protección frente a invasiones y ataques del exterior
p~dre durante la infancia de sus hijos los acostu1nbró al go..:. de un sinnúmero de leyes [para controlar el poder del
b.1erno de ~n solo hombre y les ensefló que cuando [la auto-< que . d .d ·11
monarcaJ. La igualdad [propiaJ de un modo e v1 a senc1 o
r1dad] se t::Jercía con solicitud y buen juicio, coii afecto y amor Y modesto, que confinaba sus deseos dentro de lo_s estre.chos
hacia quienes se hallaban sometidos a ella, era suficiente pa- límites de la pequeña p~·opiedad de cada ho111?re, susc1t~ba
ra que los hombres alcanzaran y conservaran toda la felicidad ·pocas disputas y, subsiguientemente, n~ [volvia] ~.ecesar1as
políti~a que buscaban en la sociedad. No es de sorprender que muchas leyes para resolverlas. Y no hacia falta un t1 ibunal de
escogieran con naturalidad proseguir con aquella forn1a de
J·usticia, dado que sólo había unos pocos delitos y unos pocos .
gobierno a la que habían estado habituados desde su infancia infractores. Entonces, dado que no puede suponerse que quie-
y que, por pr~pia ex~eriencia, habían encontrado sencilla y nes disfrutaban hasta tal punto de su mutua compañía con10
segura. [Y] s1 a lo dicho añadin1os que la monarquía era la ara unirse en sociedad no se conocieran ni tuvieran cierto
más simple de [todas] las formas de gobierno y la que les pa- ~rado de arnistad, ni cierta confianza mutua, tienen que ha-
recía más obvia a [unosJ hombres a quienes ni la experiencia ber tenido mayor aprensión para con aquellos que les resul-
había instruido [en la rnateria] ni la a1nbición o la insolencia taban extraños que entre sí. Y, por ende, no puede más que
del n1ando habían enseñado a precaverse de los abusos de la suponerse que su pri1nera preocupación y [su primer] ?bje-
prerrogativa o de los inconvenientes [resultantes] del poder to de] reflexión fue cómo protegerse de fuerzas extranjeras.
absoluto -que la n1onarquía tendió, en sucesivas ocasiones, a Fue natural para ellos son1eterse a la forn1a de gobierno que
reclan1ar para sí y a emplear contra [los súbditos]-, no es en n1ejor podía servir a tal fin 42 y elegir al hombre má~ sabio Y
modo alguno extraño que no se hayan molestado en idear valiente para que los condujera en la guerra, se pusiera a la
métodos dirigidos a poner freno a los excesos de [las perso- cabeza de ellos en contra de sus enemigos y fuese su manda-
nas] a quienes les habían conferido autoridad sobre ellos, ni tar10 . ·1n1ente en es tet erreno. 43
. pr1ncipa
en equilibrar el poder del gobierno, depositando las distintas
partes del nüsmo en inanos diferentes.·HJ Estos hombres no § 108. Ven1os así que, en An1érica, que es aún una reproduc-
habían conocido la opresión del donünio tiránico, y las cos- ción de los tiempos primitivos en Asia y Eur~pa ~cua~do l~s
tumbres de la época, sus posesiones o su n1odo de vida (que habitantes eran demasiado pocos para el territorio [ d1spon1-
daban pocos motivos para la codicia o la ambición) no les da- ble] y la falta de gente y dinero no inducía en los hombres la
ban ~azón alguna para terner [la tiranía] o para tomar pre-
cauciones co~tra ella. No ha de sorprender, por consiguiente,
que se sometieran a una forn1a de gobierno que no sólo era, 41 La sirriplicidad superlativa <lel gobierno n1onárquico procede, cabe
conjeturar, de su unicidad.
1«2 ¿Fue natural en la acepción iusnaturalista del término?
39
Cf. cap. X, n. 5. 43 Para Locke, al igual que para Tyrrell (Patrianha non 1~1011archa, 85,
4oL d ... , 1
a ivt.s1011 e e poderes es presentada aquí corno un 1nedio para esta- 92-9.S), los primeros gobernantes civiles fueron, paradójicamente, "conrnn-
blecer un control mutuo entre ellos. Con todo, el esquenia institucional loc- <lantes en la guerra", antes que jueces en tiempos de paz (au~ en los casos en
keano incluye div,isión de' poderes n1as excluye (de iure, por lo nienos) su que, con10 ocurría en Israel, portaban este título:§ 109). Cf. la segunda Yla
control mutuo. Ct. cap. XIII, n. l. tercera de las Letters on Toleration (Works 1801: VI), y Laslctt ( 1988: 339).

126 127
JOH>i" LOCliF E;\S,\YO SOBHE EL' GOBIER1'0 CIVIL

tentación de ensanchar sus posesiones de tierra o de pugn - ían par_a .con Gedeón, quien había sido su juez y gobernan-
por una extensión más a1nplia de terrcno-,1< 4 los reyes indio _ne les dice: "Él combatió por vosotros, arriesgó su vida y os
son poco rnás que generales de sus ejércitos; y aunque [<lis::_:'. "" :ibró de las manos de Madián" (Jueces 9.17). [Con ello], no
ponen] en la guerra de un [poder de] inando absoluto, en-el-> ·}lace alusión más que al hecho de que fue una suerte de gene-
interior de sus reinos y en épocas de paz ejercen, sin embar;- r~l y, por cierto, eso es todo lo que se encuentra en su histo-
go, un dominio muy limitado y sólo detentan una soberanf~-­ ia: 0 en las que se refieren a los demás Jueces. Y Abimelech,
muy n1oderada. De ordinario, las resoluciones sobre la [cele'.';~: ~articularmente, es llaniado 'Juez'', aunque a lo sumo fue so-
bración de la] paz y la [declaración de la] guerra residen en lamente su general. Y cu_ando, ~artos del mal ~~mportamien­
el pueblo, o en un consejo, si bien la [conducción de] la gue,..; . de los hijos de Samuel, los hiJOS de Israel qms1eron [tener]
rra misn1a, que no admite una pluralidad <le jefes, traspasa c:..:.."cu''n rey "como todos los demás pueblos, para que los juzgase,
n1ando, naturalmente, a la sola autoridad del rey. marchara al frente de ellos y peleara sus batallas" ( 1 Samue~
45
s. <20 ), Dios, concediéndoles el deseo, le dice a Samuel "te en-
§ 109. Y así, en Israel 1ni.s1no, el principal co1netido de los_ viaré a un hombre que pueda salvar a mi pueblo de la mano
jueces y primeros reyes parece haber sido el de desempeñarse de los filisteos, y lo ungirás jefe de mi pueblo, Israel'' ( 1 Sa-
con10 con1andantes en la guerra y corno jefes de sus ejércitos, rnuel 9. 16), como si el único cometido de un rey hubiera sido
lo cual (además de lo que se significaba mediante [la expre- conducir a sus ejércitos y combatir en su def€nsa. Y, concor-
sión] "salir y entrar delante del pueblo", 4·6 a saber, 1narchar a dantemente con esto, en su toma de posesión, derramando
la batalla y retornar a la patria a la cabeza de las fuerzas) se una vasija de aceite, le manifiesta a Saúl que "el Señor lo ha
expone con claridad en la historia de Jefté. Cuando los amoni- ungido jefe de su descendencia" (1 Samuel 10. 1). Y, subsi-
tas le declaran la guerra a Israel, los gileaditas, temerosos, guiente1nente, aquellos que, después de que Saúl fuera solem-
mandan [a buscar] a Jefté, un bastardo de su familia con nemente elegido y proclamado rey por las tribus en Mispá,
quien habían cortado vínculos, y le prometen hacerlo su go- no estuvieron dispuestos a consi<lerarlo su rey, no hicieron
bernante si los ayuda [en su lucha] contra los amonitas, con más objeción que ésta: "¿Cómo nos va a salvar este hon1bre?"
estas palabras, "y el pueblo lo hizo su jefe y comandante" (Jue- (1 Samuel, 10. 27), que es lo mismo que si hubiesen dicho
ces 11.11 ), lo que era, al parecer, lo mismo que hacerlo juez. "Y "Este hombre es inepto para ser nuestro rey, ya que carece
él fue juez de Israel" (Jueces 12.7), esto es, fue .su comandante de suficiente pericia y [destreza.en] la conducción de la gue-
general por seis años. De n1odo que cuando Jotan1 les recrimi- rra como para ser capaz de defendernos". Y cuando Dios resol-
na a los siquenütas [haber incumplido] la obligación que te- vió transferir el gobierno a David, [comunicó su decisiónJ con
estas palabras: "Pero ahora tu reino no continuará: el Señor
14 ]e ha buscado un hombre conforme a su corazón, y el Señor le
' A1nérica no es, para Locke, el Nuevo Mundo, sino la ünagen presen-
te del Viejo (que incluye a Asia, además de a Europa). Una prefiguración de ha ordenado ser el conductor de su pueblo" ( 1 Samuel 13.14 ),
esta visión .se halla en § 4,9. como si la autoridad real en su integridad no consistiera en
15
· En este apartado, de.staca Laslett (1988: 81·0), a.sí corr10 en§ 36 (y en otra cosa que en el hecho de ser general [del ejército]. Y,
el Prinur T'ratado, § 158), resalta la tendencia del autor a establecer una sin-
consecuentemente, las tribus que habían permanecido junto a
cronía entre el tien1po augural de la historia política y el tiernpo inaugural
de la historia bíblica. la familia de Saúl y que se habían opuesto al reino de David,
1 cuando se presentaron en Hebrón con las condiciones de su
{:i La fórn1ula es una expre.sión cri.stalizada del Antiguo Testmnento.
Cf, por ejemplo, 1Vúmeros 27. 17, Deuteronomio 28. 6, 1 Samuel 29. 6 y 2 Re- sumisión, le d~jeron, entre otros argumentos, que ellos tenían
yes 19. 27. que someterse a él como a su rey, que él era en realidad su rey

128 129
JOl-!l' LOCKC E~S.->.YO SOJ3!-tE E'L GOBIER)-10 CJVIL

en tieinpos <le Saúl y que, por tanto, no tenían ninguna raz'-# •.c•nc>Sito ini~ialn1ente la autoridad en manos de una sola persona,
para no aceptarlo como su rey ahora. "Además" -afirman -- hay dudas de que no le fue confiada a ningún [príncipe]
"en tiempos pasados, cuando Saúl era nuestro rey, tú eras" · noás que ·en aras del bien y la seguridad públicas, y fue en pro
primero en estar a la cabeza de Israel y en conducirlo, y el •::•····'·rn
''"tales fines que se la empleó por lo con1ún en la infancia de
ñor te dice que alimentarás a su pueblo, Israel, y que serás p los Estados. Y a menos que hubieran obrado de este modo, las
ra Israel su comandante".47 . sociedade_s, en su juventud,. no podrían haber sobrevivido. ~n
usencia de tales padres protectores, solícitos y atentos al b1e-
§ 110. Así, sea que una familia se haya desarrollado grad~al­ a estar del pueblo, todos los gobiernos se habrían ido a pique
n1ente hasta convertirse en un Estado y la autoridad patern nor causa de la debilidad y las enfermedades de su infancia, y
se haya continuado en el hijo n1ayor, [y] cada uno [de "Sü; ~l príncipe y el pueblo pronto habrían perecido juntos.5°
miembros], al haber crecido a su tiempo bajo dicha autoridacJ;\
se haya sometido tácitamente a ella48 y, puesto que la afabi~ ,- § ¡ J 1. Pero aunque la Edad de Oro (antes de que la vana .ªm~
lidad y la naturaleza imparcial de la misma no acarreaban:--:. bición y el amor sceleratus habendz,6 1 la n1ala concup1scenc1a, 5-
perjuicio para nadie, todos hayan prestado aquiescencia a tal''.- hubieran corrompido las inentes de los hombres [inducién-
[autoridad], hasta que el [paso del] tiempo pareció confir- dolos a contusión J sobre el poder legítimo y la honra [que le
1narla y establecer, por prescripción, un derecho de sucesión; es debida]), [era] más virtuosa y había, consecuentemente,
sea que varias familias, o los descendientes de varias familias, a mejores gobernantes, así como súbditos n1enos viciosos, 63 y
quienes el azar, la vecindad o el comercio llevaron a agruparse;"~ no existía entonces, de un lado, [propensión a] expandir la
se hayan unido en sociedad, [en uno y otro casoJ la necesidad autoridad hasta oprinlir al pueblo, ni, consecuentemente, de
de un general, cuya conducción en la guerra pudiera defender la otra parte, ninguna disputa sobre las prerrogativas del ma-
a los hombres de sus enemigos, y la gran confianza mutua que gistrado [dirigida aJ reducir o restringir su poder -y, por en-
les proporcionaban la inocencia y la sinceridad de esa época po- de, ninguna controversia entre los mandatarios y el pueblo en
bre pero virtuosa (como lo son casi todas aquellas en que tie- torno de los gobernantes o el gobierno-ª, sin embargo, cuan-
nen origen los gobiernos que logran perdurar por cierto do, en épocas ulteriores, la ambición y la lujuria [incitaron]
tiempo en el mundo), 49 hicieron que los primeros fUndadores
de los Estados depositaran generaln1ente la autoridad en ma- 50 El patriarcalisino fáctico de Locke en su punto más extremo: en la
nos de un solo ho1nbre, sin otras limitaciones o restricciones infancia de los Estados, la existencia de un gobierno patriarcal -en cuanto
expresas que las requeridas por la naturaleza del asunto o por tal, benevolenteinente paternalista- es conditio sine qua non para la misma
subsistencia de la sociedad política.
la finalidad del gobierno. Sea cual fuere el modo en que se de-
51 Literalniente, "el deseo inznoderado de poseer". La fünnulación es de
Ovidio (1Vletamorphoses, 1, 131 ).
47 C[ 2 Smnuel, 5. 2. 52 "[M]ala concupiscencia": la expresión trae a la 1nen1oria la n1ala cre-
48 En la era patriarcal, la autoridad política se funda en el consenti- 1natística aristotélica (la técnica adquisitiva "antinatural"), tainbién caracte-
miento tácito; by d~fault, habría que decir que el período en el que la misma rizada por la falta de límites. C[ Política, 1257a y siguientes.
se fi1ndarnenta en el consentinüento e.rj;reso se corresponde con la edad pos- liS En la Eda<l de Oro lockeana hay gobernantes y súbditos, lo que de-
patriarcal. sacrc<lita la interpretación de Stephen (1876: II, 137) y Strauss (19.53: QI6),
49 En la Edad de Oro (et:§ 111), la era fundacional de los Estados fir- que entienden que aquélla se corresponde con el estado de naturaleza (o con
1nemente cimentados (¿nostalgia por la Arcadia?), no se conoce ni an1bicio- la priu1era fase de ese estadio).
na el vil 1netal (r.es pobre porque es virtuosa o virtuosa porque es pobre? ¿O a "En un principio, Citando se establecía un régirneit de un cierto tipo, puede
aleatoriarnente pobre y a la vez virtuosa?). que no se hiciera ninguna consideración ulterior en torno de la nwnera de gobernar

130 131
JOIIN LOC!-;E El\!->AYO SOHllE El'. OOBIEllKO ClVlL

a los príncipes a retener y acrecentar el poder, incumpliendo~ der paternal implicaba un derecho a la soberanía, o que era el
la misión para la que [les] fue concedido, y, con el concurso fundamento de todo gobierno. Y baste lo dicho para mostrar
de la adulación, les enseñaron a tener intereses separados y que, en la medida en que la historia nos ilumina, tenemos ra-
distintos de los de su pueblo, los hombres hal1aron necesario·- zón en concluir que el origen pacífico de los gobiernos se ha
examinar con mayor cuidado el origen y los derechos del go- , fundado, en todos los casos, en el consentimiento del pueblo.
bierno y descubrir los medios para refrenar los excesos y pre-: Digo "pacífico" porque tendré ocasión de hablar, en otro pa-
venir los abusos de ese poder que habían depositado en saje, de la conquista, que algunos estiman un modo [alterna-
manos de otro sólo en aras de su propio beneficio, [y] del que' . tivo J de dar origen al g?bierno. 56
encontraban que se hacía uso para perjudicarlos.54 La otra objeción que encuentro que se ha [argüido] en
contra del origen del Estado de acuerdo con el procedimien-
§ 112. Advertimos así cuán probable era que personas natu- to que he mencionado es la siguiente.
ralmente libres y que, por su propio consentimiento, se ha-
bían sometido al gobierno de su padre o bien, [provenientes] § J !S. "Que, al nacer todos los hombres bajo [la jurisdicción]
de distintas familias, se habían agrupado para constituir un de un gobierno, es imposible que algunos de ellos sean libres
[nuevo] gobierno, depositaran por lo general la autoridad en y tengan el derecho de reunirse [con otrosJ y dar origen a
manos de un solo hombre y prefirieran hallarse bajo la direc- uno nuevo, o que sean alguna vez capaces de erigir un gobier-
ción de una única persona, sin limitar o regular, en una me- no legítirr10."
dida significativa, por 1nedio de condiciones expresas, su Si este argumento es válido, pregunto cómo es que llegó a
poder, que consideraban suficienternente inocuo, [habida haber tantas n1onarquías legítimas en el mundo. Pues si al-
cuenta de] la honestidad y prudencia [de quien lo detenta- guien puede, sobre la base de dicha suposición, mostrarme un
ba]. Aunque jamás fantasearon con que la n1onarquía fuera solo hombre, en cualquier época del mundo, [suficientemen-
jure divino, [cosa] de la que nunca oímos hablar a los hom- te] libre como para dar origen a una monarquía legítirr1a, me
bres hasta que nos fue revelada por la teología de este último compron1eto a mostrarle otros diez hombres libres con el
tiempo, 55 tarnpoco admitieron en ningún mon1ento que el po- derecho de asociarse y dar origen a un nuevo gobierno, bajo
una forma monárquica o de otro tipo. Lo cual es una demos-
y que todo se dq"ara librado a la sabiduría y discrecióu de quien habría de ejercer el tración de que si uno que ha nacido bajo la autoridad sobera-
mando. [Ellofue así] hasta que [los súbditos], :mbre la base de la experiencia [acu- na de otro puede ser tan libre corr10 para tener el derecho de
1nulada], lo encontraron niuy inconveniente para todas las partes, al e.:rtremo de que regir a otros en un imperio nuevo y distinto, todo el que nace
el rnnedio que habían ideado no hizo, en realidad, más que agravar la herida que bajo la autoridad soberana de otro puede ser igualmente libre
debía haber curado. Comprendieron que vivir en conformidad con la voluntad de
y convertirse en gobernante o súbdito de un gobierno separa-
un hontbre l!.egó a ser la causa de todas las niiserias humanas. Esto los impulsó a
som.eterse a leyes por r~farencia a las cuales todos los h01nbres pudiesen saber de an- do [y] distinto. Y, así, [admitiendo] el propio principio [in-
temano [cuáles eranJ sus deberes y conocer las penalidades por transgredirlas." vocado por quienes formulan esta objeción], o bien todos los
Hooker, Política Eclesiástica, l. I, Sección 10 [N. del A.].
54 Según este planteo, tanto la filosofía política en general -que indaga
el origen del gobierno- corno, particularn1ente, la filosofia política liberal (toda vez que, para Filn1cr, Adán deviene 1nonarca del género huniano en
-que inquiere por la nianera de restringir la autoridad gubernativa- son cuanto es a ,.los h\jos de los hombres", por su condición de padre, lo que es
frutos del vicio. Dios, qua Creador, a sus criaturas, y en tanto es único donatario de los de-
55 La "teología de este último tiempo" es la concepción política filme- rechos divinos de donlinación y dominio).
riana, una teoría que, en última instancia, reposa sobre una base teocrática 56
et:§§ 175-19s.

132 !SS
JOHN LOChE EXSAYO SOBRE EL,GOB!ER)!ü CIVIL

ho1nbres, nazcan o no [bajo jurisdicción de un gobierno], son la que habían nacido y de la familia o comunidad en la que ha-
libres, o bien hay un único príncipe legítin10, un solo gobier- bían sido criados, y que erigieron nuevos gobiernos en otros
no legítiino en el mundo. Y, en tal caso, no tienen 1nás que _ territorios. 59 Es de aquí de donde surgió, en el comienzo de
mostrarnos cuál es. No dudo de que, una vez que lo hayan se;.;, los tiempos, toda esa cantidad de pequeños Estados, que, en la
ñalado, la humanidad entera accederá sin problemas a prestar- diedida en que había espacio suficiente, se n1ultiplicaron sin
le obediencia. 57 _ cesar, hasta que los más fuertes o los de mayor fortuna engu-
lleron a los más débiles 60 y, al fragmentarse a su vez los de
§ 114. Aunque constituye una respuesta suficiente a [quienes ·mayor tamaño, se desintegraron en dominios [todavía] más
forrnulan tal] objeción mostrar que los enreda en las mismas pequeños. ~rodas estos són otros tantos testimonios en contra
dificultades que [enfrentan] aquellos contra los que la utili- ,de la soberanía paternal y prueban a las claras que no fue el
zan, intentaré, sin embargo, poner al descubierto un poco derecho natural del padre, transferido a sus herederos, lo que
n1ás la debilidad de ese argumento. dio origen en un principio a los gobiernos, puesto que [ha-
"Todos los hombres -afirman- nacen bajo un gobierno y, bría] sido imposible, sobre la base de tal fundan1ento, que hu-
por tanto, no pueden estar en libertad de dar comienzo a uno biera tantos pequeños reinos; si los hombres no hubiesen
nuevo. Cada uno, al nacer, se halla subordinado a su padre o a estado en libertad de separarse de sus familias, [así comoJ del
su príncipe y se encuentra, por ende, bajo una obligación per- gobierno erigido allí, sea cual haya sido [su forma], y de mar-
petua de sujeción y lealtad." 58 Es evidente que los hombres charse [de ese lugarJ y dar origen a Estados diferentes y a
nunca reconocieron ni tomaron en consideración una subordi- otros gobiernos, según juzgaran conveniente, todos estos
nación natural de este tipo, que, sin [que mediara] su propio [minúsculos reinos] habrían conformado, forzosamente, una
consentimiento, los obligase, a ellos y a sus sucesores, a son1e- única monarquía universal.
terse al [príncipe] en [cuyos dominios] hubieran nacido.
§ 116. Esta ha sido la práctica [vigente enJ el mundo desde
§ En efecto, no hay ejen1plos rr1ás frecuentes en la histo-
115. sus orígenes hasta nuestros días. [Ahora bien], que los hom-
ria, tanto sacra con10 profana, que los de hon1bres que se sus- bres nazcan bajo [la jurisdicción de] Estados constituidos
trajeron a sí nlismos y a su obediencia de la jurisdicción bajo desde antaño, que tienen leyes establecidas y formas afianza-
das de gobierno, no constituye hoy en día un irnpedimento a
57
La réplica de Locke (cuyo remate es filosa1nente Irónico) sólo logra
la libertad de aquéllos, mayor que [el que representaría] el
su cometido -a saber: reducir la objeción al absurdo de que, aquí y ahora, que hubiesen nacido entre los habitantes sin fronteras de los
existe en el mundo un único gobierno legítitno- si se da por sentado que. "en bosques, que vagan por ellos. En efecto, quienes intentan per-
el cornienzo de los tiempos"", ocurría otro tanto. Es, por cierto, lo que, dada suadirnos de que por haber nacido bajo Durisdicción deJ un
su concepción n1onocrática, presume Filmer, mas no es algo que se vea fOr-
gobierno estan1os naturahnente sujetos a él y no poseemos ya
zado a suponer todo aquél que forn1ule un reparo del tipo del que nuestro au-
tor tonrn aquí en consideración. ningún derecho o pretensión [legítimaJ a la libertad [pro-
58
Esta versión de la objeción (deslizada al pasar en§ 102) exhibe un
rnatiz patriarcalista de la que carecían las fonnulaciones de§§ 1 1o y 113 (lo 59 Si "un arguniento [que infiere] lo que debería ser de derecho a par-
que torna explícito el carácter antifihneriano de la réplica): ya no se trata tir de lo que ha sido [de hecho] tiene poca fuerza" (Locke dixit, § lOS), lo
sólo de que, al nacer bajo jurisdicción de un gobierno, los hombres se en- 1nismo cabe para un contraargurnento como el que expone aquí nuestro
cuentran natural y perpetua1nente sujetos a él, sino tarnbién de que, al es- autor.
tar sornetidos a sus padres, se hallan alcanzados por el compromiso de tiO ¿Darwinisrno político avant la lettre?: el Estado grande se con1e al
obediencia suscrito por estos. Cf Patriarcha, ¡¡¡ y IX. Estado chico.

134 135
JOI!l' LOCKE ENSAYO SOl:lHE EL'GOHlEKl\O CIVIL

pia] del estado de naturaleza no tienen otra razón que ofr dadanos_n9 toman nota del consentinüento [que prestan] en
cer (exceptuando la que [se funda en] el poder paternal, a la'. su carácter de] hombres libres, nacidos bajo Qurisdicción
que ya hemos dado respuesta) que el hecho de que nuestros de] un go?ierno -lo ún.ico que los hace mi~mbros de [esa so-
padres o progenitores se desprendieron de su libertad natu"'"- iedad civil]-, y, supon1endo que 110 [ha sido] dado en abso-
c, l
ral y se obligaron con ello a sí nüsmos -y, [a la vez], a sus':' luto, o que 110 [es] necesario, concluyen que son natura mente
descendientes- a una sujeción perpetua al gobierno al que-se:·_ 2
súbditos en tanto que son hombres.6
sometieron. Es cierto que uno se halla bajo la obligación de;_
cumplir todo compromiso o promesa que haya hecho por 8(; '§ 118. Pero es evidente ~ue los propios gobiernos entienden
mismo; mas no puede obligar a sus hijos o a sus descendientes~:· [la cuestión J de otro modo: no reclaman poder ~lguno. sobre
por medio de un pacto, del tipo que sea. Pues al ser el hijo, u-na -él h~jo en virtud del que tenían sobre el padre n1 consideran
vez adulto, tan enteramente libre como su padre, ningún ac::. a los hijos súbditos suyos por el hecho de que sus padres lo
to de éste puede [hacer que] aquél [deba] despojarse de su sean. Si un súbdito inglés tiene un hijo con una mujer ingle-
libertad, más de lo que puede [hacer que deba despojarse de sa en Francia, ¿de quién es súbdito [el niño]? No del Rey de
ella] cualquier otra persona. El padre puede, ciertamente Inglaterra, pues debería contar con una autorización [espe-
anexar condiciones tales a la tierra que usufructuó en calidad cial] para que se le concedieran los privilegios de [la ciuda-
de súbdito de un Estado que obliguen a su hijo a [convertir- danía inglesa]. 63 Tampoco del Rey de Francia, pues ¿cómo es
se enJ miembro de la comunidad en cuestión, si desea gozar entonces que su padre cuenta con la libertad de llevárselo
de las posesiones que pertenecían a su padre, puesto que, al [fuera de territorio francés] y de criarlo como le plazc~?
ser éste propietario de dichos bienes, puede disponer de ellos ¿Alguna vez se llevó a alguien a juicio, [acusado de] trai-
o asignarlos como le plazca. dor o desertor, tras abandonar un país o tomar parte en una
guerra contra él, por el mero hecho de haber nacido de pa-
§ 117. Y esto ha dado, generaln1ente, ocasión a errar en la dres que eran allí extranjeros? Es claro, pues, que en virtud
nlateria [que nos ocupaJ. Con10 los Estados no permiten que de la práctica de los gobiernos misn1os, así corno de la ley de
una parte de sus dominios se desn1en1bre ni sea usufructuada la recta razón,64 un nifio no nace súbdito de país o gobier-
por nadie más que por quienes integran la comunidad [res-
pectiva], el hijo, ordinariamente, sólo puede gozar de las po-
sesiones de su padre en los nüsmos términos en que las de consentiniiento expreso, que es la única n1anifestación de voluntad que
disfrutó éste: convirtiéndose en mien1bro de la sociedad [de vuelve a alguien, de pleno derecho, súbdito de un Estado. Cf. cap. Vl, n. 36.
62 Argumento anticipatorio contra la objeción humeana de que, dado
que se trata] -con lo cual se pone, por ello mismo, bajo [la
égidaJ del gobierno que se encuentra establecido allí [donde que los presuntos finnantes del contrato social no reconocen haberlo sus-
crito, dicho pacto no tuvo lugar. Cf. Hu1ne, "Del contrato original".
se hallan las posesiones que se le han legado], en igualdad de 63 Los hechos refutan el argurnento fáctico de Locke: desde la pro-
condiciones con respecto a cualquier otro súbdito de ese Es-
1nulgación, por parte de Eduardo lll, del Estatuto De natis ultra m.are (cf.
tado-.61 Y, al ser dado separadamente, a medida que cada uno Laslett, 1988: 346), la Corona de Inglaterra "considera a los hijos súbdi-
alcanza la n1ayoría de edad, y no en un acto conjunto, los ciu- tos suyos por el hecho de que sus padres lo sean'', exactamente lo que
nuestro autor niega que ocurra. La vigencia del Estatuto desrniente, asi-
61 mis1no, la afirn1ación de que se requiere de una autorización especial para
Reafinnando lo afirrnado en§ 73, Locke incurre en este apartado, así
con10 en el precedente, en una confusión categorial: to1na el ascntiiniento tá- que un vástago de padres ingleses nacido en Francia sea reconocido como
cito que cabe presunlir en quien ton1a posesión, por vía sucesoria, de una he- súbdito británico.
redad situada bajo jurisdicción de un gobierno establecido conio una forma 64 et:§ 104 y n. 34•.

136 1.'37
JOl!K LOC!;¡.; EKSAYO SOBRE: EL GOBIERKO CIVIL

no alguno. 6 5 }<] 1nismo se halla bajo la tutela y la autoridad guna rr1anifestación [expresa] de [su voluntad]. Y, respecto
de su padre hasta el mo1nento en que alcanza la edad de la ra- de esto, sostengo que todo hombre que posee una propiedad
zón; es, entonces, un hombre libre, con el derecho de so1ne- [sita] en alguna parte de los dominios de un gobierno, o la
terse al gobierno que desee, de unirse al cuerpo político que usuffuctúa, da con ello su consentimiento tácito y está obli-
quiera. 66 Pues si el hijo de un inglés, nacido en Francia, po- gido, en consecuencia, a [prestarJ obed.iencia, de igual forma
see [tal] libertad y puede ejercerla, es evidente que sobre él que cualquiera que sea súbdjto de ese gobierno, a sus leyes,
no recae ninguna obligación por el hecho de que su padre sea por el tiempo que se prolongue dicho usufructo, [resida éste]
súbdito del reino [de Inglaterra]; tampoco se halla obligado en la posesión de una tierra [pertenecienteJ a él y a sus he-
corr10 producto de un pacto [firmadoJ por sus ancestros. rederos para siempre, o Lconsista en el hechoJ de hospedar-
Mas, ¿por qué no goza entonces su hijo, por igual razón, de se por una semana o, meramente, en el de recorrer libremente
la inis1na libertad, aun cuando haya nacido en algún otro una carretera. Y, a decir verdad, [dicha obligaciónJ lo alcan-
[país]? Pues el poder que un padre detenta naturalmente so- za a uno con sólo ha11arse en los dominios de ese gobierno.
bre sus hijos es el mismo, sea donde fuere que éstos hayan na-
cido, y las ataduras de las obligaciones naturales no están § 120. Para entender mejor este asunto, es conveniente to-
sujetas a los límites positivos [que separan] los reinos y los mar en cuenta que cuando un ho1nbre se incorpora inicial-
Estados. mente a un Estado, por el [solo] hecho de unirse a él, anexa
también a la comunidad y somete a jurisdicción de ella las po-
§ 119. Al ser todo hombre, corno se ha 1nostrado, natural- sesiones que tiene o aquéllas, de entre las que adquiere, que
1nente libre, y al no haber nada, excepto sólo su propio con- no pertenecen aún a otro gobierno. Pues constituiría una
sentimiento, que pueda ponerlo bajo el donünio de algún contradicción manifiesta que alguien entrara en sociedad con
poder terrenal, debe considerarse [en qué caso] se entende- otros con vistas a la protección y regulación de la propiedad
rá que la rr1anifestación de consentimiento realizada por un y supusiera, sin einbargo, que su tierra, cuya propiedad ha de
hombre es suficiente para someterlo a las leyes de un gobier- ser regulada por las leyes de dicha sociedad, debería estar
no. Hay una distinción corriente entre consentilniento expre- exenta de la jurisdicción de ese gobierno del que el mismo, en
so y tácito, que será de interés para el punto que nos ocupa. su carácter de propietario de la tierra, es súbdito. Consiguien-
Nadie duda de que el consentinüento expreso [que da] un temente, en virtud del mis1no acto por el que alguien une su
hombre para for1nar parte de una sociedad lo hace niiernbro persona, que antes era libre, a un Estado, une a él, asimisn10,
pleno de ella [y] súbdito de su gobierno. La dificultad reside sus posesiones, que anteriormente eran libres, y llegan a es-
en qué debe considerarse corr10 consentimiento tácito y has- tar ambas -persona y posesiones- son1etidas al gobierno y a
ta qué punto obliga, i.e., en qué medida habrá de considerar- la soberanía de ese Estado, por todo el tiempo durante el cual
se que uno ha consentido y, subsiguienten1ente, [se ha] [éste siga] existiendo. 6 7 Por tanto, quienquiera que, a partir
son1etido a un gobierno, de no haber hecho en absoluto nin- de ese mon1ento, usufructúe por herencia, compra o autoriza-

65 Todos los niños y jóvenes lockeanos son apátridas.


cho reconocimiento), quienes ya poseen esa condición están obligados a
G6 A.dviértase cuán lejos llega Locke: alcanzada su mayoría de edad, un considerarlo, sin 1nás tránüte, conciudadano suyo.
individuo nacido en Sonrnlía tiene tanto el derecho de no convertirse en ciu- 67 Locke no sostiene aquí, contrario sensu de lo que asevera l'\endall
dadano somalí con10 el de convertirse en ciudadano suizo (o finés, o cana- (194«2), que los firmantes del contrato social le transfieren a la Comrnon-
diense, o... ). Y si tiene el derecho de que se lo reconozca, etectivainente, wealth sus derechos naturales de propiedad: todo lo que bacen es reconocer
como ciudadano suizo (y no, mcrarr1ente, el de reclamar que se le otorgue di- la potestad regulatoria del Estado en la niateria. Cf § J 39.

138 189
JOHl\' LOCKE EKSAYO SOllll.E EL GOB!El\}10 CIVIL

ción, o por alguna otra vía, una parte de la tierra anexada"d ,•. 'º"''uc hallarse nunca nueva1nente en la libertad del estado de
tal modo a ese Estado y [colocada] bajo jurisdicción de naturalez~, a menos que, a causa de alguna cala1nidad, el go-
gobierno, es.t~ ,obligado, al tomar pos~sión de ella, a [ ace
8
bierno del que es súbdito llegue a disolverse o se le prohiba,
tar] la cond1c1on a la que se halla [sujeta], esto es, la de-so·' '·'''······ '""" medio de un decreto público, ser miembro de él por más
meterse al gobierno del Estado bajo cuya jurisdicción s
encuentra,
. en igual n1edida que cualquier otro
. súbdit0 1-de
mismo.
§ 122. En cambio, someterse a las leyes d~ un país, vivir ~;n
·él] apaciblemente y gozar de las prerrogativas y la proteccion
§, 121. Pero p~esto que el gobierno tiene jurisdicción direct&-- [de que se disfrutan] al amparo de aquéllas no convierte a un
solo ~obre la t1erra y alcanza a su poseedor (antes de que--;~ ·- hombre en nüembro de esa sociedad. Se trata sólo de una pro-
haya incorporado efectivan1ente a la sociedad) sólo en tant - : tección limitada y de la hospitalidad que se debe, reciprocidad
habita en ella y la usufructúa, la obligación de someterse a~ mediante, a todos aquéllos que, no hallándose en estado de
gobierno que recae sobre alguien en virtud de tal usufructo guerra, ingr~san en los dominios_ pertenecientes a un .gobier-
comi:nza.y finaliza con éste. De modo tal que en cuanto aquel no, la vigencia de cuya ley se extiende por todos los rincones
p~op1etar10 que sólo ha dado un consentimiento tácito al go- [de dicho territorio]. Pero esto no convierte a un hombre en
b.ierno se deshace de la posesión mencionada, sea por dona- miembro de esa sociedad, en un súbdito perpetuo de ese Es-
ción, venta o por otra vía, está en libertad de marcharse e tado, más que lo que convertiría a un hombre en súbdito de
incorporarse a alguna otra sociedad civil, o de acordar con otro, en [el seno de] cuya familia encontrara conveniente vi-
otros dar origen a una nueva in vacuis locis, en cualquier par- vir algún tiempo. [No lo convierte en súbdito], por más que,
te del mundo que puedan hallar [que esté] libre y sin posee- mientras continuase [viviendo en ese Estado], estuviera
dores;68 inientras que el que ha dado una vez, por inedio de obligado a cumplir con sus leyes y a someterse al gobierno
un acuerdo efectivarnente [celebradoJ y de una manif€sta- que hallara allí [establecido]. Así, observamos que los ex-
ción expresa, su consentimiento a pertenecer a un Estado, es- tranjeros no se convierten en súbditos o miembros de un Es-
tá perpetua e indispensablemente obligado a convertirse en tado por el hecho de vivir su vida entera bajo ese gobierno y
súbdito del 1nismo y a per1nanecer en tal condición,69 y no de gozar de sus prerrogativas y de su protección, 71 aun cuan-
do están obligados, incluso en conciencia, a someterse a su
68 Loke·
c incurre aqu1, en una nueva confusión.
·· Dado que la posesión 0 adn1inistración, tanto como cualquier ciudadano. Nada puede
u~uf_I--ucto de bienes iinplica sólo el asentiiniento tácito a la autoridad juris- convertir a un hombre en [miembro de un EstadoJ excepto
d1cc1onal del Estado en cuyos donünios se encuentran, nlas no el consenti- el hecho de incorporarse a él por medio de un compromiso
n1iento expreso a fórn1ar parte del rni.smo, no se ve por qué deben cesar dicha
positivo y de una promesa y un acuerdo expresos. Esto es lo
posesió~ o u.sufr~1cto para que el individuo de marras esté en libertad para
convertirse en rn1en1bro de otra sociedad civil o fundar una nueva: en la 1ne- que pienso en lo concerniente al origen de las sociedades po-
dida en que no haya finnado aún contrato social alguno, ha tenido sien1pre líticas y al consentimiento que convierte a un individuo en
tal derecho. De seguirse el curso de razonanüento del autor, se arribaría al miembro de un Estado.
ª?s_urdo de que un súbdito inglés que re<:orre China pierde, rnientras dura su
vra,Je, .su condición de tal, o de que no es posible que un francés, sin dejar de
serlo, sea dueño de una residencia en Londres.
69 70 En rigor, lo que le restituirá a un súbdito su libertad natural no es
¿Cuál es el 1notivo por el que el contrato social lockeano con1porta la di.solución del gobierno sino la de la sociedad civil 1nisma. Cf. § 211.
un compro1niso a perpetuidad? Locke no ofrece a sus lectores la rnenor ra- 71 En el cosmos lockeano, hay quienes viven su vida entera en los do-
zón de ello.
nünios de un Estado extranjero: son apátridas del nacimiento a la rnuerte.

14•0 141
CAPÍTULO IX
DE LOS FINES DE LA SOCIEDAD POLÍTICA
Y DEL GOBIERN0 1

§ ¡f3. Si el hombre es, en el estado de naturaleza, tan libre


como se ha afirmado, 2 si es el dueño absoluto de su propia
persona y posesiones, 3 [si es] igual al más prominente y [no
está] sometido a nadie, ¿por qué habría de enajenar su liber-
tad? ¿Por qué habría de renunciar a este imperio y someter-
se al dominio y e1 mando de algún otro poder? 1' La respuesta
obvia es que, si bien en el estado de naturaleza [el hombre]
posee tal derecho, el goce del mismo es, sin en1bargo, suma-
mente incierto y se halla constantemente expuesto a ser obs-
taculizado por terceros. Pues al ser todos reyes, 5 en la misma
medida que él, y eada hombre su igual, y dado que la mayor
parte [de ellos] no observa estrictamente la equidad y lajus-
ticia,6 el usufructo de la propiedad que [un individuo] posee
en tal estado es muy precario, muy inseguro. Ello lo vuelve
dispuesto a abandonar esa condición, que, por libre que sea,

1 Reparando en que el presente capítulo no guarda continuidad con el


precedente ni con el que le sigue, Laslett (1988: 350) conjetura que se trata
de una interpolación tardía, fCchada en 1689.
2 Quien ha afirmado tal cosa es nuestro autor (v.g., en§ 1• y§ 22).
3 "Dueño": en el original, "lord'. El lockean rnan es para sí rnisrno lo que
Dios es para el hon1bre, un amo. Mas, 1;j1uede tener alguien dos "duefios ab-
solutoi?
1' Rousseau se hará una pregunta del rrüsrno tenor corrro parte del plan-
teanüento del que califica co1no el "problerna fundan1ental" a que el contra-
to social debe dar solución. Ct: Del Contrato social, 1, 6.
5 "Enipire'', "kingS': Locke se vale de figuras políticas para hacer que sus
lectores se representen la posición de independencia en que se encuentran
los individuos en estado de naturaleza. Cf. cap. n, n. l.
6 El hobbesianismo lockeano, sie1npre al acecho, da otro zarpazo: si la
llltl)'Oria de los ho1nbres, en condiciones de anarquía, no observa estricta-
n1entc la equidad y la justicia -lo que es decir, la ley natural-, será, quizá,
cuestión de días para que el estado de naturaleza degenere en estado de gue-
rra (el cual, una vez co1nenzado, perdurará sine die hasta el establecimiento
de un estado civil). C[ cap. III, n. IS.

143
JOII1'" LOC!iE ENS.-\\'0 SOBRI,; EL.GOBIERNO CIVIL

se encuentra plagada de temores y de continuos peligros.7 y como estándar de lo justo y de lo injusto y como medida co-
no es irrazonable que procure y desee unirse en sociedad con inún para dirimir todas las controversias entre ellos. En
otros que ya se encuentran asociados, 8 o que tienen la idea de efecto, si bien la ley de naturaleza es clara e inteligible para
asociarse en aras de la mutua protección de sus vidas, liber- todas las criaturas racionales, al ser los hombres parciales
tades y bienes, [cosas a las que] denomino con el nombre ge- p~r causa de su interés propio y al desconocer [sus estipu-
nérico de "propiedad". 9 laciones] por falta de estudio, no están inclinados a recono-
cerla co1no una ley que les es obligatoria cuando está en
§ 124. Consecuenten1ente, el fin principal y de mayor gravi- juego su aplicación a causas en las que ellos mismos están
tación por el que los hon1bres se unen en sociedades políticas involucrados. 1 1
y se someten a un gobierno es la protección de su propie-
dad, 10 [finalidad] para cuya consecución faltan en el estado § 125. En segundo término, en el estado de naturaleza falta
de naturaleza muchas cosas [necesarias J. un juez conocido e imparcial, con autoridad para resolver to-
Prin1eramente, falta una ley establecida, fija y conocida, das las diferencias en confürmidad con la ley establecida.12
que sea aceptada y reconocida, por consentimiento de todos, Pues como en tal estado cada uno es sin1ultáneamente juez y
ejec:;utor de la ley de naturaleza y como los hombres son par-
7 El ten1or, la pasión hobbesiana por excelencia, impulsa el páthos natu- ciales en favor de sí inismos, es muy probable que la pasión
ral lockeano que impele en dirección a la sociedad civil. y la venganza los conduzcan demasiado lejos y con excesi-
8 ¿No debería Locke 1nás bien afirmar que es razonable unirse en socie-
va animosidad [al juzgar sobre] las causas en las que están
dad con otros (antes que negar, más débih~1ente, que sea irrazonable)? involucrados, 13 y que, al mis1no tien1po, la negligencia y·la in-
9 En su uso lockeano, "propiedad" es una expresión ambivalente. En
ciertos pasajes -principahnente, el capítulo v-, posee un significado especí-
fico: designa, de 1nodo restringido, el derecho de un agente sobre bienes ex- es un sequitur del anterior (en que se especificó la noción genérica de "propie-
ternos. En su significación genérica, en cainbio, el término connota un dad"), parece quedar en claro que, para Locke, la finalidad prirnaria que per-
conjunto 1nás extenso de derechos, el cual incluye la vida y la libertad (y, sigue la institución de un gobierno civil es la protección del rango co1npleto
adicionalmente, la salud y la integridad corporal: cf. § 6). Algunos con1en- de derechos subjetivos comprendidos bajo dicho concepto, y no, 1nera1nente,
taristas han sostenido que, en este segundo sentido -que es aquel en el que, la de los títulos sobre posesiones materiales. Cf., en igual sentido,§ 87.
salvo excepciones, se utiliza el vocablo en el resto del Segundo Tratado-, 11 Corr10 se ve, el inconveniente que presenta el estado de naturaleza no
"propiedad" es sinónimo de "derecho 1noral, sin más cualificación" (Sim1nons, reside en que, tal cual afinna Locke (reafirn1ado lo dicho en § 91 ), no haya
1992: 226). Esta afirmación, sin embargo, no parece defendible: aunque los una nonna establecida y fija, sino en que la que existe -la ley natural-, aun
derechos de segundo orden que todo ho1nbre posee naturalmente -a saber: siendo, vis-ii-vis las leyes positivas, eminentemente cognoscible (cf. cap. n:
la potestad de juzgar si la ley de naturaleza ha sido infringida, y la de apli- § 12 y n. SS), resulta en los hechos, "por falta de estudio", desconocida para
carla (§ 13)- constituyen derechos morales, nunca aparecen rnencionados sus sujetos de norina, o no es reconocida por estos, debido a su autointerés,
bajo el rótulo de "propicdad". l\ ello cabe agregar lo siguiente: admitido que, con10 obligatoria. Repárese en la conexión causal que establece el autor en-
al entrar en sociedad, los individuos transfieren a la Commonwealth sus pre- tre egoísn10 y anomia.
rrogativas judiciales y punitivas, y aceptado, al misn10 tiempo, que llevan a 12 Lejos de faltar un juez conocido y con autoridad (idea que Locke re-
cabo dicha cesión con vistas a la protección de su propiedad, se sigue que pite en§ 136), existe, en el estado de naturaleza, una infinidad de jueces au-
aquéllas no pueden formar parte del definiens de ésta. Al leer esta palabra torizados para aplicar la ley natural (tantos como aquellos a quienes ésta les
clave del vocabulario político lockeano, el lector debe tener en cuenta que, es aplicable). Cada uno de ellos, además, al reconocerse juez, reconoce eo ipso
en una u otra acepción, "propiedad" refiere tanto a un derecho corr10 al ob- a sus congéneres (lo que es decir: a quienes son sus iguales en todos los as-
jeto del mis1no -al derecho que una persona tiene, así como a aquello a lo pectos normativos relevantes) con10 conjueces.
que tiene derecho (Olivecrona, 1974a: 219)-. IS Las pasiones, los resortes que dan in1pulso a los actores spinoziano-
lO Dado que, como prueba el uso de "consecuentemente'', este apartado hobbcsianos, movilizan tan1bién a los agentes lockeanos.

144 145
JOH1' LOCKI; r.:>-iSAYO SOHHE EL OOBIEH'\O CIVIL

e
diferencia hagan que tratenJ con demasiada desidia tratar de _obtener en ellas la protección de su propiedad. Es
yesto lo que hace que ca d a uno renuncie. vo 1untar1amente
.
causas en que están iinplicados] otros ho1nbres. 11· a su
oder individual de castigo, a fin de que sea ejercido solamen-
§ 126. En tercera instancia, en el estado de naturaleza falta-·á··~· ~e,por quienes sean designados de entre ellos mismos a tal
n1enudo un poder que respalde y dé vigor a la sentencia efecto y en conforrrlidad con aquellas normas en las que la co-
cuando [ésta es] justa, y que haga que se cumpla como es de:::; munidad, o los que [sean] autorizados por sus miembros pa-
bido. Quienes han cometido una injusticia rara vez se absten-·_-,'.' ra dicho fin, se pongan de acuerdo. En esto reside el derecho
drán, si cuentan con poder para ello, de [tratar de eludir], . primigenio y el origen ta!lto del poder Legislativo como del
por medio de la fuerza, [la pena que] tienen que pagar por su [poder] Ejecutivo, así corno de los gobiernos y las socieda-
injusticia. Una resistencia así torna el castigo 1nuchas vece·~­ des misn1as.
peligroso y frecuenten1ente destructivo para quienes
tan [aplicarlo]. 15 § 12s. En efecto, prescindiendo de su libertad para [gozar]
de placeres inofensivos, un ho1nbre posee, en el estado de na-
§ 127. Es así como los hombres, al hallarse, en tanto perma- turaleza, dos poderes.
necen en el estado de naturaleza [y] no obstante los privile- El primero es el de hacer lo que juzgue adecuado para la
gios [de que gozan] en él, en una condición desventajosa, se_. preservación de sí inismo y de los demás, dentro de lo que
ven prontamente llevados a [entrar en] sociedad. 16 De aquí permite la ley de naturaleza. [Es] en virtud de esta ley, co-
resulta que rara vez encontremos a un cierto grupo de hom- mún a todos [los hombres], que él y el resto de la humani-
bres viviendo juntos durante algún tiempo en ese estado. Los dad constituyen una comunidad, componen una sociedad
inconvenientes a los que están expuestos en él, debido al ejer- única,17 dif€rente de la de todas las de1nás criaturas. Y si no
cicio irregular e incierto del poder que todo hombre tiene pa-
ra castigar las transgresiones [cometidas por] terceros, los
l 7 El térnüno "sociedad" ("societ¡y") tiene en el diccionario lockeano va-
hacen buscar refugio en las leyes sancionadas por el gobierno rias acepciones en1parenta<las, que es pertinente distinguir. En prirner lugar,
"sociedad" es sinónimo de "co1nunidad de hotnbres", y refiere a la pertenen-
cia de los .seres humanos a la misn1a especie de criaturas, dotadas de compe-
l·i· La "antropología negativa" lockeana se declina aquí ya en clave de
tencia.s cognitivas ("discernimiento") y dialógicas ("lenguaje") que las
parcialidad judicial (en sintonía con Hooker, 1836: I, 305), ya de negligencia
tornan naturaln1ente aptas para una for:ina de socialización más con1pleja
en la aplicación del derecho.
que la que puede tener lugar entre anünales inferiores. Un segundo sentido
15 La dispersión del poder ejecutivo de la ley de naturaleza lo torna im-
es el de "cuerpo político", que designa la entidad colectiva (a la vez, una per-
potente, lo que hace que dicha norn1a pierda, defacto, toda fuerza obligato- sona jurídica) que cobra existencia corno producto del contrato social.
ria (¿circunscribiéndola, hobbesianmnente, al }Oro interno?). Nozick ( 1974, Nuestro autor emplea ta111bién el término para aludir a asociaciones de al-
cap. !2) ha explorado una vía intenncdia entre la suma descentralización del cance circunscrito, como la conyugal, la paternal, la despótica o la sefiorial.
derecho natural y la centralización sunia del derecho positivo: las "asocia- En todos estos casos existe, no obstante, un "núcleo focal" de significación:
ciones de protección" ocupan el espacio intermedio entre la ajuridicidad del Jos nlie1nbros de una sociedad, de la índole que sea, se hallan inscriptos en
estado natural de Locke y la juridicidad plena del Estado lockeano. cierto plexo de relaciones nonnativas, cuyo entra111ado es función de las re-
16 La corta duración que Locke parece adscribir a la te1nporalidad del glas constitutivas de la sociedad en cuestión, las que definen las condiciones
estado de naturaleza no cuadra enteran1ente con el trazado de una serie que de pertenencia a la misma (Cf. Sinunons, 1993: 4). Así, un individuo es miem-
se rernonta a la era patriarcal, la "Edad de Oro'', y se prolonga hasta el pe- bro de la con1unidad de ho1nbres en virtud de su condición de sujeto de nor-
ríodo de monetización de la economía y el establecüniento de relaciones pro- 1na de la ley natural, la que estatuye ciertas obligaciones, prohibiciones y
to-capitalistas de intcrcmnbio de servicios productivos (cual la que tiene permisos y regula el trato que han de darse (o no darse) quicne.s componen
lugar entre el señor y sus siervos). Cf. caps. v y VIII. esa vasta sociedad; análogmnente, el estar son1etido a cierto ordenmniento

14G
JOJ-11' LOCIH: l::)l"S!\YO SOllflE EL G'OBIEHKO CIVIL

fuera por la corrupción y la perversidad de hombres deprava:- la medida en que lo requieran la preservación de sí mismo
dos, 18 no haría falta ninguna otra [ley], 19 ni habría neces·- la del resto de la sociedad, por las leyes dictadas por 1a so-
dad alguna de que los ho1nbres se desvincularan de esta gr riedad.Q 1 Estas leyes [promulgadas por] la sociedad restrin-
comunidad natural y se agruparan, mediante acuerdos pos· cc· ''""en inuchos aspectos la libertad que poseía merced a la ley
tivos, en asociaciones más pequeñas y separadas. naturaleza. 22
El otro poder que un hombre tiene en el estado de natú
raleza es el poder de castigar los delitos cometidos contra-1 · § ¡30. En segundo térnüno, renuncia por con1pleto al poder
ley [de naturaleza]. A ambos [poderes] es que renuncia de castigar y compromete [el uso de] su fuerza natural (que,
unirse a una sociedad política particular o privada -si se con el solo aval de su propia autoridad, podía emplear antes en
permite llamarla de este [último] modo-20 y al incorporarse ia aplicación de la ley de naturaleza, como lo juzgara adecua-
a un Estado separado del resto de la hun1anidad. do) en asistir al poder Ejecutivo de la sociedad, según lo re-
quiera la ley [vigenteJ en ella. En efecto, al hallarse ahora en
§ 129. Renuncia al primer poder, a saber, el de hacer todo·i~ una nueva condición, en la que ha de gozar de muchas venta-
aquello que considere adecuado para [asegurar] su propia jas [resultantes] del trabajo, la asistencia de los demás y la
preservación y la del resto de la humanidad, a fin de regirse, asociación con ellos en una misma comunidad, así corno de la
protección que [ha de brindarle] la fuerza conjunta [de ésta],
debe desprenderse, asimismo, de su libertad natural [y de su
jurídico positivo hace que un in<lividuo pertenezca a la sociedad civil en fa - derecho a] proveer a su propio sustento, en la medida en que
que rige dicho orden y 1nantenga determinados vínculos deónticos con los lo requieran el bien, la prosperidad y la seguridad de la socie-
de1nás súbditos. Es la naturaleza diversa de estas diferentes relaciones, y no
el hecho de que todas ellas definan <tlgún tipo de sociedad, lo que Locke re-
dad;23 lo cual no sólo es necesario sino [también] justo, dado
salta en los capítulos en los que polen1iza con la reducción filtneriana de to- que los otros miembros de la sociedad hacen lo propio. 24
da fónna de sociabilidad a sociedad paternal.
18 El conjunto de quienes no observan estrictamente la equidad y la jus- 2 l La forrnulación de Locke es equívoca. A lo que renuncia cada contra-
ticia (cf. § 123) -para Locke, la 1nayor parte de quienes integran la sociedad tante no es a su libertad de hacer lo que juzgue adecuado en aras de su pre-
civil-, ¿es coextensible con el de aquellos a los que el autor califica aquí de servación y la del resto de la especie, dentro de Ws límites de la ley natural (¿qué
corruptos y perversos -y; subsiguientemente, de depravados-? Si tal fuCra el ganaría una criatura racional desprendiéndose de su derecho a hacer lo que
caso, el "Estado gendarme" lockeano (tal la caracterización que la tradición el Creador no le prohibe que haga, o de su _derecho a no hacer lo que éste no
Interpretativa liberal suele endosarle) se resolvería en una suerte de Estado lo obliga a que haga?), sino a su libertad para interpretar cuán restrictivas o
policíaco, que 1nantendría bajo custodia al grueso de la población. Esta lec- laxa.s son dichas limitaciones (o, en otros ténninos, qué es lo que la ley en
tura no parece ser congruente con la tesis (cf. §§ 95 y ss.) de que la n1ayoría cuestión le exige y veda hacer en pos de satisfacer el doble estándar aludido,
es depositaria última del poder supre1no en la Commonwealth (¿o se trata aca- y qué es lo que le permite que haga con ese propósito). Es esta potestad her-
so de los más de entre los menos?). Por otra parte, para que la institución de 1nenéutica la que define la competencia distintiva del poder Legislativo.
un gobierno resulte justificable, basta con presuponer que la 1nayoría incu- 22 La ley positiva es restrictiva de la libertad natural, mientras que la
rre (o es probable que incurra) en infracciones menores de la ley natural (y ley natural es constitutiva de ella. Sobre esto último, cf. cap. vi, § 57 y n. J 4.
una n1ayoría, en transgresiones severas); no es necesario dar por supuesto 23 Esta aserción de Locke parece sugerir que, bajo ciertas circunstan-
que la 1nayoría tiene (efectiva o potencialn1ente) una conducta criminal. cias, es lícito que el interés crítico de lo.s individuos en su subsistencia sea
19 Si es cierto que sullum crinwn sine lege nalurale, tmnbién lo es que no sacrificado en aras de la consecución de beneficios agregativos (corno, v.g.,
hay ley positiva sin crimen. la prosperidad de la sociedad). Aseveraciones como ésta han dado pábulo a
20 La expresión de que se vale Locke para adjetivar su Common.wealth exégesis colectivi.stas del Segundo Tratado. Cf. Kcndall (191•1, pp. 103 y ss).
-"private"- es la misma que le endilgan a la concepción neolockeana del Es- 24 La justificabilidad de la cesión de derechos que tiene lugar a la finna
tado sus críticos conte1nporáneos. Cf. Hawls (1996, pp. 202, 207). del contrato social va a la par de su carácter recíproco.

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§ 131. Pero si bien los hombres, al incorporarse a una socie- CAPÍTULO X


dad, renuncian a la igualdad, la libertad y el poder ejecutivo DE LAS FORMAS DE ESTADO
que poseían en el estado de naturaleza y [los depositan] en
manos de la sociedad, 25 a fin de que el Legislativo disponga
[de ellos] en la medida en que lo requiera el bien de la misma, < § 1s2. Al detentar por naturaleza, 1 como se ha mostrado, el

sin embargo, al [efectuar] cada-uno [tal renuncia] con la inten- --- poder conjunto de la comunidad desde [el momento mis-
ción de resguardar mejor su libertad y su propiedad (dado que mo] en que los ho1nbres se unen por vez primera en socie-
no puede suponerse que una criatura racional can1bie de condi--: ' ,dad, la 1nayoría puede emplear todo ese poder en dictar,
ción con la intención de estar peor), 26 nunca puede suponerse periódicamente, leyes p~ra la comunidad y en aplicar dichas
que el poder de la sociedad, o el del Legislativo establecido por leyes por medio de magistrados designados por ella. En es-
quienes la integran, se extienda más allá de Qo que sea necesa-- te caso, la forn1a de gobierno 2 es una democracia perfecta.
rio para promoverJ el bien común; por el contrario, [dicho po- O bien, [la mayoría] puede depositar el poder de dictar leyes
der] tiene la obligación de proteger la propiedad de todos en manos de unos pocos hombres selectos, y en sus herede-
tornando medidas [destinadas a corregir] los tres defectos ros o sucesores, y entonces se trata de una oligarquía. 3 O [de-
[más] arriba mencionados, que hacían que el estado de natura- positarlo] en manos de un solo hombre, y entonces tenemos
leza [fuera] tan inseguro y precario. De este modo, quienquie-__ una 1nonarquía. 4 Si le [concede tal potestad] a él y a sus he-
ra que detente el poder Legislativo, el poder supremo de un rederos, la monarquía es hereditaria; si [se la otorga] sólo a
Estado, está obligado a gobernar mediante leyes establecidas él por el térrnino de su vida, revirtiendo en ella, tras la muerte
[yJ fijas, [debidamenteJ promulgadas y conocidas por el pue-
blo, y no a través de decretos extemporáneos. [Está obligado, 1 El uso de "naturally" parece conferir a la regla de la mayoría el esta-
asimismo, a aplicarJ las leyes por medio de jueces imparciales y tuto de una ley natural -o, quizá, sugerir que se trata de un procedimien-
probos, 27 que diriman las controversias por referencias a [tales to de decisión política (con toda probabilidad, el único) que condice con la
posición de igualdad en que se encuentran los decisores en la situación no
normas], y a emplear la fuerza de la comunidad, exclusivamen-
política relevante, el estado de naturaleza-.
te, para [dar] aplicación a las leyes en cuestión dentro de la ju- 2 A diferencia de Bodin, Locke emplea indistinta1nente "fonnas de Es-
risdicción [del Estado], o, [cuando están en juego las relaciones tado" (''jorms ef Commonwealtlt) y "formas de gobierno" ('forms of govern-
conJ el extranjero, para impedir o retribuir agresiones [prove- -m.ent"); un as en la rnanga de los que afirn1an que nuestro autor no
nientes] del exterior y proteger a la co1nunidad de incursiones distingue (como hará Rousseau de n1odo expreso) poder soberano de poder
e invasiones. 2 S Y todo ello no debe estar dirigido a otro fin que gubernativo.
la paz, la seguridad y el bienestar general del pueblo. S Obsérvese que, utilizando categorías lockeanas, el ordenamiento ins-
titucional resultante de la Glorious Revolution y por el que el revolucionario
John batalló, con 1nás pena que gloria, durante largos años, se corresponde
25 Los contratantes renuncian, obviamente, a su igualdad y libertad na-
con una oligarquía a la vez electiva y hereditaria (Comunes y Lores dan cuen-
turales, y obtienen a ca1nbio una igualdad y una libertad civiles. ta, respectivamente, de una y otra caracterización), y no, co1no suele decir-
26 ()bsérvese que en este pasaje la especlficación de "proper!j', en su sig- se, con una rnonarquía constitucional o parlan1entaria.
nificado genérico, incluye sólo dos íten1s (libertad y propiedad). 4 Monarquía, oligarquía, dernocracia: la tripartición lockeana reprodu-
27 Según da a entender aquí el autor, es el Legislativo el que, en ausen- ce (con la salvedad terminológica de la sustitución de "aristocracia" por "oli-
cia de un poder Judicial (cf. cap. XII, n. 11), oficiará de "juez imparcial". garquía") la tríada hobbesiana (cf. Leviatán, cap. XIX), la cual, trazando una
28 En este pasaje, Locke da la impresión de conferirle al Legislativo, 1nás divisoria de aguas con las tipologías clásicas, de cuño aristotélico-polibiano,
que el poder supremo, la surna del poder público, toda vez que le atribuye, se erige sobre bases puramente cuantitativas, y desestima la distinción en-
además de potestad judicial (cf. n. 27), prerrogativas ejecutivas y federativas. tre regímenes rectos (o puros) y desviados (o corruptos).

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