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RESUMEN 2: DE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS

CAPÍTULO 3

“La necesidad de negación existe


en todos; va y viene; hay que
intentar reconocer esto y respetarlo,
sin hacerle consciente de sus
contradicciones”

Este capítulo se trata de la primera fase del proceso del duelo, la negación ante la
inevitable noticia de una enfermedad maligna que conlleva con certeza a la muerte,
siendo la primera respuesta a un rotundo” no, no puede ser, a mí no”, y con ello
inicia el penoso recorrido del enfermo y la familia cargando a cuestas la
incertidumbre, el dolor y el miedo a lo inevitable, el enfermo suele negar la realidad
apostando que puede ser un error, lucha contra sí y contra quien piensa que le ha
fallado abandonándolo cuando se le había confiado su vida
Dentro de este capítulo, la autora nos habla acerca de la primera forma en la que
se enfrenta la muerte, y esta es a base de la negación, la cual no tiene porque ser
considerada como una fase negativa de este proceso ya que esta es un mecanismo
de defensa que los humanos tenemos para no caer en une patología. La autora nos
comenta que, la negación es una medida provisional el cual será remplazado y
pronto se hará una aceptación parcial, siendo capaces de fluctuar entre las etapas
sin llegar a estancarse en la negación causándose una perdición mental
Considero que en este capítulo la autora aborda la negación como un proceso valido
y sano para aceptar las realidades dolorosas, aunque muchas veces tanto el
enfermo y sus seres queridos manifiestan “no poder seguir viviendo la situación que
se les esta presentando”.
Al igual que las emociones, la negación es una fase que tiende a ser regresiva en
cuanto a su intensidad, pasando por una primera fase de enojo, la cual lleva al
individuo a reprocharle y autorreproche ya que se intenta buscar culpables que les
den una explicación del “porque
entender que la negación no solo se manifiesta en la no aceptación de la
enfermedad, sino que tiene diversas maneras de expresarse, siendo una de estas
el aislamiento, cuando un enfermo terminal comienza a aislarse, generalmente es
más consciente de lo que hace que aquellos enfermos que únicamente se niegan a
la aceptación de su realidad, sin embargo, pese a las connotaciones negativas que
se pueden tener al aislarse de las redes de apoyo, el aislamiento permite que el
paciente puedo asimilar de manera más reflexiva la aceptación de la noticia de que
su enfermedad es terminal, y lo que esto conlleva, lo cual lo lleva a tener una especie
de auto terapia
A lo largo del capítulo se nos da el ejemplo de una joven mujer quién fue de
diagnosticada con una enfermedad degenerativa en el hígado, siendo esta misma
la que pasaba por un proceso de negación de la realidad psiquiátrica, ya que se
negaba rotundamente la idea de irse de este mundo dejando a sus dos hijos, los
cuales eran bastante pequeños, desamparados, esto me parece interesante, ya que
se nos deja ver qué independientemente de la edad, condición, contexto o
enfermedad, La presencia de una mala noticia en el diagnóstico, impacta de
maneras diversas a las personas.
otro punto que me parece bastante interesante sobre este ejemplo, es que la
paciente tenía hubo una fe bastante fuerte hacia su religión y sus deidades, ya que
ella aseguraba que estaba sanada gracias al poder divino de estas entidades, sin
embargo aunque sabían que esto era falso, no se le debatía, puesto que el aferrarse
a estas creencias “milagrosas” era el factor del que ella se aferraba para seguir
conectada con esta realidad, es con esta paciente en específico que podemos ver
una contradicción a nivel psicológico, puesto que aunque ella afirmaba estar
sanada, en múltiples ocasiones les comentó a los enfermeros que la atendían, que
ella estaba hospitalizada con el único propósito de evitarles a sus hijos el dolor y la
angustia de verla cada vez más enferma.
En el caso anterior, se nos presenta una negación que han llegado al grado de tener
repercusiones psiquiátricas, ya que la paciente en su propio aislamiento comenzó a
imaginar realidades inexistentes que le brindaban consuelo de la realidad que tenía
que enfrentar, pues imaginaba que su esposo estaba con ella apoyándola en todo
el proceso, dándole la tranquilidad de que estaría bien y que sus hijos no estarían
solos, lo que le entregó su paz mental en sus últimos días

CAPÍTULO 4

“¿Por qué yo? La ira se desplaza en


todas direcciones y se proyecta contra lo
que les rodea, a veces casi al azar”
Un primer acercamiento a la aceptación de la muerte se da con la fase de negación,
se comienza a mirar cara a cara el inminente fin de la vida, el enfermo se hace
consciente de su fatal destino, pero pide ciertos plazos y condiciones, cuando son
religiosos piden a Dios les mantenga con vida hasta lograr alguna meta para ellos
o para ver realizar algo o algún familiar, experimentando procesos de ira ante los
cambios que se van dando en su vida, los cuales pueden ser fundamentados o no
fundamentados, al igual que se expresan hacia ellos mismos y hacia las personas
que los rodean
Es importante tener tolerancia ante la indignación racional o irracional del paciente
ya que independientemente de nuestro miedo esta no debe ser una condicional hora
la tolerancia a la enfermedad del ser querido. Tenemos que aprender a escuchar a
nuestros pacientes y a veces incluso aceptar su irracional pues esto les ayudará a
aceptar mejor sus últimas horas, lo último sólo se puede hacer si hemos aceptado
nuestros propios temores con respecto a la muerte.
Otro paciente problemático es el hombre que ha ejercido el mandato toda su vida y
cuando tiene que cederlo reacciona con indignación y con ira, se nos cita el ejemplo
de un paciente, el cual intentaba fundamental el porqué de su enfermedad en sus
propias acciones conscientes aunque no era verdad Considerando su enfermedad
como una debilidad pues se aferraba a la idea de que estaba en sus manos su
recuperación, desarrollando Una resistencia en latente a la idea de ceder el control
de su cuidado a los médicos. En este ejemplo, se nos comparte que el paciente
había empezado a desarrollar una ira no justificada hacia su esposa, ya que si bien
la relación marital no era precisamente buena, fue derivado del diagnóstico precario
del paciente qué este empezó a ser más agresivo con su familia, llegando a ser
violento cuando se le hacían visitas familiares, sobre todo cuando se le intentaba
dar algún consejo, algo que me pareció interesante es el hecho que se comenta que
el paciente no comunicaba sus diagnósticos con su familia para no verse vulnerable.
Algo a destacar de este ejemplo, es el hecho de que cuando un paciente que está
acostumbrado a dominar y pierde esta capacidad debido a la enfermedad, es
reconfortante que sus seres queridos lo hagan sentir en esa posición de poder al
que estaba acostumbrado, ya que esta ayuda a disminuir la ira y la frustración que
se siente al dejar de ser capaz de cumplir las funciones que en el pasado recaían
sobre él. Se nos comenta que este tipo de pacientes resulta complicado de atender
para el personal encargado de la salud mental, ya que ellos quieren ser quienes
decidan el momento en el que los profesionales vayan a visitarlos y darles atención,
pero muchas veces estos Horarios no coinciden con los horarios que el profesional
tiene para poder brindar su servicio, por lo cual se atienden a olvidar a este tipo de
pacientes ya que el profesional de manera no intencional, se olvida que tiene que
regresar en otro momento a atender a ciertas personas, incluso pueden ocasionar
el desagrado de los profesionales quienes prefieren ya no pasar a visitarlos
Los pacientes de este tipo resultan ser los que sufren más con la idea de la muerte,
y por lo general son aquellos que se quedan solos en los últimos momentos, ya que
con el afán de mantener su estatus de poder y dominio alejan a todos, tanto a
personal como su familia, lo que personalmente considero que los convierte en
casos muy tristes ya que son aquellos que mueren desesperados
Otro caso que se nos relata muy similar al anterior se trata sobre una monja la cual
mostraba un comportamiento hostil hacia los empleados del hospital en donde
estaba internada, teniendo diversas conductas inadecuadas cómo eran irrumpir en
las habitaciones de los otros enfermos graves para que le contaran sus
padecimientos y posteriormente exigir a las enfermeras que se les diera atención a
estos pacientes, interfiriendo con los horarios que ellos tenían para hacer sus
rondines y visitar a dichos pacientes, asiento de la convivencia con esta mujer un
proceso bastante incómodo y tenso por parte de todos, sin embargo cuando la
asociación llegó a ofrecerle participar en ella platicando de sus sentimientos y
vivencias al interior del hospital, este se mostró bastante cooperativa e incluso
animada
En una entrevista que se le hizo a la paciente se tocó el tema de cómo fue que se
le detecto la enfermedad de Hodgkin, y ella cuenta que pese a ya sospechar que
tenía esta enfermedad, los médicos no le creían, llegando a diagnosticarle un
problema psicológico, hasta que después de varios estudios finalmente un doctor le
dio la razón, lo que resulta interesante es que ella comenta que “en aquel momento
me devolvió el respeto de mí misma. Supe que había encontrado a alguien
que lucharía conmigo contra esto y no trataría de hacerme creer que en
realidad no estaba enferma. “
La mujer sentía que tenía que demostrar que realmente estaba enferma pues nadie
le creía y llego a pensar que si se ponía lo suficientemente mal, en algún momento
necesitaría ayuda médica desesperada y finalmente le creerían y podrían ayudarle.
Durante este proceso asistió al psiquiatra, quien consideró que la ayudo bastante
ya que la atendió a un nivel más médico que psiquiátrico
En este momento de su vida, la paciente estaba pasando por situaciones bastante
complicadas pues no solo tenía una suerte de enfermedad “fantasma”, sino que
también su padre había muerto hacía poco, se estaba disolviendo el negocio de
su familia y le pidieron que se desprendiera de su participación. Y en su
trabajo, le habían asignado una tarea que no le gustaba
La mujer comenta que cuando finalmente le dieron la razón acerca de su diagnóstico
ella ya lo había asimilado, desde hacía muchos años, ya que ella desde que había
empezado a sospechar que tenía la enfermedad de Hodgkin se había hecho a la
idea de que le quedaban pocos años de vida, sin embargo había vivido más de lo
que esperaba con días realmente complicados. Por otro lado, cuando regreso al
hospital que nunca le había atendido con profesionalismo, se enfrentó al sarcasmo
y burla del personal a causa de su condición.
En la entrevista con la mujer se nos deja claro lo que venimos hablando desde los
inicios del capítulo, que ciertos pacientes en centros de salud que presentan
características iracundas en la aceptación de su enfermedad y en la degeneración
progresiva que presentan, tienden a ser los más olvidados por el personal, a causa
de su persistencia en seguir teniendo el dominio sobre sus propios cuidados,
tomando la iniciativa de, como la paciente comenta, hacer todo lo posible para
seguir cuidando de sí mismos, causando que poco a poco el personal los vaya
desplazando por considerar que no requieren de la ayuda que estos ofrecen, ya sea
por descuido o bien de manera intencional.
Este tipo de pacientes resultan complicados al igual que interesantes, ya que pese
a que puede parecer que no quieren que nadie les ayude, es lo contrario, ya que se
llegan a sentir abandonados la mayor parte del tiempo, no es que quieran que os
dejen desprotegidos completamente, sino que pretenden seguir siendo autónomos
en su cuidado a medida de lo posible, pero piden que el personal médico y sus seres
cercanos estén con ellos pero no viéndolos como personas invalidas, necesitando
que los ayuden solamente en las cosas que ellos no sean capaces de hacer, por
sobre todo acompañarlos en la manera en que el enfermo lo necesite para no
sentirse desamparado y esencialmente solo.

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