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Situación económica y perspectivas para 2018

El crecimiento económico global proyectado para 2018 se mantiene en torno a


una tasa del 3,3%. Sin embargo, al haber aumentado la incertidumbre sobre la
dinámica de crecimiento futuro, se esperan menores tasas de crecimiento para
2019 y 2020. Durante 2017 la economía global mostró una alta sincronía en el
crecimiento; la aceleración económica se dio tanto en las economías desarrolladas
como en las emergentes. La aceleración del crecimiento en un contexto de baja
inflación y alta liquidez se tradujo en una baja volatilidad de los mercados
financieros globales durante el año. Este panorama ha comenzado a cambiar en
2018. La expansión que se está produciendo este año refleja fundamentalmente el
crecimiento de los Estados Unidos (2,8%), apoyado por el impulso fiscal que
debería mostrar signos de agotamiento en 2019, y de China (6,6%), donde
también se proyectan tasas de crecimiento menores en 2019. La zona del euro ha
ido revisando a la baja los pronósticos de crecimiento hasta una tasa del 2,2%,
frente al 2,4% de 2017. En el Reino Unido, al proceso de negociación de la salida
de la Unión Europea (brexit) se suma el aumento de la tasa de interés de política,
lo que llevaría la tasa de crecimiento al 1,5% en 2018 (en comparación con el
1,8% de 2017). En el Japón, la capacidad productiva está mostrando ciertas
restricciones que explicarían el menor ritmo de expansión en 2018: la tasa de
crecimiento se situaría en torno al 1,1%, seis décimas por debajo de la del año
anterior. A esta menor sincronía en la dinámica de aceleración se añaden los
riesgos de los conflictos comerciales. Durante 2018 el gobierno del presidente
Trump en los Estados Unidos ha anunciado y adoptado varias alzas arancelarias.
Algunas de ellas tienen como destinatario específico a China, en tanto que otras
son de alcance más general. Esta escalada proteccionista se da en un contexto en
que se proyecta que en 2018 el comercio mundial crezca alrededor de un 3,1%,
cifra menor a la observada en 2017 (4,6%). Si bien las estimaciones actuales
predicen que el mayor proteccionismo tendrá un bajo impacto negativo sobre la
dinámica de crecimiento, aún es difícil anticipar sus efectos a mediano plazo.
Las diferencias entre las dinámicas de crecimiento e inflación de los Estados
Unidos y los países de Europa y el Japón se han traducido en trayectorias
distintas a la hora de desmantelar las políticas monetarias “no convencionales”. La
Reserva Federal de los Estados Unidos ha continuado con su política de retiro
gradual de los estímulos monetarios y aumentos de las tasas de interés, aunque
aún permanecen por debajo de los estándares históricos. Por su parte, el Banco
Central Europeo anunció en su reunión de junio de 2017 que proseguiría su
política de compras de activos (expansión cuantitativa) hasta diciembre de 2018,
aunque a partir de septiembre de 2018 reduciría a la mitad el monto de las
compras mensuales de activos (hasta los 15.000 millones de euros). En lo relativo
a las tasas de interés, el Banco Central Europeo anunció que las mantendría sin
cambios hasta mediados de 2019. Se espera que la política monetaria del banco
central del Japón continúe en una senda expansiva al menos a corto plazo.
2 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Balance Preliminar de las
Economías de América Latina y el Caribe, 2017 (LC/PUB.2017/28-P), Santiago, febrero.
Durante 2018 se espera que los precios de los productos básicos aumenten. El
precio medio del petróleo se incrementará un 30% respecto del precio medio
vigente en 2017, pasando de 53 a 70 dólares por barril1. En el caso de los metales
y minerales.
Se espera que aumenten un promedio del 6% con respecto a los precios de 2017.
En cuanto al cobre, se espera un incremento de alrededor del 10% respecto del
año anterior; por el contrario, se prevé que el hierro sufrirá una caída del 1%. En el
caso de los productos agropecuarios, si bien se esperan comportamientos
diversos según el producto, se proyecta un alza del 4% para el promedio de los
precios durante 2018. En lo que se refiere a los mercados financieros mundiales,
estos iniciaron el año con un aumento de la volatilidad, una caída de los flujos
dirigidos a los mercados emergentes, un fortalecimiento del dólar y una reducción
considerable de los precios en los mercados accionarios. Las mayores
expectativas inflacionarias, las menores perspectivas de crecimiento y las políticas
monetarias más restrictivas han conducido a una menor disposición a asumir
riesgos y a una mayor incertidumbre financiera. En este contexto, la combinación
de un dólar fuerte, tasas de interés al alza en algunos países desarrollados y
menor liquidez internacional a nivel global, sumados a los riesgos comerciales y
geopolíticos, han generado cada vez más incertidumbre, no solo desde el punto
de vista financiero, sino también con respecto a la dinámica de la economía real y
el crecimiento de mediano plazo. Desde la óptica de las economías emergentes,
las perspectivas y expectativas favorables de rentabilidad y riesgo observadas en
2017 se han revertido en 2018. Desde mediados de abril de este año el dólar se
ha fortalecido cerca de un 5%, mientras que las tasas estadounidenses a diez
años han sobrepasado el 3% por primera vez en cuatro años debido a la
reducción del balance de la Reserva Federal. Esto se ha traducido en una mayor
presión para la salida de flujos financieros desde las economías emergentes hacia
los países más avanzados, sobre todo hacia los Estados Unidos. Según el
Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), se prevé que en 2018 los flujos
financieros que reciben las economías en desarrollo se situarán en 1,2 billones de
dólares, solo 7.000 millones por encima de la cifra registrada en 2017. Como se
plantea en el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe,
2017, el mercado de bonos será al que más afecte este cambio de las
perspectivas económicas2. Se espera que para 2018 los flujos de inversión
extranjera directa globales se expandan 17.000 millones de dólares (de 506.000
millones en 2017 a 523.000 millones en 2018) y que los flujos de cartera
experimenten una caída de 50.000 millones de dólares (con un valor de 351.000
millones de dólares en 2018, respecto a los 401.000 millones de 2017)
Por otra parte, se prevé que el flujo de liquidez canalizado a través del mercado de
bonos se reduzca de 315.000 a 255.000 millones de dólares en el mismo período.
Parte de la reducción de la liquidez del mercado de bonos internacionales será
compensada por aumentos de los préstamos transfronterizos (338.000 y 297.000
2 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Balance Preliminar de las
Economías de América Latina y el Caribe, 2017 (LC/PUB.2017/28-P), Santiago, febrero.
millones de dólares). Así, el impacto que tendrá la salida de flujos financieros de
las economías emergentes dependerá en parte de la composición de los flujos
totales y también de los flujos de cartera. Frente a este contexto global, en 2018
se espera que el déficit de la cuenta corriente del conjunto de los países de
América Latina y el Caribe se amplíe hasta un 1,6% del producto interno bruto
(PIB) regional. La balanza de bienes y la de transferencias corrientes mantendrían
sendos superávits, pero esto se vería contrarrestado por un déficit mayor en la
cuenta de renta y de servicios. En 2018 se espera un crecimiento del valor de las
exportaciones de América Latina del 9%, producto del incremento de los precios
de los bienes exportables. No obstante, el aumento del volumen exportado sería
moderado (en torno al 2%). Por su parte, la ligera recuperación de la demanda
interna y el alza del precio del petróleo contribuirían a mantener el crecimiento del
valor
La Cepal actualiza proyección de crecimiento para América Latina a 1,2%
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) actualizó a 1,2%
su expectativa de crecimiento para toda América Latina y el Caribe en el 2017,
mientras que para el próximo año estima uno de 2,2%De acuerdo con los nuevos
cálculos de la Cepal, 
si América Latina logra un crecimiento promedio de 2,2% el próximo año,
alcanzaría su PIB más alto desde el 2013.Además la organización explicó que el
crecimiento de 1,2% promedio para Latinoamérica este año sería consecuencia de
un PIB de 0,7% en las economías de América del Sur, especializadas en
la producción de bienes primarios, en especial petróleo, minerales y alimentos.

2 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Balance Preliminar de las
Economías de América Latina y el Caribe, 2017 (LC/PUB.2017/28-P), Santiago, febrero.

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