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El emprendimiento en las dinámicas económicas se ha estudiado y reconocido desde

hace mucho tiempo, por cuanto constituye un elemento fundamental en los procesos de
desarrollo económico de las naciones, permitiendo la generación de nuevos productos y
servicios, con mayor valor agregado y nuevos equilibrios eficientes en los mercados. En
este sentido, el presente trabajo de investigación tiene como propósito analizar el
emprendimiento y el crecimiento económico, particularmente a través de las incubadoras
de negocios en México. Para ello se desarrolló un estudio empírico aplicado en el
contexto de la economía mexicana, empleando una base de datos desagregada hasta el
nivel de municipalidad que cubre un período de 10 años. Los resultados dan cuenta que,
mediante el emprendimiento, las incubadoras de negocio logran impactar al desarrollo
económico mediante diversas estrategias y métodos. Se concluye, que en México existe
un estímulo en el modelo de crecimiento económico que trata de identificar los efectos del
emprendimiento en las tasas de crecimiento desde la municipalidad

https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/545351

La creación de riqueza y el dinamismo de la economía sobre la que se sustenta un país,


se debe a la competitividad que presenten sus empresas, la cual depende mucho de la
capacidad de los empresarios. El empresario puede detectar o crear oportunidades,
muchas de estas se ejecutan por medio de micro, pequeñas y medianas empresas en los
procesos de creación de nuevos productos, servicios y procesos productivos, nuevas
estrategias y formas de organización y el acceso a nuevos mercados de productos. Esto
hace que el emprendimiento se convierta en una gran fuerza económica, donde las
personas encuentran oportunidades donde otros solo ven problemas, esta es la razón por
la que el espíritu empresarial se ha convertido en el símbolo de la tenacidad y el logro
empresarial, siendo una fuente vital de cambio en todas las facetas en las que se
encuentra inmersa la sociedad.

El emprendimiento inicia con una idea, generalmente con la cual se da inicio a un


producto o servicio, el éxito de la idea depende de la audacia del emprendedor y la forma
en la que busca materializar su empresa. En este sentido, se infiere que generalmente el
emprendimiento se relaciona con la creación de nuevas empresas, nuevas estrategias o
nuevos conceptos para aquellos productos o servicios ya establecidos o como ya se ha
mencionado, el acceso a mercados inexplorados (Duarte, 2007). Son considerados un
gran motor de la economía, contribuyendo al crecimiento económico, el desarrollo social y
la formación de cultura empresarial. Las oportunidades que aprovecha el emprendedor,
existen por el hecho de que diferentes agentes poseen diferentes creencias sobre el valor
de los recursos, por lo que la teoría del empresario se centra en la heterogeneidad
existente en la creencia sobre el valor de los recursos. Para Mungaray, y otros (2015) el
surgimiento de los emprendimientos se les adjudica a dos escenarios plenamente
identificados, el primero se relaciona con la recesión económica, donde muy claramente el
desempleo aumenta, ocasionando que el emprendedor tenga como opción, para mejorar
o generar ingresos, el establecimiento de micro y pequeñas empresas; mientras que el
otro escenario se presenta en un contexto de crecimiento económico, donde el
empresario encuentra la oportunidad para poner de manifiesto su talento y creatividad. Su
presencia a nivel mundial es tan alta que, en la actualidad, las micro y pequeñas
empresas representan el 95% de los negocios que se encuentran funcionando en el
mundo, además de que los especialistas económicos y financieros mencionan que tienen
innumerables ventajas frente a las grandes empresas. Entre las ventajas atribuidas a las
micro y pequeñas empresas se encuentran las siguientes: mayor acercamiento a los
clientes, lo que les permite conocer de mejor manera sus necesidades y satisfacerlas.

El emprendimiento es el acto de crear un negocio o negocios con el cual se espera


generar ganancias. Los emprendedores desempeñan un papel clave en cualquier
economía, especialmente por el hecho de que a partir de sus habilidades y la iniciativa
necesaria puedan anticipar las necesidades de los individuos y aportar con nuevas ideas
en el mercado. En este sentido, la riqueza de los países y su dinámica económica se
encuentra muy relacionada con la competitividad de las empresas, la cual, como ya se
había manifestado depende en gran medida de las habilidades y capacidades que tienen
los empresarios. El emprendimiento ha estado presente a lo largo de la historia, se estima
que el origen castellano de la palabra, se deriva del latín in prendere que significa coger o
tomar, su uso estaba destinado principalmente para designar a los aventureros o
militares. Mientras que, en la lengua española, la primera definición formal fue en el año
de 1732, en una publicación denominada Diccionario de las Autoridades, cuyo significado
se relacionaba con la persona que se dedica a ejecutar con alta resolución y empeño,
operaciones que eran consideradas arduas. Ya para el siglo XVIII Richard Cantillon, fue el
primero en otorgarle un significado comercial, describía a los individuos que manejan los
factores productivos, considera el riesgo de la operación y oferta nuevos productos y
servicios (Burnett, 2000). El concepto de emprendedor ha evolucionado con el tiempo, las
personas siempre han buscado el cambio, la innovación, por lo que ha explotado las
oportunidades que se le presenten desde el origen de los tiempos. Para Shane &
Venkataraman (2000) la evolución del concepto puede traducirse en el descubrimiento, la
evolución y la explotación de oportunidades, lo cual incluye el lanzamiento de productos,
servicios y procesos productivos, también puede considerarse a la implementación de
nuevas estrategias, formas de organización e incursionar en nuevos mercados.

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Para un emprendedor un factor que contribuye al desarrollo de su negocio es la


motivación. Según varios estudios, muchos de los emprendedores inician sus empresas
buscando una mayot seguridad en lo laboral, por lo que para Sánchez, et al., (2012)
entender la manera en la que funciona la motivación en las desiciones de los individuos
se convierte en uno de los principales factores para fomentar la actitud emprendedora.
Mientras que McClelland (1965) destaca que la relación entre la motivación y los
emprendedores se sustenta en la necesidad, la cual es la que conduce a individuos
insatisfechos con sus recursos o que esperan lograr obtener rentas de sus ideas para
subsistir, es lo que los convierte en emprendedores. En lo que coinciden muchos autores
es que el proceso que conlleva la formación de nuevas empresas y el surgimiento de
nuevos empresarios es el resultado de la interacción de diversos factores como: el
entorno, factores sociales, sicológicos, culturales y económicos, donde la creación de
nuevas empresas se constituyen por: toma de iniciativa, disponibilidad de recursos,
administración, autonomía y la toma de riesgos (Cordero, et al.,(2011). En ocasiones el
emprendimiento ha sido analizado desde un enfoque mucho más profundo, como Hidalgo
et al., (2018) que indica que el concepto de emprendimiento esta mucho más allá de la
actividad de crear empresas, debido a que organizaciones ya establecidas y reconocidas
pueden innovar e incluso generar nuevos negocios y proyectos que se originan de la
evolución de los consumidores y a la necesidad de cubrir las nuevas necesidades, donde
resalta la creatividad, la innovación y los riesgos, así como tambien la capacidad que
tienen las empresas para la planificación y la gestión de los proyectos. El emprendimiento
es importante para las naciones y en mundo tan globalizado como el actual, donde el
internet se ha convertido en un gran protagonista, los emprendimientos han evolucionado,
encontrando en las tecnologías y la red, una nueva forma de hacer negocios (Capsir,
2016). En cuanto a los problemas a los que se enfrentan los emprendedores, parece
existir un factor común paracer ser la falta o dificultad para conseguir financiamiento,
tambien presentan problemas para lograr que su emprendimiento sea sostenible. Ante lo
expuesto, se puede afirmar que el emprendimiento es una parte importante de las
economías a nivel mundial. Contribuyen a la expansión de la economía, generando
empleos, introduciendo nuevos productos y servicios y promoviendo mayores actividades
en lo que respecta a la cadena de valor (Barkawi & Waddah, 2016). Los emprendedores
son promotores de progreso, llegando a convertirse en agentes de cambio social y que se
encuentran contribuyendo al desarrollo económico y social, en este sentido idnetificar los
factores de emprendimiento y a partir de ellos generar un modelo es fundamental, lo cual
tambien puede contribuir a su sostenibilidad y permanencia en el mercado

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La identificación del sujeto emprendedor ha ocupado a la ciencia económica


durante los últimos tres siglos; sin embargo, el entendimiento de su conducta
requiere del concurso de diversas disciplinas. El presente trabajo tiene el propósito
de identificar en la literatura relevante sobre emprendimiento y desde diversos
enfoques los factores determinantes de la conducta emprendedora que pueden
contribuir a la comprensión del fenómeno en los países de América Latina. Para ello
se abordan algunos marcos conceptuales que tratan de encontrar los factores que
explican por qué unas personas deciden iniciar un nuevo negocio por cuenta
propia. Se muestra que los modelos de intención de corte psicosocial, al considerar
al emprendimiento como una acción planeada, pueden ser útiles para entender la
conducta emprendedora en la región.

El emprendimiento se entiende como la creación de nuevas empresas para el


autoempleo y se ha convertido en una de las principales modalidades de
generación de ingreso en contextos de economías en desarrollo, como las de
América Latina. Dada la magnitud del fenómeno, las explicaciones que se han dado
sobre su causalidad no son suficientes, por lo que resulta oportuno plantear otras
perspectivas que aporten mayor información sobre las motivaciones de esos
emprendedores, cuyo accionar parece multiplicarse.

En economías de mayor industrialización, las pequeñas empresas juegan un papel


importante como proveedoras de grandes firmas. Algunos autores incluso comentan el
reemplazo -ya no la convivencia- de la empresa de gran tamaño por una multiplicidad de
establecimientos unipersonales que responden de manera más adecuada a los cambios
que trae consigo la globalización y la fragmentación del mercado (Audretsch y Thurik 2001; Audretsch y

Thurik, 2004 Carree y Thurik, 2005
). Los estudiosos del tema llaman la atención sobre su carácter
innovador y la escala de producción que los dota de ventaja competitiva para atender a
las nuevas demandas de ciertos consumidores ( Audretsch, ;  ). La tecnología
2003 Wennekers, 2006

reduce la importancia del tamaño de la firma e impulsa servicios de manera creciente al


sector.

En las economías en desarrollo se observa mayor actividad emprendedora que en


economías desarrolladas. Particularmente, en países de América Latina, durante la
pasada década, entre 18 % y 30 % de la población económicamente activa estaba
relacionada con actividades de emprendimiento, en comparación con porcentajes de 10 %
en Estados Unidos y 6 % en la Unión Europea (Laurrolet y Couyoumdjian, 2009). A diferencia de lo que
sucede en las economías desarrolladas, en América Latina el fenómeno ha sido abordado
desde la óptica oportunidad-necesidad, señalando que no son evidentes las
repercusiones de la actividad emprendedora sobre el crecimiento económico, la
competitividad y la innovación (Amorós, Fernández y Tapia, 2012).

Estas diferencias motivan las siguientes preguntas de investigación: ¿es suficiente el


abordaje de corte económico oportunidad-necesidad para explicar el fenómeno
emprendedor en los países de América Latina? ¿Las características individuales del
emprendedor permiten entender la oferta de emprendimiento en países en desarrollo?
¿Existen otros enfoques explicativos que ayuden a entender la conducta emprendedora
en esta región?

En ese sentido, esta investigación tiene por objeto presentar la evolución del abordaje
teórico sobre el estudio de los determinantes del emprendimiento con el fin de avanzar en
la comprensión del fenómeno en América Latina. Para abordar el tema, cabe resaltar que
la actividad emprendedora no es nueva para la ciencia económica, sin embargo, no existe
un acuerdo unánime sobre la figura del emprendedor. Las referencias iniciales datan del
siglo XVIII con Cantillon (1755), Say (1803) y Marshall (1920). Para el pensamiento económico moderno, el
emprendimiento es importante, ya sea como la innovación que promueve un equilibrio
superior (Schumpeter, 1911) o bien como el aprovechamiento de una oportunidad equilibradora
(Kirzner, 1997
). El atributo esencial del sujeto emprendedor es su capacidad de afrontar la
incertidumbre (Knight, 1921).
En cuanto a las motivaciones, en el caso de América Latina, la literatura sostiene que
existe una prevalencia de emprendimientos “por necesidad” en respuesta a nulas
alternativas para la generación de ingreso. Estos emprendimientos “involuntarios” son de
baja productividad y escasa innovación, en comparación con los denominados “por
oportunidad”, que se observan en países de mayor desarrollo económico ( Acs y Amorós,


2008 Larroulet y Couyoumdjian,

2009 Amorós et al.,
).
2012
El abordaje basado en la dicotomía
necesidad/oportunidad, si bien es un avance, es simplista y enmascara la complejidad del
proceso (Stephan, Hart y Drews, 2015
). Y toda vez que el estudio del emprendimiento es
multidisciplinario (Korsgaard et al., 2015
), para comprender las motivaciones que subyacen a la
oferta de emprendimiento, sobre todo en un contexto cambiante como el de las
economías latinoamericanas, es oportuno considerar otros constructos teóricos.

II. DETERMINANTES DE LA DECISIÓN DE EMPRENDER

Valorar la función del emprendedor en la economía ha motivado, en especial en las


últimas décadas, la realización de estudios que buscan entender las razones individuales
para crear un nuevo negocio con fines de autoempleo. Además de la maximización de la
utilidad como motivación subyacente a la acción de emprender, existe un interés particular
en encontrar las variables que inciden en la formación de la conducta emprendedora.

Al ser el individuo el objetivo central, la literatura considera rasgos de carácter


demográfico y económico -edad, sexo, educación o religión- a los cuales otros estudios
agregan variables de corte psicológico -temor al fracaso, autoconfianza o necesidad de
realización personal- para explicar por qué algunos individuos optan por emprender. Al no
poder demostrarse que los rasgos demográficos y de personalidad fuesen exclusivos del
ser emprendedor (Carsrud y Brannback, 2011) se generó cierta insatisfacción académica; se propició
que una corriente de pensamiento recurra a modelos de corte psicosocial como
arquitectura integradora para entender la formación de la conducta del emprendedor ( Krueger

y Carsrud, 1993 Meeks, 2004
).

En ese sentido, estas páginas consideran que, para estudiar la decisión de emprender es
útil el esquema conceptual de Gartner (1985), según el cual la creación de un nuevo negocio
contiene cuatro dimensiones: el individuo, el proceso, el medio ambiente y la organización
(Figura 1). Si se concentra la atención en el individuo y el proceso, relación que se da en
un medio ambiente específico, es posible revisar las causas del emprendimiento. Por el
momento se deja de lado el tipo de organización, para conformarnos con el hecho de que
el emprendimiento es una nueva organización de lucro, independiente de las existentes.
La integración de estos aspectos, y sobre todo su interrelación, se logra a partir de los
modelos de intención, que consideran la decisión de emprender como un proceso volitivo.

El individuo y su contexto

Para identificar las causas del emprendimiento existen diversas perspectivas; una de ellas
es a partir de la agrupación de variables explicativas. Arenius y Minniti (2005) clasifican éstas en
tres áreas: 1) variables económicas y demográficas del individuo, 2) variables de
percepción y conducta de quienes llevan adelante la acción de emprender, y 3) variables
agregadas de corte macroeconómico que abordan el medio ambiente en el cual los
individuos toman decisiones. Esta es una agrupación de variables vigentes incluso en
trabajos posteriores como los de Stephan et al. (2015) o Bhuiyan (2015).

Otra manera de indagar en los determinantes del emprendimiento es con base en


modelos de decisión. Botsaris y Vamvaka (2012) señalan que existen tres tipos de modelos: 1) los de
rasgos y características personales del individuo, 2) los situacionales y 3) los basados en
la intención. En el primero se tratan aspectos psicológicos personales, como afrontar el
riesgo o la necesidad de logro y autorrealización, junto a características demográficas. En
el segundo se hace énfasis en el contexto económico-social de la acción emprendedora;
es decir, se añaden aspectos de la circunstancia en la cual se desarrolla el individuo.
Finalmente, en el tercero se conjugan todos los factores para explicar la acción. Los
rasgos del individuo y su contexto explican la intención, y sólo mediante ésta se puede
deducir la acción de emprender, lo que equivale a observar el proceso desde una
perspectiva psicosocial.

Es así que, siguiendo la propuesta de Gartner (1985)


, y sobre la base de la clasificación de
variables explicativas, además de revisar los abordajes que se ocupan del individuo, sus
características psicológicas y el contexto, a continuación se presentan los modelos de
intención como una arquitectura integradora que contribuye a la comprensión del proceso
emprendedor como un acto volitivo.
El individuo emprendedor y sus rasgos demo-económicos

En cuanto a las características del individuo y de acuerdo a los teóricos revisados en la


primera parte del documento, es posible decir que un emprendedor es un individuo
tomador de riesgos, capaz de manejar la incertidumbre, perseverante, líder, creativo e
innovador, hábil para obtener capital y alerta para identificar y explotar las oportunidades
de negocio (Schumpeter, ;  ;  ; 
1911/1978 Kirzner, 1997 Van Praag, 1999 Valdaliso y López, 2000
). Estos rasgos son
atribuciones manifiestas de los emprendedores que no exponen las razones por las que
ciertas personas deciden iniciar un nuevo negocio de manera independiente con fines de
autoempleo.

Es aceptado que las especificaciones demográficas aportan a la construcción del perfil del
“emprendedor promedio” y que son susceptibles de combinarse con otros aspectos de
corte económico que influyen en el nacimiento de nuevas empresas. En esa perspectiva
demo-económica, un trabajo pionero es el de Reynolds, Muller y Makj (1995) 7
.  Los resultados de
investigaciones posteriores coinciden en que el emprendedor es mayormente hombre,
entre 25 y 34 años de edad; en su mayoría son personas que tienen el apoyo de un
salario mientras inician el nuevo negocio, y cuyo nivel educativo e ingresos tienen una
relación positiva con sus aspiraciones emprendedoras ( Arenius y Minniti, 2005; Stephan et al., 2015). Varias
de estas características demográficas pueden observarse en los reportes preparados por
el consorcio del Global Entrepreneurship Monitor (GEM). 8 Para una mejor comprensión de
los determinantes del emprendimiento, estos antecedentes demográficos y económicos
requieren ser complementados con aportaciones psicológicas (Bhuiyan, 2015; Suárez-Álvarez y Pedroso,
).
2016

Fuente: Botsaris y Vamvaka, 2012: 165 con base en Meeks (2004).

El emprendimiento es uno de los aspectos más importantes en las economías en


desarrollo. Los objetivos de desarrollo industrial, el crecimiento equilibrado regional, y las
oportunidades de generación de empleo se pueden alcanzar a través del emprendimiento.
Los emprendedores están en el centro del desarrollo industrial que resulta en mejores
oportunidades de empleo para los jóvenes desempleados, un incremento en los ingresos
per cápita, mejores estándares de vida e ingresos más altos para los gobiernos,
expresados en términos de impuestos en ventas, exportaciones e importaciones, entre
otros. La figura 3 muestra diferentes puntos de influencia de los emprendedores en el
desarrollo económico.

Los emprendedores sirven como un elemento fundamental en la creación de nuevas


empresas; por tanto, rejuveneciendo la economía y apoyando el proceso de desarrollo
económico en las siguientes formas: Distribución y creación de riqueza Al establecer una
entidad de negocios, los emprendedores invierten sus propios recursos, pero también
atraen capital (deuda, créditos, entre otros) de los inversores, prestamistas y del público.
Eso moviliza la riqueza pública y les permite a las personas beneficiarse del éxito de los
emprendedores y
•Atraen Capital
•Invierten dinero
•Movilizan recursos Distribución y creación de riqueza
•Auto-empleo
•Empleo para otros Oportunidades laborales
•Experiencias para su equipo
•Relaciones con otras empresas Modelo de inspiración
•Eliminan las disparidades
•Incrementan la productividad
•Incrementan el nivel de competencia Desarrollo empresarial
•Autonomía de las naciones
•Crean industria
•Promueven las exportaciones Promover la independencia económica 21 de los negocios
en crecimiento. Esta especie de capital compartido que resulta en la creación y
distribución de riquezas es uno de los aspectos imperativos básicos del desarrollo
económico. Generación de oportunidades laborales Gracias a la creación de nuevos
negocios, los emprendedores generan oportunidades de empleo para otros. El desempleo
es un problema serio, especialmente en el contexto de las economías en desarrollo como
la ecuatoriana. Jóvenes graduados con altos niveles de educación son a menudo
incapaces de encontrar un trabajo adecuado por sí solos. Por tanto, los emprendedores
no sólo se ha auto-emplean, sino que también crean trabajos para otros. Inspirar a otros a
convertirse en emprendedores El equipo creado por un emprendedor para sus nuevas
iniciativas a menudo recibe la oportunidad de experimentar de primera mano lo que
significa estar involucrado en una aventura emprendedora. Un negocio nuevo provee
también otras oportunidades a través de las relaciones con otras empresas, lo que en
muchas ocasiones ocasiona que estos empleados se conviertan también en
emprendedores. Es así, que este proceso ayuda a la formación de una reacción en
cadena de actividad emprendedora, lo que directamente contribuye a la salud de la
economía regional o local. Desarrollo empresarial balanceado Los emprendedores
ayudan a remover las disparidades regionales en economías en desarrollo. Ellos
establecen sus industrias en áreas de poca productividad para asegurar la aparición de
subsidios e incentivos ofrecido por los gobiernos centrales y autónomos descentralizados,
de esta forma balanceando el crecimiento económico en diferentes regiones del país.
Cuando nuevas empresas se crean por los emprendedores, el número de organizaciones
basadas en nuevas ideas, conceptos o productos en una región se incrementa. Esto
significa que en la misma medida se incrementa el nivel de competencia y se promueve el
ingreso de nuevas compañías altamente especializadas en un nuevo o producto o servicio
en particular. Esto se da, ya que son necesarias actividades complementarias para las
empresas en formación (Gennaioli, La Porta, Lopez-de-Silanes, & Shleifer, 2012). 22
Promover la independencia económica El emprendimiento es esencial para la autonomía
de las naciones. Los emprendedores crean industrias que fabrican sustitutos locales; por
tanto, disminuyendo la dependencia de las importaciones. También, estos bienes suelen
ser exportados a otros países incrementando el intercambio extranjero y atrayendo divisas
a las riquezas nacionales. Esta sustitución de importaciones y promoción de
exportaciones resulta en una mayor independencia económica del país.

Fuente: Botsaris y Vamvaka, 2012: 165 con base en Meeks (2004).

Aunque mucho se ha dicho sobre el ambiente universitario, la oferta académica en


emprendimiento, y la creación y funcionamiento de centros para la generación de
empresas dentro de las instituciones de educación superior, poca atención se les ha dado
a los diferentes perfiles de estudiantes, en cuanto a emprendimiento se refiere. Es por lo
anterior que la presente investigación tomó los datos recolectados por el proyecto
GUESSS (Global University Entrepreneurial Spirit Student’s Survey) para el Instituto
Tecnológico Metropolitano (Medellín, Colombia), en su última versión (2018-2019), con el
objetivo de identificar perfiles de espíritu emprendedor en jóvenes universitarios. Los
análisis estadísticos utilizados, tanto de tipo paramétrico (ANOVA) como de tipo no
paramétrico (Kruskal Wallis), permitieron concluir que no hay diferencias entre clima
emprendedor universitario, aprendizaje de programa y normas subjetivas para los perfiles
analizados; contrario a las diferencias detectadas entre variables como la intención y
actitud emprendedora. La identificación de tales diferencias contribuye con la promoción
de estrategias dentro de las instituciones de educación superior en su rol para fomentar la
formación de futuros emprendedores y generar una cultura de emprendimiento.

https://www.redalyc.org/journal/1942/194272424003/194272424003.pdf

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