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UD 1: ECOGRAFÍA I

ESQUEMA DE CONTENIDOS

A) INTRODUCCIÓN

B) IDEAS PREVIAS

• El eco.
• El sonido.
o Las características de las ondas sonoras:

▪ Frecuencia.
▪ Periodo.
▪ Longitud de onda.
▪ Amplitud.
▪ Intensidad.

• El ultrasonido
• Ecografía diagnóstica

C) BREVE RECUERDO HISTÓRICO

D) CONCEPTOS IMPORTANTES

• El efecto piezoeléctrico
• La velocidad de propagación del sonido
• La impedancia acústica
• La atenuación
o Absorción
o Reflexión
o Refracción
o Difracción

• El efecto Doppler

E) INTERACCIÓN DE LOS ULTRASONIDOS CON LOS TEJIDOS F)

FUNCIONAMIENTO DE UN TRANSDUCTOR PIEZOELÉCTRICO


I. INTRODUCCIÓN

La utilización de ultrasonidos (sonidos de alta frecuencia no sensibles al oído humano) nos


permite obtener imágenes diagnósticas bidimensionales o tridimensionales llamadas
ecografías (también conocidas como ultrasonografías o ecosonografías). Los equipos que
aprovechan las propiedades de estos ultrasonidos y su interacción con los tejidos para la
obtención de ecografías son los ecógrafos. Estos equipos de imagen diagnóstica, que se basan
en la reflexión de los ultrasonidos sobre las estructuras anatómicas a estudiar, permiten el
estudio de dichas estructuras. Además, ofrecen un riesgo prácticamente nulo, puesto que no
emplean radiaciones ionizantes.

En la actualidad, el avance de los equipos con la incorporación de las nuevas tecnologías,


los convierte en unas herramientas de diagnóstico con una elevada capacidad funcional, con
buena resolución y buena relación coste-rendimiento.

II. CONCEPTOS PREVIOS

1. El ECO es la reflexión del sonido cuando choca contra una superficie y vuelve hacia su emisor. E

2. El SONIDO es el resultado del recorrido de la energía mecánica, a través de la materia, en forma


de una onda sonora, que produce alternativamente los fenómenos de compresión y
rarefacción (descompresión).

Las ondas sonoras son ondas mecánicas que se producen por variaciones de la presión,
originadas por una fuente de vibración, que se propagan en un medio elástico (por ejemplo, el
aire, aunque también puede ser un líquido o un sólido), generando vibraciones en la materia
de dicho medio. Además, son ondas longitudinales, ya que se mueven o propagan de manera
longitudinal, es decir, paralelas a las partículas oscilantes del medio. En este desplazamiento es
cuando generan ciclos de compresión y rarefacción.

Las regiones densas en las que gran número de moléculas se agrupan, acercándose mucho
entre sí, se llaman compresiones. Una compresión corresponde a una región de alta presión.
Las regiones que tienen relativamente pocas moléculas se conocen como rarefacciones y
corresponden a zonas de baja presión, en las que las moléculas del medio se expanden. Las
compresiones y rarefacciones se alternan, a través del medio, en la misma forma que las
partículas de aire individuales oscilan de un lado a otro en la dirección de la propagación de la
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Figura 2: compresión y rarefacción de las partículas del medio al paso de una onda sonora.

Además, las ondas sonoras (y, por tanto, el sonido) tiende a propagarse en todas las
direcciones del espacio que rodea a la fuente del sonido.

Por otro lado, las ondas sonoras vienen definidas por las siguientes características:

- Frecuencia.
- Periodo.
- Longitud de onda.
- Amplitud.
- Intensidad.

✓ la frecuencia es el número de ciclos completos de oscilación por segundo y se mide en hercios


(Hz), de manera que:

1Hz =1 ciclo por segundo (s-1)

Si, por ejemplo, decimos que tenemos una frecuencia de 440 Hz, estamos hablando de que
tenemos un total de 440 ciclos/s, es decir, que las partículas en el aire oscilan 440 veces por
segundo. Además, cuanto mayor sea la frecuencia el sonido resultante será percibido como
más agudo y más grave cuanto menor sea la frecuencia (fig. 3).

Figura 3: Frecuencia de una onda sonora.

En diagnóstico médico, la frecuencia de una onda ecográfica está relacionada con la


profundidad alcanzable y la resolución de la imagen. Se sabe que a mayores frecuencias se
consigue una mejor resolución de imagen (por su baja longitud de onda, como veremos más
adelante), pero su capacidad de penetración en los tejidos será menor. Por tanto, para
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exploraciones superficiales se emplearán frecuencias altas, mientras que para exploraciones de
zonas más profundas se emplearán frecuencias más bajas (tabla 1).
Frecuencia (MHz) λ (mm) Profundidad de imagen (cm)

2,0 0,77 30

3,5 0,44 17

5,0 0,31 12

7,5 0,21 8

10,0 0,15 6

Tabla 1: valores comunes de frecuencias usadas en ecografía diagnóstica

Lo normal es utilizar frecuencias por encima de 1,5 MHz (1.500.000 Hz), llegando incluso hasta
los 20 MHz (20.000.000 Hz).

✓ El periodo de una onda es el tiempo o duración de cada ciclo, es decir el tiempo transcurrido
entre el inicio y el final de un ciclo. El periodo, por tanto, será el inverso de la frecuencia y se
mide en segundos.
T = 1/f

✓ La longitud de onda (λ) es la distancia espacial que hay entre dos puntos consecutivos en la
misma fase de onda. También podríamos definirla como el tiempo transcurrido entre dos
máximos consecutivos. Se mide en metros y, cuanto mayor es la λ, menor es la frecuencia. La
λ es importante ya que, para detectar estructuras u objetos de un determinado tamaño
empleando ondas sonoras, es necesario que la longitud de onda sea pequeña, generalmente
menor a la mitad del tamaño del objeto. Por este motivo, en diagnóstico por imagen se
emplean ultrasonidos (y no ondas sonoras ordinarias), cuyas λ son pequeñas y, por tanto, sus
frecuencias son mayores. En ecografía, este parámetro está relacionado con la resolución.

✓ La intensidad puede definirse como la energía que atraviesa un área determinada por unidad
de tiempo. El sonido, al igual que otras ondas, transmite energía que se puede medir a través
de un parámetro denominado intensidad acústica. Sus unidades son W/cm2, aunque lo normal
es utilizar el decibelio (dB), considerando que 0 dB es el umbral mínimo audible.

✓ La amplitud es el valor máximo que puede alcanzar la intensidad de la onda. En general, se


asocia el valor de la amplitud con la cresta de la onda, desde el eje 0 (fig. 4). La unidad de
medida suele ser en metros, en el Sistema Internacional. La amplitud de una onda, por tanto,
refleja el volumen que alcanza un sonido, de manera que, a mayor amplitud, mayor volumen.
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Figura 4: representación de la longitud de onda,


amplitud y frecuencia. En este caso, la frecuencia es
de 2 ciclos por segundos, o 2 Hz.

✓ EL ULTRASONIDO puede definirse como un tren de ondas mecánicas originadas por la vibración
de un cuerpo elástico y propagadas por un medio material y cuya frecuencia supera la del
sonido audible por el ser humano: 20.000 ciclos/s (20 KHz) aproximadamente. El oído humano
es capaz de captar frecuencias de entre 20 y 20.000 Hz o ciclos/s.

Estas ondas sonoras, como vimos antes, corresponden básicamente a una compresión y
descompresión periódica del medio en el cual se desplazan (fig. 5 y 6).

Figuras 5 y 6: Las crestas de las ondas se corresponden con la fase de compresión, mientras que los valles se
corresponden con las fases de rarefacción.

Por tanto, la frecuencia es una característica esencial de las ondas sonoras y, en base a ella,
podemos clasificar los sonidos de la siguiente forma:

- Infrasonidos: menos de 15 Hz.

- Sonido audible para el ser humano: entre 20 y 20.000 Hz.

- Ultrasonidos: a partir de 20.000 Hz.

- Ultrasonidos diagnósticos: entre 1.5 y 20 MHz.

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✓ ECOGRAFÍA DIAGNÓSTICA: técnica en la cual se utilizan los ultrasonidos para que, al atravesar
las diferentes estructuras, generen ecos de diferentes amplitudes dando lugar a imágenes que
permiten analizar los órganos por los que atraviesan.
III. BREVE RECUERDO HISTÓRICO

En 1794, Lazzaro Spallanzani, biólogo y sacerdote italiano, observó a los murciélagos


volando en la oscuridad y evadiendo obstáculos. Asumió que eran guiados por sonidos y no por la
luz. Teorizó que el sonido producido por los murciélagos no era percibido por el oído humano.

Pierre Curie, en 1880, efectuando investigaciones sobre las propiedades de los cristales,
con su hermano Jacques Curie, observó la aparición de potencial eléctrico a través de cristales de
cuarzo cuando se les aplicaba presión. El potencial variaba proporcionalmente a la presión
aplicada. Los hermanos Curie llamaron a este fenómeno piezoelectricidad, termino derivado de la
palabra griega “piezo” que significa apretar o comprimir (fig. 6).

Fig. 6: Un disco piezoeléctrico genera un voltaje cuando se deforma.

También se cumple la propiedad inversa: cuando un material piezoeléctrico


se somete a una tensión variable, se comprime y se relaja, oscilando a los
impulsos de una señal eléctrica. Este fenómeno físico se aprovecha para la
generación de ULTRASONIDOS.

En 1881, Gabriel Lippmann, luxemburgués, predijo de manera teórica la existencia del


fenómeno inverso: si se aplica a estos cristales un potencial eléctrico que cambie rápidamente, sus
caras comenzaran a vibrar. En efecto, cuando este material piezoeléctrico está en contacto con un
fluido, le transmite sus vibraciones y produce ultrasonidos. Este nuevo fenómeno sería confirmado
posteriormente, de manera experimental, por los hermanos Curie (fig. 7).

Fig. 7: efecto piezoeléctrico directo e inverso.

En 1915, Langevin, físico francés, desarrolló un sistema para la detección de submarinos


basado en el uso de ondas ultrasonoras producidas por la vibración de cristales de cuarzo. Este
sistema constituyó la base del sonar moderno.
Años más tarde, terminada la Segunda Guerra Mundial, un médico escocés, Ian Donald,
hizo una curiosa analogía: comparó los submarinos en el mar con un feto flotando en el líquido
amniótico. Así, el 21 de julio de 1955 decidió usar un aparto de ultrasonido (que se utilizaba para
detectar defectos en el metal) en una embarazada. Fotografió la primera ecografía de un feto. Se le
considera el padre de la ecografía diagnóstica.

IV. CONCEPTOS IMPORTANTES

La sonda de un ecógrafo se comporta como un transductor, es decir, como un dispositivo


que transforma una forma de energía en otra. En este caso, se habla de un transductor
piezoeléctrico electroacústico. El efecto piezoeléctrico, como se ha explicado, es el fenómeno de
transformación de la energía eléctrica en acústica (ultrasonidos) y viceversa en determinados
cristales (y otros materiales cerámicos), ya sean de origen natural, como el cristal de cuarzo, o
sintéticos, como el titanato y circonato de plomo (PZT).

Es importante tener en cuenta que estos ultrasonidos, cuando interaccionan con la


materia, van a sufrir una serie de modificaciones cuya magnitud, en mayor o menor medida,
dependerá de las características del medio por el que se propagan y de la naturaleza de las ondas
emitidas. Para entender esas modificaciones debemos tener en cuenta las siguientes
consideraciones:

✓ En primer lugar, debemos tener en cuenta que la velocidad de las ondas sonoras está muy
influenciada por las características del medio por el que transitan. El sonido viaja en el aire a
una velocidad de 340 m/s, mientras que en el hueso lo hace a 3000 m/s. Esto se debe a las
diferencias de compresibilidad y elasticidad. El sonido, por tanto, se desplazará más rápido en
los materiales rígidos y con más lentitud en los líquidos y gases.

✓ En segundo lugar, debemos tener en cuenta que el propio medio ejerce una oposición o
resistencia a las ondas que intentan atravesarlo. Esta resistencia se conoce como impedancia
acústica (Z). La impedancia es una característica del propio material (constante) y está muy
relacionada con la densidad del material (ν) y la velocidad del sonido en el material (v) (Z = ν·v).
Así pues, la impedancia en el hueso será mayor que en la sangre.

De manera general, cuando una onda atraviesa un medio o cambia de un medio a otro,
pierde energía (intensidad), experimentando lo que se conoce como ATENUACIÓN. Esta
atenuación es consecuencia de diferentes fenómenos que modifican la onda: absorción, reflexión,
refracción y difracción.
a) Absorción. Consiste en la pérdida de energía que se produce cuando un haz de ultrasonidos
atraviesa un medio, haciendo que las partículas que lo componen comiencen a vibrar;
debido al roce entre dichas partículas una parte de la energía se transforma en calor y se
pierde. Cuanto mayor es la absorción, menor es la penetración de los ultrasonidos en el
medio. En esto, tiene especial relevancia la frecuencia: a mayor frecuencia hemos visto que
la penetración es menor y esto se debe, básicamente, a que poseen longitudes de onda
menores que son preferentemente absorbidas y disipadas en forma de calor por el tejido
(fig. 9).

b) Reflexión o eco. Se produce cuando una onda (o parte de ella) encuentra un obstáculo que
no puede atravesar o rodear y regresa al medio del que procede en forma de eco. La
reflexión es la base de la ecografía (fig. 8 y 9).

c) Refracción. Consiste en un cambio en la dirección de la onda (una desviación), cuando esta


pasa de un medio a otro donde su velocidad es diferente. La onda refractada se propagará
con un ángulo diferente al de incidencia (fig. 8)

d) Difracción. Es la propiedad que tienen las ondas de rodear los obstáculos en determinadas
condiciones.

Figuras 8 y 9: Fenómenos de reflexión,


absorción y refracción de una onda

Por último, aunque abordaremos su estudio con más detalle en la siguiente unidad
didáctica, es conveniente conocer en qué consiste el efecto Doppler. Se trata de un fenómeno
interesante en relación con el comportamiento de las ondas sonoras y su frecuencia y con
importantes aplicaciones en el diagnóstico.

Este efecto consiste en la variación en la frecuencia del sonido que percibe un receptor
cuando la fuente de ese sonido se mueve respecto a él (acercándose y alejándose). Por ejemplo,
imaginemos una ambulancia que lleva las sirenas encendidas. Cuando esta ambulancia se acerca
hacia nosotros percibiremos el sonido de la sirena como más agudo, puesto que la compresión de
las capas de aire delante del vehículo hace que aumente la frecuencia del sonido. Sin embargo,
cuando el vehículo pasa de largo, alejándose la fuente del sonido, las ondas que quedan por detrás
de él se separan, disminuye la frecuencia y el sonido se percibe de forma más grave (fig. 10).

Fig. 10: representación del efecto Doppler.

V. INTERACCIÓN DE LOS ULTRASONIDOS CON LOS TEJIDOS

La base de la ecografía es la reflexión de los US y la captación de los ecos que se producen


como consecuencia del paso de la onda a través de las diferentes interfases entre los tejidos
corporales.

Aquí la impedancia (Z) juega un papel decisivo. En un medio homogéneo, una onda se
propaga y atenúa en función de las características propias de ese medio, pero para la obtención de
una imagen ecográfica diagnóstica se hace necesaria la presencia de interfases (con diferentes
impedancias acústicas) que generen ciertos niveles de reflexión de la onda o ecos.

La ecografía se aprovecha de la organización por planos de tejido que conforman la


anatomía humana. Estos planos diferentes (piel, grasa, fascias, tejido muscular, tendinoso, líquidos
corporales, vísceras, aire, hueso, etc.) hacen del organismo un conjunto no homogéneo desde el
punto de vista acústico, lo que genera reflexiones de onda cuando esta cambia de interfase y
permite la obtención de imágenes.

Cuando un haz de ultrasonidos llega a una interfase experimenta un fenómeno de


reflexión: una parte del haz se refleja en forma de ecos (ultrasonidos reflejados) y la otra parte
continúa hacia la siguiente interfase (fig. 11).

Figura 11: fenómenos de reflexión en la interfase.

Por tanto, cuanto más parecidas sean las impedancias de ambos medios, tanto mayor será
la transmisión y menor la reflexión (eco) y, al contrario, cuanto más diferentes, mayor será el eco
(tabla 2).
Interfases Reflexión (%)

Tejido blando - aire 99

Tejido blando - pulmón 52

Tejido blando - hueso 40

Tejido blando - grasa 0,69

Tejido blando - músculo 0,04

Gel conductor - piel 1

Tabla 2: reflexión de una onda de ultrasonido al atravesar diferentes interfases

En los diferentes tejidos blandos corporales, la velocidad de la onda sonora es muy parecida; esto
se debe a que las diferencias en las impedancias acústicas (Z) entre ellos es moderada y permite
que la onda penetre más y se refleje menos.

Las grandes diferencias de impedancia en las interfases entre tejidos se traducen en


reflexiones de onda mayores (como ocurre, por ejemplo, cuando una onda atraviesa un vientre
muscular y llega a una superficie ósea: la diferencia de Z entre músculo y hueso es alta, por lo que
se refleja gran parte de la onda). El motivo por el que se emplea un gel para realizar las ecografías
es, precisamente, ajustar (igualar) estas impedancias, lo que facilita la penetración de la onda
sonora desde el transductor al tejido.

VI. FUNCIONAMIENTO DE UN TRANSDUCTOR PIEZOELÉCTRICO

Teniendo en cuenta todo lo que se ha mencionado en apartados anteriores, la sonda


funcionaría según el siguiente esquema:
Tenlo en cuenta:

El aparato recoge dos datos fundamentales que les sirve para el procesamiento de la
información.

• El tiempo que ha tardado en reflejarse la onda (sabiendo la velocidad del sonido en el


interior del cuerpo y este tiempo, es posible saber a qué profundidad se reflejó la
onda).

• La intensidad de la onda reflejada (cuanto mayor sea, mayor brillo), lo cual da una idea
de la densidad de la estructura.

El siguiente ejemplo puede ayudar a comprender cómo se combina la información


obtenida para formar una imagen a partir de cada pulso:

Imagina una cuadrícula (o una hoja de Excel): la fila de arriba del todo contiene las piezas de
cuarzo, de izquierda a derecha. Todas ellas emiten un pulso de ultrasonido y a continuación
esperan. El pulso se transmite “hacia abajo” a lo largo de cada columna, y en un momento dado se
refleja. Es posible que en la primera columna haya recorrido cinco “celdas”, en la segunda diez
“celdas” y en la tercera siete “celdas” (es la analogía con el tiempo y la velocidad, que nos medía la
profundidad).

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Además, el de la primera columna tiene un 20% de la intensidad original, el de la segunda un 50%
y el de la tercera un 7%. Con esos datos, es posible conocer la profundidad y densidad de todos los
puntos. El ordenador recompone esta información para darnos la imagen.

Las sondas poseen múltiples transductores piezoeléctricos en serie; cada uno de ellos
proporciona los datos para la obtención de la imagen. La activación de los transductores es
variable, con lo que se mejora significativamente el rendimiento del ecógrafo.

Además, debemos saber que el ecógrafo no está continuamente emitiendo ultrasonidos,


sino que emite un pulso sonoro de duración variable y pasa a modo recepción. En este
modo capta los ecos y los procesa para convertir esa señal en imagen. La duración del ciclo
de pulso es mucho menor que la de recepción, por lo que podemos afirmar que el ecógrafo
está casi todo el tiempo «escuchando».

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