LA DESPENALIZACIÓN DE LOS DELITOS MENOS GRAVES

La investigación desarrolla la necesidad de despenalizar los delitos menos graves

en una sociedad democrática, en virtud del mal ejercicio de la función legislativa,
la cual pareciere que se ha tomado la tarea de criminalizar cualquier clase de
conducta social, penalizado con la sanción máxima, siendo esta la privativa de la
libertad humana, lo que ha generado que exista un gran número de delitos y por
consiguiente un congestionamiento en el sistema carcelario, realizándose un
análisis jurídico al sistema penal con el fin de establecer la viabilidad de
implementar una nueva política criminal basada en la minimización del derecho
penal con el fin de despenalizar los delitos menos graves y con ello lograr
descongestionar el sistema de justicia penal que impera en la actualidad, la cual
se enmarca dentro de una investigación científica de carácter descriptivo.

Uno de los problemas a los que se enfrenta el sistema carcelario con las personas
privadas de su libertad, es el no poder brindarles un servicio de salud y atención
general adecuada, la prisión prolongada perjudica la vida de los internos pues trae
consigo el deterioro físico y mental, y con esto se puede propiciar depresión,
ansiedad y violencia, sin embargo, en Guatemala existe una política encaminada a
la criminalización de las conductas, independientemente si las mismas sean o no
graves, lo cual ha generado que existan en los últimos años un aumento en la
creación de tipos penales y consecuentemente que estos sean sancionados con
pena de prisión, lo que ha conllevado que exista sobrepoblación en los centros
penales.

Como aporte del trabajo de graduación, se debe considerar que la

despenalización de los delitos menos graves se fundamenta en la aplicación del
derecho penal mínimo en la legislación guatemalteca, es decir, que dentro de la
política criminal debe estar incluido el principio de la última ratio, pues este debe
ser capaz de minimizar la violencia y así como también la fuerza punitiva estatal,
basado en un derecho penal en el que se respeten y se tutelen tanto los derechos
de las víctimas como de los victimarios, buscando con ello reducir al máximo lo
que el constituyente puede castigar, creando otras formas de poder sancionar las
conductas menos graves, sin necesidad de judicializarlas.