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Resumen:
Presentación
Ha sido de mucho interés para todo país hacer una buena organización de su territorio, y desde
luego de su sociedad; para lograrlo, es menester conocer la cantidad y disponibilidad de
recursos con que cuenta para adelantar su proceso de crecimiento y facilitar el bienestar de su
población; estas dos condiciones son necesarias y suficientes para obtener la estabilidad, tanto
del territorio como de la organización social que se procura, ya que de las relaciones sociales
que se den en ella, en el dinamismo de la producción y reparto de bienes entre los miembros
de dicha sociedad, depende el bueno, malo o regular clima de organización social, esto es
importante aclararlo porque de las buenas relaciones sociales que se presenten en una
comunidad, esto es, igualdad en oportunidades, se desprende o mejor, se facilita, desde luego,
el progreso de la misma
Sin embargo, es importante distinguir entre lo que significa el crecimiento como tal y el
desarrollo económico como bienestar de la sociedad; esto último se logra a partir de la eficiente
utilización de recursos y equitativa distribución de los ingresos, porque en una relación diferente
lo más expedito es el conflicto. Pero la buena organización social también depende de los
procesos que, en este sentido, se hayan dado a lo largo y ancho de su historia. Siguiendo en
esa línea el análisis, para el caso colombiano, motivo de este trabajo, se ha observado que la
crisis social y política que ella soporta se debe a la irregular forma de organización del Estado,
a la desigualdad de oportunidades, el inequitativo reparto de los recursos y bienes entre la
mayoría de la población que la conforman
Los tres últimos problemas señalados forman parte de la hipótesis que aquí se plantea:
recuperación de la organización democrática de la sociedad colombiana como pilar
fundamental de la convivencia pacífica, a través de la formación de una Sociedad Civil sólida,
que sea capaz de liderar los acercamientos entre las dos clases sociales antagónicas – ricos y
excluidos – y con ello, facilitar el desarrollo del país. El debate acerca de la Sociedad Civil en
Colombia está por realizarse; es urgente que se adelante, en este documento se señalan
algunos elementos que pueden tomarse como pautas para empezar la reflexión, ya que son
tópicos del mismo problema
Referencia Histórica
Desde los mismos inicios del pensamiento doctrinario económico, que posteriormente se
conocería como Liberalismo Económico, ha existido la preocupación de sus pensadores por
conocer, estudiar y dar explicación a las diferencias económicas entre los pueblos y sus
diversos grados de desarrollo; ello es así si se piensa en la diversidad de dotación natural de
recursos entre unos y otros territorios. Y es fácil la comprobación de esa inquietud si se revisa,
por ejemplo, el texto de Investigación Acerca de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las
Naciones, escrito por Adam Smith en 1776.
Desde esas calendas, y en ese mismo sentido, muchos han sido los indicadores seleccionados
para establecer las diferencias del desarrollo entre unos pueblos y otros; incluso, se han
empleado diversos calificativos con el propósito de establecer el nivel de distanciamiento entre
ellos; en tal sentido, se habla de países desarrollados, países en vía de desarrollo y países
subdesarrollo; en la modernidad se emplean otros varios criterios: países del primer, segundo y
tercer mundo, entre otros. Los indicadores seleccionados para este menester van desde los
kilómetros de carreteras construidos que tenga una nación, los kilovatios consumidos/ hora
mes por los habitantes, la tasa de crecimiento poblacional que ellos tengan, hasta los niveles
de analfabetismo, ingresos per cápita obtenidos y el grado de democracia, como una buena
forma de organización social y de gobierno que ellos hayan alcanzado. Este último indicador es
sumamente importante para medir el grado desarrollo de una nación, por cuanto “la
participación – lo mismo que la igualdad – son principios democráticos”. Hay que entender a la
participación y a la igualdad en el sentido de las oportunidades.
Es importante hacer un paréntesis para referirse, desde diferentes puntos de vista, al concepto
de democracia; y desde allí, poder entender mejor la relevancia y el papel que juega en la
organización de la sociedad. Al respecto Amartya Sen, premio nóbel en ciencia económica
1998, – en su escrito desarrollo como libertad – se refiere a la importancia de la democracia y
en ella a las libertades, como los instrumentos básicos para lograr el desarrollo; pero destaca,
para ello, la prioridad de las libertades políticas y económicas como esencia de su argumento.
Dice Sen:
“este tipo de opiniones se oye con frecuencia en los debates internacionales. ¿Por qué
preocuparse por cosas finas como las libertades políticas si hay cosas tan gruesas como las
acuciantes necesidades económicas? Esa cuestión y otras del mismo orden que reflejan las
dudas sobre la urgente necesidad de reconocer las libertades políticas y los derechos humanos
predominaron en la conferencia de Viena sobre los derechos humanos que se celebró durante
la primavera de 1993 y en la cual los delegados de varios países se mostraron contrarios a
defender en general los derechos políticos y humanos básicos en todo el mundo,
especialmente en el tercer mundo. Se dijo que lo que habría que central la atención era, más
bien, en los <derechos económicos > relacionados con las necesidades materiales importantes
En este tipo de análisis suele plantearse con frecuencia la siguiente pregunta retórica: ¿qué es
lo primero que hay que hacer? ¿Erradicar la pobreza y el sufrimiento o garantizar las libertades
políticas y los derechos humanos que de poco les sirven de todos modos a los pobres? ”.
Hay que destacar que Amartya Sen se refiere a las libertades, en el sentido de la ampliación de
oportunidades, para ensancharlas y lograr el desarrollo social
Desde otro ángulo, Luis Villar Borda se refiere a la democracia diciendo que
“en realidad se trata una opinión que refleja un pensamiento o una ideología política, es algo
que concierne a una convicción personal sobre el origen, la naturaleza y el ejercicio del poder.
¿Puede confiarse al elector, al ciudadano, la decisión sobre quiénes hayan de gobernarlo?
¿Está bien que sean los propios administrados quienes escojan a sus mandatarios, a los
gestores de los negocios públicos, o es peligroso y eventualmente perjudicial para la misma
sociedad dejar en sus manos ese poder y es preferible buscar otros métodos y procedimientos
para esos fines? Como puede verse, no se trata de un punto secundario, sino de algo esencial:
es la diferencia entre una concepción democrática y una concepción autocrática”
Sin embargo, no se puede olvidar el concepto primario de Demos – pueblo – Cratos – autoridad
–, de la floreciente sociedad griega; de donde emanaba toda ley aplicada al pueblo
En la medida en que los ciudadanos de un nación tienen igualdad en las oportunidades para
ser elegidos como gobernantes y de elegir a sus gobernantes, se puede esperar que existe una
sociedad más organizada, en cierta forma, democráticamente, porque se ha llegado a
sentenciar, por ejemplo, que
“la elección de presidente de la república por el voto popular, universal y secreto de los
ciudadanos es un principio democrático fundamental, sin que ello haga deducir que todo
Estado con elección popular sea un Estado auténticamente democrático. Es elemental que la
elección se refiere solo a un aspecto, el de la democracia política, que de otra parte no será
real sino en la medida en que coexista con la democracia social y económica”
Desde este punto de vista, el grado de participación del ciudadano común en la elección de sus
autoridades y de acuerdo con la sociedad en que viva lo habilita, desde una perspectiva, para
ejercer un control directo sobre sus gobernantes; esa manera de mirar la estructura de la
organización de una sociedad hace pensar en que existen diversas formas de gobierno y cada
uno de estos dispone de su propia Constitución; originándose así tres formas de gobierno y,
desde luego, tres formas de Constitución, con sus propios nombres y apellidos: Monarquía –
Tiranía; Aristocracia – Oligarquía y República – Democracia. Sin embargo, la original
organización social en torno a la democracia no siempre garantiza la participación y, mucho
menos, la igualdad y el respeto de los derechos del ciudadano común
Las sociedades menos democráticas, y hay que utilizar esta expresión dado los diversos
matices que ellas tienen, son un claro ejemplo de tal situación, ya que la exclusión y la
negación que se hace al ciudadano, de alguno de sus derechos, conlleva a los enfrentamientos
políticos armados, debido a la legal reclamación de los derechos que se le niegan, y que están
establecidos por la Constitución. Es el caso de la sociedad colombiana, no obstante rezar en el
Artículo uno (1) de la Carta Política que
Este mar de calamidades – sociales, económicas y políticas – que se vive en la nación, tiene
sus propias raíces. Una corriente de opinión es del criterio que está cimentado en la particular
forma de organización y dirección del país y en la manera de hacer política, que históricamente
lo ha caracterizado. Una razón suficiente para este supuesto es que en los países con
procesos de violencia socio – político y malestar económico, el deterioro en la estabilidad de
sus autoridades y el bienestar material de la población se reflejan en las condiciones de su
democracia, ya que ésta se hace frágil en la medida en que la clase media, que hace de enlace
o de colchón entre la clase pobre (lea excluida) y la clase rica para facilitar la toma de
decisiones y la aplicación de las políticas con miras al desarrollo, se empobrece también, es
decir, se diluye, poco a poco , como consecuencia del deteriora de su propia y buena condición
económica; quedando únicamente como medio de relación las dos clases antes mencionadas,
esto es, se produce la polarización de las fuerzas sociales y con ella la agudización de los
conflicto
Otro grupo de críticos, acerca de la crisis que soporta la sociedad colombiana, argumenta que
Otros pensadores argumentan que el concepto de Sociedad Civil está cargado ideológicamente
y, en ese sentido, puede verse como un concepto moderno o quizás, postmoderno, esto es,
tomando como referencia al pueblo – al conjunto de los ciudadanos –. Cuando se habla del
Estado inmediatamente se le entiende desde la situación social, económica y política; en ese
sentido hay que delimitar el poder para ejercerlo dentro de la armonía de todos los elementos
que lo forman. Así las cosas, la Sociedad Civil se puede definir como la parte de la población
que está por fuera del poder, del establecimiento, que es diferente al concepto que
generalmente se tiene de Estado: como unión de poderes
A propósito del Estado, Juan Jacobo Rousseau escribe acerca Del Estado Civil – en El
Contrato Social –
“este tránsito del estado de naturaleza al estado civil, produce en el hombre un cambio muy
notable sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus acciones la moralidad
que antes les faltaba. Sólo entonces es cuando sucediendo la voz del deber al impulso físico y
el derecho al apetito, el hombre, que hasta aquel momento sólo se mirará a si mismo, se ve
precisado a obrar según otros principios y a consultar con su razón antes de escuchar sus
inclinaciones. Aunque en este estado se halle privado de muchas ventajas que le de la
naturaleza, adquiere por otro lado algunas tan grandes, que sus facultades se ejercitan y se
desarrollan; sus ideas se ensanchan, se ennoblecen sus sentimientos, toda su alma se eleva
hasta tal punto, que si los abusos de esta nueva condición no le desagradecen a menudo
haciéndola inferior a aquella de que saliera, debería bendecir sin cesar el dichoso instante en
que la abrazó para siempre, y que de un animal estúpido y limitado que era, se hizo un ser
inteligente y un hombre
“Reduzcamos toda esta balanza a términos fáciles de comparar. Lo que el hombre pierde por el
contrato social, es su libertad natural y un derecho limitado a todo lo que intenta y que puede
alcanzar; lo que gana, es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee. Para no
engañarse en estas compensaciones, se ha de distinguir la libertad natural, que no reconoce
más límites que las fuerzas del individuo, de la libertad civil, que se halla limitada por la
voluntad general; y la posesión, que es sólo el efecto de la fuerza, o sea, que no se puede
fundar sino en un título positivo
“Además de todo esto, se podría añadir a la adquisición del estado civil, la libertad moral, que
es la única que hace al hombre verdaderamente dueño de sí mismo; pues el hombre del solo
apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno se ha impuesto es libertad Pero
demasiado he hablado sobre este artículo, y el sentido filosófico de la palabra libertad no
pertenece al objeto que me he propuesto”
He aquí también, algunos apartes Del Principado Civil – escrito por Niccolo Machiavelli en su
libro El Príncipe – “vengamos al segundo modo con que un particular llega a hacerse príncipe,
sin valerse de nefandos crímenes, ni de intolerables violencias. Es cuando, con el auxilio de
sus conciudadanos, llega a reinar en su patria. A este principado lo llamo civil. Para adquirirlo,
no hay necesidad alguna de cuanto el valor o la fortuna pueden hacer sino más bien de cuanto
una acertada astucia puede combinar. Pero nadie se eleva a esta soberanía sin el favor del
pueblo o de los grandes. En toda ciudad existen dos inclinaciones diversas, una de las cuales
proviene de que el pueblo desea no ser dominado y oprimido por los grandes, y la otra de que
los grandes desean dominar y oprimir al pueblo. Del choque de ambas inclinaciones dimana
una de estas tres cosas: o el establecimiento del principado, o el de la república, y el de la
licencia y la anarquía. Cuanto al principado, su establecimiento se promueve por el pueblo o
por los grandes, según que uno u otro de estos dos partidos tenga ocasión para ello. Si los
grandes ven que no les es posible resistir al pueblo, comienzan por formar una gran reputación
a uno de ellos, y, dirigiendo todas las miradas hacia él acaban por hacerle príncipe, con el fin
de poder dar a la sombra de su soberanía, rienda suelta a sus deseos. El pueblo procede de
igual manera con respecto a uno solo, si ve que no le es posible resistir a los grandes, y con el
fin de que le proteja con su autoridad
“El que consigue la soberanía con el auxilio de los grandes se mantiene en ella con más
dificultad que el que la consigue con el del pueblo ......
“Añádase a lo dicho que si el pueblo es enemigo del príncipe, éste no se verá jamás seguro,
pues el pueblo se compone de un número grandísimo de hombres, mientras que, siendo poco
numerosos los grandes, es posible asegurarse de ellos más fácilmente”
También, es pertinente hacer mención del concepto que de Estado y sociedad civil manejan
Karl Marx y Friedrich Engel –en sus escritos económicos varios–“La burguesía, por ser ya una
clase, y no un simple estamento, se halla obligada a organizarse en un plano nacional y no ya
solamente en un plano local y a dar a su interés medio una forma general. Mediante la
emancipación de la propiedad privada con respecto a la comunidad, el Estado cobra una
existencia especial junto con la sociedad civil y al margen de ella; pero no es tampoco más que
la forma de organización a que necesariamente se someten los burgueses, tanto en lo interior
como en lo exterior, para la mutua garantía de su propiedad y de sus intereses. La
independencia del Estado sólo se da, hoy en día, en aquellos países en que los estamentos
aún no se han desarrollado totalmente hasta convertirse en clase, donde aún desempeñan
cierto papel los estamentos, eliminados ya en los países más avanzados, donde existe cierta
mezcla y donde, por tanto, ninguna parte de la población puede llegar a dominar sobre las
demás
“Como el Estado es la forma bajo la que los individuos de una clase dominante hacen valer sus
intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de una época, se sigue de
aquí que todas las instituciones comunes tienen como mediador al Estado y adquieren a través
de él una forma política. De ahí la ilusión de que la ley se basa en la voluntad y, además, en la
voluntad desgajada de su base real, en la voluntad libre. Y, del mismo modo, se reduce el
derecho, a su vez, a la ley”
“El concepto de sociedad civil también está caracterizado por Marx como la visión de la
sociedad en términos de una sumatoria de individuos, cada uno concibiéndose a sí mismo y a
su vida entera a través de sus intereses personales – básica, pero no exclusivamente
económica – y a los demás únicamente como medios que puede usar para conseguir sus
propios fines. La sociedad civil es también la <<forma suciamente judaica de manifestarse>>
(Marx, 1996d:404) la sociedad burguesa, es decir, se trata de concebir toda la vida en términos
puramente utilitarios”.
Asi mismo, es bueno conocer el concepto que de sociedad civil tiene Kant, el cual manifiesta en
su escrito Filosofía de la Historia; donde tratando de explicar el hilo conductor de la relación
evolutiva natural del hombre y su forma de organización como ser racional, en su Quinto
Principio afirma:
“El problema mayor del género humano, a cuya solución le constriñe la Naturaleza, consiste en
llegar a una SOCIEDAD CIVIL que administre el derecho en general. Como sólo en sociedad, y
en una sociedad que compagine la máxima libertad, es decir, el antagonismo absoluto de sus
miembros, con la más exacta determinación y seguridad de los límites de la misma, para que
sea compatible con la libertad de cada cual, como sólo en ella se puede lograr el empeño que
la Naturaleza tiene puesto en la humanidad, a saber, el desarrollo de todas sus disposiciones,
quiere también la Naturaleza que sea el hombre mismo quien se procure el logro de este fin
suyo, como todos los fines de su destino; por esta razón, una sociedad en que se encuentre
unida la máxima libertad bajo leyes exteriores con el poder irresistible, es decir, una
constitución civil perfectamente justa, constituye la tarea suprema que la Naturaleza ha
asignado a la humana especie”
Desde estos diferentes enfoques, se puede deducir que el mar de problemas que aqueja a la
sociedad colombiana tiene sus propias raíces, históricamente hablando, en la desigual e
irregular conformación del Estado, ya que éste se inicia con el nacimiento del sistema
capitalista en el país; a la sombra del cual fue posible acomodar el modelo de cooptación
política y de concesión económica, suceso que no ha hecho otra cosa sino facilitar la exclusión
de la mayoría de la población colombiana de los procesos de organización política, de la
actuación en la actividad productiva y, como si fuera poco, de ser beneficiaria de los programas
sociales adelantados por los diferentes gobiernos; convirtiendo así, al Estado, en el principal
generador de violencia
Desde el punto de vista económico, la exclusión le ha hecho grandes daños al país, por cuanto
no ha facilitado la consolidación de un proceso verdaderamente productivo; la actividad
económica formal colombiana ha decrecido en los últimos años y el crecimiento de la
“economía informal es el resultado de los mesocontratos ad – hoc que existen entre grandes
grupos privados y sindicatos públicos y fracciones de la burocracia para poner a su provecho
instrumentos de la política económica”
Diseño de la Propuesta
De acuerdo con las anteriores definiciones a cerca de la Sociedad Civil, es decir, la parte de la
población que está por fuera del aparato militar de Estado; las apreciaciones de las Corrientes
Liberal y de Planificación Centralizada en el Estado; la conformación histórica de la sociedad
colombiana y el Modelo de Desarrollo Liberal de principios del siglo XX, hacen pensar que ésta
tiene un componente muy amplio; en el cual cabe enumerar a las sociedades gremiales,
sindicales, asociaciones civiles y solidarias, uniones civiles, los desempleados, vendedores
ambulantes y estacionarios, grupos étnicos y, desde luego, los desplazados
La gama de componentes así definidos permite comprobar lo complejo y difícil que es hablar y
en definitiva, integrar una representación verdadera, democrática de la Sociedad Civil ; pero, en
aras del ejercicio reflexivo que aquí se plantea, es conveniente tener en cuente el siguiente
diseño: definir cuales son las verdaderas instancias u organizaciones componentes de la
Sociedad Civil; elegir uno o más representantes de cada una de ellas, dependiendo de la
estructura a conformar, e integrar, desde lo local, es decir desde el municipio, lo que se puede
denominar, Junta Local o Municipal de la Sociedad Civil; como la única responsable de la
representación y participación o interlocutora de la población con el Estado; tiene que existir
representación de los diferentes entes territoriales para facilitar el proceso, tanto de selección
de dichos miembros como para los diálogos entre la Sociedad civil y el Estado, es decir, se
puede proyectar este esquema a lo regional, nacional, o de acuerdo con la división territorial
existente, para darle un contenido sólido a la estructura de representación democrática de la
sociedad civil
Frente a las calamidades que vive la nación, se hace urgente consolidar la verdadera
democracia en el país; para ello, hay que partir de la construcción de un proceso político serio,
que facilite la inclusión de la mayoría de la población marginada en la organización y
conducción de la sociedad en su conjunto, valga decir, en lo político, económico y social. Lo
anterior es factible con la recuperación de la democracia, a partir de la construcción de la
Sociedad Civil; es ella quien puede exigir, en un Estado democrático – del cual debe formar
parte legal, – la participación plena en los procesos políticos, el cumplimiento de las leyes y
mandatos acordadas, los programas de desarrollo gubernamental propuestos y el
mejoramiento económico de todos; para que no sean resueltos estos mandatos por “la ley de la
fuerza”. Esta reflexión conlleva a que hay que reformar la actual estructuración del Estado Civil
Colombiano; para darle verdadera representatividad a la Sociedad Civil, ya que es la única que
puede dar solidez, fortaleza y reconocimiento a los gobiernos democráticos, populares
Al respecto, se escuchan voces que proponen la reforma total del Estado Nacional. El senador
Rodrigo Rivera argumenta por ejemplo, que se debe ir “hacia un nuevo federalismo para
Colombia” sobre la base de que
“Colombia padece una pesadilla. Por más de cuatro décadas este país privilegiado ha
soportado los efectos de una guerra de desangre lento e imparable que ha consumido fuerzas,
minando sus esperanzas y cuestionando su viabilidad como Nación. ¿Qué razones pueden
explicar semejante situación? Quienes confunden el síntoma con la enfermedad, consideran
que no hay paz porque falta diálogo o porque falta bala Desgraciadamente la respuesta no es
tan simple. Hay muchas razones que han contribuido al desajuste territorio – nación – gobierno
y, por lo tanto, a la guerra. Pero hay, entre ellas, dos estructurales: el centralismo político y la
equivocada visión de lo rural”
Otra voz que clama por la reforma del Estado es la del ex presidente Alfonso López Michelsen,
quien propone un sistema parlamentario a cambio del presidencial, para evitar el exceso y
concentración de poder en el presidente. Así, la elección de primer ministro se haría por parte
del parlamento; de la misma manera su revocatoria de mandato
Algo similar sostiene el Ex presidente argentino Raúl Alfonsín para el caso Latinoamericano,
que bien encaja para Colombia:
“recuperar la decisión del Estado, porque estamos manejados – mucho más de lo que se
supone – por las fuerzas empresariales locales y, externamente, de parte de las presiones que
sufrimos de los poderosos. Es una lucha que tenemos que realizar internamente, a través de
búsquedas de comunes denominadores de los partidos políticos progresistas, porque, si no,
nos va a tragar la derecha. Esto lo veo venir ..... “Aveces tenemos la culpa porque hay casos de
corrupción ..... Antes de que sea demasiado tarde, debemos buscar esos comunes
denominadores a que hice referencia ..... Creo cada vez más que los sistemas presidencialistas
en América latina deben dar pasos a sistemas parlamentarios o semiparlamentarios”
“Esta vez no podemos equivocarnos ..... La crisis actual es resultado, por lo menos, tanto de un
comportamiento irresponsable de la clase política haitiana como de las omisiones y deficiencias
de los anteriores esfuerzos internacionales. Esto significa que un verdadero éxito incluirá la
ayuda para permitir que surjan grupos políticos nuevos y más responsables, partiendo del
papel desempeñado durante la crisis por la sociedad civil ..... Unicamente con una participación
sostenida junto al gobierno y la sociedad civil podremos construir las instituciones que permiten
que la democracia eche raíz”
En el Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia 2003: El Conflicto, callejón con salida,
resume el problema así:
“parte sustancial de los remedios pasa por un cambio de enfoque del Estado frente a los
conflictos, ante todo agrario, pero también laborales o por los excedentes que generan zonas
de ganadería, minería, agroindustrial ..... La política debe retomar el lugar que le quitó la
violencia. Los partidos tradicionales, se afirma, se dedican a las elecciones y no a la política y
el sistema se ha mostrado incapaz de gestionar los conflictos sociales. Se plantea fortalecer los
partidos y abrir la discusión hacia un régimen parlamentario, y un ordenamiento territorial más
federal, de regiones grandes y fuertes”
Así mismo, el investigador social Aroldo Guardiola, en su estudio La Regionalización del Caribe
Colombiano, se refiere al tema de los desajustes del Estado Colombiano y propone que su
orden “es posible y viable desde las perspectivas de la democracia radical, para avanzar en la
superación de la crisis político – institucional del Estado colombiano, la resolución del
exacerbado conflicto armado y la reconstrucción nacional”
En definitiva, hay que desarrollar un “Proyecto Político – Social para construir la verdadera
Sociedad Civil en Colombia”, que permita enfrentar la rampante idea de la globalización, como
pensamiento estratégico neoliberal, que con el fatal concepto del egoísmo del individuo
actuando en los mercados libremente, se logrará el equilibrio social. El principio del “mercado
todo lo hace”, hasta la fecha, no ha sido probado, no ha dado los resultados prometidos, y
únicamente ha servido para resolver los ciclos de las crisis del sistema capitalista
Hasta en la esfera internacional actúan haciendo lo propio, como se puede leer en el dominical
del periódico El Tiempo, del domingo 24 de Agosto del 2003:
SEN, Amartya. Desarrollo como Libertad. Editorial Planeta, S. A., 2001 VASCO URIBE, Luis
Guillermo. Notas de Viaje. Acerca de Marx y la Antropología. Fondo de Publicaciones de la
Universidad del Magdalena, 2003 VILLAR BORDA, Luis. Autonomía, Planificación y Desarrollo.
Universidad Externado de Colombia, 1986