Está en la página 1de 32

ADULTO CRISTIANO GARRIDO PARTE 2 CRISIS

1. ¿Por qué la crisis afectiva?


12.1.A los 40 años,se supone, uno ha tenido que haber amado.La afectividad
consisteen la capacidadde percibiral sujeto personalviviente.Y ahora que el corazón
tiene historia, aparecenlosrostrosconocidos,con su nombre.

En la infancia uno ama como reflejo de ser amado.En la adolescencia,el amor es


proyeccióndel deseo.El adulto joven descubresu identidad en relación con un tú (Dios,
la pareja, la amistad). El adulto maduro ha vivido el drama del amor.

Drama es esa historia concreta en que se ha comprometido el corazón y se ha


experimentadouno de sus misterios irreductibles,lavinculación.Poreso,amarno
estenerhijosy alimentarlos,ni hacer el voto de castidad y dedicarse a la oración, ni ser
ordenado para el ministeriosacerdotal y dedicarse a hacer el bien, sino sentir la vida del
otro, sufrir y gozar con los
sufrimientosyalegríasdelotro,acompañar,rechazar,apropiarse,olvidarsede sí,luchar
por,entregarse,necesitary renunciar ...Evidentemente,dependede la propiavocación.En
el matrimonio,la trama de los sentimientoshumanos ocupa un lugar determinante.En el
celibatoes mássutil,porquela relacióninterpersonalfundantees espiritual.Pero a los 40
años, se supone,uno ya tiene laexperienciade haber amado.

Ese hijo difícil que tanto hace· sufriry por quienseharía


cualquiercosa.Aquelamigo/aqueaparecióen un encuentrocasual,con quiense
establecieronlazos de confianzay comunicación,que
comprometióinclusolavinculaciónque definía el proyecto básico de vida. Estas
personasa quienes se ha ayudado de un modo diferente,puesla ayuda no consistióen
hacerlesun favor,sino que creó una relacióninterpersonal...El dramase ha
concentrado,sobretodo,en el tú que definióla propia identidad. No ha sido fácil amar.
Ha habido que renovarlo cada día. Más de una vez nos hemos sentido
cansados.Cuando uno se casa u opta por el celibato,se crea expectativas, en gran
parteporqueidealiza el amor.En la relaciónde cadadía,la finitud impone la limitación,el
conflicto,la frustración.Aunque el objetodelamorsea Dios,y precisamenteporquees
Dios. [Tiene tan poco que ver con lo que uno se ha imaginadodesde sus necesidadesde
gratificación ...!Por eso la tentaciónde no amar,de replegarsey contentarsecon un trato
agradabley tolerante,ha sido persistente.

El dramadel corazóndel adultomaduroconsisteen esta doble sensación:sí, ha


amado,y es en la afectividaddonde se ha sentido vivo, donde ha experimentadola
densidad del tiempo; peroahoraya conocelo que el amorda desí,¿y merecíala pena tanto
desgaste, tanta entrega?Afectividadenraizaday, al mismo tiempo,sometidaa crisis.
Porqueel amor de la parejaarrastrael peso de larutina, el rocede
laslimitacionesmutuas,acumuladasduranteaños. En los primeros conflictoscreías que
era un mal momento,que todo cambiaría.Ahorasabes que todo seguirá igual,porque ni
ella ni tú vais a cambiar.Unosaños antes,larelaciónsexual os daba la ilusión de la
intimidad. Ahora se ha reducido a costumbre,a gratificaciónmomentánea.¿Os queréis?
Sin duda; pero ¿por qué os lo decís tan pocas veces?

Si Dios fuera alguien que te acaricia ...Después de 25 años de oración,¿qué frutos


he recogido? Llevo más de 15 de aridez. Al principiolo atribuía al trabajo. Era fiel a la
oración personal diaria,al retiro mensual,a los ejerciciosespiritualesanuales ... El
deseo de Dios ha llegado a dolerte: ejercicios personalizados
demes,semanasdeexperienciadeDios ...Ahoratienesla sensaciónde estar condenado/aal
Dios ausente, atrozmentelejano.Másque culpable,tesientesfrustrado.A veces,en un
instante,tucorazónse estremece;peroyano te fías.Enlos primerosaños de vida
religiosa,cuando te preguntaronsiDios te llenaba,dijiste que sísin vacilación.¿Y ahora?

Pasemosrevista a los hombresde las personasa quienes hemos querido de


verdad,dándolesgenerosamentelo mejor de nosotros mismos: rupturas por
incomprensión, heridas que más vale no tocar,desagradecimiento, sensaciónde haber
sido utilizado ...Y no es que te sientas víctima del desamor.Volverías a hacer lo
mismo,porque es lo mejor que has hecho en tu vida, no calcularel amor; pero ¿por qué
la vida obligaimplacablemente al desprendimiento?

12.2.La crisis afectiva del adulto se manifiesta de muchas maneras.Con


frecuencia,de forma paralizante.Simplemente, se renunciaa amar.La
relacióninterpersonal es sustituida por gratificacionesfísicas inmediatas y
controlables:la ansiedad por el trabajo,el placerde lacomida,la acomodaciónal ritual de
lo cotidiano,las pequeñasaficiones(por ejemplo, el coleccionismo ), la evasiónde
responsabilidades nuevas ...

Otras,de formaactiva,intentandorenovarloque queda de ilusión.Voy a señalar


algunas expresionestípicas de la afectividaddel adulto en crisis.

Especialnecesidadde ternura.Volver a encontrar un minuto de ternura ...El adulto


vendería todas las glorias del mundo por una caricia.¿Por qué?

Cuando has dado tu vida por una causa, y ésta no se realiza, y además sabes (hasta
ahora todavía abrigabas algunas esperanzas)quenovaa realizarse,¿quétequeda?
Tevuelvesa la felicidadprimaria.La causa representa el esfuerzo,la
responsabilidad,losobjetivosdelproyectodevida detus 25años. Puede ser la
evangelizaciónde un mundo cada día menos cristiano,la liberaciónde los oprimidos,la
promociónde los marginados,o algomás cercano:la familia,la perfecciónespiritual...La
ternurarepresentael resto de felicidadque te queda al cabo de tanta luchainútil.

Este momento es propicio para nuevas relacionesafectivas, especialmentesi


lasquese tienennosonsatisfactorias.¿Por qué los amores tardíos del cincuentón?¿Por
qué ese amigo, que hasta ahora era sólo un amigo,comienzaa ser mirado con ojos
distintosporestamujerintachableyabnegada?¿Porquéla mayoría de los problemas
afectivos de los célibes se dan a partir de los 35 años?

En este caso,casi siemprese acumulanla crisis de autoí. mageny la crisisde


realismo.El célibeentregósuvida muyprontoa un ideal.Si la educacióninstitucional
reforzó su idealismo (lo que suele ser habitual),el ciclo vital del adulto joven ha
estadomarcadopor un desfase:proyectoidealistay retraso en la integración de
necesidades humanas. Consecuencia: la experienciade la realidady su limitación
permiten que los mecanismosde control/represión de necesidadesse aflojeny, por lo
tanto,emerjanahora.A los 38 años se descubreal hombre/ mujercomosi se tuviesen16
años.Necesidadde vivir lo no vivido,idealizaciónrománticadel amor humano ...

Muchas crisis afectivas de célibes nacen de hondura mayor: de la lucidez de un


celibato sin expectativas.Precisamenteporque a esta edad no esperasque Dios llene tus
necesidadeshumanasy porque,a travésde tu entregaal prójimo,te has encontradocon
rostros concretosy has comenzadoa darte cuenta de que tu amor idealista era
demasiadoabstracto.Polarizada en Dios, la necesidad humana de significar algo
personalmente para alguienestabalatente,y haemergidoahora,cuandohasconocidoa
personasde carney huesoy larelacióncon Diosya no puedeser sublimadacomoal
principio.

12.3.El adulto maduronecesitaser necesitado

Pareceun sentimientocontrarioal anterior.La necesidad de ternuranace de


lafrustraciónde expectativas;la necesidad de sernecesitado por otro nace del amor a
laresponsabilidad. Perose mezclanlos sentimientos,ya que la necesidadde ser
necesitadopuedeenmascararel deseo infantilde posesión.

Hay que suponer que el realismo empuja al adulto maduro a protegersea sí


mismo.Está cansadode responsabilidadesy quiere atenerse al calor de lo
conocido.Pero ¿por qué esa manía de salvara losdemás?Podemosatribuirlaa
lainerciade los años.¿No ha dedicadosu vida precisamentea los demás? Sin
embargo,respondea algomás:sernecesitadoprotegedela conciencia de la finitud.
Cuando una madre cristiana,al hacerse sus hijosmayores,decidededicarsea
losancianoso adoptar nuevos niños, a sus 45 años,puede hacerlo porque el amor de
autodonaciónestátotalizandosu vida;pero,también,porque no puedeasumir el
desprendimiento de lossuyos.

Especialmente, el célibe tiene la manía de proteger.Acostumbradoa


ayudar,educadoen el autoritarismodel amor,lecuestaaceptarla autonomíade las
personasa las que ha despertadoa la vida.Es la edad de la solicitud(Erikson) y, por lo
tanto,del amor desinteresado(cf.cap.26); pero esa solicitud puede ocultar laamenaza
de pérdida.Cuando uno es necesitado tiene la ilusión de mantener las vinculaciones,
de ser importante para los otros.
Estos sentimientos ambivalentes son frecuentes, y casi diría
queconstituyeneltrasfondodelacrisisafectivadeladulto maduro.Se percibenen ciertos
comportamientos:

Los celos. El adulto maduro se pone fácilmente celoso. Lo has hecho todo por esta
persona,y ahora se va con otro… ¡Sialmenossupiesesqueibaaserfeliz… Perotiendesa
retenerla,porquesólo tú puedesdefenderlade los peligros.

Se distinguende los celos pasionalesde la juventud.Son redes sutiles, en que la


posesividad está hecha del miedo a perder a laspersonas,a sentirsesolo.

El sentirse desmesuradamente responsable y, por lo tanto, culpable.En vez de


hacer lo que puedas,te empeñas en no frustrarlas expectativasajenas.Cuandouno es
maduro,suele ser necesitado.Se supone que es la época en que mejor puedes ayudar: a
los jóvenes,porque tienen que aprender a vivir; a los ancianos,porque no pueden
valerse por sí mismos. Es el tiempo de ocuparcargosde responsabilidad,y todoincita a
la preocupaciónpor los demás.

Peroesaansiedadque quiereestaren todote delata.La sabiduríapopularlo


expresabien:«Todossomosnecesarios, pero nadie es imprescindible».

12.4.El adulto maduro necesitaser admirado

La Rochefoucauldhizo la observaciónsiguiente:«Lo que nos incita a hacer nuevas


amistades no es tanto el cansancio que tenemos de las antiguas o el placer del
cambio,sino el disgusto que nos produceno ser suficientementeadmiradospor los que
ya nos conocendemasiadoy la esperanzade serlo todavía más por aquellos que no nos
conocentanto».

Esta perspicazobservaciónnos hace comprenderpor qué es


relativamentefrecuenteencontrara un adulto maduroenredado con algún amor
juvenil.La gente de alrededor se pregunta:«¿Cómoes posibleque no se dé cuentadel
error?».El amor, ciertamente,no tiene edad. Pero cualquiera ve lo que hay detrás de
esosamorestardíos:la ilusiónde no perdercapacidadde seduccióno de mantener la
autoimagen.Como es fácil también percibirla razón de por qué el célibe cuarentónse
quiere casar con la viuda desconsoladaque se ha quedadocon 4 hijos: esa mezcla de
necesidad de ser admirado y de ser salvador de causas perdidas.A ciertaedad no es
fácil darse cuentade cuán sutilmente se proyecta la afectividad. Esta viene rebozada de
razones altamente justificables. Sin embargo,a un observadorobjetivo no se le escapa
el carácterilusoriode las nuevas relaciones.

¿Por qué a esta edad el corazón del hombre lo mismo puede atrincherarseen el
realismomás desesperanzadoque volvera nacer de sus cenizascomosi se
tuviesen17años?

Los griegos crearon el mito de Pigmalión como una variante de lo que estamos
tratando: el escultor que se enamorabade sus propiasobras.La segunda edad se presta a
ello especialmente. Amor y solicitud van juntas;añadamosun toque de narcisismo, y
ya tenemos el lazo amoroso del profesor y su alumna preferida, del psiquiatray su
cliente,del maestro/ay su discípulo/a.

12.5.Las distintas facetas de la crisis afectiva nos revelan un tema de fondo:


lasoledaddel adulto maduro.

Tienetodaslas razonesparasentirse acompañadoy


querido:mujer,hijos,amistades,compañerosde trabajo;o bien, en el casode los
célibes:hermanos/asde congregación,relaciones de ayuda, confianza,trabajo, y
amistades que han surgido al ritmo de la propia vida ...¿Por qué, sin embargo,esa
tristeza que emergede muy adentrosin razonesespeciales?

Sin duda,el mundoafectivoha sido ámbitoprivilegiado en que se ha


experimentadola incomprensión,lo difícil que es crear una relaciónestabley confiada,lo
limitadosque somos en este terreno,a lo que hay que añadir expectativasfrustradas,
heridas,desgarros,la muertedeseresqueridos;y quizámás dolorosamenteaúnse ha
experimentadocómolo que parecía un amor eterno ha dado paso,a través del
distanciamiento, a laindiferencia.

Lasoledadexpresaeselargoaprendizaje de la vidaque nos va convenciendode la


finitud de todo. El amor nació porquecreíamos que era la única fuerza capaz de
superar la mediocridad y lalimitación. Lo idealizamos. Pero a esta edad ya no es
posible volver a «subirse a la nube».Por eso queda la tristeza,que unas
vecessetraduceenaburrimientoyotrasennostalgiadelo perdido.

¡Cuántasveces sesorprendeel adulto con lágrimasen los ojos por una simpleza!¿Por
qué estoy tan sensible? Una escena de ternura,una
cariciaimprevisible,lacontemplaciónde una tarde que se muere ...Y él mismo no se
entiende,porque sigue funcionandoen la vida como si los sentimientosno fueran
«realistas».Este contrasteentremomentode blanduray talante de durezay eficaciale
desazona.

12.6.La maduracióndependedel gradode madurezcon que se haya amado, decíamos


en el capítulo primero. La segunda edad sirve, cabalmente,para discernirlo.Como
vamos repitiendo a modode tesis: a partir de los 40 años se revela laverdad de la
propiavida,dóndey cómotieneunofundamentadasu vida, en este caso su
afectividad.Problemas pendientes u ocultos
aparecenaplenaluz.Mejordicho,aparecensiselesdeja. Porque,como veremos también, la
mayoría de los humanosse lasarreglapara no enfrentarsea ellos.

Doschicassolteras,dedicadasal cuidadodesus padres mayores,revelaránla calidadreal


de su entregafilial.En una, su rigidez y tendenciaa quejarse dan a entender una
afectividad narcisista,hechade moralismo.La otra,a sus 45 años,siente intensamente la
soledad;peroestá en pazconsu conciencia,
hastaelpuntodedecirquevolveríaahacerlomismo.La dedicacióna sus padres no la
impidióamar al prójimo y llevar una vida normal,aunque ella sabe que el secreto lo
descubrió a los 29 años, cuando en unos Ejerciciosespirituales se encontró con Jesús.

Esa madre está desesperada,y toda su ilusión,ahora que su único hijo acaba de
casarse,está en organizarseviajes.En uno de ellos coqueteó con un viudo. Para sorpresa
de su marido, ha vuelto feliz,peroextraña,esquiva,pendientede su físico. A diferenciade
esta otra, que,a medidaque sus tres hijos van teniendo novia, procura salir los fines de
semana con su marido. Vandepaseo,hablandetodo,se confiesanmutuamentesus miedosal
futuro ...Les parecíaque el amorde loshijosy el trabajoprofesional les había
distanciadoun tanto,y ahora constatan,radiantescomoreciénenamorados,cuántose
quiereny se necesitan.Desde luego,todo es más sereno y transparente.

C.B.acaba de cumplir 43 años. Lleva 22 de clausura.Ha pedidoun día de


desiertopara renovarsus votos y dedicarsea la oración.Es medianochey se siente
terriblemente sola. Todo, porqueuna hermana le ha dicho que ha venido un familiar
suyo y laMadreAbadesano la ha avisado.Toda su espiritualidad, en un pozo.¡Qué
diferencia de Sor B.C., que cumplió la semana pasada 41,y ahí la tienes,en cuanto se
encuentraen el claustro con una anciana,con una alegríaen los ojos que parece haber
entradoayeren el convento!Peronadiesabe que desdehace doceaños su oraciónestá
pasandoporlapruebade la aridez. Sólo desea amar,y a veces le pareceque su corazón está
marchito.No se queja,es verdad;por el contrario,ha aprendidoa vivir su impotencia
desdela actitud de abandonoconfiadoen manos del Padre;pero a ratos resulta muy dura
la oscuridadde lafe.

Podemos multiplicarejemplos.Como todas las crisis existenciales,la del adulto


maduro es bivalente. Para unos es el momentoen que la afectividad,bajo la presión del
desencanto, de lafinitud o de lapropiainmadurez,termina por enquistarse en el
egocentrismomás defensivoe impermeable.O sedilata,
paraotros,hastahorizontesinsospechados de libertad,desinterés y gratuidad.

2. ¿Por qué tanta gente«quemada»?


13.1.Partimos,comoen todoel libro,de creyentesque se plantearonla vida a la luz de
un ideal y, por lo tanto,comprometieronsu vida condecisionesincondicionales.Deltipo
quesean,siempreasociadasa valorescristianos.Estoquiere decir que su búsqueda de
identidad,cuando llegaron a ser adultos, fue configuradapor la esperanza.No nos
contentamoscon atenemosa realidadespalpables,inmediatas.Introdujimosen nuestravida
ladinámicade la utopía.

Ahoraquesomosmaduros,al menoscronológicamente, ahoraque estamosen


plenacrisisde realismo,amenazadosy tocadosporlareducción,
¿cómosentimosnuestrasutopías?¿Estamos«quemados»o,porel
contrario,másesperanzadosque nunca?
Jesúsy su Evangelioatraen,porquedespiertanel deseo. Es la primeraformade
esperanza.Nos abrimosa la vida deseándoladistinta.Queríamosser felices, pero no con
lo fácil. Nuestrageneraciónhablabapocode felicidaden su juventud. Prefería hablar de
«un mundo mejor»,del Reino,de la perfección cristiana,del seguimientode Jesús,de
realización del plan de Dios en lahistoria ...

Nuestra crisis consiste en que ya no deseamos esas cosas. Mejor dicho: nos
preguntamossi pueden ser deseadas. ¿Por qué?Porque no nos fiamos de las fantasías
del deseo, y lafrustración de nuestras expectativasla sentimos tan mordiente que nos
cuestionamosen quélasapoyábamos.Comenzamos a diferenciar deseo y esperanza.

13.2.Si comenzamosa diferenciar,es que estamos afrontandobienla crisis.El


problemavienecuandouno pierdela esperanza,porque considera sus deseos de juventud
como «irreales»,y ello ledeja un poso de amarguraen el corazón.

Observamosque el que mantiene la esperanza sin ilusiones


consideratambiéncomo«irreales»sus sueños.Son irreales en cuantometas,comosi uno
pudiesealcanzarlas.Son reales en cuantopromesade Dios.Pero el que está «quemado»,
cuando dice que son «irreales»,es que está dando laespalda al futuro. Su deseoha
sidola fuentede su autoengaño;ya no tieneesperanza.

Hay muchasformasde desesperanza,unas más inmediatamentepalpables,y otras


solapadas.Porejemplo:

El escepticismode quien escucha al joven e ironizacon sus ideales:«Sarampiónde


laedad; ya se te pasará».

Hay un racionalismoautosuficiente,revestido de equilibrio humano,que tiende a


confundirsecon la «madurez de la personalidad»,pero que guarda una agresividad
sutil contra todo lo que suene a frescuray sencillezevangélicas.

La rigidez del hombre que todo lo ha juzgado en función delbieny delmal,a


quiensólolequedaelsistemadesus principios,incapazdediálogoy
demisericordiaconlossometidosa laspasioneshumanas.

¡Fortalezainexpugnablede los quenuncaarriesgaron nada,ni porla utopíani por el


placer,y defiendensu «saber estar» con uñas y dientes!

Los que se alimentande una quejasorday constante: cuandoleen el


periódico,cuandosienten amenazadasu comodidad por iniciativasde cambio…,
nostálgicosdel pasado y sus formas inamovibles.

Cuandolafrustracióndelaambiciónespiritual(¡esperabaser santo y morirse joven!)dio


pasoa una «prudencia» que calcula cada renuncia.

Esemiedodesproporcionado a perderla salud,lajuventud,los cargos,etc.

Esairritabilidadque a losmediocresles producenlos que aman generosamente.


Gran partede las tentacionesdel adultomaduroson tentacionescontra la
esperanza.Volveremossobre ello al final de esta2.'Parte.No todosllegana
sentirse«quemados»a esta edad.Pero todos, de una manera u otra,sentimos cómo se
han quemado,esfumado,evaporado,tantos sueños de la juventud.

13.3.Hablamos,sin embargo,de los quese sienten especialmente «quemados», cuya


tentación más inmediata es buscarse un «huecovital» y dejarse de utopías irrealizables.
Este génerode personases bastante frecuenteentre creyentes,y yo diría que
especialmente entre célibes masculinos. No sabría decir si el númeroes
proporcionalmente mayor que entre casados.

Para comprenderloshay que tener en cuenta diversos factores, que varían según las
personas y las trayectorias respectivas de sus vidas.

El deseo desmesurado.Educaciónperfeccionista,que entre los18y 25 años no


enseñó al jovenadulto a elaborar una imagen real de sí. O la autoconciencia narcisista,
que sublimó necesidadessubconscientesde autoestima. O una recóndita ambición de
quererlo todo,de subordinar siempre la realidad limitada al poder de la propia voluntad.
Hay una hybrisdel deseo religiosoque en la segunda edad puede resultartrágica.

No haber atendido suficientementea las necesidades personales.Con la mejor


buena voluntad,uno puede entregar lomejorde sí mismo a un ideal.Se lo juega todo a
una sola carta.Tenía todas las razonespara pensar que no iba a verse
frustrado.Confiaba en Dios y en sus promesas de plenitud. Pero ahora ve que no basta
la buena voluntad idealista,que la vida da muchas vueltas y que siemprese paga el
precio de un salto en el vacío por no haber tenido en cuenta el proceso y las
necesidadesreales de la persona.Se le puede echar la culpaa Dios; pero ¿no hubo acaso
falta de humildad,precipitación?

El célibe está especialmente expuesto a parapetarsetras su «rol»social de


hombre/mujerperfectoque no debe frustrar las expectativasde la gente. Así que uno
tiene que estar siemprey en todo lugar «a la altura de su vocación».¿No le han educado
para esto?Y el «rol», así, le va haciendoprogresivamenteincapaz de ser él mismo, de
permitirse ser débil, de expresar sentimientosy,loque es peor,de verse en su verdad.

¿Quién no se cansa de tener que tirar siempre del carro, del propio y del ajeno?
Hay un cansancio natural, capaz de hacer decir tranquilamente:«[Estoyharto!
[También yo tengo derecho a la intimidad y al descanso!».Pero hay otro
cansancio,acumulativo y desazonado,que renunciaa amar y a sufrir.

A veces nosf altasentido común y nos sentimos responsablesde los que no quieren
salvarseni ser salvados. Esto quema mucho,pues quiere decir que
alimentamossubconscientemente fantasíasde omnipotencia.

Algunos se identifican excesivamentecon los problemas de las personasa las que


ayudan,y llegan a sentirse culpables cuandono se sienten afectados tanto o casi tanto
como el que sufre. También esto quema mucho,porque es literalmente imposible
semejante identificación, y el vivirla indica falta de equilibrio emocional.No es fácil
amar y ser un buen profesional. Tendemosa refugiarnosen el distanciamiento del «rol»
(consejero,terapeuta…) sin comprometernos a fondo, afectivamente. O, por el
contrario, confundimos el compromiso afectivo (la empatía) con la proyección de las
propias necesidades,entre ellas la del dominiopaternalista,muyfrecuente por cierto en
contextos clericales.

La falta de preparaciónprofesionales un factor que va quemando,mucho más en


una sociedad tan cambiantecomo la nuestra,que exige estar al día. Es el caso del
ingeniero brillante quealos30añosascendiórápidamenteysedurmióenlos laureles.O el
caso del sacerdote que lleva quince años sin haber leído apenasnada de
teologíaseria,que se ha contentadocon revistas de divulgación,en función de la
preparacióninmediata de la catequesiso de la homilía.

Y quema,a lalarga,el alimentarelsentidode la vida de conviccionesideológicassin


experienciaviva de fe y amor. Lo cual, pordesgracia,es
bastantefrecuenteentrecreyentes. No hablode lospracticantes que viven el
sentidoúltimode la vida como cumplimientode normas.Hablo precisamente de los que
tienen un fondo religioso y decidieronsu vida por un ideal,pero sin
experienciasfundantes.Entre los 18 y los 40 años,las
conviccionesracionalespuedensostener la esperanzay el dinamismode la entrega.A
partir de los 40 años,¡con qué poca consistenciaaparecenlas mejoresideas! De hecho,en
los momentos difíciles se echaba mano del fondo religioso,de los sentimientos básicos
de la fe (confianza en Dios, aceptaciónde Su voluntad…);perose
volvíaaltalantehabitual,el de la fe ideológica(cosmovisión
coherente,proyecto,voluntarismo…). Ahora,sin embargo,uno se siente quemado,porque
se da cuenta, con lucidez creciente,del «montaje»que es la fe cuando,al fin,lo que uno
busca es justificarsupropia vida.

Podríamos proseguir con la lista; pero bastará lo dicho para percatarsedel desafío
que supone la segunda edad para quienes desde jóvenesquisimos una vida de
compromiso cristiano serio. Al polarizarnuestrasenergíasen lautopía,pagamosel precio
de no conectar con la realidad y sus condicionamientos objetivos (personales y
colectivos).El precio se multiplica, porque el ideal fácilmentetiendea nutrirsede
sublimación espiritualo de voluntad coherente.Con lo cual la personase identifica con
los valoresidealesy universales,dejandode ladoladialécticade lo concreto,la
confrontacióndel ideal con su propio proceso de personalización. La consecuencia,a
partir de los 40, puede ser fatal: laincapacidadde sentimientosprofundos.

Hay que decirloclaramente:la genteque desde jovense dedica a los demás puede
hacerse incapaz de sentimientos profundos. Evidentemente, no tiene por qué ser así.
Pero no es tan extrañosi la educaciónse centra desproporcionadamente en la
ideologizaciónde los jóvenes,sin respetarsus procesosde integracióny maduración.

El precioaumentacuandoel ideal porel que decidimos nuestra vida


representabavalía y prestigiosocial. Es el caso de nuestrageneraciónde losaños
cuarenta.Nuestraideologíaya no está de moda.Socialmente,nuestrasinstituciones se
hacen sospechosas.Vamos a lamarginalidad.

Por eso una de las tentacionesde los «quemados» es la de formar «ghetto»,un


mundo al margen de la realidad,pero con la ilusiónde ser los «puros»,losiluminados.

13.4.Si no se adopta la solución del «ghetto», el quemado encuentraotras salidas a


su frustración.Voy a señalar dos porsu carácterde solucióndrástica.Ambastienenun
comúndenominador:la huidahaciaadelante.Cuandono se puedesoportarlaangustiadel
presente,se busca una solución rápida y de ruptura.

La búsquedade nuevas filosofíasde la vida

Si la fe ha sido más bien ideológica, el Orienteofrece la interioridad y la


reconciliacióncon el origen, creando la ilusión de haberdado,al fin,con«la
sabiduría».En estesentido,el momento existencial del adulto maduro y la experiencia
religiosa hindú tienen muchos puntos de contacto. Recordemos el modelo
antropológicode Jung.A partir de los 40, la persona tiene que iniciarla búsquedadel «sí
mismo»,siendo el camino religioso el privilegiado.En la sabiduríahindú coincidecon la
etapa de la«peregrinación»,de la búsquedade sí.

Puedenatraertambiénotrasfilosofías:elnihilismoa lo
postmoderno.Quierodecir:noeldeNietzsche,sinoelque
ofrececiertotalanteagnósticoliberal,muy a la moda,en que el saber vivir el presente sin
la pretensiónde interpretar el mundo,peromanteniendociertaéticadesituación,está
logrando atraer a ciertas concienciasdesencantadas.

El divorcioen los casados yel abandonodel celibato en los consagrados

No es difícil percibir cómo la crisis afectiva se hace presente en


personas«quemadas»porhabersido idealistas.La ilusión
deseramadoyderehacerlavidavieneaserlatentación inmediata.En algunoscasosno se
tratade «huida haciaadelante»,sino de la decisión lúcida y valiente de asumir el
pasado, con sus graveserrores,y de reorientarlapropiavida,sinpor ello perder los
valores cristianosfundamentales.En otros, claramente,se trata de autoengaño e
inautenticidad. ¿Qué se busca? Noquererasumirlasconsecuenciasdelospropiosactos,no
perder«la última oportunidad».Se tienen 43 o 52 años.Si se
esperamástiempo,serádemasiadotarde.Asíquehayque agarrarseal último vagón
comosea.

El común de la gente sospecha,malignamente,que cuando se está pasandouna


crisis hay líoamorosode por medio,y
enelcasodeloscuras,«asuntodefaldas».Enmiopinión,al menosen lo que toca a los
célibes,la causadeterminantedel abandonosuele ser la crisis existencialy de sentido de
lavida, que poneal desnudoen esta edad lamala fundamentacióncon que uno
decidiósuproyecto de vida.Las «faldas»suelenser, más bien, el desencadenantede la
crisis y, lógicamente,también el desencadenante de laruptura.
13.5.Perotambiénes elmomentode dar el gransalto hacia adelante,purificandoel
deseo y concentrandola existencia en el dinamismo teologal de la esperanza
cristiana.Para ello es necesarioque la personamadurase haga cargo de la crisis de
proyectoqueestáviviendo.El creyente,condenadoa ser idealista en virtudde la utopíadel
Evangelio,sufre crisisde realismo,porque ve que la utopía mejor justificada,la que está
fundada en el proyectoy la palabra de Dios, no va a realizarse. De ahí la
tensiónextremay el peligrode «quemarse».El que desde joven prefirió poner bajo el
listón de su ideal lo tiene más fácil,sin duda.Pero ¿se ha enteradorealmentealguna vez
de lo que es creer en el Dios de Jesús?

De ello hablaremosen la 3. ª Parte.

3. Las tentaciones del adulto


14.1.Según vamos describiendola crisis del hombre/mujer
adulto,recibimoslaimpresión creciente de lo compleja que es.Si siemprees
difícilinterpretarlarealidadhumana(enla

1. ªParteapelábamosa los nivelesde lecturade losciclosvitales),enla


segundaedadresultaimposibleaclararlas motivacionesúltimas.Pongamosun ejemplo.

Todo el mundo sabe que comienzaa hacerse viejo cuando


aparecenciertas«manías».En la segundaedad,especialmente en tomoa
los50,aparecenlas primeras:costumbresfijas en los usospersonales,temasrepetitivosde
conversación…Primera interpretacióndel fenómeno:al anquilosamientofísico le sigue
el psíquico.Interpretaciónfreudiana: se trata de fijaciones infantiles asociadasa la fase
anal de la libido,que en los ciclos anterioresestaban desplazadasy ahorahan
adquiridounasintomatologíalocalizable.Interpretaciónexistencial:la angustia del
tiempo,propiade esta edad,se expresaa travésde mecanismos de repetición,como un
modo de retener el tiempo.Sin duda,las tres interpretacionesse apoyanmutuamentey no
se contradicen,peromuestranelcarácterpolivalentede lavida humana.

Por eso hemospropugnadodesdeel principiouna visión integradoray


entremezclamosdeliberadamentediversas perspectivasde interpretación.Es lo que
propongode nuevo en la serie de tentacionesque a continuaciónse describen.

Laserienopretendeserexhaustiva,sinosignificativa. Quiere ayudar a profundizaren


la fenomenologíade la crisis de esta edad.Algunasya han sido explicitadasen
capítulosprecedentes-por ejemplo,lade«huidahaciaadelante»,en el capítulo
anterior-, y otras serán objeto de reflexión en capítulos sucesivos.

Uso la palabra «tentación»en el sentido habitual de


«atracciónpeligrosa».Cadacrisises una posibilidadnuevade maduración,pero también
de lo contrario: de estancamientoy autodestrucción.Si uno
pudiesedistanciarseinteriormente de su crisis y objetivarlacon plenalucidez...Pero uno
está inmerso en ella,y deahí elpeligroderesolverlamal,atraídoporlo fácil,por
loinmediato.

En latentaciónse revelalaautenticidade inautenticidad de la propia vida. Cuando


uno ha fundamentadosu proyecto de vida en lafe, es probableque no le tiente el
juvenilismo,pero sí el escepticismoespiritual.Cuandotodo se cifró en la afectividad de
la pareja y ahora se siente la soledad, ¿cómo no engañarsecon la ilusiónde un nuevo
amor?

Repitamoslatesis: la crisis existencialdel adulto maduro esla horade la verdady


obligaa clarificarlosfundamentos realesdela propiaidentidad.Porlomismo,es la hora de
la tentación de la mentira existencial, o bien de la conversión definitiva.

14.2.La primeratentaciónconsisteen ignorar la propia edady lo que unoestá


pasando.Sorprendela capacidadque
tenemosloshumanosparanoquerersaber.Nosfacilitaráel examenesta listade cuestiones.

Te molesta que tu hijo te aventaje en el deporteo que no puedastener siempre la


razón con él en vuestras luchas dialécticas. ¿No sabías que él es ya un adulto y que tú
estás perdiendo vitalidada marchas forzadas?

¿No sabías que ya no se tiene la memoriade los20 años? Te quejas de leer y no


retener.Comienzasa tener miedo de no estara laalturadel dominiointelectualcon que
teafirmabas ante losdemás.

Te extrañasde tu irritabilidady falta de autodominio,tú, que siempre has aparecido


como un conversadorecuánime.¿Nosabías que estás ansioso «por dentro», porque ya
no eres el líder y maestroindiscutible?

¿No sabías que la fe es oscura y que la sabiduría del Reino es para los pequeños?
Lo has predicado muchas veces. Pero has tenido que aprendera ser autónomoy
responsable,y has olvidadoser pobre delantede Dios.

¿No sabías que ya no tienes 30 años? ¿Por qué te empeñas enignorar


esaaprensiónconquevivesdesdehacemesesal descubrirese bultitoen tu mama derecha?

¿No sabías que los jóvenescrecen para llegar a tener vida propia?¿Por qué exiges
que sigan pendientesde ti?

Teponenerviosoacudira unfuneral,visitara tustíos ancianos.¿Nosabíasque tienesla


edadde ir pensandoen la muerte?

¿No sabías que tienes una historia?¿A qué viene ese voluntarismo poralcanzarla
perfecciónde un solo golpe,ignorando tus condicionamientos?

¿No sabías que el amor humanoes finito? Ahí estás,aferrado a tu tristeza,comoun


reproche.
¿No sabíasque el amor de Dios no puede ser manipulado? Y tú quieres
arrebatarlo antes de morirte, volviendo a tus sueños juvenilesde experienciasmísticas.

14.3.Tentaciónes la rigidez.

Cuando se ha dado sentidoa la vida desde la conquistade la virtud,en lucha


titánicacontralo cómodoy placentero,la sensación de cansancioy frustración,porque no
ha habido proporciónentre el esfuerzoy los logros, se traduce en dureza de
juicio.Personaexigenteconsigomisma,que en su
tensafidelidadmanifiestasimultáneamentelaincapacidadde autocrítica y el miedoa ser
pilladoen falta.Los roblesno se doblan;se quiebran.Son los que muerende pie.Tienenla
grandezadel titán, pero frecuentementeenmascaranun corazón estrecho.La rigidezes
una necesidadde autodefensa.

Si se tienenresponsabilidades,se harácausacomúncon los que compartenlas


mismas ideas y actitudes hostiles ante las
novedades.Enpersonassinrelacionessociales,lavidaestámarcada por el
individualismo. Cumplirán las normasy evitarán todosignode debilidad
quetraicione sussentimientos.

Porquetienensentimientos, y muy profundos. Lo que pasa es quese dirigena los


principios inmutables.

Siestarigidezva unidaa la conciencia de serguardianes de laverdady delbien(el


clérigode la contrarreforma, desorientado
porelconcilioVaticanoII),latentaciónderigidez estarájustificada
porlaseguridadquedasostenerelúltimo baluarte de lafe.

14.4.Tentación es también lo contrario:el juvenilismo

Enlasmodasideológicas.Cuandonohayidentidad e historia, a los 45


añostodavíase puedecoquetear con la última corriente de pensamiento o de
conducta. No se ha hechocriterio propio.

Enel modode vestir.Hayqueseguiratrayendo.Más valeignorar


lapropiaedadyqueelencantofísicoyapasó. Probablemente, se tienemiedoa no tener
otra cosaque ofrecer a losdemássinoese juego deimágenesagradables queesel
vestir, salir,alternar, viajar…

En las relaciones interpersonales.¿Porqué el coqueteo conlos más


jóvenes,precisamente? Seducir es una de lastentaciones más sutilesde los
hombres/mujeres maduros. Se saben o se creen«interesantes».Se intenta seducir
creandoadmiración. En lo sexual, porquese sabemanejar la relación y no es difícil
conquistar. En lo intelectual, por el verbobrillante. En lo moral y religioso,
creando «escuela».
Enelcuidado delasaludy delcuerpo.Estánapareciendolas primeras «goteras»,y la
saludcomienza a sermuy importante. Hay que estar«en forma», conservar el
capitalque hastaahorahabíasido alegremente dilapidado. Se cuidael horario del
dormir,la dieta,el ejercicio físico.Hay ciertos períodos en queinclusose
tienelailusióndehaberrecuperado fuerzas quese creían perdidas.

Es verdad que eljuvenilismo resultacon frecuencia cómico. A veces te


preguntas: «¿Cómo es posibleque ese 'hombrehecho y derecho'estétanpendiente
desufigura?».Si lo mirasconindulgencia, hasta tiene su lado bonitoesa capacidad de
renacer. ¡Soñamosdenuevocomoadolescentes,actuamos comoniños grandes!
Pero¿quiénno percibelo trágicode este juvenilismo cuandorepresenta la angustia del
tiempoquese va,el miedoa lamuerte?

Tambiénesverdadqueresultamenosridículo,porque nuestraculturaoccidental,
envejeciday prepotente,ha puesto
demodaeltalantejuvenil.Peronodejadesertrágicaesa ansiedad febrilde felicidad
quequiereignorar lo elemental: la caducidad detodo.

14.5.Búsqueda de seguridadmaterial

.Eslaépocadelcoleccionismo:monedas,sellos,relojes…,cualquier cosaque
produzca lasensaciónde controlar el tiempo.

Fácilmente nacelatacañeríainclusoenpersonas que


habíansidoespléndidas.Guardan celosamentesuscosascotidianas; mirany
remiransuscuentasbancarias ...El dineroadquiereuna cargasimbólica insospechada.

A vecesse proyecta en la necesidad de perpetuarse en unaobra material. Es la


pasiónde muchosvaronescélibesque aprovechan sus cargosparaconstruir
algúnedificio.O de personasquehicieron dinerorápidamente y quieren
materializarlo en«obrasde beneficencia».

La búsqueda de seguridadno tienesiempreun carácter tanmaterialista.Se


traduceen confort, comodidad,placeres… Lofísico,entodassusformas,adquiere a
losojos deladulto madurolacategoría de lo verdaderamente real,encontraposicióna
lo ideológicoy espiritual. Muysignificativo.

14.6.Tentación de instalarse

«Yahe luchadobastante.Queahorallevenotroselcarro de lasresponsabilidades.


¡Queme dejenen paz!».

Atenerse a lo conocido, defenderlo...Esa madreposesiva quese


lasingeniaparaencontrar defectos en cadaunode
losamigosdesuhijo.Oeseejecutivomaduro,tansusceptible cuandoalgunoscolegashacen
referenciaa nuevas tecnologías. O el curaquellevaquinceañosen esta
parroquia,conocea todoslos feligresesy controlacada movimientodel coadjutor nuevo.
O el religioso a quien no se le puede plantear un destino, porque su lugar de
residenciay él mismo forman tal unidad que es inamovible.O la profesora de
universidad,autoridaddefinitiva en la historia del siglo XII de Inglaterra,pero nada
más.

La tentacióndel«huecovital», cálidoy seguro,nace de miedos profundos.A veces el


hueco vital se reduce a algo tan simplecomoel encuentrorutinariocon los amigos en el
bar, despuésdel trabajo,o el cotilleodiario en tomoa una taza de café con las amigas.
¿Cómo es posible que la vida termine así, tan muerta?

La angustiade la finitud siempre ha sido consoladaen el hombrepor el calor


protector.La tentacióndel adulto es descansar.Y esto significavolver a sus costumbres,a
los amigos de siempre,a las tareas rutinarias…

Miedoevidenteal sufrimiento.Hay que evitarcomosea los golpes.La experienciade


la vida previeneal adulto de caer en la trampa de nuevos riesgos.¿No ha
experimentado, acaso, que cada vezque inicióun proyectotuvo que pagarel precio y,
además,siempre mayor que el logro conseguido?«Más vale, se dice el adulto,la
aceptación».

Y esta aceptaciónse revistede realismoy madurez.Pero oculta cobardíay


desesperanza.

14.7. Pragmatismo

Los grandes proyectoshan dado paso a solucionesrealistas.Desconfianzainstintiva


para con las teorías sistemáticas.¿No ha enseñadola vida,acaso,cómo cambian
lasideologías?

La responsabilidad de lo concreto ha obligado al juicio práctico,a desplazar el


pensamientoabstracto,muy unido a los ideales.Por eso las reunionesde párrocoso de
padres quieren pautasde conducta.

En lo espiritual,hasta irritanlassublimidadesque no conectancon las cuestionesde la


vida.Sospechade la experienciareligiosa«descamada»,pocoatentaa lasnecesidades
humanasy a losprocesoscomplejosde la persona.

Tendenciaa leerlarealidaden claveracional,«naturalista»,especialmentesienla


juventuddominóunavisión espiritualista de la fe y hubo que aprendera tener en cuenta
las causas segundas,los presupuestoshumanos de la propia historia.
Dadoquelaeducacióntradicionaleramásbiendualista,es decir, tendía a
sobrenaturalizarla realidad (motivación y mirada de feparatodo,desdela obedienciaa
la autoridadhastalos acontecimientosmás mínimos), la crisis de realismoha
repercutido de un modo muy crítico en la experienciaespiritual.Por ejemplo: ¿Qué
significa «la providenciade Dios» para un adulto que ha tenidoqueestablecerfines y
mediosen larealización de sus proyectos?¿Qué valor puede dar a la intimidadcon
Dios si no le ha servido para afrontar lasresponsabilidades con lucidez y autonomía?
Añádaseel contextosocio-cultural de influencia anglosajonay técnica y de
tradición pragmática.Lo que cuenta son las«ideas operativas»,laplanificación,
locomprobabley evaluable.Cansadode losgrandesidealesy no
resignadotodavíaal«hueco vital»,el adulto madurose aferraal pragmatismopara seguir
dandosentido a la vida y poder justificarla.

Nodiscutola necesidady convenienciade introducir en nuestra espiritualidady


pastoralla metodologíaracional y funcional.En principio,me parece un logro, al
menos en orden al equilibriodelacomprensiónymanejodelarealidad.Pero cuandoel
pragmatismose constituyeen actitud existencialbásica, responde,a mi juicio,al
desencantode lafe, a lapérdida de sentidode Absoluto.Lo cual es grave:el
espíritucristiano noesidealista,perotampocorealista;sin embargo,hayque reconocerque
el espíritudel hombrese cultiva más fácilmente en loideal,porlo menosal
principio,cuandoel adolescente despiertaal sentidode la existencia.

14.8.Activismoy su contrario,intimismo

Algunos adultos viven a caballo entre los dos polos: a ratos se sumergen en la
actividad más desenfrenada,y a ratos se retiran a la soledad más desnuda.Hay muchas
variables que dan razóndeestadobletentación,segúnlaspersonasysu trayectoria
histórica.

Conflictos subconscientesno resueltos,que se traducen en ansiedad,y ésta se


desfoga lo mismo en la actividad que en lanostalgiade encontrarsea sí mismo.

.Miedo a la soledad 'j a las grandes preguntas que acucian en esta edad.Porque la
búsquedade retiro,en vez de ser aprovechada comotiempo de verdad,sólo sirve para
percatarsede lo solo que uno está y empujar de nuevo, casi compulsivamente, a
laactividad.

Angustiaexistencialpor el tiempoque huye.

Pérdidadel sentido de fe.Se trabajaa tope,porque la relacióncon Dios está


bloqueadahace años,y quedan tan sólo los principioséticos que permitenseguir
justificandola propia vida.

Vueltaa lo espiritual,pero en su forma más infantil y ambivalente.Se huye de


laresponsabilidad, de la complejidad de la tarea,refugiándoseen la
espiritualidad,como si la vuelta al deseo religioso pudiera suplir la frustración de no
haber vivido en laverdad.

O,simplemente,porquenosesabehacerotracosa.
Unohavividofuncionando,respondiendoa lasexpectativas externas,sin vida propia.Si el
ambiente es espiritual,se reforzarán los actos de piedad y la identificación con el
«mundo sobrenatural».Si el ambiente fomenta la eficacia, hay que seguir actuando
comosi a los 50años la vida fuesela rutinade los36.
Esta tentación es más sutil, porque se parece a la madurez.
Sesuponeuncontrolyundominiodelapropiavida,unas actitudesde autenticidad,un saber
lo que se quiere ...Por eso no se huye de los desafíos de laedad.Al contrario,hace años
que el realismoimpregna el talanteexistencial.Se tienencriterios propios,se ha
aprendidoa crecer ante las dificultades,a ser autónomo,a arriesgar y a discernir.La
sensación globalnoesdefrustración,sinodeplenitud;una plenitudciertamente
relativa,pero conscientemente aceptada.No obstante,¿por qué considero tentación esta
suficiencia?¿No es acaso la señal de la adultez, de quien sabe vivir, bastarse,
aceptarlarealidad?A laluzde todo el discursode este libro, no es difícil adivinar
larespuesta: porque es una madurez cerrada sobresí,unasuficienciaquese nutrede
racionalidadobjetivadora,que enmascarala desesperaciónpeorde todas:la negación del
Amor. Poco a poco,subrepticiamente, el corazón ha muerto de inanición.Lo peor es
que no se da cuenta. En efecto, se goza de la amistad,la afectividadtienecubiertassus
necesidadesy el prójimo tiene su sitio en la mesa de este hombre íntegro.Pero es
justamente eso lo que no termina de convencer: que todoestá en su sitio.

Lomismoocurreconel«suficienteespiritual».Tuvola suerte de la
experienciafundante de la fe a los 24 años, cuando, despuésde un procesode
personalización, el encuentrocon el Señor definió su vocación.Su trayectoriade adulto
joven no ha experimentadorupturasni grandesvaivenes.Le acompañanla salud psíquica
y las cualidadesde relaciónsocial. Por eso ni la responsabilidad ni las angustiashan
quebrantado seriamente su proyectode vida.Tieneahora 47 años y lehan encomendado
una comunidaddifícil.Antes se dedicóa tareas pastorales. Le molestóun tanto cambiar
de responsabilidad;pero le bastó una semanapara asumirlanueva situación.Cuando en
lacapilla y en el comedorva mirandouno a uno a sus hermanos, advierte dentrode
sísentimientoscontrarios:de comprensiónbenévola y, a lavez,de superioridad.

La tentaciónde lasuficienciaespiritualcomienzaahí,en la autoconcienciade


superioridad.

14.10.Mentira existencial

Es la primeray la última de las tentacionesdel adulto.Se agazapalo mismo en la


búsquedade seguridaddel materialista que en la suficienciaespiritualdel piadoso.Tesis
de fondo: la tentacióndel adulto maduroes enmascararsu crisis.

La autonomíade una madurez que necesita dominar la existencia,porquetiene


miedo a la finitud.

El maestrode espíritus,que aconsejaa los demás y se las sabe todas.Pero ese mismo
saber es angustia, necesidad de controlarla vida espiritual.

Entregaincansableal prójimo,pero huyendode Dios.

Personafiel,intachable,que ha hecho de su «justicia»un arma contra el amor.

Hablar,moverse,estrenar novedades… pero no hacerse las preguntasúltimas.


Seguir manteniendolaimagende «santo y espiritual»;pero ¿por qué ese voluntarismosin
calor humano?

Se quiere tranquilidad,cuando uno sabe por dentro que está condenadoa amar y a
sufrir.

Todo te dice que es la hora del amor sin reservas,pero retrasasel sí con
infinitasrazones.

¿Nosabíasquesóloen el desasimientodesí estála libertad?

¿Por qué empeñarseen vivir cuando ha llegado la hora de morirlibremente,en


abandonode fe?

4. Realismo y mediocridad
15.l.Merece la pena dedicar un capítulo a la tentación de la mediocridad. La
entiendo en un sentido polivalente, pero radical.

Mediocreesla personaquenodestaca.Perohaygente sencilla con una gran calidad de


vida; que no hace nada especial, peroque,en cuantose la conocede
cerca,llamalaatención por la densidadde su existencia.Entiendopor mediocreel que ha
renunciadoa vivir a fondo.

Es la personaque«funciona»bien,que es correcta,respetuosay fiel al deber.Pero ha


perdidolacapacidadde gozar y de sufrir.Cumple,pero se reserva.Lo hace
instintivamente, como una actitud defensiva que ha llegado a ser sistema de vida.
Nuncase poneal descubierto.Da la sensacióndeser impermeable.

Elfuncionarioburócrata,guardiándelorden,quetiene miedoal riesgoy


subordinasentimientosy personasa las determinacionesobjetivasde la Ley.Cierto tipo de
cura,de cristiano.

El mediocre ha renunciadoa la tensión del «más».Ha sido siempreprudente,no ha


hechoexcesos.La norma de su vida ha estadoconstituidaporel principiode
evitarlosextremos, sobre todo a la hora de amar o de asumir riesgos comprometidos.

¿No decían los clásicos que «la virtud está en el justomedio»?

En su sabiduría:situarseen el punto en que el esfuerzopueda ser medidoy


controlado.«Ser como losdemás» es una especie de consigna.¿Para qué establecer
metas elevadas cuando todos los díasconstatamoscómolosídoloscaen del pedestal?Más
vale protegersedel peligro.

Pero mediocrees tambiénel personaje importante:


científicofamoso,escritorconocido,políticobrillante,eclesiástico de carrera.El
mediocrerepresentael Sistema.Sabesostenerse en la ola del momentocuandolos
demásvan y vienen.Equilibrio, diplomacia…Si miras en profundidad,por debajo de la
superficie:vanidad,formas,exuberanciade palabras…

La edad del realismo,de los 40 a los55 años, es propicia paraello.En


primerlugar,porque,cuandono se ha vividoa fondo,sólo queda la rutina de lavida y el
«hueco vital».Uno haaprendidoaadaptarseyabuscarelmejorpartido.Para
muchosadultos, en eso consistelavida.

Enotroses pordesencanto.Fueronidealistas,peromediocres idealistas.Se dedicaron


a la espiritualidad; pero es ahora cuandose ve que no era másque revestimientode su
propia incapacidadparatomarla vida en sus manos.Se dedicarona ser profetas sociales
en un momento en que era lo que se llevaba; pero ahora están de vuelta y disponen del
carnet del partido para conseguirun puesto.Y [cuántos idealistas por perfeccionismo
terminanaceptandolarealidadresignadamente…

El adulto maduro experimentamuy agudamenteque no es mejor que los demás,que


ha terminadosiendo «como todos». En algunos casos (el mediocrecomún)ser como
todos ha sido su aspiraciónen lavida:adaptacióna lascircunstancias,sin unicidad
personal.Pero también el que quiso crear mundo propio,el que puso en tensión su vida
desde un ideal y entregó lo mejor de sí mismo para realizarlo,sienteahora la
tentaciónde ser comotodos.Al fin y al cabo,elhombrese sirve del anonimatode la masa
para protegersede laangustiade ser libre; y se protegede la soledady
lamuertemedianteel calordel grupo compacto.

15.2. Hay una forma de mediocridad fruto del pecado, espiritual.Los clásicoslo
llamarontibieza. Perono cualquier tibieza,-por ejemplo,lafalta de gusto sensibleen la
oración o cierto desánimoen el trabajopastoral-,sino la que se consolidaa
travésdeunprocesodereplegamientodelespíritu. Necesita años. Por eso en la segunda
edad suele adquirir carácter propio.

El contactopermanentecon lo sagrado,cuandono es personalizadoy renovadorde


lafe, termina por crear una capa de insensibilidady rutina.

Eldeseoproyectósusexpectativasenlaexperiencia orante.Al no ser satisfechas,se


dejóde creer en lapresencia y acción de Dios.

Se trabajapor losdemáscon tesón; pero se ha dejado de amar, o porque nunca se


supo hacer o porque no fue superada aquellafrustración,y desde entonceslaactitud ante
losdemás es de defensa.

Hubo un momento en que se percibió el vértigo de Dios. Amor íntimo y total que
pedía el síincondicional. Pero el miedo y la falta de confianzaen Dios produjeronla
cerrazóndel espíritu.Desde entonces,una resistenciasorda a encontrarsecara a
caraconDiosha moldeadoun corazónduro.Al principio,
desazónconstante;ahora,rigidez.
Esa superficialidad que lo curioseatodo, que no puede estaren
silenciomediahora,que estápendientede noticiasy acontecimientos, fácil a
lamurmuración ...No es mala persona, ciertamente.Es que se ha asentadoen el miedo
a las preguntas últimas.

¿Por qué esa huidasistemáticadel sufrimiento? Obsesión por la salud, egocentrismo


de intereses, incapacidad de autocrítica… Tibiezaes esa mentiraexistencial con que el
espíritu del hombrese retira a su fortalezainatacable.Jesús lo dijo insuperablemente: «Si
la sal se vuelve insípida,¿con qué se lasalará?Ya no sirve másque paraarrojarlaa la calle
y que lapise lagente»(Mt 5,13).

¿Y quién de nosotrosno ha sabidoalguna vez que su vocaciónera ser luz del


mundoy sal de la tierra? El cristianoes idealista,porqueha
escuchadolaPalabradelaverdad.Pero¡qué fácil es caer en la tentaciónde poner el candil
debajo del perol…! Miedo, cuando eres joven adulto y tienesque entregarte a
fondo.Desesperanza,cuandoeresmaduroy has tenidoque aprendera ser realistay
calculador.

Por eso es peligrosoel Evangelio:despiertael deseodel hombrey le lanza al


espaciodel Absoluto,nada menos que al Reino; pero la realidad termina imponiendola
ley de la finitud. Más vale,¿no?,aprenderdesde el principioa ser práctico.El adulto
maduro siente esta tentación en carne viva. ¿No hablaban los clásicos del
«demoniomeridiano»?Sin duda,en esa expresión se recogebien lo que quierosugerir en
este capítulo:que a laedad del «meridiano»,cuando la vida ha de dar un viraje, a partir
de los 40 años,latentaciónes más fuerte.

Porquelas tentacionesfuertesno vienentanto de las pasiones o tendencias cuanto del


espíritu: egocentrismo, desesperanza,insensibilidadespiritual…No es extraño que el
Apocalipsislleguea estaafirmación:«Porquenoeresnifríoni caliente,te vomitaréde mi
boca»(Ap3,16).Es significativo que esta amenazasea referida precisamentea
lossuficientes,a los que se ven ricos y satisfechos,maestros de la verdad e
intachables.Latentacióndelos«buenos»essiemprela más peligrosa.Pero cuando el bueno
tiene una caída estrepitosa, se le pueden abrir los ojosde la verdad. Lo malo es la
mediocridad, la tibieza,asentadacomo está en la mentira.

¿Nollama Juan al demonio«padre de la mentira»?Exista o no exista el diablo,él


simbolizanuestraresistenciaa la luz (cf.Jn3,8).

15.3.La tentación de la mediocridad se origina de diversas maneras, comotodo lo


humano.Quierohacer referenciaa algunosfactorespara que se percibaladensidadde
lacrisisde la madurez.Es como si a esta edad se perfilasecon nitidez lo que
anteriormentese revelasólo incoativamente.Lo cual,lógicamente,remite a una de las
tesis de fondo de este libro:que la existenciahumanaes procesuale histórica.

Hayquealudir,en primerlugar,a laeducación.Siyo dijese que nuestras instituciones


eclesiales se prestan a fomentar el hombremediocre,¿seríaexagerado?No digo que las
otras instituciones no lo fomententambién.Pero¿por qué no atrevemosa la autocrítica?
Cuando dominala ideologíay se tiene miedo a la conciencia autónoma de la persona;
cuando el acento está en la asimilacióndel «rol» de cura o de religioso/a;cuando se
refuerzala identificaciónidealistadel deseo sin clarificar elprocesohumanodel
educando;cuandoel criterio determinante es el orden objetivode la verdad y el bien;
cuando el grupo de pertenenciatienemiedoa la sociedadlaica y se autodefiende;
cuandolaespiritualidadtiendeaserdualistarespectodelo humanoy de la historia ...No
sigo,porquevolveremosa ello en el Epílogo.Perola reflexióncríticase impone.No damos
precisamentela impresión deser hombres/mujeresque hayan
aprendidoavivirafondo.Puedellamarlaatenciónnuestra«buena voluntad»;pero nos
acusanuestra inconsistencia como personas.¿Educamosrealmenteparalaadultez?

La causa de nuestra mediocridadestá también en nosotros mismos. El hombre tiene


miedo a la unicidad de su ser personal, a ser él mismo hasta el
final.Preferimosrefugiamosen el «status»,respondera lasdemandasajenas;peronos
resistimosa ser libres desdeel riesgode la propiaconciencia.

Por otra parte, es muy fácil sustituir la auténtica experiencia del espíritu por sus
derivados.Por ejemplo: el encuentro con el Dios vivo,cara a cara,puedeser suplido por
el deseo piadoso de la Omnipotencia protectora;el compromisopor el prójimo se
vivencia como una causa socialmente valorada; el amor, como buenavoluntadde
convivenciasin conflictos;la fe,comoun horizontetrascendentede sentido;la
esperanza,como optimismo responsable;la verdad,comoun saber coherente y
garantizado,etc.,etc.

¿Por qué, en definitiva,una persona accede a ser auténtica, a fundamentar su


existenciaen lalibertady en laexperiencia de Dios? El quea los 45 años puededar
gracias a Dios por su historia,reconciliadocontodo,lúcidamenteconscientede su
pecadoy rebosantede esperanza,sabe que no ha dispuestode la clave.Se da
cuentaahorade la importanciade aquel acontecimiento,delaciertoque
supusohaberoptado en una determinadadirección ...Peroes gracia.El
realistamediocreprobablementeestá satisfechode su vida; pero huele a muerte.La
madurezes laedad del balancede lavida (cf.cap. 20).

Al final,siempretenemosque referimosal misteriode la existenciacomodramade


salvación-pecado.Sinduda,laraíz de lamediocridades el pecado;peroun
pecadosolapado.No
seráfácildesenmascararlo.Nosetratadeactosgravementepecaminosos.El
mediocrenolostiene.Hayque dar con los fondosde
pecadoquehanconfiguradoprogresivamenteesta vida que se consolidaahora,a los50
años, en la mediocridad. Por eso es tan difícilla conversióna esta edad: porqueel
mediocre se las sabe todas y, además,ni quiere ni espera convertirse.Está bien
parapetado.
5. Crisis existencial
16.1.Es el momentode percatarnosde la clave interpretativade la crisis del
adultomaduro.Lafenomenología de la crisises multiforme,comohemosvisto.¿En qué
consiste, endefinitiva,lacrisis?

La estadísticasocial constataque a estaedadse produce, proporcionalmente, el


mayor número de suicidios. La depresión es frecuente.En el caso de la
mujer,asociadaa lamenopausia; en el varón,por reducciónde interesesvitales.Aunque
no sea enlaformaagudadedepresión,cualquiercuarentónocincuentón pasa una larga
temporada de bajo tono vital. Si el inicio de lamismacoincidecon el iniciode la
cuarentena, hacia los45 fácilmentetendrá la sensación de retomarcon fuerza la vida, y
es probableque a los cincuentay tantosrecaiga.Unas veces lo atribuiráal«stress»,al
cansancioy la acumulación de problemas,al desgaste físico y psíquico ...Otras,
cuando se detiene a pensar,a nadaconcreto,a lasobrecargaquees vivir.¿Por qué esta
doble interpretación?

Lomismo le ha ocurrido a E.C.cuandoha acudido al psiquíatra.No tiene ganas de


vivir,se levanta con un esfuerzo sobrehumano,hace las cosas sin motivación, como
un autómata. Han resurgido en su mente viejos fantasmasde infancia: miedos
obsesivos.Se ha decidido,por fin, a pedirconsultaa su amigo psiquíatra.La respuestaha
sido significativa:

Mira,E.,los síntomasson de semidepresión.Hace un año que tienes trastornos.Tu


hijo mayor acaba de casarse.Eres eficaz en la oficina; pero no te entiendes muy bien
con la nueva ayudante,muchomás jovenquetú.¿Quéquieres:quete dé unas pastillas?
Comoamigo,tengo que decirte que lo tuyo no es psíquico,sino existencial.Es
verdadque siemprehassido unperfeccionista quehasnecesitadoestara laalturadelas
circunstancias,hiperresponsable,y queahorapagasel precio de tus
tensionesacumuladas.Pero la raíz es más profunda: no aceptastu envejecimiento.

La crisis del adulto maduro exige una doble interpretación. La


primera(llamémosle«funcional»):una serie de cosasque antes funcionabanahora no
funcionan,desde la salud hasta los principiosde cosmovisión,pasando por los
mecanismosde autocontrol emocional.La segunda,(existencial): globalmente,la vida
misma comienzaa no tener sentido.

16.2.Esta sensación va asociada al cambio profundamente significativo que a


partir de los40 años se tiene de la experiencia del tiempo.

Dijimosen la1.aParte, que la vida humana está atravesada pordoscortes:a


los18años,el pasodelequipamientoa la libertad; a los 40, el cambio de expansión a
reducción.El adulto maduro lo siente como una transformación del sentido del tiempo
en cuanto duración,es decir,en cuanto posibilidadde ser.
Hasta los40,más o menos,el tiempo tiene la imagende un arco abierto;se dispone
de él. A partir de los40, el tiempo es percibidocomo barrera,como realidadindisponible
que hay que retener, porque termina.Comienzaa significarlimitación. Ya no hay
tiempo pararealizarnuestrosproyectosy expectativas.

Por esoel que fundamentósus proyectosen un ideal(el creyente)experimentatan


agudamentela crisisde la madurez, porquea lacrisisde realismoseuneladeltiempo.Parael
hombre cuyo proyecto es finito, a no ser que sea muy ambicioso, la limitacióndel
tiempole remitea susabiduríaesencial.Para el hombreque creyó en el Absoluto,ver
cómose le desliza el tiempoentre sus dedospuedeprovocaruna auténticacrisisde fe: ¿Es
que Dios no cumple sus promesas? A no ser que descubra en la reducción misma la
sabiduría del Reino como Gracia (tema de fondo de la3.'Parte de este libro).

La sensación global del tiempo como reducción existencial s1;1ele ir


acompañadade algunasseñalesque la refuerzan,por ejemplo:

 desgaste físico y aparición de «goteras»,como dijimos;


 pérdidade memoriaretentiva;
 disminuciónde la potenciasexual;
 pérdidade reflejos;
 estrechamientode loscamposde interésvital;
 reducciónde relacionesafectivas;
 rutina de comportamientos;
 que hace tiempoque «nada pasa»,ni en lohumanoni en lo espiritual;
 estancamientode la relacióncon Dios…
16.3.Eselmomentoenqueunocomienzaamirarel pasado,lahistoria.Hasta
ahora,laflecha de lavida se dirigía alfuturo.Apartirdelos40,elpasadocomienzaa
adquirir presenciaactuante.Se traduce,por ejemplo,en;

 conversacionesquerecuerdanlosaños juveniles,especialmenteentre amigos de


la misma edad;
 reflexiónsobre el propio pasado:acontecimientos, decisiones…
 búsquedaintelectualdesíntesis,devisionesdeconjunto;
 aficióna lecturashistóricas;
 nostalgiade experienciasintensamente vitales ...
Estamiradaalpasadopuedeenmascararlarenunciaal futuro,la acomodación.Pero
puededar lugar tambiénal verdaderosaltoalfuturo,alpermitirunareconciliaciónconla
propia historia,como veremos.Es lo que el psicoanálisisexistencial ha llamado «soldar
el tiempo», lograr articular los ciclos vitales en una lectura unitariade sentido.Pero
tambiénes frecuente lo contrario: tener que huir de un pasado sin historia realporque
uno sólo puede contar anécdotas,al no haber construido un mundopropio.Hay
historiacuandolossucesosestánfundamentadosen
unaidentidad.[Cuántoshombres/mujeres,sin embargo,a esta edadsesientenvacíos!No
hanvividonadaauténticamentesuyo.
Con todo, en el mejor de los casos, aunque uno llegue a la madurez sin problemas
importantes pendientes y con la sensación de una historia vivida a fondo, la sensación
de sin-sentido permanece. ¿Por qué? Porque el tiempo es mi propio ser realizándose.
Cuando el tiempo ya no es posibilidad de plenitud, sino experiencia acumulada de
finitud, todo, hasta los mejores logros, aparece como caduco, relativo.

16.4.El adulto maduro, que no es ni joven ni viejo,vive el tiempo mirando al


pasado, como hemos dicho; pero también mirando al futuro.¿Noestá,acaso, en lomejor
de la vida? Dispone de caudal de energía física; ha madurado psicológicamente; tiene
experiencia de la vida y visión de conjunto; no pierde el tiempo con ideales abstractos;
es certero en sus juicios; suidentidadse ha afianzado con los años; se ha consolidado en
sus convicciones…¿No es la hora, precisamente, de mirar al futuro con serenidad,de dar
lo mejor de sí?

¿Por qué, cuando uno parece estar en la etapa de plenitud, aparece implacable
lasensación de caducidad? Meditar sobre esta paradoja es tarea esencial de esta edad.

La respuesta, a mi juicio,hay que situarlaa dos niveles:

a)El fenomenológico

Lahistoriadeladulto ha estado jalonadapor múltiples experiencias de sufrimiento.


Ha tenido que crecer en libertad a través de rupturas y separaciones. No hay proyecto
sin expectativas; pero¡cuántosfracasos! Seha amado y trabajado denodadamente,
pero ¡a qué precio!Creyó en el idealy se lanzó sin cálculo al riesgo.[Quésensación actual
de autoengaño! Y aquella muerte repentina, uno y otro desgarro afectivo, los conflictos
repetidos de relación, el cansancio de no ver losfrutos del empeño de años…

Lo que pasa es que, con frecuencia, cuando uno está sumergido en la lucha,
alentado por el optimismo de lajuventud, no seentera. Las dificultades incluso nos
hacen crecer. Pero llega el momento (a partir de los 40, propicio) en que un suceso te
hace cambiar laperspectiva de la vida. Se te ha casado el hijo, o se te ha muerto un
amigo, o has sufrido una operación,o has tenido que cambiar de trabajo y de ambiente
después de años de estabilidad ...¡y ya se ha desencadenado la crisis existencial!

b)El trascendental

Porque los sucesos de la vida los vive uno en un horizonte de sentido. La vida está
hecha de realidades concretas; pero la vida consiste en una serie de bipolaridades. El
vivir del hombre nunca es meramente bio-psíquico o psicosocial. A través de los
sucesosserealiza el espíritu encamado y su destino trascendental. Por eso la pregunta
sobre la existencia no se dirige al quehacer, sino al fundamento del quehacer. Y la
crisis existencial se desencadena cuando uno percibe a través de la realidad observable,
fenomenológica, las grandes bipolaridades del ser relativamente absoluto, del corazón
finito e insaciable que es el hombre.
Me permitoaludir a estospresupuestos de antropología filosófica de inspiración
cristiana, porque sólo desde ellos, a mi juicio,se percibe ladensidad real de lacrisis de
lamadurez. No son aspectos parciales losque están en juego (por ejemplo, la
problemática afectiva de lapareja, o la aridez espiritual en la oración, o el miedo a
perder competencia profesional). Lo que está en juego es la fundamentación de
sentido, cómo vive uno lasgrandes bipolaridades que caracterizan ladinámica de la
existencia humana. Por ejemplo:

a) Necesidad-deseo

Cuando están satisfechas las necesidades, todavía queda el deseo. Pero, si uno se
ha dedicado sólo a las necesidades (seguridad material, gratificación afectiva, prestigio
social...), la sensación de vacío existencial se plasmará en ansiedad: de riqueza, de
poder, de placeres…y en huida, miedo, obsesiones…

A no serque laangustia o una situaciónlímite permitan una toma de conciencia que


replantee el sentido de la vida.

b)Ideal-realidad

La maduración del creyente guarda relación directa con la manera en que haya
vivido esta bipolaridad. Si la búsqueda de perfección ocultaba las fantasías de
omnipotencia del narcisista,la crisis será brutal.¡Querer mantener la vida a golpe de
voluntad a una edaden la que uno está cansadode luchar y no puede
ignorarsuspropiaslimitaciones…!

Pero,si hasabidointegrar el idealmedianteun proceso


espiritualsabiamenteplanteado,enladinámicadelapropia finitud,puestala confianzaen
Dios,entoncesla crisis de madurez no quebrantarála paz interior. Por el
contrario,representará un nuevo paso hacia lafe purificada.

Haycreyentesque descubrena esta edad el carácterfundante de la fe. Fueron


jóvenesidealistas que aprendierona ser
sanamenterealistasconeltiempo,sintraumas.Pero,según miran el futuro,algo por dentro
les dice que no basta, que Dios sigue llamando a la fe de lo imposible. Han de descubrir
la vida teologal,esa síntesisde contrariosque el EspírituSanto opera en los creyentes,
pues el binomioideal-realidadno es cuestión de equilibriopsíquicoo racional,sino de
síntesisnueva.

c)Plenitud-limitación

Cuandola vida ha sido motivadapor expectativasde autorrealización, ya sea secular


(autoliberación, madurez personal, autonomía plena) o religiosa(santidad,perfección
de virtudes), a los 40 años uno ya no se hace muchas ilusiones sobre la posibilidadde
ser hombreen plenitud.Puede,sí, resignarsea no pedir más a la vida. Puede descubrir que
la verdadera plenitud no nace del propio esfuerzo,sino de la limitación: negación del
deseo,sabiduríadelsufrimiento.Puedeencontrareltesoro
delReinoenlapropiapobreza,aceptada,agradecida,esperanzada…

d)Vida-muerte

En última instancia,¿en qué consiste el vivir? ¿Es la muerte el términoque vacía de


sentido el pasadoy dejasinesperanza el futuro? ¿Será la muerte la
experienciaculminantede la vida, que permiteliberarsedelanecesidady deldeseoy hacerla
síntesis de contrarios?

e)Existenciaabierta-cerrada

La cuestión religiosa nace de la radicalidad de la crisis existencial.


¿Consistelavidaenvivira fondoo en recibirla como don? A un creyente con luz
interiorle resulta claro dónde se juega,en definitiva,la crisisexistencialy la ansiedaddel
tiempo que corroe al hombre maduro: en la fe en el Dios creador y redentor.La
ansiedaddelata apropiacióny deseo de dominar laexistencia,nuestroviejo
pecado,realmente«original»,raíz de todasnuestrasangustiasy crisis.Por esoel
creyentesabe queestaedades tiempoprivilegiadode gracia.A condición, eso sí,de que
vuelvaa ser como niño (Mt18,3)en manos del Padre.

En este sentido,la edad maduraplantea la paradojaantropológicaquevimosenla1. ª


Parteal compararlosmodelos antropológicosde las cienciashumanasy de la sabiduría
religiosa: ¿en qué consisteel madurar:en autonomíao en dependencia?Ya señaléla
pistabásicade respuesta:la experiencia cristiana,más allá de autonomíao
heteronomía.Tal es uno de los desafíoscentralesde la crisisde madurez.No basta haber
conquistadoautonomía cuando la limitación y la muerte te dejan sin consistencia
propia,impotente ante las cuestionesmás importantesde lavida.Y es ahoracuandono
puedesevitarlas. Años atrás,todavíacabía la posibilidadde distraerse…

16.5.Todo aboca a la preguntapor el sentido o sinsentido del sufrimiento.Este


no ha sido una experienciapuntual, sino queenel
conjuntodelapropiahistoriaaparececomoalgo constante.No cabe darle la espaldacomo
si no existiera o como si fuera un capítulo oscuroy secundariode la vida.

El sufrimiento,a su vez,hasido el elementoclaveen la elaboraciónde las crisis


anteriores.No es posible,o al menos es muchomás difícil,integrarpositivamente el
sufrimientosi la actitudbásicaante él ha sido de huida.

La característica de la edadmaduraestá en la dimensión sustancialcon quese


percibedichosufrimiento.Por ello:

 es negado(¡haytantasmanerasde hacerlo!),
 se descubreen él la sabiduríade lo esencial:que no es enemigode la vida,sino su
verdaderopromotor.
No obstante,conviene aclarar:el sufrimiento se constituye en aliadode la
vidacuandoes amada la vida.Parece una perogrullada,peroessu secreto.Cuandola vidaes
negada,el sufrimientoes desgraciadamente amado; destruye.Los psicoanalistas
ortodoxos lo llaman «masoquismo»;los creyentes, «soberbia espiritual».El
sufrimientono se opone a la vida cuando la última palabraes la vida.En esto,el
cristianismoofreceel símbolo definitivo: un Crucificado resucitado.La muerte ha sido
vencidapor la vida.

Pero lo que el hombretiendea olvidar es la


paradojaextrema:quelavidahasurgidodelamuertecomorespuesta creadoradel Padre a
laobedienciade fe de su Hijo.

Tal es el desafíonuclear de la ancianidad.Pero comienza a serlo en la crisis


existencialde lasegundaedad.

6. ¿Crisis de fe?
17.1.La fe,en sentidobíblico,se realizaen la historia. Por eso conlleva crisis, es
decir, que es puesta a prueba, tentada. Es lo contrariode la fe vivida como sistema de
seguridad,que nos atrincherafrentea la vida,o de la fe entendidacomo
ascensiónespiritual,que se realizamás allá de los conflictos de laexistencia.

Nohayexperienciadefesinoa travésdela condición


humana,precisamenteporqueDios se revela en la historia humanay en formahumana.La
historiade Israel y,definitivamente,la vida,muerte y resurrecciónde Jesús son la
referencia esencial de toda historiade fe. Y en ella la crisis aparece como nudo de
tensióny de nueva creación.Recordemos:

El camino del Éxodo con sus momentos críticos,cuando


lafedeIsrael,quehasidoliberadode laesclavitud,debe aprendera aceptaral Dios de la
Alianza,soberanamente libre, fiel, pero inobjetivable.

La crisis de la destrucciónsucesiva del reino del Norte, y especialmentede


Jerusalén,núcleo de la predicación profética, que vuelve a apelara la fe
humilde,purificada, y que ha hecho del sufrimientoámbito de una esperanza más alta,
la mesiánica.

La crisisde la«sabiduría»,laque nace de laconfrontación lúcida y dolorosaentre


ideal y realidad, pues Dios parece frustrar las expectativas de losque esperan en El.

La crisisdel Reino,hasta el apocalipsisde la muerte de Jesús,puesel MesíasJesúsha


sido la principalpiedrade tropiezo para la esperanza de Israel. Crisis que hizo caer
incluso a losdiscípulos,a Pedro.

Cuandose ha fundamentadoel sentido de la vida en Dios y se ha aprendidoa esperar


en Dios a través de la propiavida, la crisis de fe se hace inherente a la historia misma
de lapersona. Si la fe sólo ha sido una idea o un compartimento junto a otros, cuando
llega la edad madura puedeseguir superficialmente intacta.Perosi la fe ha sidola
experienciacentral,la clavede lecturade la realidad,cuandollegue la edadmadura,será
sometida a crisis.

17.2.¿Por qué necesariamentelacrisis de fe en el adulto maduro? Porque el


momento existencial que está viviendo comprometeel sentido global de su vida y,
lógicamente,su fe.

A los16 añosse vivela fe despertandoal sentidode la vida. A los 25, se supone,la


búsqueda de identidad ha cuajado, haciendodela fe el fundamentodelproyectode
vida.Pero, salvoen casosexcepcionales(ya hablamosde ello en los capítulos5 y 7), la fe
conllevaexpectativasfalsas,fantasíasdel deseo,apropiación.Noha sidosometidaa
prueba.A los40 años la fe ha sufridouna pruebay otra y otra,por loquela crisis de fe no
se concentraen situacionesparticulares,sino en su conjunto.Brotaespontáneamentela
preguntaglobal:¿merecía la pena haber esperadotanto de Dios? ¿Es capaz la fe de
proporcionaruna vida humanalograda?

Lo cual se manifiesta en ciertas tentaciones específicas que sienteeladulto


cristianoen confrontacióndirectaconsu ser
creyente.Tentacionespropiamenteespirituales.

a)Dudas de fe

Son frecuentes a esta edad, y muchos creyentes se extrañan de la


virulenciaconquebrotandespuésdeañosen queuno creía tenersegurasu fe.A vecesson
restosdel inconsciente, que manifiestatendenciasobsesivasa través de
escrúpulosreligiosos.Suele ser normalen situacionesde angustia,y la segunda edad se
presta a ello, como hemos visto. Otras son consecuenciade la crisis
existencial.Puedenaparecer en forma dedudas racionales(¿existiráDios efectivamente?;
¿no será lafe un productodenuestrasnecesidadese impotenciahumanas?;
¿noesabsurdocreerenlaResurreccióno enlaEucaristía?;etc.); pero su motivaciónreal no
es intelectual,sino vital: se haperdidola confianzaen la interpretación ideológica del
mundo. En la juventud,las ideas y cosmovisionessirven para afianzar el sentidode la
vida.En la madureztodo se hacesospechoso de «montaje»,de «consueloilusorio».

b)Desesperanza

La fe vividaestáasociadaal proyectode viday,porlo tanto,a expectativasde


transformaciónde la realidad.Será la evangelizacióno lajusticia,será una forma radical
de vida, será la autorrealización…Según los modelos socio-culturales,así se percibela
eficacia de la fe para el hombre.En una sociedad en revolución,el
mensajecristianopuederepresentarlacausa de los pobresosu contrario,la
alienaciónreligiosa.En la postmodernidadoccidental,la eficaciadela fe estáasociadaa la
satisfaccióndelindividuo en su búsquedade felicidad;en un conventode tipo
tradicional,a los valores de la ascesis; en una fraternidadde inserción,la fe justificala
opciónpor la solidaridad.
El adultomaduroha tenidoque relativizarla causamejor justificada.¿Por qué?
Sencillamente, porque no se han cumplido las expectativas.Al principiode la crisis
buscaba razones concretas:ingenuidaden el planteodel proyectode vida,errores en la
acción,etc.Ahorase pregunta,más radicalmente,si el proyecto cristiano mismo no es
una utopía irrealizable.¿Porqué no haberselimitadoa ser comotodos,ateniéndosea
lasleyes de lafinitudcontrolable? ¡Almenosno habría sufridotanto!

c)Aridez

La fe se vive desde diversasexperienciasconfiguradoras. En algunasestáasociadaa


una causa.En otras,a la relación personalcon Dios.En éstas hablamosde «deseo
religioso»,es decir,de laafectividadabiertay tocadaporel Tú Absoluto. Puede ser un
creyentecon tendenciasinhibitorias y propenso alintimismo.Puedeser alguienque en la
juventudfue marcado por el encuentro con el Dios vivo. En cualquier caso, la oración
adquiereuna importanciadecisivacomo ámbito de experiencia y realizacióndel deseo.

Es frecuentetambiénque el adulto madurose sienta profundamentefrustradoen su


relaciónafectivacon Dios.Tiene la impresión de perder el tiempo en la oración,de que
Dios está demasiadolejano.Lafrustraciónse acrecienta,porquese recuerdan con
nostalgia aquellos años de gozo intenso, de contacto feliz con el Señor.¿Qué queda
ahora de todo aquello? ¿No fue quizá proyecciónde necesidadeshumanasno
satisfechas?¿Por qué no ha maduradola relación con Dios proporcionalmente al
procesohumano?Es comosi la intimidad con Dios fuerainversamenteproporcionalal
realismode la vida.Y, sobre todo,¿por qué Dios no termina de llenar el corazón? El
adulto madurovenderíatodo por un poco de ternura,y Dios,su Dios,el Dios del amor,
está ausente y nos abandona a nuestra tristeza interior.

d)La acedia

Los maestrosdel espírituhan visto en la «acedia» una de las tentacionesmás fuertes


del espíritu.Han dicho, además,que amenazaespecialmentea la edad de la
madurez.Tambiénfue llamada«tediodelavida»,«tristezaespiritual» ...Consiste,
básicamente,en el rechazo que el hombre dedicadoa las cosas de Dios siente por todo lo
espiritual.Falta de gusto en la oración; resistenciaa la iniciativade Dios; resistenciaal
Amor…

Tentacióntípicamenteespiritual,lade losbuenosy generosos, la de quienes conocieron


la fuerza totalizadora del amor de Dios, la de quienes entregaronsu vida sin calcular el
riesgo. Pero¿porquéahoraesehastíodevorador?Quizá,porquela entregaestaba
motivadapor ciertas necesidadesinconscientes. O quizá,también,porque el yo no quiere
morir y abandonarse desnudoal fuegodel Amor.La acediarevelael trasfondode pecado
que habita en el hombre,nuestras tinieblasinteriores.

17.3.«Crisis», en sentido bíblico, significa «prueba»; pero


también«discernimiento»,capacidadde interpretarelsentido dela
pruebaparapercibirlosplanesdeDiosa travésdela dificultad.Lo paradójicode la crisis de fe
estribaen que sólo puedeser superadadesde la fe misma.

Enestose muestrael carácterfundantede la fe parala existenciahumana: en que ella


está en el origen,en medio y al final de todo.Presenteen nuestrasnecesidades,las
trasciende. Motiva nuestras expectativas; pero no depende de su realización. Por esola
crisisde fese resuelvemediantela fe misma,viviéndolacomo un proceso.

Sin embargo,en la edadmadura,si la fe no ha sido experiencia fundante,sino parcial


o puntual,el peligro de perderla o de arrinconarlapuedeser grave.No olvidemosque
lacrisis de la madurez es totalizadora.De ahí la paradoja repetida:si la fe ha sido
fundante,nunca más se verá amenazada,a la vez que nunca demostrarámejor su
auténticafuerza de nueva creación.

Si la fe fuese una cosmovisiónideológica, o la justificación éticade un proyecto,o


laproyeccióntrascendentedel deseo, la crisis de madurezla someteríaal sin-sentido.Pero
es ahora, cabalmente,cuando aparece en suser de vida teologal,es decir, de
acciónsalvadoray transformadoradel EspírituSanto en el hombre.Cuandodesaparecela
necesidadde interpretar coherentemente el mundo, queda la fe. Cuando nuestras
expectativas mejor justificadashan fracasado,queda la fe. CuandoDios no es
experimentadocomo objetode deseo,queda la fe.

Por eso decía en el capítulo7,al hablar de lasedadesde la vida y las etapas de la


experiencia espiritual,que a la madurez debería corresponder,en la historia del
creyente,el inicio de la experiencia mística,es decir,la etapa en que dominan las
virtudesteologales.Locual,desdeluego,noocurrenecesariamente.Dependede la
calidaddela existencia y del proceso espiritual.Sin olvidar que lo decisivo está «más
allá de la edad», en la Gracia.

17.4.A la luz del Evangelio(cf. cap.6), disponemosdel mejor esquema


interpretativo de la crisis de fe del adulto maduro: el procesodel discípulode
Jesús.Pedro y sus compañeroshan desufrirlacrisisdefemesiánicaparapodernacerala fe
escatológicadelEspírituSanto,a travésdelescándalode la Cruz,haciéndoseseguidoresde
Jesús.Eselesquemade los Sinópticos:confesióndefemesiánicaenCesareadeFilipo,
anunciode la Pasión,llamadaal Seguimiento.

Delmismomodo,elcreyentemadurosufrea travésde toda su crisis existencial el


escándalo de una fe que no respondea sus expectativas, y debe aprender a negarse a sí
mismo, entrar en la sabiduría de la cruz, perder la vida para ganarla, si quiere seguiral
Maestro.Al virajeexistencial correspondela nueva llamadaala radicalidaddelafe.Alsin-
sentidoconqueel creyente experimentael vivir humano correspondelaoscuridad de lafe,
vida de Dios en Dios.

Si intentamosdesdoblarformalmenteesta experienciade fe, distinguiremostres


aspectos:
Realismode la fe.Ha tenidoque confrontarsecon la limitación,el conflicto,la
libertad,el bien y el mal, el éxito y el fracaso.Una fe experimentadacomo dinámica de
salvación, inmanentey trascendentea un tiempo,«ya pero todavía no».

Fe purificada de expectativas.Lucidez respecto de nuestrosproyectosy


deseos,distintosde los deDios.Fe queha tenidoque hacerseal estilode Dios:tan libre,tan
desconcertante, tan contra-corriente…Fe iluminada por la palabra y obra de
Jesús,especialmentepor la Cruz.

Fe que se afirma en el corazón y en la existencia como centrointegrador,unificadory


totalizador,verdaderavida del hombre, fundamento y raíz de todo. Es ahora cuando el
creyente sabe por maestrointerior,por uncióndel Espíritu(1Jn2,26-27), el don que ha
recibido.

Aquí se aplica el esquema paulino del cristiano adulto, que dejó atrás la fe
infantil,ligadaal deseo(a la «carne», dice el NuevoTestamento),a lasexpectativasdel
hombresegúnlas posibilidadesdel hombre(el «hombre natural»,en contraposición al
«espiritual»de 1Cor 2).

¿Fe madura?Digamosque fe,a laque lacrisis del ciclo vital de lamadurez hace
madurar.

17.5.Centrar ahora la vida en la fe podría ser una trampa siporfese


entiendeunaactitudespiritualista.En efecto,el desencanto propio de la edad, que descubre
lo relativo y caduco queestodoproyectohumano,puedeconducira retomarla
experienciareligiosa,que en la vida anterior había quedado en segundo plano a causa de
las urgencias y responsabilidades personalesy sociales.

Recordemosel esquemade C.G.Jung: de laextroversión a la introversión,de


laafirmacióndel yo a la búsquedadel símismo.Lo religiosoemerge de nuevo como centro
de sentido. Pero,si no estábienfundamentado,se prestaa ser utilizado como refugio y
escape de frustraciones no asumidas.Allí donde falla lo humano,todavíaquedaDios,el
Absoluto.La fantasía del deseo ha vuelto a encontrarsu fuente de gratificación,como en
lainfancia y la adolescencia.Como no se es capaz de integrar la
realidad,lailusiónreligiosaconsuelade lossinsaboresde este mundo.

¡A cuántoshombresy mujeresmadurosquefueronreligiosos en su infancia se lesve


volver a las prácticas de piedad, a la experienciade Dios…! Habráque
discernir,porque,una vez más,lo religiosose presta a lomejorya lo peor.A lo mejor,
porque es la hora de una fe adulta, purificadadel deseo. A lo peor, porque cabe usar a
Dios como mecanismoneurótico de defensafrente a la vida.

En la3. ªParteintentaremosla respuestaauténticamente madura:

 Centraciónexistencialen la fe; recuperarla oración.


 Reintegracióndel proyectocristianoen el amor desinteresadoal prójimo.
Una vez más,el mensaje cristianoofrece los criteriosdecisivosde discernimiento.La
místicacristianano consisteen unaascensiónespiritualquedesligadelmundo,buscandoel
origen sin conflictos.Por el contrario,la experiencia del Origen, Dios,se da en la
obedienciaa Dios a través de la finitud,y la unificaciónúltima no se da en el silencio
que se distancia de lo múltiple,sino en la autodonaciónde amor que asume e1 pecado
del mundo.

17.6.Concluyamosesta 2. ª Parte aludiendoal método de nuestras reflexiones.Lo


hemos llamado integrador, por cuanto busca siempre distinguir y unir, a un tiempo,
los diversos niveles delaexperienciahumana:elpsicosocial,elexistencialy el
espiritual.Tal ha sido nuestro discurso al describir el ciclo vital del adulto maduro.

J.E. lleva una larga temporada en que se siente insatisfecho. Dice que secansa
mucho más que antes en la oficina y que se irrita fácilmentecon los compañerosde
trabajo.En la familia encuentrarefugio,pues tiene una mujer que le adora;pero loshijos
estánen plenaebulliciónde ideas y autoafirmación.No está acostumbradoa este talante.
En la parroquia lleva fielmente
lamarchacatecumenaldeungrupodeadultos.Cuandocomenzó,hacecuatroaños,pusoen ello
alma,vida y corazón. Ahora está tentado de dejarlo, pues se cree inútil. Se desespera
viendocómo lagente rehúyeel compromiso.

Queríaconfesarsede todas estas sensacionesde desesperanzay falta de amoral


prójimoque le culpabilizanhastala desazón.Por mi parte,he aprovechadola ocasión para
preguntarle qué buscabacon la absolución.Y, a medida que íbamos hablando,entre los
dos descubríamos progresivamente, más allá de los síntomas,la crisis de madurez.Lo
fácil e inmediato era tranquilizarsepor un momento.Lo importante era situar su vida
entera ante el juiciode Dios y su misericordia.Pero esto exigía mástiempoy un
cambiodeactitud.Hemosquedadoen que profundice en sus sentimientos de frustración y
que haga oración con esta pregunta:«¿Haciadóndeme conduces,Señor?; ¿qué
quieresenseñarmeen estemomentode lavida?».Sólo así alcanzaría fuerza
personalizadora y gracia de reconciliación el sacramento de lapenitencia.

También podría gustarte