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Universidad Austral de Chile

Facultad de Filosofía y Humanidad


Pedagogía en Lenguaje y Comunicación
Literatura infantil y juvenil

Simbología en los elementos icónicos de Rapunzel

José Álvarez
Ambar Celis
Jennifer Jiménez
Sigrid Peña
Ignacia Vásquez
Jueves 13 de abril del año 2023
Introducción:
Los cuentos de hadas han sido, son, y serán siempre parte de la cultura popular,
clásicos eternos por así señalarlos. Ya sea por haberlos leído alguna vez en la infancia, ya sea
por haber escuchado la historia por parte de alguna otra persona, ya sea por haber visto una
parodia o sátira o referencia intertextual en algún otro medio, es casi un hecho que todos
somos capaces de reconocer los elementos más icónicos de este tipo de obras. Dichos
elementos no son para nada, en su mayoría, inocuos, vale decir, carentes de algún significado,
y es que no son pocos los estudios y análisis que señalan una alta carga significativa en todos
estos icónos de los cuentos de hada, una carga significativa relacionada siempre con el
subconsciente de quien cuenta la historia. De esta forma los icónos de los cuentos de hadas,
véase, la figura de la madrastra, la manzana envenenada, los animales mágicos, el príncipe,
etc. Se configuran como simbolismos más profundos de lo que realmente parecen ser en una
lectura superficial de los cuentos.
En base a lo anterior, el presente trabajo busca explicar los simbolismos detrás de los
elementos más icónicos de uno de los cuentos de hada más famosos de todos: Rapunzel,
tomando como base el cuento producido por los hermanos Grimm y extrapolando dichos
elementos icónicos a otras versiones de esta misma historia.
El cabello:
El primero de los iconos de este cuento, y posiblemente el más representativo, es el
cabello. Resulta innecesario y hasta redundante contar la historia de Rapunzel, pero cabe
recordar, en este caso, que rol cumplía el cabello de Rapunzel dentro de la historia.
Recordemos que nuestra protagonista, desde sus primeros momentos de vida, fue aprisionada
en una torre por su cruel madrastra, una bruja en todo el significado de la palabra. Desde esta
torre Rapunzel fue privada de todo tipo de interacción con el mundo, exceptuando, claro, con
la ya mencionada madrastra, quien accedía a la torre escalando justamente a través de las
trenzas de Rapunzel. De esta forma, dichas trenzas cumplían la función de ser el acceso de la
madrastra/bruja a la vida de Rapunzel, misma función que después sería utilizada por el
príncipe. En este sentido, una posible interpretación de las trenzas es que son un simbolismo
que refiere a la transición de las hijas desde el primer nicho familiar (padres) al segundo
(marido o cónyuge), y es que en Rapunzel, reiterando, eran las trenzas las que vinculaban a la
protagonista con su madrastra, y es justamente este mismo vínculo que formaría con el
príncipe tomando como base las trenzas.
Esta no es, ni de cerca, la única interpretación que existe en torno a las trenzas de
Rapunzel. Una de las interpretaciones más interesantes que existen respecto a las Trenzas de
Rapunzel es el alcance de la emancipación o autonomía de la protagonista. Lo anterior se
justifica en que, al inicio de la historia, el cabello de Rapunzel era utilizado por su madrastra
para llegar a ella sin que esta última tuviese opción alguna, aún cuando las trenzas sean una
propia extensión del cuerpo de Rapunzel. Esto, naturalmente, llega a cambiar a lo largo de la
historia, cuando llega el príncipe, quien hablando como la madrastra la primera vez, termina
accediendo a las trenzas de Rapunzel como medio para acceder a la torre y a ella misma,
acceso que después si sería consentido por la protagonista y así, de esta forma, alcanzar su
libertad. En otras palabras, las trenzas representan una suerte de transición entre la sumisión y
la autonomía de Rapunzel en lo que respecta a su propio cuerpo.
La torre:
La torre, como en algunos otros cuentos (se suele representar un castillo en lugar de
una torre), es el lugar donde las protagonistas de los cuentos (usualmente princesas) son
recluidas del mundo exterior, fungiendo de esta manera como una suerte de prisión o celda
que aísla a la princesa. La torre en la cual fue recluida Rapunzel no parece ser distinta al
tópico anteriormente mencionado. Los posibles simbolismos que se le pueden asignar a esta
estructura no son muchos, pero sí que hay algunas interpretaciones interesantes. La madrastra
aprisionó a Rapunzel justo a la edad de 12 años, edad que normalmente se suele asociar con
el inicio de la pubertad y que, en épocas de antaño, representaba en las mujeres el inicio de la
transición de niña a mujer, por lo que el hecho de privar de su libertad a Rapunzel a esa edad
no fue sido para nada una coincidencia. Tomando como base lo anterior, una interpretación
que cabría destacar es aquella que señala a la torre de Rapunzel como el deseo y los esfuerzos
de salvaguardar la “pureza” de esta protagonista por parte de su madrastra. Dicha
interpretación cobra aún mayor sentido cuando la madrastra misma expulsa de la torre a
Rapunzel cuando descubre que esta mantenía una relación con el príncipe, y hablando del
príncipe, el hecho de que las princesas, en la mayoría de los cuentos, escapen de la torre
cuando llega el príncipe por ellas no hace más que reafirmar esta interpretación del
simbolismo de la torre.
La madrastra:
Otro elemento presente en muchos cuentos de hadas es la figura de una madrastra o
bruja malvada. La madrastra del cuento de Rapunzel justamente cumple con todas las
características que suele poseer la figura de este personaje estereotipado. La figura de la
madrastra malvada, descrita por Bettelheim (1977), habla sobre la disociación de la figura
materna en una madre buena y una madrastra cruel, esto realizado desde el punto de vista
inocente e infantil de un niño que quiere evitar manchar la figura de su madre siempre
bondadosa y amable. En otras palabras, se plantea la idea de la madre que, desde un punto de
vista infantil, es alguien enteramente amable, y que, cuando deja de serlo, es porque ya no es
su madre si no que una persona completamente diferente y odiosa, es decir, la madrastra o la
bruja, una “impostora”. En el caso de Rapunzel, efectivamente la madrastra es una suerte de
reemplazo de la verdadera madre de la protagonista, sin embargo, en ningún momento se nos
muestra a ella como una madre ejemplar como las que describe Bettelheim, al menos no en el
cuento de los hermanos grimm, pero sí en otras versiones, como una de las más conocidas
interpretaciones de este relato, “Enredados” (2010) de Disney.
La planta:
El último elemento icónico de esta obra es la planta por la cual los padres biológicos
de Rapunzel la cambian al inicio del cuento. La interpretación más obvia y, por lo tanto,
verosímil que se puede realizar en torno a aquello es la del dinero. No resulta extraño pensar
que en otros tiempos, como la era medieval por ejemplo, las familias con menos recursos y
con muchas necesidades decidieran vender a sus hijos, consiguiendo de esta forma algo de
dinero para solucionar algunas de sus necesidades y, dentro de lo posible, conseguir que
dicho hijo tuviera una mejor vida. En el cuento de los hermanos Grimm, los padres de
Rapunzel no buscaban dinero, sino más bien plantas u hojas de nabiza, plantas que la bruja
efectivamente proporciona a cambio de la pequeña Rapunzel, convirtiéndose así en la
madrastra de esta. En este sentido, las plantas fungen como una suerte de “moneda de
cambio” pues con ello la bruja obtendría a la pequeña mientras que los padres satisfacerían su
deseo de comer nabiza. En la versión de Disney (2010), “Enredados”, las plantas y los padres
de Rapunzel tienen ligeros cambios, como que los padres de la joven no son tan caprichosos
como sus contrapartes del cuento de los hermanos Grimm, y es que las plantas (o mejor dicho
las flores) las necesitaban en este caso porque poseían ciertas propiedades curativas. De cierta
manera en esta versión se logra empatizar más, por así decirlo, con los padres de Rapunzel y
la importancia de las flores en cuestión, pero igualmente sigue siendo la misma simbología
que en el cuento original donde fungían como una especie de moneda de cambio y el medio
por el cual la bruja se convertiría en la madrastra de Rapunzel y los padres lograrían
satisfacer sus necesidades.

Bibliografía:

Bettelheim, B., & Furió, S. (1977). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Barcelona: Crítica.

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