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GRACIAS MUJER, POR TU COMPAÑÍA, POR TU TERNURA, AFECTO,

PREOCUPACIÓN Y CARIÑO O SIMPLEMENTE GRACIAS, POR TU


PRESENCIA.
PORQUE SOLO ME BASTA CON TU SONRISA PARA QUE MI DÍA SE VUELVA
MÁS AZUL. SOLO ME BASTA CON TU MIRADA, PARA LLENARME DE
DICHA Y ALIENTO.
SOLO ME BASTA CON OÍR TU VOZ PARA SENTIR QUE NO ESTOY TAN SOLO
Y QUE VALE LA PENA VIVIR. POR ESO TE DOY LAS GRACIAS, PORQUE SIN
PENSARLO ME HACES MUY FELIZ SOLO CON EXISTIR.
LIC. GERMANIA AMORES, Rectora de la Unidad Educativa “Héroes del Cenepa”
MSC. RODRIGO TITE, Inspector General
ESTIMADOS COMPAÑEROS DOCENTES
QUERIDOS NIÑOS Y JÓVENES ESTUDIANTES
Es para mi muy grato disertar la conferencia del día de Hoy, en primer lugar, porque
podremos compartir un tema de mucha trascendencia e importancia como es el DÍA
INTERNACIONAL DE LA MUJER.
El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha
sindical en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica
Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con
permanencia en su lugar de trabajo. El motivo se debía a la búsqueda de una
reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres
que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían. El
dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres
desistieran y abandonaran el lugar, ante la huelga de las trabajadoras, prendió fuego a
la empresa con todas las mujeres dentro, el resultado fue la muerte de las obreras que se
encontraban en el interior de la fábrica. Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto
por el día de la mujer en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en
Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.
Con este antecedente, un año después, en 1910, se desarrolló la segunda Conferencia
Internacional de Mujeres Socialistas, en la capital danesa, Copenhague. El tema central
fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción Clara Zetkin, líder del
“levantamiento de las 20.000”, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día
Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en la
huelga de 1908.
Las Naciones Unidas comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo
en 1975, Año Internacional de la Mujer. Dos años más tarde, en diciembre de 1977, la
Asamblea General adoptó una resolución proclamando un Día de las Naciones Unidas
para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, que los Estados Miembros pueden
celebrar cualquier día del año siguiendo su tradición histórica y nacional.
El Día Internacional de la Mujer surgió de las actividades de los movimientos obreros a
finales del siglo XX en América del Norte y Europa. Desde entonces, el Día
Internacional de la Mujer ha adquirido una dimensión global para las mujeres de los
países desarrollados y en desarrollo por igual. El creciente movimiento internacional de
las mujeres, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre
la mujer, ha ayudado a que su conmemoración ofrezca la oportunidad de incrementar el
apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en las esferas política y
económica.
El Día Internacional de la Mujer ha pasado a ser un momento de reflexión sobre los
progresos alcanzados, un llamado al cambio, y una celebración de los actos de valor y
determinación tomados por mujeres comunes y corrientes que han tenido un papel
extraordinario en la historia de sus países y sus comunidades.
La Defensoría del Pueblo de Ecuador, en su calidad de Institución Nacional de
Derechos Humanos, en ocasión del Día Internacional de las Mujeres expresa:
El 8 de marzo no solo constituye la fecha internacional para conmemorar y recordar las
múltiples luchas de las mujeres por el ejercicio real de sus derechos humanos, también
reivindica el derecho a la memoria sobre varios hechos violentos cometidos contra las
mujeres que protestaron a finales de la primera década del Siglo XX en contra de
jornadas de trabajo extendidas y salarios inferiores al de los hombres. Estas luchas se
centraron en el reconocimiento de la dignidad y humanidad de las mujeres como
personas sujetas de derechos con capacidad jurídica, política y social para la
consecución de sus derechos por la igualdad, la no discriminación, la autonomía y la
libertad, impulsando de esta manera la construcción de sociedades democráticas,
pacíficas y equitativas.
Sin embargo, a nivel mundial y en el Ecuador, las mujeres en toda su diversidad aún
siguen siendo discriminadas. Las violaciones a sus derechos por la condición de género
afectan el derecho al trabajo, a la educación, el derecho a decidir, así como la negación
de su derecho a vivir en paz y libres de violencia, llegando incluso hasta la vulneración
a la integridad personal y a la vida. Por ello, la Defensoría del Pueblo reivindica la lucha
de las mujeres trabajadoras por la igualdad salarial, mejores condiciones laborales,
espacios de trabajo libre de violencia, estabilidad y acceso a todas las prestaciones de
seguridad social, así como al reconocimiento social y la valoración económica por el
trabajo de cuidado que se realiza en casa y a familiares.
Cabe señalar que en el último año se presentaron hechos que conmocionaron la opinión
pública del país, siendo los más graves las violaciones por más de un perpetrador en
Quito, Guayaquil e Ibarra, a mujeres; los femicidios en Ibarra y Quito que se dieron
frente a cientos de personas e incluso ante personal policial.
Además, no existe una respuesta ágil, oportuna y con calidez por parte de la Función
Judicial; es necesario tomar en cuenta que la violencia sexual en nuestro país es
alarmante: de acuerdo a información del INEC, 1 de cada 4 mujeres ha sufrido violencia
sexual.
La Defensoría del Pueblo se suma a las voces de alerta frente al incremento de la
violencia contra las mujeres y hace un llamado para que las entidades del Estado
cumplan con lo establecido en la Constitución, los tratados internacionales de derechos
humanos y la ley, con el objeto de asegurar el derecho de las mujeres que habitan en el
Ecuador a disfrutar de una vida libre de violencia.

Sin ella, elementalmente lógico, el hombre no existiría. Lo que significa que su


presencia no es solamente indispensable, es vital. Siempre la ‘superioridad’ del hombre
se ha manifestado por la fuerza, oprimiendo, abusando, maltratando a la mujer,
desconociendo sus facultades y negándole la posibilidad de compartir los logros del ser
humano, no como una concesión, sino como un derecho. Es importante que nosotros
como el género masculino las reconozcamos por una labor más fuerte que la nuestra.

¡Feliz Día!, mujeres de la Unidad Educativa “Héroes del Cenepa”. Que el éxito que han
logrado en las actividades que emprenden, demuestre la igualdad que existe con el
hombre y, en muchos casos, la superioridad que tienen sobre nosotros.

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