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La lucha a favor de la igualdad

de género
¿Qué es igualdad?
IGUALDAD Y EQUIDAD:
La igualdad implica un trato jurídico idéntico entre personas que tengan las mismas
condiciones y situaciones. La equidad comprende un trato justo a las personas, dando a
cada cual lo que le pertenece a partir del reconocimiento de las condiciones y las
características específicas, por lo tanto significa justicia, reconocimiento de la diversidad y
eliminación de cualquier actitud o acción discriminatoria.
Creemos en la igualdad, una igualdad que respeta y valora la diversidad, sin distinción de
sexo, color de piel, edad, condición económica, religión, lugar de nacimiento, discapacidad
o cualquier otra diferencia. Rechazamos los estereotipos culturalmente asignados a las
personas y reconocemos que no todas estamos en las mismas condiciones para acceder a las
mismas oportunidades. Buscamos generar condiciones estructurales de equidad que
eliminen las brechas que imposibilitan un mundo de iguales entre diferentes.
Con todo esto, la lucha que se a tenido lo principal que exige es un trato decente validando
sus habilidades, lo que puede y no pueden hacer como personas no como lo define su sexo
si no como lo puede permitir su persona viendo más allá de ser hombre o mujer, los gustos
que tengan o la atracción que puedan tener.

Día de la mujer
El Día Internacional de la Mujer, lucha que cada 8 de marzo es recordada y dignificada
internacionalmente. A grandes rasgos, este día recuerda los movimientos por los cuales las
mujeres exigen los cambios que aseguren sus derechos y fomenten la equidad de género y
su seguridad en sociedad, además de celebrar los logros que, como grupo violentado, han
alcanzado a lo largo de los años.
Aun así, la razón por la que es el 8 de marzo, el día de esta conmemoración, tiene un
trasfondo histórico y un contexto social más amplio de lo que parece, por ende, aquí te
contamos un poco más.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, “El Día Internacional de la Mujer
encuentra sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que (...) reclamaban a
comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad
entre los sexos".
Este tiene sus bases en los movimientos históricos encabezados principalmente por las
mujeres, mayormente en Estados Unidos y Europa, donde exigían justicia social y equidad
de derechos en distintos aspectos de la sociedad.
Antecedentes
Aunque los movimientos se dieron a conocer con mayor fuerza en el siglo 20, los esfuerzos
y las manifestaciones de las mujeres para vivir en un mundo con más igualdad vienen desde
tiempo atrás.
Como ejemplo, está el movimiento femenino de 1848 de Elizabeth Cady Stanton y Lucretia
Mott en la primera convención nacional por los derechos por las mujeres, también en
febrero de 1909 se conmemoró el primer Día Nacional de las Mujeres en EE.UU. en honor
a la huelga de mujeres de 1908 contra las malas condiciones de trabajo.
Relación con el 8 de marzo
La razón más reconocida por la que se utiliza el 8 de marzo con este título se remonta a un
ocho de marzo, pero de 1857, en ese día, las mujeres trabajadoras de la fábrica “Textilera
Cotton”, realizaron una gran manifestación por las calles cercanas a la fábrica para
reclamar mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral.
Hoy en día diversos colectivos conmemoran la lucha con actividades distintas.
Dicha manifestación fue brutalmente reprimida por la policía, dejando un saldo de 120
mujeres muertas, unas por disparo de arma de fuego, otras quemadas en un incendio
provocado en las instalaciones de la fábrica.
Ese mismo día se llevó a cabo el funeral masivo de las víctimas, lo que dio lugar a una de
las manifestaciones más grandes que se recuerdan en la ciudad. Se realizó una marcha
silenciosa, que más adelante se volvería en símbolo del movimiento obrero mundial.
Hoy por hoy, el Día Internacional de la Mujer sirve no como una celebración, sino como
una conmemoración para recordar las acciones que miles de mujeres, a lo largo de la
historia, realizaron como lucha para mejores condiciones de vida, asegurar sus derechos y
conseguir la equidad en las distintas áreas de la sociedad.
Exponiendo esta problemática, recientemente nos encontramos con la historia de Mariana
Sánchez Dávalos. Ella era una mujer de 24 años, estudiante de medicina, que hacía su
servicio social en una clínica en el municipio de Ocosingo. El 28 de enero del 2021, fue
encontrada sin vida, semanas después de que denunciara una agresión sexual y solicitara su
traslado a otro hospital.
La igualdad de género está en el corazón mismo de los derechos humanos y los valores de
las Naciones Unidas. La igualdad y la no discriminación son principios fundamentales de la
Carta de las Naciones Unidas, adoptada por los líderes mundiales en 1945.
Sin embargo, millones de mujeres y personas LGBTI en todo el mundo continúan sufriendo
discriminación en el disfrute de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y
sociales.
Además, muchas mujeres, incluidas las mujeres transgénero, de género diverso e
intersexual, enfrentan formas compuestas de discriminación, debido a factores como su
edad, raza, etnia, discapacidad o condición socioeconómica, además de la discriminación
basada en el género.
Asegurar efectivamente el pleno disfrute de los derechos humanos por parte de mujeres,
niñas, hombres, niños y personas de diversas identidades de género requiere, en primer
lugar, una comprensión integral de las estructuras sociales, las normas sociales y los
estereotipos, y las relaciones de poder que enmarcan no solo las leyes y la política, sino
también la economía, la dinámica social, la vida familiar y la vida comunitaria.
ONU Derechos Humanos se compromete a trabajar con los Estados, las instituciones
nacionales de derechos humanos (INDH), la sociedad civil y otras partes interesadas de
todo el mundo para:
Reformar las leyes y políticas discriminatorias que permiten la discriminación por motivos
de género y armonizarlas con el derecho internacional de los derechos humanos;
Transformar las normas sociales discriminatorias y los estereotipos de género dañinos en
estructuras sociales y relaciones de poder más equitativas para todos los géneros; Eliminar
la violencia de género; Garantizar el disfrute de la salud y los derechos sexuales y
reproductivos para todos; Proteger y ampliar el espacio cívico de las mujeres defensoras de
derechos humanos y los movimientos feministas;
Facilitar la participación igualitaria de mujeres, hombres y personas de diversas identidades
de género en la vida civil, política, económica, social y cultural; y
Garantizar la igualdad de género dentro de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y
las Naciones Unida
En Amextra, llevamos 36 años promoviendo -en comunidades indígenas y urbanas-
programas sociales con diferentes fines y proyectos con un enfoque de género, y de
transformación integral. Porque queremos poner un alto a la violencia, que tanto daña a
toda la sociedad.
Ante esta problemática, lanzamos el proyecto: “Nosotras Sanamos Juntas” en HipGive.
El cual abre el tema en las comunidades tzeltales de Chiapas, mediante la implementación
de la metodología Práctica Narrativa Comunitaria (CNP, por sus siglas en inglés), que tiene
como objetivo: “enfrentar temas tabú de una manera culturalmente relativa”.
De la mano de la Dra. Kathleen Cash, quien ha desarrollado esta metodología en otras
partes del mundo desde 1991, Amextra implementa este proceso por primera vez en
comunidades indígenas de México. El proceso de CNP consta de 4 fases: investigación
etnográfica, elaboración de historias, aplicación del modelo en las comunidades y
evaluación de impacto.
A través de la etnografía hemos podido escribir 25 historias que contienen los problemas
comunes relativos a la violencia en estas comunidades. Al ser presentadas las historias, las
personas pueden identificarse con los personajes, permitiendo la reflexión y el autoanálisis
sobre el papel que juegan en esta problemática y en su posible solución. Después de la
reflexión, las personas buscan en conjunto cómo romper estas conductas o qué cambios se
pueden hacer para evitar los modelos que validan la violencia.
Mediante este proyecto, de manera directa, podemos beneficiar en el primer año a 100
mujeres y hombres tzeltales, que participan en el proceso de diálogo, reflexión y
propuestas de cambio. Esto a su vez, tendrá un impacto en 500 personas cercanas más,
haciendo que poco a poco la sociedad chiapaneca se concientice sobre la violencia de
género.
En la ASEA, el 50.4% del personal es femenino.
“La equidad entre hombres y mujeres es una batalla, que al ganarse, está gestando seres
humanos más completos, uniones más felices, familias más armoniosas y una Patria
integrada por ciudadanos conscientes paran quienes la libertad es la única atmósfera
respirable y la justicia el suelo en que arraigan y prosperan y el amor, el vínculo
indestructible que los une”: Rosario Castellanos.
El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para celebrar los grandes avances que
las mujeres han conseguido, pero también para reconocer que el camino aún es largo y el
recorrido no será sencillo. Asimismo, debe servirnos como impulso para fomentar el
cambio y para escuchar las múltiples voces que buscan justicia y paridad.
Las mujeres son y seguirán siendo un ejemplo a seguir para las futuras generaciones,
porque gracias a su esfuerzo y determinación han alcanzado puestos de mando, se han
convertido en líderes mundiales, comunitarias o son titulares de naciones y proyectos. Ellas
son el modelo para mujeres que buscan empoderarse y lograr sus metas. De acuerdo con
ONU Mujeres, el contexto mundial que estamos viviendo por la contingencia sanitaria nos
ha puesto de manifiesto que “las mujeres pueden liderar eficazmente los esfuerzos de
respuesta y recuperación ante la Covid-19”. En contraparte, nos ha demostrado que
también son las más afectadas ante “el aumento de tareas de cuidados no remunerados, al
desempleo y a la pobreza”.
En este sentido, reiteramos que las acciones y la lucha a favor de la igualdad de género
deben continuar. No solamente alzando la voz y manifestándose, sino desde los hogares y
puestos de trabajo, dándonos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor y tomando
decisiones que busquen y fomenten la igualdad.
En un estudio publicado en 2018 por organizaciones civiles de Estados Unidos se demostró
que en el Sector Hidrocarburos, las mujeres constituían apenas el 7.9% del total de la fuerza
laboral, en Australia se contaba con sólo 13.3% de mujeres en este rubro y en Colombia,
19.5%. En todos estos ejemplos, la cifra disminuía considerablemente en puestos de alto
mando. Sin embargo, en la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al
Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), el 51% del personal es femenino, las
Direcciones de Área son ocupadas en un 44% por mujeres y las Direcciones Generales por
un 50%.
Asimismo, en la ASEA se ha implementado entre las personas servidoras públicas de la
institución: el Pronunciamiento Cero Tolerancia al Hostigamiento y Acoso Sexual, Política
de Igualdad Laboral y no Discriminación y la Carta Compromiso con el Código de
Conducta. Además, en el 2020 se realizó el proceso de recertificación en la Norma
Mexicana de Igualdad Laboral y no Discriminación NMX-R-025-SCFI-2015 en la que se
logró el “Nivel Oro”, debido a la adopción de mejores prácticas a favor de la igualdad
laboral y no discriminación.
Es importante agregar que en México, el actual gobierno es el primero en la historia de
nuestro país en tener un gabinete paritario, porque se reconoce que “las mujeres aportan
experiencias, perspectivas y habilidades diferentes, y que contribuyen de manera
indispensable en las decisiones, políticas y leyes que funcionan mejor para todas y todos”,
tal como lo propone la Organización de las Naciones Unidas.
Ejemplo de ello es el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2020-
2024 publicado en el Diario Oficial de la Federación en diciembre de 2020, el cual
establece compromisos y políticas bajo los enfoques de género para garantizar la plena
participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
La eliminación de cualquier forma de violencia contra las mujeres, el aumento de su
autonomía económica, la inclusión en políticas públicas, así como su participación en la
toma de decisiones y en puestos de mando es una meta que nos concierne a todas y todos.
Celebrar, reconocer e impulsar acciones en pro de los derechos de las mujeres es un
compromiso diario de las personas servidoras públicas de la ASEA.
Este día en el que conmemoramos la lucha de las mujeres por sus derechos es una buena
oportunidad para hacerles un homenaje reconociendo sus logros, dedicación y esfuerzo, así
como su contribución al desarrollo de nuestro país, nuestra sociedad y nuestras familias.

Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott


“Sin embargo, la lucha por la igualdad aún no ha terminado. Los Techos de cristal y la frase
‘La primera mujer en [...]’ todavía existen, y esto se debe corregir. El tema de la
igualdad de la mujer no está abierto al debate. Por eso es que hago un llamado al Senado
para que se una a la Asamblea y así lograr que las Medidas de la Ley de Igualdad para las
mujeres se conviertan en ley.”
Carmen E. Arroyo
Miembro de la Asamblea de Nueva York
el 19 al 20 de julio de 1848, en Seneca Falls, Nueva York, EUA, se dio la primera
Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca
Falls.[1]En 1840, Elizabeth Cady se casó con Henry Stanton, uno de los más activos y
prominentes abolicionistas. Ambos asistieron a la convención mundial antiesclavista en
Londres de 1842, pero ella fue delegada y vetada para participar, como las otras seis
mujeres presentes,[2]entre quienes estaba la también abolicionista Lucretia Mott. Ambas
confirmaron su frustración por la falta de derechos de las mujeres, [3]e iniciaron una
amistad que impulsaría la lucha sufragista en los Estados Unidos.
Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, indignadas por la prohibición que impedía a las
mujeres hablar en una convención londinense contra la esclavitud, de regreso en los
Estados Unidos se organizaron para congregar, en Nueva York, a cientos de personas de
todo el país en la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer. Juntas,
exigieron derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para las mujeres, plasmándolos
en la Declaración de Sentimientos y Resoluciones,[4] donde mantenían que “estas
verdades son evidentes: todos los hombres y las mujeres son creados iguales”[5]
La Declaración de Sentimientos, como ellas la llamaron, también es conocida como
Declaración de Seneca Falls. La base de este documento es la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos, y en él se denuncian las restricciones, sobre todo
políticas, a las que estaban sometidas las mujeres: no podían votar, presentarse a elecciones,
ocupar cargos públicos, y asistir a reuniones políticas o afiliarse a alguna organización
política[6]
Dentro de sus resoluciones, decidieron lo siguiente
Que la misma proporción de virtud, delicadeza y refinamiento en el comportamiento que se
exige a la mujer en la sociedad, fuera exigido al hombre, y las mismas infracciones sean
juzgadas con igual severidad, tanto en el hombre como en la mujer.
Que la igualdad de los derechos humanos es consecuencia del hecho de que toda la raza
humana es idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad.
Que es deber de las mujeres estadounidenses asegurarse el sagrado derecho del voto.
La Declaración de Seneca Falls fue pionera en América y el mundo de la lucha por los
derechos de la mujer. Muchas sufragistas se integraron desde diferentes lugares del mundo,
dando una batalla conjunta por sus derechos y los de todas las mujeres. Mas, esta lucha aún
no se gana. Si bien, en la mayoría de los países ya no se discute el derecho al voto, la
situación de las mujeres en el mundo dista aún de ser equitativa. La actriz británica Emma
Watson, embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres, lanzó en junio de 2014 una
campaña mundial de solidaridad, HeForShe,[8] que insta a los hombres y los niños a
convertirse en aliados para lograr la igualdad de género[9]convertirse en aliados para lograr
la igualdad de género . Por otro lado, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y sus
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por los dirigentes mundiales en
2015, propone una hoja de ruta para lograr un progreso sostenible que no deje a nadie atrás.
Uno de sus objetivos primordiales es lograr la igualdad de género y el empoderamiento de
las mujeres.

Mujeres que contribuyeron a la igualdad


Hipatia de Alejandría (370-415, aproximadamente)
Considerada como la primera mujer científica de la historia, era hija del matemático y
filósofo Teón de Alejandría, del que heredó el gusto por la vida intelectual. Él trabajó en el
Museo, institución que fue fundada por Tolomeo, y en la que ella se educó. Allí también
desarrolló su labor divulgativa y de enseñanza cuando se convirtió en su directora. Pero su
erudición le valió la enemistad de los cristianos, religión que se instauró en ese momento en
el Imperio Romano, por lo que fue víctima de un linchamiento bajo la creencia de que
embrujaba a todos los alejandrinos que escuchaban sus lecciones.

Wu Zetian (624-705)
Esta joven burguesa fue educada con esmero y pasó a formar parte de las concubinas del
emperador Taizong, bajo cuyo mandato ejerció como secretaria y demostró sus habilidades
para la vida política. Tras su fallecimiento, pasó a servir su hijo, Gaozong. Esto supuso un
escándalo, ya que no estaba bien visto que una misma mujer fuera la concubina de dos
emperadores distintos. Cuando Gaonzong también falleció, Wu decidió posicionarse como
la única emperatriz de China por encima de los derechos legítimos de su hijo: demostró ser
una gobernante hábil creando un clima de crecimiento y estabilidad y destacó por sus
mejoras en educación y por elevar la posición social de las mujeres chinas.
Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695)
Esta religiosa mexicana destacó por apoyar la enseñanza tanto para hombres como para
mujeres, porque consideraba que si no se entendían las ciencias de la tierra, tampoco se
podía comprender el plano espiritual. El escritor Octavio Paz encabeza una larga lista de
estudiosos que consideran que su obra influyó de manera positiva en el cambio del papel de
la mujer en la sociedad.
Olympe de Gouges (1748-1793)
Conocida por su lucha por la igualdad a todos los niveles, se centró en reivindicar el papel
de la mujer en la sociedad, pero también luchó de manera activa contra la esclavitud a
través de las numerosas obras escritas que publicó a lo largo de su vida. Entre sus textos
más destacados se encuentra la 'Declaración de Derechos de la Mujer y la Ciudadana', en la
que proclamaba la igualdad entre hombres y mujeres. Entre ellos, mencionaba el derecho al
divorcio, proponía la creación de centros de acogida y apostaba por el reconocimiento de
todos los hijos naturales por parte del hombre, ya que ella misma sufrió la discriminación
como hija bastarda.
Flora Tristán (1803-1844)
Fue una escritora y pensadora francesa de ascendencia peruana que puso el foco en los
derechos de las mujeres trabajadoras. Una vida de rechazo la marcó de por vida, pero ella,
lejos de dejarse aplastar por la sociedad en la que vivía, impulsó un movimiento por la
igualdad de derechos para las féminas. Es autora del ensayo 'La emancipación de la mujer'
en el que se manifiesta en contra de la inferioridad de las esposas en el matrimonio.
Mary Wollstonecraft (1759-1797)
Conocida por publicar el primer texto reconocido como filosofía feminista ‘A Vindication
Of the Rights of Woman’, en 1792, defendió que la mujer no es naturalmente inferior al
hombre (pensamiento que se tenía en la época), sino que las diferencias se debían a la
educación acogida. Y lo hizo a través de muchos de sus textos en los que reflejaba lo que
para ella era el problema principal de la inequidad de género: la legislación de la educación
para féminas, algo que criticó en su libro ‘Reflexiones sobre la educación de las hijas’.
Virginia Woolf (1882-1941)
Expuso en su ensayo ‘Una habitación propia’ (1923) las dificultades a las que se
enfrentaba una mujer escritora durante el SXX; un ámbito que era principalmente
protagonizado por hombres. Se convirtió en un gran símbolo del feminismo literario del
momento gracias a las novelas que hizo sobre la condición masculina y la femenina y otros
aspectos que se centraban en la posición de las mujeres en la sociedad de ese período. En
sus escritos también plasmó el uso de la violencia de hombres sobre mujeres y la represión
que hacían de forma política e intelectual.
Coco Chanel (1883-1971)
Liberó a la mujer a través de la moda, mezclando prendas de ropa consideradas en ese
entonces como masculinas con el atuendo femenino, creando los primeros pantalones para
mujer. Popularizó el corte de pelo ‘garçon’ acabando con el estilo de melena larga y
creó el traje sastre para las trabajadoras e independientes. Por otro lado, fue la primera
mujer empresaria conocida de la historia: en 1910, abrió un taller donde bordaba su
colección de ropa.
Clara Campoamor (1888-1972)
Fue una de las impulsoras del sufragio femenino español, creadora de la Unión Republicana
Femenina y la segunda mujer en España en formar parte del Colegio de Abogados. Utilizó
sus cargos de abogada y diputada para defender los derechos de la mujer, la equidad de
voto y luchar para abolir la discriminación por cuestión de sexo.

Simone de Beauvoir (1908-1986)


Sus libros giraban en torno a la lucha contra el sistema patriarcal, la crítica de la
emancipación de la mujer y el papel de la mujer como esposa y madre oprimida y
dependiente del hogar. Simbolizó su feminismo a partir de la publicación ‘El segundo
sexo’, que analizó la condición femenina desde distintas perspectivas: científica, histórica,
sociológica, cultural y psicológica, investigando por qué surgía esa situación.
La Cultura de paz
La cultura de la paz consiste en promover una serie de valores, actitudes y
comportamientos, que rechazan la violencia y previenen los conflictos. Tratan de
solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación de la obligación entre las
personas y las naciones, teniendo en cuenta un punto muy importante que son los derechos,
respetándolos e incluyéndolos en esos tratados. Esta fue definida por resolución de la ONU,
siendo aprobada por la Organización de las Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999 en el
Quincuagésimo tercer periodo de sesiones.
Tendemos a pensar en la paz como la ausencia de guerras o conflictos armados. Sin
embargo, la paz es un concepto más amplio, que hace referencia a una relación de armonía
entre las personas y sociedades, libre de violencia. Una sociedad en paz no es solamente
una sociedad sin guerras, sino también libre de violencia, en cualquiera de sus
manifestaciones.
La paz se considera una condición necesaria para el pleno desarrollo de las sociedades,
pues implica el reconocimiento de la dignidad individual de sus miembros, y la seguridad
de que sus derechos son respetados. No puede darse una cultura de la paz sin la existencia
de un diálogo que busque elementos comunes entre las partes para que estas se sientan
reconocidas en el otro. El diálogo nos permite ir más allá de la coexistencia y alcanzar la
convivencia pacífica.
El conflicto forma parte natural de la convivencia entre personas y grupos, pues todas las
sociedades son diversas por naturaleza y en ellas se manifiestan diferentes intereses y
formas de pensar. No obstante, siempre existen diferentes formas de abordar la resolución
de cualquier conflicto. La violencia nunca proporciona una solución real, en la medida en
que supone vulnerar la dignidad de alguna de las partes implicadas; solo mediante el
diálogo la concesión, se pueden alcanzar soluciones que respeten nuestra integridad y que
deriven en una convivencia pacífica.
El compromiso con la paz implica la renuncia a la violencia como método para la
resolución de conflictos, y la aceptación y el respeto a la diversidad. La Historia nos ha
dejado numerosos ejemplos de que la no violencia es un camino sumamente efectivo para
enfrentar situaciones de injusticia, incluso ante agresiones violentas. La resistencia pacífica
deslegitima al agresor, privándolo de los argumentos que sustentan la acción violenta.
Una sociedad donde predomina la cultura de paz es una sociedad en donde se participa y se
lucha activamente por la justicia para todos sus miembros. Para consolidar una cultura de
paz es necesaria una educación basada en el respeto a la dignidad y los derechos de todas
las personas, la resolución de conflictos por vía pacífica, el diálogo constructivo, la
solidaridad y la cooperación entre todos los individuos.
A través de este eje rector implementamos estrategias de educación para la paz en centros
educativos.
A partir de la creación de la Organización de las Naciones Unidas en el año de 1945,
después de la segunda guerra mundial, la búsqueda y el anhelo de una cultura de paz en la
que haya respeto por los derechos humanos, el cese a los conflictos armados, la
proliferación de la violencia nos invita a voltear a ver la importancia de tratar el tema de la
paz al interior de las escuelas donde estén involucrados alumnos, padres de familia y
docentes.
La construcción de una cultura de paz y desarrollo sostenible es uno de los objetivos
principales del mandato de la UNESCO, de igual manera, dentro de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible dentro de su plan de acción a favor de las personas, el planeta y la
prosperidad, también se tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la
justicia en su objetivo 16.
Se requiere del esfuerzo de todos para modificar mentalidades y actitudes que logren
promover la paz, transformar los conflictos, prevenir la violencia en las escuelas, trabajos,
familias y en la sociedad en general.
Nuestro mayor reto para promover esta cultura es la mentalidad de la mayoría de personas,
los humanos somos seres imperfectos a los cuales la mayoría sucumbe a la reacción
espontánea de los sentimientos mayormente de odio lo cual resulta en agresiones gritos y
peleas.
La cultura de paz quiere ayudar a que la población se dé cuenta de que existe la manera de
convivir de manera sana y promoviendo el respeto y los valores si necesidad de agresiones,
peleas y mayores conflictos con una resolución amistosa y agradable para cualquier parte.

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