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Junto con Arturo Michelena, Martín Tovar y Tovar y Antonio Herrera Toro, Cristóbal Rojas puso a
Venezuela en el mapa de la pintura durante el siglo XIX. En 1883, obtuvo una beca para estudiar en París
gracias a su cuadro La muerte de Girardot en Bárbula. De personalidad “melancólica”, en su obra convive una
clara influencia impresionista, un intenso dramatismo y una aguda observación que dieron como resultado una
marca personal de realismo que lo llevó a participar grandes salones franceses de la época.
Considerado como uno de los grandes pintores venezolanos del siglo XIX, Arturo Michelena es mejor
recordado por sus retratos, así como sus escenas históricas y alegóricas. Se inició en el arte desde pequeño, y
en la década de 1880 recibió una beca para estudiar en París, donde triunfó en salones y exposiciones como Le
Salón des Artistes Français (1887) y la Exposición Universal de París (1889). Figura clave del romanticismo
tardío, Michelena creó más de 700 piezas, muchas de las cuales están entre los cuadros más famosos de la
historia del arte de su país.
Además de su labor como pionera del grabado y la pintura moderna en Venezuela, Elisa Elvira Zuloaga es
recordada por sus paisajes. Al principio de su carrera, Zuloaga creaba sus pinturas en un estilo cercano al
impresionismo, con un equilibrio formal en la composición. Con el tiempo, desarrolló un aprecio por el
aspecto poético del recuerdo frente a la copia fidedigna de un paisaje a pintar. Por ello, Pilar Muñoz López,
profesora y crítica de arte de la Universidad Autónoma de Madrid, ha calificado a Zuloaga como “una de los
artistas gráficos más importantes de Sudamérica”.
Aunque es mejor conocido como un pionero del arte cinético en América Latina, Alejando Otero fue un
artista multidisciplinario que también incursionó en la pintura, lo que le valió ganar el Premio Nacional de
Pintura de Venezuela en 1958. Entre la obra pictórica de Otero, quien trabajó con un claro enfoque abstracto,
destaca su serie Coloritmos, conformada por 75 tablones pintados con materiales industriales. Representó a
Venezuela en la Bienal de Venecia de 1982.
Mercedes Pardo es considerada una de las figuras más importantes del arte abstracto en Venezuela y América
Latina. En 1962 participó en la Bienal de Venecia y en 1978 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Además de la pintura, experimentó con la acuarela, el collage y los vitrales, así como en la escenografía. Sobre
su obra, la poeta Elizabeth Schön escribió: “Sus colores poseen el extraño poder de situarnos en un ámbito
indescifrable, en donde lo intenso y lo luminoso se unifican dentro de infinito alumbramiento de ellos
mismos”.
Jesús Rafael Soto, otro gran exponente del arte cinético venezolano, también incursionó en la pintura. Aunque
en un principio su obra pictórica estuvo influenciada por el postimpresionista Paul Cézanne, el arte abstracto
de Kandinsky y Klee eventualmente tocó a Soto, quien formó un lenguaje singular basado en la geometría. Su
trabajo se ha expuesto en el Tate de Londres, el Centro Pompidou de París, y el MoMA y el Museo Solomon
R.Guggenheim de Nueva York.
Pintora, artista gráfica y pionera de la cerámica, Luisa, la Nena Palacios se sintió atraída por el arte desde
pequeña. Con una preferencia por el arte figurativo al principio de su carrera, Palacios le abrió la puerta al
informalismo, dando paso a una obra vibrante con pinceladas audaces y una energía que contrasta con la paleta
sombría de sus cuadros. En 1978, Palacios fundó el Taller de Artistas Gráficos Asociados, que continúa con su
labor de difundir el práctica del grabado, la serigrafía y la litografía en Venezuela hasta nuestros días.
M A T E O M A N A U R E ( 1 9 2 6 - 2 0 1 8 )
Mural en la Universidad Central de Venezuela (1954). Foto: GermanX, CC BY-SA 4.0
Este pintor venezolano contemporáneo ha desarrollado un lenguaje surrealista inspirado en los entresijos de la
mente y el espíritu humanos. Pájaro describe su estilo como “metarrealismo”, una especie de realismo mágico
influenciado por la pintura del renacimiento y el barroco. “El potencial de la pintura de caballete y su oficio,
para mí no han concluido. De hecho, ellos son ahora un vehículo, una escalera y un portal para comunicar la
trascendencia a mundos nuevos y necesarios”, dijo en una entrevista.
Nacida en Maracaibo, Patricia Van Dalen es una artista visual que reside en Miami. A lo largo de su prolífica
carrera ha experimentado con una gran variedad de medios, desde la fotografía hasta la instalación; sin
embargo, es mejor conocida por sus pinturas abstractas, caracterizadas por una paleta de colores vibrantes y un
ingenioso uso de la geometría, el cual ha incorporado a las otras disciplinas en las que ha incursionado. Una de
sus piezas más populares es el mural “Jardín Lumínico”, ubicado en Caracas.
Cinco escultores venezolanos que desarrollaron su trabajo en bronce durante el Siglo
XX, se reúnen con algunas de sus obras fundamentales en la exposición que este
domingo 28 de septiembre se inaugura en la Galeria D´Museo, a partir de la 11 de la
mañana.
“La iconografía bolivariana, de la cual la historia venezolana ha hecho casi una religión,
fue desarrollada por los escultores italianos del siglo XIX. Dos brillantes escultores a
finales del siglo XIX, como lo fueron Eloy Palacios (1847 – 1919) o Andrés Pérez Mujica
(1873 – 1920), fueron artistas académicos y su obra estuvo dedicada al trabajo
monumental de corte histórico, estando signadas por los encuentros y desencuentros
políticos de la época, y por sus permanencias en el exterior, por lo que debemos
considerarlos como creadores del siglo XIX. La generación siguiente careció de
escultores en bronce, salvo algún pequeño trabajo de Pedro Basalo o de otro artista aún
menor”.
A mediados del Siglo XX se proyecta con gran vitalidad la obra de Francisco Narváez,
otorgándole a la escultura en bronce un “cariz nacional” con las figuras mestizas que
reflejan nuestra identidad en las obras urbanas realizadas en parques y plazas, y su
posterior evolución artística cuando abandona la visión figurativa para introducir la
“escultura abstracta en Venezuela, la cual llega en un período posterior con sus
macizos volúmenes cortados y bruñidos desde la piedra cumarebo o las maderas
previamente esculpidas que luego son llevadas al bronce”, como lo expresa Nicomedes
Febres en el texto que acompaña la presente exposición en D´ Museo.
El escultor figurativo de origen holandés Cornelius Zitman, llega al país en la década de
los 50, definiendo en su obra una visión particular del arquetipo femenino venezolano
con sus mujeres desnudas, redondas y sensuales, de las cuales se mostrarán tres
obras realizadas en los años 70.
Cinco esculturas de Manuel de la Fuente, artista oriundo de España quien llegó al país
en 1958, se exhiben con su sello hiperrealista, y evidencian su preocupación por el
devenir del hombre contemporáneo con la serie de Las Multitudes, donde pone en
relieve el hacinamiento que se produce en nuestras urbes y cuestiona su desarrollo. “De
la Fuente representa centros comerciales, medios de comunicación, productos de
consumo, medios de transporte donde el actor es la multitud compuesta por hacinados
consumidores que pierden su individualidad en el colectivo”, comenta Nicomedes
Febres.
Por su parte Harry Abend forma parte de esta muestra, por ser uno de los escultores
más importantes de la historia del arte venezolano. Nacido en Polonia, ha desarrollado
toda su trayectoria como artista venezolano a partir de 1958, ganando el Premio
Nacional de Escultura en 1963. Desde comienzos de los años 80, Abend ha realizado
una “obra de gran calidad y fuerza a partir de volúmenes tallados en madera en su
búsqueda de formas redondeadas y orgánicas que luego son fundidas en bronce sin
que el ochavado pierda la rotundidad del gesto y debe ser considerado un precursor del
minimalismo en nuestro país”.
La exposición “Siglo XX: Escultura en bronce” podrá ser apreciada del 28 de septiembre
al domingo 2 de noviembre, en la Galería D’Museo, ubicada en la calle California, entre
Mucuchíes y Perijá, Edificio Sonora, P.B., Las Mercedes. Los horarios de la muestra al
público son los lunes de 3:00 a 6:00 p.m.; martes a viernes de 9:00 a 1:00 p.m. y de 3:00
a 6:00 p.m., y los domingos, de 11:00 a.m. a 2:00 p.m. Cerrado los sábados