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y el intercambio culinario
La primera cultura que se estableció como una civilización fueron los grupos humanos
que se establecieron en la actual zona del valle de supe, 180 kilómetros al norte de
Lima, formando un pueblo con una extensión de 66 hectáreas; alcanzó su máximo
desarrollo entre los años 3,000 a 2,000 antes de nuestra era, existiendo una población de
1,000 a 3,000 habitantes, y que inexcusablemente debían contar con distintos elementos
para mantener el orden y la jerarquía de la sociedad, como la religión, la jerarquización,
la organización y un sistema alimentario como eje fundamental para garantizar la
existencia de la sociedad.
Esto llevo a mejorar los procedimientos agrícolas y aumentar la capacidad, ya que sus
requerimientos de alimento eran cada vez mayores, por el rápido crecimiento de la
Mientras esto sucedía en esta parte del Perú, Kauffman (1991) afirma que:
Entre los siglos I y VII de nuestra era, se desarrolló la cultura Mochica, establecida
en territorio del valle de Virú convirtiéndose en un estado multivalle. Ellos, tuvieron en
la agricultura y la pesca a sus más importantes actividades productivas, tarea que
realizaban extrayendo peces, moluscos y mariscos en embarcaciones pequeñas llamados
actualmente “caballitos de totora”, (scirpus californicus), especie que abunda cerca a la
desembocadura de los ríos hacia el mar.
La inconmensurable y problemática geografía del Perú con sus ocho regiones naturales,
demandó adaptabilidad desde tiempos preincas, el cual se fundamenta en el adecuado
tratamiento de suelos, como lo ha estudiado Murra (1978) quien señaló “que el control
vertical de un máximo de pisos ecológicos era la característica principal de las
comunidades andinas” (pp, 59-115).
Figura 1: Los pisos ecológicos, diversidad geográfica del Perú. Fuente: Recuperado de
https://books.openedition.org/ifea/docannexe/image/6117/img-2.jpg
Los cambios sociales ocurridos y el posterior desarrollo cultural tuvieron relación con la
creciente demanda de alimentos y de otros productos con los cuales los pobladores
enfrentaban los cambios climáticos y se adaptaban a los diferentes pisos ecológicos. Fue
el medioambiente adecuado para un sofisticado y complejo desarrollo, que serviría de
base a las civilizaciones emergentes para su expansión.
Los avances logrados por los incas se manifiestan en el aumento de la capacidad del
sistema de andenes tanto para aumentar su producción de alimentos, como para mejorar
a largo plazo, su eficiencia técnica en la mitigación de los desastres ocasionados por el
cambio climático, como las inundaciones y la escasez de alimentos.
Un elemento básico para este logro fue el Qhapaq Ñan o camino principal andino,
el cual se convirtió en la vía primordial de circulación tanto de los insumos
producidos en los diferentes pisos ecológicos, como de los grupos humanos que los
habitaban (Cánepa, Hernández, Biffi y Zuleta, 2011, p. 9).
Es sobre este nuevo panorama que se plasma y se consolida la gastronomía que existía
en el país, incorporando luego las costumbres y estilos culinarios de las poblaciones
que llegaron durante la República, como los migrantes chinos, italianos y
japoneses. La Tabla 2 muestra la relación entre la agricultura y alimentación del
periodo preinca y la sociedad incaica.
Tabla 2
Uso de abonos
Técnicas de irrigación
Conocimiento de la climatología
Ganadería mixta.
Se entiende que nuestra gastronomía, es una manifestación cultural muy rica, favorecida
por el intercambio cultural a través del tiempo y por sus propias costumbres, teniendo
Variedad de saberes y sabores e insumos dignos de ser tratados con técnicas sofisticadas
para revitalizarla y hacerla sostenible.
Con la llegada de los españoles se incorporaron nuevos usos culinarios, como las
frituras, y nuevos productos: las carnes de res, cerdo, cordero y cabrito, el huevo
de gallina y nuevas aves de corral. También aparecieron el ajo, la cebolla y el
Los españoles también trajeron el azúcar que sería aprovechado por las monjas de los
conventos y las moriscas en la repostería. Asimismo, aparecieron los mercados limeños
con una variada oferta de productos. En el Perú se adoptó la costumbre española de
“tomar las once “que consiste en tomar un descanso para disfrutar una copa de
aguardiente.
fines de ese periodo con la aparición de la Fonda de José Coppola quien llegó en
1806 a Lima desde España, con el precedente de ser un gran cocinero, trabajando para
el virrey Abascal, quien luego se independiza con el advenimiento de la República
abriendo un local en la calle espaderos.
Desde entonces la cocina fue cambiando, siendo influenciada luego por las
costumbres y saberes de chinos, japoneses, italianos y franceses, llegada la
República, hasta desarrollar un menú más sofisticado y que todos los peruanos
disfrutamos ahora. En ese sentido la gastronomía de la actualidad es el fruto de una
fusión que se sostiene por tratarse de una disciplina que sigue en constante evolución.
En Lima conviven los que tratan de mantener la originalidad de sus platos y los que por
su deseo de innovar han acriollado su sazón y creado nuevos estilos gastronómicos.
Vale la pena mencionar que a raíz de todas estas influencias nacerían los huariques,
picanterías de cocina tradicional regional y los restaurantes elegantes como el jardín de
Estrasburgo en Lima que operó hasta 1935, en su lugar hoy existe el Club de la Unión.
Estas cocinas esconden tantos saberes y sabores que necesitan ser considerados, una
característica resaltante es la existencia de chicherías y picanterías de un estilo de cocina
tradicional, que si todo esto es puesto en valor daríamos paso a un fenómeno distinto.
En relación al tópico podemos mencionar:
existe una cocina muy variada por regiones (Álvarez, 2018, p. 4).
Link:
https://repositorio.une.edu.pe/bitstream/handle/20.500.14039/6115/La%20gastronom
%C3%ADa%20peruana%20y%20su%20aporte%20para%20el%20mundo.%20Caso%20pr
%C3%A1ctico..pdf?sequence=1&isAllowed=y