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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para La Educacación Universitaria

U.P.T. Y “Arístides Bastidas”

In Independencia – Yaracuy

Profesora: Estudiante N° Exp

Lilian Márquez Víctor Olivo 45814

Sección 124501
Introducción
El presente de cultivos se relaciona con las prácticas y técnicas que han
desarrollado a los largo de la evolución humano, siendo significativas porque cada
comunidad ha establecido sus propios parámetros como métodos de labranza, un
ejemplo de ello son los pobladores indígenas, quienes se relacionan directamente
con las actividades de campo para la obtención de alimento, implementando
conocimiento tradiciones que hacen referencia al saber, las innovaciones y la
experiencia de sus ancestros.
El Pensamiento Aborigen en la Agricultura
La agricultura el añejo y noble arte de cultivar la tierra, ha sido la actividad
creadores a través de las edades evolutivas del ser humano, manifestándose en él
su modo de ser, donde se reflejan las actitudes espirituales de su pueblo, desde
tiempos ancestrales, gracias a la siembra, ha encontrado un sistema de
abastecimiento alimenticio, integrando los recursos de la naturaleza, como el
suelo, agua y tierra, además de los elementos que se cultivan ya sean hortalizas,
vegetales y frutas.

Por lo tanto para conocer los aspectos relacionados con la agricultura, es


necesario tomar en cuenta el origen etimológico, siendo parte del idioma latín,
pues en dicha lengua es donde se encuentra el punto de partida de las labores de
la tierra, De ahí, que se puede decir que el vocablo agricultura, está conformado
por la suma de dos partes: el termino agri relacionado al sinónimo de campo de
cultivo y el concepto cultura se traduce como cultivo o cultivado, así pues, se
infiere que la agricultura es la labranza o cultivo de la tierra e incluye todos los
trabajo tratamiento del suelo y a la plantación de vegetales .

Por ende, mediante la implementación primitiva de la agricultura se domesticaron


la plantas, pues al hombre se le ocurrió plantar deliberadamente semillas,
aguardar a que crecieran, regarlas y esperar su maduración, al tiempo que
procedían a la destrucción de las plantas competidores. Luego aquellos vegetales
se recolectaban y se servían como alimento. Era un trabajo tedioso y agotador,
pero el resultado fue, sin duda, que así podía obtenerse gran cantidad de
alimento, mucho más que cazando y recolectando, o incluso más que practicando
la ganadería, pues la bien la vida vegetal es más fecunda que la animal.

Estos aspectos antes mencionado, fueron realizados en diferentes épocas


históricas del mundo, desde la prehistoria, pasando por pasaje del Paleolítico a
Neolítico, hasta en regiones geográficas como el Asia, Europa, África, Oceanía y
América en esta última se toman en cuenta el legado de los indígenas, de acuerdo
a Bolaños (2017) el origen de la agricultura en el continente americano tuvo su
umbral en el sedentarización pues esta permitió a las comunidades asentarse de
tiempo, considerando, aspectos como la suavización de la temperatura y por
proliferación de una vegetación mas aprovechable para el uso cotidiano, de esta
manera, los aborígenes descubrieron la agricultura, creándose condiciones
perfectas para la formación de los primeros pueblo y a la creación de un sistema
alimentario basado en la racionalización.

De acuerdo a Bolaños (Ob. Cit.) en los pueblos indígenas las mujeres fueron
quienes iniciaron esta actividad agrícola, pues las que se encontraban en estado
las gestación y las tenían hijos pequeños eran las únicas que no salían a cazar.
Por el contrario, ellas se encargaban de recoger frutos, granos y raíces. Las
historias de la agricultura comienzan cuando se dieron cuenta de que si caía una
semilla, esta germinaba. Así fue como se les ocurrió la idea de sembrar algunas
semillas para obtener más plantas.

Así, las practicas de labranza de la tierra fueron tomada en cuenta por las mayoría
de los pueblos indígenas de América, en el caso de la región Latinoamericana,
han contribuido a proveer alimentos saludables y sanos a sus pobladores,
percibiéndose el consumo de rubros como maíz, cacao, yuca, caña de azúcar,
diversidad de hortalizas y vegetales, además de las frutales, siendo obtenidas por
medio de prácticas de labranza que han pasado de generación en generación
distinguiéndolas tradicionales.

En Venezuela según Campos y Sierra 2018) la población indígena han adoptado


la prácticas de labranza, entre ellos las comunidades Carimbes y Arawacos,
considerando la agricultura intermedia que gracias a su mayor nivel cultural
supieron aprovechar las características climáticas y los areas que poblaron en la
región montañosas del norte del territorio venezolano. Asimismo, practicaron la
agricultura migratoria, caracterizada por el desmonte o roza (tala) y la quema de la
vegetación básica, en una parcela que era cultivada durante dos o tres años;
luego de pasado este tiempo, se le dejaba de barbecho para, que el suelo se
recuperara, y se pasaba a otra parcela en donde se empleaba la misma técnica de
la raza y la quema, la cañiza que quedaba de la quema de los árboles talados, se
aprovechaba como fertilizantes en los cultivos.

Por otra parte, Díaz, Campos y Sierra (Ob. Cit.) mencionan que otras
comunidades indígenas en Venezuela como los Timotos y los Cuica practicaron
de manera electiva la agricultura ellos, estaban establecido en la región de los
andes venezolano, siendo pueblo eminentemente agrícola, por tal razón
emplearon métodos avanzados para poder vencer los obstáculos que le
presentaban la topografía del terreno. Con escasa pesca y caza dificultosa, estas
tribus tuvieron que sacar el mejor provecho a la explotación y uso del suelo,
debido a que su relieve no era plano y el espacio disponible era mínimo, de ahí,
que iniciaron la práctica de una agricultura intensiva. Cabe destacar, que el
desarrollo agrícola fue óptimo y efectivo pues construyeron las terrazas para sus
cultivos aprovechando las piedras que se encontraban en su ámbito.

Asimismo, se puede apreciar que los indígenas de Venezuela aportaron técnicas


de labranza que son empleadas de manera tradicional en el campo agrícola,
siendo adaptadas a condiciones locales ayudando administrar ambientes agrestes
de manera sostenible, además de satisfacer necesidades de subsistencia sin
depender de la mecanización los fertilizantes químicos, pesticidas u otras
tecnologías de la ciencia agrícola moderna.

Por consiguientes, se percibe, un pensamiento positivo para el ambiente agrícola


por parte de los pobladores indígenas, pues, las prácticas que han obtenido
poseen conocimiento local que han obtenido por generaciones reconociéndolos
también como saberes ancestrales, lo que resulta un punto de partida que
perjudican al entorno natural como la pérdida de biodiversidad, degradación de la
tierra y el cambio climático; siendo invenciones como restaurar los paisajes
ambientales.

Lo antes descrito, es apoyado por Denevan (1995) es ampliamente aceptado el


hecho de que el conocimiento indígena es un recurso poderoso por derecho
propio y es complementario al conocimiento disponible de las fuentes científicas
occidentales. Así pues, en estas nuevas concepción emergente de desarrollo
agrícola, suelo y animales adquiere un significado sin precedentes que beneficia a
la naturaleza.

Según el informe de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y


la agricultura (FAO, 2017) los territorio indígenas tradicionales abarcan el veintidós
por ciento (22%) de la superficie terrestre del mundo, pero el ochenta por ciento
(80%) de la biodiversidad del planeta, un tercio de los bosques del mundo,
cruciales para reducir las emisiones de carbono, son gestionados principalmente
por pueblos indígenas, familias, comunidades y agricultores, Los alimentos
cultivados por los indígenas son particularmente nutritivos.

Es importante acotar que los pueblos indígenas son recipientes al clima y se


adaptan muy al ambiente, lo que los convierte en una buena fuente de nutrientes
en zonas con climas difíciles, además sus formas y medias de vida pueden
enseñar mucho sobres la conservación de los recursos naturales, el cultivos
sostenible de alimento y la vida en armonía con la naturaleza. Reavivar estos
conocimiento que tiene su origen en u patrimonio y legado histórico es esencial
para hacer frente a los retos a los que s enfrentan la alimentación hoy en día y en
el futuro.

De esta manera, la cultura de siembra tradicional ha generado una gran


biodiversidad biológica y la sabiduría de los pueblos originarios han permitido
mantener un modelo de agrícola basada de una naturaleza, tal como lo indica
Chacón (1995): Para lo pueblo indios, la matriz de todos los demás derecho de la
tierra, en el sentido de territorio. La concepción indígena de la tierra integral y
humanista. La tierra no es solamente el suelo. La tierra la forman los animales,
plantas, ríos, piedra, aires, aves y los seres humanos. La tierra tiene vida los
indios le debemos la vida a nuestra madre, de ella somos. Nos da la existencia
durante el rato que pasamos por este mundo y nos abre maternalmente sus
entrañas para recogernos, haciéndonos parte integrante de ella nuevamente, con
lo cual se nutre la existencia de las generaciones venideras. Las tierra como
nuestra madre, no es susceptible de convertirse, en propiedad privada, pues de lo
contrario no podríamos asegurar el futuro colectivo de nuestros pueblos.

Por ende, los indígenas al integrar practicas ambientales al proceso de labranza


de la tierra, se desarrollo una mancomunidad, donde se benefician tanto el torno
como el poblador, mediante el respeto hacia la naturaleza, además prolongando
la experiencia empírica, adquirida de generación a lo largo de la historia de la
agricultura y de las propias culturas indígenas, considerando también la
adquisición de conocimientos del medio físico y biótico, relacionados la naturaleza
de manera positiva mediante la transmisión tanto de saberes como habilidad
requeridas para la vida, por la tradición oral y la practica productiva.

Por tal razón, se consideran los saberes agrícolas que son obtenidos mediante
conocimientos ancestrales generados por los indígenas, que a su vez también son
adquiridor por los campesinos, a través del tiempo para el uso optimo de sus
recursos naturales, pues juegan un papel importante en la construcción de nuevas
propuestas de desarrollo agrícola destacando el hecho de que alrededor de la
siembra existe una gran riqueza y diversidad de valores, creencias y
conocimientos que es necesario reconocer y estudiar, lo que permite resolver los
problemas que se presentan en la producción de los rubros agrarios.

De esta manera, el pensamiento aborigen en la agricultura, se apoya en la


practicas agrícola de los indígenas que se han desarrollado de generación en la
generación, concibiéndose como sistemas de agrícola tradicionalmente que son
sustentable a través de constitucional de saberes, medios que fusionan formas
colectivas y personales de observación, experimentación e intercambio, donde
también se refleja el respeto, la espiritualidad, además de un conjunto de normas
sociales localmente definidas.
Conclusiones
La agricultura en el contexto aborigen significa una profunda transformación en la
forma de vida y modo de producción, pues mejora las condiciones de hábitat a
formar caseríos, a perfeccionar herramienta, a finar las costumbres y establecer
una socialización implicando un cambio del ambiente para satisfacer sus
necesidades, conllevando a establecer el dialogo de la labranza de la tierra, pues
permite desarrollar nuevos horizontes epistemológicos mas resientes.

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