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El documento describe el origen del mundo Cataleya y de los seres humanos según la mitología de dos dioses opuestos, Zahir y Naix. Zahir creó las montañas y ríos con su aliento, mientras Naix creó océanos y bosques con magia oscura. Juntos crearon animales y finalmente seres humanos con alas y ojos brillantes. Los humanos vivían en armonía con la naturaleza hasta que unos construyeron una ambiciosa ciudad, por lo que Zahir y Naix enviaron una tormenta para en
El documento describe el origen del mundo Cataleya y de los seres humanos según la mitología de dos dioses opuestos, Zahir y Naix. Zahir creó las montañas y ríos con su aliento, mientras Naix creó océanos y bosques con magia oscura. Juntos crearon animales y finalmente seres humanos con alas y ojos brillantes. Los humanos vivían en armonía con la naturaleza hasta que unos construyeron una ambiciosa ciudad, por lo que Zahir y Naix enviaron una tormenta para en
El documento describe el origen del mundo Cataleya y de los seres humanos según la mitología de dos dioses opuestos, Zahir y Naix. Zahir creó las montañas y ríos con su aliento, mientras Naix creó océanos y bosques con magia oscura. Juntos crearon animales y finalmente seres humanos con alas y ojos brillantes. Los humanos vivían en armonía con la naturaleza hasta que unos construyeron una ambiciosa ciudad, por lo que Zahir y Naix enviaron una tormenta para en
En el principio de todo, existían dos dioses de ideas enfrentadas: Zahir, el dios del
viento y la libertad, y Naix, la diosa de la noche y la oscuridad. Ambos dioses eran
inmortales y poseían poderes divinos. Zahir era un dios ágil y rápido, mientras que Naix era misteriosa y enigmática. Zahir y Naix se pusieron de acuerdo y crearon el mundo al que le pusieron Cataleya, que significa La Vida. Zahir sopló su aliento divino para crear las montañas, los ríos y los valles, mientras que Naix creó los océanos, los bosques y los campos con su magia oscura. Juntos, crearon un lugar mágico y maravilloso, lleno de vida y color. Para poblar su mundo, Zahir y Naix decidieron crear criaturas. Primero intentaron crear cada uno por separado algunos animales, pero fracasaron en su intento. Los animales que crearon eran demasiado débiles o muy feroces, entonces se pusieron de acuerdo para crear unos animales que pudieran sobrevivir en armonía en el mundo que habían creado. Por último, crearon a los seres humanos y les dieron vida con su aliento divino. Eran una combinación del viento de Zahir y la oscuridad de Naix. Eran seres inteligentes, ágiles, rápidos y capaces de volar por los cielos con sus alas de plumas y explorar los misterios de la noche. Los primeros seres humanos vivían en armonía con la naturaleza que los rodeaba. Cazaban para alimentarse y construían hogares con las ramas de los árboles. Pero un día, un grupo de seres humanos decidió construir una gran ciudad en el centro del mundo creado por Zahir y Naix. Esta ciudad estaba hecha de nubes y cristales, y sus habitantes eran orgullosos y ambiciosos. Zahir y Naix vieron con tristeza cómo los seres humanos se alejaban de la naturaleza y se enfocaban en construir una ciudad más grande y poderosa. Decidieron entonces enviar una tormenta para detenerlos. Los habitantes de la ciudad se vieron atrapados por el viento y la lluvia, hasta que finalmente aprendieron la lección y volvieron a vivir en armonía con la naturaleza. Desde entonces, los seres humanos han vivido en equilibrio con el mundo creado por Zahir y Naix. Han aprendido a valorar la libertad que les da el viento y la belleza que les da la oscuridad de la noche. Han aprendido a volar por los cielos con sus alas de plumas y a explorar los misterios de la noche con sus ojos brillantes. Y siempre recuerdan la lección que les enseñaron Zahir y Naix: que la verdadera belleza está en la armonía entre el hombre y la naturaleza.