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Tratamiento farmacológico, quirúrgico y fisioterapéutico en pacientes con Parkinson

Introducción

Está investigación está enfocada en los diversos tratamientos que existen para la atención médica en el
paciente con Parkinson. La enfermedad de Parkinson es el segundo padecimiento neurodegenerativo con
mayor prevalencia a escala global. Su tratamiento es sintomático, habitualmente iniciado como
monoterapia, pero con la progresión de la sintomatología y aparición de complicaciones motores es
frecuente el uso de politerapia. Actualmente, los síntomas motores y no motores de Parkinson se tratan
combinando el tratamiento farmacológico, quirúrgico y fisioterapéutico. La metodología consistió en una
búsqueda sistemática de 15 artículos en Scielo, Scholar y Reefsek sobre los aspectos más relevantes de
los últimos años de 2018 al 2022 acerca de la enfermedad de Parkinson con palabras clave relacionadas
con el tema.

Palabras clave: Enfermedad de Parkinson, tratamiento farmacológico, tratamiento fisioterapéutico,


tratamiento quirúrgico, síntomas de Parkinson, Parkinson.

Epidemiología

La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad crónica degenerativa del sistema nervioso central
que se manifiesta como una desregulación en el control del movimiento. (Rosas.2019:(1))

Patológicamente se define por la afectación de las neuronas dopaminérgicas de la pars compacta de la


sustancia negra, lo que produce una depleción de dopamina de los ganglios basales; es decir, una pérdida
neuronal que ocasiona la disminución en la disponibilidad cerebral del neurotransmisor denominado
dopamina, lo que ocasiona una serie de anormalidades motoras como el temblor en reposo, rigidez,
bradicinesia e inestabilidad postural. (Leal.2021:(2))

Su etiología aún es desconocida, pero se ha calculado que es resultado de factores ambientales y


genéticos, Es una enfermedad progresiva e incurable; sin embargo, la calidad de vida y la expectativa han
mejorado con los tratamientos actuales. Para un manejo óptimo se debe de tomar en cuenta la detección
oportuna, un diagnóstico temprano y un control médico; así como un manejo de los síntomas no motores
que se pueden presentar en el transcurso de la enfermedad con una mayor repercusión.

Durante las etapas 1-2 (fase premotora) se involucran la médula oblongada y el bulbo olfatorio; personas
con parkinsonismos atípicos pueden presentar atrofia en la zona de los ganglios basales mencionan que
dentro de los primeros tres años de Parkinson existe atrofia del tejido cerebral solamente en la región
izquierda del lóbulo límbico, región izquierda del lóbulo parietal y lóbulo bilateral occipital.

En etapas 3-4, la sustancia negra y parte de la sustancia gris en el cerebro medio se convierten en el
principal foco de la enfermedad. En este punto la mayoría de los individuos ya presentan síntomas
motores.

En las etapas 5-6 el proceso se extiende hasta la neocorteza. En concordancia con esta escala proponen
que los cambios morfológicos en determinadas estructuras cerebrales tienen sus correspondientes
déficits neurofisiológicos. Los déficits ejecutivos están comúnmente asociados a la disminución de
dopamina en el estriado, afectando la zona fronto-estrial involucrando a los circuitos de la corteza
cerebral, las estructuras límbicas (amígdala, hipocampo, tálamo, hipotálamo y ganglios basales) y el
núcleo del tallo cerebral. El déficit verbal (discapacidad fonética y semántica) está asociado a la zona
lateral superior posterior del lóbulo temporal. La discapacidad en la fluidez de la semántica es un predictor
de demencia en Parkinson. (Cardaña.2020:(2))

La prevalencia estimada es de 0.3% en la población general, 1.0% en personas mayores de 60 años y 3.0%
en personas mayores de 80 años. (Guillermo.2020:(7))

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2016 su incidencia fue de 1 por cada
100 individuos mayores de 60 años, lo que indica que aproximadamente 6,3 millones de personas tienen
Parkinson en el mundo. Se estima que para el año 2030 esta cifra aumente globalmente a 12 millones.
(Leal.2022:(57))

Casi todos los estudios epidemiológicos han demostrado que tanto la incidencia como la prevalencia de
la enfermedad de Parkinson son mayores en hombres que en mujeres. (Garcia.2022:(15))

Fisiopatología

Factores de Riesgo

La interacción entre diferentes factores ambientales y genéticos podría contribuir de manera importante
al desarrollo de la enfermedad de Parkinson. (Arriaga.2021:(646))

Varios factores ambientales como la exposición a pesticidas o los traumatismos craneoencefálicos


repetidos se han asociado a un mayor riesgo, mientras que otros como el consumo de cafeína, tabaco o
alcohol, o la toma de antiinflamatorios no esteroideos podrían ser factores. (Garcia.2022:(15))

Si bien la predisposición genética es relevante en Parkinson los detonantes parecen ser ambientales,
mismos que aún faltan por identificar para cada población. (Ventura.2019:(175))

Los factores de riesgo reconocidos para desarrollar Parkinson:

• Factores genéticos: el 90% de los casos de enfermedad de Parkinson son esporádicos y describen
familias que presentan antecedentes, así como inicio precoz (aproximadamente 45 años).

• Factores ambientales: son ampliamente estudiados en cuanto al entorno y sus toxinas para el desarrollo
de la enfermedad, como en el caso de drogadictos intoxicados con mepiridina o heroína sintética que
puede llegar a provocar un parkinsonismo grave e irreversible en adictos a drogas inyectadas. También
por intoxicación con manganeso, aluminio, arsénico, mercurio, herbicidas y pesticidas. (Delfin.2019:(35))
Síntomas

Los síntomas motores representan la base del diagnóstico clínico de la enfermedad de Parkinson, siendo
obligatoria la presencia de bradicinesia y al menos uno de los siguientes síntomas: rigidez muscular,
temblor en reposo (4 a 6 Hz) o inestabilidad postural, cuyo origen no sea visual, vestibular, cerebeloso o
propioceptivo, sin embargo, también presenta una gran variedad de síntomas no motores que pueden
clasificarse en trastornos sensoriales, del dormir, alteraciones vegetativas (sialorrea, estreñimiento,
disfunción urinaria) y trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión mayor.

Los trastornos motores del Parkinson son el resultado de la pérdida progresiva de la inervación
dopaminérgica del cuerpo estriado. Se estima que el primer síntoma motor del Parkinson se manifiesta
hasta que el contenido de dopamina en el cuerpo estriado decrece al menos un 70%, dejando ver la
enorme capacidad de compensación que presenta el sistema dopaminérgico nigroestriatal.
(Parra.2019:(2))

Los síntomas no dopaminérgicos invalidantes aparecen en las últimas fases de Parkinson y limitan
drásticamente las actividades diarias del paciente. Antes de llegar a este paso, nuestra capacidad
terapéutica actual, aplicada adecuadamente, puede prolongar la funcionalidad del paciente durante un
largo periodo, incluso cuando la medicación dopaminérgica oral empiece a fallar. (Sesar.2021:(153))

Síntomas gastrointestinales

La enfermedad de Parkinson presenta diversas alteraciones en el sistema digestivo como: disfagia,


sialorrea, estreñimiento-constipación, rinorrea y pérdida de peso.

Disfagia: Dificultad para tragar tanto sólidos como líquidos, sucede en las primeras etapas de la
enfermedad de Parkinson, caracterizada por la fuga de saliva por las comisuras labiales, restos de comida
en la cavidad bucal, mala compactación y retropropulsión del bolo alimenticio, así como, un reflejo tardío
de deglución, incluyendo la aspiración de líquidos y sólidos

Sialorrea: Incapacidad en el control de la secreción salival con una excesiva acumulación en la orofaringe.
Se presenta en diversos procesos neurológicos, casi un 80% de personas con enfermedad de Parkinson
presentan este síntoma de manera prematura, debido a una mala deglución salival, facies parkinsónica y
postura inadecuada. Este síntoma provoca aislamiento, depresión y en casos graves broncoaspiración.
Una opción en el tratamiento de dicho síntoma es mediante la aplicación de toxina botulínica,
interfiriendo con la secreción de acetilcolina en las terminales de los nervios motores y autonómicos.

Estreñimiento o constipación: Originado por una disminución en el movimiento intestinal, este es común
en personas con enfermedad de Parkinson, debido a una alteración en el sistema nervioso autónomo, el
cual es el encargado de controlar los movimientos involuntarios del tracto digestivo, que afectan la
digestión y el peristaltismo intestinal provocando con ello, una reducción en la ingesta y un aumento en
el reflujo y molestias abdominales relacionadas con la dificultad para evacuar y la gastroparesia.

Rinorrea: Originada por la disminución de tono de la mucosa nasal, ocasionando una sobrestimación de
la secreción nasal. Es muy común que las personas con enfermedad de Parkinson presenten rinorrea.
Pérdida de peso: Las personas con enfermedad de Parkinson presentan una incidencia de disminución de
peso del 52 al 65%, está perdida es mayor en mujeres y es muy evidente en persona con enfermedad de
Parkinson avanzada. Dicha pérdida no se debe a una disminución de masa muscular, sino a una pérdida
de tejido adiposo relacionada a un inapropiado consumo de energía, inapetencia ocasionada por las
fluctuaciones gastrointestinales, disfagia y aumento del gasto energético debido a la rigidez, temblor y
discinesias. (Delfin.2019:(36-37))

Manifestación clínica

● Alteraciones oculares
● Alteraciones autonómicas
● Alteraciones urinarias
● Alteraciones de la función sexual
● Acinesia
● Disartria
● Disfagia
● Depresión, Ansiedad
● Estreñimiento
● Temblor de reposo
● Trastornos del sueño
● Rigidez
● Inestabilidad postural
● Neuropsiquiatrías

Diagnostico

El diagnóstico oportuno de la enfermedad de Parkinson es vital, ya que existen padecimientos con


sintomatología similar que presentan una evolución distinta al tratamiento, el diagnóstico integral pasa a
ser un consenso multidisciplinario, para lograr así un adecuado control de los síntomas de la enfermedad
con una mejor adherencia al tratamiento, se realiza a partir del historial clínico, así como de los datos
neurológicos y la exploración física, también con base en la presencia y ausencia de ciertos síntomas, así
como de pruebas complementarias para confirmar la enfermedad.

El primer paso de estos criterios diagnósticos consiste en la comprobación del síndrome parkinsoniano
con bradicinesia, más temblor, rigidez o inestabilidad postural

Pruebas de imagen cerebral: Estas pruebas son complementarias para el diagnóstico de la enfermedad de
Parkinson, ya que son diferenciales para la hidrocefalia normotensiva, así como para tumores o lesiones
vasculares.

Pruebas de neuroimagen funcional: Prueba diferencial para descartar temblor esencial o parkinsonismo
causado por fármacos. (Delfin.2019:(37))
Diagnostico fisioterapéutico

Existen también las guías de fisioterapia que establecen las pautas del proceso diagnóstico de Parkinson
en rehabilitación a la vez que permiten llevar monitoreo del grado de progresión de la enfermedad.

La anamnesis de fisioterapia debe comenzar por el conocimiento de los problemas percibidos por el
paciente, así como la evolución de la enfermedad y el estado actual. Existen diferentes escalas de
medición con resultados estandarizados, que pueden emplearse como instrumentos para conocer tanto
el estado de salud general como el estado de salud en áreas específicas. Una buena evaluación clínica
facilita la comprensión del paciente sobre su padecimiento y garantiza una mejor adherencia terapéutica.
Es por ello que, actualmente se sugiere realizar una valoración integral de estos pacientes, que contemple
a la fisioterapia como parte de este proceso. (Guillermo.2021:(8))

Tratamiento

Existen diferentes estrategias en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, las cuales incluyen:


tratamiento farmacológico, fisioterapéutico y quirúrgico.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento de Parkinson es predominantemente sintomático. Hasta la fecha no existe evidencia de un


tratamiento modificador de la enfermedad ni tampoco de fármacos neuroprotectores. La levodopa ha
sido reconocida como el estándar más efectivo, ya que es el fármaco más efectivo para el tratamiento de
los síntomas motores. La levodopa es el tratamiento más efectivo para la enfermedad de Parkinson. Su
combinación con carbidopa ayuda a disminuir efectos adversos como náusea, vómito e hipotensión.

La inclusión de las dosis adecuadas de levodopa fue un logro innovador en el manejo de los síntomas de
la enfermedad. Sin embargo, poco tiempo después se evidenció que su uso prolongado ocasiona
complicaciones motoras, lo que obligó a buscar otras alternativas distintas para el tratamiento
farmacológico. (Arredondo.2018:(723))
Levodopa intestinal en gel

La estimulación pulsátil que se crea con la administración de levodopa oral en tabletas aunada a un
vaciamiento gástrico errático ocasiona niveles plasmáticos fluctuantes de dopamina, que a su vez
conducen a cambios en receptores dopaminérgicos, gabaérgicos y glutamatérgicos, lo que origina
fluctuaciones motoras y discinesias. Como consecuencia, surgió la necesidad de obtener una manera
viable de administrar levodopa directamente en el duodeno

Indicaciones y selección del paciente

Las indicaciones terapéuticas para la levodopa intestinal en gel incluyen las siguientes condiciones:

– Pacientes con Parkinson avanzada con fluctuaciones motoras incapacitantes y que no se logran
controlar adecuadamente con la optimización del tratamiento oral.

– Ausencia de demencia o deterioro cognitivo severo.

– Buena respuesta documentada a levodopa.

– Red de apoyo familiar adecuada.

(Navarro.2019:(8))

Tratamiento quirúrgico

Antes de la introducción de la levodopa, el manejo quirúrgico era la elección para el tratamiento de la


enfermedad de Parkinson. Actualmente se utiliza básicamente en pacientes que no responden al
tratamiento o en quienes los efectos adversos son importantes. (Alcocer.2020:(12))

El éxito de este tratamiento, depende de criterios de operabilidad, solo un 5 o 10% de personas con
enfermedad de Parkinson reúnen estos criterios que determinan una respuesta positiva del tratamiento.
(Delfin.2019:(38))

Estimulación cerebral profunda (ECP)

La estimulación cerebral profunda (ECP, en inglés Deep Brain Stimulation, DBS) es un procedimiento
quirúrgico que consiste en implantar en el cerebro un dispositivo para modular su actividad. La cirugía
puede controlar los síntomas motores y algunos no motores que han fallado al control por el tratamiento
médico. La estimulación cerebral profunda (ECP) produce bloqueo funcional de la transmisión de la
información, un concepto conocido como “lesión informacional” La “hipótesis de la disrupción” propone
que la estimulación cerebral profunda ECP activa terminales axonales del núcleo estimulado, induce
liberación de neurotransmisores, y disocia las aferencias y eferencias en el núcleo. . (Leal.2021:(115))

En general, un candidato a estimulación cerebral profunda (ECP) es aquel que tiene Parkinson durante al
menos 5 años, buena respuesta a la levodopa, complicaciones motoras por el tratamiento y perfil
cognitivo-psiquiátrico adecuado. (Leal.2021:(114))
La estimulación cerebral profunda simula los tratamientos ablativos, sin lastimar las estructuras
cerebrales. Tiene diversas ventajas sobre la ablación quirúrgica: se realiza la estimulación bilateral, con
efectos adversos mínimos, los parámetros se pueden regular después de la intervención para mejorar el
efecto o disminuir los efectos adversos y es reversible. Las desventajas incluyen el riesgo de hemorragia,
complicaciones asociadas con el equipo, infección, uso complicado y costo elevado. (Alcocer.2020:(12))

Los pacientes están en etapas relativamente avanzadas con complicaciones motoras (fluctuaciones y/o
discinesias) y duración promedio de la enfermedad de 12-15 años. Los pacientes con desempeño
neuropsicológico subóptimo pueden no ser candidatos ideales por riesgo de empeorar la función
cognitiva después de la estimulación cerebral profunda ECP. (Leal.2021:(116))

Tratamiento Fisioterapéutico

El tratamiento fisioterapéutico busca mejorar la independencia del paciente por medio de estrategias de
señalización, así como de movimiento cognitivo y ejercicio, basadas en el desplazamiento, postura,
función del miembro superior, equilibrio, marcha, actividad y capacidad física. (Bustamante.2022:(57)) Se
tienen evidencias de que el ejercicio físico puede favorecer la plasticidad cerebral al promover las
respuestas neuro-generativas, neuro-adaptativas y neuro-protectoras mediadas por la liberación del
factor neurotrófico derivado de la glía (GDNF) y el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF),
cuya expresión está ligada con la disminución del estrés oxidativo. (Bustamante.2022:(59)) A medida que
la enfermedad progresa la eficacia de la terapia farmacológica disminuye. Adicionalmente la terapia
farmacológica tiene poco impacto sobre la inestabilidad postural. Aquí, la terapia física juega un rol
primordial para enseñar a la persona estrategias para prevenir la pérdida del balance y las caídas.
(Alcocer.2020:(6))

La fisioterapia neurológica ha tenido un gran impacto en el proceso de rehabilitación de la población


adulta mayor con este tipo de enfermedades, al permitir mejorar la independencia y funcionalidad de los
individuos mediante el desarrollo de las capacidades humanas como es fuerza, equilibrio, coordinación y
disminución de la rigidez, teniendo como resultado la capacidad de desempeñarse en su medio con el
mínimo esfuerzo y favoreciendo a satisfacer necesidades básicas como son las actividades básicas de la
vida diaria. En función de las valoraciones médicas se realizaron intervenciones en fisioterapia
neurológica, manual y en rehabilitación de la marcha. Se presentan los tipos de ejercicios tanto
neurológicos, de propiocepción, equilibrio así como movilizaciones que permitieron llegar al
cumplimiento de los objetivos planteados, dicha rehabilitación se realizó en sesiones de 2 veces por
semana durante 4 meses; dichas intervenciones se modificaron mediante progresiones respectivas para
favorecer el desarrollo de adaptaciones constantes y controladas que llevaran al paciente a mejorar sus
capacidades anatomofuncionales, como lo es resistencia muscular, equilibrio, coordinación,
propiocepción, marcha y mejora en ABVD. (Bustamante.2019:(6))
Justificación

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2016 su incidencia fue de 1 por cada
100 individuos mayores de 60 años, lo que indica que aproximadamente 6,3 millones de personas tienen
EP en el mundo. Se estima que para el año 2030 esta cifra aumente globalmente a 12 millones. En México
se estima que existe una prevalencia de 40 a 50 casos por cada 100,000 habitantes, con mayor prevalencia
en hombres, debido a que los efectos neuro-protectores del estrógeno afectan entre 4.1 a 4.6 millones
de adultos mayores, agravando así los actuales problemas de salud pública.

La enfermedad de Parkinson resulta en un problema de salud pública, no solo por la cantidad de personas
que la padecen, sino por la variedad y severidad de las limitaciones que se le asocian, y por su efecto
deletéreo en la participación social. La enfermedad de Parkinson implica una serie de trastornos físicos,
psicológicos, emocionales, económicos y sociales, e involucra un constante proceso de adaptación que
conlleva un mayor riesgo de aislamiento social

En relación con los costes se adoptó la perspectiva del Instituto Mexicano del Seguro Social, institución de
salud pública que concentra al 49% de los derechohabientes en México. La estimulación cerebral profunda
ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de pacientes con EP avanzada pero la evidencia de ser coste
efectivo desde la perspectiva del pagador en México es limitada. (Rosas.2019:(1))

La factibilidad es alta porque se cuenta con muchos recursos viables para la investigación como artículos
que nos ayuda a implementar una mejor búsqueda, se cuenta con internet y computadora para realizar
esta investigación con buena viabilidad.

Hipótesis

Al realizar esta investigación de los diversos tratamientos que existen para tratar la enfermedad de
Parkinson se logró comparar entre cual es el más efectivó y con mejores resultados en los pacientes con
Parkinson, así se llega a la deducción que el tratamiento más eficaz es el farmacológico (Levodopa) y
fisioterapéutico.

Objetivos generales

Visualizar los aspectos generales de los tratamientos

Objetivos específicos

Identificar el tratamiento más eficaz para el paciente y menos masivo para su salud .
Resultados

A través de la investigación podemos deducir la efectividad, función y consecuencias de los diferentes


tratamientos.

Tratamiento Funcionamiento del tratamiento Efectos secundarios

Farmacológico Se convierte en dopamina en el ● Convulsiones.


● Levodopa cerebro
● Infección.

● Dolor de cabeza.

● Desorientación.

● Dificultad para concentrarse.

Fisioterapéutico El ejercicio físico favorecer la No


● Técnica de plasticidad cerebral al promover las
relajación respuestas neuro-generativas,
para disminuir neuro-adaptativas y neuro-
la rigidez protectoras mediadas por la
● Ejercicios de liberación del factor neurotrófico
movilidad y
estiramiento

Quirúrgico Consiste en implantar en el cerebro ● Convulsiones.


● Estimulación un dispositivo para modular su ● Infección.
cerebral actividad ● Dolor de cabeza.
profunda ● Desorientación.
(ECP) ● Dificultad para concentrarse.
● Accidente cerebrovascular.
● Dolor temporal e hinchazón en el lugar
del implante.
Discusión

En base a los resultados podemos deducir que el tratamiento farmacológico tiene una buena efectividad,
sin embargo, se debe de suministrar de manera correcta para evitar efectos secundarios más de los
previsto en cuanto al tratamiento fisioterapéutico no tiene ningún efecto secundario relativamente es
buena opción optar por la combinación del tratamiento farmacológico y fisioterapéutico para tener
mejores resultados.

El tratamiento quirúrgico tiene muchas desventajas ya que la mayoría no llegan a ser candidatos para esta
cirugía, pero como última alternativa si es funcional.

Conclusión

A través de esta investigación he llegado a la conclusión de que existen diferentes factores que originan
el Parkinson, ya sean factores hereditarios, ambientales, por lo que es importante que se conozca más de
esta enfermedad y se difunda información sobre su previo diagnóstico y tratamiento integral, para poder
tratar su sintomatología de una manera más óptima.
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