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Aceite esencial de limón


Para heridas, verrugas y como antifúngico: se le atribuye un efecto reparador y
cicatrizante, por este motivo está indicado en el tratamiento de diversos
problemas de la piel. También se asocian propiedades antifúngicas a los
aceites esenciales de cítricos.

Como limpiador y ambientador en casa: su fragancia fresca y efecto


desinfectante lo convierte en una alternativa natural para usar en las tareas
domésticas. Solo necesitarás diluir unas gotas de aceite esencial en agua, en
una mezcla de limpiador hecho en casa o en aceite base, por ejemplo de
almendras. También puedes preparar un spray con el que quitar el polvo a los
objetos de tu casa.
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4. Aceite esencial de romero


Para un masaje calmante: si sufres de dolor de espalda, el aceite esencial de
romero –uno de los más usados y económicos en aromaterapia– te resultará
de ayuda. Combinado con aceite de oliva, te servirá para aliviar las molestias en
la zona de la espalda. También puedes usarlo para los problemas de circulación,
aplicándolo con masajes en dirección ascendente en las piernas.
Rebaja la fatiga mental: históricamente, se ha relacionado su uso con una
acción energizante y como potenciador de la concentración. Puedes probar si
estos beneficios son reales realizando inhalaciones a primera hora de la mañana.
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5. Aceite esencial de sándalo


Fortalece el cabello y suaviza la piel: procura un aroma potente y es uno de los
preferidos por los yoguis. Además, se utiliza como remedio natural para
fortalecer el cabello muy fino y quebradizo. Con fines cosméticos, también
puede añadirse –recuerda, siempre en pequeñas cantidades– a fórmulas para
hidratar las pieles secas.
El baño más relajante: tener tiempo para una misma es tan necesario como
provechoso. Y darse un baño, uno de los mejores caprichos para deleitarse. Si
añades unas gotas de aceite esencial de sándalo a tu bañera, te envolverá una
fragancia tan reconfortante como vigorosa.
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6. Aceite esencial de manzanilla


Un aliado para las deportistas: Si bien los antiguos egipcios lo usaban como
remedio para curar fiebres, en la actualidad se suele emplear para masajes tras
una actividad deportiva exigente, dado que tiene propiedades antiinflamatorias.
Por lo tanto, también acertaremos si lo usamos para calmar irritaciones en la
piel. E incluso si sufrimos dolor de estómago, unas friegas en el abdomen nos
ayudarán. Aunque no suele comportar efectos secundarios, es recomendable
diluirlo antes en un aceite “portador”, como el de almendra dulce.  
Calmante: Aparte de su uso tópico, el aceite de manzanilla también se puede
introducir en difusores específicos para aceites (no en quemadores, porque
desperdiciaríamos sus propiedades), porque su aroma dulce y herbáceo ayuda
a conciliar el sueño. Nos relajará además tras un día estresante, si nos sentimos
irritadas. Por este motivo, este aceite también se recomienda para personas
con Trastorno de Ansiedad Generalizada.    
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7. Aceite esencial de caléndula


Clave para tu piel: Cabe decir que los griegos y los egipcios consideraban a la
caléndula una planta “milagrosa”. Tal vez no podamos decir tanto hoy en día,
pero lo que sí es cierto es que, gracias a sus propiedades antibacterianas, el
aceite esencial de caléndula nos puede ayudar a tener una piel más sana y a
combatir el acné, por ejemplo. También lo puedes usar cada noche como
limpiador facial y para quitarte el maquillaje. Además, es un potente fungicida
natural, que se emplea para tratar los casos de micosis.
Piel suave: El aceite esencial de caléndula también ayuda a generar colágeno y
su efecto calmante es muy destacable, especialmente para las quemaduras
provocadas por la luz solar. Si se te agrieta la piel de las manos por culpa del
frío, prueba a aplicarte este aceite esencial. 
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8. Aceite esencial de eucalipto


Para combatir los ácaros: Los ácaros son una fuente indeseable de alergias, y
para esquivarlos es muy recomendable emplear este tipo de aceite en un
difusor específico.
Luce un cabello más sano: El aceite esencial de eucalipto también nos ayuda a
tener un cabello mejor, más brillante y fuerte, ya que estimula los folículos del
cabello y del cuero cabelludo, es decir, ayuda a que crezca de una forma
saludable. Aplícalo con masajes suaves una o dos veces a la semana, pero
dilúyelo previamente en un aceite “portador”, como de almendra dulce. 
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9. Aceite esencial de geranio


Repelente: Los viajeros suelen llevar este aceite esencial en su botiquín porque
ayuda a calmar las picaduras de los insectos, ya que, entre otras
cosas, contribuye a un mejor flujo sanguíneo.  
Alternativa económica: Este tipo de aceite esencial suele parecerse al de rosa
pero resulta más asequible. Como curiosidad, por lo tanto, lo podemos emplear
también como desodorante natural. Pero atención: no lo apliques directamente
sobre la piel. Dilúyelo antes en un aceite “portador”, como el de oliva o el de
almendra dulce. 
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10. Aceite esencial de tomillo


Producto local: Es un emblema natural de los países mediterráneos, y España,
como Francia y Marruecos, son destacados productores. Se usa desde hace
siglos para aliviar problemas dérmicos, como las cicatrices. De todos modos, lo
más recomendable es que lo diluyas antes en un aceite “portador”, como el
aceite de oliva o el de almendra dulce, dado que puede causar reacciones
alérgicas.
Respira mejor: Asegúrate de que empleas un difusor específico para aceites
para poder inhalarlo bien sin que sus propiedades queden adulteradas por un
quemador. Si tienes un catarro, este es un remedio natural eficaz para
combatirlo. 

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