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Encuentra tu IKIGAI

Son muchas las personas que no se encuentran satisfechas con su día a día. Algunas tienen
un trabajo que no les llena y no se sienten identi cadas con la empresa en la que trabajan,
otras se sienten minusvaloradas en su empleo, e incluso otras, que ya han decidido
reinventarse, no tienen claro qué camino tomar. La verdad es que, esta situación puede ser
muy negativa a nivel personal. Pero no está todo perdido porque en este artículo te
traemos un método que te va a ayudar a descubrir cómo trabajar en lo que realmente te
apasiona: el método IKIGAI.

Ikigai signi ca “razón de ser” o “pasión de nuestra vida” en japonés, y este concepto se ha
puesto de moda gracias al éxito del libro  El método Ikigai  de Héctor García y Francesc
Miralles, en el que a partir del estudio de la cultura milenaria japonesa han desarrollado
un método que nos permita descubrir cómo descubrir ese espacio en el que podamos
dedicarnos a algo que realmente nos apasione.

Observa lo que sucede a tu alrededor, quizá te habrás dado cuenta de que para la mayoría
de las personas su día a día transcurre corriendo de un lado para otro con cara de pocos
amigos, ¿verdad? Pero de repente, un día te das cuenta de algo. De entre toda esa multitud
de caras grises y opacas, vas encontrándote con algunas sonrisas que emanan cierta
satisfacción ¿qué signi ca esto? ¿en qué se diferencian estas personas del resto de los
mortales? Probablemente la respuesta sea que, a diferencia de la mayoría, estos han sabido
encajar las diferentes piezas de su Ikigai, aun sin ser conscientes de ello.

¿Te has planteado alguna vez qué pasaría si cada mañana te levantases con ilusión
sabiendo que vas a estudiar o trabajar en algo por lo que te vas a sentir satisfecho en todos
los aspectos? ¿A que tú también irías por la vida con una sonrisa? Pues da el paso, empieza
hoy mismo tu camino hacia el autoconocimiento y encuentra tu ikigai. Sigue leyendo si
quieres saber más sobre el método,  aprender a hacer tu propio Ikigai  y descubrir
cómo conectar espacios, que hasta ahora parecían estancos, como tu profesión, tu pasión,
tu vocación y tu misión.

Qué es el método IKIGAI


Pongámonos en antecedentes antes de comenzar a explicar en qué consiste el método
Ikigai. Hace unos años, concretamente en 2016, dos escritores españoles publicaron un
libro en el que hablaban sobre el Ikigai. Uno de ellos, Héctor García, llevaba años viviendo
en Japón y un día, tras visitar la ciudad de Okinawa, reparó en la longevidad de sus
habitantes y en la felicidad que irradiaban. Cuando les preguntaba sobre cuál creían que
era el motivo de este estado, unos tras otros iban respondiendo lo mismo: Ikigai. Y aquí
llegó la duda: ¿qué es esto del Ikigai?

En un principio, los autores pensaron que se trataba de la felicidad, de la alegría de vivir,


pero no era eso. Para los japoneses el Ikigai va mucho más allá, es más trascendental que el
propio concepto de felicidad. El Ikigai es la razón de ser de cada persona, su motivación en
la vida. Podríamos decir entonces que el Ikigai es el objetivo vital propio de cada
individuo. Este objetivo es lo que impulsaba a aquellos ancianos de Okinawa a continuar
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cada día con optimismo, siendo conscientes de qué lugar ocupan en el mundo y hacia
dónde debían llegar.

Entonces, ¿los habitantes de Okinawa saben desde el inicio de sus vidas cuál es su lugar y
qué quieren hacer? Por supuesto que no, pero utilizan el método del Ikigai para conocer su
objetivo vital y a partir de ahí, comienzan a trabajar en ello cada día de su vida.

No te preocupes, porque no hace falta ser nipón para que podamos conocer nuestro propio
Ikigai. Todos podemos encontrar lo que podríamos considerar nuestra razón de ser en el
mundo, realizando un trabajo de introspección y poniendo en práctica este método.

Lo primero que necesitaremos para encontrar nuestro Ikigai es hacer un trabajo de


introspección sobre los cuatro pilares que sustentan nuestra vida. El primer pilar es el que
soporta las cosas que de verdad nos gusta hacer, lo que amamos. El segundo pilar
sustentaría aquello que se nos da realmente bien hacer. El tercero, las cosas cada uno de
nosotros podemos hacer y que además otros estarían dispuestos a pagarnos, y el cuarto,
aquello que cada uno de nosotros puede aportar para mejorar el resto del mundo.

Pero vamos un poco más allá. ¿Qué sucede cuando se une lo que amas con lo que se te da
bien? Que encuentras tu pasión.
¿Y cuando se une lo que se te da bien con lo que otros están dispuestos a pagar? Que tienes
tu profesión.

En el momento en que se une lo que puedes hacer por el resto del mundo con algo que te
pueden pagar es cuando encuentras tu vocación.
En el lugar donde se une lo que de verdad te gusta y te hace feliz con aquello que el
mundo necesita, es cuando encuentras tu misión en la vida.

Pues bien. Justo en el punto donde con uyen todas ellas, es donde se encuentra el Ikigai,
donde está la razón de ser de cada persona. Así que nalmente podríamos a rmar que
el  Ikigai es el punto exacto donde se unen la pasión, la profesión, la misión y la
vocación de cada persona.

Cómo crear tu propio IKIGAI


Llegados a este momento, puede que te estés preguntando cómo puedes de nir tu propio
Ikigai, ¿verdad? ¡Genial! Entonces sigue leyendo porque te vamos a dar las herramientas
que necesitas para crear tu propio Ikigai y encuentres tu objetivo vital.

A continuación, vamos a ver qué tienes que hacer para descubrir tu Ikigai. No te
preocupes ya que para ayudarte a crear el tuyo, iremos paso a paso explicándote el
proceso.

En primer lugar, coge un papel y dibuja cuatro círculos iguales. Dentro de uno de los
círculos vas a de nir todo lo que amas, en otro escribirás todo lo que se te da realmente
bien, en el tercero, tienes que re ejar aquello que sabes hacer y crees que te pagarían por
ello, y por último, en el cuarto círculo tendrás que especi car aquello que crees que puedes
aportar al mundo para que sea mejor.

Ahora pinta cada círculo con el color que te inspire el contenido que va a ir en cada círculo.
Te proponemos el rojo para lo que amas, amarillo para lo que se te da bien, verde para lo
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que otros podrían pagar y azul para lo que aportarías al mundo. Esto es solo una
propuesta, así que debes elegir los colores que te parezcan más oportunos.

En el círculo rojo deberás escribir las cosas que de verdad te gustan, lo que amas. Por
ejemplo, escribir, leer libros, dibujar, estudiar,… Todo aquello que te guste hacer y que te
haga feliz.
En el círculo amarillo debes escribir en lo que de verdad eres bueno. Por ejemplo,
organizando actividades, resolviendo problemas, relacionándote con los demás…

En círculo verde escribirás aquellas cosas por las que crees que los demás estarían
dispuestos a pagarte: porque sabes varios idiomas, porque tienes el grado de enfermería o
porque tienes un máster en comercio internacional, por ejemplo.
Finalmente, en el círculo azul deberás escribir aquellas cosas que, aunque nadie te pagase,
estarías encantado de hacer por los demás, tu granito de arena para el mundo. Pueden ser
cosas como cuidar de los animales abandonados, leer libros a los internos en una
residencia de ancianos o apuntarte a voluntariados de limpieza para mejorar las playas
cercanas a tu hogar. Lo que sea.

Es importante que rellenes los puntos poniendo en cada uno de ellos la mayor cantidad de
información que puedas. Para ello te recomendamos que, en un momento dado, eches
mano de tus familiares o amigos más cercanos para que te ayuden. Siempre viene bien un
punto de vista externo. Aunque no te lo creas solemos ser bastante críticos con nosotros
mismos y tendemos a infravalorar nuestras aptitudes. Así que lo mejor es que pidas
consejo a personas de tu con anza que aportarán un punto de vista más objetivo sobre
todas tus cualidades.

Al nalizar este paso tu diagrama quedará así:


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Hasta aquí está claro, ¿verdad? Ahora vamos a dar el siguiente paso en la creación de tu
Ikigai. Para ello deberás jarte en los puntos de unión de cada uno de los círculos y la
relación que existe entre todo aquello que has escrito en ellos.

Como hemos visto antes, cuando solapamos estos círculos descubrimos uno de los cuatro
pilares en los que se sustenta nuestro Ikigai:

• En el lugar donde se unen el círculo rojo y el círculo amarillo, es decir, donde se une
lo que amas con lo que se te da bien, encontrarás tu pasión.
• Dónde se unen el círculo amarillo con el verde, se uni ca por una parte, lo que se te
da bien y por otra, aquello por lo que otros estarían dispuestos a pagar. Ahí es
donde podrás encontrar tu profesión.
• Tu vocación podrás descubrirla en el lugar donde se une aquello por lo que otros te
pagarían con lo que tu piensas que podrías aportar al mundo. Es el punto de unión
entre el círculo verde y el azul.
• Y por último, cuando se une lo que de verdad te gusta hacer, es decir, el círculo rojo
con lo que puedes hacer por los demás, el círculo azul, es donde podrás
encontrar tu misión en la vida.

Ahora es cuando llegamos al punto más importante. En ese pequeño lugar del centro del
diagrama donde se unen todos los círculos, justo ahí es donde puedes encontrarlo: allí está
tu Ikigai. Por ello podemos a rmar que tu Ikigai es aquello que consiga aunar tu pasión,
tu vocación, tu profesión y tu misión en la vida.

Pero ¿te has preguntado qué pasaría si faltase uno de los círculos en tu vida? ¿Es
obligatorio tener los cuatro pilares para poder tener tu Ikigai? De nitivamente sí. Si te
faltase alguno de estos pilares te sentirías incompleto y, por tanto, se pondría en peligro tu
estabilidad y felicidad.

Pongamos que estamos buscando tu Ikigai para encontrar tu profesión ideal pero que no
tienes los cuatro círculos, sino tres de ellos. Serías como una mesa coja, te faltaría uno de
tus puntos de apoyo vital para poder enfrentarte a tu futuro laboral.

Piensa por un momento qué pasa cuando te falta uno de los elementos de tu Ikigai, por
ejemplo, amor por lo que haces. Tendrías dinero, trabajarías en algo que se te da bien y que
además ayuda al universo, pero que no puedes soportar, que no te gusta en absoluto. La
consecuencia es que te aburrirías soberanamente, cada día estarías más apático y
malhumorado hasta que nalmente, con el paso del tiempo, acabarías amargado.

¿Y si no se te diera nada bien tu trabajo, aunque te estuvieran pagando por ello? Cuando
sucede esto acabamos sintiéndonos prescindibles, impostores y es probable que te sintieses
en cierta manera fracasado, e incluso a la larga, tremendamente infeliz.

Ahora piensa en qué sucedería pasados unos años si te dedicases a algo que te gusta
mucho y que además te permite ayudar a muchas personas, pero que, por desgracia nadie
está dispuesto a pagarte un sueldo por ello. ¿Serías feliz? Seguramente sí, pero lo que está
meridianamente claro es que serías muy pobre. Y hay que tener un sitio donde vivir, algo
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que comer, agua para lavarse, vestirse, etc. Y para eso, nos guste o no, es necesario tener
dinero.

Por último, plantéate qué pasaría si trabajases en algo que, aunque está muy bien pagado
y que se te da muy bien, no te permite hacer nada por los demás o incluso puede que les
perjudicaras. ¿Te sentirías bien? Probablemente no, por mucho dinero que te pagasen.

Así que, como ves, para poder encontrar nuestra razón de ser y poder así vivir en función
de lo que consideremos nuestro objetivo vital, necesitaremos tener claros estos cuatro
pilares.

Todos tenemos algo que nos hace únicos de verdad, algo que nos convierte en especiales.
Haz un ejercicio de introspección, busca el punto en el que con uyen todos los pilares que
te hemos enseñado antes. Encuéntralo y a partir de ahí, vive. Deja que sea tu Ikigai el
timón de tu vida. Si lo haces ten por seguro que disfrutarás de una existencia de plena
felicidad y satisfacción.

Fuente: Academia Educalive.


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