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IKIGAI-LA RAZÓN DE SER

¿Eres feliz en lo qué haces?

Hace poco dejé de trabajar para una empresa después de varios años dedicada a
tiempo completo de lunes a viernes e incluso muchos fines de semana. Siempre
me pregunté si estaba haciendo lo correcto en invertir el tiempo que debía dedicar
a mi familia en largas horas de trabajo (no puedo dejar de mencionar que mi
trabajo me gustaba mucho) pero al final de cuentas lo que hacía era- en otras
palabras- cambiar mi tiempo por dinero. Hasta que llegó a mis manos y ojos, el
método o filosofía japonés IKIGAI.

Según lo que leí, los japoneses y todo el mundo tiene un Ikigai. ¿Qué es un Ikigai?
Es una razón de ser. Un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son
conscientes de su Ikigai; otros lo llevan dentro, pero todavía lo están buscando.
Este es uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz como la que llevan
los habitantes de Okinawa, la isla con la población más longeva del mundo. Esta
filosofía responde a 4 grandes preguntas:

1. ¿Qué es lo que amo hacer?


2. ¿Qué es lo que el mundo necesita de mí?

3. ¿En qué soy bueno?

4. ¿Pueden pagarme por lo que hago?

Y está conformada por la intersección de 4 dimensiones básicas: la pasión, la


vocación, la profesión y la misión en la vida. Cuando se tienen claras las
respuestas a esas 4 preguntas y empezamos a darle sentido a nuestra existencia
es cuando estamos hallando nuestro Ikigai. Es un proceso. Toma su tiempo.
Había leído con avidez a Víctor Frankl con su obra “El hombre en busca de
sentido” y me había parecido fabulosa; sin embargo aún no me hallaba, y aún hoy
después de hallar mi Ikigai, creo que todas las personas nos encontramos en una
búsqueda de hallar un “mejor yo”, una “mejor versión” de nosotros mismos. Lo que
nos haga más felices, más completos, más plenos y por qué no, más sanos y
longevos.

¿CÓMO ENCONTRAR TU IKIGAI?


Para encontrar tu Ikigai, uno tiene que tomarse un tiempo para reflexionar, para
meditar un rato. En época de pandemia donde tenemos un poco más de tiempo
para hacerlo ya que el mundo mismo nos pidió pausa, debemos pensar si lo qué
estuvimos haciendo nos gustaba, o si lo que hacemos actualmente nos llena.
¿Qué hacemos con tanto gusto o alegría que ni siquiera notamos cómo pasa el
tiempo y lo hacemos con tanto gusto?

Le comentaba hace unas semanas a un amigo lo mucho que me gustaba desde


hace años el outplacement y ayudar a la gente a recolocarse y a mejorar su
reputación digital-cuando nadie se preocupaba aún en ello- y lo mucho que me
gustaba capacitar y me dijo : “¿Por qué no reactivas tu consultora? Es lo que
amas hacer, eres buena en eso; tú me has ayudado varias veces, te pueden pagar
por ello, además le pones mucho punche en ello siempre y además en este
momento mucha gente lo necesita”.
Me quedé helada cuando vi el diagrama del “Ikigai” por primera vez, leí las
palabras de mi amigo en el mismo. ¡Había encontrado mi IKIGAI!

En el libro “Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz” por Héctor


García y Francesc Miralles, ellos recogen diez leyes con las que te permitirán
seguir manteniendo tu Ikigai con satisfacción y felicidad:
1. Mantente siempre activo, nunca te retires.
Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida.
Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral «oficial», es
importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o
utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo.

2. Tómatelo con calma.


Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un
viejo proverbio: «Caminando despacio se llega lejos». Cuando dejamos atrás las
urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.

3. No comas hasta llenarte.


También en la alimentación para una vida larga, «menos es más». Según la ley
del 80%, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse hay que
comer un poco menos del hambre que tenemos.

4. Rodéate de buenos amigos.


Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones con una buena charla, contar
y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir consejo, divertirnos juntos,
compartir, soñar... En suma, vivir.

5. Ponte en forma para tu próximo cumpleaños.


El agua se mueve, fluye fresca y no se estanca. Del mismo modo, tu vehículo para
la vida necesita un poco de mantenimiento diario para que pueda durar muchos
años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad.

6. Sonríe.
Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse
cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar
aquí y ahora en este mundo lleno de posibilidades.

7. Reconecta con la naturaleza.


Aunque la mayoría de seres humanos vivan en ciudades, estamos hechos para
fundirnos con la naturaleza. Necesitamos regularmente volver a ella para cargar
las pilas del alma.

8. Da las gracias.
A tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus
compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día a día y te hace sentir dichoso de
estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de
felicidad.

9. Vive el momento.
Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienes es el día
de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado.

10. Sigue tu Ikigai.


Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja
a dar lo mejor de ti mismo hasta el final. Si no lo has encontrado aún, como decía
Viktor Frankl, tu próxima misión será encontrarlo".

Fuentes:
“El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl
“Tú eres el cambio”, Blog
“Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz” por Héctor García y
Francesc Miralles

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