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¿QUÉ ES LA FIBROSIS QUÍSTICA?

Es una enfermedad hereditaria, genética y crónica que afecta al sistema respiratorio y digestivo. Es el resultado de una alteración genética en el
transporte de agua y sales en las células que recubren los órganos y tejidos principalmente de los aparatos ya mencionados, y que provoca un
moco pegajoso bloquea los conductos respiratorios y crea un ambiente ideal para el desarrollo de infecciones. Además, bloquea el flujo de
enzimas pancreáticas hacia el intestino, que son necesarias para la digestión de los alimentos.
Síntomas:
Tiene una gran variedad de síntomas, las más comunes son:
 Íleo meconial (bloqueo del intestino delgado causado por contenido intestinal demasiado espeso).
 Deshidratación por pérdidas excesivas de sal a través del sudor.
 Crecimiento interrumpido y problemas para ganar peso.
 Diarrea crónica o evacuaciones con grasa.
 Aspecto muy delgado, incapacidad para ganar peso a pesar de un buen apetito.
 Desnutrición en diversos grados y el abdomen abultado.
 Prolapso rectal.
 Síntomas respiratorios como: tos crónica, falta de aire con la actividad física, infecciones pulmonares frecuentes (neumonías,
bronconeumonías, bronquiolitis, etc.), y sinusitis crónica.
FORMA DE DIAGNÓSTICO
Los tipos más comunes de exámenes para la fibrosis quística incluyen la extracción de una
muestra de sangre para pruebas genéticas o la realización de una prueba del sudor. Una prueba
de sudor mide la cantidad de sal en el sudor de una persona. Una cantidad alta de sal puede ser
indicar la presencia de fibrosis quística.
TRATAMIENTO
El tratamiento puede incluir:
Manejo de los problemas que provocan la obstrucción pulmonar mediante:
Fisioterapia de tórax (pecho): Ayuda a aflojar y eliminar las secreciones pulmonares. El
tratamiento puede incluir drenaje postural y algunos dispositivos como el martillo de
reflejos o el vibrador, que hacen vibrar la pared torácica y aflojan las secreciones. La
fisioterapia de tórax puede ser manual o mecánica (con un chaleco).
Ejercicios: Ayudan a aflojar la mucosidad, estimular la tos y mejorar el estado físico
general.
Medicamentos, por ejemplo, broncodilatadores y antiinflamatorios: Se usan para reducir la
inflamación y la hinchazón, aligerar la mucosidad, abrir las vías respiratorias y facilitar la
respiración.
Antibióticos: Se usan para tratar las infecciones.

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