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Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de Ciencias de la Salud

Materia: Historia de la odontología


Maestra: Pola Josefina Peña Tenorio
Alumna: García de la Torre Dulce Mariana
Los hebreos, israelitas o judíos que se establecieron en Palestina dieron gran
importancia a la belleza de los dientes, tal como consta en las sagradas
escrituras. Por ejemplo, en libros como el Éxodo, Levítico y Deuteronomio se
menciona la muy conocida y referenciada ley del talión, que reza “ojo por ojo, diente
por diente, vida por vida, mano por mano, pierna por pierna”. Así como esta
encontramos en el Antiguo Testamento muchas referencias a los dientes, por lo que
se concluye que entre los judíos se les tenía en alta estima.

La Biblia es considerada el primer tratado de salud pública debido a la información


acerca de la higiene personal que contiene. La limpieza física era complemento de
la pureza moral. A pesar de lo que establecía el libro sagrado, los
israelitas no pudieron sustraerse al pensamiento sobre el origen
de la enfermedad como obra de espíritus malignos y creían
que una magia apropiada era la mejor cura y el uso de
remedios naturales, la terapia. Se relata en el libro de Isaías
cómo éste aconsejó a uno de los reyes de Judea que se pusiera
higos a modo de emplasto sobre un absceso para que se
curara. Entre los conceptos novedosos se hallaba la convicción
de que la caries dental era ocasionada por gusanos.

Los hebreos estimaban mucho los dientes sanos y fuertes. En el Antiguo


Testamento existen numerosas referencias sobre la importancia de los dientes
sanos, que se consideraban objetos estéticos. En la canción de Salomón, se afirma:
“Los dientes son como un rebaño de ovejas recién esquiladas, que salen del baño,
donde cada una tiene gemelos y ninguna entre ellas es estéril“.

Además, los dientes eran considerados como símbolos de fuerza y su pérdida,


relacionada con la debilidad y enfermedad. Las condiciones físicas que debían
reunir un hombre para el cargo de sumo sacerdote, impedían el servicio de cualquier
persona mutilada y según interpretación de los rabinos, era considerado mutilado
alguien a quien le faltara aún un solo diente. Los cuentos judíos narran que Esaú en
su encuentro con Jacob al cabo de veinte años, lloró porque sus dientes estaban
flojos y doloridos. Los salmos de David ,a menudo equiparan dientes sanos con
fuerza. En el Salmo 3, David insinúa que sus enemigos se han quedado indefensos
a causa de la pérdida de sus dientes.

En los proverbios de Salomón, los dientes en mal estado simbolizan debilidad. La


confianza en un traidor en momentos de peligro es como un diente descompuesto.
La Biblia especifica el castigo que debe infringirse a quien causa una pérdida de
dientes a sus semejantes.
“Darás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie... Y
si un hombre golpea el ojo de su sirviente, o el ojo de su criada, causando su
pérdida, deberá darles la libertad por el ojo perdido. Y si le rompe un diente a su
sirviente o a su criada, deberá liberarlos por el diente roto” (Éxodo 21:23-27). Sin
duda, los primeros hebreos consideraban importante la pérdida de un diente, ya que
un sirviente herido debía ser puesto en libertad para compensar tal ofensa.

Resulta sorprendente que los hebreos no practicaran ningún tipo de terapéutica


odontológica, restauradora o quirúrgica; en cambio, según el Talmud, utilizaban los
servicios de médicos fenicios o griegos, que habían desarrollado el cuidado dental,
alcanzando un alto grado de perfección.
La primera evidencia de odontología entre los hebreos se refiere al alivio del dolor
dental y restauraciones dentarias en el Talmud. Se menciona que la mujer es más
proclive a situaciones estéticas de la cara que el hombre. Establecía que los dientes
podían fabricarse de oro, plata y madera. Se menciona que los gusanos son los
responsables de la caries. También establecía que enfermedad de la boca
terminaba en gota. Uno de los tratamientos para curar abscesos era el siguiente
“tome tierra cercana a la puerta, mezcle con miel y cómase”.

Los egipcios fueron una civilización que se desarrolló


durante 6000 años en torno al Río Nilo, África. La
evolución de su cultura perduró hasta la aparición del
Imperio romano y el cristianismo, Además, su territorio
estaba dividido por dos grandes regiones: Alto Egipto:
una zona montañosa ubicada al sur, que abarcaba desde el Asuán hasta el Cairo.
Bajo Egipto: un valle ubicado al norte, que ocupaba desde el Cairo hasta el mar
Mediterráneo. La práctica de la medicina en esta cultura data desde hace 4600
años claramente establecida. Pronto los doctores empezaron a especializarse en
curar ciertas partes del cuerpo y ciertos sistemas orgánicos, la practica estaba tan
dividida en esta civilización que cada médico cura tan solo una enfermedad, todo
su territorio estaba lleno de médicos, unos de ojos, otros en dientes, de lo que
pertenecía al vientre, etc.

El primer dentista que se conoció fue Hesi-Re, que vivió durante el reino del
faraón Zoser y a quien describen “como el más grande de los médicos que trató
los dientes, se encontraron más evidencias de que el tratamiento odontológico
estaba separado del tratamiento médico general en una estela encargada por el
faraón Sahura como regalo a su médico favorito. Los egipcios sufrían de una gran
variedad de enfermedades dentales, y ni siquiera los faraones eran inmunes a
sus estragos. Parece que la extracción de órganos
dentarios era la forma más común de aliviar las
afecciones dentales. También es probable que estos
primeros dentistas perforaran agujeros a través de
la cortical de la mandíbula para la aliviar la presión
producida por exudados purulentos asociados a
abscesos dentales, ya que se han encontrado cráneos
con trepanaciones de este tipo, uno perteneciente al
reino antiguo, y otro similar hecho en una necrópolis
cerca de Saqqara, perteneciente al periodo del reino
nuevo. Se trata de un molar inferior severamente cariado y a nivel de las puntas de
las raíces de este diente (ápices), se observan dos agujeros perfectamente
cilíndricos (cinco milímetros de profundidad y dos milímetros de ancho), y no
parecen fistulas que pudieron haberse formado naturalmente ya que son idénticos.

Además, de que llevaban una dieta rudimentaria y se atribuye como una de las
principales causas de las afecciones dentales de los egipcios. Tanto entre los ricos
como entre los pobres. El grano para el pan, elemento fundamental, se molía con
piedras muy bastas y, durante el proceso, numerosas partículas de arena se
mezclaban con la harina. También, como la dieta o alimentación de los primeros
egipcios era fundamentalmente vegetariana y dado que el suelo era muy arenoso,
se consumía mucha arena también con los platos principales. Todo esto producía
una severa atrición de las superficies oclusales de los dientes, con lo cual la pulpa
dentaria quedaba sin protección y, por lo tanto, era inevitable la aparición de
abscesos y quistes.
La higiene bucal fue algo que aparentemente no les preocupaba, pero si la
estética postmortem, producto de lo cual se cree que incursionaron en el arte de la
reinserción dental uniendo muelas con alambres de oro.
La religión era politeísta, es decir que adoraban a diversos dioses. Los egipcios
también creían en una vida después de la muerte. Además, implementan la
zoolatría, que es la adoración y el culto a los animales.

Bibliografía
• Museo de Odontología de la BUAP. (2017). A ODONTOLOGÍA EN EL
ANTIGUO EGIPTO. PARTE I (ARTÍCULO). 2020, de BUAP Sitio web:
https://www.sabersinfin.com/articulos/historia/16860-la-odontologia-
en-el-antiguo-egipto-primera-parte
• (2010). HISTORIA DE LA ODONTOLOGIA EN LOS HEBREOS. 2020, de . Sitio
web: http://odontologiahebreos.blogspot.com/2010/06/historia-de-la-
odontologia-en-los.html

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