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Compo Feo, ede cla oan - dle cud go To sa osteo capi vd Le Breon eran inveigaor sible que ahonda I seria dt So dene densidn tans Uies Space cde wen imei dec Ho encima Breton deuolnallgo de exes or: atmporanea de eto sete aljuiessexaconcon corpora enmareadacn lo padres de crporaad, ya que el cuerpo. por eade a penona, ee una Inata rads scarcer xe mares por po i adaminto dentro de los border dee tune pede ster colon, cc cacrpo Carb con cla om lad, con conti sap. itn al melo ambiente, cambiano ast nies poss vides» sn cn com Roy y mp To neat dl plat gu ce 2 cSmo se lacons cn lund, le que poe asformar con nc Fists gpa und fare cede yea en Le Bon rere can ano a cop inane no da cuca dey dela dives que represen crew invari” qe has veces paca ua gla care yen capo gas anta maptinens Le Bone ea sper pou deo mane. el Prag de Carle Borman = El Cuerpo u Herido Identidades estalladas contemporaneas Serie Future Imperfecto Cee David Le Breton Socdlogo y Antopslogo, Pre sor en a Universidad de March Bloch de Fsteasburgo, Miembro dst Tnseuro Universitario. de Francia y- Miembro del Labo- ratorio URA-CNRS. Culeuas y Sociedades de Europa, Es zur de numeross ensyos de Sntropoogis traduccion adver fos idiomas. En espaol (ent ‘tros)s Anmopologa el cuerpo y modernidad (Buenos Air, ‘Nueva Visi6n, 1990), 1 sor el mundo: Una antropolgia de les sentde Buenos Ares, Nuc Visi, 2007), Cuerpo sense (Sansiag de Chil, Ea. Meals Pesndos, 2010), Conduciar de rig, De ls juees de la mer tea ls jugs el vivir (Buenos Ais, Topia Editorial, 2011), Desspareer des, Una tentacn ‘ontompondnes (Made, Bc ‘es Siu, 2016), ee ColecinFrevs panne Sreto XXL © SevieFuraro Imperteco Diseioy Diagramacién: Marina Batalia “Traduccisn: Miguel tls Enrique Tronquoy Revisin Técnica: Calor Troan Le Becton, David El cuerpo beso: idenidades eta contermporines David Le Breton: prdlogo de Carlos Truman. - Ta ed. = Ciudad Autonna de Buenos Aires Topia Edo, 2017 92 ps 23.15 em. (Piha paral siglo XXL. Futuro Imperecto; 37) ISBN 978.987-4025-14.2 1, Anwopologia Cara Tramp, Carlos, poog. I. Tilo cop 301 ISaN: 97497 4035.142 (© Blo Top, Bono Ate, 2017 ioral Tota Juan Mala Gute 3809 59 A" Capial Federal ‘mal editorsl@ropi.com.ar revisaaeopi.comar webs wwaetopla coma ‘Qued hecho el depésto que marca a ey 11.723 1a teprouccion tral o pc de ene Tro cr culgies Forma que se ida o moudiicads, no autores por los ear sol decche ea vados, Cusliruiltacion debe se previament solids EL CUERPO HERIDO IDENTIDADES ESTALLADAS CONTEMPORANEAS Davi Le Breron uA EDTORAL Coleccién Fichas para el Siglo XXT Serie Futuro Imperfecto ibn y se instalan en ellas de forma duradera, Lo mismo sucede on la violencia, que da testimonio de la dificultad del joven para ‘encontrar sus referencias en felacién alos dems. El pasaeiniidtico a través de estas pruebas personales va acom- patado por la renuncia ala omnipotencia infantil. Es una confron- acim con los limites paraconstitwiree como sujeto, uno entte otros: atravesando su zona de turbulencias, conace el miedo, la angustia, Se codea con la muerte, pero vuelve. Hace sus pruebas y construye luna imagen propicia de su existencia. Ha entrado dentro de los limites de sentido que lo llevan a conciliar su universo interior con Jas exigencias del vinculo social. Para cl joven la slida de la adolescencia el pasae hacia la edad de hombre o de mujer, a pesar de un perfodo lesivo, depende de la confana que sienta no s6o en sf mismo, sino también en los demi yen el mundo en general, aun cuando ese sentimienco no excluya Guda o inquietud, La insacabilidad sigue acompaftindolo, coda via hay carencias e incluso sufrimiento, pero ahora sigue adelante camo actor de su historia, A menudo encuentra sosiego a través del ccompromiso en una actividad creativa (misica, escritura, teatro, danza, et) 0 una disciplina deportiva. El hecho de encontrar as lado, en su entorno o en sus actividades, una relacin privilegiada ‘on alguien mayor, o con un psicoterapeuta o un tabsjador social (Goguel dAllondans, 2004), un apoyo (holding) que le autorice para avanzar hacia la roconquieta de sf mismo, protege al joven de recurtt a formas brutal de interzogacién acerca del sentido de la vida. JUEGOS DE PIRL EN LA ADOLESCENCIA ENTRE ESCARIFICACION ORNAMENTACION Hay en nosotros momentos de exceso ees momentos ponen juego el fundamento sobre el cual descansa nuestra vida; no inevitable agar hasta el excess en el que tengames la fuerza cde jugarnos lo que nos fnnda, Negando tales momentos, por el contrario, desconoceriamas lo que iomes. Georges Bataille Lacexistencia ¢s una historia de piel La piel e a evidencia de la presencia en el mundo, Es el lugar del cuerpo que queda a fa vista, permanentemente a consideracién | de los demas. Por ella somos reconocidos, nombrados, identifica ddos en un sexo, en una calidad de presencia (seduccin, etc), en tuna edad, en una “ctnicidad” , incluso, en una condici6n social También indica de enteada la dimensi6n afectiva de una palabra (rubor, palider,sensaci6n de fro 0 de calor en una situacién moral, expresiones del rostro, del cuerpo...) ¢ incluso, un estado de salud (color, granos, et). Difunde olores fntimos y no deja de desbor- | damos y de revelar los demas signficaciones personals, inluso, aquellas que deseariamos mancener oculas. Pero la piel es siempre doble, el individuo sélo controla una parte de ella; si bien esconde, 1 veces, en el mismo acto muestra, En nucstras clilizaciones acci- dentales vamos hacia los otros con las manos y I cata desnudos, ‘entrogados a su conocimientoy al riesgo de su reconacimiento. La “9 indola a fos dems © piel envuelve y encarna a Is persona, vine distinguigndola segin los signos utiizados. Su textura, su color, sus cieattces, sus paticularidades (lunares, arrugas, ete.) dibujan un paisae nico, Conserva, como un archivo, las huells dela historia individual, como un palimpeesto del que silo el individuo tiene la Have: huellas de quemadurss, de heridas, de operaciones, de vacu- nas, de factaras ec, De ese modo, en la hermosa escena del canto XIX de la Odie, donde Ulises, al volver a ftaca, es reconocido por su vieja nodriza Eurcles gracias a la ciatriz que tiene en el must, La huella cutinea se vuelve signo de identidad. A menudo se la usa para ponerle nombre a cuerpos que han quedado anénimos, en casos criminales o en los campos de batalla, donde las “sefias particulares’, como tatuajes w oxrassingul Ia Gnica cédula de identidad posible. a piel es el érgano del contacto por partida doble, Al ser el ugar que encatna el tacto, x apela continuamente a un vocabu- lario cutineo o téctl pata meraforizar de manera prvilegiada la percepcisn y la calidad del consseto con los otto, cilifcando el sentido de la interaccién, Se establece buen © mal contacto con los ddemés. Hay quimica w onda (0 no), uno se palpa antes de tomar tuna decsién. Tener facto 0 tiento consiste en tocar temas delica- ddos con modales adecuados y discretos. Una formula pega, ocala ‘cuerda sensible o hace sibvar. Uno resulta herido en carne viva por ‘un contacto que da urticaria eriza ly pelos, crisp los nervis, sobre todo si uno esti afl de piel y si tiene euestiones de pie, exc. Este lexico cutineo para exprest la telacién con el otto inagotable (Le Breton, 2007), Ta piel ¢¢ un umbral, al mismo tiempo instancia de apertura y de cierre al mundo segin Ia voluntad del individuo. Frontera simbélica entze el afuera y el adentto, lo exterior y lo interioy, el otro y uno, fija wn limite mévil en la celacién del individuo con 1 mundo, Supericie de proyeccién y de introyeccién de sentido, cncarna la interioridad, Camino que lleva a a profundidad de s idades cutdneas, son ya sun sismégrafo del sentimiento de identidad, traduce los “estados de dno”, En tanto cristaliza algo del vinculo socal eambign ese lugar donde resolver las tensiones, dessnudar las crispaciones. La relacign con el mundo de rodo hombre es una cuestin de piel y de solider de la funcién contenedora Instanca frontriza que protege de las agtesiones externas o de las tensiones intimas, proporciona, la sensacidn de lo limites de sentido que permiven sentirse llevado por la existenciay no, preso del caos ode la vulnerabilidad. La piel cs, por excelenci, un objeto transicional. PPantalla sobre la que se proyecta una identdad softada recurtien- do a las innumerables formas de puesta en escena de la apariencia, arraiga el sentimiento de si en una carne que individualiza. Las ‘marcas corporales, como el tatuaje y el piercing, son manecas de inscribi limites de sentido directamence sobre la piel. De modo {que esos signos afiadidos deliberadamente se convierten en signos de identidad enarbolados sobre sf mismo. Ya no son, como anta- fio el tatugje, una forma popular y un poco atrevida de afrmar tuna singularidad radical; calan hondo en el conjunto de las jéve- nes generaciones, sin distincién de condici6n socal, incerpelando tanto alos varones como alas chicas, En nuesras propias socieda des individualistas, quienguiera que no se ceconozca en su existen- cia puede intervenir sobre su piel para cincelarla de otr2 manera, Intervenir sobre ella equivale a modifica el Angulo de la selacién con el mundo, Tallar en Ta carne es tallase una imagen deseable de si mismo remodelando su forma! La piel es una instancia de fabricacién dela idensidad. Si uno no puede ejercer control sobre sus condiciones de existencia, al menos puede cambiar su cuerpo, La piel es la interfae entre la cultura y Ja naruralez, entre uno y el 7, Sobre las modifcaciones conporales en las sociedades humanas, C. Falgayreser-Leveau (bj a di de), Signs cops, Pars, Musée Dapper, 2004, y sobre las modificacionescorporles en estas sociedad: D, Le Breton, Signs didentit. Ttouages, piercings autres argues corporlles, Pais, Male, 2004 (2015), foto, entre el afuera y el adentzo, Ua instancia de mantenimiento del psiquisme?, El sensimiento de s mismo se arraiga en las sensa ciones corporales y patticularmente en la piel, en tanto ésta es el lugar directo de contacto con los dems y con el mundo. La piel es tuna primera linea de defensa y, por lo tanto, una lines de sentido fence a la complejidad del mundo circundance. Caparazén para tunos, para otra es zona de contacto, dependiendo de su historia sonal Peri incervencione sobre la piel son intents de reorganiar las fonteras entre el afuera y el adencro, un ejercicio para atravesar tun passe delicado, Atormentado por la pubertad o por las diicul- tades pata entrar en su existencia, el adolescence ve que su cuerpo se le escape, y la inguietud que siente al respecto le da la impre- sin de estar bajo el fuego de la mirada de los otros. Su usiliza- cin de ls marcas corporalesinteata domesticarsimbslicamente el cambio, "(..) me sentianiper bien, como si fuera wna periona nue, con nombre nuevo y hasta wn cuerpo nucoo. Mi antigua identidad de Chappie no habla mucrta, pero se habia convert en un secret. Un satu te bace ena clase de cova te hace pensar en tu cuerpo como 1 traje particular que puedes ponete 0 sacarte cada vez que quiere, Un nombre nuceo, slo bastante coo, tiene el mismo efecto. ¥ experi= ‘mentar las der coral mismo tiempo es conocer el poder."® Las marcas comporales ponen en prictica el intenco de corregir la imagen de si mimo, Por ejemplo, Marie de 22 afios. En un aula de la facultad, un piercer acaba de habla desu oficio con pasién. Marie levanea la mano y expresa su desco de dar testimonio de su expe- rencia personal dl atusje. Dice haber deseado pot mucho tiempo hhacerse un taruaje sin encontrar las circunstancis favorables. Pero una noche, después de una rave part, euférica, encuentra un tatuae lor que offece sus servicios en una camioneta. Piensa que a llega~ 2D Anleu, Le mot peu, Pass, Dunod, 1985. 3. Russell Banks, Sous le sde de Rone, Paris, Babel, 1995, 128 do el momento. Marie lucha contra los sollozos que la invaden de repente. ¥ dice, lorando: “Cuando sali com mi tatuaje, por primera ez en mi vida tenta la impresion de que mi cuerpo entaba complet? El tataje evo, en su caso, un valor para volver al mundo. Vino a sellar una carencia del ser. Cambiar de piel Fl gusto por el piering o el tatuaje es una mezcla ambigua de reivindicaci6n de la originalidad y de sumisién a las actitudes propias de una cierea edad. La ereencia adolescente en la eterai- dad de los valores vividos en el presente, despietta el fervor por ‘atuajes que provienen del matketing, de los CD's, de los logos de grupos musicales, de siglas comerciales, et. Son pocos los que ise fan su propio tatuaje para estar seguros de ser los Ginicos en eener- fe. Muchos estimonios mezclan un discurso de singulaidad y la sensacidn de partcipar de una corricnte subterrinca dela sociedad. La contradiecién no es percibida porque participa dela Iégicas de ‘consumo. El testimonio de Claire e,en este sentido, eaicaturesco: “Mi encuentro com el piercing fue para tener un arete que no eité en la parte de abajo de las orejas. Por gué, no lo sé. Quise exo porgue estaba de moda. Si, quite hacer eo para tener algo distinta en relacién a lor demas" (Clas). “No say come todos. No me gustan los molder. Me rebriso a entrar en ellos. La gente es tadaidéntica. Un piercing me dife- vrencia” (Sandra). Estamos en las antipodas de ls actitudeseebeldes de los fos ochenta, ante una actitud consumista. Mimados por el marketing, estos adolescentes carecen del distanciamienco de sus -mayores para investi a sus marcas corporales con una significacién, sds personal. La referencia fundadora, en un contexto social de descalifcacin de la transmisin y de la autoridad, es en adelance la de los pares, no ya la de los padres 3 ‘Muchos jvenes confiesan que no querfan a su cuerpo (forma de decir que no se quetfan a sf mismos) antes de la incervencién el piercer 0 del tatuador, "En relaciin a lor tatuajesy al piercing, ‘ba sido 1m medio de volver @ apropiarme de mi cuerpo y aceptar- lay, por lo santo, de no tener mis complejes, verlohermeso por fn: ro me gustaban mis rena, ler bie un piercing, ahora me gustan. No ime gustaba mi car, con un look me gusta” (Sophie, 19 afios). "Me ‘ayuda a olvidar mie mierdas, ls complejos que tengo. Mira i no senes lindo pecs, les haces un piercing, ase oa cosa, tiene algo bonito” (Autote, 18 aos). "Mi tatuae cr personal. Tenia ficamentevergiien- ‘za de mi cuerpo, Nunca me ponia una remera, Sempre levaba mangas largas, pantalin larg, hata on a playa. Tenta realmente vergienca de mi fice, de mi cuerpo. En el momento que me tatué, dexspareceron mis complejos. Me animé a mostrarme” (23 af, etuador). La marca ‘envuelve al cuerpo de natcisismo, A su slededor la imagen de si se reconseruye flizmente, se la percibe no sélo como formando total- mente parte del cuerpo, sino como su parte més digna de incers Se instalan asi, formas de resauracién bajo la égida de caruadores ‘0 piercer: que asumen, sin saberloo a plena conciencia, el papel de puador! Lucy, 23 afos, que empieza una carrera de artista, lo recuerda "Me siento més segura de mi mizma, menos dependient dels demas Si tengo ganas de hacer algo o de decrlo,l hago con mds facilidad que ‘ante. Anter era mucho mds cerrada. Bi extra lo que puede lograr tun simple piercing, Tingo més confanza en mi, Fue mi primera decision importante. Es el cambio mds grande de mi vida” (20 260s, cescudiante). “Te dices casi gue eres um hombre, uno de verdad al gue nadie guerria molester. Fs medio tonto, eb, pero también bay algo de 210 (21 afos, estudiante). El signo corporal favorece aiavesst una ctapa de la exstencia. Tiene incidencia sobre el sentimiento de si mismo, una inyeccién intima de sentido, La eficaca de las modi- 4 *Passeur” en francés significa barquero © pador, pero también atticalador socal. (N. del R) s4 ficaciones corporales en términos de cambio, no es evidentemente un dato inherente al acontecimiento, depende del investimiento psiquico del sujero, de sus expectativas, de sus representaciones, EI mismo signo que es vivido por uno como un adoro corporal, para otto acompafia una experiencta ‘espiriual” que le transforma Ia vida Rasgar la piel de una identidad intolerable La adolescencia es una existencia a flor de piel en sentido figu- rado, pero también real, en la medida que a las fronteras de sentido ain les cuesta establecerse. La pil es el lugar de la interfer con los otros. Pero es una fiontera desollada viva, porque las fronteras simbélicas ente tno y los dems, entre el mundo interno y la reali- dad social codavia no estén esablecidas, El joven afin esté buscan- do su lugar en ef mundo, un centro de gravedad, precisamente para sentrse bien en su piel. Se sienteteabado por un cuerpo que, aunque le pertenece, todavia no es el suyo, atrapado en una carne rebelde que atin no logra integrar como propia. Se siete torpe, lerdo, irsorio, fo, oto, sin poder dilucidar quién es, La relacién, com el espejo es para él una prueba cotidiana Lugar de regulacién con el mundo, espacio de reconquista, ‘materia prima para construitse wn peesonaje pot fin propicio, el ‘cuerpo es también un lugat de encierro en sf mismo que el joven incémodo en su piel a veces tiene precisimente ganas de scarse, de rompet. La ambivalencia respecto del cuerpo hace de él un obje- to transicional destinado 2 amortiguar los golpes que ol joven cree recibir en su integracién problemvitica al mundo, Lo mima y lo desuella, lo cua y lo malttata, lo quiere y lo odiasegin las circuns- ‘ancias, con una intensidad variable ligeda a su historia personal y de acuerdo ala capacidad de su encorno de serir 0 no de conten- cidn. Cuando faltan los limites, el joven los busca en Ia superficie desu cuerpo, se aroja contra el mundo para establecer su soberania personal, para diferenciarse de los demés, dar a luz a un si mismo Entereado bajo el sulfimiento, zanjar* por fin entre el afuera y al fdenezo, esablecer una zona propicia entre interior y exterior. El Cuerpo es un asunto de identidad que le permite encontrar su lugat fen tgjido del mundo, peto no sin turbulencas y no sin haberlo sometido a maltraco. La piel a veces es el rodeo cabtico que lleva 2 tuna insercién por fin propicia en el lzo social, Durante el pase adolescent el cuerpo es el campo de batalla de la identidad. La piel, {que es su instancla visible, ese recurso més inmediato para cambiar su relacién con el mundo, Cambiando su cuerpo, pretende en prin cpio cambiar su vi ‘Las incisiones corporal son un medio Giltimo de lucha contra el suftimiento, Hombres o mujeres, sobre todo mujeres, perfectamen- te integrados en el seno del lazo social, recurren a ellas como a una forma de regulacién de sue tensiones. Nadie sabe de su comporta siento. Muchas incsiones conciesnen a personalidades que sufren ddeausencia de limites, de una incertidumbre acerca dels fronteras centre su psiquismo y su cuerpo, entre su realidad y su ideal, enee lo ‘que depende de ellos y lo que corresponde alos otros, Son vulne- tables a la mirada de los demés 0 a las fluctuaciones de su entor- ro. Son desollados vivos, es decit, que han sido despelljados del sentido, estin indefensos ante ls heridasnarcsisticasinflgidas por Ios otros o por ss indiferenci en telacién a sus expectaivas. Fala la propia cohesién, el narcisismo necesario pata la existencia eset insufcientemente apuntalade. Cualquier decepcién es vivida con intensidad, sin distinciamiento. La carencia de una relaién s6lida y confiads con el mundo provocs la vuelta contra uno mismo, en ‘una especie de cirugia brutal, pero ritual, significant, para volver ‘encontrar lo més cerca de sls referencias que fran. Entonces, en 5.1 emino walzado en francés -tnmncher significa también “coma” 0. del, 36 Jos momentos de criss se imponen momentos fulgurantes de pasaje al acto como una necesidad imperiosa El cuerpo, y en paricular Is pel, es un refugio para aferrarse alo real y no hundirse. Los ataques al cuerpo son ances que nada tun ataque conta la significaciones que se le adjuntan, Como en ‘otto plano los intentas de suicidio, son intentos de despojarse de ‘una piel unida a una percepcisn insoportable de uno mismo, son intentos de vivir (Le Breton, 2012; 2013), Manera simblica de dlestruirla para cambiar de vids’ y converttse en otto. Los ataques, ‘la integridad corporal no se plantean, en principio, la hipétsis de Ja muerte. Las incsiones, las escarificaciones, las quemaduras, los jpuntazos, los golpe, los raspones, las inserciones de objetos bajo Ia piel no son indicios de una voluntad de destruirse o de mori. Son la ilkima manera de instalar sencido en su cuerpo corrando pporlo sano, es deci, sacificando una parte de sf mismo para poder ontinuat viviendo, La incisién corporal conjura una catistrofe del sentido, absorbe sus efectos destructivos 6jindola sobre la piel e intentando recuperar el control, Se opone al suftimiento, es un ‘compromiso, un intento de restauracién del sentido, ‘Muchas incsiones conciernen a jévenes que suften de ausencia de limites, de una incertidumbre acerca de las ronteras entre su psiquiemo y su cuerpo, encre su realidad y su ide epende de ellos o de los otros, Al sufi de un déficic narissi- co, son vulnerables a la mirada de los otros 0 a las luctuaciones de su entorne, La inconsistencia de su yo debilita su relacién con cl mundo y los vuelve desollados vivos, es decir dspellejados del sentido, indefensos ante las heridas narcisistcasinfligidas por los otros o por su indiferencia respecto de sus expectativas, Cualquier ddecepcién se vive con intensidad, sin distanciamiento. Tienen la impresién de no ser cotalmente reales, de no habitar ni su cuerpo, ni entre lo que EE autor liza la exprsin francesa fate peau neuwe lieralmente “acer pil nue", cambiar de pel. (N. del) 7 sucxiqenciLaescaifacons como a maya de as conduc ego de lor oene son neta de seatane, de diferencias form sins una roland de hace ausomos por se haber enconado carne en su cuerpo yexabledo a dancia Bhnin cespecra de Tos demas. El ines 0 los abaosseuaes een d ls zones principals dels eaicaionesy dee eI dea nmo, dee sensi de cara ar sempre con tn cuerpo nncild? Cortar con el suftimiento Laimposibilidad de salir de la situacién por medio del lenguaje obliga a pasar por el cuerpo para descargar la tensin. El dolor isco ‘suuna barrera simbélica que se le opone al sufrimiento, ana manera de contener la hemorragia y transferilo a un espacio donde por tun instance se hace conttolable (Le Breton, 2005; 2010). Intento desesperado por mantenerse en el mundo, por encontrar de dénde agarrarse, Es un dolor homeopieico, porque previene de un sulti- ‘miento indecible y aplastante. El desollado vivo se despellja para recomar el control, busca lstimatse, pero para que le duela menos [A veces hace falta sacrficar una parce del cuerpo para salvar algo de ‘La huella corporal leva el sufrimienc ala superficie del cuerpo, alli onde se hace vile y controlable. Sela extirpa de una interio- ridad que aparece como un abismo, ‘Sin duda sera tranquilizador eliminar la cuesti6n que plantean fos que atentan contra su cuerpo reduciéndola a locure, enferme- dad, pero es imposible dejar de ver que una inmensa mayor de los ‘que actdian as, no dejan por ello de mostrar codas las apariencias 7. Para un abordaje més profundo de los ataques al cuerpo, me temito a 1D. Le Breton La pean ola trace. Sur le blearer de wi, acs, Méeailie, 2012. 38 de una incegracién social sin problemas. Atafen aindividuos cuyos familiares estin a menudo Iejos de imaginarse que ellos eecurten 4 esos procedimiencos para mantener el control de su vida. Las haeidas corporales deliberadas no son un mayor indicio de locura {que los intents de suicidio, las Fugas, os tascornos alimenticios us otras formas de conductas de riesgo de las generaciones jéve- ‘nes; més bien son intentos de forzr el pasaje para exstir, Martine lo dice con fuer sufrimiento, Es la tinica manera que encontré en exe momento para no (querer marin”, La alteracién conporal es una redefinicién de si mismo en una situaciéa penosa, Puede ser nics, corespondiendo a un episodio {que haya desbordado en ese momento las capacidades de clabo- racién simbélica del sujeto, pero puede repetitse muchas veces, cconvirtiéndose en una manera usual de luchar contra el miedo la fragmentacién, Cuando se produce en esas circunstancias, sin real premeditacién, el ataque al cuerpo no esta desprovista de una cconsciencia residual, El sujeto no se dasa en cualquier parte 0 de ‘ealquier manera, La musica es el primer lugar del cuerpo al que se le apunta, pero también los ancebrazos, el pecho, el vientre 0 las picenas. La cara, que encarna justamente el principio sagrado de la identidad personal, la parce més sagrada de si, pocas veces es afectada (Le Breton, 2009). Si finalmente es atacada, entonces el individuo esté dando un paso fuera de la vida ordinaria, su sufti- ‘miento lo desborda en exceso, sta filo de destrurse. La preocu- ‘pacin por preservar la cara reflea la voluntad de mantenerse en ef ‘centr del lazo social, ce no cortat los pucntes. Lo mismo vale para los ataques alos érganos sexuales, ovo lugar importante del senti- miento de identidad, Aunque juegue con los limites, el individuo ro pierde por completo el control de su gesto. Hay una (antrope) ligiea del acco, una coherencia, una bisqueda de apaciguamiento y no de destruccién personal, La profundidad de los cortes y el lugar desu ejecucién nunca son aleatorios. La vista ejerce un efec- los cortes eran la tnica manera de soportar ese 59 to de control del acto, Pero sobre todo materalza el sufrimienco bajo la forma de la incisién y de la sangre. El impacto de fa mirada redobla el impacto de las sensaciones, ymejora la eficacia del alivio cexperimentado, eT aague al cuerpo es precedio por a sensacién de menoscbo de st mismo, de una pérdida total de sustancia en una suerte de Ihemortagia de sufrimiento, Eso forma parce del vértigo que carac- teriaa a oda las conducras de siesgo (Le Breton, 2012); esta cafda ‘enel interior des mismo evaca una pérdida de control y de lucidez, ‘como sel piso del pensamiento se derrumbara; momento de ruptu- ra com lo seal, de torbelline, El joven sieate el aumento del afecto ‘como un sofoco, Sufre una intesién montfera y vive un dercumbe del sentido, el despliegue de un sentimiento que parece inacabable, EI papel de ataja-excitaciin dela piel es desbordado por a viulen~ cia del feet, y Ia cortadura es la nica oposicin a a sensaci6n de set menoscabado, Reencontramos en lo sentido por la persona que se corta Ja “agonfa primitiva’ 0 la “angustia impensable” descritas por Winnicot, Sin duds, para muchos adolescenes las circunstan- ‘das que motivan el ataque corporal son lareviviscencia del "temor a sun colapso gue yaa sido experimentade" (Winnicott, 1975, 38-39). Lafalta de un entorno que sostenga, dentro suyo y afuera, lleva ala bisqueda de un mecanismo para paar la caida Laincisidn levanta un digue para conjurarla pérdida narcisstica, ‘que amenaza con arrasarlo todo a su paso, El sufimiento ieumpe por la fuerza y amenaza con destruta un Yo debiltado, vulnerable. El joven se artoja contra su cuerpo para insribir un limite sobre su pic, jar el vertigo, Vuelve a convertise en protagonist, Fl corte es ‘un medio parad6jio, peto provsionalmenteeficaz de luchar contra cl vértigo tomando Ia iniciativa de saltar al vack. "La priment vee (gue me corté tenia once aos, pemsaba en mi padrey en la forma en que muri, Eo era demasiado fuerte. Entonces me rasp, y luego me corte Mi madre a veces tataba de impedirmelo, pero @ mi eo me aliviha ‘Nos por que" (Carole, 19 afios), Cuando el suftimiento abruma, se oo bborran los limites entre uno y uno mismo, entre el afuera y el aden tro, entre li presencia en el mundo y la avalancha de los afectos, La salvacién coasiste en chocar contea el mundo en busea de conten- ign. La herida pretende romper la disolucién, aestigua el incento de reconstituir el vinculointerir-exteior por medio de una mani- ppulacin de los limices del s{ mismo. Es una rstauracién provisoria de la envoleura narcisstica. La agresién psiquica se reabsorbe sobre una piel ni cotalmence suys, porque el cuerpo no es aceptado en tanto se arraiga en una existencia desaprobada, ni del rodo ajena, ya que ex el lugar includible de la presencia en el mundo. La restau racién brutal de las fronteras del cuerpo detiene la cada, borra el vértigo y provocala sensacin de estar vivo y set teal. La patadoja de la herida deliberada es la de colmar una brecha de sentido, Expresa Ja decepcién levando los golpes a la parte del cuerpo que mejor simbolizs la interfaz con el mundo, la piel. Apunta a corar de cuajo la tensibn, La herida es una certfcacin de exstenca,reterada sin cesar hasta tanto se elabore una signifcacin mis fei: la certera de estar todavia vivo, Elalivio s provisorio y hay que reproduc el sto para sechazar ‘cada ver la decepcidn y seguiradelance. La falta de una relacién sli day confiada en el munda provoca el volverse contra uno mismo en una suerce de citugla brutal, pero significane, para volver a encon- trar junto a silos puntos de referencia que faltan, Momentos fulgu rantes de secuttr al cuerpo se impanen entonces en los momentos decisis, EB sufhimiento recurrente a menudo desborda de la hetida, la Sijacién sigue siendo provisoria y obliga « renovat la llaga en un Jntento ain prematuro de circunseribielo a ella, La agresin al cuet- pos puntual o bicn, dura algunos meses o més; rermina cuando ef {gusto por vivir es restaurado, quedando luego el individuo horro- sizado por su gesto recurrienda a formas distinas de autoconteo, ara otros se vuelve una manera regular de exists, de poner la mia cn ls eridas afectvas de lo cotidiano. En tal cao es una ceremonia 6 secret, realizads come wna liturgia intima (Le Breton, 2010; 20115 2012). La penosidad perdura entonces més alli de la adoescencia, da fractura de tes demasiado aguday exige un compromiso para segue existendo, ‘Son cortaduras que dejan més 0 menos huellascuness sao dusante los momentos mis agudos de ls difcultades personales, tauando se hacen més profundss. Le incisén es una seualizaci6n in exemis del insostenibe, porque no hay ota slid. Ante cada acontecimientodoloroso proporcionasosiego y el passe. Algunos dependen de sus inckiones como ouos dl alcohol o dela droga. lay que sasgr a pel sin parar para cambiar de piel yalejar la adversidad EL sujeto en sufimiento se afera as piel para no hundlse. La cortadura e na incisién de loreal, le confee enseguida a suje- to un artigo nel espesor desu existencia. Es un tope que sirve de contencién, un remedio para no mort, para no desaparece, El individuo vuelve a eaconttar un alivo provisorio. Cortando su cuerpo y haciendo salir de dl lo que lo ahoga,justamente recupera claliemo y vuelve encontrar entre el mundo y l mismo un espa- cio de simbolzaclén que restaura su posciéa de protagonist. La capa de sfkiiento es perforada por una ages vuelta conta st ‘mismo porguc so alls lo puede controlar. El impacto de lo real indcido por ls contadura, el dolor consetido, la sangre que corte, vwueke 2 anudar los fragmentos dsperss de si. Permite voler a unin. Despuds dela primera incisén, Caroline expresa no haber tenido nunca la intencién de detenese, por lo mucho que ese gesto ‘ordenaba su caos interior, le aportaba un sosiego inalcanaable de ‘otra manera, Ell eeorta cada di, o dos o tres veces por semana, "Cota era una solucin para tdo" (Keuewel, 1999, 63): deep ibn, remordimiento, sentimiento de culpa, inseguridad, frst «iba, incertidumbre ante el porveni, ee La incisin es una especie de periga que lo ayuda a mantcners sobre ls cueeda des exsten- eo Una sangria identitaria ‘Remedio contra la desintegracin personal la incision corta por lo sano part salvaguardar la existencia. Rito privado para volver sl mundo después de haber estado a punto de perder su lugar endl, aunque haya que pagar el precio, libera de tensiones intolerables que amenazan con desinregrar al yo. El derrame de sangre resta- blece tuna fronteratranquilizadora. Después dela incision vuelve la calma, aun cuando sigtsiendo doforoso, se puede volver a pensar el ‘mundo, Dar un rodeo por la agresién corporal es una forma para Asjiea de lograr alivio. Al ser materia de identidad, el cuerpo es materia de eratamientos, es soporte de una medicina severa, pero eficaz. El dolor putifca al sujeto de sus "humores’ desgraciades, lo vuelve a poner en el camino después de haber saldado la deuda del momento, La sangre no es cualquier sustancia, viene del cuerpo, cst asociada aa vida ya la muerte, ala salud y ala herida, derra- rmarla delibersdamente equivale a ejercitar una petencia de trans- resin, En el contexco de abusos sexuales, donde el joven se siente “mancillado”,“sucio",recurtra las escarifcaciones forma parte de tun rito intimo de purificacién, derramar la sangre de la deshonra buscando la purees. Los poderes simblicos de la sangre en maceria de cura en las smedicinas tadicionales estin ampliamente comprobados, Sustan- cia de vida en el incerioral mismo tiempo que sustancia de muerte cuando se la vert, est cargada de una potencia simbélic, sobre todo si cl que la derrama es el amo de lo que se inflige. Cuando surge, para el sujeto que se corta ¢s un flujo de lo real, material cl sacar la tensiGn fuera de uno mismo, La cortadura es una sing ‘dentitavia para purgarse del “pus", dela "mala sangre"; expulsarla de si es recuperar transtoriamente un cuerpo propio', no invadi- do por el otro. “Quiero enacuar algo malo, lo que me carcome y me 1 Prpre en ancl sigoiticaal mismo tiempo “propio” ylimpio". Ambas scepclones se suman enconces agul (N. del. T. 6 deseraye quiero expusiarle, que re detenga” (Vanessa, 19 af, esta- dante). Martine, hoy de 38 aos, cuando tenia cerca de 20 aos se corté durante varios afios. "Era un estado de dnimo. Una especie de texceso de alg, Hata falta gue lo hiciea salir, como pus. Algo destruc tivo, Ena wa expece de energéa negr, la tenta gue elimina, y yo la Irate talir licamente de mi, gaizd porgue no podia deirla”. Dest tuido de todo valor, el cuerpo expres 2800, El desinvestimiento de sf se traduce en Ia forma de esas imagenes negativas. Derramar st sangte es una especie de “drensje" de sufrimientoe impureza. Es un incenta simbélicamente fuerte de “salir de si mismo". Para Martine, ver sangre era insoportable. Sin embargo, cuando se corcaba, las sensaciones eran muy distntas:“Eiaba ese wig, ese estar mal, ee malectar yal mismo tempo, un jubilo de ver la sangre. Me acuerdo de una vex en que me corté mt fuerte de lo que hubiera guerido, Habla ‘bilo al ver corer la sangre, cova en abundancia y era un regocija. ‘Pero tambien habla mucho miedo, porgue yo etaba en desequlibrio, cen realidad estaba en peligro El cuerpo es el espacio “ransicional” que distingue de manera radical lo interior y lo exterior, es un péndulo de la existencia usido como objeto transicional para soportar la dureza de las circunstan- cias, El joven cree que mientras tenga sangre en el cuetpo tiene un remedio para sostenerse. Muriel, que se marca las inicales de su rnovio preso con un pedazo de vidrio, expresa cuinto la tranquili- ‘aba ver Ia sangre: “Ves le sangre, et realmente una parte ray, etd devo tayo, te hace vivir y ves como core. Saber que vives, Ya cuando 1 cortas tienes sensaciones, te rientes viva. Es como si supierar que tw vide te pertenece. Sé gue puedo derramar mi sangre cuande guiera, mi cuerpo et mio, puedo abrirme la venss, puede morir soy realmente ducia de mi cuerpo, existe, bab. so es un poco lo gue sentes cuando ves correr tu sangre’. La prictiea de la incisin es una especie de sangria idencicaria, un dereame metédico de sangre para logeat una telacidn mie feliz con uno mismo y con el mundo, Un rto personal para conjurar a infelicidad y purificarse, 64 Por medio de su acto, el adolescente también experimenta Jo posible que se agita en él, aptende a conocerse mejor confrontén- dose 4 una realidad que le cuesta entender, pone a prueba ast su auronomla, “En ef momenta de hacerlo experimentabs una cierts atfaccibn, 40 poco como una vdloula, algo que te hace repirar an (poco (..) Yo quemaba la hoja del citer, a idea era desinfectar (..) La idea era soltare, pero no guerta gue se supiers, mo etaba muy seguro de mi por entonces,a esa edad te da una cert atsfccion hacer cosas como 1a, pero a exondidas. Es como fumar el primer porro. Nunca se lo contd a nadie” (Bernard, 20 afios). A los trece afios, Emma- uel se corea “ear corer com sjeras,cuchils, nana de aftr, citer, cen mis antebrazor, los hacia en forma eneecortads,ripida, fenétics, camo si ya no controlara mi cwerp, era regocijante, corr la sangre 1p. yo wea el pus de mi sftimiento, de mi malestar, de mi inflicidad. (Creo que eo tenia un significado o que detds de eos actos perfilaba Inconscientemente una idea de absolucion de un pecado original. Me sentia culpable de haber nacido para sur, esos actos eran a la vez un castigo y una liberaiéy? hacia un renacimienso”. La escarificacibn c= especialmente un intento de dominar las sensaciones corporales reromando las riendas, anto més cuanto que las lsiones a menudo ddeben sercuradas en secreto para no atrar sobre ellas a atencién 0, 4 Ja inversa, ser mantenidas en secreto como focos de sensaciones. En ambos casos, que pueden alterna, el sujeto sigue sintiéodose casts, experimenta la consstencia de sa relacié con el mundo por dio del recordatario de un limite en la misma carne Una cavoltura de dolor La escarficacién opone el dolor al sufrimiento, la herida sia al Aegatco moral. Muriel, de diecsts ais por entonces, lo atestgua 9, Dalloance en fancts ambidn sigaifica “slumbramiento” (N. del 2) 6 con elocuencia, Enamorada de un muchacho toxicémano y dealer, se entera que él est de nuevo en prisién preventiva. Se encuentra sola en una plaza pablica, Su mirada cae sobre un pedazo de vidrio cn el suelo. Graba sobre su piel la iniciales desu novo, y formula dde manera ejemplar la potencia de atracci6n de la cortadura en esos ‘momentos de alliocién: “Pres tan desdichada em el fondo de ti misma, cla pena de amor, aber. Ere tan detgraciads en tu corazin, entonces te haces dato pars tener un dolor corporal mas fuerte yas ano sentir tu dolor en elon, zte das cuenta? El dolor dela herida y de su cicatrizacin, la tensién que perm rece sabre la piel, la vista dela aga o de sus huellas, apaciguan €l sufrimiento, La barsera del dolor fisico ahuyenta el caos, da la ensacién de poder controlaelo siempre. De alle investimienta del instrumento por muchos adolescentes que se cortan: Ia navaja de afeitar, el cite, el cuchillo, el trozo de vidto son objetos de salva cid que eraen el alivi, Los ataques al cuerpo intentan devolverle una capacdad contenedora a pel, instaland en otra regular 90 una envoltua de suftimiento, com esribe D. Anzieu (1985, 108), sino una enveleua de dalor (Le Breton, 2010). El suftimieno es precisamente aquello alo que el aaque al cuerpo se opone. Se ata de spostar al dolor (que uno controls) contra el suimiento (que esti en Ia vida y es inconteolable). Eso en partularexpica por ‘qué cantas adolescentes dicen que ss incsiones no les den Eas slenten el core, pero no le atibuyen sufrimiento. Este dim es del orden de lo incontolabley de Ie invasbn de fel dolor atoinigi- dlo no posce et veulenci, es una sobrecarga penosa de door, pro ‘que justamente viene a contracestar el sulrimiento que eté en la Vide yen el inerior de uno mist. El dolor es un intento de apaciguar el suftimiento, Restablece una funcién debiitada de agartarse al mundo. "Yo grababa, grab ba, y wea corer er sangre, no me acuerdo incluso de qu doler, me acuerdo que picaba,peabe, eo (..) Creo gue tenia tanto dolor en al corazin que de hecho no sential dolor (..) La primer vez lo hice 66 con un vidro que habia encomtrado y depuis como sea lace, voles 4 pasarle una baja de afetar por encima dot owes dies deyputs, y en sa época andaba por alli con un corcaplumas en la carter, ash gue sambién con el cortaplumas; en realidad después e hizo préticamente disemética. En cuanto algo no andaba, yo volta a marcar encima, Después me ls hice en el abil, es verdad que duele menos el rbille, sf, cademds debia estar menos enamarada ya que sentia mdse dolor (..) Cuando te cortas, ya saber que vives, tienes semacione, te sientes viv, 1 lunge, cuando vertu sangre, e como que tu vida te petenece, puedo ‘hacerlo gue guiera, puedo derramar mi sangre coma quien, mi cuerpo es mio. i quiero puedo abrir las venas, puedo mori, soy realmente ducia de mi cuerpo, exist, ba; eso es um pac lo gue sentercuande es corer tusangre” (Muriel). Mary, una paciente de J. Kafka, expre- «8 ese imperativo de no aumentar el surimiento, sino combstilo Fila se corta con una hoja de afeitat, pero se detiene en cuanto el dolor se hace demasiado agudo y se esfuerea por mantenerse en un renglén en el que por fin se siente “viva. El dolores buscado bajo Ja forma de un limite, de un refuerzo idenctario que alimenta el sentimiento de existit. Si se desborda y se vuelve sufsimiento, Mary deja de cortarse y ve corer la sangre con alivio, en forma casi feliz (Kafka, 1969, 207). El no poder agararse desu entorno, la senss- cidn de insgaificancia personal, no dejan opcién, La herida corpo- ral deliberada es a bisqueds a tientas de un umbral de dolor o de apertura de la piel que brinde la sensacin cabal de exist, Una ver sleanzada és, la prsisn psicoldgica se cla, La piel ya no es la frontera propicia de regulacién de los inter- cambios de sentido. El dolor y la marca cutinea refundan sus contornes, restablecen una frontera siempre por corregi. La envol- tura de dolores el precio a pagar para asegutarse dela continuidad de uno mismo. No se trata en ningtin caso de masoquismo, porque Fa funci6n no es gozar de d, sino garantzarse can él una existen- cia demasiado incierta de otto modo, Esa necesidad de lastimarse para que duela menos, de poner a prucba las fronceras personales a para aegucarse de la propia existencia, muestra enotmes vatiacio- hes individuals, y la sigoificacién intima del acto, una sxombrosa polisemia (Le Breton, 2012) La cortaduta es superficial o profunda segin la imensidad del suffimiento sentido, se limita a un punto del cuerpo o se disper- sa, Peomite ahorrarse una posible incervencién sobre el mundo, [No pudiendo cambiar el encorno nefasto se cambia el cuerpo, se amottigda en uno mismo una ofensva, desde el exterior o desde el inteiot, amenazante para el sentimiento de identidad. La inci és ante todo una cirugis del sentido, Permite que “eso” salga, La conversin del sufrimiento en dolor fsico restaura provisoriamen- te el arraigo en el mundo, El alivio obtenido se declina en forma diferente seg las cicunstancia y las personas que atentan contra ‘su cuerpo, Algunas se manifesta “calmadas" por el slo hecho de la herida, otras por el dolor sentido en el momento, otras més bien por el corre dela sangre. En principio, el alivi es siempre provi- Soto, No resuelve en nada ls eircunstancias que han provocado la tensién, pero proporciona un respi. Que los ataques corporales sean claramente més numerosos centre lar chieas confitma el hecho de que entte ells el suftimien- 1 se interioriza, micntras que entte los varones toma mas bien la forma de una agresién contra el mundo exterior. La mujer toma sobce sla cangoja, mientras que el hombre se proyecta con fuerza contra el mundo, Valviendo su suffimiento (aquel que esté en la vida) coneea su propia piel, la mujer rechaza también el modelo de seduecién que la ahoga y que hace de su apariencia el eiterio principal de evaluacion de lo que ella es, mientras que el hombre «s juegado mds bien por sus obras. Ella dice precisamente que esti siempre a flor de piel, ¥ que a veces esté harta y entonces la lacera con gestos de rabia, buscando despojarse de una identidad feme- sina que lleva en la piel, pero que no soporta (Le Breton, 20125 2o11), se investimiento distinco de la piel en el hombre ola mujer se traduce cambién en e respectivo estatus de sus coraduras. Mientras oe Ja mujer a menudo actéa a solas y con total discrecién, es habitual que el hombre lo haga « la vista de los demés, en wna demostr- cin sin equivocos de su “villdad”. En una situacién en la que ze encuentra en dificultades, pretende mostrar “que los tiene bien puesta" y que no se lo debe jungar en base a apatiencias engafons Siel acto taduce un suftimiento, la incisién es sublimada, magni ficada, desviads hacia una significacién que se supone lo realza. EL hecho de demostrar su coraje y hacerse dao para imponer su esta tus, e& una actitud més bien masculina. Muchas quemaduras de cigatrillos se efectan asi bajo Iz mirada de esos otros Tos que se desea impresionar. Slim, de 17 af, esté en un café con amigos de ‘9 edad que se burlan gentilmente de él. Fl cono de las discusio- res aumenta. Las mesas estin cubiertas de vaso vacios de cerveza ‘Slim, que acumula facasos personales, e sulfura de repence por una palabra de mis. Se saca la remera, toma el cuchillo que tenis, cen el bosilo y ee eaja varias veces el pecho con actitud desaliant, Proclama delante de sus amigos aténits: “los jadi a tadoy". Slim ba ‘proclamado simbélicamente su virilidad, aun cuando la existencia hnasta ahora no le haya precisamente sonreid. En ocasién de un fuerte enfrentamiento con su made, Jerdme muestra que ya no es tn nifo, sino un hombre: “Quize mortrarle a imi madve que no le tenia miedo a nade. Entonces agaré wns teres ye cortt a nivel dela mujces. At como ast, para mostrale gue no 1 tengo miedo a nada y que ver uengre no me hace nada, Ella estaba demasiado furiose, me rit, como de cosrumbre. Tengo que decir que ‘30 me hizo bien. Por una vee me sentia ta seguro de nif mismo. Les ‘mattré que toy capa de poner en prdctca mis amenazat de ruicio y (gue no tay un back com mi padte le dice a tado", En ose context fas heridas deliberadas son una demostraci6n de excelencia viril 0 de esistencia y también una maneea de poner de manifiesto el sufti- rmiento interno que se siente. « ‘Actos de pasaje y no pasajes al acto ii... con nl tested Marsa en co ana imped de espe ——Lrt—“—O—_—O_S— Eilts scaaurar une ontere coherent con el mundo eer —.D—r—~—~—.._CSOisCMC dn shuns sles somtetnienton yl pse pore oe a —rts—S—sSsSOea Bes dear ego dl simien. Ess compe a LLUr—~—~™—O—C—C—CC 7 oe, Fomas parade de comune. bin no a onan pensanicoto consent ltencionade, no por elo deen | ##éés_- Frcs dl angst sutinict, hy pone a i= ‘ec | sf i =s=SsSsesese Senn Ells "pede erent 9 ear orate de a Lr—r—~—~—r—CSS LDLrUr—~—C~—~—O—O—O_O—O—eN sian snd s vce ct mis ll de es pleas dio 0 | nao pnt apres como conjugeten de tuna palabra que se hace cazne y de una carne gue se vuelve lengua je, Dicen pata representar el abismo, para no hundirse en él. Hay cn el psicoandlisis una especie de dualismo que opone con gusto la “buena” pucstaen palabras al "pasa al acto", como una ausencia dle mentalizacién que implica recurrir al cuerpo, como si el sufti- ‘iento tuviera la opcién de Rjarse sobre el cuerpo o en la palabra as escarifcaciones no toma a alternativa del cuerpo por falar la palabra, conjugan uno y ora en la nidad de un suftimiento y una 70 persona. Laadolescente que se corta es eapar de sostener un discur 0 acerca de su acto, lo teoriza. Cuando se lastima no es porque haya enmudecido su palabra, sino acudienda en su relevo, porque la palabra no alcanza. La herida voluntatia absorbe justamente ese resto que las palabras no atrapan, ese més all que las palabras no pueden contener. Imprime el grito en la carne, confiriéndole ast, ‘un eco mis amplio,restableciéndolo evencualmente al eno del lazo social AA Bijar el sutimiento sobre el cuerpo, en un lugar preciso, las cscarifcaciones manifestan Ia inesabiidad de la posicién ante el ‘mundo hasta tanto lleguen las palabras o al paso del tempo se cons- ‘uya uns definicién de sf mismo més propicia; permiten que la cxistenciasiga, transformando al sujeto en protagonista del dolor ue se inflge y no en victima de las oleadas de suftimiento que lo asaltan, La inmensa mayoria de las adolescentes que se cortan estén Iicidas respecto de su préctica, hablan de lla sin que la necesidad del acto tesulte pot ello desactivada, Expresata, la mayorla de las ‘veces, no aleanza a atenuat la penosidad, Lejos de ser un pasa al acto, laescarificaci tiene valor de acto de passe Permite supe- rar poco a poco ls desbordes de suftimiento. Pone un dique a su virulencia y permite asi ganar tempo. El acwo de pasaje posbiita superar latensi6n y volver a ser protagonista de su existencia, Las escarificaciones son intentos de slie de un suftimiento que reduce la impotencia omando una salida de emergenca, Elataque al cuerpo es tna manera de atajar la pardlisie de un pensamiento incapaz de decir o de cambiar la cosss. Atacar u propio cuerpo 3 una forma de marcat un suftimiento, de sacarlo a la super cle, donde se vuelve conttolable,extipéndolo de una incrioridad ‘scurridiza y minada, Excavar la superficie de la piel perme ir & ‘buscar una Hlaga intima para transformarla en llaga fsica. Poner el suftimiento ala vista recurriendo al dolor y ala sangre es una mane- ra de simbolizarlo, Forma de lengusje, pero que, a falta de poder ‘expres el sufrimiento de otra manera, sigue siendo un tito fatima de contrabando (Le Breton, 2012). a Esas pucstas en peligro deliberadas son intentos de forzar el passe pata existr, Chlog, victima de incest, expresa con sutilera ‘cémo esos cortes no solamente permien “superar” es0s episodios de Suftimiento, sino que también producen una especie de saber acerca de la adversidad encontrada: "Creo que uno aprende a comprender y taeptar su dolor. A mi, en exe momento, me servia para eso". Luci, fambién vietima de incest, explica que “er wn poco como si uno ism logreraadiminiirar ou rfrimiento, No es alguien de afuera que tea lastimar, como en el cato del incesto 0 del abuso sexual; ese dolor se lo infige weno misma. Por lo tanto, uno tiene contol sobre el ‘ufimienco padecide, Otras cosas entran en juego, es también, entre comillas, wn mal que bace bien. Es dejar salir un cierto sufrimiento (gue pada ser dicho com palabras y gue agus pasa por un malivate del cuerpo" El ataque al cuerpo es a veces una forma paradéjica de coma nicacin que no esté bajo la égida de una conciencia clara, peto 0 por ello deja de pedir ayuda. “Me cotaba ef braze. No llegaba hasta las vena, sabes. Agarrab as sijeras, era para qe mamd me prestara atencion. Era mis bien un pedido de ayuda dnde yo no necesariamen- te tenia ganas de morit’, dice Heléne, 16 afos, cuyos padres estén divorciados, Vanessa se corta durante sus momentos de depresién, yy se levanta las mangas en el colegio buscando que se reconozean ‘us dificultades,Incluso cuando Is hetida no es intencionadamente ‘xhibida, la joven procura sin saberlo que se Ia descubea, “Cuando To hag, no tengo ganar de gue me vean. Pero creo gue inconsciente- mente, me aseguro de que se wea un poco. Cuando tengo una toalita ena de sangre, no la excondo abajo del tacho de basura. La dejo en le superficie, elt ve. Art que seguramente quiere decir que a pes de todo quiero que me vean” (Anais, 16 af). Puesta en escena de un comportamiento que apela ditectamence al otro con una intencién de comunicacién. Intenta una puesta en contacto, se aboca a buscar una leptimacién, La herida deliberada es a veces un incento de retener al ato, ‘Marina, por ejemplo, se corta cuando su novio no muestra conside- nm raci6n con ella. Si no, dice, no la escucha, Por cierto, les quien la cura. “Por otra parte estoy contenta pargue asi mi novio ve vaa compa decor de mi. Ademis, no me importa, es slo un poco de sangrey no me ‘»y a morir” (Mating, 16 aos) A veces las escarificaciones apuntan a lastimarse para lastimar al oto, tinico medio de aleanzarl, El adolescente enarbola sus heridas ant a vista del padte incestuoso 0 indiference, de la madre demasiado ausente. La cane viva grita un ‘suftimiento que el oto no vels 0 subestimaba. Siem ef contexto de la vida coztiente la herida en general ct secret, se la exhibe claramente en [a instcucin, si para ser ater dido el joven es separado de su familia. La herida es, entonces, una forma de test de la capacidad de aceptarlo del equipo educativo 0 teraptutico, una manera de probar su containing. La verifcacién a veces toma un aspecto repeitivo, buscando saber el joven hasta ddénde puede poner a prueba la paciencia del equipo. Pera los tata- ‘mientos son paralelamente momentos de aferrarse la palabra, una manera de contarse mis que de recurrr a cuerpo que a menudo lleva al joven a rechazar por compleco al médico o al hospital con el fin de ser comado a cargo pot una educadors, un psicélogo, una figura investida como susceptible de escuchar, mejor que otros, la ‘queja (Le Breton, 2011; 2012). L2 misma ldgica se encuentra en las prisiones, En todos los casos, con un gradiente més © menos pronunciado, cl acto permite un pasaje, una teansicién hacia la otra oll, Es un intento de restauracién del vinculo. El pasaje al acto elimina en parce del escenario al sujeto. Pero ése también es en potencia un acto de pasgje si se convierte luego en motivo de comunicacién o de vuelta sobre s{ mismo. De manera mis inmediata, el acto de pase cs un acto deliberado pata superar el ascenso del afecto, Accién sobre sf mismo que funciona como un apoyo para liberatse de Ia anterior pesader; remedio para nafsse de wna seuacin si slida el, acto de pasaje, aunque se repita, es un camino trazado en el cuerpo, pagando su precio, para volver a encontrarsey reunise otra vez con cl vinculo social 2 Las escarificaciones son soluciones de compromiso destinadas en n, un passe dificil de la existen- principio a garancizar una (ransicién, un passe cia, pero pueden fracasar en contener el suftimiento y desembocar ten una escalada, Clemence, que se tré con una amiga de un acan- tilado en enero de 2005, escribia unos dias antes de matarse, sobre su intento de suicidia de dos meses ants: “Al principio ea apenas cn broma, Una ewcill, uma nevaja de afeitar, era algo muy livin, re hat un ben nomena Pe eo pu po para coca od smi pena fenia que ir mds a fond, acercarme mis la muerte, Eo su blog, anes de diciembre, describia lo que detestaba: "Yo, mi vids, cleamino lamentable que toma mi destino” (Le Monde, 29-01-2005), Rspecificidad adolescente En la inmensa mayoria de los cass estas conductas de juego con la muctteo de alteacign del cuerpo no son en absoluto indicios de patologias mentaes o anticipo de un pronéstico desfavorable para CL porvenit. Son més bien intentos de forzar el pasaje para existr “Serta un grave ervor de evaluacién considerar las manifestaciones de le adolesoncia como equivalents a las de la edad adult, porque e0 ro tomartaen cuenta las distorsiones del proceso de desarvola et decir, Te naturaleza y calidad de la experiencia de la angustiaresultanse de la confrontacion com wn cuerpo sexualmente funcional en tanto que ombre o mujer ni de las posiblidades de evetr el proce patoligico (que existe en ee case. En ete campo de la patologia los reigos de un ‘ror de diagnéstco son muy importantes” (Laufec 1989, 223). ‘Los términos empleados paza denominar esas conductas son a menudo estigmatizantes: automutlacién, auto aggesiones, maso- uismo, etc, Incluyen una connotacién peyorativa asociada a ta Jocura, ala enfermedad mental. La violencia de la denominacién y de las acttudes frente a ls escarificaciones 0 a las otras lesiones ‘oluncaiasincrementan el suftimiento de tener que actuar asi para ” seguir viviendo. Mas que las otras conductas de riesgo, las cart: dduras quedan atrapadas en un discurso moralista:zoémo se puede Uegar hasta all? ;Cémo es posible hacersees0? Alli donde después ddeun intento de suicidio un sujeto encuentra compasién y escucha, Ja persona que se cortao la emprende contra su piel encuentra ms bien incomptensién e ira (Favazza, 1987, 14s5.). Ross y McKay lo Aestacan: "evitamoseuidadoramente hablar de los comportamientor de nuestros pacientes en termines patoligicos oem sérmines de defcencia™ (1979, 147). Los ataques al cuerpo no son en absolute automut- laciones como se dice 2 menudo, porque en ningin caso producen dafiositeversibls ala funcionalidad del cuerpo (muestra de psico: sis), sino aleeraciones de la superficie de lapel que dejan alo sumo tuna cicatriz. El cérmino de automutilacién es un abuso de lenguaje aque dramatiza a sieuacién, paralizanda a menudo la accién de trae putas o trabsjadores sociales alos que les cuestasalit de su estupor Laincisién corporal es mucho més perturbadors que las conduc: tas de riesgo de las j6venes generaciones que plantean Ia no despre cable hipdtesis de la muerte, Sin embargo, una persona que se corta cst lejos de poner en peligro su existencia, Pro la herida deliberada es impactante, porque da testimonio de una serie de transgresiones Insoportables para nusstras sociedades, Al cortar la piel se ataca la sacralidad social el cuerpo. La piel ex una muralla que no se puede fanquear sin causar horror. Del mismo modo, es impensable last- ‘marse a consciencia sin que sea evocada la locura, el masoquitma 6 la pervetsdad. Derramar sangre cuando para muchos de nues- twos contempordneos su sola Vista provoca el desmayo o el espanto, es ot prohibicién transgredida, Y, sin embargo, se la derrama en forma deliberada. Aiin ms alli, la cortadua es un juego simbélico con la muerte, en la medida en que imita a la muerte de sel juego con el dolor, la sangre, la mutilacién (Le Breton, 2003). Pera la ransgresin simulténeamente crea potencia. De ahi la efcacia de las escarficaciones para elalvio de ls tensiones internas. 75 Ritos privados para conjurar el sufrimiento Las excatifcaciones son el precio « pagar para no perderse, La gare sarificar para salvar el todo de a existencia Son un fecur tp antropolégico para opanerse a ese sultimiento y preservars, tun remeiio provisoro y eficz contra Tos embates del suftimien- to. Algunos se alegran de dsponer de dl para poder [ranqueat los teances dolorosos tin atentat contra su-vka. “Las heridas som como ltmigas para mi. Cuando las cosas andan mal, puedo velverme hacia ‘llr Teng wna bolsa de vidrios rots cere de mi cama. A veces, cua= do me voy a la cama, agarro un pedaco, que puedo wtilisar 0 no. Exo ‘ne da wna ensacin de seguridad? (en Babiker, Arnold, 1997, 74) Ere sucifcio no implica una voluntad de incercambio interesa- do, en la medida en que et sujeto ignoza lo que busca. La prueba se le mpone a su pesar Las conduetas de riesgo o los ataques al cusepo ro siguen una ldgica de interés, estin en busca de una sigificacion presenta de la que el joven no tiene clara conciencia, Gracia las Transgresiones operadas por el acto, la eficaca simbélica puesta en juego tiene sufciente potencia como para modificar al sujet. “Ala abjecién de que esos comportamientos son privados y no ‘estén validados por los demés, que son anti-rtos, 0 ritos degrada- dos o deaquiciados, es fécil esponder que sélo el protagonist leva [a coneabilidad de su signficacén. Sélo importa el investimiento operado a su respecto. Un rito socialmente valorado no necestit~ trente es propicio para quien lo vive con aburrimieneo o indiferen Gay sie joven no se apropia de él en primera persona, es ineficaz Lo que imporea, eatindose de conductas de riesgo o de aaques al cuerpo, no es la dimensin socal y valorizada del comporcamien~ to, sing la bisqueda expecifica del joven, de Ja cual él no siempre tconoce el objeto, La eficacia simbélica no siempre requiere de la presencia de un grupo o de un tito socialmente claborado, No por bilo deja de ponerse en marcha en solitario cuando el protagonista ‘manipula temibles instancias ancropoldgicas como el doto, I heri~ dla, lasangre. Ademds, e importante pensar simuleancamente en la 76 singularidad de la historia de cada individuo, fa sensacién de que es iinico que sufre semejante desampato y, por otra parte, en la ddimensién eminentemente colectiva de esos comportamientos. Son Jos mismos gesos, lis mismas modalidades de ejecucion, las mismas palabras las queen el mismo momento caracterizn a miles de jove- res através del mundo, La nocién de rito privado permite sostener ten la misma mano la dimensién social y singular de esos actos. “Todo suftimiento atestigua de una detenci6n del movimiento de Ia existencia, pero aun asf hay que seguir viviendo sin perderse del todo, La herida voluntara permite seguic avanzando, pero sobre el y de a vida cn fa muerte apela ala necesidad de liberarse de la ambivalencia, de Zanjae™ la herida del sentido para que advenga la curacién de los recuerdos, es decir, una memoria evecada por la palabra y no por el dolor y la sangre. Atacat al cuerpo es volver a poner en movimiento tl sentido y, por lo tanto, al tiempo en que el individuo vivia como tun muto que le cettaba el horizonte. Si el artaigo en Ia existencia no es apuntalado por un sufciente gusto por vivir, queda cazar furtivamente el sentido, provocar al ‘mundo poniéndose en peligro o en situacién dificil para encontrar por fin los limites faltantesy sobre todo poner 2 prueba la legiti- ‘midad petsonal, Cuando el mundo ya no se oftece bajo los auspi- ios del sentido y la valoraci6n, el individuo dispone de un ltimo recurso yendo por espacios poco frecuentados con riesgo de perecer. ‘Alartojase contra el mundo, al lcerar su piel, busca asegurarse de si mismo; prueba su existenci, su valor personal. La confrontacién con el mundo se impone a tavés de a invencién de ritos intimos de contrabando, Con el sacrificio de una parcea de sen el dolor y la Sangre, intenta salvar lo esencal. Al infigirse un dolor controlado, lucha contra un sufimiento infinitamente més pesado de leva, Salvar al bosque implica sarificar una patte de él Asi se corta por filo de fa navaja, Lo intolerable de la muerte en fa vie To. El ming ulizado en francés -erancher-signfia también “ort” (N. del T) lo sano, Pare seguir viviendo, a veces hay que lastimarse para que ucla menos La nocién de rito de passe, elaborada por la ctnologia a través del extudio de las sociedades tradicionales, debe ser pensada de ‘nuevo en el contexto de las sociedades occidentales. Las conduetas dd riesgo van ala inversa de ese proceso socal, En nuestas socieda~ des, I entrada a la edad de hombre concicrne a un individuo que ‘yacle con sus propias alas, aun cuando la filiaci6n no esté necesria- mente rota. En todo cas, es secundaria en relacin a su importan- cia en as sociedades tradicionales, El acceso a una nueva dimensién Gel gusto por vive, no estéconstruido socialmente como ua serie de tapas que convergen en un citual establecido ante la mirada ‘undnime de la comunided. Ninguna progresin viene a jalonar esas pruebas haciéndolas deseablesy prevsibles. Son solitariasy se impo- fen en un contexto de desvinculacin social, real o vivida como tal Inconscientes de su bisqueda final, abrevan en el suftimiento de ro encontrar signficacion a su existencia. La respuesta aportada ¢s provisoria, a veces insuficiente para afirmar el sentimiento de su valor personal. Las instancas sociales les son hostile ¢ instalan structures de prevencién para ponetles fin; provocan el dolor de los padres (o de los allegados). Ponen en juego el riesgo de muer- te, de heride, de discapacidad, de enfermedad. La metamorfosis de ‘uno mismo crcada por Ia prucba, cuando existe, no es transmisible alos demis y no responde a ninguna memoria colectiva, Ademas, ¢ éxiro dela prucha nunca est garantizado, se lo paga caro. Lejos dese acreditada por la comunidad, la instituci6n des, cuando por casualidad aparece, es estriceamente intima, Sin embargo, aun cuando exé solo al ponerse en peligro, aun cuando nadie sepa de la prucba atravesada, el individuo, a cravés, de las sensaciones experimentadas en contacto con el peligro, al cxcapar de la muerte, descubre en sf mismo recursos inespetados. Se esfuerea por retomar el control de su existencia, Surgen ance nuestros ojae nuevos ritos de pasje, individuales, ampliamente difundidos. Pero ya no encasnan a laescansin socialmentectuali- 78 zada del puaje de a adolescence ala edad de hombre, matcan més bien el acceso a una sigaificacidn. Sil desenlace es favorable, esta aproximacién simbélica o cel a la muerte genera una potencia de tmecamorfose personal que reconstiuye el gusto de vv, al menos por un tempo. Regenera el narcsismo personal, restaura el sentido ye valor de a propia exstenci ila sociedad fracas en su fancién Ancropolégica de expres por qué vale la pena viva, por qué el ser es preferible aa nada. a la embriaguer de peligro o en lo, joven tien avees el sentimiento de volver al mundo. Pero, veces hay que volver a emperar. Los rts no necesariamenteaplacan el sutrimiento, pero lo atenéan, lo contienen cusndo de otto modo reinaia a impotencia, Son slidae, por lo menos provioras, ante angosta senda frete al posible colapso;consruyen una conten- dé ene sentido soca, para no perdese feat al acontecimiento, yen el sentido psiquica, en tanto reconstituyen a envoltura de sentido que rstaura un limite. "Hablae de io individual de passe para as aucras generacones, Iimplicarecutte& una forma clandetina ysoitaria de simboliza- cin dl gusto por vivir. El act es sngul, slo tiene valor para el {que se atreve a, el joven no siempre es Kcido respect del abjeto de su bisqueda, ys sobrevive su estatus socal no cambia en mada Elser mismo del hombre es viralmente eambiado, pro el recur so ordilico puede trminat en un fracso que no taiga el cambio interior anbelado, agravando ain més la sitaacién. Contiene, sin cmbargo, una posible revelacién de ideotidad. Sw mliplicacién cn formas depersascindividuales hace de el un fendmeno socielS- co, Eras son formas de cazafurcva del sentido, rts intimos de onttabando, or lo que hay profesionales que buscan prevnilas, pero favorecen Ia integracin social y el sentimiento de estar acte- dlicado, de haber encontrado por fn la sigifcacin de su existen- cla, El comportamento orddico, en su infnta diversidad, es una respuesea dolorosa als fills cultutales y sociles. Es una especie de timo recurso para el que de todos modos cee no tener nada ‘que perder. En nucstrassociedades, ol rico individal de pasaje ex 9 ‘una réplica doloross a Ia exclusi6n del sentido. Es una manera de ‘escapat por un pelo ala liminalidad ‘Estas pruebas, aun cuando sean peligrosas y doloross, respon: len a esa necesidad interior de aerancarse a sf mismo y renacer en ttta versién, mejor de uno mismo, después de haber mirado real 0 simbélicamente la muerte a fa cara. Se cata de destruir la antigua personalidad, de darse a luz a si mismo en otra forma. El joven es ‘ictima de dudas acerca desu capacidad de escapar de la fnfancia, de hacerse hombre, Tiende con fuerza hacia otra cosa la preocupa cin por acceder ala auronom(a, demostrindose asi mismo y alos dlemés que esta a la aleura, que es digno de confianza y de estima De donde a veces se produce la esclada de pruebas, la multitud de conductas de riesgo, pot ejemplo, o bien su equivalent, ritos de pasaje armados por los grupos de jovenes "Nacero recer ya na aleanzan para tenet un lugar de pleno dere- cho en el interior del lazo social, hay que ganarse el derecho a exis- tit Si nuestrassociedades construyeran la evidencia de la entrada en la vida, ssefalizaran el camino y le dieran una inalidad, si supieran. prodigar las signficaciones propicias para la construccién de uno ‘mismo y el avance en Ia vida, no se enfrencarian a un desatollo tan amplio de los sufrimientos adolescentes 0 de las conductas de riesgo. Cuando el medio social en el que vive no le concede su reco- rhocimiento, el joven lo busca por si mismo, poniéndose en peligro 6 provocando a los demés. Al enfrencase a la muerte, prucba su propio valor, el que no podia ler en los ojos de los dems La puesta a prueba de sf mismo, en ef modo individual, ¢s una de las formas de cristalzacién moderna de la identidad cuando cl joven esté en sultimiento, en suspensién, con la imposibilidad de entrar en la vida, Muchas de esas tomas de riesgo dan por fin la impresién de vivs, por medio del contacto que suscitan con el ‘mundo, ls sensaciones provacadas, el jubilo experimentado, la esti= made si que movilizan, Lejos de ser puramente destructvas, tienen que ver con una prueba de sf mismo, una busqueda a tientas de limites. Cuando han fracasado los otros modos de simbolizacién, 80 par de la muerte, cener éxito en a pruc, ministre a prueba lleima de que reina una garanca sobre su existencia. Esne pruebas son ritosintimos, privados, auto refetenciles, no sabidos, desvin culados de cualquier creencia y que le dan la espalda a una sociedad aque busca preventlas. A veces incluso provocan la sensaciSn de un renacimiento personal, se mudan en formas de auto-inciaciéa (Le Brecon, 2005; 2007) aL 2 Bipuiocrarta Ahmed S., Sacey J. (ed), Thinking shrough she skin, London, Routledge, 2001, ‘Ait El Cadi H,, «Au féminine, en D. Le Breton (€d.), adolescence 4 rigque,Plurel, 2003. Versi6n en espasiol: Hakima Fl Cadi, “En emenino”, en Le Breton, D. (2002) Adolacencia Bajo Rigo, Cuerpo «a cuerpo com el mundo, Montevideo. Tice. Pig. 135-146 AncetP (bajo la diteccin de), Le corps den cer la personne igée erla personne handicapé, Pati, Dunod, 2010. -Phénoménologie dex corps monsruee, Pati PUK 2006. Anzicu D., Le moipeau, Pais, Dunod, 1985, Versi en espaol: Fl Yoopiel, Ea. Biblioteca Nueva, Madsid, 1987. Babiker G., Arnold L., Language of injure. 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