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V - La Evaluación en El Aula y Sus Propósitos
V - La Evaluación en El Aula y Sus Propósitos
Así como los navegantes necesitan saber dónde está el lugar al que arribarán y emplean
brújulas y otros instrumentos para ajustar sus rutas y asegurar su llegada a destino, docentes
y estudiantes necesitan saber cuáles son los objetivos de aprendizaje que persiguen y contar
con información sobre cómo van progresando hacia ellos y cómo ajustar lo que están
haciendo para ir aprendiendo cada vez más. Esta información es provista por la evaluación
que se desarrolla dentro del aula y, por ello, es parte de la vida cotidiana en las escuelas.
Abordaremos aquí la evaluación entendida como: “una oportunidad para que estudiantes
pongan en juego sus saberes, visibilicen sus logros, aprendan a reconocer sus debilidades y
fortalezas”, además de la función “clásica” de aprobar, promover, certificar” (Anijovich y
Cappelletti, 2017, p.4). Desde esta perspectiva, la evaluación ofrece información sobre el
proceso de aprendizaje y no solo sobre el resultado. Esta información resulta valiosa, tanto
para el o la estudiante en función de su propio recorrido, como para el docente en su tarea de
enseñar.
Se trata de evaluar para aprender, situando al estudiantado en el centro del proceso de
aprendizaje, reconociendo la evaluación como una mejora continua, destacando las prácticas de
retroalimentación en tanto motores que contribuyen a dicha mejora.
Esta mirada sobre la evaluación reconoce lo particular, único y diverso de cada
estudiante, favoreciendo el desarrollo de procesos metacognitivos, para que, tal como
plantea Camilloni (2004), aumente su capacidad de pensar y reflexionar acerca de su
aprendizaje. Para que esto se logre es necesario que cada estudiante conozca y comprenda los
objetivos de aprendizaje y que éstos guíen su proceso de reflexión. Con ello se busca
promover la toma de conciencia del estudiantado acerca de su proceso de aprendizaje y
contribuir al desarrollo de su autonomía.
Wiliam (2011) define cinco estrategias clave para que la evaluación sea un puente entre la
enseñanza y el aprendizaje:
• Compartir los propósitos educativos y criterios de logro o metas de aprendizaje.
• Diseñar e implementar actividades que evidencien lo que el estudiantado está aprendiendo.
• Favorecer las interacciones entre pares como fuente de aprendizaje.
• Activar al estudiantado como responsable de su propio proceso de aprendizaje.
• Ofrecer retroalimentaciones formativas que favorezcan avances en los procesos de
aprendizaje.
La retroalimentación formativa
Generar una cultura de retroalimentación formativa es un desafío que tienen hoy las
escuelas. Esto incluye a los distintos actores de una institución educativa: directivos, docentes,
estudiantes y familias. Se trata de instalar modos de ofrecer retroalimentación coherente en
distintos ámbitos y entre quienes conforman una comunidad educativa. De este modo,
podemos considerar LA RETROALIMENTACIÓN EN SU CALIDAD FORMATIVA SI:
Este enfoque nos demanda nuevas estrategias y lineamientos para diversificar las formas
de evaluar en favor de atender a la inclusión y equidad de los/as estudiantes. Su propósito es
muy coherente con lo que buscamos en una Ruta de Aprendizaje ABP: protagonismo y
participación de los/as estudiantes, múltiples oportunidades para reflexionar y mejorar,
comprensión de los instrumentos de evaluación para que les sean útiles.