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El documento presenta tres historias cortas. La primera historia trata sobre un niño llamado Raúl que sus compañeros creían que era flojo, pero resulta que tenía parálisis. La segunda historia es sobre un niño llamado Alastor que pasa todo el día observando por la ventana esperando a su padre. La tercera historia es sobre una chica llamada Estefanía que constantemente se mira en el espejo sin sentirse hermosa.
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Título original
los cuentos prohibidos que nadie te quiere contar.pdf
El documento presenta tres historias cortas. La primera historia trata sobre un niño llamado Raúl que sus compañeros creían que era flojo, pero resulta que tenía parálisis. La segunda historia es sobre un niño llamado Alastor que pasa todo el día observando por la ventana esperando a su padre. La tercera historia es sobre una chica llamada Estefanía que constantemente se mira en el espejo sin sentirse hermosa.
El documento presenta tres historias cortas. La primera historia trata sobre un niño llamado Raúl que sus compañeros creían que era flojo, pero resulta que tenía parálisis. La segunda historia es sobre un niño llamado Alastor que pasa todo el día observando por la ventana esperando a su padre. La tercera historia es sobre una chica llamada Estefanía que constantemente se mira en el espejo sin sentirse hermosa.
¡Qué flojo es Raúl!! Decían los niños de la escuela. Hola soy rebeca, estoy en la escuela “condena”, esa que está en lo alto de la colina, estoy en 3 de primaria, en el grupo “C” el cual siempre ganaba las competencias deportivas de la escuela, éramos los mejores jugando a la pelota, los mejores corredores, incluso los que más alto saltamos, simplemente los mejores, todos los años ganábamos comer pizza que la escuela nos daba, eso hasta que llego Raúl, nunca habíamos visto un niño tan pero tan flojo, al principio todos queríamos ser sus amigos, pero Raúl simplemente no nos hablaba, seguramente era tan flojo como para hablar, Raúl lo único que hacía era mover la mano derecha, era incluso un flojo para escribir, escribía ¡TODO! Chueco, no participaba en clases, sus tareas estaban todas mal hechas y sus proyectos mil veces más, una vez, ni siquiera presento una maqueta que la maestra encargo, enserio que era todo un flojo, por eso todo mi grupo le puso como apodo “Raúl el niño flojo” y bien merecido tenía ese apodo, era tan flojo que siempre tenía la misma expresión, es más Raúl era tan pero tan flojo que la maestra o su mama lo tenían que empujar porque no quería ni caminar. En un mes serían las competencias y teníamos que volver a ganar, como no tenemos cancha, entonces lo hacemos en las de afuera de la escuela, el profe nos puso a practicar y practicar, pero Raúl no hacía nada más que quedarse sentado viendo, todos nos enojamos ya que si Raúl no hacía nada entonces todos perderíamos, el profe fue al baño y nos dejó jugando a la pelota a todos, yo me acerque a Raúl y le empecé a decir “Raúl te tienes que mover, si no lo haces vamos a perder” pero Raúl no dijo nada, solo sostuvo la misma expresión que tiene siempre, “Vamos Raúl levántate a jugar no seas flojo” y el solo movió los dedos de la mano como queriendo decir no, eso me hiso enojar, entonces lo tome y lo levante, pero inmediatamente se cayó y le salió sangre de la nariz, yo me preocupe pero Raúl simplemente no hiso nada, era tan flojo que ni se limpió la sangre, así que supuse que no le dolió y lo volví a sentar, vaya que era un flojo, lo único que hiso fue temblar la mano y ya, yo no me iba a dar por vencida, así que empuje a Raúl a donde todos jugaban, todos le lanzaban la pelota pero el simplemente no hacía nada, a tal punto que el dejaba que las pelotas lo golpearan, todos estábamos furiosos y le gritábamos “¡RAUL ERES UN FLOJO!”, y Raúl no hacía nada, seguía sentado en su silla con ruedas como siempre, en una de esas yo decidí patear un balón que reboto en el pie de Raúl, el balón reboto hacia la portería y metió un gol, todos nos sorprendimos al ver el gol y cuando íbamos a visitarlo, vimos a Raúl correr hacia abajo de la colina, todos lo vimos y estábamos muy asombrados al ver con que velocidad Raúl podía correr, resulto que Raúl siempre fue el mejor jugando a la pelota, el mejor corredor y también, el que mas alto saltaba, ya que cuando llego al final de la colina donde hay una pequeña rampa, Raúl salto muy muy alto, todos nos sorprendimos mucho y nos fuimos a nuestra casa contentos al saber que volveríamos a ganar la competencia, al día siguiente, Raúl no se presentó, todos estábamos extrañados por ello, queríamos verlo ahora que ya no era un flojo, la maestra llego y nos dijo: chicos no sabemos dónde está su compañero Raúl, por favor si saben algo díganlo con la directora, todos estábamos estupefactos, pensábamos que Raúl había llegado a su casa, pero al parecer no, nadie dijo nada porque no sabíamos dónde podría encontrarse, los días pasaron y no volvía Raúl, el día de la competencia tampoco apareció, pero eso sí, todos estábamos tan felices porque ganamos las pizzas de siempre, comimos y jugábamos felices por ganar, nos cansamos mucho así que todos nos fuimos a nuestras casa a jugar, al llegar, vi como siempre a mi papa leyendo un periódico, ese periódico que nunca podré olvidar, un periódico que decía “se encuentra muerto niño con parálisis en el rio negro debajo del monte cerro prieto”.
“El niño de la ventana”
Esa ventana es muy pequeña a comparación de su imaginacion. Alastor tenía 7 años, un niño imperativo y con una imaginación fascinante, amante de leer todos los libros de su escuela y dibujar lo que soñaba, crear historias fantásticas y jugar con sus amigos, solía salir afuera de su casa o al parque, él y sus amigos jugaban a ser héroes de un mundo en el que Alastor era muy feliz, de echo su sonrisa es lo que más lo caracterizaba, una sonrisa que mostraba los dientes imperfectos, típicos de un niño de 7 años. Pero un día Alastor dejo su hiperactiva forma de ser a un lado, arrastro un banco de madera y se sentó frente a la ventana, una que dejaba entrar el sol el cual lo acariciaba suavemente. Él tenía los ojos pegados a la calle, después de un rato sus amigos pasaron - ¿oye Alastor quieres venir a jugar? -, le preguntaron sus amigos entusiasmados con palos de madera que parecían ser espadas, - no gracias, talvez mañana -, entonces los niños se fueron a jugar, Alastor los observaba desde la ventana con la imperfecta sonrisa de siempre, eventualmente se hiso se noche y Alastor seguía viendo la ventana, observaba la luna, las estrellas y ese cielo azul oscuro en el que Alastor se imaginaba volar, un silencio lo cubrió y lo acogió dándole calidez para que no sintiera frio esa noche y susurrando a su oreja – talvez mañana -. Como siempre se hizo de día, y el sol volvió a salir acariciando la cara de Alastor el cual abrió los ojos, su abuela le dio un beso en la frente y le dejo el desayuno frente a su banco, Alastor empezó a comer el huevo y frijoles de todas las mañanas sin despegar el ojo de la calle, las horas pasaron y vino su mejor amiga, - ¿hey Alastor quieres venir a dibujar? -, a lo que Alastor respondió, -talvez mañana-, su amiga entonces se puso a dibujar en la acera de enfrente, y Alastor observaba, observaba esos hermosos colores que tenía y como ella dibujaba a un dirigible, Alastor se imaginó conducir el dirigible comiendo nubes, tocando el sol, haciendo que llueva y miles de cosas más que sueñan los pequeños y cuando menos los espero, se hiso de noche, otra vez veía la luna de queso y las estrellas que imaginaba eran personas las cuales si podían volar, paso un coche por la calle y Alastor se emocionó y salto del banco … por 3 segundos que fue lo que duro pasar el coche, entonces se volvió a sentar y observar esa fría calle al otro lado de la ventana, de nuevo el silencio vino, lo cubrió y le volvió a susurrar al odio – talvez mañana - , y así pasaron los días, cada día una persona venía a invitar a Alastor a salir y él contestaba de la misma manera – talvez mañana – y en la noche el silencio siempre lo cubría, lo calentaba y le susurraba – talvez mañana - , eventualmente la sonrisa de Alastor se murió, la hiperactividad se apagó y lo único vivo de ese niño fue su imaginación. Un día, un señor que siempre pasaba, se acercó a preguntarle –oye pequeño, me eh dado cuenta que siempre te invitan a jugar o pasear y tú los rechazas, ¿estas enfermo o castigado?, o a lo mejor esos niños te hicieron algo – Alastor se quedó callado solo mirando esa calle, - vamos, puedes confiar en mi -entonces Alastor sin despegar la mirada le contesto – no es eso, es que estoy esperando a mi papá, él dijo que vendría por mí para llevarme al parque a jugar con el… y tengo miedo de que yo no este cuando el venga por mí -, en ese momento el señor observo al niño y trato de decir algo, pero no pudo hacerlo, en la imaginación de Alastor, es como si se hubiera quedado sin lengua, en fin, como ya saben se hiso de noche, y Alastor ya sin sonrisa, como siempre observaba esa calle en la que esperaba que su papa llegara, la oscuridad como siempre fue a acogerlo y cuando menos lo espero, Alastor volteo a verla a los ojos, los ojos de Alastor brillaban gracias a las lágrimas petrificadas que querían caer, y entre ellos 2, Alastor dijo una pregunta sentado en su banco, -mama… porque papa no me quiere -, entonces de los ojos de Alastor brotaron cascadas de lágrimas, su mama la oscuridad solo lo abrazaba tratando de hacer que la sonrisa de Alastor pueda revivir, después de un tiempo, la oscuridad se fue a acostar junto con Alastor, abrazándolo dormida mientras Alastor observaba aun por la ventana, entonces Alastor se levantó y fue al techo de su casa observando la noche fría y oscura que cubría al mundo, en ese momento a Alastor le surgieron alas, y salto de su techo volando infinitamente a través del espacio, saludando a las estrellas y comiendo queso de la luna, resbalándose por los anillos de Saturno y si le daba frio se acercaba al sol, se acerba cada vez más y más… y más… Pasaron 2 cosas esa noche, Alastor fue feliz, y la calle que miraba el pinto de color rojo.
“Los mil espejos de Estefanía”
Ella es hermosa y, aun así, la seguimos odiando. Estefanía recién entraba a 3 semestre de bachilleres, era pequeña, con ojos grandes, una sonrisa envidiable y un pelo negro muy hermoso, vaya que Estefanía era hermosa, todos lo veían, pocos lo decían y ella simplemente no lo sentía, todos los días se preocupaba demasiado por verse bien, laceaba su pelo, pintaba sus labios, se ponía rubor y muchas cosas más todo para verse al espejo y pensar “¿Por qué no soy hermosa?”, al llegar a la escuela todos la veían, y ella no se sentía bonita, entonces un día ella pensó “quizá mi pelo es la solución” tomo unas tijeras y su pelo corto un poco más arriba de lo hombros, ella se vio en el espejo y se horrorizo, se dio cuenta de lo horrible que se veía con el pelo corto, pero no podía hacer nada. A la mañana siguiente ella llego y varios se quedaron maravillados ante lo hermoso que su cabello se veía, pero esas miradas, solo desconfianza a Estefanía traían, así que pensó “quizá sea el color la solución”, así que tomo un tinte y su pelo pinto de color rubio, se vio en el espejo y se horrorizo aún más, ante la monstruosidad que ella acababa de crear, pero otra vez, nada podía hacer. A la mañana siguiente, muchos quedaron plasmados, ante lo hermosa que Estefanía se veía, y esta vez las miradas la lastimaron mucho más, Estefanía simplemente se sentía demasiado mal, así que ella volvió a pensar “quizá sea mi estatura la solución”, llego a la casa y empezó a usar tacón, en zapatos, en tenis y asta en sandalias, nada practico veía yo, pero se sentía alta, así que al espejo se vio y nada cambio, seguía siendo horrorosa, así que volvió a pensar “quizá sea el maquillaje” y lo cambio, “quizá sea mi vestimenta” y la cambio, “quizá sean mis uñas” y las cambio y cambio y cambio y cambio, hasta que al día siguiente al llegar a la escuela, no quedaba nada de la antigua Estefanía, ya no era pequeña, ya no usaba ese labial rojo, ya no tenía el pelo negro largo, no, nada de Estefanía sobrevivió y todos en la escuela quedaron atónitos ante la magnificencia de Estefanía, la chica más hermosa de la escuela, era imposible no mirarla y naturalmente… Estefanía más que nunca se odio, llorando fue corriendo a los sucios baños de la escuela, donde se vio al espejo, se sentía una absoluta abominación, su maquillaje corrido, su pelo despeinado, sus uñas rotas, sus zapatos destrozados, ella era la persona más horrible del planeta, así que pensó ante el espejo “quizás yo sea la solución” y Estefanía nunca volvió a ser la misma, se transformó en algo que todos nosotros debíamos de amar, nuestro reflejo en el espejo, tal fue la decepción de ella al ver como ahí personas hermosas que se odian a sí mismas, pero ya no podía hacer nada, solo podía observar a los demás, esperando que algún día se amen a sí mismos, para ella sentirse hermosa.
“la obra macabra”
Aquí es donde los ángeles caen. Son las 1:53, domingo 29 de enero, la señorita “Septrois” está en el interrogatorio, sentada, golpeando el suelo de una manera repetida como si contara cada pisada, uno, dos, tres, uno, dos, tres y la siguiente pisada es más grande. Entré al interrogatorio; casi de inmediato, la señorita me saludó con una mirada sutilmente más amarga que el café que tenía en la mano; no me dejé atormentar por ello, al contrario, supe fielmente con quien me enfrentaba. -Soy el detective “Antonie” y soy el encargado de su caso. Dije mientras dejaba a un lado mi vieja pipa y mi café para abrir el expediente del caso, uno de los más misteriosos que he visto. –cuatro muertos, oficial, no sabe cómo lo lamento- me respondió con una máscara de arrepentimiento que ocultaba algo que era mi deber descubrir. Las víctimas del asesino no eran al azar: todos actores de teatro de la misma obra, uno de ellos, el ex esposo de la señorita “Septrois”. –oficial, ¿podríamos terminar esto rápido? debo recoger a mis hijos a las 3. Me dijo interrumpiendo mis pensamientos, rápidamente me dispuse a empezar el interrogatorio. –bien, señorita Septrois, según veo usted era una de las participantes de la obra que se presentaría este miércoles, ¿no es así? - le pregunté -así es, es una lástima que...- me respondió –y según veo, usted pertenecía a la compañía de su ex esposo. –sí, él era... –y también tuvo 3 hijos con él los cuales… –los cuales tendré que recoger sino me deja seguir hablando detective. En cuanto me interrumpió pude ver una grieta en esa máscara, una grieta que en letras pequeñas dice, obsesión. –según veo, usted es una persona rica, y varios testimonios me dicen lleva una gran vida, ¿cuánto tiempo lleva haciendo teatro?, -no veo porque pregunta eso, pero si de algo sirve, llevo desde los 7, cuando hice mi primer papel en una pequeña compañía, a los 13 fue cuando empecé a volverme reconocida, -ya veo y su fortuna?, -lo veo impertinente señor, pero si también sirve de algo… fue en las Vegas, gané el premio mayor en una de esas máquinas de ruleta con frutas, un 16 de julio, necesita el año?, -no es pertinente gracias, ahora… ¿hace cuánto se divorció de su ex esposo? –llevamos desde junio separados, no congeniábamos bien, hace 3 meses consiguió a su nueva esposa, una cualquiera sacada de cualquier país que usted pueda llamar tercer nudista. –¿no quiso decir “mundista”? –no, yo nunca cometo errores, los actores no se lo pueden permitir. Nudista porque siempre tenía que mostrar más de la cuenta para ser aceptada en un papel, es tan desagradable, me alegra que está muerta. En este punto de la conversación puedo ver odio a la esposa, un odio espeso y de color obscuro que cae lentamente por la grieta de su máscara, sé que ustedes observan lo mismo que yo, la señorita parece tener una fascinación por el número 3, y lo puedo ver desde las pisadas que hace constantemente, que continúan con el mismo patrón, uno, dos, tres, uno, dos, tres y luego da una más fuerte. Es lamentable no poder desarrollar ese patrón de 3 con los 4 muertos, mientras pensaba, vi de reojo como la señorita miraba constantemente el reloj, ya eran las 2:17, a este paso ella quedaría libre y esa pequeña grieta no dejaría ver más allá de ese obscuro líquido de odio, después de un tiempo pensando, vi el archivo en el cual señalaba como murieron cada una de las 4 personas; todos tenían el mismo patrón, la esposa del ex esposo de la señorita Septrois murió a las 3 de la tarde, siete apuñaladas en la espalda fueron las causantes de que su corazón se detuviera, el señor “Vicente” era el protagonista de la obra, murió cuando cayó 7 pisos, luego de estas 2 muertes, la 3a fue la principal causa del porqué se le acusa tanto a la señorita Septrois de ser la asesina, el ex esposo, murió de 7 balas que creaban un corazón en su cuerpo y la 4ª persona es irreconocible, totalmente quemada, el forense dijo que murió de combustión espontánea, según los informes murió a las 3:57 de la madrugada. Al analizar las muertes, todas tienen el mismo patrón, siempre hay un número 7 involucrado en cada una de ellas. –detective, casi tengo que irme, agradecería si pudiéramos terminar esto, mis 3 hijos me esperan. Por cada 3 pasos que ella daba, la grieta de su máscara se cerraba, cada que me acercaba a terminar este rompecabezas, una fuerza lo desarmaba destruyendo todo mi progreso. Daba vueltas a los expedientes, a las imágenes y a cada uno de los números, 7 puñaladas, 7 balas, 7 pisos y eran las 3:57, es natural que algo faltaba, así que tenía que seguir excavando esa grieta en su máscara. –puedo preguntar en dónde se encontraba el día que murió la esposa de su ex esposo? –estaba en mi camerino, ensayando, el teatro suele estar solo a las 3 de la tarde, es mi momento favorito para practicar el trazo, suelo repasarlo unas 3 veces con mi diálogo, luego practiqué 3 veces mi maquillaje. Parecía que cada palabra que me decía cerraban esa grieta dejándome sin ver la luz, este era un acertijo que no podía resolver, su obsesión al tres era un grito en mi oreja, uno que no me dejaba concentrarme, 3 ensayos, 3 trazos, 3 hijos los cuales recoge a las… a las 3 de la tarde, en ese momento vi como la grieta se abría lentamente, dejando ver lo que todo detective busca, la mentira. –puedo preguntar por sus niños señorita? –que tienen que ver en todo esto? – no lo sé usted dígame. En ese momento vi como esa amargura de sus ojos se volvió en un destello de luz, tenía que seguir esa luz a como diera lugar. –son niños listos, querían mucho a su padre, dos gemelos de 3 años y uno de 7 años, quieren ser actores como su padre y su madre. Escuchar ese siete fue música para mis oídos, esa grieta empezaba a abrirse más y más, y al fin tengo luz para resolver este rompecabezas. –¿entonces dejo solos a sus niños? –¿Por qué lo dice?, -porque según dijo, usted recoge a sus niños a las 3, pero ese mismo día que la esposa murió, usted estaba ensayando en el teatro –todo tiene una explicación detective, ese día tuve que hacer algo importante así que le pague a una guardería para cuidarlos ese día. –¿y que era esa cosa tan importante? –cosas de teatro, un ritual que suelo hacer para que me vaya bien en mis obras –y cuantas veces suele hacerlo? –una sola vez, solo una. Me contesto con una sonrisa agridulce y una mirada retadora, sabia lo confundido que, en efecto, estaba, por primera no hay un 3 involucrado con ella, estoy llegando tan lejos y no puedo arriesgarme a perder mi progreso, tenía que pensar, analice todas las variantes, no podía dejar que ella se saliera con la suya, pero esos malditos pisotones que daba no dejaban concentrarme, la grieta se cerraba, la luz se iba, mi progreso desaparecía, y ese pisar solo destruía mis pensamientos, solo podía pensar en ese, uno, dos, tres, uno, dos tres y luego… luego un pisotón más fuerte. –bien detective gracias por nada, ya son las 2:30 tengo que irme. La señorita fue por ese pasillo, y yo me quede en ese silencio, un silencio que para algunos es tan terrorífico, pero para mí, ese silencio me acogió, me envolvió y me mostro la solución a este acertijo, incluso en sus mentiras, ella no puede evitar su naturaleza, 3 veces ensayo, 3 veces practico y 1 ves hiso el ritual, un, dos, tres, un, dos tres, siete… a los 7 hiso su primera obra, su esposo lleva desde junio separado, es decir hace 7 meses, gano su fortuna en una ruleta de frutas, para ganar el premio mayor necesita los números 7 tres veces, tres… tres hijos, salen a las 3, hace 3 meses su ex esposo consiguió a su nueva esposa, ella murió a las 3 de la tarde con 7 apuñaladas y el 4 muerto murió a las 3:57, a 3 minutos de las 4, ella sigue a su naturaleza, siempre hay un 3 o un 7 eso solo significaba que… ella aún no termina. En cuanto terminé el rompecabezas salí disparado a arrestarla, está claro que matara a 3 más, quienes era la pregunta, mientras subía a la patrulla mi cerebro unía todo, buscando cuál sería su siguiente movimiento, en eso recordé a sus hijos, es claro que iría por ellos, conducía a toda velocidad a su casa y la sorpresa fue… que ella ya estaba ahí, vivía en un apartamento viejo, subí 3 pisos para llegar a su hogar, la puerta estaba abierta, no se escuchaba absolutamente nada, camine por ese viejo apartamento hasta llegar a la sala, esa sala donde lo grotesco y criminal, se volvió arte, los niños gemelos se encontraban tendidos en el suelo, muertos, abrazados, sus cuerpos brillan y se vuelven lágrimas, lágrimas de una madre que lo perdió todo, me di cuenta que faltaba 1 niño, pero tal parece que ese niño ya había muerto, ese niño era el cuerpo irreconocible consumido por el fuego, mi rompecabezas ya estaba completo excepto por 1 pieza, una pieza que no quería encontrar, pero que llego a mi sin pedirla, la séptima muerte, frente a la sala había un balcón, en ese balcón, una dama se envolvió en su arte, su cuerpo se volvieron mariposas, su alma floto en el aire hasta perderse en el cielo azul, sus ojos amargos se volvieron luces y su última actuación fue espectacular, esa dama que se hiso arte en el viento no fue más que la señorita Septrois, ella fue la última muerte y mi rompecabezas se completó, dejando ver una imagen tan cruel y artística como solo la señorita Septrois sabía hacer, siete muertes, una amante, un infiel, un artista, tres niños y un dama corrompida por este mundo cambiante.
“El hombre de los labios rojos”
Si me pidiera mi cuerpo, yo se lo daría sin dudarlo. Está claro que dios no toma en cuenta nuestras plegarias antes de nacer, él lo confirmo, no saben lo mucho que yo lo admiro, cualquiera diría que es un hombre con labios rojos, yo digo que es un pensamiento de alguien ausente. Él tiene una expresión triste en su rostro, como si alguien le hubiera robado todos sus sentimientos, tiene un pelo corto y unos ojos tan profundos que si los veo me pierdo en ese obscuro abismo, porta una piel blanca y suave, su anatomía para mi es la más fascinante, no hay cosa de él que no ame, en especial, esos labios rojos. Yo siempre intento hacerlo sentir mejor, me encanta hacerle ver lo lindo que es, me encanta contarle lo hermoso que la noche combina con él, amo ver su risa, que solo me muestra unos instantes, amo ver como el verde combina con él, amo leer sus escritos que me dejan en una abismal catarsis, simplemente me encantaría poder hacerlo feliz… pero nunca lo lograba, talvez las personas nacemos con una naturaleza marcada desde que nacemos y el de él no era otro más que la tristeza, así le hiciera sentir mejor mil veces y le limpiara las lágrimas otras mil más, el siempre caería al mismo abismo profundo de sus ojos, talvez fueron sus padres, sus familiares, sus amigos, su entorno, su destino… odio tanto verlo caer, es como si viera como el mismísimo coloso de rodas se derrumbara ante mis ojos, no por una invasión, no porque lo mandaran a destruir, no… el coloso se cae porque simplemente no tiene la fuerza para sostenerse a sí mismo, y yo no importa que tantas reparaciones haga, el coloso nació para caerse… y lo hizo, pero cayo de la manera más hermosa posible, sin dolor y con una expresión de liberación y no de tristeza, cayo con una sonrisa hermosa que pude ver más de unos simples segundos, cayo portando la ropa verde que tanto amo verle, cayo… el simplemente cayo… no es justo, el merecía ser feliz, pero dios es cruel y no escucha nuestras plegarias, por lo menos, amo verle ahí en el suelo, amo ver a Natalia, el chico que su único pecado fue nacer en el cuerpo de una chica.