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Atenea y Aracné. Diana Martin Herrero.
Atenea y Aracné. Diana Martin Herrero.
La imagen de las Diosas vinculadas con el arte de tejer es recurrente en todas las
mitologías universales. En el caso de Grecia las tres grandes Diosas encargadas de
hilar, tramar y marcar el destino, la vida y la muerte de la Humanidad son tres
hermanas tejedoras, las Moiras, con su triple poder.
Atenea está vinculada por un lado a la importancia del tejido como actividad
femenina. Toda joven que se prepara (para casarse) necesita, entre otras cosas, ser
hábil en el hilado y en el telar. Asociada a esta práctica doméstica viene aparejada
la oportunidad de demostrar maestría, habilidad, imaginación y sentido de la
belleza, convirtiéndose en una actividad con una dimensión creativa y estética que
es muy del agrado de esta Diosa.
El momento más emotivo es el del ofrecimiento del manto a Atenea, que recuerda
ritos paralelos destinados a honrar a María en el catolicismo, poniendo a los pies de
la Diosa el fruto de un año entero de trabajo con un resultado bello, artístico y
amoroso.
Atenea fue una Diosa sinceramente amada por los atenienses y todo es poco para
honrarla y mostrar el agradecimiento.
Aracne era una joven lidia, de familia de hábiles artesanos. Su padre era un tintorero
famoso y ella era afamada por su habilidad fuera de lo común como tejedora. La
propia Atenea había inspirado en Aracne este arte. Pero la joven, al comprobar su
fama y envanecida por los elogios, decidió lanzar un reto a la propia Diosa.
La Diosa tejió una hermosa trama, recamada de nobles hilos, en la que representó a
todos los Dioses en su esplendor, bellos y grandiosos y desplegando sus dones de
poder, sabiduría y creatividad.
Aracne, por su parte, realizó una tela ornada de hiedra y flores muy delicadas y en el
centro representó a los Dioses en actitudes vergonzosas, poniendo de relieve los
aspectos menos agraciados de su carácter y haciendo mofa especialmente de Zeus
y su exagerada inclinación por la conquista de bellas mujeres mortales.
Esta fue la gota que colmó el vaso de la cólera de la Diosa. Considerando la actitud
de Aracne no sólo un insulto hacia ella misma, sino hacia toda la estirpe divina,
derribó el telar de un manotazo y avanzó hacia la tejedora.
Esta huyó asustada y tal fue su desesperación que se colgó de un hilo.
Atenea, que con su inteligencia práctica, nunca dejó de apreciar el innegable arte
de la joven, sintió lástima por ella y le salvó la vida.
Es importante saber quien somos y el papel que nos corresponde, de otro modo es
difícil ofrecer algo que sea realmente bueno para todos en la trama de un grupo.
Por otra parte, a veces, empoderados, nos sentimos dueños, señores y creadores de
lo que hacemos. Y eso es así, pero es importante recordar que si no somos la
primera y directa fuente de nuestro arte, el agradecimiento a los maestros nos hace
humildes y lejos de empequeñecernos nos refuerza.
Aracne se dedicó a la crítica y al desprecio, sin una palabra amable para nadie. En
lugar de ensalzar las virtudes de la Humanidad, criticó los defectos de los Dioses.
Si quieres hacer algo bello y constructivo, hazlo siempre en positivo, no ocultes los
errores de otros, pero tampoco los expongas, ofrece siempre alternativas útiles.