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LA HORA DE JESÚS

El ejercicio de la hora santa tiene su origen en la


oración de Jesús en Getsemaní. En aquella ocasión,
cuando su alma santísima estaba llena de tristeza y
angustia, pidió a los suyos que velaran una hora con él,
pero ellos dormían... (cf. Mt 26,36-46).
Hoy día, la ingratitud de la humanidad con Dios a
través de su pecado, sigue traspasando el manso y
humilde Corazón de Cristo, hasta hacerle confesar: La
afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero
compasión, y no la hay; , y no lo encuentro
8). El mismo autor sagrado, con palabras
fortísimas, llega a decir que cada vez que ofendemos al
Señor, lo volvemos de nuevo a crucificar... (cf. Hb 6,4-6).
En el siglo XVII, el Sagrado Corazón de Jesús se
reveló privadamente a santa Margarita María de
Alacoque, religiosa salesa, para pedirle la práctica
asidua de la hora santa: Haz reparación por la ingratitud
de los hombres. Dedica una hora a la oración para aplacar la
divina justicia, para implorar misericordia por los pecadores,
para honrarme, para consolarme en mi amargo sufrimiento
cuando me vi abandonado por mis apóstoles, al no velar una
hora conmigo; y también para quejarse de forma
amorosa: He aguí el Corazón que tanto ha amado a los
hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no
recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en
este sacramento de amor.
¿Nos dejarán estas palabras indiferentes, o más
bien, nos moverán con celo a poner amor donde no lo
hay, a amar de veras al Amor que no es amado..?
2 Hora santa

INTRODUCCIÓN

Querido(a) hermano(a), seas quien seas, la hora santa que tienes


entre tus manos, quiere ser un impulso y una ayuda para tu
aprendizaje y crecimiento en tu relación de amistad con el Señor, a
través de la oración. En ella encontrarás oraciones vocales, tendrás
momentos para reflexionar personalmente, para pedir perdón, para
dar gracias, para orar con el afecto del corazón, para interceder por los
demás, para demandar lo que necesites,...
Pero escucha: aunque tú y yo tengamos la convicción de que la
oración es importantísima, en y para nuestra vida personal, sin embargo,
aunque recemos oraciones vocales muy a inenudo, podemos pasar días,
semanas, meses o incluso años, sin que estemos con Cristo en la oración.
Esto se debe, a que las convicciones no tienen fuerza vital para mover
nuestras vidas -no son el principio y fundamento de nuestra existencia
cristiana—, por muy arraigadas y firmes que éstas sean. En cambio, sólo
mueve y sala la vida -dándole sentido-, lo que ha pasado por el corazón
dejando su huella, esto es, el conocimiento por experiencia personal de fe
del amor de Cristo que se ha entregado a la muerte por nosotros (cf. Gál
2,20). En este sentido, la oración es un medio excelente para el encuentro
personal con Dios y para conocerlo, cuánto más si uno(a) se encuentra
delante de un sagrario o una custodia, donde está Jesús Sacramentado.
La Palabra de Dios enseña en multitud de ocasiones la
importancia y la influencia de la oración en la vida del creyente, que
tiene fuerza para obrar cambios radicales. Un ejemplo muy
llamativo es el caso del joven Jacob que suplantó a su hermano
Esaú para conseguir la bendición de su padre Isaac. La oración le
cambió la vida, o, si se quiere, él cambió de vida por la oración.
Vale la pena que leamos este relato: Todavía de noche se levantó
Jacob, tomó a las dos mujeres, las dos criadas y los once hijos, y cruzó el
vado de Taboc. Después de tomarlos y hacerles pasar el torrente, hizo
pasar cuanto poseía. T Jacob se quedó solo. Un hombre luchó con él hasta
la aurora. T viendo que no podía a Jacob, le tocó la articulación del
muslo y se la dejó tiesa mientras peleaba con él. El hombre le dijo:
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«Suéltame, que llega la aurora». Jacob respondió: «No te soltaré hasta


que me bendigas». El le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Contestó:
«Jacob». Ee replicó: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has
luchado con Dios y con los hombres, y has vencido». Jacob, a su vez,
preguntó: «Dime tu nombre». Respondió: «¿Por qué me preguntas mi
nombre?». Y le bendijo. Jacob llamó aquel lugar Penuel, pues se dijo:
«He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo» (Gén 32,23-31). La
oración pues, es como un tiempo de lucha entre Dios y su criatura; a
través de ella podemos vencerle, ganar su Corazón para lo que
necesitamos y le demandamos. Esto queda confirmado por la
palabra de Dios a los israelitas desterrados en Babilonia: Sé muy
bien lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción,
daros un porvenir y una esperanza. Me invocaréis e iréis a suplicarme, y
yo os escucharé. Me buscaréis y me encontraréis, si me buscáis de todo
corazón. Me dejaré encontrar, y cambiaré vuestra suerte (Jer 29,11-14).
En el nuevo Testamento encontramos numerosos testimonios
sobre la oración. San Pablo nos exhorta a ser constantes y asiduos en
ella (cf. lTes 5,17; Rom 12,12; Col 4,2; Flp 4,6-7; Rom 1,9; Ef 1,16);
San Pedro nos invita a ser sensatos y sobrios a la hora de orar (cf. 1P
4,7). Sin embargo, en el Nuevo Testamento el modelo perfecto de oración
se encuentra en la oración filial de Jesús. Hecha con frecuencia en la
soledad, en lo secreto, la oración de Jesús entraña una adhesión amorosa a
la voluntad del Padre hasta la cruz y una absoluta confianza en ser
escuchada (Catecismo Iglesia Católica n. 262O).
El mismo Jesucristo priorizaba siempre con su ejemplo el trato
con el Padre, y así lo enseñaba a sus discípulos, que es necesario orar
siempre, sin desfallecer (cf. Le 18,1). De noche, por la mañana, de
madrugada, a pesar de que tenía muchísimas ocupaciones -seguro
que más que nosotros-, siempre buscaba un sitio tranquilo y un
tiempo de silencio prolongado para ir él solo a orar. Así lo refieren
los evangelistas: Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a
oírlo y a que los curara de sus enfermedades. El, por su parte, solía retirarse
a despoblado y se entregaba a la oración (Le 5,15-16); Se levantó de
madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar
solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca
4 Hora santa

(Me 1,35-36). Los apóstoles sabían donde encontrarlo, también


nosotros lo sabemos hoy.
La oración era para Jesús un hábito. El tenía tiempo para
rezar todos los días porque decidía tenerlo, como cuando después de
la multiplicación de los panes y los peces apremió a sus discípulos a que
subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía
a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para
orar (cf. Mt 14,22-23; Me 6,45-46).
En los momentos muy importantes también ora, como cuando tuvo
que elegir a las doce columnas de su Iglesia incipiente: Salió al monte a
orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus
discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles (Le
6,12-13). Cada uno de ellos —también nosotros-, hemos sido concebidos
como fruto de una larga noche de oración, donde el Padre le ha ido
diciendo a Cristo nuestros nombres: Padre, este es mi deseo: que los que me
has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste,
porque me amabas, antes de lafundación del mundo (Jn 17,24).
En los momentos dolorosos tampoco dejaba la oración, sino que
rezaba todavía más, y con más insistencia. La oración de Getsemaní lo
ayuda a prepararse para su hora, y así, cuando su alma está triste
hasta la muerte y siente mucha angustia, es constante en su oración al
Padre; repite las mismas palabras: Padre mío... —a veces sólo se puede
rezar a base de jaculatorias o frases cortas—; pide que se cumpla la
voluntad de su Padre y no la suya -la oración se hace para buscar la
voluntad divina-; les dice a los suyos que recen para no caer en la
tentación —la oración fortalece el alma y discierne los espíritus-; el
Padre le mandó un ángel para que lo consolara —en la oración
hallamos el consuelo de Dios-... (cf. Mt 26,36-46). En otro
momento delicado, cuando en ocasiones apetece estar sin gente, ora
a solas, como cuando al enterarse de que habían decapitado a Juan el
Bautista, se marchó en barca, a solas, a un lugar desierto (cf. Mt 14,13).
Por último, la oración es un arte, y no se aprende a rezar sino
rezando con la ayuda de un maestro. Jesús es el Maestro de oración por
excelencia: En su enseñanza, Jesús instruye a sus discípulos para que oren con
de adoración y reparación 5

un corazón purificado, unafe viva y perseverante, una audaciafilial. Les insta


a la vigilancia y les invita a presentar sus peticiones a Dios en su nombre. El
mismo escucha las plegarias que se le dirigen (Catecismo Iglesia Católica
n. 2621). La misma santa Teresa de Jesús, gran maestra de oración y
vida espiritual, nos invita a todos —así lo hizo ella-, a acercarnos al
Señor para aprender de él cómo hay que rezar: Juntaos cabe este Maestro
muy determinadas a aprender lo que os enseña (Camino de perfección
26,10); el Señor enseña a quien se deja enseñar por él en la oración (ib., 6,3);
no os pido más que le miréis (ib., 26,3).
Todos los santos han exaltado el valor y la importancia de la
oración por los frutos que de ella se derivan; he aquí el testimonio de
san Buenaventura: Si quieres sufrir con paciencia las adversidades y
miserias de esta vida, se hombre de oración. Si quieres alcanzar virtud y
fortaleza para vencer las tentaciones del enemigo, se hombre de oración. Si
quieres mortificar tu propia voluntad con todas sus aficiones y apetitos, se
hombre de oración. Si quieres conocer las astucias de Satanás y defenderte
de sus engaños, se hombre de oración. Si quieres vivir alegremente y
caminar con suavidad por el camino de la penitencia y del trabajo, se
hombre de oración. Si quieres expulsar de tu alma las moscas inoportunas
de los vanos pensamientos y cuidados, se hombre de oración. Si la quieres
sustentar con la grosura de la devoción y traerla siempre llena de buenos
pensamientos y deseos, se hombre de oración. Si quieres fortalecer y
confirmar tu corazón en el camino de Dios, se hombre de oración.
Finalmente, si quieres desarraigar de tu alma todos los vicios y plantar en
su lugar las virtudes, se hombre de oración, porque en ella se recibe la unión
y la gracia del Espíritu Santo, la cual enseña todas las cosas. T además de
esto, si quieres subir a las alturas de la contemplación y gozar de los dulces
abrazos del esposo, ejercítate en la oración, porque este es el camino por
donde sube el alma a la contemplación y gusto de las cosas del cielo (Citado
por san Pedro de Alcántara en su Tratado de la oraciónp.Ia c.l).
Oremos, pues, con confianza y humildad al Señor, y digámosle:
Señor, enséñanos a orar (Le 11,1).
6 Hora santa

CONSEJOS DE ORACIÓN
PARA LA HORA SANTA

Según santa Teresa de Jesús, orar es tratar de amistad, estando


muchas veces a solas con quien sabemos nos ama (Vida 8,5); es tener
conversación no menos que con Dios (cf. ¡Moradas 1,6).
En nuestro caso, la HORA SANTA consistirá en permanecer un
tiempo prolongado con Cristo-Amigo para gozar de su familiaridad,
intimidad, conocimiento y amor de amistad. En esos momentos,
nuestra alma, sola y a solas, frecuenta y goza de la compañía de aquel
que le ama hasta el extremo (cf. Jn 13,1). Es un mirar que me mira (cf.
Vida 13,22), un mirar cómo me ama (cf. Me 10,21), un estar con él (cf.
Me 3,14), un escoger la mejor parte (cf. Le 10,42).
Ahora bien, ¿cómo se debe hacer la hora santa?, ¿qué se debe hacer
mientras se está en adoración eucarística? Para contestar estas
preguntas escucharemos los consejos que nos da la misma Teresa.
En ella concurren las tres cosas que tiene que haber en un(a)
maestro(a) cualificado(a) de oración, a saber: experiencia en los
caminos de la oración -los ha recorrido todos-, entendimiento de la
acción de Dios en su alma —se da cuenta de cómo influye la gracia
en cada una de sus potencias y facultades—, y capacidad para
explicar las dos anteriores -lo hace con imágenes y figuras muy
evocativas-: Porque una merced es dar el Señor la merced, y otra es
entender qué merced es y qué gracia; otra es saber decirla y dar a
entender cómo es (Vida 17,5; cf. 12,6; 23,11; 30,4). Estas son
algunas de sus recomendaciones:
A No quieras compaginar vida de oración con vida mundana.
Como dice el Señor: Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a
uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del
segundo (Mt 6,24). Al principio de su vida espiritual, Teresa de Jesús no
puso todo su empeño para entregarse totalmente al trato con el señor:
Parece que quería concertar estos dos contrarios -tan enemigo uno de otro -
como es vida espiritual y contentos, y gustos y pasatiempos sensuales (Vida
7,17); ella quería tener oración, más vivir a su placer (cf. Vida 13,6). Este
de adoración y reparación 7

compartir el corazón entre dos señores, aumentaba la tensión y tirantez


entre su carne y su alma y le hacía sufrir muchísimo hasta el punto de
decir: No sé cómo un mes la pude sufrir, cuanto más tantos años (ib., 8,2). Así
pues, regalo y oración no se compadecen (cf. Camino de perfección 4,2).
A No busques en la oración que te ocurran fenómenos
extraordinarios, sino ser fiel a Jesucristo para crecer en sabiduría
divina, estatura espiritual y gracia divina (cf. Le 2,52). Según nuestra
santa doctora, en la vida de oración hay diversos grados de oración
normales, asequibles a todos con la ayuda de la gracia ordinaria: Io. la
oración vocal-, 2°. la oración mental o meditación-, 3°. la oración afectiva o
de afectos-, y 4o. la oración de simplicidad fin los afectos^ o de simple
mirada. Esta vida de oración está llamada a desenvolverse gradual y
crecientemente-, en tu caso, depende de tu docilidad y fidelidad a la acción
de la gracia, y de la liberalidad de Dios, pues a cada uno(a) se le da la
gracia según la medida del don de Cristo (cf. Ef 4,7).
Un consejo: no quieras subir más pronto de la cuenta de un grado a
otro, pero tampoco te empecines en permanecer fijamente en uno; por el
contrario, se dócil y déjate llevar por el Espíritu Santo, que sopla donde
quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adonde va (cf. Jn 3,8).
Además, por encima de estos grados de oración, hay otros más
sobrenaturales, tales como 5o. la oración de recogimiento infuso-, 6°. la
oración de [simple] quietud-, 7o. la oración de [simple] unión-, 8o. la
oración de unión extática-, y 9o. la oración de unión transformante. Si el
Señor te lleva por estos últimos caminos, busca ayuda y consejo
espiritual y lee sobre ello, sobre todo a santa Teresa, que pasó por
todos estos grados y los describió de forma maravillosa. Para
nuestra santa, la oración es un excelente camino para santificarse.
La siguiente tabla -entresacada de las obras de santa Teresa y del
padre Arintero O.P.— distingue entre lo que entra en el desarrollo normal de
la gracia de Dios y lo que no. Aunque no entiendas muchas de las cosas
que aparecen en la tabla, es bueno que sepas al menos cómo la gracia tiene
un largo recorrido, y sobre todo, para que veas que rezar no es sólo recitar
padrenuestros o avemarias.., o darle al coco, sino mucho más... Todo esto
queda confirmado por la experiencia que han tenido los santos de la acción
de Dios en sus almas por su docilidad y cooperación.
8 Hora santa

LO QUE ENTRA EN EL DESARROLLO Loquenoeniraeneldesarrollo


ORDINARIO DE LA VIDA SOBRENATURAL ORDINARIODELAVIDASOBRENATURAL
Gracias ordinarias Gracias extraordinarias [= Gratis dadas]

[Ordinarias para todos, aunque no para cada uno} [Son extraordinarias para todos]
[Ordinarias para un grado, extraordinarias para otro grado] [Extraordinarias en todos los grados]
[Para el bien del prójimo y la
[Para la propia santificación]
edificación de la Iglesia]
[Más o menos santificantes en relación a su grado de oración] [Para intensificar la vida espiritual]
[Sonfruto del desarrollo normal de la vida de gracia] [Pueden darse sin vida de gracia]
[Pueden ser objeto de mérito] [Afo son objeto de mérito]
[Algunas son hábitos*} [Son transeúntes]
[Requieren una intervención directa
[Predestinación divina como tope personal]
y extraordinaria de Dios]

‘Gracia + Virtudes teologales+ Dones del Espíritu Santo


RCNMEELCASIILID
Ia. Oración vocal.
Primeras [fórmulas vocales}
MORADAS Gracias que enumera san Pablo:
2a. Oradón mental [consuelosy arideces]
Segundas [consideraciones] [distracciones] (lCor 12,4-11)
MORADAS [vida activa]
-Don de la fe (# virtud teologalde lafe).
3a. Oración afectiva. [purificación activa]
-Hablar con sabiduría.
Terceras [abundanóadegfets]
-Hablar con inteligencia o ciencia.
MORADAS 4*. Otaoóndesencfc.
[mirada sencilla] -Don de curar.
-Don de profetizar.
-Discernimiento de espíritus.
TRÁNSITO A LA CONTEMPLACIÓN MÍSTICA -Don de lenguas.
«Comienzan a ser cosas sobrenaturales» (4M 1,1)- -Capacidad de interpretar las lenguas.

El mismo y único Espíritu obra todo


CUAKTASMORADAS
esto, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere (lCor 12,11).
5a. Oración de recogimiento infuso.
[encogimiento interior del alma] [Noche del sentido]
FENÓMENOSDEORDENODGNOSCniVQ
funión y cautividad del entendimiento
[silencio y reposo contemplativo} 444 -Visiones [corporales e imaginarias).
444 -Locuciones [interiores y exteriores).
6a. Oración de [simple] quietud, -Revelaciones.
lunión v cautividad de la voluntad} [purificaciones -Discernimiento de espíritus.
[posesión y gocefruitiva del Bien] pasivas] -Hierognosis.
[Magníficos efectos de esta oración\
: W
Cuando la intensidad de la quietud es máxima Fenómenos de orden afectivo:
- Sueño de las potencias. -Extasis.
-Incendios de amor [simple calor
[riruición + suavidad y deleite] [vida apostólica: interior, ardor intensísimo,
- Embriaguez de amor. vida activa * vida quemadura material).
[manifestación edema del sueño de las potencias] contemplativa]
de adoración y reparación 9

Quntasmoradas

Fenómenos de orden corporal:


7a. Oración de [simple] unión. MartayMam
-Estigmatización.
[Unión y cautividad del entendimiento, cmdanjioitas»
-Lágrimas {sudor de sangre).
voluntad, memoria e imaginación]
-Inedia o ayuno prolongado.
[Vida apostólica >frutos]
[Influencia mística sensible rayana en el éxtasis] -Privación de sueño.
-Agilidad.
[Grandísimo deleite interiory exterior]
W -Bilocación.
[+Magníficos efectos de esta oración] -Levitación.
[Ausencia total de distracciones] W -Sutileza.
-Luminosidad.
[Certeza absoluta de la unión con Dios]
-Perfume sobrenatural.
[Ausencia de cansancio]

Sextasmoradas SÉPIIMASMORADAS |

8a. Oración de unión extática. 9a. Oradón de unión transformante.


[= Oración de unión en grado altísimo] [= Oradón de unión en grado altísimo]
[Unión y cautividad del entendimiento, [Deificación del alma y cuasi total
unión con Dios]
voluntad, memoria, imaginación y
sentidos corporales externos\ [Matrimonio espiritual]

[Continuos éxtasis por la alta unión con Dios] [+++Magníficos fictos de esta oradóñ\

[Desposorio espiritual]

Perdonadme, hermanas, y creed que,


- Persecución de los buenos. llegada a estas grandezas de Dios -digo
[noche del espíritu]
- Grandes ausencias de Dios. a hablar en ellas-, no puede dejar de
- Reprobación de la justicia divina. lastimarme mucho ver lo que perdemos
Grandes Comunicaciones divinas'. par nuestra culpa. Porque, aunque es
verdad que son cosas que las da el Señor
- Palabras sustanciales.
- Ansias y sed de amor. a quien quiere, si quisiésemos a su
- Toques sustanciales. ■=>■=>■=> Majestad como él nos quiere, a todas las
daría. No está deseando otra cosa, sino
- Heridas e ímpetus de amor.
tener a quien dar, que no por eso se
- Raptos y vuelos del espíritu.
disminuyen sus riquezas (6M 4,12).
- Visiones y locuciones.

[y+Ivlagifrosefatosdeestaorc^^
[Gran renovación y transfcrrmadón del alma]

A Decídete -a pesar de las resistencias que puedas encontrar-,


a ser constante en la oración personal con una grande y muy
determinada determinación de no parar hasta llegar al agua, venga lo que
viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se tenga que trabajar,
murmure quien quiera murmurar, llegue a la fuente o no llegue, o se muera
10 Hora santa

en el camino, o no tenga corazón para sufrir las pruebas que hay en él,
aunque se hunda el mundo (Camino de perfección 21,2). Esta
determinada determinación para no tornar atrás, para reservar cada día
un tiempo para la oración y dárselo al Señor con toda determinación de
nunca jamás tornárselo a tomar, es importantísima, pues no nos damos a
Dios con la determinación con que él se da a nosotros (ib., 23,1-2; cf. 16,9);
somos tan caros y tan tardíos en darnos del todo a Dios, somos generosos de
momento y después tan tacaños (Vida 11,1; Camino de perfección 32,8).
A No dejes la oración por nada del mundo, pues irás de mal
en peor: El tiempo que estuve sin ella era mucho más perdida mi vida
(Vida 19,11). Cuando recuerda esta etapa de su vida confiesa que
fue el peligro más peligroso, la mayor tentación que tuvo, y así afirma
categóricamente que la verdadera caída es dejar la oración (cf. Vida
19,10; 7,11; 15, 3). Los períodos de menor fervor en su vida
espiritual estuvieron marcados por un relajamiento en este
ejercicio. Llegará incluso a decir que las almas sin oración son
como los paralíticos, que, aunque tienen manos y pies, no las pueden
mover (cf. lMoradas 1,6). En fin, no puede entender como pueden
dejar la oración los que sirven a Dios, si incluso a los que no sirven a
Dios y le ofenden, les va tan bien, no les hace daño (cf. Vida 8,8).
A La mejor oración es la que más te una y conforme tu voluntad
a la de Dios, y la que más te haga crecer en las virtudes: To no
desearía otra oración sino la que me hiciese crecer las virtudes. ¡Oh!, que ésta es
la verdadera oración y no unos gustos para nuestro gusto no más (Carta al
padre Gracián). Por tanto, la oración más eficaz no será la que haga
sentir a uno(a) mejor, sino la que busque agradar a Dios, aunque ello
conlleve pasarlo mal en la misma. El intento de quien comienza vida de
oración no ha de ser contentarse a si, sino a él (Vida 11,10). En relación a
esto, nos dice lo siguiente: ¿Qué hará aquí el que ve que durante muchos
días no hay más que sequedady disgusto y desazón y tan mala gana para venir
a sacar el agua del pozo? Alegrarse y consolarse £...(] pues Dios ve que sin
pagarle nada tiene tan gran cuidado de lo que le encomendó; y ayúdele a llevar
la cruz £../]; y decídase, aunque le dure toda la vida esta sequedad, a no dejar
a Cristo caer con la cruz (ib., 11,11).
de adoración y reparación 11

A No hagas o prolongues la oración por los gustos y


consuelos, y no dejes de hacerla por las sequedades y
desolaciones: Se ha de tener muy en cuenta, y lo digo porque lo sé por
experiencia, que el alma que comienza a caminar en camino de la oración
mental con determinación y dispuesta a no hacer mucho caso, ni a consolarse
ni desconsolarse mucho porque lefaltan gustos y ternura, o porque se los da el
Señor, tiene andado gran parte del camino; y no tenga miedo de volver atrás,
por más que tropiece, porque ha comenzado el edificio en firme fundamento
(Vida 11,14). Busquemos solamente a Dios en la oración, y todo lo
demás —consolaciones o desolaciones— se nos dará por añadidura para
nuestro bien espiritual (cf. Mt 6,33). El fin de la oración es agradar a
Dios y aprovechar espiritualmente, no sentirme bien en ella: Tiene
gracia que aún estamos con mil apegos e imperfecciones, y las virtudes que
aún no saben andar, porque hace poco que comenzaron a nacer -y quiera
Dios que ya hayan comenzado—, ¿y no tenemos vergüenza de querer gustos en
la oración y de quejarnos de sequedades? Nunca os acaezca, hermanas.
Abrazaos con la cruz que vuestro Esposo llevó sobre sí y entended que ésta ha
de ser vuestra empresa (2Moradas 1,7).
A Haz la oración que más convenga al estado actual de tu
alma, a las inspiraciones divinas y a tus necesidades presentes.
Si estás alegre, da gracias; si estás atribulado, asóciate a Jesús en sus
sufrimientos; si estás fervoroso, ofrécete a Jesús, etc. La oración
adaptada al estado actual del alma es útil y eficaz, dulce y fácil. Puedes
escoger un evangelio que se acomode a tu situación espiritual actual,
una máxima del evangelio, una jaculatoria, etc.
A Cuando reces vocalmente presta atención con quién tratas
y haz con el corazón la plegaria, no menees sólo los labios.
Puesto que el fin de las oraciones vocales es excitar el afecto interior,
el fervor y la devoción, lo más importante no será la palabrería, la
mera recitación mecánica de oraciones, sino la atención y el afecto que
pongas al recitarlas (cf. Mt 6,7-8): Porque, según yo puedo entender, la
puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración, no digo
más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración;
porque la que no advierte con quién habla y lo que pide y quién es quien
pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios;
12 Hora santa

porque aunque algunas veces sí será oración, aunque no se de este cuidado y


advertencia, pero esto sólo es válido cuando se ha tenido este cuidado otras
veces. Mas quien tuviere costumbre de hablar con la majestad de Dios como
hablaría con su esclavo, que no piensa si habla mal, sino que dice lo que le
viene a la boca y lo que se ha aprendido por haberlo dicho muchas veces, no
la tengo por oración, ni quiera Dios que ningún cristiano tenga oración de
esta clase (¡Moradas 1,7). Así pues, no hagas oración de loros.
A Ayúdate de un libro para orar cuando te cueste mucho
elevar el alma al Señor. La misma Teresa cuenta que pasó
muchísimos años haciendo oración mental con la ayuda de un libro:
Yo estuve más de catorce años sin poder hacer ni siquiera meditación, si no lo
hacía apoyándome en la lectura. Habrá muchas personas que les ocurrirá lo
mismo, y otras que, aunque hagan lectura, no podrán meditar, sino sólo rezar
vocalmente, y en esto ocupan más tiempo (Camino de perfección 17,3). A
veces, la abundancia de distracciones, los malos pensamientos, la
aridez interior, al agobio por los problemas personales, los
sufrimientos,... hacen que la lectura meditada sea un buen remedio
para centrar la atención y para obtener materia de meditación.
A No te pases el tiempo de oración sólo leyendo, pero
tampoco pensando. No transformemos el trato personal con el
Señor en simple lectura espiritual; sería preferible antes, limitarse a
rezar vocalmente muy despacio una jaculatoria, un verso de un salmo,
una frase de la Biblia, etc., —lo único que el alma pueda hacer, pero
esforzándose en lo que pueda hasta que Dios disponga otra cosa-
Tampoco olvidemos, que la cosa no está en pensar mucho, sino en amar
mucho (cf. 4Moradas 1,7), pues uno puede reflexionar mucho durante
el tiempo de la oración, y no hacer siquiera un acto de amor al Señor,
o elevarle una plegaria filial. Por tanto, no saca agua de la oración el
que revienta a base de cargar la cabeza o tensionar los ojos, pero
tampoco el que no se molesta en rezar en serio.
A No te ates a la guía de oración, pero tampoco la desprecies.
En los comienzos de la vida de oración ayuda mucho sujetarse a un
método concreto, hasta que uno vaya creciendo y tomando
experiencia en la vida espiritual. A veces se confunde el método de
de adoración y reparación 13

oración con la oración misma. No consagramos el tiempo de oración


a ser fieles al modo de oración, sino al encuentro con Cristo. Por
esto, por encima de todo, es muy importante la libertad de espíritu-, al
que debes seguir siempre es al Espíritu Santo. Por eso, durante el
desarrollo de la oración, no hay por qué llegar hasta el final de la
guía, sino que uno(a) se para allí donde ha hallado el agua que
buscaba; en palabras de santa Teresa: lo que más os despierte a amar,
eso haced (4Moradas 1,7). Así, si en algún momento se apodera de ti
el vivo sentimiento de la presencia de Dios, recíbelo como una gracia de
Dios, y no pases adelante, mientras te haga bien; o, si una
consideración te conmueve, excita en ti piadosos afectos, alimenta con
ellos tu alma, y deja lo que sigue; o, si un acto de amor, de contrición
o de agradecimiento te penetra y satura, no lo abandones para pasar a
otros... lo que más os despierte a amar eso haced.
A No pierdas la calma si el tiempo de oración está envuelto de
adversidades: abundancia de malos pensamientos, distracciones,
incapacidad de reflexionar, falta de afectos, cansancio espiritual, agobios
por los problemas personales, etc. Para Teresa, se puede estar con Dios
con mil revueltas de cuidados y pensamientos de mundo (cf. Vida 8,6). Ella
recomienda no hacer caso de los malos pensamientos (ib., 11,11), y que si no
podemos tener aún un buenpensamiento..., no nos matemos (ib., 22,11;
cf. 2Moradas 1,9); también que no es bien que por los pensamientos nos
turbemos ni se nos dé nada (4Moradas 1,11). A veces, estar con Jesucristo
en la oración es como aquella escena evangélica, donde los apóstoles
gritan a un Jesús dormido en una barca zarandeada por la tempestad y
las olas del mar (cf. Mt 8,23-27). En esos momentos de cruz, él nos
invita: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso
para vuestras almas. (Mt 11,28-29). Como dice san Pedro: Podemos
descargar en él todo nuestro agobio, porque Cristo cuida de nosotros (cf. 1P 5,7).
A Al comienzo del tiempo de oración, ayuda mucho recoger y
apaciguar nuestras facultades dispersas, tales como el
entendimiento, la voluntad, los sentidos externos, etc., para ponerlas
en la presencia de Dios, según las palabras de san Bernardo de
Claraval: Intenciones, pensamientos, afectos, voluntades y todo mi interior,
14 Hora santa

venid, subamos a la montaña, vamos al lugar santo, donde Dios ve y es


visto. Quedaos aquí cuidados, preocupaciones, ansiedades, trabajos, penas e
inquietudes, esperadme aquí. Cuando falta el tiempo de preparación —de
recoger el alma entera-, el tiempo de oración se pierde o se
aprovecha poco; vamos entonces a la oración por rutina, sin pensar
en lo que hacemos, y pasa que en el silencio y la soledad nos damos
cuenta que estamos muy distraídos y disipados, cuando en realidad,
lo estamos todo el día, y en ese momento lo descubrimos.
A Adopta en la oración la actitud corporal que más te ayude. En
las Sagradas Escrituras encontramos multitud de posturas para orar: de
pie (cf. Le 18,11); de rodillas (cf. Mt 2,11); alzando las manos (cf. lTim
2,8); sentados (cf. Le 22,14); levantando los ojos al cielo (cf. Mt 14,19);
bajando la mirada (cf. Le 18,13); golpeándose el pecho (cf. Le 18,13);
inclinando el rostro en tierra (cf. Gén 24,48); postrado en tierra con el rostro
entre las rodillas (cf. lRe 18,42). San Ignacio de Loyola recomienda al
orante que se ponga de rodillas o sentado, según la mayor disposición en que
se halla y más devoción le acompañe, teniendo los ojos cerrados o fijos en un
lugar, sin andar con ellos variando (Ejercicios Espirituales n. 252).
A No acabes la oración con el tiempo de la oración personal. Una cosa
son los momentos de oración y otra, el espíritu de oración, que debe impregnar el
día entero con sus ocupaciones cotidianas. Las jaculatorias ayudan mucho a
mantener el espíritu de oración encendido y despierto; también cuidar las
oraciones de por la mañana y por la noche; la lectura espiritual...
A Lleva tu Biblia siempre a la oración y úsala. Con su lectura
meditada y contemplada, ya no eres espectador(a) de lo que ocurre allí,
sino protagonista con Cristo. San Jerónimo dice que desconocer las
Escrituras es desconocer a Cristo. Según Teresa, todo el daño del mundo
procede de la ignorancia de las verdades de la Escritura, conocida con clara
verdad (Vida 40,1). A ella le encantaban los evangelios, sobre cualquier
lectura: Siempre yo he sido aficionada y me han recogido más las palabras de
los Evangelios que libros muy concertados (Camino de perfección 21,4). Y
así exclamaba: Bendito sea el que nos convida que vamos a beber en su
Evangelio! (ib., 19,8). ¡Lee el evangelio y entra dentro de él!
de adoración y reparación 15

GUÍA PARA LA HORA SANTA

Ea, hombrecillo, deja un instante tus ocupaciones habituales; entra un


instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera de ti las
preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes trabajosas. Dedícate
algún rato a Dios y descansa siguiera un momento en su presencia. Entra en el
aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para
buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de él. Di, pues, alma mía, di
a Dios: Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro. (San Anselmo)

ORACION VOCAL
it
[ORACIÓN MENTAL]

ACTUALIZACIÓN DE LA PRESENCIA DE DIOS

“Realmente efSeñor está en este fugary yo no ío sabía.


Qué terrible es este fugar: no es sino ía casa de Diosy lapuerta defcíelo (tgén 28,16-17)

fli Para orar ante Dios como conviene, es necesaria antes una pequeña
preparación personal de unos minutos -como un ensimismarse o recogerse
interiormente-, de cara a avivar la conciencia y la/e de con quién vamos a tratar y de qué
asunto; también, por las dificultades que el mismo ejercicio de la oración presenta -las
trabas que pone el enemigo-; y sobre todo, por cómo entramos en la oración, la mayoría
de las veces disipados, ya que nuestros sentidos externos -sobre todo la vista y el oído-,
la memoria, la imaginación, el corazón, la razón, la voluntad, se derraman hacia fuera y
corren como locos y distraídos dondequiera los lleva y arrastran la curiosidad, los
problemas personales, las preocupaciones, las ansiedades, los quehaceres, las prisas,
los caprichos, las pasiones, los recuerdos, los pensamientos frívolos, las aficiones
humanas,... De ahí, que tengamos que hacemos fuerza para ponernos en la presencia
de Dios, con todo nuestro cuerpo, alma y corazón.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Recítacfentre vosotros safmos, himnos y cánticos inspiradlos ((Ef 5,19)
16 Hora santa

A continuación ora con la Palabra de Dios -párate donde halles el agua--.

Salmo 138,1-12-1
Dios está en todas partes y lo ve todo

Señor, tú me sondeas y me conoces;


me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

No ha llegado la palabra a mi lengua,


y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.

¿Adonde iré lejos de tu aliento,


adonde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;

si vuelo hasta el margen de la aurora,


si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,


que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]


de adoración y reparación 17

Jesucristo, Dios y hombre verdadero, es el pan vivo bajado del cielo (cf. Jn 6,51).

Yo estoy con vosotros tocios ios días, Hasta eijínaide ios tiempos ('Mt 28,20)

Acto de fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía

Señor mío y Dios mío, Jesucristo. Yo creo firmemente que tú


estás aquí presente, con tu cuerpo, tu sangre, tu alma y tu
divinidad. También creo que me ves, que me escuchas, que
me amas. Te adoro con profunda reverencia, Dios y hombre
verdadero. Concédeme, Señor, sentir hondamente la verdad
de aquellas palabras del salmista, que ahora te repito: Vale
más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el
umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados (Salmo 83).

¿No sabes que eres templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ti? [cf. ICor 3,16).

EÍque me ama guardará mípaiaHra, y mí ‘Padre io amará,


y vendremos a éiy Haremos morada en éijn 14,23)

Comunión espiritual

Jesús mío, te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente


recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi
corazón. Y, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno
todo a ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de ti. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

Invocación al Espíritu Santo


Conjura aiEspíritu, conqúraio, Hijo de HomHre, y di aiEspíritu:
«Ven He (os cuatro vientos, Espíritu,y scqpía soHre este muertopara que viva» (cf. Yz 37, j)

LO Nuestro trato con Dios a través de la oración personal, tiene que ser
una necesidad y la mejor parte del día (cf. Le 10,42). Sin embargo, nosotros
18 Hora santa

mismos no sabemos orar como conviene (cf. Rom 8,26); por ello, es
necesario que nos dirijamos a Jesucristo para pedir en su nombre al Padre la
ayuda del Espíritu Santo, que socorra nuestra debilidad e interceda por nosotros
con gemidos inefables (cf. Jn 16,23; Rom 8,27). La antigua promesa de Dios sigue
estando vigente hoy: Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de
Jerusalén un espíritu de perdón y de oración, y volverán sus ojos hacia mí, al que
traspasaron (Zac 12,10). Si permanecemos en Cristo, y sus palabras permanecen en
nosotros, pediremos lo que deseemos, y se realizará (cf. Jn 15,7).

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para


que vuestra alegría sea completa (Jn 16,24).

Nadie puede decir: «Jesús es Señor!», si no es por e Espíritu Santo (Cor 12,3)

Invocación a Cristo

Abre, Señor, mis labios,


para que bendiga tu santo nombre.

Limpia mi corazón de toda vanidad,


perversidad y otros malos pensamientos extraños.

Ilumina mi entendimiento e inflama mi afecto,


para que digna, atenta y devotamente
pueda unirme a tu oración filial al Padre,
y merezca ser escuchado,
ante la presencia de tu divina Majestad.

Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el


Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré (Jn 16,7).

E(Espíritu acude en ayuda de nuestra dedííidadf


pues no sabemospedir como conviene (Rom 8,26)

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.


Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.
de adoración y reparación 19

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,


tregua en el duro trabajo, gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos;


mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro,
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo;


lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;


por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y daños tu gozo eterno. Amén.

0 bien:

Oh, Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo,


inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar,
lo que debo hacer, para gloria de Dios,
bien de las almas y mi propia santificación.

Espíritu Santo, dame agudeza para entender,


capacidad para retener, método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar;
dame acierto al empezar, dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén.

Os fie destinadopara que vayáisy dfeísfruto, y vuestrofruto permanezca.


(De modo que (o que pidáis ai'Padre en mí nombre os (o dé (jn 15,16)

Oración. Padre Santo, que en el Corazón de tu Hijo, herido


por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de
20 Hora santa

caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro


amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

Ofrecimiento del tiempo de oración


Yo te invocoporque tú me respondes, Dios mió;
inclina eloído y escucha mispalabras (Sal 16)

£Q El apóstol san Pablo nos pide en nombre de Dios -esto es bueno y agradable
a sus ojos-, que hagamos súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias por toda
la humanidad, ya que él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad (cf. 1Tim 2,1-4). Esta plegaria también tiene que ser
orientada de un modo especial a los cristianos, por ser nosotros hermanos
unos de otros: Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu,
velando juntos con constancia, y suplicando por todos los santos (Ef 6,18).
Al igual que podemos ofrecer por una intención particular y/o general la
santa Misa, un sufrimiento, una penitencia, una obra de caridad, etc., también
podemos hacer lo mismo con el tiempo de oración personal: por un [los]
enfermo[s]; por un[los] sacerdote[s]; por un[los] familiares]; por un[los]
difunto [s]; por un [los] moribundo [s]; por las intenciones de alguien; por la
conversión de un[los] pecador[es]; en acción de gracias, en reparación de todos
los pecados o de los míos propios,... Según el Papa Pío XII, es un misterio
verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante, el que la salvación de
muchos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del
Cuerpo místico de Jesucristo, dirigidas a este objeto (Encíclica Mystici Corporis Christí).

A continuación, haz tu intención particular de ofrecimiento:

Señor Jesús, concédeme poder participar


con verdadero amor, atención y piedad
de esta hora de oración junto a ti.
Primero, para adorarte y agradecerte
quien soy y lo que tengo gracias a ti.
Segundo, para pedirte perdón
de mis pecados y los de todos los hombres.
de adoración y reparación 21

Tercero, para suplicarte las gracias que necesito


para mi vida y para este día en concreto.

Te ofrezco en particular este tiempo de oración


por/para... (expresa ahora tu intención).

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

ORACIÓN MENTAL
íí
[ORACIÓN AFECTIVA]

Lectio DIVINA
Pedidy se os dará, buscady encontraréis, damady se os abrirá;
yorque todo eíquepide recibe, quien busca encuentra y aique dama se íe adre (‘Mt 7,7-8)

£Q A veces, cuando Dios no da devoción sensible en la oración, el/la orante


encuentra bastantes dificultades para seguir tratando con él, tales como el
aburrimiento, la impotencia, la aridez, la sequedad, las distracciones, el desaliento, la
agitación interior... Es entonces cuando las facultades del alma -entendimiento y
voluntad- se muestran inhábiles para elaborar aunque sea, una piadosa
consideración o un afecto piadoso durante el tiempo que se está junto al Señor.
En el arte de orar, sin ayuda, es difícil rezar mucho de seguido. Santa
Teresa de Jesús, maestra de oración, que no tenía talento para discurrir con
el entendimiento (cf. Vida 4,7; Camino de perfección 17,3), invita a todas estas
almas incapaces de orar a que hagan oración mental ayudándose de un libro
piadoso que contenga algunas meditaciones o puntos de meditación, para
sacar de ellos algunas consideraciones benignas a modo de alimento para el
alma y de materia para el tiempo de la oración (cf. Vida 4,8). Ella misma
nunca hacía la oración personal sin llevar consigo un libro (cf. Vida 4,9),
aunque el Señor después la llevara por otros caminos.

A continuación puedes meditar el siguiente evangelio, el del día u otro,


según las circunstancias. Más adelante, tienes como ayuda, entresacadas de
este texto, una serie de preguntas para tu reflexión y consideración personal.
22 Hora santa

Del santo Evangelio según san Lucas 15,1-3.11-32


(Busca leyendo y encontrarás meditando; dama orandoy se te abrirá contemjdando.

Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a


escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Ese
acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre,
dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los
bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,
se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo
perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un
hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se
contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus
campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que
comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se
dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan,
mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en
camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo
y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de
tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando
todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y,
echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le
dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad enseguida
la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias
en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y
celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado". Y empezaron a
celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al
volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno
de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: "Ha vuelto
tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha
recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre
salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: "Mira:
en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a
mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis
de adoración y reparación 23

amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido


tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. Él le dijo:
"Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso
celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba
muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Dile a Cristo:
‘Pabia, Señor, que tu síervo(a) escucha (iSam 3, 9)

[COLOQUIO EN SILENCIOSA ORACIÓN]

Escucha al Señor que te dice:


¿Que'quieres que hagaqpor ti? (Le 18,41)

Puntos para la meditación

¡Todo eipaís desoíado, y nadie se detuvo ayensario! (jer 12,11)

CQ No hace falta que leas todos los puntos, los puedes ir considerando en
distintas horas santas. Vuelve si hace falta a leer el evangelio, rumia tal palabra,
tal frase, tal gesto, etc.: El Hijo de Dios comunica a su humanidad su propio modo
personal de existir en la Trinidad. Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo
expresa humanamente las costumbres divinas de la Trinidad (cf. Jn 14, 9-10).

■ Hay muchos cristianos que viven todavía en el Antiguo Testamento,


entendido éste, no sólo como una época de la historia, sino también como un
estilo y concepción de vida. Lo que caracterizaba principalmente a muchos
creyentes del Antiguo Testamento era vivir su condición de hijos con una
mentalidad de siervo, viendo a Dios como un amo al que había que servir y
no como un Padre al que había que conocer y amar con la entrega de la propia
vida en obediencia filial. Según san Juan de la Cruz: Pierde el tiempo quien ahora
quiere tratar con Dios al estilo de la Antigua Ley (Subida 22,8). En este sentido,
hay que decir, que lo más fácil o cómodo es vivir como siervo cumpliendo las
cosas que nos pide Dios, —guardar los mandamientos, asistir a las celebraciones
litúrgicas, rezar de vez en cuando, ayudar a la gente, hacer limosnas y
penitencias, etc—, que como amigo, cuidando y progresando en la relación
personal con Dios mediante un trato de amistad asiduo e íntimo. El mismo
Jesucristo criticó esta forma de concebir la religión: Si vuestra justicia no es
mayor que la de los escribas yfariseos, no entraréis en el reino de los cielos (Mt 5,20);
24 Hora santa

¡Ay de vosotros, fariseos!, que pasáis por alto el derecho y el amor de Dios. Esto es lo
que había que practicar, sin descuidar la justicia [el cumplimiento de las normasJ (Le
11,42); Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me
honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos. Dejáis a un lado el
mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres». T añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición» (Me 7,6-9);
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos;
de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial (Mt 6,1). ¡Cuánto
desconocimiento e ignorancia de la belleza de la vida cristiana y de lo que debe
ser la relación con Dios-Trinidad! Por el contrario, Dios quiere misericordia y no
sacrificio, conocimiento de él, más que holocaustos (cf. Os 6,6); Dios desea que los
verdaderos adoradores lo adoren en espíritu y verdad (cf. Jn 4,23-24); que lo traten
como Abrahán y como Moisés, como sus amigos (cf. Sant 2,23; cf. Ex 33,11). ¡El
mismo Jesucristo nos considera y llama amigos!: Ta no os llamo siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo
lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer (Jn 15,15). Reflexiona: ¿Cómo
tratas a Dios, como Padre o como amo? ¿En qué se nota?
■ A veces, no hay en nosotros identificación y coherencia entre lo que
somos (de Cristo) y como vivimos (del mundo), y puede pasar que hagamos
cosas que agraden a Dios —rezar, ir a Misa, etc.—, pero sin vivir una verdadera
amistad con él; o que, hagamos cosas que Dios quiera, pero sin agradarle por el
modo en que las hacemos -por la intención, por los medios usados, etc - ¡Cuidado
con la hipocresía! (cf Mt 23,1-36). \/l vino nuevo, odres nuevo.!. (Me 2,22). ¿Se da esta
separación fe-vida en tu relación con el Señor? Piensa en qué.
■ En la parábola del hijo pródigo encontramos dos ejemplos de
cómo viven su relación con su padre dos hermanos —también nosotros
somos hijos del Padre y hermanos en la fe— El hijo menor, que vive como
si no fuese hijo, se ha ido de la casa de su padre donde vivía con él, ha
derrochado todos los bienes que su padre le ha dado, y ha acabado viviendo
como un animal, sólo para satisfacer sus deseos carnales- (vv. 12-19); y el
hijo mayor, que siendo hijo y viviendo en casa del padre, se siente y vive
como un jornalero —piensa que su padre tiene que reconocerle su labor y
premiarle- (v.25-30). Piensa, ¿cómo vives ahora, cómo te sientes, como
siervo(a) o como amigo(a) de Dios? ¿Por qué?
■ En el Nuevo Testamento, como en el Antiguo, hay también
mandamientos y normas, pero de otra manera. Lo propio del Nuevo
Testamento es vivir la condición de hijo(a) y la propia vocación con
corazón de hijo(a). El padre misericordioso perdona a su hijo menor y le
de adoración y reparación 25

devuelve el corazón de hijo, que había perdido por su mala vida. Al hijo mayor,
que trata con desprecio a su hermano menor por su mala vida, quiere darle
también un corazón de hijo -lo llama hijo- y de hermano —le dice: este hermano
tuya-, además, quiere hacerle caer en la cuenta que lo más importante es que
siempre estén juntos, compartiéndolo todo {Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo
mío es tuyo). Esta permanencia en el amor de su padre tiene que ser el sentido de
su vida, lo que lo colme desgraciadamente no es así. Reflexiona: ¿Tienes algo del
hermano mayor de la parábola? ¿Tienes corazón de padre con tu prójimo? ¿Has
despreciado alguna vez a algún(a) hermano(a)?

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

ffi Si te ayudan, sírvete de estas preguntas u otras para tu diálogo con el


Señor. No tienes por qué agotarlas todas, pero sí escoge alguna/s de tu
relación con Dios, de tu relación con los demás y de tu relación contigo
mismo. Piensa, párate, escúchalo, háblale con el corazón, guarda silencio,
míralo, deja que su mirada te cale,... La oración no está en pensar sino en amar...

Mi RELACIÓN CON DIOS:

¿Crees que te salvarás con la vida que actualmente llevas?


Si hoy murieses, ¿sería Dios tu Padre o tu Juez? ¿Cuánto hace que no confiesas?
Muchas veces, dices que amas al Señor, pero si lo amas, ¿por qué
lo ofendes con tus pecados? ¿Vives sólo para tu cuerpo?
¿Has pensado cómo Jesucristo, al que t ofendes, te acoge como amigo(a)
y como hermano(a), sin guardarte rencor, pedirte explicaciones,... ?
¿Alguna vez te has alejado física y/o afectivamente del Señor?
¿A quién te pareces más en este momento de tu vida espiritual, al hijo
pródigo o al hijo asalariado de la parábola? ¿En qué te pareces a cada uno?
¿Cómo vives tu relación con Dios, con corazón de hijo(a) o de siervo(a)?
¿En qué se basa tu relación con Dios? ¿Qué es lo más importante?
¿Has tenido momentos de decaimiento en tu fervor espiritual al
alejarte de Dios? ¿Cuál puede haber sido la causa de tal lejanía?
¿Has experimentado el amor de Dios cuando él te ha perdonado?
¿Dedicas algún tiempo para reflexionar cómo es tu relación con
el Señor, cómo vives espiritualmente, en qué debes mejorar?
¿Vives pensando que Dios te debe lo que tú haces por él, o lo haces de
manera desinteresada, sabiendo que eres un(a) siervo(a) inútil que has hecho
lo que tenías que hacer (cf. Le 17,10)?
26 Hora santa

¿Tienes conciencia de haber derrochado en algún momento,


como el hijo menor, tanto bien y tanto bueno que Dios te ha dado?
¿Vives tu relación con Dios y tu permanencia en la Iglesia —casa del
Padre— con alegría, disfrutando de su presencia y amistad, como hijo(a)?
¿Vas progresando en la amistad y el conocimiento de Dios
conforme pasa tu tiempo de vida?
¿Qué medios usas para progresar en el conocimiento de Dios, en la oración,
en la penitencia,..? ¿Te formas, lees, ayudas en algo a tu parroquia,...?
¿Cumples tus prácticas cristianas, o las abandonas por respetos
humanos, por cualquier motivo,..?
¿Cumples de forma mecánica los mandamientos de Dios y de la Iglesia,
o lo haces con el corazón unido a Dios?
¿Se corresponden tus obras y palabras a tu dignidad de hijo(a) de Dios?
¿Ofreces a Dios tu trabajo y te santificas con él? ¿Evangelizas en él?
¿Tienes paciencia y conformidad con la voluntad de Dios, sobre
todo cuando los acontecimientos son adversos?
¿Te quejas de cómo actúa Dios contigo?, ¿de lo que permite en tu vida?
¿Confías en que Dios te ayudará cuando encuentras
contrariedades, cuando permite tu cruz?
¿Se ora en tu casa? ¿Es para Jesucristo tu familia otra Betania?
¿Guardas la presencia de Dios en medio de tus ocupaciones, o
estás muy disperso(a), distraído(a), inquieto(a) con tantas cosas?

Mi relación con los demás:

¿Imitas a Jesucristo en el trato a los demás?


¿Tienes corazón de hermano(a) con los demás? ¿En qué se nota?
¿Te alegras cuando alguien recapacita y se convierte?
¿Tienes paciencia con los pecadores, como Dios la tiene contigo?
¿Reconoces con humildad ante los demás que eres un(a) pobre
pecador(a), o te excusas, aparentas que no, te justificas?
¿Pueden los demás edificarse con tus buenos ejemplos?
¿Cómo te portas con los de tu familia? ¿Te haces desagradable
con tu mal genio reprimido, tu carácter arisco...?
¿Eres fácil para sospechar, juzgar, hablar mal de tu prójimo?
¿Sabes corregir con caridad y en verdad a los demás? ¿Cómo lo
haces?¿Dejas de hacerlo por miedo, por no meterte en problemas...?
¿Reina la paz y la comunión en tu familia?¿No? ¿Por qué?
de adoración y reparación 27

¿Tratas con respeto a tus padres? ¿Cómo les hablas, miras,..?

Mi relación conmigo mismo:

¿Procuras resistir a tus malas inclinaciones, a tu mal genio...?


¿Eres víctima de alguna pasión desordenada? ¿De cuál?
¿Te reprocha ahora mismo tu conciencia algo que hayas hecho?
¿Te afea alguna salpicadura de impureza, en el pensamiento, en el
deseo, en las palabras, en tus actos?
¿Tienes el corazón apegado al dinero? ¿Lo malgastas?
¿Te indignan tus pecados o te has habituado a pecar?
¿Sabes aceptar desde la fe las contrariedades que te presenta la vida? ¿Eres
alegre y esperanzado(a), o caes continuamente en la tristeza y el desánimo?
¿Sabes prescindir de ciertas comodidades sin quejas ni murmuraciones,
o estás muy apegado(a) al confort, a lo más exquisito, a lo último en todo?
¿Te dejas arrastrar por la forma de pensar y vivir del mundo?

Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en


nosotros (IJn 1,8).
Sí confesamos nuestros pecados, Jesucristo, que es fiefyjusto,
nos perdonará (os pecadosy nos (ímpíará cíe tocia injusticia (íjn 1,9)

Acto de contrición

er Jesrst, Ds re erer. Crer,


Padre y Redentor mío; por ser tú quien eres, Bondad
infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa
de todo corazón erte ofendido; también me pesa
porque pees castigarme con las penas del infierno.
Ayudado(a) de tu divina gracia, propongo
reete s er, esre r
ete e e er est. A.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]


28 Hora santa

ORACIÓN AFECTIVA
lI

© [ORACION DE SIMPLE MIRADA]

Oración del corazón


Síprofesas con tus Cabios que Jesús es eíSeñor, y crees con tu corazón
que Dios ío resucitó de entre ios muertos, serás saívo ('Rom 10,9)

tü Después de haber meditado el evangelio, y según tus circunstancias personales


actuales -tristeza, alegría, sufrimiento, período de tentación,...-, dile al Señor lo que te
salga del corazón: tal vez sea pedirle perdón por haberte comportado como alguno de los
dos hijos de la parábola; dolerte de haberlo ofendido con tus pecados; darle gracias por
perdonarte y acogerte de nuevo; admirarte de cuán bueno y misericordioso es; alabarle por
cómo entiende y hace las cosas; anonadarte de humildad ante su santidad; llenarte de
confianza en él cuando quieras volver de tu destierro; decirle que crees en él siempre, que
lo amas, que todo lo esperas de él; tal vez, sea simplemente mirarlo sin decir nada...
Puedes escoger alguna frase de algún salmo, un versículo del evangelio, tus
propias expresiones espontáneas, los dichos de los santos, etc. No se trata de
ejercitar todos los tipos de afectos en una misma oración; mejor es hacer menos e
insistir más en ellos hasta que te calen bien, de modo que los fundamentales no
desaparezcan de tu oración habitual, tales como los siguientes: actos de confesión
espiritual; actos de fe, de esperanza y de caridad; actos de humildad, confianza y
acción de gracias; actos de amor afectivo y efectivo; actos de abnegación, de
resignación cristiana, de conformidad, de ofrecimiento; de adoración y alabanza; etc.
Por tanto, sé familiar y confiado(a) con él, ábrele tu corazón, exprésale lo que lleves
dentro: alegría, confianza, dolor de corazón, agradecimiento,... La mejor oración es la
que brote de ti... Aquí tienes algunas expresiones que pueden ayudarte a excitar tus
afectos. Como siempre, escoge la que mejor te venga y repítela interiormente, invéntatelas
tú, según te encuentres, según necesites, según te inspire Dios...

Actos de penitencia del corazón:

Señor, un corazón quebrantado y humillado, tú, no lo desprecias (Salmo 50).


Señor, me duele haberte ofendido y quiero cambiar.
Señor, ¿quién soy yo pecador(a) para hablarte a ti?
Señor, apártate de mí, que soy un(a) pecador(a) (Le 5,8).
Señor, no te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me
socorre (Salmo 21).
de adoración y reparación 29

Actos de fe, esperanza y caridad:

Señor, creo, pero aumenta mi fe (cf. Mc 9,24).


Señor, tú eres mi esperanza y mi vida.
Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es
mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré (Salmo 61).
Señor, ¿a quién voy a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna;
yo creo y sé que tú eres el Santo de Dios (cf. Jn 6,68-69).
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré
(Salmo 15).

Actos de humildad, confianza y acción de gracias:

Señor, gracias, porque me haces muy feliz.


Señor, contigo todo es posible, para ti nada hay imposible.
Señor, cómo podré pagarte todo el bien que me haces (cf. Salmo 115).
Señor, si quieres, puedes limpiarme (Le 5,12).
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya, bastará para sanarme (cf. Mf 8,8).
Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí (Me 10,47).
Señor, sálvame (Mt 14,30).
Señor, sálvame, que perezco (Mf 8,25).
Señor, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me
escuchas siempre (cf. Jn 11,42).
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
El Señor es mi Pastor, nada me falta (Salmo 22).

Actos del amor afectivo y efectivo:

Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo (Jn 21,17).


Señor, qué bien se est aqu contio! (Mc 9,5).
Dios mío, te amo, pero... ¡enséñame a amar!
¿Saber que me quieres tanto. Dios mío, y... no me he vuelto loco(a)?
Señor, quiero aceptarlo todo por amor a ti.
Señor, ¿qué quieres que aa por ti?
Señor, el Amor no es amado.
30 Hora santa

Actos de abnegación, de resignación, de conformidad, de ofrecimiento,


DE PETICIÓN:

Señor, ¿qué sería de mí sin ti?


Señor, mi suerte está en tu mano (Salmo 15).
Señor, sin tu gracia no puedo cambiar, ayúdame.
Señor, tú eres mi buen Pastor, a quién temeré.
Señor, te seguiré adondequiera que vayas (Le 9,57).
Señor, daños siempre de este pan (Jn 6,34).
Señor, el/la que tú amas... está enfermo(a) (Jn 11,3).
Señor, daré mi vida por ti (Jn 13,37).
Señor, muéstranos al Padre y nos basta (Jn 14,8).
Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? (Me 10,17).
Señor, hacer lo que tú quieras, querer lo que tú haces...
Señor, tendré paciencia con esta persona... que no me cae bien.
Señor, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10).
Señor, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu (Salmo 50).
Señor, enséñame a renunciar siempre a mí mismo(a) para agradar a
mi prójimo.
Señor, quédate con nosotros (Le 24,29).
Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al
tuyo (cf. Mt 11,29).

Actos de adoración y alabanza:


Dios mío, qué grande eres, no hay Dios como tú.
Realmente, tú eres el Hijo de Dios (Mt 14,33).
Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo (Mt 16,16).
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del
Señor! (Mt 21,9).
Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron (Le 11,27).
Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que
venir al mundo (Jn 11,27).
¡Señor mío y Dios mío! (Jn 20,28).
Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz
redimiste el mundo.
¡Viva Jesús sacramentado! ¡Viva y de todos sea amado!
de adoración y reparación 31

El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor (Rom 13,10).
y'por encima cíe todo, eíamor, que es el vínculo dé ía unidad perfecta (Col 3,14)

Acto de amor

Te amo, Dios mío, y mi único deseo es amarte hasta el


último suspiro. Te amo, Dios mío, infinitamente amable, y
prefiero morir amándote, que vivir un solo instante sin
amarte. Te amo, Dios mío, y solamente deseo el cielo, para
tener la dicha de amarte perfectamente. Te amo, Dios mío,
y temo únicamente el infierno porque jamás se tendrá la
dulce consolación de amarte.
Oh, Dios mío, si mi lengua no puede decir a cada
momento que te ama, quiero que cada latido de mi corazón
sea un suspiro de amor. Concédeme la gracia de sufrir
amando, de amarte sufriendo y de expirar un día amándote
y sintiendo que te amo. A medida que se acerca el fin de mi
vida, te suplico que acrecientes mi amor y lo perfecciones.
(Santo Cura de Ars)

¿De qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?¿0 qué
podrá dar para recobrarla? (Mtl 6,26).

Ofrecimiento de mí mismo(a)

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi


entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Vos
me lo disteis, a vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed
de ello a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia,
que ésta me basta. Amén. (San Ignacio de Loyola)

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

Cristo es la plena inteligencia y el perfecto conocimiento del misterio de


Dios (cf. Col 2,2).
32 Hora santa

Letanías del Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad. B?. Señor, ten piedad.


Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. B'. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. B?. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. B*. Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial.
Dios Hijo, Redentor del mundo.
Dios, Espíritu Santo.
Trinidad Santa, un solo Dios.
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo
en el seno de la Virgen María.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al

Bf. Ten misericordia de nosotros.


Verbo de Dios.
Corazón de Jesús, de majestad infinita.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.
Corazón de Jesús, rey y centro de todos los corazones.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia.
Corazón de Jesús, en quien habita corporalmente
toda la plenitud de la divinidad.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
de adoración y reparación 33

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.


Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan. </>
o
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad. o
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados. o
c
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos. o
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte. ■O

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza. g


l tj
i—
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra. o
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra. g
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores. <ñ
en

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan. E


c
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren o
I—
y esperan.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.


-Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
-Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
-Ten misericordia de nosotros.

y. Jesús, manso y humilde de corazón.


Qf. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

íEn verdad, en verdados digo:


síjoedís aígo aiPadre en mí nombre, os (o dará (jn 16,23)

Oración. Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de


tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en
nombre de los pecadores te ofrece, y concede el perdón a
quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo
Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]


34 Hora santa

El que oculta sus faltas no prosperará; el que las confiesa y cambia será
compadecido (Prov 28,13).

yíabiapecado, ío reconocí, no te encubrí mí cíeÍíto;prepuse:


Conjesaré aiSeñor mí culpa,y túperdonaste mí culpay mípecacío (Salci)

Oración de satisfacción por nuestros pecados

lp. Padre Eterno, te ofrezco el Sagrado Corazón de Jesús con


todo su amor, sufrimientos y méritos, en expiación de todos los
pecados que he cometido en este día y durante toda mi vida.
B?. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Para purificar el bien que he hecho imperfectamente en


este día y durante toda mi vida.
B1. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Para suplir el bien que debía haber hecho y que he


omitido en este día y durante toda mi vida.
B?. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Al Señor lo miran los humildes y se alegran; lo buscan y reviven sus corazones (cf. Sal 68].

Tomadmíyugo cobre vosotros y aprendedde mí,


que soy manso y fumdde de corazón (íMt 11,29)

Letanías de la humildad
(Cardenal Merry de Val)

Jesús, manso y humilde de corazón. B?. Óyeme.


Del deseo de ser lisonjeado(a).
Del deseo de ser alabado(a).
Del deseo de ser honrado(a).
Del deseo de ser aplaudido(a). =- Líbrame, Jesús.
Del deseo de ser preferido(a) a otros.
Del deseo de ser consultado(a).
Del deseo de ser aceptado(a)
de adoración y reparación 35

Del temor de ser humillado(a).


Del temor de ser despreciado(a).
Del temor de ser reprendido(a).
Del temor de ser calumniado(ci).
Del temor de ser olvidado(a). =- tf. Líbrame, Jesús.
Del temor de ser puesto(o) en ridículo.
Del temor de ser injuriado(a).
Del temor de ser juzgado(a) con malicia. __
Que otros sean más amados que yo. —
o ó
Que otros sean más estimados que yo. E
Que otros crezcan en la opinión del mundo o o
■Q (D
y yo me eclipse. '<D </>
(1)
O ■o
Que otros sean alabados y de mí no se haga caso. c
O (D
Que otros sean empleados en cargos O ■o
y a mí se me juzgue inútil. g
o
Que otros sean preferidos a mí en todo. o
Que los demás sean más santos que yo. O)
o
con tal que yo sea todo lo santo(a) que pueda. _

£o que pidáis en mí nombre, yo (o fiaré,


para que eí'Padre seagforíjicacío en eíáíijo (jn 14,13)

Oración. Oh Jesús, que siendo Dios, te humillaste hasta la


muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que
confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la
gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que
humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en
la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente
de ti en el cielo. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]


36 Hora santa

Q ORACIÓN DE PETICIÓN

‘Tocio cuanto pidáis en ía oración, creed que os (o Han concedidoy ío obtendréis (“Me 11,24)

£Q Llega ahora el momento de pedir a Dios las gracias temporales y


celestiales que necesitamos. Hay que evitar dos errores: o no pedir, o pedir mal:
No obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de
satisfacer vuestras pasiones (Sant 4,2-3). Primero deben solicitarse las gracias que
con el asunto de la oración se relacionen.
En la oración de petición, no se trata de demandar sólo bienes materiales -
salud, trabajo, dinero...-, sino sobre todo de buscar el reino de Dios y su justicia;
porque como dice Jesucristo, todo lo demás -lo que necesitamos materialmente- se
nos dará por añadidura (cf. Mt 6,33). Así pues, el Señor quiere que pidamos, pero que
pidamos bien: Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra'?; y si le pide
pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas
a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas -el
Espíritu Santo- a los que le piden! (Mt 7,9-11; Le 11,13).
En la oración de petición hay que insistir con confianza, humildad y
perseverancia, incluso alegando las razones más a propósito para que el Señor nos
atienda, e invocando a la Virgen y a los santos: Señor, ómo voy a ser humilde, si no
me das humildad Además, esta oración tiene que ser hecha con fe: Todo lo que
pidáis orando con fe, lo recibiréis (Mt 21,22).
Por último, Jesucristo recomienda en varias ocasiones y muy vivamente la
oración de petición: Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y
recibiréis, para que vuestra alegría sea completa (Jn 16,24); Os digo, además, que si dos
de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está
en los cielos (Mt 18,19); Sí permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid lo que deseáis, y se realizará (Jn 15,7).
Como siempre, no hay por qué hacer todas las peticiones, ni en el orden establecido,
ni tienen porqué ser éstas; la libertad de espíritu tiene que ser lo primero, lo que el
Señor te inspire,... Háblale con tus palabras, y con el afecto de tu corazón.

Oración por varias intenciones


Nada ospreocupe; sino que, en tocia ocasión, en ía oración y en ía súpíica,
Dios (TÍf> 4,6-7)
con acción cíegracias, vuestraspeticiones seanpresentadas a “

Peticiones generales -puedes aplicarlas a personas o situaciones concretas--.

Lunes. - Dedicarlo a rogar por las almas del purgatorio.


Rogar por las almas de nuestros familiares próximos.
Rogar por las almas de nuestros amigos y conocidos difuntos.
de adoración y reparación 37

Rogar por las almas más abandonadas del purgatorio.


Rogar por las almas que tardarán más en salir del purgatorio.
Rogar por las que están allí quizás por nuestra culpa.
Rogar...

Martes. - Consagrarlo a implorar por todos los enfermos.


Rogar por los que están en fase terminal.
Rogar por los que no tienen acompañamiento material y/o espiritual.
Rogar por los que sufren muchísimo.
Rogar por los que no han recibido aún los sacramentos.
Rogar por los que están en los hospitales y en las residencias.
Rogar...

Miércoles. - Dedicarlo a interceder por los pecadores.


Rogar por los bautizados que viven como si Dios no existiese.
Rogar por los bautizados que mueren sin los sacramentos.
Rogar por los bautizados que viven alejados de la Iglesia.
Rogar por la conversión de los más empedernidos.
Rogar por los que no creen en Dios y/o rechazan a Dios.
Rogar...

Jueves. - Disponerlo a rezar por las personas consagradas.


Rogar por el aumento de las vocaciones consagradas.
Rogar por la perseverancia y fidelidad de los llamados.
Rogar por la santidad de sacerdotes y religiosos.
Rogar por todos los seminaristas y novicios del mundo.
Rogar por los que sufren y se encuentran en soledad.
Rogar...

Viernes. - Orientarlo a rogar por las familias cristianas.


Rogar por la comunión de todas las familias cristianas.
Rogar por las familias que están rotas o a punto de romperse.
Rogar por los novios que se van a casar o por los recién casados.
Rogar por las familias que no tienen lo necesario para vivir.
Rogar por aquellas que han perdido a uno(a) de sus miembros.
Rogar...

Sábado. - Encaminarlo a pedir por los niños y los jóvenes.


Rogar por los que se preparan para recibir un sacramento.
38 Hora santa

Rogar por los que sufren por crisis personales, problemas familiares,...
Rogar por todos los que padecen abusos, explotación,...
Rogar por los que viven en familias rotas y desorientadas...
Rogar por los que se han alejado de Cristo o no le conocen.
Rogar...

Domingo. - Dedicarlo a rogar por la Iglesia universal y particular.


Rogar por la unidad y santidad de la Iglesia Católica.
Rogar por nuestra iglesia particular o diócesis de N.
Rogar por nuestra comunidad parroquial de N.
Rogar por todos los movimientos eclesiales de nuestra parroquia.
Rogar por el/los movimiento/s en el/los que yo colaboro.
Rogar...

Peticiones personales -piensa lo que más necesitas hoy-:

Pide crecer en gracia de Dios y/o en las virtudes teologales.


Pide el Espíritu Santo y/o sus dones y/o sus frutos.
Pide la gracia de la perseverancia final.
Pide las virtudes cristianas: humildad, paciencia,...
Pide el don de la oración y/o aprovechar en ella.
Pide cumplir la voluntad de Dios con más fidelidad.
Pide el perdón de tus pecados.
Pide no sucumbir a una tentación.
Pide fortaleza y/o alegría y/o para llevar la cruz.
Pide la gracia de amar a tus enemigos.
Pide más conocimiento del Señor.
Pide ser santo(o) sin que te enteres de serlo.
Pide conformar más tu vida con la de Cristo.
Pide conocer tu vocación personal.
Pide participar con más fruto en los sacramentos.
Pide despegarte de un vicio o pecado concreto.
Pide ayuda en tus crisis espirituales.
Pide ofrecerte para lo que el Señor quiera de ti.
Pide ...

PETICIONES particulares -piensa en alguna petición general y concretízala-.


de adoración y reparación 39

Oración por los sacerdotes

Dios todopoderoso y eterno, dígnate mirar el rostro de tu


Cristo, el sumo y eterno sacerdote, y por amor a él, ten piedad
de tu sacerdote.
(nombre de! sacerdote)

-Recuerda, oh Dios misericordioso, que es débil


ril criaura. Maé io e él el ueo de u amor.
-Guárdalo junto a ti, para que el demonio no prevalezca
cora él. ara que e i momeo sea idio
de su sublime ocaci.
-Jess, e rueo or su idelidad eror sacerdoal.
% i esuiese ibio o uera i iel # & e iedad de él'
-Por su trabaj'o en las misiones lej*anas o cercanas; por sus
momentos de tentación, soledad, desolación en su j'uventud o
en adre ¡Adalo Señor!
- En los momentos de oscuridad, cuando os
ns ntos d ndo on nd n n
us ese!aa
" s I# lum$alo e
% o
! r!
-En sus momentos de sufrimientos, enfermedad, agonía,
dolor ¡Confórtalo Señor!
-Señor Jesús, guárdalo a él junto a tu Corazón y concédele
abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad. Amén.

Oración de reparación e intercesión

Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón


por los que no creen, no adoran y no os aman. Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os ofrezco el preciosísimo
cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo, presente en
todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes,
40 Hora santa

sacrilegios e indiferencias con que él mismo es ofendido. Y


por los méritos infinitos de su santísimo Corazón y del Corazón
Inmaculado de María, os pido la conversión de los pobres
pecadores, en concreto por N. Amén.

Oración por el Papa

Oh Dios, Pastor y Rey de todos los fieles, mira con amor a tu


siervo, el Papa N„ a quien te has dignado elegir para supremo
pastor de tu Iglesia; concede, te suplicamos, que su palabra y
ejemplo puedan ser beneficiosos a aquellos sobre los cuales
ha sido colocado, de manera que juntamente con el rebaño
encomendado a su cuidado, pueda alcanzar la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

ELABORACIÓN DE PROPÓSITOS Y RESOLUCIONES


Señor, mí corazón no es ambicioso, ni mis ojos abaneros;
nopretendograndezas que superan mí capacidad;
sino que acabo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre (Saímo 130)

CÜ Entre todos los actos de la oración -meditación, afectos, peticiones- los


propósitos tienen una gran importancia. Si la reflexión ilumina el espíritu y los
afectos inflaman la voluntad -de la que brotan las peticiones-, sin embargo, si
faltan los propósitos, será como el enfermo que se limita a pensar en sus males
para pedir ayuda, pero sin querer tomar ningún remedio. Según dice Santa
Teresa de Jesús a sus monjas: Es menester no sólo orar, porque si no procuráis
virtudes, os quedaréis enanas (yMoradas 4,9).
Los propósitos pueden ser generales -amar a Dios de corazón, huir del
pecado, practicar las virtudes, etc.-, y particulares -ser paciente con tal persona,
mortificarse en tal ocasión, etc.-
A la hora de hacer algún propósito o tomar alguna resolución, no debe ser
tan general que raye en lo indeterminado, ni tan particular que el atender a los
de adoración y reparación 41

detalles nos hagan olvidar lo más importante. Podrían armonizarse


adecuadamente tomando después del tiempo de oración personal dos propósitos o
resoluciones, uno general e invariable -por un período largo de tiempo- y otro
particular -que se puede renovar periódicamente-. Con el propósito general
tendríamos el fin delante de los ojos y con el particular llegaríamos al general
por medio de actos determinados y concretos.
Los propósitos particulares deben referirse principalmente al vicio o
pecado que más nos domine, y/o conforme a las propias necesidades; deben
ser concretos -hacer o evitar tal cosa hoy-; deben ser eficaces para tomar el
remedio más adecuado -pegar al saco y no al aire-; también serán humildes -sin
la gracia de Dios nada podemos- y confiados -el Señor da su gracia a los
humildes-; por último, serán firmes -no se vence un pecado o se adquiere una
virtud en un día o en una semana-.
Tres consejos para aprovechar con los propósitos: 1º. En los comienzos
bastará hacer un solo propósito bien determinado, con tal que se realice, como el
cazador que no persigue a un tiempo muchos animales, sino que se centra en
uno; 2o. Hay que empezar por lo más fácil, antes de emprender lo más difícil, para
no desanimarse muy pronto; y 30. No olvidar que hay que pedir la ayuda de lo alto
para poner las resoluciones en práctica.

PROPÓSITO GENERAL -mantenerlo durante un tiempo amplio-:

Llegar a ser santo(a).

PROPÓSITO particular -escoger uno o dosy hacerlos; en un tiempo cambiarlos-:

Ser fiel en las pequeñas cosas del día.


Participar diariamente y bien en la celebración eucarística.
Sacar un rato a la semana para la formación y/o lectura espiritual.
Hacer bien mi oración personal cada día.
Examinar mi conciencia cada día para vivir en gracia de Dios.
Confesar una vez en semana.
Descubrir en qué tengo respetos humanos y vencerlos.
Mortificarme en algo para luchar contra un pecado concreto.
Aceptar las contrariedades que el día me presente.

PROPÓSITO general -mantenerlo durante un tiempo amplio-:

Llegar a ser hombre/mujer de oración.


42 Hora santa

PROPÓSITO particular -escoger uno o dosy hacerlos; en un tiempo cambiarlos-.

Ser constante en el trato con el Señor.


Leer todos los días algo sobre la vida espiritual.
Tener paciencia en la oración a pesar de tener distracciones,..
No abandonar o recortar la oración cuando haya cruz.
Procurar rezar el Rosario con atención todos los días.
Encomendar cada día a la Virgen mi vocación.
Intentar que los problemas, negocios,., no asfixien mi alma.

Propósito GENERAL -mantenerlo durante un tiempo amplio--.


Llegar a amar a amigos y enemigos.

Propósito particular -escoger uno o dosy hacerlos; en un tiempo cambiarlos-:


Saber callar cuando tenga ganas de criticar a alguien.
Ser amable y paciente con la persona que me cae mal.
Reprimir un acto de genio cuando me salga.
Hacer un favor a alguien si me lo pide, sin ofender a Dios.
No enfadarme con las palabras que busquen herirme.
Rezar en mi oración diaria por las personas que me cuesta amar.
Quitar de mí algo que moleste a los demás.
Visitar algún enfermo y preocuparme por sus necesidades.
Dar un donativo a alguien que lo necesite.
En mi familia intentaré sufrir a los demás y no hacer sufrir a los demás.

Propósito general -mantenerlo durante un tiempo amplio-:


Llegar a ...

Propósito particular -escoger uno o dosy hacerlos; en un tiempo cambiarlos-:

ido todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en eireino de ios cieíos,

sino eíque hace da voíuntadcíe mí “
Padre que está en ios cieíos ('Mt 7,21)
de adoración y reparación 43

Oración de resolución

Jesús mío, como ya está terminando esta hora de


adoración y reparación, renuevo mi fe y confianza en ti. Me
siento renovado(a) después de estos momentos de estar
contigo y me cuento entre el número de los privilegiados,
como lo fueron tus discípulos, que participaron de tu
presencia real.
Dándome cuenta de que la visita que te he hecho será
de poco provecho si no trato de llevar una vida mejor y de
dar mejor ejemplo, estoy resuelto(a) a emprender de nuevo
mis deberes y asuntos con un renovado espíritu de
perseverancia y buena voluntad. En mi vida diaria trataré
de (expresa ahora tu propósito general). Trataré de ser de
verdad un(a) discípulo(a) perfecto(a). Jesús, ayúdame en
esta resolución general mía.
Señor, he tomado también esta resolución particular
(expresa ahora tu propósito particular) y te pido, si es para tu
gloria y para mi bien espiritual, que me ayudes a llevarla a la
práctica, pues sin ti nada puedo. Amén.

Oración del Papa Clemente XI

Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza.


Espero en ti. Señor, pero ayúdame a esperar con más confianza;
Señor, te amo, pero ayúdame a amarte más ardientemente; Estoy
arrepentido (a), Señor, pero ayúdame a tener mayor contrición.
Te adoro. Señor, porque eres mi creador, y te anhelo
porque eres mi último fin. Te alabo porque no te cansas de
hacerme el bien, y me refugio en ti, porque eres mi protector.
Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima;
que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, para que se dirijan a ti.
Te ofrezco mis palabras, para que hablen de ti; te ofrezco mis
44 Hora santa

obras, para que todo lo haga por ti; te ofrezco mis penas,
para que las sufra por ti. Todo aquello que tú quieres. Señor, lo
quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, quiero como lo
quieras tú, y durante todo el tiempo que lo quieras tú.
Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, fortalezcas
mi voluntad, purifiques mi corazón y santifiques mi alma.
Señor, ayúdame a apartarme de mis pecados, a rechazar
las tentaciones futuras, a vencer mis inclinaciones al mal y a
cultivar las virtudes necesarias.
Dame tu gracia, Señor, para amarte y olvidarme de mí, para
buscar el bien de mi prójimo, y para despreciar todo lo mundano.
Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, ser
comprensivo(a) con los que tengo a mi cargo, saber
aconsejar a mis amigos y perdonar a mis enemigos.
Ayúdame, Señor, a vencer la sensualidad con la
mortificación, la avaricia con generosidad, la ira con
amabilidad, y la tibieza con fervor.
Señor, que sepa yo tener prudencia al aconsejar, valor
frente a los peligros, paciencia en las dificultades, humildad
en la prosperidad.
Señor, concédeme, atención al orar, sobriedad al comer,
responsabilidad en mi trabajo, y firmeza en mis propósitos y
resoluciones.
Ayúdame a conservar la pureza del alma, a ser modesto(a)
en mis actitudes, ejemplar en mi trato con el prójimo, y a
llevar una vida ordenada y recta.
Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos, para
fomentar en mí tu vida de gracia, para cumplir tus
mandamientos y alcanzar la salvación.
Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno,
la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la
eternidad de la futura.
de adoración y reparación 45

Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte


y un santo temor al juicio, para librarme del infierno y alcanzar
el paraíso. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

Dadgracias en tocia ocasión: esta es la voluntadde Dios


en Cristo Jesús respecto de vosotros (id:s 5,18)

í-1 ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto
orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? (ICor 4,7). Demos siempre gracias a
Dios, de quien nos viene tanto bien.

Quiero darte gracias, Señor, por este tiempo de oración


que he pasado junto a ti; también por las luces, afectos
piadosos y buenos propósitos que me has inspirado hoy.
Gracias por amarme y por sufrirme tanto.
Señor, siento en mí la voluntad decidida a agradarte, y la
incapacidad absoluta para conseguirlo si no me das luz y
fuerza; cumple en mí tu voluntad, Señor. Me doy cuenta de
que me opongo, pero quisiera que no fuera así. A ti te toca
hacerlo todo. Si llego a ser santo(a), toda la gloria será para ti.
Te pido perdón por las faltas y negligencias que haya
podido cometer en este tiempo de oración. Tú lo sabes todo..
Bendíceme, Señor, antes de irme y también a todos los que
no pueden venir aquí, especialmente a los enfermos y
moribundos. Bendice mi hogar y a mis familiares. Bendice mi
vida y la hora de mi muerte. Amén.

[MOMENTO DE SILENCIO INTERIOR]


46 Hora santa

OBTENCIÓN Y APLICACIÓN
0 DE LA INDULGENCIA PLENARIA

Tu eres 'Pedro, y sobre estapiedra edificaré mí 'Iglesia, y elpoder de(infierno no (a derrotará.


Te daré Cas (Caves deCreino de (os cíeCos; (o pue ates en (a tierra quedará atado en (os cíeCos,
y (o que desates en (a tierra quedará desatado en (os cíeCos (‘Mr 16,18-19)

£Li La adoración del Santísimo Sacramento es una obra de piedad


enriquecida por la Iglesia con indulgencia parcial y/o plenaria.
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los
pecados ya borrados en cuanto a la culpa, que el fiel cristiano, debidamente
dispuesto y cumpliendo unas ciertas y determinadas condiciones, consigue por
mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención,
distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de
los santos (Catecismo Iglesia Católica n.1471). Dicho de otro modo, la
indulgencia consiste en el perdón -parcial o total- del tiempo que un alma
tiene que estar en el purgatorio antes de entrar totalmente purificada en el
cielo. Mientras que la indulgencia parcial perdona parte de la pena temporal,
la indulgencia plenaria condona totalmente la deuda restante.
En relación al ejercicio de la hora santa de adoración y reparación, el actual
Manual de Indulgencias (1999) refiere lo siguiente:
Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que visite el Santísimo
Sacramento para adorarlo por espacio de media hora por lo menos.
Para ganar la indulgencia plenaria en la hora santa, es necesario estar
bautizado, no estar excomulgado y estar en gracia de Dios. Es necesario
también, tener la intención, por lo menos general, de ganar la indulgencia
plenaria, y cumplir con las condiciones que están mandadas, a saber: detestar
todo afecto a cualquier pecado (mortal o venial), hacer la media hora de
adoración al menos, y cumplir tres cosas: confesarse -hay que prepararse
bien-, comulgar -siempre que se esté en gracia de Dios- y rezar por las
intenciones del Papa -se cumple si se reza un solo Padrenuestro y una sola
Avemaria, aunque también se concede a cada fiel la facultad de rezar
cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción-.
La confesión, la comunión y la oración por el Papa pueden cumplirse unos
días antes o después del ejercicio de la hora santa; pero conviene que la
comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el
mismo día en que se haga la hora santa. Si alguien está en pecado mortal y
quiere comulgar, necesita antes confesar.
Con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias
plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una oración por las
intenciones del Sumo Pontífice sólo se gana una indulgencia plenaria.
de adoración y reparación 47

Solamente se puede ganar una indulgencia plenaria al día, que se puede


ofrecer para sí mismo o puede aplicarse a los difuntos como sufragio. No se puede
aplicar por personas que estén vivas.

Por las intenciones del Papa, las necesidades de la Iglesia, y


para ganar la indulgencia de este hora santa que ofrezco... (por
mí, por un (a) difunto (a) conocido (a) o desconocido {a), por las
almas del purgatorio).

Padrenuestro, Avemaria y Gloria.

y. Sagrado Corazón de Jesús.


tf. En vos confío.

¥. Dulce e Inmaculado Corazón de María.


#. Sed nuestra salvación.

y. San José y todos los santos.


Qf. Rogad por nosotros.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Para finalizar este ejercicio, le encomendamos todo lo vivido en esta hora a


la Santísima Virgen María, nuestra Madre:

Bajo tu amparo nos acogemos,


santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!

A.M.D.G.
et
B.M.V.
48 Hora santa

NOTAS PERSONALES

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