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3)Influencia ideológica :
A través de la historia ha existido una gran participación de la mujer en las revoluciones y
batallas por la independencia. Personajes como Manuelita Sáenz y Antonia Santos fueron
heroínas que apoyaron las causas de liberación y en formar un nuevo gobierno que
favoreciera a los criollos de la Nueva granada. Aunque se les consideraban a las mujeres
de esa época como una “empleada de servicio” por decirlo así, algunas eran alfabetas,
educadas y sabían los ideales del pueblo. Las mujeres de la época de la independencia
cumplieron un papel muy decisivo en cuanto a la logística, además en el campo de batalla
fueron muy importantes ya que actuaban como espías, cocineras, a la vez enfermeras de
las tropas criollas y cobraron un valor importante en las gestas independentistas A través
de la historia ha existido una gran participación de la mujer en las revoluciones y batallas
por la independencia. Personajes como Manuelita Sáenz y Antonia Santos fueron heroínas
que apoyaron las causas de liberación y en formar un nuevo gobierno que favoreciera a
los criollos de la Nueva granada. Las mujeres de la época de la independencia cumplieron
un papel muy decisivo en cuanto a la logística, además en el campo de batalla fueron muy
importantes ya que actuaban como espías, cocineras, a la vez enfermeras de las tropas
criollas y cobraron un valor importante en las gestas independentistas. También las
mujeres que lucharon por la independencia cambiaron de cierta forma la percepción de
una mujer sumisa a lo que diga su marido o el gobierno machista que las excluía de la
participación política construyendo un concepto de mujer capaz de aportar a los intereses
del pueblo y a las gestas independentistas. Un dato para tener en cuenta gracias a la
mujer pudieron avanzar las tropas de Simón Bolívar después de cruzar el páramo de
Pisba, contribuyendo a que este ganara en La Batalla del Pantano de Vargas. ¿Cómo lo
hicieron? Pues estas donaron sus prendas de vestir a los soldados criollos y con esto las
tropas españolas creyeron que eran mujeres las que estaban combatiendo. La mujer
venezolana, ejerció su rol desde los primeros movimientos que iniciaron Los Comuneros
en el Socorro, participa en la Sociedad Patriótica, lucha directa e indirectamente en la
guerra, apoyando a sus padres esposos, hijos y hermanos en la lucha por la
independencia. Las motivaciones del género que participó en la revolución, obedecía en
algunos casos a influencias familiares, al oír en sus hogares hablar de los ideales de
libertad, o también con una inspiración propia, para trabajar por el ejército republicano,
despertando así su patriotismo. Mas sin embargo ya los sentimientos de nacionalismo
criollo no eran desconocidos por las damas de la época, y la mujer venía desarrollando
una conciencia de país y de pertenencia a América.Posiblemente la mujer luchaba
desinteresadamente, sin aspirar a gozar de los cambios económicos, políticos y legales,
como resultado de la revolución, ya que tenía claro que pertenecía a una sociedad
conservadora, donde su lugar estaba muy bien definido, puede ser que llegara a pensar en
el beneficio que le produciría el poder, que tendrían los hombres criollos, si ganaran el
conflicto. Hoy en la historia contemporánea han surgido diversos grupos de investigación
que demuestran a través de fuentes, que la mujer estuvo presente durante la guerra, y la
encontramos en los andes, en occidente, en el centro, en los llanos o en el oriente del
país, luchando con un gran sentimiento de amor por su patria. Simón Bolívar que conocía
la actuación de la mujer en la lucha, no dudó en reconocer las contribuciones, las obras y
los logros de los combatientes femeninos. En una proclama al ejército libertador, ensalzó
no solo a los soldados que habían logrado expulsar a los realistas de la provincia de
Trujillo, sino que alabó también a las mujeres que habían luchado tan valientemente. Por
toda Venezuela las mujeres salieron a defender la causa cuando sus ciudades fueron
atacadas. La Guerra a Muerte iniciada por Bolívar, contra los sangrientos hechos de los
realistas en 1813, convirtió a Venezuela en un campo de batalla, donde realistas y
patriotas se enfrentaron en luchas feroces por todo el país, y ella estaba ahí, jugándose la
vida.
4) Grandes participantes:
A principios de 1813, Barinas fue asediada por tropas realistas al mando de José
Antonio Puey, esto hizo que el gobernador, Manuel Antonio Pulido se viera en la
necesidad de llevar a cabo el traslado de la población hacia San Carlos, estado
Cojedes, en la travesía iban Josefa Camejo y su madre, quien muere ahogada cuando
trataba de cruzar el río Santo Domingo. En San Carlos, los pobladores procedentes de
Barinas se unen a las fuerzas de Rafael Urdaneta, disponiéndose que los hombres
protegieran a las mujeres durante el viaje hacia la Nueva Granada. Durante este
éxodo, Josefa Camejo se dedicó a curar a los heridos. Al llegar a Nueva Granada,
Josefa se unió a las familias republicanas, permaneciendo allí por espacio de cuatro
años.
A mediados de 1818 decide regresar a Venezuela, viajando según algunos
testimonios, disfrazada de vagabunda o pordiosera y en 1821, al frente de 300
esclavos que trabajaban en su hato de Paraguaná, propició una rebelión contra las
fuerzas realistas de la Provincia de Coro; fueron derrotados. El mismo año, con un
grupo de 15 hombres se presentó en Baraived, lugar donde descansaba el jefe realista
Chepito González, a quien enfrentó y derrotó. Posteriormente se dirige junto con varios
patriotas a Pueblo Nuevo, donde es puesto preso el gobernador, nombrándose a un
gobernador civil republicano: Mariano Arcaya. El mismo día (3 de mayo de 1821)
Josefa Camejo leyó en Pueblo Nuevo el manifiesto que declaraba libre a la Provincia
de Coro y en el que se juraba fidelidad a la República. Se dice que después de la
Independencia se retiró a sus haciendas en donde finalizó sus días al lado de su
familia. Murió posiblemente en 1862.
Consuelo Fernández
Nació en Villa de Cura, Venezuela, en 1797. Su hermano Manuel fue oficial en el
ejército independentista. En 1814, Villa de Cura fue ocupada por soldados españoles.
Fingiendo amistad con Pérez, un coronel realista, Consuelo se enteró de un plan para
atacar la unidad militar de su hermano. Pérez le pidió a Consuelo que se casara con
él. Consuelo escribió a su hermano para advertirle del ataque y para contarle que
Pérez se había atrevido a pedirle su mano a su anciano padre. Ella señaló que la
diferencia entre patriotas y realistas era insalvable. La carta fue interceptada y llegó a
manos del Coronel Pérez. Éste decidió que o ésta se casaría o le pegaría un tiro.
Consuelo y su padre fueron detenidos. Le mostraron la carta y, protestando, alegó que
su padre era inocente y que moriría mil y una veces antes que casarse con un realista.
Consuelo fue condenada a muerte por difundir información militar secreta a su
hermano. Su padre fue liberado. Al día siguiente, 10 de febrero de 1814, cuando la
llevaban a la Plaza para ser ejecutada, el Coronel Pérez le pidió de nuevo que se
casara con él para salvar su vida. Ella se negó proclamando, “¡Viva la Patria!” y “¡Viva
la Libertad!”. Cuando se encontraba frente al pelotón de fusilamiento, su padre entró
corriendo en la Plaza y le se abrazó a ella. Los soldados dispararon y los dos cayeron
juntos, envueltos todavía en un abrazo.
Teresa Heredia
Nació en Villa de Ospino, Venezuela, en 1787, en una familia de clase alta. Estaba
emparentada por matrimonio con el coronel realista Fermín de Heredia, que murió en
la batalla de Araure en 1813. Ella era, sin embargo, simpatizante de la causa
independentista al igual que sus padres, que murieron en la lucha por la
independencia (sin especificar) en algún momento antes de 1804. Heredia se fue a
vivir con su tía en Guaira. Se casó con el isleño José Antonio Agüero cuando tenía 17
años. Él murió dos años después (nuevamente sin especificar) y ella se dedicó a la
causa independentista. Fue encarcelada después de rehusarse a dar el paradero de
algunos patriotas. Después de seis meses, fue transferida a Caracas el 8 de mayo de
1818 acusada de deslealtad; acusada de haber sido escuchada hablando de la llegada
de Bolívar a la Isla Margarita y de haber visitado a Yáñez. Otros dijeron que la habían
visto vestida como hombre con los realistas y que había tomado de uno dinero para
dárselo a los patriotas. Ella negó los cargos pero fue declarada culpable. Fue
desterrada a Norteamérica.
Cecilia Mujica .
Heroína de la independencia venezolana nacida en San Felipe y muerta en Los
Zunzunes en 1813.
Era hija de un realista español, Martín Mújica, y prometida de Henrique Villalonga,
junto al que luchó en los primeros episodios de la Guerra de la Independencia. Se
dedicó entonces a confeccionar escarapelas tricolores y a componer y cantar
canciones patrióticas.
Después del decreto de Guerra a Muerte de 1813 aumentó la represión realista.
Cecilia continuó con la difusión de propaganda patriótica, por lo que fue sentenciada a
morir fusilada. Según se cuenta, antes de morir dejó una trenza de su cabello y su
sortija de compromiso para que fuesen entregadas a su prometido y sus postreras
palabras fueron “No tuve la gloria de ser tu esposa pero si la gloria de inmolarme por la
libertad”.
¡Viva la Patria! ¡Viva la Libertad!.
Leonor Guerra
En 1816, el coronel Juan Aldama, jefe y gobernador interino de la provincia de
Cumaná enardecido por los triunfos de Gregor MacGregor en las batallas de
Quebrada Honda (2 agosto), Alacrán (6 septiembre) y Juncal (27 septiembre),
descarga su ira en Leonor Guerra quien osadamente se había asomado a la ventana
con una cinta azul, símbolo que adoptaron los patriotas como divisa política y que las
señoras llevaban discretamente en el cabello.
Leonor se encontró frente al gobernador Aldama y fue víctima de sus atropellos, lo
cual sin embargo no hizo que abjurara de sus convicciones políticas. En consecuencia
se le siguió juicio y se le sentenció a salir por las calles montada en un burro
enjalmado, para recibir públicamente 200 azotes por «insurgente». En cada esquina
debía amonestársele y se le pedía que revelara los nombres de quienes compartían
sus ideas. Mientras se la sometía a este suplicio, le gritaba a sus verdugos, antes de
cada azote: «¡Viva la Patria, mueran los tiranos!»; esto fue respondido con repetidos
latigazos hasta que fue conducida a su hogar exhausta. Afectada por la ofensa
recibida, se negó a ingerir alimentos y a recibir asistencia médica, hasta que sobrevino
la muerte ese mismo año.
El 1 de diciembre de 1819, el general Pablo Morillo expuso al ministro de la Guerra de
España la conveniencia de que el brigadier Aldama fuese trasladado a España, vistos
su bajo rendimiento militar y por la «dureza imprudente» en Cumaná.