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Empieza la escena con Dani corriendo asustado, huyendo de alguien que le persigue. Se
encuentra en su instituto y no sabe a dónde ir. Se puede ver su cara de desesperación.
Lleva en la mano un objeto, un peluche, e intenta que el sujeto no se lo robe. Lo aprieta con
todas sus fuerzas contra su pecho.
Dani, asustado y temblando, mira su peluche y tiene un flashback. Dani había pasado una
infancia difícil debido a sus padres, quienes no le prestaban atención ni le trataban de una
manera adecuada. Su educación no había sido la mejor, ya que ellos le exigían demasiado
y le ofrecían muy poco. También recuerda algunas discusiones con ellos por las notas que
sacaba.
Madre:- Vaya fracasado de verdad… Llegas aquí, no haces nada y además tampoco
estudias. ¡En cuanto cumplas los 18 te vas a ir de casa!
En su casa nunca estaba tranquilo, por eso siempre que podía iba a ver a su abuela y
pasaba el mayor tiempo posible con ella. Ella era una persona alegre y cariñosa, y era la
única que se preocupaba por él.
Abuela:- Ven hijo no te preocupes. Ya sabes que tus padres son un poco especiales. Se
ponen muy nerviosos… Aquí puedes venir cuando quieras. Yo estaré para cuidarte.
Al poco tiempo, su abuela cayó muy enferma. Se pasaba en cama prácticamente todo el
día. Dani fue a verla una tarde, pero ella no casi no podía ni hablar. Así, le dijo a Dani con la
mano que se acercara y le dijo al oído:
Abuela:- Toma. Esto te cuidará siempre cuando no ya no esté yo.
Entonces le dio un peluche que siempre tenía ella guardado en su casa. Dani cogió el
peluche y lo abrazó fuerte. Se despidieron dándose un beso y Dani se fue medio llorando.
Por este motivo, Dani siempre llevaba su peluche con él, él sentía que era su lugar seguro y
no lo quería soltar nunca.
Esto desembocó en una especie de esquizofrenia paranoide que le provocaba ver a un niño
en el colegio, el cual intentaba quitarle su objeto especial siempre que lo veía. Este chico
simbolizaba a sus padres y el maltrato que tenían hacia él. Así, siempre que se concentraba
y pensaba en su abuela, conseguía espantar al chico que lo perseguía en su mente.
Entonces, una vez más, se refugia entre sus rodillas y el individuo desaparece. Finalmente
abraza al peluche y se imagina que el abrazo es con su abuela, lo que le tranquiliza y le
permite seguir con su rutina.
FIN