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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA

MEDELLIN-ANTIOQUIA
ASIGNATURA: TEORIA DE LAS OBLIGACIONES
DOCENTE: JAIME ARTURO GONZALEZ JARAMILLO
ESTUDIANTES:
CAMILO ESPINAL GÓMEZ
MARIA FERNANDA LONDOÑO
LAURA MADRID
GRUPO 002
EXPOSICIÓN: FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

CONCEPTO DE OBLIGACION

El Derecho de Obligaciones constituye una de las ramas más importantes del Derecho, pues
su utilidad se ve reflejada en la mayoría de los actos que realiza el hombre, desde los más
cotidianos hasta los más complejos. Nuestras necesidades son tan numerosas, y tan
limitadas nuestras fuerzas, que sin cesar nos vemos obligados a recurrir unos a otros y es en
esa necesidad en la que surgen nuevas relaciones obligacionales

El Derecho de Obligaciones ha cobrado particular trascendencia en el mundo moderno,


pues sobre sus fundamentos jurídicos se apoyan las instituciones económicas
internacionales en mayor nivel por su significación y participación en el desarrollo
económico cultural de América y del mundo.

Para el Derecho de Obligaciones, merece especial atención el tema de las denominadas


obligaciones civiles, es decir, aquellas que generan un vínculo para su cumplimiento o
ejecución; vínculo que debe existir entre personas determinadas o determinables. Para los
romanos la obligación consistía en un vínculo jurídico por el que estaba constreñido
necesariamente a realizar una determinada prestación y esta obligación se podía garantizar
mediante las figuras de la fianza, fiducia, pignus e hyphoteca.

La definición etimológica de la palabra “obligación” genera la idea de sujeción o ligamen.


Giorgio Giorgi3 está de acuerdo con esa definición, ya que ella liga o ata al deudor,
exigiéndole realizar una actividad a favor de su acreedor. En realidad, en todos los análisis
de las leyes, trabajos de jurisconsultos romanos u obras de escritores modernos,
encontramos que la obligación es considerada como un vínculo jurídico

Las obligaciones en el Derecho Romano nacieron para que los hombres cumplieran
determinadas conductas, siendo para éstos un deber jurídico, de lo contrario si no
obedecían, eran sancionadas como delitos. Justiniano1 las definió como “la obligación es
un vínculo jurídico por el cual somos constreñidos con la necesidad de pagar alguna cosa
según las leyes de nuestra ciudad (obligatio est iurus vinculum, quo necesítate adstringimur
alicuius solcendae rei, secundum nostrae civitatis iura)”.

En la teoría de Bonafonte, la obligación romana nació en tiempos arcaicos clasificándose su


incumplimiento dentro de los delitos. Cuando algún romano cometía un delito, nacía a
favor de la víctima o de su familia, el derecho de venganza, aplicándose la ley del talión
(ojo por ojo, diente por diente), consistiendo en el derecho que tenían para obligar al
culpable o a su familia, a realizar ciertos trabajos, por lo cual el culpable quedaba obligado
o atado a la víctima como una especie de rehén, éste castigo era una atadura como garantía
de venganza. A parte de someterse a cumplir con lo que un romano no realizó en su
momento, y si éste no cumplía con lo mandado, podría ser castigado dándole muerte por
incumplimiento a lo desobedecido. Estas dos cuestiones fueron evolucionando, por lo cual
fueron modificadas en el año 326 a.C. por la Lex Poetelia, misma que consistía en que si el
rehén no cumplía con lo ordenado, podría cumplir con sus bienes, siempre y cuando tal
condición no proviniera de un delito. Es a partir de este momento en que la obligación
obtuvo su concepto, siendo un lazo o vínculo jurídico entre los sujetos, por el cual el
acreedor tiene derecho a determinada conducta que el deudor debe realizar.

Así, por ejemplo, el paterfamilias podía adquirir una deuda, y si éste no cumplía, la
responsabilidad podía recaer en un hijo, o en cualquier otro miembro de la casa, haciéndose
rehén para pagar el adeudo que el padre había adquirido, quedando esta persona como
garantía por tal incumplimiento.

Hablar de “fuentes de obligaciones” tiene un sentido puramente instrumental y descriptivo


de cuáles son las circunstancias, los hechos o los actos que sirven de fundamento genético
de las obligaciones en sentido técnico. La expresión “fuentes de obligaciones” no deja de
ser un giro verbal que, en sentido figurado, desempeña un papel sistematizador del origen
de las distintas obligaciones.

Las obligaciones, como todas las cosas del mundo, deben tener una causa inmediata y
efciente. Por eso todos los tratadistas, antiguos y modernos, así como las legislaciones
civiles positivas, hablan de las fuentes de las obligaciones, es decir, de las causas
inmediatas de donde ella surge.

En las Institutas de Gayo se encuentra el primer pasaje sobre la materia. Dice aquel
jurisconsulto que las obligaciones nacen aut ex contractu, aut ex malefcio, au propio
quodam jure ex variis causarum guris, con lo cual quiere signifcarse que las obligaciones
nacen ya de un contrato, ya de un delito, ya de otras fguras jurídicas semejantes, es decir,
de otros actos o hechos que, sin reunir los elementos constitutivos del contrato o del delito,
hacían surgir, a semejanza de estos, determinadas obligaciones a cargo de quienes los
ejecutaran.

Los modernos expositores agregan una nueva fuente de obligaciones civiles: la ley. Se dice
que la obligación nace de la ley cuando, sin tener su origen en un contrato o cuasicontrato,
delito o cuasidelito, es la ley la que de manera directa o inmediata la impone a cargo de
ciertas personas y a favor de otras. Esto sucede con las obligaciones entre los padres y los
hijos de familia.

En el derecho romano, el delito constituye un acto intencional con el ánimo de perjudicar a


otro, y que está sancionado con una pena. Esta sanción es la que hace a los delitos una
fuente de obligaciones, porque ata a quien comete el delito con su víctima.

Ya en el derecho clásico, la pena corresponde con un valor pecuniario proporcional al daño


causado, aunque en el derecho arcaico la pena podía constituir un agravio de igual
magnitud sobre el causante del delito.

Cuando el delito era cometido por una persona natural que no tenía las facultades jurídicas
para responder socialmente, como es el caso de los alieni iuris o los esclavos, el
paterfamilias era el encargado de afrontar las consecuencias del delito. La entrega del
causante en mancipium por parte del paterfamilias al agraviado también extinguía la
obligación.

Y los delitos se clasificaban en 2 categorías

Delitos privados: aquellos que se cometen en contra de un bien tutelado socialmente, Los
delitos privados, fueron aquellos que, por la acción del agresor, dañaron la integridad
personal del otro, entendiendo por integridad personal también el patrimonio. De esta
manera solo incumben al agredido, no a la sociedad entera.
Como el hurto que es el apoderamiento de cosa ajena en contra de la voluntad de su dueño
para usarla como si fuera propia acá el dueño no sabe que perdió la cosa, la rapiña esta
consistía en el apoderamiento de alguna cosa sustraída por su dueño mediante la violencia,
la injuria, el daño en cosa ajena.

Delitos púbicos: Para los romanos, la distinción entre delitos públicos y privados estuvo
bien delimitada a nivel procesal, al punto de que los delitos públicos tenían sus propios
procedimientos judiciales e instancias.

A estos delitos se les podría llamar también políticos, pues esa es su principal naturaleza, y
generaban además de la pena principal que podía llegar a la muerte, una pena necesaria y
accesoria a este delito, que es la tacha de infamia a quien lo cometiera y por tanto su
exclusión del culto privado.

Estos delitos fueron a grandes rasgos: el peculatus, el sacrilegii, el stellionatus o el expilatae


hereditatis. Todos los ciudadanos romanos podían asumir el papel de acusador contra una
persona que haya supuestamente cometido un delito.

CUASICONTRATO: Son relaciones en las que no hay propiamente un acuerdo entre las
partes, pero que generan una obligación. Estos son:

Gestión de negocios: La gestión de negocios es un cuasicontrato por el que una persona, sin
haber recibido por ello mandato, desempeña a sabiendas los negocios de otra persona, con
intención de obligarla. De esta definición se infiere la necesidad de la concurrencia de dos
elementos para la existencia de la gestión de negocios uno de hecho, esto es, acto de
gestión, sea material o jurídico, y la intención de gestionar un negocio ajeno al desempeñar
aquel acto (animus negotia aliena gerendi). De la gestión de negocios nacen obligaciones
parecidas a las del mandato como, por ejemplo: Obligaciones del gerente El gerente está
obligado a Terminar los negocios empezados, aun cuando el dominus fallezca durante la
gestión de ellos. A emplear la diligencia de un buen padre de familia. A rendir cuenta de la
gestión y restituir al dominio de todo lo recibido por cuenta de éste, con sus frutos e
intereses. Para obtener el cumplimiento de estas obligaciones, el dueño tiene la actio
negotiorum gestorum directa o sea la gestión de negocio.

Enriquecimiento injusto: El enriquecimiento injusto, es decir, el hecho por el cual una


persona se "enriquece" o lucra a costa de otra, cuando no haya relación jurídica alguna que
le sirva de base y lo justifique o sea contrario a la voluntad del Derecho. La persona a costa
de la cual se produce el enriquecimiento injusto tiene, contra el que con él se lucra, una
condictio, para reclamar la restitución de lo que injustificadamente adquirió.

El enriquecimiento puede consistir en la adquisición de un derecho real, especialmente el


de propiedad, originando entonces la condictio rei o certae pecuniae–, en la obtención de un
derecho de crédito abstracto, en cuyo caso, el perdidoso, o sea el que resulta abstractamente
obligado sin causa alguna, puede ejercitar la condictio liberationis, para que, mediante
contrato remisorio, se le exima de la obligación o en la evitación de un desembolso
necesario.
Existen estudiosos del Derecho romano que consideran que los cuasidelitos implican una
responsabilidad por actos culpables ajenos.

Así encontramos cuatro figuras respecto a los cuasidelitos:

1. Effusum et deiectum. Cuando un líquido arrojado o un objeto sólido caído desde un


edificio sobre la vía pública causaba un daño, el habitante principal del edificio
respondía por el doble del valor causado.
2. Positum vel suspensum. Cuando se ha colocado o colgado sobre la vía pública un
objeto que podría causar un daño, cualquier ciudadano podía denunciar el peligro y
recibía entonces, en recompensa, una multa privada de diez mil sestercios.
3. El juez que "hacia suyo el litigio", dictando una sentencia injusta. Es posible que,
originalmente, este cuasidelito se basara en la culpa del juez y que esta figura, una
vez establecida, se extendió luego al caso de dolo judicial.
4. Robos y daños sufridos en naves, hoteles y establos. Aquí debemos distinguir varias
posibilidades. Si el culpable resultaba ser esclavo del hotelero, barquero o
propietario del establo, a su dueño le correspondía pagar la indemnización, más la
eventual multa privada, pudiendo, empero, optar por el abandono noxal. En cambio,
si el culpable era un empleado libre, el patrón respondía eventualmente con
fundamento en la Lex Aquilia, por haber seleccionado torpemente a su personal.

La Ley Nexum fue una forma primitiva de contrato en la antigua Roma que existió desde la
época de la monarquía hasta el siglo III a.C. Esta ley se utilizaba para asegurar préstamos, y
su objetivo era garantizar que el prestatario cumpliera con su obligación de pagar la deuda.

En la ley nexum, el prestatario se colocaba bajo el poder del prestamista, quien tenía el
derecho legal de tomar posesión de su propiedad y su persona si no se cumplía con la
obligación de pago. El prestatario se convertía en un "nexo", lo que significa que quedaba
ligado al prestamista hasta que se pagara la deuda.

Para formalizar el contrato, el prestatario y el prestamista se reunían ante un grupo de


testigos y un juez (llamado "manus iniectio") para realizar un ritual simbólico que
implicaba el uso de una balanza y una piedra. El prestatario colocaba la piedra en la balanza
como símbolo del valor de la deuda, y el prestamista la tomaba como garantía del pago. Si
el prestatario no cumplía con su obligación de pago, el prestamista podía tomar la piedra y
cualquier otra propiedad del prestatario para satisfacer la deuda.

La Ley Nexum fue objeto de críticas y fue finalmente abolida en el siglo III a.C., debido a
que se consideraba que violaba los derechos de las personas y permitía la esclavitud por
deudas. Fue reemplazada por la Ley Poetelia Papiria, que abolía la práctica de la prisión por
deudas y establecía que una persona no podía ser detenida o sometida a la esclavitud por no
pagar una deuda.

La Ley de las Doce Tablas fue un conjunto de leyes escritas que establecieron las bases del
derecho romano y se convirtió en la ley fundamental de la República Romana. Fue
redactada en el año 449 a.C. por un comité de diez magistrados llamado Decemviri y fue
inscrita en doce tablas de bronce que fueron expuestas públicamente en el Foro Romano.

La Ley de las Doce Tablas se centró en establecer los derechos y deberes de los ciudadanos
romanos y en regular las relaciones sociales y comerciales. Las leyes cubrían temas como
la propiedad, los delitos, los contratos, las herencias, la familia, la tutela y la patria
potestad.

La Ley de las Doce Tablas estableció la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos
romanos, independientemente de su estatus social. También estableció los principios de la
responsabilidad individual, la presunción de inocencia y el derecho a la defensa. Además,
estableció castigos para ciertos delitos, como el hurto, la difamación y el perjurio.

La Ley de las Doce Tablas era un conjunto de leyes escritas que establecían las bases del
derecho romano y se dividían en doce tablas de bronce que fueron expuestas públicamente
en el Foro Romano. A continuación, se describen algunos aspectos destacados de cada
tabla:

Tabla I: Esta tabla establecía las normas para el juicio y la citación de los ciudadanos
romanos. También establecía la pena por falsas acusaciones.

Tabla II: Esta tabla se centraba en el derecho de propiedad y en cómo debía transferirse la
propiedad. También establecía la pena por el robo y el daño a la propiedad.

Tabla III: Esta tabla se centraba en los derechos de la familia y establecía las normas para el
matrimonio, la patria potestad y la tutela.

Tabla IV: Esta tabla se centraba en los derechos de los ciudadanos romanos y establecía las
normas para la adopción y la herencia.

Tabla V: Esta tabla se centraba en las obligaciones contractuales y establecía las normas
para el cumplimiento de los contratos.

Tabla VI: Esta tabla se centraba en las obligaciones contractuales y establecía las normas
para el incumplimiento de los contratos.

Tabla VII: Esta tabla se centraba en los delitos y establecía las normas para el
enjuiciamiento de los acusados.

Tabla VIII: Esta tabla se centraba en los delitos y establecía las normas para la pena por
delitos, incluyendo la pena por daños físicos.
Tabla IX: Esta tabla se centraba en los delitos y establecía las normas para la pena por
daños materiales.

Tabla X: Esta tabla se centraba en las relaciones comerciales y establecía las normas para la
compraventa.

Tabla XI: Esta tabla se centraba en las relaciones comerciales y establecía las normas para
la usura y el préstamo de dinero.

Tabla XII: Esta tabla se centraba en las relaciones religiosas y establecía las normas para
las ceremonias y el culto a los dioses. También establecía la pena por el incumplimiento de
estas normas.

La Lex Poetelia Papiria fue una ley romana aprobada en el año 326 a.C. que eliminó la
práctica de la nexum, un antiguo sistema de deuda que permitía a un acreedor romano
tomar como esclavo al deudor que no podía pagar sus deudas.

Antes de la Lex Poetelia Papiria, el nexum era una práctica común en Roma, y se basaba en
un acuerdo entre un deudor y un acreedor en el que el deudor ponía su libertad en garantía
de la deuda. Si el deudor no podía pagar la deuda en el plazo acordado, el acreedor podía
tomar al deudor como esclavo para satisfacer la deuda.

La Lex Poetelia Papiria abolió esta práctica y estableció que ningún ciudadano romano
podía ser tomado como esclavo por deudas. En su lugar, se estableció un nuevo sistema de
garantía de deudas llamado la fidepromissio, en el que un tercero garantizaba el pago de la
deuda en caso de que el deudor no pudiera pagarla.

La Lex Poetelia Papiria tuvo un gran impacto en la sociedad romana, ya que eliminó una
práctica que había sido considerada injusta y opresiva para los ciudadanos romanos más
pobres. Además, la ley sentó las bases para el desarrollo de nuevas prácticas de crédito y
garantías que contribuyeron al crecimiento económico de Roma.

¿De dónde se instruyeron los romanos para lograr la creación de las fuentes de las
obligaciones?

Junto con los romanos, los juristas griegos contribuyeron significativamente al desarrollo
de la teoría de las obligaciones en el derecho. Específicamente, los filósofos y juristas
griegos, como Aristóteles y Platón, sentaron las bases para la comprensión de las
obligaciones en el derecho, y su trabajo fue luego utilizado y ampliado por los juristas
romanos.

Los romanos, por su parte, desarrollaron aún más la teoría de las obligaciones a través de su
derecho civil y su sistema de justicia. Los juristas romanos, como Gayo, Ulpiano y Paulo,
hicieron importantes contribuciones a la teoría de las obligaciones, especialmente en lo que
respecta a la distinción entre las obligaciones civiles y las obligaciones naturales, y al
desarrollo de los contratos y los convenios.

En resumen, tanto los juristas griegos como los romanos hicieron importantes
contribuciones a la teoría de las obligaciones en el derecho, sentando las bases para la
comprensión moderna de las obligaciones legales y contractuales.

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