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EJERCICIO: Se sugiere como dinámica que se separe el grupo de a dos matrimonios (cuatro
personas) y que cada subgrupo de estos intercambie (después de unos 5 minutos de reflexión
personal -con papel y lápiz- sobre su experiencia de conocimiento mutuo, diálogo y pruebas de
amor. Luego se reúnen todos y cada subgrupo expone lo más importante de lo conversado. De ello
se saca un propósito de grupo.
2.- EL CONOCIMIENTO Y VALORACIÓN QUE TIENEN EL UNO DEL OTRO.
¿Qué tipo de conocimiento existe ahora entre nosotros? ¿Podemos decir que ya nos conocemos
“demasiado”? ¿Qué ya no existen misterios del tú para nosotros? Si dijéramos que nuestro cónyuge
ya no tiene misterios para nosotros, ello querría decir que nuestra cercanía e intimidad con él se ha
debilitado. considerablemente. Siempre hay un misterio en el tú; siempre hay algo nuevo en su alma;
siempre riquezas por desenterrar y redescubrir.
EJERCICIO: se forman dos grupos, uno de las mujeres y otro de los hombres.
Cada grupo responde por escrito las siguientes preguntas (se dan unos 5 minutos para hacerlo)
Conviene llevarlas preparadas y entregarlas a los grupos.
*¿En qué cosas creemos que nuestros cónyuges no nos conocen tanto? (No se trata del cónyuge en
particular, con nombre y apellido, sino en general, de lo que observamos en nosotros mismos y en
otras parejas. O sea, ¿qué cosas normalmente no perciben en nosotros nuestros cónyuges? ¿Qué
se les pasa por alto?
*Sabemos que no es fácil guardar la admiración por el otro. ¿Qué nos permite mantener la
admiración por el tú? ¿Qué costumbres concretas nos ayudan a ello?
*¿Es nuestro conocimiento del otro, un conocimiento “comprensivo”, o es un conocimiento que nos
lleva a juzgar, a descalificar, e incluso a “publicar” las fallas del tú ante otras personas?
Luego se reúnen todos y un representante de cada grupo da un resumen de lo que ellos vieron. Esto
lleva a un intercambio al respecto.
EJERCICIO 2. Nos preguntamos lo siguiente:
• ¿Qué cosas nos ayudan a conocernos mejor? (por Ej., darnos tiempo para conversar, etc.)
• ¿Qué cosas obstaculizan el conocimiento mutuo? (por Ej., la adicción a la televisión, etc.)
Las preguntas la responden cada uno por escrito en unos cinco minutos de silencio. Luego se
entabla un diálogo al respecto (conducido por el monitor o por un miembro del grupo). En ambas
modalidades, al término del intercambio, se resume y puntualizan los resultados y conclusiones.
3.- EL DIÁLOGO. El amor se mantiene y alimenta en la medida que cultivamos un diálogo profundo.
La experiencia muestra que la calidad de la vida matrimonial depende en gran parte del diálogo que
existe entre los esposos. Así decimos, por ejemplo, que nuestro matrimonio “anda bien” cuando
sentimos que hay comunicación entre nosotros, cuando tenemos momentos de comunión profundos.
Todo amor, crece en el intercambio y el diálogo. Si este no existe o se da sólo superficialmente,
entonces el amor, poco a poco, se va enfriando; se pierde esa “sintonía interior” que antes existía y
que nos hacía sentirnos felices.
En nuestro tiempo la comunicación profunda entre las personas (la comunidad de corazones) es un
don escaso. Como tanto se ha dicho, como nunca hoy existe abundancia de medios de
comunicación: el teléfono (y no sólo el común, sino el celular, ese que nos acompaña a todos los
rincones), el fax, el beeper, el e-mail, la Internet, etc. Ciertamente no nos podemos quejar pero la
comunicación interior, la comunidad de corazones, el diálogo profundo, eso se da cada vez menos.
Somos lujos de nuestro tiempo. El ajetreo, el stress, las múltiples ocupaciones y responsabilidades,
el diario intercambio de informaciones (normalmente estamos al tanto de todo), nos impiden ir más a
lo profundo. El hombre contemporáneo es un gran solitario: un solitario en medio de la masa y del
bullicio; un solitario cautivado por la pantalla del televisor o sumergido en la computadora.
La disculpa normal es: "no tenemos tiempo". Habría que precisar, no tenemos tiempo para lo
principal, pero sí tenemos tiempo para una infinidad de cosas secundarias: por de pronto, para ver
las noticias (más de una hora), donde hay que “tragarse” los spots publicitarios (innumerables y
repetidos); hay tiempo para los partidos de fútbol, para la teleserie, para entretenemos con el
"saping", y para tantas y tantas cosas más.
No hay diálogo. Pero se conversa - a pesar de que hay matrimonios donde los esposos apenas se
hablan, pero eso es la excepción - la gran mayoría hablan, se conversa y mucho: sobre los niños,
sobre las vacaciones, sobre lo que hay que comprar, sobre lo que le sucedió a tal o cual persona,
etc. etc. Se habla mucho, pero se dialoga poco. Y cuando decimos que no se dialoga, pensamos en
ese saber escucharse el uno al otro, en ese tratar de comprender (poniéndose en su lugar) lo que
éste nos está tratando de decir, en ese “acoger” receptivamente lo que el otro nos quiere comunicar,
en ese adivinar lo que las palabras no logran traducir.
La falta de contacto, afirmaba el P. Kentenich, es la gran llaga de nuestra cultura. ¿Venceremos ese
mal? ¿Lograremos crear una cultura de la verdadera comunicación personal, donde reine la
comunión de corazones, aquel “estar el uno en el otro” tan anhelado por el Señor? ¿Lograremos
superar el “mecanicismo separatista”, donde las personas viven yuxtapuestas, incomunicadas
interiormente, si no es que viven la una contra la otra o prescindiendo de la otra persona? Sí
queremos lograr un verdadero contacto con la realidad sobrenatural, si queremos alcanzar una
comunicación con las personas del mundo sobrenatural, entonces el orden natural debe ser sanado.
No podemos “dar saltos” de lo natural a lo sobrenatural. Entre ambos mundos debe existir una
armonía, una unión ORGANICA.
EJERCICIO.
*Hacemos una “lluvia de ideas” sobre los diversos tipos de diálogo que se dan. Por ejemplo, el
diálogo “informal”, “espontáneo”, los "cariños", un “piropo”, “el diálogo más profundo”, ése que se
da cuando nos sentamos tranquilos a conversar de nosotros mismos, de lo que sentimos y nos
alegra o apena, etc.
*Mientras se nombran los diversos tipos de diálogo, éstos se van anotando en un papelógrafo.
*Luego se hace una votación preguntando cuáles les parecen ser los dos más importantes.
*Determinado el orden se va profundizando sobre cada uno sobre qué ayuda o dificulta su práctica.