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para el
discernimiento
personal.
Misioneras Catequistas
de los Pobres.
2021
Contenido
Contenido ........................................................................................................................................ 1
Pasos para discernir lo que pasa en tu corazón. ............................................................... 2
Método de discernimiento de nuestro Padre Fundador: José Juan de Jesús
Herrera y Piña. ............................................................................................................................ 13
Proceso de Discernimiento ..................................................................................................... 14
Método de Discernimiento de los Discípulos Misioneros de Jesucristo en
Aparecida 266-275. .................................................................................................................... 15
Discernimiento de los afectos................................................................................................ 16
Tabla de discernimiento emocional. ................................................................................... 17
Libreta de discernimiento personal .................................................................................... 24
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Pasos para discernir lo que pasa en tu corazón.
Pautas que ayudan a un alma a discernir los muchos movimientos que ocurren
dentro del corazón.
Iñigo no consideró ni se detuvo a examinar esta diferencia hasta que un día sus
ojos se abrieron parcialmente y comenzó a preguntarse por esta diferencia y
reflexionar sobre ella. Por experiencia, sabía que algunos pensamientos lo
dejaban triste, mientras que otros lo hacían feliz, y poco a poco llegó a percibir
los diferentes espíritus que lo estaban moviendo; mientras unos venían del diablo,
otros venían de Dios.
Primera regla: propio es de Dios y de sus ángeles en sus mociones dar verdadera
alegría y gozo espiritual, quitando toda tristeza y turbación, que el enemigo induce;
del cual es propio militar contra la tal alegría y consolación espiritual, trayendo
razones aparentes, sutilezas y asiduas falacias.
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Comentario: Importantísima esta regla, parece mentira que San Ignacio pudiese
con tan pocas palabras decir tanto y resumir tantas verdades… “Propio es de Dios
y de sus ángeles, en sus mociones, dar verdadera alegría y gozo espiritual, quitando
la tristeza y la turbación”: si yo tengo una moción, un pensamiento que se me cruza
por la cabeza, una idea de hacer tal o cual obra, un proyecto (cualquier cosa que
uno pueda poner en tela de juicio si es de Dios o no): si me da paz, si me da alegría,
si viene con tranquilidad… signo es entonces que es de Dios. Habrá que hacer
algunas otras averiguaciones, pero ya uno tiene un gran parámetro para medir.
Muchas veces estas asiduas falacias no son otra cosa que escrúpulos… (si algo
está bien o no está bien, esto o lo otro, dudando de una cosa, de otra…) perdiendo
tiempo, perdiendo la paz. Es cierto que uno tiene que tener una conciencia delicada
y tratar de penetrar hasta lo último en las pequeñas cosas que Dios me está
pidiendo, pero eso no es ser escrupulosos. Por tanto, gran regla y que hay que
hacerla carne en nuestra vida: si algo no viene con paz, no es de Dios.
Hay que hacer algunas aclaraciones igualmente: una persona que comete un
pecado, en cierto momento puede sentir alguna “paz”, pero es muy distinta a la paz
de la que se está hablando aquí. San Ignacio supone que sabemos todo esto:
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La paz en el mal no es paz, la alegría en el mal no es alegría verdadera. Aquí se
está hablando de una paz espiritual, perfecta. Aquello que me contrista, que me
quita la paz, no es de Dios (una y otra vez repetírmelo). Puede ser que lo que me
quite la paz del momento es hacer una obra de caridad, muy perfecta y que me
cueste un poco, pero eso es del momento y uno en el fondo se da cuenta de que
eso es una cosa muy buena.
Hay veces que realmente me quita la paz una obra de bien y puede ser porque no
estoy llamado yo a hacer eso (pienso “quizás Dios me está pidiendo que haga ayuno
de quince días” y capaz que eso me quita un poco la paz, pero justamente porque
eso no es de Dios), por eso hay que tener cuidado porque incluso en las obras de
bien puede el ángel malo camuflarse, como ya vamos a ver.
Segunda regla. Sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación al ánima sin causa
precedente; porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción en ella,
trayéndola toda en amor de la su divina majestad. Digo sin causa, sin ningún previo
sentimiento o conocimiento de algún objeto, por el cual venga la tal consolación
mediante sus actos de entendimiento y voluntad.
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Entonces uno ya puede dudar, porque si hay causa puede ser también del mal
espíritu, porque el diablo tiene entrada también hasta nuestra imaginación, tiene
poder sobre la materia, entonces algunas cosas de la imaginación él puede
utilizarlas, con el permiso de Dios por supuesto, y nosotros podemos creer que son
de Dios. O por nuestra misma naturaleza, por las cosas que hemos guardado en la
memoria (decimos “estaría bueno hacer esto, o lo otro”).
Si es con causa, entonces tener cuidado porque puede que sea de Dios o puede
que no sea de Dios. “Sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación al ánima
sin causa precedente; porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción
en ella, trayéndola toda en amor de la su divina majestad”.
Tercera regla. con causa puede consolar al ánima así el buen ángel como el malo,
para contrarios fines: el buen ángel, por provecho del ánima, para que crezca y suba
de bien en mejor; y el mal ángel para el contrario, y adelante para traerla a su
dañada intención y malicia.
Comentario: Esta regla complementa lo que venimos diciendo: también puede ser
que con causa sea el buen ángel el que me está dando una moción – el ángel de la
guarda o algún ángel de Dios – o incluso el mismo Dios, pero con alguna causa.
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No quiere decir que si hay alguna causa siempre sea una cosa mala, simplemente
que uno tiene que discernir un poco más, porque el ángel bueno será para que yo
haga cosas buenas, y el ángel malo será para que yo vaya perdiendo escalones en
esta subida a la santidad.
Cuarta regla. Es propio del malvado Ángel, que se forma bajo la apariencia de un
ángel de luz, entrar con el alma devota y salir consigo mismo; es decir, traer buenos
y santos pensamientos, conforme a tal alma justa, y luego, poco a poco, pretende
sacar al alma de sus engaños encubiertos y sus intenciones perversas.
Comentario: Uno tiene que entender esta verdad también. Puede ser que se me
ocurra hacer algo, o cambiar algo en mi vida (algún propósito o cualquier cosa que
sea) que aparentemente sea buena y que sin embargo no sea lo que Dios pide.
El diablo, lamentablemente, nos conoce muy bien, entonces – como veíamos en las
últimas reglas de discernimiento para la primera semana – él, como nos conoce, es
como un caudillo que va a atacar un castillo, él sabe cómo atacarlo, entonces si
nosotros vamos mejorando en la vida espiritual no nos va a ofrecer cosas
pecaminosas muy grandes, porque sabe que las vamos a rechazar, pero si puede
ofrecernos cosas menos buenas de las que estamos haciendo, algo bueno pero que
no es lo que tenemos que hacer (por ejemplo: una madre de familia que se le ocurra
que tiene que rezar cinco horas al día, ir a misa todos los días… y se olvida de sus
hijos, sin dudas que eso no es de Dios y esa puede ser una moción del ángel malo).
Si estoy cumpliendo el deber de estado en alguna cosa y me hace dejarlo por otra
cosa que parece buena, después cuando pasa el tiempo y veo las consecuencias
que tiene ahí me doy cuenta que realmente no era lo mejor; lo importante es verlo
antes, ver que incluso el ángel malo se puede disfrazar de ángel de luz.
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No todo lo bueno que se me ocurre es lo que Dios quiere. Hay que ver si me trae
paz, si no es menos bueno de la cosa que ya estoy haciendo, si no va en contra de
algún deber que tengo, etc.
Puede ser que sea del buen ángel recordarme al amigo… “cuando pueda le
escribo y listo”, pero si me pongo a hacer la cosa y me distraigo…
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Entonces tener cuidado y ver que incluso la misma cosa que se me ocurre puede
ser buena, puede traerme cierta intranquilidad, pero como dice San Ignacio al
terminar “si enflaquece, o inquieta o conturba el ánima”, quitándole la paz, la
tranquilidad, por más que sea buena también es sigo de que pueda ser del mal
ángel.
Séptima regla. En aquellos que van de bueno a mejor, el ángel bueno toca a tal
alma dulce, ligera y suavemente, como una gota de agua que entra en una esponja;
y el mal lo toca bruscamente y con ruido e inquietud, como cuando la gota de agua
cae sobre la piedra. Y los espíritus antes mencionados tocan de manera contraria a
aquellos que van de mal en peor. La razón de esto es que la disposición del alma
es contraria o similar a los dichos Ángeles. Porque, cuando es contrario, entran
perceptiblemente con estrépito y ruido; y cuando es así, entran silenciosamente en
su propia casa, a través de la puerta abierta.
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Ver entonces en nuestra vida: si estamos de bien en mejor y se nos ocurre algo,
viene un pensamiento muy estrepitosamente, muy alborotadamente con falta de con
naturalidad… muy probablemente eso no sea de Dios.
A veces puede pasarle a una persona escrupulosa, que de un momento para otro
se dé cuenta “hice esto mal” y se le viene un pensamiento dolorosísimo de algo que
hizo mal y que casi no se había ni dado cuenta y de todas las consecuencias que
tiene… es un pensamiento muy estrepitoso: eso no viene de Dios; justamente el
diablo sabe que la persona es escrupulosa y por ahí le ataca.
Si fuese que Dios quisiere remordernos con alguna cosa que hemos hecho mal, es
muy distinto: es más suave, con la dulzura del arrepentimiento. Tampoco puede ser
que me dé cuenta que hice algo tan mal si en el momento que lo hice no me daba
cuenta, si puede ser algo para mejorar, algo en lo que no estuve tan bien, puede
ser una falta menor pero no puede ser un pecado grave sin haberme dado cuenta.
(Además, para que haya pecado mortal sabemos que tiene que haber pleno
conocimiento, pleno consentimiento, y materia grave). Y si uno va de mal en peor
uno no está en el camino de la virtud, sino que se ha apartado, entonces es el
contrario modo: las cosas que nos induzca, nos muestren o nos trate de proponer
el mal ángel, van a ser dulces, van a ser suaves, van a ser como connaturales a
nosotros, no van a entrar con estrépito a nuestra alma; y las del buen ángel si – por
los contrarios, como dice San Ignacio – .
Octava regla. Cuando la consolación es sin causa, dado que en ella no haya
engaño por ser de solo Dios nuestro Señor, como está dicho, pero la persona
espiritual, a quien Dios da la tal consolación, debe, con mucha vigilancia y atención,
mirar y discernir el propio tiempo de la tal actual consolación, del siguiente en que
la ánima queda caliente, y favorecida con el favor y reliquias de la consolación
pasada; porque muchas veces en este segundo tiempo por su propio discurso de
hábitos y consecuencias de los conceptos y juicios, o por el buen espíritu o por el
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malo forma diversos propósitos y pareceres, que no son dados inmediatamente de
Dios nuestro Señor; y por tanto han menester ser mucho bien examinados, antes
que se les dé entero crédito ni que se pongan en efecto.
Eso es de Dios, ahora “el alma queda caliente” dice San Ignacio y sigue
razonando a partir de los hábitos que tiene, las costumbres, la manera de juzgar,
entonces, si, por ejemplo, esa persona es escrupulosa: “tengo que entregar todo
a Dios significa que no tengo que mirar más nada, que no tengo que ir a ningún
lado, que no tengo que comer más nada, que no tengo que…”; o si la persona
es muy irascible: “significa que tengo que matar a todos los herejes, los
pecadores de la ciudad…” eso ya no es de Dios.
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Novena regla. Hay tres causas principales por las que podemos estar desolados:
1. Por descuidar nuestra vida espiritual… Admítelo, es culpa tuya.
2. Dios puede estar poniéndonos a prueba para ver si también le somos fieles
cuando no sentimos su presencia.
Decima primera regla. En la consolación procura pensar en lo poca cosa que eres.
Humíllate y date cuenta de que sin Dios no puedes hacer nada. Por el contrario, en
la desolación piensa en lo mucho que puedes con su ayuda y que con su gracia
podrás resistir hasta la mayor oscuridad.
Decima segunda regla. El enemigo se comporta como una mujer que riñe con un
hombre. Así pues, se crece al reñir cuanto más huya y la esquive el hombre. Y
cuanta menos resistencia oponga, más se enfurece la mujer hasta llegar a ser como
una bestia salvaje. Pero si el hombre se mantiene firme y se encara con ella, la
mujer rápidamente se echa atrás y se enflaquece su ánimo.
El maligno se echa atrás enseguida cuando la persona a la que está tentando actúa
de manera diametralmente opuesta a la que él pretende con sus tentaciones. Por el
contrario, cuando la persona empieza a flaquear, a dejarse llevar por el temor y a
no oponer resistencia, el diablo acrecienta sus esfuerzos en hacer caer a esa
persona.
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Decima tercera regla. El enemigo también actúa como un amante prohibido.
Este enamorado que va tras la hija de buen padre o esposa de buen marido, no
quiere que salga a la luz lo que le dice y lo hace en secreto. Y le enfurece mucho
que la hija le confiese a su padre o la esposa a su marido lo que él pretende que
sea secreto, porque de ese secreto depende el éxito de su empresa, y el que salga
a la luz le trunca los planes.
Del mismo modo, cuando el maligno seduce con vanas promesas, no quiere que la
persona a la que está tentando se las confiese a un buen confesor que conoce como
suele actuar él, ya que el confesor advertirá a la persona y le dará buen consejo, y
hará que su estrategia falle.
Decima cuarta regla. Asimismo, el enemigo actúa como el caudillo que intenta
conquistar una ciudad amurallada. Tras examinar cuidadosamente la muralla,
dirigirá todo su empeño y sus hombres al punto más débil de esa muralla para entrar
por ahí.
Nuestro enemigo lo hace de igual manera. Nos rodea y nos escudriña, toma nota
de nuestras virtudes y vicios, y no nos ataca a través de nuestras virtudes, donde
probablemente podríamos resistirle, sino a través de nuestras debilidades.
¡Ahí las tienes! No te dejes vencer, sino aprende a defenderte bien tomando tus
fuerzas en Jesucristo.
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Método de discernimiento de nuestro Padre Fundador:
José Juan de Jesús Herrera y Piña.
Párrafo 3… quise ocultar aquella 1. Querer la voluntad de Dios.
impresión tratando el asunto con cierta 2. Escuchar las mociones:
indiferencia, intentando informarme De sí mismo/otros
bien después, reflexionar 3. Santa
maduramente delante de Dios y exigir indiferencia/desapego/libertad.
las pruebas obligadas en estos 4. No proceder con precipitación.
casos… 5. Informarse bien/consultar.
Le recomendé también, que pidiera 6. Reflexionar delante de Dios.
mucho para que Dios N. S. nos hiciera 7. Pedir oraciones.
conocer y después llevar a cabo su 8. Buscar confirmación.
divina voluntad. 9. Llevar a cabo su Divina Voluntad.
Párrafo 8…antes de dirigirme a la
Santa Sede, por un año entero no he
hecho otra cosa que pensar delante de
Dios este asunto, y con la reserva
necesaria, consultarlo con personas
autorizadísimas…
De una manera providencial se
llenaron los requisitos que proponía el
Sr. Arzobispo de Michoacán para
proceder con mayor seguridad.
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Proceso de Discernimiento
• Ventajas.
• Inconvenientes o desventajas en cada uno de los actores, una vez que se ha
clarificado en comunidad, ir a orar.
• Durante la oración ver:
o ¿Cuáles son los sentimientos frente a cada una de las
alternativas? Pasear por las dos con sus ventajas y desventajas.
o ¿Qué ocasiona estos sentimientos?
• Compartir lo orado y estos dos puntos:
o Escribir todo lo que dice cada una.
o Vuelvo a oración viendo si lo que dice cada una modifica mis
sentimientos, si enriquece mi discernimiento, ¿lo cambia?
¿lo modifica?
• Con esto, volver a las 2 alternativas para ver a qué me inclino.
o Compartirlo con todo y sus causas.
o Escucharse y volver a escribir.
• Vuelvo a orar y tomo una decisión.
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Método de Discernimiento de los Discípulos
Misioneros de Jesucristo en Aparecida 266-275.
José Luis Fernández de Valderrama (Misionero del espíritu santo).
1. La memoria agradecida.
2. Contemplando la realidad.
Revisar, evaluar y confrontar nuestra actuación y tomar las decisiones que más nos
acerquen al plan de Dios. Compromiso.
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Discernimiento de los afectos.
Sin caer de modo alguno en una autocomprensión narcisista, se trata, más bien, de
no escondernos a nosotros mismos ningún sentimiento, ningún afecto, tal vez con
el pretexto de que se lo juzgue como algo malo.
Todo aquello que es reprimido, en efecto, vuelve bajo otras formas y se convierte
en veneno que contamina la vida personal y comunitaria.
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Tabla de discernimiento emocional.
Es una herramienta de acción para los que intentan ser más felices (consigo mismos
y con el mundo) y desarrollarse plenamente como personas al ejercer todo el poder
que le corresponde, en libertad. Es importante realizar todo el ejercicio de forma
escrita, ya que, en caso contrario, es difícil analizar los pensamientos.
Ejercicio 2: Las primeras emociones, se trata de dar una respuesta concreta ante
la pregunta: ¿Cómo me siento ante esa situación? Esto es, que identifique las
emociones y sentimientos (poner nombre a ese malestar emocional que siente) que
surgen en cada una de las situaciones difíciles que ha identificado.
“Escribir las frases concretas que pasan por nuestra cabeza, sin censuras,
sin retoques ni maquillajes, es fundamental para poder analizarlas
y cambiarlas”.
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Ejercicio 4: Las Distorsiones o errores Cognitivos. Nos referimos a formas poco
objetivas de ver las cosas, que además de producirnos malestar emocional nos
hacen sentir menos capaces de afrontar las situaciones.
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− Dramatización: Usar adjetivos desmedidos. Se manifiesta al dramatizar las
situaciones utilizando adjetivos desmesurados como «horroroso»,
«insoportable», «fatal», «terrible», «catastrófico», etc. Las consecuencias
principales del uso de adjetivos desmedidos son: Dramatiza la gravedad de la
situación y producir sentimientos de incapacidad para poder afrontar la
situación.
− Catastrofismo: Anticipar lo peor. Consiste en prever de antemano, que van a
ocurrir eventos o situaciones negativas (que en realidad son poco probables),
sin pensar en cómo se podrían prevenir o cómo se podrían paliar sus
consecuencias si llegaran a ocurrir. Suele detectarse esta distorsión porque
viene precedida, con frecuencia, por expresiones como: · «¿Y si...?» · «Seguro
que...». Los efectos principales de los pensamientos anticipatorios
improductivos (que también suelen llamarse «catastrofismo») son: Aumenta las
sensaciones de temor y ansiedad, y en general de vulnerabilidad. Bloquea la
capacidad para buscar soluciones y provoca, en ocasiones, una huida de la
situación.
− Lectura mental: Leer los pensamientos. Esta distorsión podría describirse de
la siguiente forma: tener la certeza de que se sabe lo que otras personas están
pensando, sintiendo o deseando (o las razones de su conducta), sin tener
pruebas objetivas para ello. El riesgo de utilizar lecturas mentales, es el de
equivocarse y actuar sobre la base de un diagnóstico que no es cierto. Las
intuiciones, igual que las hipótesis, hay que confirmarlas. Con frecuencia detrás
de este tipo de pensamiento suele haber una creencia errónea: imaginar que la
gente siente y reacciona de igual forma que uno mismo.
− Falacia de control por exceso: Creerse responsable de todo. Esta forma de
ver las cosas se produce cuando pensamos que tenemos TODO el control y,
por lo tanto, toda la responsabilidad sobre determinados sucesos o situaciones,
cuando, en realidad, no es así. Por ejemplo, pensar que somos los responsables
de la felicidad o del sufrimiento de los demás.
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Las consecuencias negativas principales de las falacias de control por exceso
suelen ser: Genera sentimientos de culpabilidad. Conlleva dificultades para
delegar responsabilidades y produce agobio por exceso de responsabilidad.
− Falacia de control por defecto: Creerse no responsable de nada. Consiste
en pensar que no se tiene NINGUNA responsabilidad y, por lo tanto, ningún
control sobre determinados sucesos o situaciones, cuando realmente sí se tiene
algún tipo de control. Esta forma distorsionada de ver la situación puede tener
como consecuencias: La paralización de actuaciones dirigidas a modificar la
situación. La aparición de intensos sentimientos de impotencia y la disminución
de la probabilidad de cambiar la situación.
− Uso del «debería»: Transformar los deseos en obligaciones. Consiste en
convertir algo tan estimulante y motivador como los deseos en principios u
obligaciones morales. Cuando hablamos de deseos, la forma más adecuada de
expresarlos sería a través de verbalizaciones del tipo: «me gustaría», «quisiera»
... Las consecuencias de tratar de motivarnos sobre la base de principios
morales u obligaciones son: Obstaculiza la puesta en marcha de actuaciones
concretas y genera culpabilidad cuando no cumplimos «los deberes» que nos
hemos impuesto a nosotros mismos.
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Una posible pregunta clave para lograrlo es: ¿Cómo puedo valorar esta situación
de una forma menos distorsionada, más objetiva y realista? Es imprescindible que,
en esta nueva valoración de la situación, los nuevos pensamientos resulten creíbles
para la persona que realiza el ejercicio.
“Crear pensamientos más objetivos, más justos y más realistas, que sean
coherentes con mis valores, me ayuda a sentirme mejor y a tener más poder
sobre mi vida”.
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Ejemplo:
Situación: (En tiempo de pandemia…) Entrar en casa, donde me esperan mis dos
hijos y mi marido.
Emociones Pensamientos Distorsiones Nuevos pensamientos Nuevas
emociones
Angustia “¿Y si contagio a mis Catastrofismo “Voy a tomar las medidas Tranquilidad
Culpa hijos o a mi marido?” adecuadas para reducir al
máximo el riesgo, sin bajar
la guardia”.
Impotencia “¡No puedo más! Falacia de “He decidido aprovechar la Satisfacción
¡Cuándo va a acabar control por situación para disfrutar más
la pandemia!” defecto de mis hijos y de mi marido,
y para hacer más cosas
juntos”.
Desesperación “Necesito abrazarlos Filtro mental “Vamos a reinventarnos Alegría
y sé que no puedo como familia amorosa:
hacerlo” vamos a utilizar el saludo
con los codos, las sonrisas
y otros gestos del lenguaje
no verbal, que pueden
darnos mucho juego y
mucha satisfacción”.
Pese a la historia cultural con la que cargamos, pese a la herencia genética que
traemos, pese a las presiones sociales que nos inundan, pese a todo ello, tenemos
el poder para crear nuestros propios pensamientos, para decidir cómo nos tomamos
las cosas, cómo afrontamos las situaciones de nuestra vida.
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Situación:
Referencias:
Gimnasia emocional. Pasamos a la acción. José Luis Bimbela Pedrola.
https://www.easp.es/project/gimnasia-emocional-pasamos-a-la-accion/
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Libreta de discernimiento personal
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DISCERNIMIENTO PERSONAL Mes de _____ de _____
Semana del _____ al _____ de ______
Acontecimiento
Hecho que me
suscitó el
movimiento interno
más significativo en
este día.
Sensación
corpórea y
sentimiento
que brotaron en mi
durante este
acontecimiento.
Pensamiento
que acompañó a la
sensación y al
sentimiento.
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Deseos
A que me sentí
invitado en el
momento del
acontecimiento.
Calificación
Moción o treta en
estado de
consolación (vida) o
desolación (muerte)
¿por qué?
Invitación:
impulsos o
correctivos
Qué tengo que
impulsar, corregir o
cambiar.
Estado de
Animo
Trayectoria o
hilo conductor
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Invitaciones que el Espíritu de Dios suscito en mi con lo que viví en las semanas.
Trayectorias o
hilos 1ª Semana 2ª Semana
conductores
Tónica global de
la semana
a) Espiritual
b) Afectivo
c) Cognoscitivo
d)
Socio – político
e)
Físico-biológico
f)
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TRAYECTORIAS 3ª Semana 4ª Semana
o hilos
conductores
TÓNICA global
de la semana
a) Espiritual
b) Afectivo
c) Cognoscitivo
d)
Socio – político
e)
Físico-biológico
f)
TÓNICA DEL
MES:
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