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Examen N o 2 de Embriología y Anatomía

Temas: Sistema Endocrino, Sistema Cardiovascular y Sistema Muscular.

EL SISTEMA ENDOCRINO.
El sistema endocrino es un conjunto de glándulas y órganos que elaboran hormonas y las
liberan directamente en la sangre para que lleguen a los tejidos y órganos de todo el
cuerpo. Estas hormonas controlan muchas funciones importantes, como el crecimiento y
el desarrollo, el metabolismo y la reproducción.

El sistema endocrino incluye el hipotálamo, la glándula pineal, la hipófisis, la glándula


tiroidea, las glándulas paratiroideas, el timo, las glándulas suprarrenales y el páncreas.
También incluye los testículos en los hombres, así como los ovarios y la placenta (durante
el embarazo) en las mujeres.

Casos clínicos en endocrinología:


 Hipogonadismo: Incapacidad de las gónadas, los testículos en los hombres y los
ovarios en las mujeres. La producción de testosterona en el hombre y de
estrógeno en la mujer se encuentra inhibida. El crecimiento y el desarrollo sexual
pueden verse afectados cuando la aparición se da antes de la pubertad. Después
de la pubertad, puede haber dificultades sexuales, como fertilidad reducida y
ausencia de la menstruación. Los tratamientos incluyen terapia de reemplazo
hormonal y reproducción asistida.
 El hipertiroidismo (actividad excesiva de la tiroides) produce aumento de la
ingesta de agua y alimentos, pérdida de peso, sudoración excesiva, pérdida de
masa muscular, temblor, aumento de frecuencia cardiaca y nerviosismo, entre
otros. También se puede observar un agrandamiento de la tiroides conocida como
bocio, aunque este se puede deber a una muy baja ingesta de yodo.
  El hipotiroidismo (actividad disminuida de la tiroide) produce manifestaciones
contrarias, como aumento de peso sin incremento de la ingesta de alimentos,
sudoración disminuida y piel seca, disminución de los movimientos, del habla y del
pensamiento, entre otros.

 El hipoparatiroidismo (deficiencia de la hormona paratiroidea): puede provocar la


disminución del calcio en la sangre, ocasionando aumento de la excitabilidad
neuromuscular, calcificación de articulaciones y engrosamiento de algunas piezas
del esqueleto.
 El hiperparatiroidismo (exceso de la hormona paratiroidea) produce efectos casi
contrarios, como embotamiento mental, debilidad muscular formación de cálculos
renales, debilidad y deformidades óseas.
 La Diabetes: La carencia de la insulina genera una enfermedad denominada
diabetes que se caracteriza por niveles extremadamente elevados de glucosa en
sangre. La persona pierde peso y excreta azúcar en la orina. La hiperglicemia es
toxica para el individuo y puede llegar a ser fatal.
 insuficiencia suprarrenal: La insuficiencia suprarrenal es un trastorno que se
presenta cuando las glándulas suprarrenales no producen la cantidad suficiente de
ciertas hormonas. Puede ocurrir derivado de cualquiera de lo siguiente: Hay daño
en la glándula suprarrenal debido por ejemplo a la enfermedad de Addison u otra
enfermedad de la glándula suprarrenal o cirugía. La hipófisis está dañada y no
puede secretar ACTH (hipopituitarismo). Los síntomas más comunes de
la insuficiencia suprarrenal son: fatiga crónica o de larga duración, debilidad
muscular, inapetencia, adelgazamiento, dolor abdominal.
 Prolactinoma: Tumor de la glándula pituitaria que secreta hormonas. La glándula
productora de hormonas en el cerebro (glándula pituitaria) produce prolactina en
exceso, lo que disminuye los niveles de hormonas sexuales. La causa es un tumor que
no es canceroso en la glándula. Los síntomas más comunes incluyen secreciones de
los senos y períodos menstruales irregulares en las mujeres. Los hombres pueden
experimentar una disminución del deseo sexual y aumento del tamaño de los senos. El
prolactinoma puede causar infertilidad y problemas de la visión. El tratamiento incluye
medicamentos, cirugía y radioterapia.
Enfermedad de Graves: Trastorno del sistema inmunológico de la glándula con forma
de mariposa ubicada en el cuello (tiroides).
La glándula tiroides produce hormonas en exceso. La enfermedad es más común en
las mujeres menores de cuarenta años.
Los síntomas incluyen ansiedad, temblor en las manos, sensibilidad al calor, pérdida
de peso, hinchazón de los ojos y agrandamiento de la tiroides. El tratamiento incluye el
uso de medicamentos. Algunas veces, se extirpa la tiroides.
 Tiroiditis de Hashimoto: Afección en la que el sistema inmunológico ataca a la
glándula con forma de mariposa ubicada en el cuello (tiroides).
Inicialmente, la inflamación de la glándula tiroides ocasiona una filtración que tiene
como resultado un exceso de las hormonas tiroideas (hipertiroidismo). Más adelante,
la inflamación evita que la glándula tiroides produzca suficientes hormonas
(hipotiroidismo). Los síntomas incluyen fatiga y aumento de peso inexplicable.El
tratamiento con medicamentos de hormona sintética suele ser efectivo.

SISTEMA CARDIOVASCULAR
El sistema cardiovascular está constituido por el corazón, los vasos sanguíneos (arterias,
capilares, vénulas y venas) y la sangre que circula por ellos. Su adecuado funcionamiento
es esencial para que tengamos buena salud.
Un individuo adulto tiene aproximadamente 5 litros de sangre. Disueltos en esa sangre se
transportan el oxígeno y los nutrientes a cada rincón del cuerpo humano. Además, la
sangre también se encarga de recoger el dióxido de carbono y desechos celulares.

La sangre rica en oxígeno y nutrientes es de color rojo brillante, se denomina sangre


arterial, y discurre por las arterias. La sangre que vuelve con poco oxígeno y con desechos
celulares, es de un color rojo más oscuro, y se denomina sangre venosa
El sistema arterial se va a ramificar progresivamente formando una extensa red de
arterias cada vez más finas para formar los capilares, que alcanzan cada una de las células
de nuestro organismo.

El circuito venoso es justo lo contrario. Las sustancias de desecho se vierten en las venas
más finas (llamadas vénulas), que en su camino de vuelta confluyen unas con otras
formando venas cada vez más gruesas hasta retornar al corazón.

Cuando hablamos de vasos sanguíneos, nos referimos  tanto a las arterias como a las
venas. Si se unieran todos los vasos sanguíneos que tiene un individuo adulto, y se
colocaran en línea recta, cubrirían una distancia de más de 96.000 kilómetros, lo suficiente
como para dar más de dos vueltas a la tierra.

La aorta es la principal arteria que sale del corazón, y transporta sangre rica en oxígeno y
nutrientes.

Las venas cavas devuelven al corazón sangre pobre en oxígeno que será enviada a los
pulmones donde se eliminará el dióxido de carbono y se cargará de oxígeno.

La sangre oxigenada vuelve al corazón para iniciar de nuevo el recorrido.

El corazón

El corazón es un órgano muscular formado por dos aurículas (aurícula izquierda y aurícula
derecha) y dos ventrículos (ventrículo izquierdo y ventrículo derecho). Ocupa un lugar
central en este sistema de tuberías, y  tiene la misión de bombear la sangre para que
circule sin descanso durante toda nuestra vida.

Para entender cómo el corazón realiza su función, debemos estudiar por separado la parte
derecha y la parte izquierda pues son circuitos separados.

La parte derecha del corazón (aurícula y ventrículo derechos) reciben la sangre pobre en
oxígeno procedente del cuerpo a través de las venas principales, y la envían a los
pulmones donde el dióxido de carbono es el expulsado.

Una vez oxigenada la sangre regresa a la parte izquierda del corazón Desde la aurícula
izquierda, la sangre rica en oxígeno pasa al ventrículo izquierdo, que la impulsa por la
arteria principal (denominada arteria aorta) para seguir avanzando hasta cada rincón de
nuestro cuerpo. En el siguiente vídeo se puede observar este proceso a nivel del corazón.

El motivo por el que el corazón se divide en aurículas y ventrículos es el modo en que la


naturaleza puede garantizar que la sangre circule de forma constante. La parte inferior
llamada ventrículo, más fuerte y es la que, en última instancia, se encarga de bombear la
sangre a través de las arterias principales. La parte superior, denominada aurícula digamos
que funciona como una cámara accesoria donde se acumula la sangre que llega al corazón
mientras el ventrículo se está contrayendo.

Cada aurícula y su ventrículo correspondiente deben estar coordinados entre sí para que
la función de bombeo sea óptima.

Como muestra el vídeo, cuando el ventrículo se contrae (sístole), la sangre que sigue
llegando al corazón se va acumulando en las aurículas. Una vez se han llenado las
aurículas, y el ventrículo ha tenido tiempo para relajarse [diástole], las aurículas se
contraen y hacen que la sangre llene los  ventrículos antes de que éstos se vuelvan a
contraer (sístole). Este ciclo se repite sin descanso, ente 60 y 70 veces cada minuto.

Cada aurícula se separa del ventrículo de su lado por medio de las válvulas cardíacas.
Gracias a que las válvulas cardíacas se abren en un solo sentido, y también a la
coordinación existente entre las aurículas y los ventrículos, se garantiza que la sangre
circule en una sola dirección, y que las interrupciones entre cada contracción ventricular
sean mínimas.

A modo de síntesis, podemos decir que las estructuras que forman el corazón son cuatro:

Músculo cardíaco: también llamado miocardio, se encuentra formando las aurículas y los


ventrículos, y con su contracción y relajación son los que en última instancia bombean la
sangre para que recorra el sistema circulatorio. El pulso no es más que la percepción del
empuje rítmico de la sangre en las arterias cada vez que el ventrículo se contrae.  Las
enfermedades que afectan al músculo cardíaco pueden hacer que éste se contraiga con
menos fuerza y no garantice el aporte adecuado de oxígeno y nutrientes a todas las
células.

Válvulas cardíacas: estructuras finas pero enormemente resistentes que permiten que la
sangre circule en un solo sentido. Existen válvulas entre las aurículas y los ventrículos
(válvula mitral y válvula tricuspídea) y también existen válvulas entre los ventrículos y las
arterias principales (válvula aórtica y válvula pulmonar). Cuando la cámara se contrae, la
sangre impulsada abre las válvulas; y cuando la cámara se relaja, las válvulas se cierran
impidiendo que la sangre refluya hacia atrás. Las enfermedades que afectan las válvulas
del corazón pueden dificultar el paso de la sangre a través de las mismas o en otras
ocasiones pueden no cerrar adecuadamente y permiten que la sangre refluya en lugar de
moverse en un solo sentido.
Sistema eléctrico cardíaco: constituido por fibras nerviosas que funcionan de modo
autónomo. Se encargan de regular la frecuencia a la que se contrae el corazón y también
de la adecuada coordinación entre la contracción de las aurículas y la de los ventrículos. El
estímulo inicial se genera en las aurículas, y, después de un pequeño intervalo de tiempo
se transmite a los ventrículos, de esta forma las aurículas se contraen e impulsan la sangre
a los ventrículos y, una fracción de segundo después, el impulso llega a las ventrículos
(que ya han tenido tiempo de llenase de sangre procedente de las aurículas), y éstos se
contraen impulsando la sangre a través de las arterias. Cuando una enfermedad afecta a
este sistema eléctrico, el corazón puede latir mucho más lento o en otras ocasiones de
forma irregular; ambas situaciones comprometen la adecuada función de bombeo del
corazón.

Vasos sanguíneos del corazón: al igual que cualquier otro tejido de nuestro cuerpo, el
corazón también necesita un sistema de vasos sanguíneos por los que circule sangre que
le aporte oxígeno y nutrientes.
Las arterias que llevan sangre oxigenada al músculo cardíaco se denominan arterias
coronarias. Las enfermedades que afectan a las arterias del corazón pueden producir
estrechamiento de las mismas y reducir así la cantidad de oxígeno y nutrientes  que llegan
a cada parte del corazón produciendo una angina de pecho o incluso un infarto de
miocardio. El mal funcionamiento de cualquiera de estos 4 componentes repercutirá
negativamente en la función cardíaca en su conjunto.

SISTEMA MUSCULAR
Al referirnos al sistema muscular, hablamos del conjunto de más de 650 músculos
diferentes que componen el cuerpo humano, la mayoría de los cuales pueden ser
controlados a voluntad y que permiten ejercer la fuerza suficiente sobre el esqueleto para
movernos.

El sistema muscular del ser humano es vasto y complejo, constituyendo el 40% del peso


de un adulto, generando además la mayor parte de su calor corporal. Junto con el sistema
óseo (huesos) y el articular (articulaciones), constituye el llamado sistema locomotor,
encargado de los movimientos y desplazamientos del cuerpo.

Los músculos que componen este sistema están compuestos a su vez por células con alto
nivel de especificidad, lo cual les confiere propiedades puntuales como la elasticidad.
Estas células, llamadas miocitos, pueden someterse a estiramientos y compresiones
intensas sin poner en riesgo (hasta cierto punto) su constitución. Por ello las fibras
musculares son tan resistentes y elásticas.

Los músculos, además, excitables eléctricamente, y es así como el sistema nervioso los


controla.

Existen tres tipos esenciales de músculos:


 Músculos esqueléticos o estriados. Se llaman así porque bajo
el microscopio presentan estrías, así como una forma larga característica. Además, son
los que conectan con los huesos del organismo y permiten el desplazamiento o el
movimiento de las extremidades.
 Músculos cardíacos. Como su nombre lo indica, son los músculos de la pared del
corazón (miocardio), y son músculos estriados con características precisas, ya que
requieren estar interconectadas para poder contraerse y expandirse de manera
totalmente sincronizada.
 Músculos lisos. Se les conoce también como viscerales o involuntarios, ya que no
están comprometidos con el movimiento voluntario del cuerpo, sino con sus funciones
internas (sistema nervioso vegetativo autónomo). Por ejemplo, el movimiento de los
intestinos o del tubo digestivo, o de apertura o cierre del iris en el ojo. Se reconocen
fácilmente pues carecen de estrías como los tipos anteriores.

Partes del sistema muscular


El músculo orbicular que hay en nuestros párpados permite abrir y cerrar los ojos.

El sistema muscular se compone de una variedad enorme de músculos, entre los cuales
encontramos:

 Músculos fusiformes. Aquellos con forma de huso, gruesos en la parte central y


delgados en los extremos, como los presentes en los miembros superiores e inferiores.
 Músculos planos y anchos. Presentes sobre todo en la pared abdominal, movilizan y
protegen a los órganos internos inferiores.
 Músculos abanicoides. Como su nombre lo indica tienen forma de abanico, y dos
ejemplos importantes son los pectorales (en el pecho) y los temporales (en la
mandíbula).
 Músculos circulares. Presentan forma de anillo, por lo que sirven para cerrar (al
contraerse) o abrir (al relajarse) diversos conductos, como el orificio anal por el que
defecamos.
 Músculos orbiculares. Semejantes a los fusiformes, pero tienen un orificio en el
centro, por lo que permiten abrir y cerrar otras estructuras. Un ejemplo es el músculo
orbicular que hay en nuestros párpados.

Funciones del sistema muscular


Los músculos deben ser fuertes y estar diseñados para el ejercicio continuo.

El sistema muscular es vital para el organismo, ya que se ocupa de mantener las cosas en
movimiento. Por ejemplo, el corazón es un órgano que no puede cesar de bombear
sangre, pues nos ocasionaría la muerte.
Por ende, sus músculos deben ser fuertes y estar diseñados para el ejercicio continuo. Del
mismo modo, los movimientos digestivos, desde la tráquea a los intestinos, son
responsabilidad muscular, o los respiratorios.

En segundo lugar, la musculatura permite el movimiento voluntario, que es la mejor forma


de lidiar con el entorno para los seres vivientes: nos permite movilizar el esqueleto y
desplazarnos para cambiar de lugar, o usar de un modo específico nuestras extremidades
y construir alimentos, acariciar a nuestros seres queridos o defendernos de un atacante.

Incluso gestos tan simples como mover nuestros ojos o sonreír, se deben a la acción
puntual de algún conjunto de músculos del cuerpo.

Enfermedades del sistema muscular


Los músculos pueden ser aquejados por dolencias de distinto tipo, tales como:

 Desgarros. Rupturas parciales del tejido muscular que, si bien pueden repararse solas
con el tiempo, por lo general disminuyen la capacidad motriz y resultan sumamente
dolorosas.
 Calambres. Contracciones dolorosas e involuntarias de un músculo puntual, debido a
fatiga extrema o a desbalances en la química muscular.
 Atrofia. Debido a falta de uso prolongado, a enfermedades o a traumatismos
importantes, los músculos pueden cesar de funcionar y volverse atrofiados, es decir,
perder el volumen de su tejido.
 Poliomielitis. Producida por un virus, esta enfermedad realmente aqueja al sistema
nervioso, pero al paralizar los impulsos eléctricos ocasiona una atrofia artificial sobre
la musculatura.

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