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RASGOS DE LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA

La filosofía helenística rompe radicalmente con el periodo anterior y sus


preocupaciones ya no son las mismas. Para empezar, el ser humano, ya no se concibe
como un zoon politikon, como lo habría hecho Aristóteles. Para el estagirita, como para
Platón, el ser humano sólo podía entenderse dentro de la polis, su lugar natural y el
único capaz de proporcionarle una vida feliz. Pero ahora, será el individuo el centro del
debate filosófico, y empieza a demandarse su independencia, su autonomía. El
individuo, por tanto, sustituye a la ciudad, y la ética, a la política.
La ética helenística, se fundamenta en las leyes de la naturaleza, en la física y se torna
más natural y mundana, y su finalidad es puramente práctica. De lo que se trata es de
encontrar el camino que nos ayude a vivir. Toda la filosofía helenística se fundamenta
en la moral, y queda dividida en tres ramas principalmente: la lógica, la física y la ética.
La filosofía de la época helenística se caracteriza por la ausencia de grandes sistemas
especulativos y el interés por problemas científicos concretos, el aumento de la
erudición y la búsqueda de soluciones filosóficas que justifiquen la vida humana, ésta
cobre sentido y encuentre su equilibrio, en resumen, por las que la persona sea feliz. Las
grandes escuelas (escéptica, estoica, epicúrea y cínica) responden a estas características.
Por otro lado, el contacto con pueblos orientales despierta el interés por la especulación
místico-religiosa, de la que amplía el campo de difusión de las doctrinas helenísticas. A
todo esto se une la irrupción del cristianismo, que, filosóficamente, intentará erigirse en
continuador de la gran tradición griega.
Las principales características de la filosofía helenística son:
Con la caída de las ciudades-Estado, la forma como Aristóteles definía al hombre como
un animal cívico en tanto que su realización estaba ligada a la autosuficiencia de las
polis, entró en crisis. Así, el hombre pasó a ser entendido como un animal social, en
tanto que su realización ahora estaba en sí mismo y en ser parte de la humanidad y de la
naturaleza.
Debido a la inestabilidad política, la filosofía helenística se centró en la búsqueda de la
felicidad y la seguridad individual.
Como la política no es sólida, y por tanto las leyes tampoco, la filosofía busca la
seguridad del individuo en los principios naturales, desarrollando una Ética cosmopolita
y naturalista.
Como la metafísica ha pasado a un segundo plano, el filósofo se convierte en aquel que
no solo sabe, sino que también sabe vivir. Así, se busca tener una vida práctica.
Con el pensamiento abstracto caído en crisis, la filosofía se divide en tres ramas
concretas: ética, física y lógica, las cuales buscan la moralidad.
La filosofía de esta época está caracterizada por el surgimiento de diferentes escuelas,
las cuales se influencian y se contradicen entre sí.

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