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Saturno, Dios del tiempo, se fue comiendo uno a uno a sus hijos por miedo a que
lo destronaran. Este simpático Dios ya había castrado a su padre Urano y tirado el
escroto al mar (de la espuma nació Venus). Su hijo Zeus se salvó porque lo
engañaron dándole una piedra envuelta en pañales que Saturno se tragó sin darse
cuenta del engaño.
No pasó lo mismo con este otro recién nacido que vemos aquí: Verdadero gore
que hoy estaría prohibido mostrar en cualquier museo al alcance de los niños.
Sin embargo, en el siglo XVII estas cosas estaban de moda (era el barroco pleno)
y esta obra de Rubens fue pintada decorar la Torre de la Parada, pabellón de caza
del rey Felipe IV.
La escena es increíblemente violenta. Ese mordisco es tan terrorífico como la cara
de dolor que pone el pobre niño.
Las tres estrellas que aparecen en la parte superior del lienzo representan al
planeta Saturno, que en la época no se habían descubierto sus anillos y parecían
tres estrellas alineadas.
El detalle más interesante de esta pintura son las tres estrellas que aparecen en la
parte superior, y que representan al planeta Saturno. Cuando Rubens pintó
Saturno Devorando a un Hijo, sólo se contaba con la descripción que había hecho
Galileo Galilei, quien con su telescopio logró observar el planeta Saturno en 1610,
pero debido a las limitaciones ópticas del aparato no pudo percibir el planeta con
la nitidez suficiente, y en cambio lo vio como si se tratara de tres estrellas
alineadas horizontalmente.
Años más tarde, Goya se inspiró en Saturno Devorando a un Hijo para hacer una
versión propia de este mito. Ambas obras se encuentran actualmente en el Museo
del Prado, en Madrid.
La Primavera
La inmortalidad de Simonetta Vespucci. Sandro Botticelli
La belleza tierna y delicada de Simonetta Vespucci causó un revuelo en Florencia,
la ciudad que bullía en pensamiento y arte renovado. Su rostro y su cuerpo
acaparó las obras de varios artistas; entre ellos Sandro Botticelli. El artista trabajó
para la familia Médici, quienes encargaban las obras que en la actualidad son de
las más relevantes de toda la historia del arte. La Primavera fue encargada por
Lorenzo di Pierfrancesco de Medici como regalo para su novia.
La Primavera es una de las obras mas bellas del artista florentino y del
renacimiento italiano. Llena de simbolismo y mitología; dioses, diosas, ninfas…
Armonía y personalidad. Nos maravillamos cuando contemplamos el escenario de
esta alegoría colorista y vegetal de más de doscientas especies botánicas
existentes en la Toscana, sin embargo la fuerza emocional del cuadro la lleva la
mujer como figura mitológica.
En 1476, una tuberculosis se llevó el joven cuerpo de la que fue esposa de Marco
Vespucci, de la amante de Guiliano Medici. Su alma quedó para siempre en la
Tierra, diluyéndose entre los pigmentos y convirtiéndose en la mejor técnica
pictórica de Botticelli. Del arte al enamoramiento y del amor platónico al amor
eterno.
La musa se ha convertido en una de las iconografías mas reconocidas del
renacimiento italiano; la inmortalizó hasta el desfallecimiento. En Venus y Marte, el
artista se retrató junto a ella como dos dioses. Bellos y jóvenes en una escena
idílica, así por siempre… Para ser admirados en los siglos venideros.
El pintor, que nunca se casó, se hizo enterrar a los pies de ella cuando ya habían
pasado treinta y cuatro años de su muerte, en la Iglesia de Ognissanti de
Florencia.
Esta concepción de origen antiguo fue respaldada por los Humanistas del
Renacimiento y del círculo Neoplatónico que giraba en torno a la corte de los
Medici. El Neoplatonismo fue una corriente filosófica y estética que trataba de
fusionar el pensamiento del filósofo griego Platón con los conceptos más nobles
del cristianismo. La concepción de la belleza y del amor absoluto típico del
Neoplatonismo influyó mucho en la cultura renacentista y en el mismo Botticelli.
Por lo tanto, se puede imaginar que detrás de la interpretación filosófica de la
pintura, Botticelli y su cliente pensaban en una apología hacia los Medici, a su
sofisticada visión del futuro y al profundo amor por la cultura y el arte.
Las Salas 10/14 están dedicadas a las obras de Botticelli, donde encontraran
también su famosa obra El Nacimiento de Venus.
El renacimiento es la representación de la belleza y el barroco el grotesco algo
que en el renacimiento