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¿ERES EPÍCUREO O ESTOICO?

¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión: aguantó estoicamente?  La utilizamos para referirnos a personas que
tienen una especial fortaleza o un gran dominio sobre su propia sensibilidad. Esta expresión se la debemos
al Estoicismo, una escuela filosófica que nació en el 300 a.C. en Grecia y estaba basada en el dominio y control de los
hechos, cosas y pasiones que perturbaban la vida.

Su objetivo era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de los bienes materiales. Los estoicos proclamaron
que se podía alcanzar la libertad y la tranquilidad tan solo siendo ajeno a las comodidades materiales y la fortuna
externa y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud.

Creían que las penurias y dificultades podían hacerles mejores personas y que eran oportunidades para trabajar su
carácter. Pensaban que la naturaleza  gobierna nuestras vidas y era inútil querer cambiar el destino. Siempre ocurre lo
que tiene que ocurrir, por eso debían aprender a vivir de acuerdo con la naturaleza y en conformidad  con la vida, con
lo que les trajera. Asumían que lo malo iba a ocurrir y que con esto se podía lograr una mejora en el carácter. 

Unas décadas antes surgía la Escuela de Epicuro en Atenas y dicho sistema filosófico tenía por objeto la búsqueda
de la felicidad a partir del equilibrio de los placeres y la eliminación de los temores que causan ideas como el destino,
los dioses o la muerte. Es considerada una rama del hedonismo.Se le reconoce haber elaborado una ética del placer,
que sostenía que el objetivo de una vida feliz consistía en la ausencia del dolor tanto físico como moral.

A estas alturas de la lectura, os preguntaréis qué relación tienen estas Escuelas con la psicología. Muy sencillo, entre
los cientos de perfiles de personalidad que manejan los psicólogos se encuentran la personalidad estoica y la epicúrea.
Tratando de actualizar el pensamiento filosófico antiguo a nuestros días, diríamos que:

El perfil estoico corresponde a aquellas personas que aceptan lo que pasa en la vida y entienden que hay cosas que
no podemos controlar. No hay bien ni mal en sí, ya que todo lo que ocurre forma parte de un proyecto. Logran aceptar
todo lo que les sucede. La religión cristiana y el Sufismo también entienden las dificultades y las desgracias como una
bendición y una prueba. Decía el sufí Rumi: "El sufrimiento es un regalo, dentro hay una misericordia oculta."

El perfil epicúreo disfruta de los placeres de la vida evitando el sufrimiento y el dolor. La presencia del placer les hace
sentir feliz. Busca saciar sus sentidos a través del placer y evita pensar en Dios, la muerte o el destino por ser posibles
fuentes de sufrimiento e incertidumbre. Alcanzan el placer cuando sus deseos se ven cumplidos. Se retiran de la vida
social, encontrando en sí mismos o en un grupo reducido de amigos, la tranquilidad de ánimo y la serenidad.

¿Cuál de los dos perfiles se ajusta más a tu carácter? Ambas escuelas tenían puntos en común muy interesantes:
buscaban la realización del individuo, creían en la evolución de la persona. Destacaban la interacción humana real;
creían que la felicidad se alcanzaba en el encuentro verdadero y profundo con otro ser humano y por último primaban
la riqueza del espíritu frente a la material. Ambos trataban de prescindir de grandes riquezas en pos de cultivar el
espíritu y encontrar la calma. Coincido con estos motivos. Creo que venimos al mundo para evolucionar-lo y
evolucionar-nos. Soy un convencido de que lo que nos hace felices es el contacto profundo, honesto y cálido con los
demás. Compartir nuestra vulnerabilidad y acoger la del otro, nos permite volver a confiar en el ser humano. Y
finalmente, creo que el trabajo interior (personal, espiritual, transpersonal) es la mejor inversión que podemos hacer
para ser felices frente a la acumulación de bienes materiales.

Mi perfil se ajusta más al estoico. Aunque nos gustaría, es imposible huir del dolor y el sufrimiento. A todos, en un
momento u otro de la vida, nos llegará. Creo que el acceso a lo doloroso de la vida nos ayuda a recolocar nuestras
prioridades, nos permite madurar y crecer por dentro y también nos ayuda a valorar más lo bueno y placentero de la
vida. Así pues, el dolor nos permite saborear más el placer.

Estas líneas de pensamiento pueden ayudarnos a mejorar nuestras vidas si somos capaces de controlar las
emociones y serenarnos, ya que con ello estaremos mejor preparados para enfrentarnos a la adversidad. En las dos
últimas clases hemos estudiado las éticas de la virtud, centrándonos en las figuras de Aristóteles, Epicuro y los
Estoicos Epicteto y Séneca. Hemos visto los videos de la serie Filosofía: una guía a la felicidad de Alain de Botton y
ahora es el momento de plasmar por escrito lo que hemos aprendido.

En estos días nos vendrá bien reflexionar sobre aquello que depende de nosotros y por lo que debemos preocuparnos
y aquello que no depende de nosotros pero que inexorablemente nos abruma y atrapa haciendo que nuestra existencia
no sea lo suficientemente autónoma y dichosa. Vuestra Tarea consiste en contestar a la pregunta ¿Eres Epicureo
o Estoico? justificando tu respuesta. La extensión y el formato son libres. Espero que, mientras llegan vuestras
respuestas sepáis cultivar la prudencia, el autocontrol, la integridad, el coraje y la paciencia como estas
escuelas nos enseñan.

P.D.: Por petición de algunos alumnos cuelgo el enlace al video sobre el estoicismo del que hablamos en
clase:

Video de Séneca y la ira: https://www.youtube.com/watch?v=SnyQoqsA1kk&t=306s

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