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La coherencia y consistencia son características fundamentales de un ordenamiento jurídico. La coherencia significa que las normas dentro de un sistema no deben ser contradictorias entre sí. La consistencia implica que no es posible encontrar dos directrices legales incompatibles dentro de un ordenamiento. Cuando surgen contradicciones entre normas (antinomias), existen criterios como la jerarquía, especialidad y cronología para resolverlos.
La coherencia y consistencia son características fundamentales de un ordenamiento jurídico. La coherencia significa que las normas dentro de un sistema no deben ser contradictorias entre sí. La consistencia implica que no es posible encontrar dos directrices legales incompatibles dentro de un ordenamiento. Cuando surgen contradicciones entre normas (antinomias), existen criterios como la jerarquía, especialidad y cronología para resolverlos.
La coherencia y consistencia son características fundamentales de un ordenamiento jurídico. La coherencia significa que las normas dentro de un sistema no deben ser contradictorias entre sí. La consistencia implica que no es posible encontrar dos directrices legales incompatibles dentro de un ordenamiento. Cuando surgen contradicciones entre normas (antinomias), existen criterios como la jerarquía, especialidad y cronología para resolverlos.
4 COHERENCIA Y CONSISTENCIA DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO
Un ordenamiento no es solo un conjunto de normas, es la estructura, la función y fin normativo que da sentido a las normas, que permite predicar su validez, su existencia, sus características, jerarquía y clasificación. Las normas jurídicas sin inscribirse en un ordenamiento no podrían explicarse, reconocerse como jurídicas, ubicar su jerarquía, su lugar en alguna clasificación, determinar su validez, existencia y eficacia. Los ordenamientos jurídicos se suelen presentar desde tres características fundamentales: 1. La unidad, 2. La coherencia, y 3. La plenitud. La unidad incide en la posibilidad de encontrar un criterio en torno al cual las normas del ordenamiento se constituyen como un todo unitario y diferente a otros. La unidad del ordenamiento que es una aspiración del propio ordenamiento, tiene que ver con tres cuestiones capitales: La validez que permite identificar las normas del ordenamiento jurídico. La distinción entre las normas jurídicas y otras normas como las de la moral. La jerarquización de las normas dentro de un sistema complejo de fuentes jurídicas. 9.4.1 COHERENCIA La coherencia alude en la aspiración normativa de que las normas entre si no sean contrarias o contradictorias. La realidad normativa, sin embargo, es bien distinta y presenta abundantes contradicciones entre normas de un mismo ordenamiento, lo que presenta problemas porque en materia de reglas, el cumplimiento de una de las normas implica el incumplimiento de las otras, y en colisiones entre principios o valores, el problema consiste en cómo hacerlos compatibles para ponderarlos respecto al caso concreto. La coherencia es un atributo racional y lógico que ha sido reconocida por la teoría del derecho en general, como un pilar fundamental dentro de la construcción del concepto de sistema jurídico, pues intrínseco al mismo se encuentra que las normas que lo integran, no se encuentran dispersas, aisladas e inconexas entre sí, sino que por el contrario, tienen una organización de conjunto o totalidad ordenada. Por tanto, la coherencia es un requisito sine qua non de la idea de sistema, la forma de organización de la ciencia jurídica en la actualidad. 9.4.2 CONSISTENCIA Consistencia normativa aquella propiedad por la cual en un ordenamiento jurídico no es posible encontrar dos directrices de acción [de obligatorio cumplimiento] incompatibles y que no son susceptibles de cumplirse al mismo tiempo, sea porque ellas imponen dos obligaciones en direcciones opuestas o porque una de ellas prohíbe lo que la otra permite y por tanto no hay forma de cumplir una de ellas sin incumplir la otra. Tal consistencia normativa la entendemos tanto en el plano de la legislación como en el plano de la adjudicación, esto implica que los jueces frente a casos “iguales” deben contar sólo con una directiva de acción correcta, ya que de esa forma se entiende que un ordenamiento jurídico guarda unidad y racionalidad. No es difícil notar que esta consistencia normativa en los ordenamientos jurídicos se da en grados, no de forma absoluta. Asimismo, la consistencia normativa está estrechamente relacionada con la denominada justicia formal. Es decir, “dos casos que son iguales (en los aspectos relevantes) deben ser tratados de la misma manera”. El tratarlos de forma diferente sería inconsistente e implica que las personas que forman parte de esta inconsistencia no sean tratadas de igual forma por parte de la judicatura. Y si la judicatura no trata a las personas de igual manera en casos iguales no está reconociendo la igualdad que existe con respecto a las personas, promoviendo de esta forma la desigualdad de trato. Por otro lado, la consistencia normativa permite predictibilidad para el ordenamiento de las conductas, promociona la percepción de que el derecho es estable, impide la frustración de las expectativas privadas y preserva la separación de poderes al fortalecer la obediencia al derecho producido por los jueces. 9.4.3 ANTINOMIAS En la teoría del derecho se ha señalado que la solución de antinomias de reglas se resuelve acudiendo a los famosos criterios de jerarquía, especialidad y cronológico. Una antinomia es una colisión entre normas, cuando estas se relacionan conforme al siguiente esquema: 1. Norma obligatoria vs. Norma prohibitiva. 2. Norma obligatoria vs. Permiso negativo. 3. Norma prohibitiva vs. Permiso positivo. 4. Norma obligatoria vs. Permiso positivo. 5. Norma prohibitiva vs. Permiso negativo. 6. Norma que establece un permiso positivo vs. Norma que establece un permiso negativo. La colisión de normas es producto de normas contrarias, contradictorias, subcontrarias o subalternas. La antinomia para que se dé, exige también dos condiciones: a) Las dos normas deben pertenecer al mismo ordenamiento, b) Las dos normas deben tener el mismo ámbito de validez (temporal, espacial, personal y material). Por tanto, la antinomia jurídica es una situación en la que dos normas son incompatibles a condición de que ambas permanezcan en el mismo ordenamiento y estén dentro de similar ámbito de validez. La incompatibilidad puede clasificarse atendiendo a su grado o nivel de contradicción, así existen antinomias: Total – total Parcial – parcial Total – parcial La antinomia total–total ocurre cuando la incompatibilidad es absoluta y radical. Por ejemplo, una norma que prohibiera la huelga y otra que la permitiera. La antinomia es parcial–parcial cuando cada una de las normas tiene un campo de aplicación que está en conflicto con el de otra, y un campo de aplicación en el que el conflicto no existe. La antinomia total–parcial se da cuando su ámbito de validez es en parte igual y en parte diverso en relación con la otra. Hay antinomia total de la primera norma respecto a la segunda, y solo parcial de la segunda respecto a la primera. La primera norma no puede ser aplicada en ningún caso sin entrar en conflicto con la segunda; la segunda tiene un ámbito de aplicación que no entra en contradicción con la primera. Las antinomias se resuelven con tres criterios clásicos: cronológico, jerárquico y de especialidad. El criterio cronológico nos dirá que la ley posterior deroga a la anterior (Lex posterior derogat priori). El criterio jerárquico establece que frente a dos normas incompatibles prevalece la norma jerárquicamente superior (Lex superior derogat inferiori). Finalmente, el tercer criterio determina que la ley especial deroga a la general (Lex specialis derogat generali).