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DERECHO

APLICADO A LA
ECONOMÍA
(T1)

INTEGRANTES:

➔ QUISPE HERRERA, PIERO ALESSANDRO ALBERTO N00310188

PROFESORA: FIORELA DEL ROSARIO MORAN ROMERO

CARRERA: ECONOMÍA Y NEGOCIOS INTERNACIONALES

2023

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INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN DE
APRENDIZAJE

El derecho y la economía mantuvieron relaciones frías y distantes durante mucho tiempo. A lo largo
del siglo XX, sin embargo, esta distancia empezó a acortarse debido a fenómenos que ocurrieron al
interior de ambas disciplinas. Los abogados de finales del siglo XIX estaban todavía mayormente
preocupados por cuestiones clásicas de derecho civil. Así como hay “médicos de familia”, podría
decirse que el abogado típico era un
“abogado de familia”. En un mundo aún
cuasi-rural, con comunidades y familias
extensas estrechamente vinculadas, sin las
presiones de la urbanización y la
masificación de la producción y del
consumo, los abogados todavía redactaban
contratos civiles, fungían como asesores de
la salud del vínculo conyugal y, ante todo,
supervisaban que la transferencia de la
propiedad de una generación a la siguiente
se diera sin mayores sobresaltos.
Los cambios económicos de comienzos de
siglo XX llevaron a los abogados a
desempeñarse en nuevas esferas: aumenta
considerablemente la participación en la
economía de empresas y sociedades de
todo tipo. Surge un “abogado empresarial” que se aleja cada vez más del modelo del “abogado de
familia”. Este abogado tiene que entender el lenguaje de los negocios y el clima económico general:
su competencia jurídica se vuelca ahora en facilitar y optimizar el desarrollo de los negocios. Las
universidades latinoamericanas responden al desafío e integran en sus currículos, con mayor o menos
calidad, cátedras en contabilidad, micro y macroeconomía. El derecho, pues, se abrió a la economía
por exigencia de su nuevo y más poderoso cliente: la empresa bajo la forma de la sociedad de
capitales.
La economía, a su vez, se abre hacia el derecho: su apertura no se hace, sin embargo, por razones
prácticas sino por razones teóricas. No se les pide a los economistas que sepan más derecho: en el
currículo de economía de los Andes, por ejemplo, no hay ni una sola materia de esa disciplina. Su
nuevo interés en el derecho parte de una teoría compleja del crecimiento económico que ha dado
varios premios Nóbel en los últimos años y que podría ser descrita en dos tesis fundamentales y que
le dan a los economistas una mirada general (y a veces soberbia) sobre el conjunto del derecho.
Según la primera tesis, que se denomina “teorema de Coase”, el derecho contemporáneo es
sorprendentemente superfluo: los individuos, por sí solos y sin intervención del derecho, pueden hacer
la asignación más eficaz de los recursos productivos de la sociedad siempre y cuando los “costos de
transacción” tiendan a cero. El derecho regulatorio contemporáneo, además, tiende a ser generador
de estos costos de transacción y, por tanto, de ineficiencias. Por estas razones el derecho debe ser
estrictamente supletivo. Su contenido, además, debe ser lo más parecido a lo que las partes pactarían
en un libre mercado. Desde esta primera tesis, por tanto, existe una visión altamente desfavorable del
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derecho: en primer lugar sus normas regulatorias e intervencionistas generan ineficiencias; en
segundo lugar, su contenido debe extraerse mediante el estudio de las asignaciones de recursos que
haría el mercado cuando funciona libre y sin trabas.
La segunda tesis de la economía contemporánea (usualmente imputada a Douglass North) no piensa
que el derecho sea superfluo. Todo lo contrario: piensa que el crecimiento económico se logra
siempre y cuando exista un cierto marco jurídico de protección a la propiedad. Desde esta visión, el
crecimiento económico se logra cuando el derecho consolida de la forma más fuerte posible el
derecho de propiedad. El significado de esta fórmula general es ambiguo, pero su punto principal
consiste en afirmar que el derecho debe impedir la apropiación de rentas por parte de terceros que no
hayan aportado el capital o la tierra usados en la producción.
Tomadas en su conjunto, estas dos teorías económicas le dicen al derecho lo siguiente: primero, que
las normas jurídicas deben verse desde el punto de vista de la optimización de la asignación de los
recursos productivos; segundo, que tal optimización, en general, recomienda la adopción de un
derecho liberal, espontáneo y no intervencionista; tercero, que el derecho, como ciencia, debe tender
a replicar los resultados que el mercado obtendría si pudiera funcionar adecuadamente; cuarto, que
los derechos de propiedad deben ser reforzados y consolidados dentro de una estrategia general para
lograr el crecimiento económico.
Estos mensajes pueden ser correctos pero creo que su mera enunciación muestra ya unos defectos
protuberantes: el primero, y más importante, muestra que la economía desecha los múltiple objetivos
que debe alcanzar el derecho. Puede que el derecho sea un coadyuvante del crecimiento económico,
pero no es claro que tal deba ser su objetivo primordial o preferente. Los objetivos del derecho no son
prefijados por una ciencia, sino que resultan de las prioridades de una comunidad política. Segundo,
los economistas tienden una teoría demasiado restrictiva sobre las normas: para ellos sólo existe
derecho liberal de los negocios y todo derecho sancionatorio, si acaso, debe respaldar el
funcionamiento de mercados libres. Con ello deslegitiman casi todo el conjunto del derecho del estado
providencia. Finalmente, y por razones análogas, las recomendaciones de la economía muestran una
preferencia ideológica desmesurada hacia una cierta forma de estado y sociedad. Ello puede ser
mostrado en un ejemplo que me parece rotundo: investigadores en Brasil han mostrado que cuando
los jueces utilizan razonamiento económico en sus fallos (para establecer las consecuencias de los
mismos), 4 de cada 5 fallos terminan siendo desfavorables a la protección de derechos fundamentales.
Es decir: el argumento consecuencialista económico tiene, de entrada, un cierto sesgo entre los
intereses de grupos sociales.
Una observación final: dado que el derecho es una de las principales
herramientas de armonización social, es fundamental que los
académicos de la economía y del derecho ayuden a construir
concepciones y marcos comunes de análisis. La economía y el derecho
han venido interrelacionándose cada vez más. Pero interrelacionarse
no significa necesariamente dialogar. Convendría pasar a un diálogo
fecundo, y no sólo a la proyección sobre el otro de las respectivas
ortodoxias disciplinares. Este diálogo debe, en todo caso, recordar lo
siguiente: el derecho no le pertenece a los economistas y, ni siquiera, a
los abogados. Aún más enfáticamente: el derecho no le pertenece a los
clientes de los economistas y de los abogados. El derecho le pertenece
a la comunidad política que lo crea y que establece en él sus
estándares de conducta y sus aspiraciones sociales.

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Es un cargo eterno sin duración y puede ser utilizado cuando exista duda sobre el sistema económico
garantizado por la constitución política vigente. Intenta evitar o corregir las ambigüedades que
ocasionalmente surgen sobre nuestra economía social de mercado y destaca sus principios y
características básicos. Que son los siguientes:

 La libre iniciativa privada


 La libertad de empresa
 El funcionamiento de los mercados
 La defensa de la competencia
 La defensa de los intereses legítimos y derechos de los consumidores y usuarios de servicios
públicos
 La libertad de comercio interior y exterior
 La prohibición de la discriminación
 El pluralismo económico
 El rol promotor del Estado
 La actividad empresarial del Estado en condiciones de subsidiariedad

Respecto de las características principales de una economía social de mercado, en el país, se ha


dicho que esta se basa en dos principios de liberalismo económico: el individualismo que postula la
libertad del hombre y comprende el derecho de disponer libremente de su propiedad, y el principio de
que la competencia es un instrumento rector. El mercado está organizado de manera consciente bajo
un sistema de reglas o instituciones, con un objetivo determinado sin desconocer que la libertad es la
que rige las decisiones económicas” (Kresalja y Ochoa, 2009, p. 352).

El mandato constitucional peruano precisa, asimismo, en relación con la defensa de la competencia,


que “la prensa, la radio, la televisión y los demás medios de expresión y comunicación social; y, en
general, las empresas, los bienes y servicios relacionados con la libertad de expresión y de
comunicación, no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni
indirectamente, por parte del Estado ni de particulares” (artículo 61).

Solamente existe una excepción a este tratamiento igualitario en la Constitución Política peruana, que
establece que, dentro de los cincuenta kilómetros de las fronteras del territorio nacional, los
extranjeros no pueden adquirir propiedad ni posesión de minas, tierras, bosques, aguas, combustibles
ni fuentes de energía (artículo 71).

La Constitución Política de 1979 señalaba, entre otros:

“Artículo 113. El Estado ejerce su actividad empresarial con el fin de promover la economía del país,
prestar servicios públicos y alcanzar los objetivos de desarrollo.”

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El análisis económico del derecho (AED) es una forma de estudiar al derecho que difiere de las
formas tradicionales. A través de este tipo de análisis se pretende el uso de las herramientas
económicas para analizar sistemas normativos, teniendo como principal objetivo la búsqueda de la
eficiencia en los sistemas legales.

La primera cuestión a resolver es señalar por qué la


economía sí sirve, para entonces aplicarla al estudio
de sistemas normativos. Una definición tradicional de
economía es la que la describe como ciencia de la
elección racional en la que individuos con
determinados objetivos maximizan su utilidad
minimizando sus costos, dados los recursos escasos.
Partiendo de esta definición podemos decir que el
AED (Análisis Económico del Derecho) también
supondrá esta racionalidad de los individuos, lo que
nos lleva a la interrogante de si la racionalidad que
presuponemos del individuo es absoluta. Al respecto
debemos decir que no existe evidencia empírica que
demuestre que los individuos actuamos en todo
momento de forma racional, es decir, se acepta que los individuos actuamos de forma irracional en
determinadas ocasiones. Sin embargo, sabemos que sí existe evidencia empírica de que los
individuos, si bien no nos comportamos de forma racional en todo momento, también lo es que sí lo
hacemos la mayor parte del tiempo.

Lo que intenta el AED es responder a dos preguntas básicas sobre el sistema y las reglas jurídicas:
cuál es el efecto que una determinada regla legal tiene sobre el comportamiento de los individuos, y si
ese efecto es consistente con propósitos deseables. En síntesis, estudia, a través de una familia no
predeterminada de instrumentos, cuáles son las consecuencias de las normas y prácticas jurídicas y
de las instituciones en general, y evalúa dichas consecuencias en relación con objetivos preferibles.

El Análisis Económico del Derecho es considerado por muchos como el reto intelectual más
importante en los estudios jurídicos de las últimas décadas. Aporta nuevas perspectivas en el estudio
de los problemas jurídicos, aplicando conceptos y herramientas que la teoría económica utilizaba
antes de su surgimiento, pero que en modo alguno son exclusivos de esta disciplina. En vista de esto,
los conceptos mencionados anteriormente ayudan a aclarar cuestiones jurídicas importantes al
determinar cuáles son las estructuras de incentivos y desincentivos que dan lugar a diversas normas
jurídicas, o más en general, cómo influyen en el comportamiento de los individuos y qué produce el
conjunto de estos comportamientos. . . el resultado.

El moderno AED no se define limitando su alcance a temas específicos (como la ley antimonopolio,
las normas administrativas o el derecho corporativo), sino más bien por las diferentes formas en que
se abordan y estudian los temas amplios de "mercado" y "no mercado". - mercados', tales como
responsabilidad extracontractual, contratos, derecho civil y penal, crimen y castigo, derecho de familia,
etc. No hay riesgo en afirmar que es un método de análisis útil para el aprendizaje de cualquier área
del derecho.

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Las herramientas del análisis económico del derecho son útiles para revisar el proyecto legislativo
desde distintos puntos, como por ejemplo puede ser su eficiencia -tarea más común realizada por el
análisis económico del derecho- o sus externalidades, considerando así aspectos que muchas veces
pueden ser invisibles a una reflexión estrictamente jurídica.

Debemos introducir las herramientas novedosas que nos brinda en Análisis Económico del Derecho
(AED) para favorecer a la discusión y análisis de las normas jurídicas que hacen al desarrollo de
nuestras instituciones.

El Análisis Económico del Derecho, desde este


punto de vista, ayudará al debate aclarando
cuestiones legales importantes, determinando
qué estructuras de incentivos son creadas por
diferentes normas legales, a menudo en el marco
de un análisis de "costo-beneficio". Ayuda a
determinar cómo las reglas afectan el
comportamiento individual y las consecuencias
de su aplicación.

En consecuencia, las instituciones legales y los


impactos que ellas tienen sobre el ciudadano, así como el desarrollo de instituciones eficientes, se
convirtieron en el enfoque central del AED en otros países, y también pretendemos introducirlo en
nuestro país.

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1) https://www.dejusticia.org/las-relaciones-entre-derecho-y-

economia/#:~:text=El%20derecho%2C%20pues%2C%20se%20abri

%C3%B3,pr%C3%A1cticas%20sino%20por%20razones%20te%C3

%B3ricas.

2) https://gestion.pe/blog/reglasdejuego/2022/11/principios-y-

caracteristicas-de-la-economia-social-de-mercado-

peruana.html/?ref=gesr

3) http://www.ipde.org.py/analisis-economico-del-derecho-

aed/#:~:text=El%20An%C3%A1lisis%20Econ%C3%B3mico%20del

%20Derecho%20es%20la%20aplicaci%C3%B3n%20m%C3%A9tod

os%20cient%C3%ADficos,an%C3%A1lisis%20y%20explicaci%C3%

B3n%20del%20sistema

4) https://derechoenaccion.cide.edu/que-es-el-analisis-economico-

del-derecho/

5) https://www.cnci.edu.mx/noticias/la-economia-y-el-derecho-en-

estrecha-relacion

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