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EMEen Secundaria Estudios
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Resumen
El propósito de este trabajo fue adaptar y validar la Escala de Motivación Educativa (EME-E) en estu-
diantes de Secundaria postobligatoria. Participaron en el estudio 425 estudiantes, 239 de bachillerato y 186
de ciclos de formación profesional. La versión española adaptada denominada Escala de Motivación Educativa
en secundaria (EME-S) mostró una estructura factorial oblicua de siete factores. Los resultados mostraron
correlaciones positivas entre las subescalas más autodeterminadas y las variables autoestima y autoconcepto aca-
démico. La fiabilidad mostró niveles adecuados. El análisis de varianza multivariado mostró un perfil más
autodeterminado en las mujeres y en los estudiantes de ciclos de formación profesional. Finalmente, los resulta-
dos apoyan parcialmente la utilización de la EME-S en el contexto de la educación secundaria postobligatoria
para evaluar los diferentes tipos de motivación.
Palabras clave: Autoconcepto, autodeterminación, autoestima, estudiantes de secundaria, valida-
ción.
Correspondencia con los autores: Juan L. Núñez. Departamento de Psicología y Sociología. Facultad de Formación
del Profesorado. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. C/. Sta. Juana de Arco, 1. 35004 Las Palmas.
España. Tel.: 928 458924. Fax: 928 452880. E-mail: jnunez@dps.ulpgc.es
© 2010 Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-9395 Estudios de Psicología, 2010, 31 (1), 89-100
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Introducción
La motivación es un proceso interno determinado por aspectos biológicos,
culturales, sociales, de aprendizaje y cognitivos que impulsan a un sujeto a ini-
ciar, desarrollar o finalizar una conducta (Burón, 2006). La importancia de este
constructo radica principalmente en su potencia explicativa y predictiva de la
conducta humana, aunque los instrumentos empleados en su medida no han
tenido una evolución semejante (Manassero y Vázquez, 1998).
El estudio de la motivación se ha abordado desde diferentes paradigmas teóri-
cos, entre los que destaca la teoría de la autodeterminación (TAD; Deci y Ryan,
1985). Esta teoría presenta una aproximación a la motivación humana y a la per-
sonalidad desde la perspectiva de una metateoría organísmica que maximiza la
importancia de los recursos internos de las personas para el desarrollo de la perso-
nalidad y las conductas autorreguladas (Ryan, Kuhl y Deci, 1997) y se apoya en
aspectos sociales y ambientales que favorecen o disminuyen la motivación
intrínseca (MI.).
La TAD postula que la conducta puede estar amotivada, extrínsecamente
motivada o intrínsecamente motivada. Estas dimensiones se sitúan a lo largo de
un continuo desde la falta de control hasta la autodeterminación (Deci y Ryan,
1985, 1991).
La amotivación es un estado de falta de motivación que implica una percep-
ción de incompetencia e incapacidad para actuar, ausencia de intención o de con-
trol para realizar una determinada conducta, poca o nula valoración de la tarea,
sentimientos de indefensión y falta de expectativas y creencias para producir o
alcanzar el resultado deseado. En esta situación los sujetos no perciben que exista
relación entre sus acciones y los resultados de las mismas. El estado de amotiva-
ción podría compararse al concepto de indefensión aprendida (Abramson, Selig-
man y Teasdale, 1978).
En la motivación intrínseca (ME) la conducta tiene significado porque
está dirigida a un fin y no por sí misma (Deci y Ryan, 1985; Vallerand et al.,
1992), es decir, que tiene lugar en aquellas situaciones en las que la razón
para actuar es una consecuencia separable de ella y que es administrada por
otros o auto-administrada (Deci, Kasser y Ryan, 1997). La ME se define
como un constructo multidimensional, donde se distinguen cuatro tipos
que, ordenados de menor a mayor nivel de autodeterminación, son: regula-
ción externa, introyección, identificación e integración (Deci y Ryan, 1985,
Ryan y Deci, 2000). La regulación externa se refiere a la realización de una
actividad para conseguir recompensas o evitar castigos. En la introyección,
la conducta sigue en parte controlada por el ambiente y el individuo lleva a
cabo su conducta para evitar la culpa o la ansiedad o realzar su ego u orgullo.
En la identificación, el sujeto atribuye un valor personal a su conducta por-
que cree que es importante y la actividad es percibida como una elección del
propio individuo. Por último, la integrada es el tipo de ME más autodeter-
minada y ocurre cuando la consecuencia de la conducta es congruente con
los valores y necesidades personales.
La MI hace referencia al desarrollo de una actividad por la satisfacción
inherente derivada de la misma, es decir, que no precisa de reforzamientos
externos y representa una tendencia innata de la naturaleza humana para
buscar la novedad y el desafío, ampliar y ejercitar las capacidades propias y
explorar y aprender (Ryan y Deci, 2000). Vallerand et al. (1992) consideran
la MI como un constructo multidimensional donde se distinguen tres tipos:
la MI al conocimiento que se relaciona con conceptos como curiosidad o
motivación para aprender; la MI al logro, definida como el compromiso en
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Método
Participantes
La EME-S se administró a un total de 425 estudiantes de Enseñanza Secunda-
ria postobligatoria, 239 estudiantes de bachillerato y 186 estudiantes de ciclos
de formación profesional pertenecientes a 12 institutos de Enseñanza Secundaria
de la isla de Gran Canaria. La muestra está compuesta por 218 hombres y 207
mujeres, con una media de 17.48 años de edad (DT = 1.38). Se recurrió a un
método de muestreo por conglomerados donde la unidad de muestreo es la clase,
siendo seleccionadas aleatoriamente un aula de bachillerato y otra de ciclos de
formación profesional en cada uno de los centros.
Para el análisis de la estabilidad temporal de la escala se utilizó una segunda
muestra de 94 estudiantes, 34 hombres y 60 mujeres, con una media de edad de
16.89 años (DT = 1.30) pertenecientes a dos aulas de bachillerato y dos de ciclos
de formación profesional de dos centros de enseñanza, que cumplimentaron la
escala en dos ocasiones tras un intervalo de cuatro semanas.
Instrumentos
Para evaluar la motivación académica en Educación Secundaria se llevó a cabo
la adaptación de la versión de la EME-E (Núñez et al., 2005) al contexto de la
Educación Secundaria postobligatoria puesto que la redacción de los items de la
EME-E hacían referencia específicamente al contexto universitario (p.e. porque
solo con el Bachillerato/FP no podría encontrar un empleo bien pagado). Se rea-
lizó una evaluación de los items de la escala por un comité de expertos formado
por dos psicólogos especialistas en motivación académica y una profesora de
Educación Secundaria; este equipo de trabajo decidió el formato final de los
items, manteniendo el sentido original en aquellos que se adecuaban al contexto
del estudio, en concreto los items 2, 8, 10, 13 y 21 y adaptando aquellos otros
que requerían un mejor ajuste semántico. Se obtuvo una escala piloto formada
por 28 items agrupados en siete subescalas, con un formato similar al original.
Esta escala piloto se administró a una muestra de 20 estudiantes de Enseñanza
Secundaria postobligatoria y se les solicitó que comentaran las posibles dificulta-
des que observaran. Por último, se preparó y decidió el formato final de la ver-
sión española adaptada a la que se denominó Escala de Motivación Educativa en
Secundaria (EME-S). La EME-S está formada por 28 items, distribuidos en siete
subescalas: amotivación, regulación externa, regulación introyectada, regulación
identificada, MI al conocimiento, MI al logro y MI a las experiencias estimulan-
tes; cada subescala consta de cuatro items que se refieren a las razones de por qué
los estudiantes acuden al instituto. Las respuestas se puntuaron de acuerdo a una
escala tipo Likert de siete puntos, desde (1) No se corresponde en absoluto hasta (7) Se
corresponde totalmente, con una puntuación media de (4) Se corresponde medianamente.
El autoconcepto académico se evaluó a través de la dimensión académica del
cuestionario Autoconcepto Forma 5 (AF5; García y Musitu, 2001) que evalúa la
percepción que tiene el sujeto de la calidad del desempeño de su rol como estu-
diante. Esta dimensión consta de seis items con un rango de respuesta desde 01
que implica un total desacuerdo hasta 99 que supone un acuerdo total con el
item. En cuanto a la justificación estadística del AF5, tanto la consistencia inter-
na como la estructura factorial están avaladas por diversos trabajos (Núñez, Mar-
tín-Albo, Navarro y Grijalvo, 2007; Tomás y Oliver, 2004).
Para evaluar la autoestima se utilizó la versión española de la Escala de Auto-
estima (Rosenberg, 1989) recientemente validada por Martín-Albo, Núñez,
Navarro y Grijalvo (2007). Este instrumento de naturaleza unidimensional
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Procedimiento
Un investigador se puso en contacto con los directores de cada uno de los cen-
tros seleccionados para exponerles los objetivos del estudio; posteriormente, se
informó a los profesores del motivo de la investigación y de las características de
la recogida de datos. Una vez obtenido el permiso y la conformidad de directores
y profesores, se seleccionaron las aulas de los institutos de Enseñanza Secundaria
en los que el estudio se iba a llevar a cabo. Posteriormente, se solicitó por escrito
a los padres su consentimiento para la participación de los estudiantes en el estu-
dio. En las aulas se explicó a los estudiantes las razones del estudio y se les infor-
mó que la participación era anónima, voluntaria y confidencial para evitar el
posible efecto de deseabilidad social; al mismo tiempo, se les instó a responder a
los instrumentos con la máxima sinceridad. En el caso de los sujetos selecciona-
dos para la evaluación de la estabilidad temporal, se les asignó un código alfanu-
mérico que consistía en las tres últimas cifras y la letra del DNI para facilitar su
posterior identificación.
Todos los instrumentos se administraron a los estudiantes en el mismo orden,
de forma colectiva en las respectivas aulas y en una sola sesión. El investigador
estuvo presente durante todas las aplicaciones y se proporcionó a los estudiantes
la ayuda necesaria para cumplimentar correctamente los cuestionarios. Final-
mente, se agradecía a los estudiantes su colaboración.
Análisis estadísticos
La estructura factorial de la escala se evaluó mediante un análisis factorial con-
firmatorio; se utilizó la correlación de Pearson entre las diferentes subescalas de
la EME-S, así como entre éstas con el autoconcepto académico y la autoestima
para analizar la validez de constructo. Los análisis correspondientes a la consis-
tencia interna de cada una de las subescalas de la EME-S se realizaron a través del
coeficiente alfa de Cronbach y la estabilidad temporal a través de la correlación
test-retest tras un intervalo de cuatro semanas; para analizar las diferencias en las
distintas subescalas en función del género y del tipo de estudios se llevó a cabo
un análisis de varianza multivariado (MANOVA). Todos los análisis se realizaron
con el paquete estadístico SPSS 14.0 y con el programa AMOS 6.0.
Resultados
Análisis descriptivo de los ítems
Los estadísticos descriptivos de cada uno de los items de la EME-S (media,
desviación típica, asimetría y curtosis) se presentan en la tabla I. Podemos obser-
var que las medias de las subescalas de regulación externa y regulación identifi-
cada son las más altas mientras que la media de la subescala de amotivación es la
más baja, seguida de la subescala de MI a las experiencias estimulantes. Para
determinar si los datos tenían una distribución normal se procedió a realizar el
test de Kolmogorov-Smirnov. Todos los valores del estadístico Z fueron signifi-
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del item 1 perteneciente a la subescala regulación externa hasta .88 del item 19
perteneciente a la subescala amotivación. Asimismo, la varianza explicada oscila
entre el 14 % del item 1 y el 77 % del item 19.
Análisis de correlaciones
A través del coeficiente de correlación de Pearson se evaluó la validez de cons-
tructo de la escala EME-S. Se pretendía comprobar la presencia de formas especí-
ficas de asociación entre las diferentes subescalas propuestas por la TAD. Parti-
mos de la premisa de que las correlaciones entre las tres subescalas de MI deberí-
an ser fuertes y positivas. Además, las correlaciones deben ser altas y positivas
entre las subescalas adyacentes y negativas entre aquellas subescalas más alejadas
u opuestas en el continuo.
En la tabla III podemos observar que las correlaciones entre los tres tipos de
MI fueron positivas y fuertes, con valores que oscilan entre .67 y .73 (p < .01).
Por otro lado, las correlaciones entre las subescalas adyacentes fueron, en general,
más altas (p.e., entre regulación externa y regulación introyectada, r = .49, p <
.01) que entre aquellas más alejadas en el continuo (p.e. entre regulación externa
y MI al logro, r = .29, p < .01). Asimismo, las subescalas opuestas en el continuo
(p.e. entre amotivación y MI al logro, r = -.31, p < .01) presentaron una correla-
ción más negativa que entre otras subescalas intermedias (p.e. entre amotivación
y regulación introyectada, r = -.02, p > .05). Si bien es cierto que, en general, se
pone de manifiesto la presencia de un continuo de autodeterminación, debemos
destacar que se observan dos desviaciones respecto al modelo teórico; la primera
desviación se manifiesta entre la subescala de amotivación y regulación identifi-
cada, donde la correlación fue negativa, significativa y más fuerte (r = -.20, p <
.01) que la correlación entre amotivación y MI a las experiencias estimulantes (r
= -.05, p > .05); la segunda desviación se observa en la correlación entre la subes-
cala de regulación introyectada con la regulación identificada, que fue menor (r
= .46, p < .01) que la que presenta la subescala de regulación introyectada con
las tres subescalas de MI (r = .51, r = .51, r = .70, p < . 01).
Además, se analizaron las relaciones entre las subescalas de la EME-S con el
autoconcepto académico y la autoestima. Previamente al análisis de correlacio-
nes, se analizó la consistencia interna de la dimensión autoconcepto académico
del cuestionario AF5 y de la escala de autoestima, cuyos resultados obtenidos en
el coeficiente alpha de Cronbach fueron de .89 y de .81, respectivamente.
Tal y como se muestra en la tabla III, las correlaciones entre las subescalas más
autodeterminadas (regulación identificada y las tres subescalas de MI) con el
autoconcepto académico y la autoestima fueron más positivas que el resto de las
TABLA III
Correlaciones entre las subescalas de la EME-S y otras variables
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Fiabilidad
El análisis de la consistencia interna de cada una de las subescalas de la EME-S se
analizó a través del coeficiente alfa de Cronbach. Los resultados fueron satisfactorios
oscilando entre un alfa de .73 en las subescalas de regulación identificada y MI a las
experiencias estimulantes y un alfa de .88 en la subescala MI al logro (Tabla IV).
La estabilidad temporal de la EME-S se evaluó a partir de una muestra de 94
estudiantes que cumplimentaron la escala en dos ocasiones tras un intervalo de cua-
tro semanas. Según se observa en la tabla IV, las correlaciones test-retest oscilaron
entre .73 de la subescala de amotivación y .91 de la subescala MI al conocimiento.
TABLA IV
Consistencia interna y correlaciones test-retest
Subescalas Alfa Alfa Correlaciones Alfa muestra
pretest postest test-retest total
n = 94 n = 94 n = 94 n = 425
Discusión
El propósito de este trabajo fue adaptar y validar la escala EME-E (Núñez et
al., 2005) en una muestra de estudiantes de Enseñanza Secundaria postobligato-
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ria. Los resultados del análisis factorial confirmatorio revelan que el modelo obli-
cuo de siete factores es el que mejor ajuste presenta. Debemos destacar que en
nuestro estudio no se han observado efectos de método, mientras que en la ver-
sión original del instrumento (Vallerand et al., 1989) se añadieron seis correla-
ciones entre los errores de medida de las variables observables, 26 en la versión
inglesa de Vallerand et al. (1992), diez en la versión española (Núñez et al., 2005)
y cuatro en la adaptación paraguaya (Núñez, Martín-Albo, Navarro y Grijalvo,
2006). Por lo tanto, consideramos que los resultados del análisis factorial confir-
matorio confirman la estructura de siete factores correlacionados propuesta por
Vallerand et al. (1989).
En lo referente a las correlaciones entre las subescalas de la EME-S considera-
mos que, en general, se observa un continuo de autodeterminación, tal y como
postula la TAD (Deci y Ryan, 1985). Asimismo, se encontraron correlaciones
altas y significativas entre las tres subescalas de MI, de acuerdo a lo postulado
por Vallerand et al. (1993). Sin embargo, la subescala de regulación introyectada
presenta correlaciones más fuertes con las subescalas de MI que con las subescalas
de regulación externa e identificada, lo que podría indicar que esta subescala
representa un estadio de motivación más autodeterminado de lo que indica el
continuo, por lo que, en el contexto educativo, la diferencia entre la MI y la ME
pueden no ser tan categórica como propone la TAD. En el estudio de Vallerand,
Fortier y Guay (1997) la regulación introyectada mostró niveles más altos en
aquellos estudiantes que persistían en sus estudios que en aquellos que los aban-
donaban por lo que es manifiesta su importancia al menos en este contexto.
Otra de las desviaciones que encontramos en el continuo se manifiesta en que
la amotivación presenta una correlación más negativa con la regulación identifi-
cada que con las subescalas MI a las experiencias estimulantes y MI al logro, en
consonancia con lo encontrado en otros estudios (Blanchard, Vrignaud, Lalle-
mand, Dosnon y Wach, 1997; Cokley, 2000; Fairchild et al., 2005; Núñez et al.,
2005; Núñez et al., 2006; Vallerand et al., 1989). A este respecto, diversos traba-
jos han puesto de manifiesto la importancia de la subescala de regulación identi-
ficada en los contextos educativos (Koestner y Losier, 2002; Miquelon, Valle-
rand, Grouzet y Cardinal, 2005), ya que puede generar consecuencias más posi-
tivas que la propia MI, tales como la adherencia y la persistencia en las
actividades académicas, lo que podría explicar dichas correlaciones. De acuerdo a
los resultados obtenidos, consideramos que la regulación identificada es una
medida de ME más autodeterminada de lo que la teoría plantea, ya que es en esta
subescala donde los procesos volitivos ejercen realmente su rol de elección y, por
lo tanto, de auténtica autodeterminación.
Por otra parte, las correlaciones entre los tres tipos de MI y el autoconcepto
académico presentan valores positivos y significativos. En este sentido, aquellos
sujetos con mayor grado de autodeterminación, presentan también mayor auto-
concepto académico mientras que los estudiantes amotivados presentan correla-
ciones negativas y, por tanto, menor autoconcepto académico, en consonancia
con los resultados de Cokley et al. (2001) y Núñez et al. (2006).
De la misma forma, las correlaciones entre las subescalas de la EME-S y la
autoestima mostraron que aquellas subescalas que implican un mayor nivel de
autodeterminación correlacionan de forma positiva con la autoestima, mientras
que la amotivación lo hizo de forma negativa, resultados que coinciden con lo
encontrado en el estudio de Blanchard et al. (1997) en una muestra de estudian-
tes de Secundaria franceses y con los resultados obtenidos por Senécal, Koestner
y Vallerand (1995) en una muestra de estudiantes universitarios canadienses.
Estos hallazgos evidencian la importancia de la autoestima en los estudiantes
adolescentes y el rol principal que ocupa en la construcción de la identidad de la
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