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Semanario Judicial de la Federación

Tesis

Registro digital: 270981

Instancia: Tercera Sala Sexta Época Materia(s): Civil

Fuente: Semanario Judicial de la Tipo: Aislada


Federación.
Volumen L, Cuarta Parte, página 110

MINUTAS, NATURALEZA Y TERMINO DE VALIDEZ DE LAS (LEGISLACION DEL ESTADO DE


MICHOACAN).

La minuta es un documento preliminar en el que las partes consignan las cláusulas esenciales de
un contrato, para extenderlo después con todas las formalidades necesarias a su
perfeccionamiento, pero sin que se cumpla o satisfaga por ninguno de los contratantes, obligación
alguna derivada del contrato. Entendida así la minuta es clara la justificación de los artículos 90 y 94
de la Ley Orgánica del Notariado de Michoacán, según los cuales las minutas conservaran su valor
y fuerza por el plazo de un año, contado a partir del día en que se depositen ante notario, y que sólo
dan derecho para pedir que sea elevado a escritura pública el contrato consignado en minuta, en los
términos que determinan las leyes; correlativamente el artículo 353 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado de Michoacán establece que el otorgamiento de minutas sólo es obligatorio
cuando las escrituras no se extienden inmediatamente y se tendrá derecho a pedir en la vía judicial
el otorgamiento de la escritura únicamente cuando alguno de los contratantes se rehuse a llenar tal
formalidad. La fijación de un término para que dentro del mismo las partes extiendan el contrato con
todas las formalidades necesarias a su perfeccionamiento se explica porque de no sujetar la
obligación a un término para su cumplimiento se mantendría una situación de incertidumbre jurídica
que entre otros perjuicios, acarrearía el de entorpecer la libre circulación de la propiedad y sería
obstáculo para el comercio jurídico entre los ciudadanos. Por otra parte, si la minuta no es más que
un documento preliminar en el que se consignan los elementos esenciales de un contrato que debe
constar en escritura pública y una de las partes se niega a darle esa formalidad, es inconcuso que la
contraparte no tendrá otro derecho que el de exigir el cumplimiento de una obligación de hacer, de
cuyo previo cumplimiento depende el nacimiento del derecho para exigir las obligaciones de dar
inherentes al contrato definitivo. En cambio, cuando las partes no suscriben simplemente una
minuta de contrato, o sea, un documento preliminar, sino que de hecho cumplen con las
obligaciones derivadas del contrato mismo, que en el caso de la compraventa son las de hacer
entrega de la cosa y satisfacer el precio convenido ya no se trata de un acto preliminar al contrato,
sino la celebración y ejecución del contrato mismo, al que sólo le falta para perfeccionarse la forma
establecida por la ley. La Suprema Corte de Justicia ha establecido al respecto jurisprudencia en los
términos de la tesis siguiente: "COMPRAVENTA. Este contrato se perfecciona por el consentimiento
de las partes respecto del precio y de la cosa, y desde entonces obliga a los contratantes, aunque la
cosa no haya sido entregada, ni el precio satisfecho. La traslación de la propiedad se verifica entre
los contratantes por mero efecto del contrato, sin dependencia de tradición, ya sea natural, ya
simbólica, salvo convenio en contrario; y si bien la ley civil establece reglas relativas a la entrega de
la cosa vendida, estas reglas sólo tienen por objeto determinar los límites de la obligación del
vendedor, de entregar esa cosa y para comprobar que la ha satisfecho debidamente". Todo esto
conduce a concluir que en casos como este, los interesados en exigir que se eleve a escritura
pública el contrato consignado en la minuta, no sólo conservan este derecho durante el primer año,

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por virtud de lo dispuesto en el artículo 90 de la Ley Orgánica del Notariado de Michoacán, lapso
durante el cual la minuta tiene todo su valor y fuerza, sino también durante todo el tiempo que
perdure ese mismo derecho que dimana de los artículos 1691, 2084 y 2088 del Código Civil de la
propia entidad federativa, equivalentes a los artículos 1833, 2228 y 2232 del Código Civil del Distrito
Federal, según los cuales la falta de forma de un contrato, no afecta su existencia cuando la
voluntad de las partes para celebrarlo consta de manera fehaciente o indubitable y cualquiera de las
partes podrá exigir que el contrato se otorgue en la forma prescrita por la ley. Esto es tanto más
convincente si se toma en cuenta lo dispuesto en el artículo 1693 del Código Civil de Michoacán,
que dice: Pueden los contratos hacerse constar en minutas notariales, las que producirán sus
efectos por el tiempo y en los términos de la Ley del Notariado. Pasado este tiempo perderán su
carácter de minutas pero se conservará su carácter de documentos fehacientes para comprobar lo
que en ellas consta.

Amparo directo 1728/58. Carmen Alanís de Laris y coagraviado. 11 de agosto de 1961. Unanimidad
de cuatro votos. Ponente: Mariano Azuela.

Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, Cuarta Parte, Tercera Sala,
tesis relacionada con la jurisprudencia 186, página 562, bajo el rubro "MINUTAS, NATURALEZA Y
TERMINO DE VALIDEZ DE LAS (LEGISLACION DEL ESTADO DE MICHOACAN).".

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