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Liberalismo:
HISTORIA:
Se considera a John Locke como uno de los primeros pensadores liberales, siendo su Segundo
tratado sobre el gobierno civil la obra seminal de esta ideología. Luego de él, los economistas
clásicos como Adam Smith y David Ricardo continuaron esta línea de pensamiento, especialmente
en lo que se refiere a la conexión entre libertad política y prosperidad económica. Smith, con su
obra La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, exhorta a 'dejar
hacer 'al mercado, en lugar del soberano, en lo que a decisiones de compraventa se refiere.
En cuanto a la política, la ideología liberal encuentra sus bases en Montesquieu y en los padres
fundadores americanos; parte del hecho de que no hay personas ni sistemas perfectos, y por lo
tanto, el Estado debe ser un conjunto de pesas y balanzas en el que se contrapesen los distintos
poderes que ostenta sobre el individuo, para que ninguno pueda devenir en tiranía.
Según la teoría liberal, el Estado debe seguir una política de mínima intervención, o laissez faire
(en francés, «dejar hacer»). Ésta se sustenta de un lado en la convicción de que cada individuo
buscará lo mejor para sí mismo y para el otro con el fin de beneficiar a todos, siendo la labor del
Estado corregir los casos en que esto último no se cumpla. Los críticos del Liberalismo suelen
insistir en que la segunda premisa pocas veces se cumple, ya que a menudo algunos individuos
logran beneficiarse a costa del resto de la sociedad
POSITIVISMO:
es una epistemología, que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador
francés Augusto Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de
Europa en la segunda mitad.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar
científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución
Francesa, lo que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio
científico.
Esta epistemología tiene como características diferenciadoras la defensa de un monismo
metodológico, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el
objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio
de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como mero medio para
otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la
creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente.
Como reacción a la epistemología positivista, surge principalmente en Alemania la epistemología
hermenéutica. Entre las críticas que se le hacen al positivismo, está la incapacidad que posee el
método de las ciencias físico-naturales para conocer sus objetos de estudio (la sociedad, el
hombre, la cultura) los cuales tendrían propiedades como la intencionalidad, la auto-reflexividad y
la creación de significado, que serían dejados de lado por la epistemología positivista. A su vez,
dentro de la hermenéutica, cabría una crítica a la búsqueda de leyes generales y universales, pues
deja de lado necesariamente los elementos que no pueden ser generalizados. Así, algunos
hermeneutas defienden un conocimiento ideográfico (de conocimientos más precisos, pero menos
generalizables), que uno nomotético (de leyes generales). Finalmente, desde la hermenéutica, se
planteó la necesidad de conocer las causas internas de los fenómenos, cuestión que se alejaba de la
explicación externa de los fenómenos. Así en vez de buscar la explicación, los hermeneutas
buscan la comprensión de los fenómenos.
Durante el siglo XX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo Ludwig
Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de inspiración para el
surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales, que tuvieron como objetivo el alejar
definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica de Russell. A poco
andar, surgieron muchas críticas desde los mismos fundadores del Círculo de Viena, siendo una de
las más fuertes la de Karl Popper. Éste plantea que el objetivo de cimentar todo el conocimiento
científico en lo empírico es irrealizable, cuestión que pronto es aceptada por el Círculo de Viena.
De esta manera el positivismo lógico evoluciona hacia el racionalismo crítico, que se separa
de aquél en cuando desprecia la inducción y vuelve a darle preponderancia a la teoría, y a la
correspondiente deducción.
ESTRUCTURALISMO.
Se distinguen dos tipos de estructuralismo:
El Estructuralismo americano
Para la psicología conductista el objeto de estudio es la conducta de los organismos en términos de
estímulo respuesta. El conductismo (BUR78) parte de las tesis de la reflexología rusa de Pavlov
(1849-1936) y las teorías de Thorndike (1874-1949)', el conductismo clásico de J. B. Watson
(1878-1958) ~y el neoconductismo de Skinner~, siendo fundamentalmente una psicología
experimental del aprendizaje. Una de sus características fundamentales es el rechazo del
mentalismo y de los datos que pudieran provenir de la introspección, ya que dichos datos no
podrían considerarse como directamente observables. A pesar de que el conductismo parte de la
reflexología, su evolución se aparta totalmente de la neurofisiologia, ya que ni siquiera un modelo
del sistema nervioso es válido para dar cuenta de la conducta en los presupuestos del conductismo
clásico. Es destacable el hecho de que la psicología conductista no se centra exclusivamente en las
capacidades superiores humanas de razonamiento y lenguaje, sino en el campo más amplio de la
psicología animal. El conductismo tuvo influencia en la lingüística (LYO80), ya que la
comunicación verbal, al ser directamente observable, permitiría estudiar el pensamiento como
conducta verbal, interpretando el pensar como "hablar en silencio", realizándose movimientos
imperceptibles de los órganos fonadores. Las aportaciones más directas del conductismo a la
lingüística fueron realizadas en los años 30 por el americano Bloomfield(1887-1949).
El estructuralismo europeo
El enfoque que aquí llamamos sistémico, y que se aproxima más a lo que hoy podemos estudiar
como Sistemas Complejos, es más antiguo. El trabajo del suizo (1859-1913) Ferdinand de
Saussure (SAU89), se reconoce como el punto de partida del estructuralismo europeo. Saussure
define la "Langue" (la Lengua) como objeto de estudio de la lingüística en términos sistémicos: la
Lengua es la estructura del sistema lingüístico que subyace a una comunidad de hablantes, de
distinta naturaleza que las producciones individuales del habla, pero emergente de la masa
hablante. La Lengua es un objeto válido de estudio porque es una estructura de naturaleza psico-
social representada en la mente de cada hablante. La fonología, la gramática, la semántica de la
Lengua pueden ser estudiados científicamente porque son representaciones aprehensibles para el
lingüista igual que para cualquier otro mortal. Saussure concibe el signo lingüístico como una
entidad mental que asocia, de forma arbitraria, las imágenes sensoriales de los referentes con las
imágenes sensoriales de los sonidos, significantes con significados, produciendo un sistema de
valores que articulan una sustancia de pensamiento y que son creados colectivamente~.
Para los gestaltistas el aprendizaje depende de la capacidad para percibir o pensar los posibles
cambios estructurales de una situación problemática. Es una aproximación a la Inteligencia
diferente de la de la logicista. Cuando un sujeto se enfrenta a una situación que no es capaz de
resolver se genera una tensión que le induce a resolverlo, intentando reestructurarlo de manera
diferente. Esta proceso se produce en virtud de un campo psico-físico individual en el que actúan
dos tipos de factores: los estructurales, externos al sujeto e inherentes a la propia situación, y los
funcionales, motivados por las necesidades y motivaciones. Según la Gestalt, la resolución del
problema equivale a una percepción diferente de la solución problemática, y constituye una
vivencia que se ha bautizado en la literatura como "Insight"
Análisis de clases
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman
en consideración principalmente dos:
• La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden
su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de
crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos
físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El
proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que
viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser
prostitutas, mendigos o indigentes.
• La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La
burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes
emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios,
campesinos terratenientes o comerciantes.
Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado y
la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y el producto
social se distribuiría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual
según sus necesidades».
Algunos pensadores socialistas opinaban que la clase trabajadora debía apropiarse del Estado
capitalista existente y convertirlo en un Estado revolucionario obrero que implantaría las
estructuras democráticas necesarias para luego marchitarse. Cabe mencionar que Lenin en su obra
El Estado y la Revolución explica que el estado burgués debe ser destruído para luego instaurar un
Estado revolucionario y que sería este estado quien se extinguiría conforme desaparezcan las
contradicciones de clase (El Estado y la Revolución). Por otro lado, otros pensadores socialistas
como Mijaíl Bakunin y Piotr Kropotkin, compartiendo la idea de la lucha de clases, afirmaron que
el Estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder, per se, era el problema
(político-económico), y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria. Esta
dicotomía frente al Estado marcó la división definitiva entre marxistas y anarquistas.
Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos académicos han afirmado
fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos particularmente importantes son los
movimientos socialdemócratas de la Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la Unión Soviética
y otros países del bloque oriental, Mao, Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Santucho y otros
revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado nuevas ideas a Marx y,
por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que resulta difícil especificar el núcleo de éste.
Actualmente las transformaciones socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en una
línea llamada posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto Laclau y Chantal
Mouffe.
Se acostumbra hablar de teoría marxista cuando se hace referencia a la aplicación de
planteamientos marxistas a diversas cuestiones no estrictamente económicas o políticas, como la
religión, el arte, la relación entre sexos o razas, etcétera, sin necesidad de asumir la totalidad de las
ideas marxistas.
La crítica liberal
Los miembros de la escuela austríaca fueron los primeros economistas liberales en criticar
sistemáticamente la escuela marxista. Esto fue, en parte, una reacción a la Methodenstreit
(controversia sobre la cuestión del método), cuando atacaron las doctrinas hegelianas de la escuela
histórica. Aunque muchos autores marxistas han intentado presentar a la escuela austríaca como
reacción burguesa a Marx, tal interpretación es insostenible: Carl Menger escribió sus Principios
de economía casi al mismo tiempo que Marx completaba El capital. Los economistas austríacos
fueron, no obstante, los primeros en enfrentarse directamente con el marxismo, ya que ambos
trataban de asuntos como el dinero, el capital, los ciclos económicos y los procesos económicos.
Eugen von Böhm-Bawerk escribió críticas extensas de Marx en los años 1880 y 1890, y varios
marxistas prominentes (como Rudolf Hilferding) asistieron a su seminario en 1905-1906.
Posteriormente existió un debate entre Ludwig von Mises (discípulo de Böhm-Bawerk), quien
consideraba que el socialismo era imposible al no existir un mercado que determinase los precios,
y Oskar Lange, quien defendía una economía socialista con un mercado estatal en la que los
precios fuesen determinados según un método de ensayo y error, hasta hallar un precio adecuado.
La crítica de Mises al marxismo se extendió a la metodología de interpretación histórica con su
crítica al polilogismo clasista. El debate entre ambos economistas continuó durante varios años,
hasta que Oskar Lange afirmó que Von Mises tenía razón. Sin embargo, años después volvió a
modificar su punto de vista, y defendió la economía soviética asimilando el aporte de Von Mises al
análisis de la acción humana: la praxeología. La respuesta austríaca a los argumentos de Oskar
Lange se vio completada con el análisis de Friedrich Hayek.
Diversos autores marxistas han ofrecido en los años posteriores respuestas a los argumentos
liberales. Mientras que algunos defienden modelos de socialismo de mercado más refinados que el
de Oskar Lange (por ejemplo, David Schweickart), otros consideran aun que es posible establecer
una economía socialista sin mercado. En este último grupo se puede diferenciar entre los que
sostienen que el método de cálculo en el socialismo debe realizarse según la teoría del valor
trabajo y los que sostienen que el valor trabajo sólo existe en las sociedades capitalistas.
Actualmente la crítica más refinada de la escuela austríaca al socialismo en todas sus variantes ha
sido realizada por Jesús Huerta de Soto en su libro Socialismo, cálculo económico y función
empresarial.
También existe un grupo de socialistas que han dado su apoyo al libre mercado entre productores.
Proponen un socialismo sin planificación colectivista mediante la combinación de individualismo
y supresión de la propiedad privada lockeana. Sus representantes, varios precursores o
representantes del mutualismo, son Thomas Hodgskin, Pierre-Joseph Proudhon, Benjamin Tucker,
Silvio Gesell, Franz Oppenheimer, y Kevin Carson.
Teoría Keynesiana
Keynes en el periodo de 1930 a 1936, desarrolló lo que se conoce la teoría de la preferencia por la
liquidez, lo que significa que en adición a la demanda motivada por la necesidad de realizar
transacciones, existe de igual manera una demanda especulativa de dinero, lo que llevo a Keynes a
concluir que las variaciones en la tasa de interés forma un determinante de los cambios en la
cantidad de dinero demandada.
La teoría de la preferencia por la liquidez dice que, el tipo de interés se ajusta para equilibrar la
oferta y demanda de dinero. La función de la preferencia por la liquidez es L1 (Y) + L2 (r ),
muestra la demanda de saldos efectivos reales, una baja de los precios reduce la preferencia por la
liquidez en términos reales y así aumenta la demanda de bonos, lo que hace bajar la tasa de
interés. De ahí que la curva de demanda de dinero tenga pendiente negativa.
Donde los tenedores de bonos pueden experimentar ganancias y perdidas de capital en el valor
real de su riqueza cuando varié el valor de mercado de dichas tenencias, lo cual ocurrirá cambios
inesperados en las tasas de interés. Estos individuos pueden evitar perdidas de capital en sus
tenencias de bonos manteniendo su riqueza en efectivo, lo cual tiene el inconveniente de que
estarían renunciando al costo de oportunidad ofrecido por los bonos y a la posibilidad de obtener
ganancias de capital. Ahora bien, si la tasa de interés fuese constante, los bonos serian preferidos
al dinero como la mejor forma de mantener riqueza, por el simple hecho de que los bonos pagan
un cierto rendimiento.
Si eliminamos el supuesto de que la tasa de interés es constante, es claro, que sí los tenedores de
los bonos anticipan una reducción futura en la tasa de interés, estos seguirán prefiriendo mantener
su riqueza en forma de bonos, debido a que el aumento resultante en el precio les produciría una
ganancia de capital. Por el contrario, si los tenedores de bonos esperan mayores tasas de interés en
el futuro, entonces preferirán mantener su riqueza en efectivo. Siendo este el caso, Keynes
concluyo que si los agentes consideran que el nivel actual de las tasas de interés es anormalmente
más alto, estos tendrán un incentivo para preferir la tenencia de bonos a la de dinero debido a que
la reducción esperada en las tasas de interés induciría a un aumento en el valor de la riqueza.
Keynes planteo la teoría de la preferencia por la liquidez en términos de tasas de interés esperada
en el futuro, lo que finalmente lo llevaría a considerar también al nivel actual de las tasas de
interés como otro determinante de la demanda de dinero.
Keynes añadió para explicar el motivo transacciones de la demanda de dinero era la necesidad de
los agentes económicos de contar con un activo que les permitiera cerrar la brecha entre sus
ingresos y gastos. También hizo referencia al denominado motivo precaución donde dice que de la
conveniencia del dinero como un activo que permite a sus tenedores enfrentar fácilmente
contingencias inesperadas de gasto.
http://www.wikilearning.com/teoria_keynesiana-wkccp-13795-3.htm
NEOLIBERALISMO:
¿UNA NUEVA PROPUESTA TEÓRICA?
El neoliberalismo es una nueva teoría que a partir de los años setenta, ochenta y noventa comienza
a impulsarse a nivel mundial. Anteriormente estaba en boga la "Teoría Keynesiana" donde la
propuesta económica giraba fundamentalmente a través de la participación del Estado, quien le
permitía así a los pobladores o a los inversionistas menores lograr las bases sustanciales para su
propuesta económica.
Dada la situación de endeudamiento que se presentó con los Estados Nacionales, a partir de los
años setenta, con la alza del dólar y la crisis del petróleo; la producción internacional comenzó a
tomar un giro, la teoría clásica keynesiana comienza a hacer revisada y, se producen nuevas
propuestas de carácter teórico, donde aparece el llamado "Neoliberalismo",que no es más que una
remoción del viejo liberalismo,el cual planteaba una propuesta del mercado libre (el dejar hacer y
dejar pasar).
El cero control, la propuesta de que en el mercado se equilibraban los precios, se equilibraban los
precios, se equilibraba la producción y, por tanto, el mismo mercado iba dando signos de
desarrollo. En este momento entonces, a partir de los años setenta y ochenta, se comienzan a
producir los cambios en las propuestas políticas. Los Estados, sobre todo los grandes Estados
altamente industrializados, proponen la teoría liberal,en donde los Estados nacionales que poseían
una serie de políticas proteccionistas desde el punto de vista de la producción, de los aranceles y
de la relación del peso monetario, comienzan a exigir a aquellos Estados menos desarrollados a
nivel mundial que permitan la apertura de sus mercados, es decir, que se flexibilicen las relaciones
internacionales, sometiendo a una revisión de sus políticas proteccionista, para confirmar el
derecho de poder competir a nivel mundial. Se plantea entonces, la "competencia mundializada"
de los productores, en la que aquellos países que poseen un desarrollo altamente tecnificado y una
amplia capacidad productiva en la relación internacional, van a tener una situación favorable, pues
podrán gracias a su gran capacidad, invadir cualquier mercado, mientras que los productores
menores quedarán en una posición de minoría, la cual los impulsará a integrarse a ese gran
mercado homogeneizado por los grandes productores internacionales, es decir, por las grandes
potencias. En efecto, los neoliberales consideran que la libertad económica es, de por sí, un
componente importantísimo de la libertad general. Y que, como tal, constituye un fin en sí misma
Pero además, la libertad económica genera también libertad política y otras libertades por cuanto
separa al poder político del poder económico y permite que uno controle y contrarreste al otro.
Esta incompatibilidad entre la ausencia de libertad económica y la presencia de libertad global
puede demostrarse también teóricamente, si no bastasen las muestras de la evidencia histórica. Y
ello explica por qué el neoliberalismo no sólo se opone radicalmente al marxismo - leninismo ,
sino que adversa también las posiciones más atenuadas en cuanto a intervención y control estatal
de la economía. Cada vez que se golpea parcialmente a la libertad económica, se golpea también a
otras libertades. Y cuando no quede no quede nada de una, tampoco habrá de la otra. Entonces,
poco importará que el proceso haya sido violento o gradual.
El neoliberalismo se manifiesta en sus políticas de ajuste y apertura que, con diversas
connotaciones, se aplican en los países latinoamericanos. Estas ponen el crecimiento económico -
y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación- como razón de ser de
la economía.
Restringen la intervención del Estado hasta despojarlo de la responsabilidad de garantizar los
bienes mínimos que se merece todo ciudadano o persona; elimina los programas generales de
creación de oportunidades para todos y los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados;
privatiza empresas con el criterio de que la administración es mejor en último término para todos;
abre sin restricciones las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin
suficiente protección a los productores más pequeños y débiles; hace silencio sobre el problema de
la deuda externa cuyo pago obliga a recortar drásticamente la inversión social; subordina la
complejidad de la hacienda pública al ajuste de las variables macroeconómicas: presupuesto fiscal
equilibrado, reducción de la inflación y la balanza de pago estable; pretendiendo que de allí se
sigue todo bien común en el largo plazo, y sin atender los nuevos problemas de la población que
emergen de estos ajustes y que tienen que ser atendidos simultáneamente por una política de
Estado. Insisten en que estos ajustes producirán un crecimiento que, cuando sea voluminoso,
elevará los niveles de ingreso y resolverá por rebalse la situación de los desfavorecidos. Para
incentivar la inversión privada, elimina los obstáculos que podrían imponer las legislaciones que
protegen a los obreros. Liberan de impuestos y de las obligaciones con el medio ambiente a
grupos poderosos y, los protegen para acelerar el proceso de industrialización. Así provoca una
concentración todavía mayor de la riqueza y el poder económico. Estos elementos, sin embargo,
están lejos de compensar los inmensos desequilibrios y perturbaciones que causa el neoliberalismo
en términos de multiplicación de masa urbanas sin trabajo o que subsisten en empleos inestables y
poco productivos, de quiebras de miles de pequeñas y medianas empresas; de destrucción y
desplazamiento forzado de poblaciones indígenas y campesinas; de expansión del narcotráfico
basado en sectores rurales cuyos productos tradicionales quedan fuera de competencia; de
desaparición de la seguridad alimentaria; de aumento de la criminalidad empujada no pocas veces
por el hambre; de desestabilización de las economías nacionales por los flujos libres de la
especulación internacional; de desajustes en comunidades locales por proyectos de
multinacionales que prescinden de los pobladores. El neoliberalismo surge al interior de la cultura
moderna y, sin pretenderlo de manera explícita, produce efectos estructurales que generan pobreza
y que venían actuando desde mucho antes del auge neoliberal en la década de los ochenta. Estos
factores son entre otros: • La mala distribución de la riqueza y del ingreso: la inequidad ecnómica
o desigualdad social impide a casi la mitad de los habitantes de Latinoamérica y el Caribe,
alcanzar las condiciones materiales necesarias para vivir con dignidad y alcanzar el ejercicio
efectivo de sus derechos. El neoliberalismo, hoy día, al oponerse a la intervención redistributiva
del Estado, perpetúa y acrecienta la desigualdad socioeconómica tradicional. El neoliberalismo
introduce el criterio, de que solamente el mercado posee la virtud de asignar eficientemente los
recursos y fijar a los diversos actores sociales los niveles de ingresos. Se abandonan así los
esfuerzos por alcanzar la justicia social mediante una estructura progresiva de impuestos y una
asignación del gasto público que privilegie a los más desfavorecidos; dejando de lado intentos por
la democratización de la propiedad accionaria o la reforma agraria integral. *La precariedad del
capital social: se entiende por capital social el acumulado de la riqueza humana, natural, de
infraestructura y de instituciones que tiene una sociedad. Capital social es por tanto la cultura, el
conocimiento, la educación, los recursos naturales, las vías y comunicaciones que ofrece una
nación a sus habitantes. Este capital se configura paulatinamente, con aquellas inversiones
privadas y estatales que elevan las potencialidades y la creatividad de todos los hombres y mujeres
de un pueblo. El capital social se fundamenta sobre todo en la participación de la sociedad civil y
del Estado, en la expansión de las oportunidades. • Los mercados sin control social: el mercado
como expresión histórica de la necesidad de los seres humanos de apoyarnos unos en otros para
poder darnos posibilidades de realización presente y futura, no es ni bueno ni malo, ni capitalista
ni socialista. Se plantea para todos como una relación que debe ser controlada, en libertad,
solidaridad y destreza, para conseguir una existencia amable para todos. El desafío no es destruir
la relación de intercambio sino ponerla al servicio de la realización del ser humano en armonía con
la creación; colocarla dentro de un marco de condiciones de igualdad, de oportunidades básicas
para todas las personas y dignificarla librándola de las fuerzas de dominación y explotación que
llegaron a tergiversarla en el modo de producción que se generalizó en occidente. En
consecuencia, al mirar la región en conjunto, se descubre que las políticas neoliberales
profundizan problemas estructurales que están en la base de la pobreza: la distribución de la
riqueza, el capital social y las distorsiones sociales, generadas por el mercado cuando actúa sin
control social.
http://www.tach.ula.ve/computacion/on_line/economia_1/econom11.html.
Praxis Teórica
Al contrario del marxismo, Dieterich no establece un modelo único y absoluto para lograr una
sociedad democrática, participativa, socialista y sin clases sociales. Más bien establece un marco
metodológico para elaborar lo que denomina El Nuevo Proyecto Histórico (NPH) con la ayuda del
Bloque Regional de Poder (BRP) que serían las sociedades o comunidades que apoyen al NPH de
una determinada sociedad; que actualmente sería la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Economía de Equivalencias
Dieterich en el Socialismo del Siglo XXI propone un modelo económico que no esté basado en el
precio de mercado, fundamento de la Economía de mercado y del Capitalismo, fuente de las
asimetrías sociales y de la sobre explotación de recursos naturales, según su punto de vista.
Propone lo que denomina una Economía de valores fundado en el valor del trabajo que implica un
producto o servicio y no en las leyes de la oferta y la demanda. Este valor del trabajo se mediría
sencillamente por el tiempo de trabajo que precisa un determinado producto o servicio; además de
los valores agregados a dicho trabajo, es decir, el tiempo de trabajo que se usó para producir las
herramientas o servicios que se emplean en el trabajo mismo, lo cual a su vez lleva a un ciclo
complejo de tiempos de trabajo sumados recíprocamente. Para solucionar el problema práctico
que implica la teoría de la Economía de valores, propone usar la llamada Rosa de Peters La
aplicación de este tipo de economía, según el punto de vista de Dieterich, pondría fin a la
explotación del ser humano contra el ser humano y quitaría poder e influencia a los grandes
capitalistas, lo cual produciría una verdadera democracia económica y social; donde no se
impondrían los intereses de las grandes empresas por sobre el interés general de la sociedad, algo
que sucede en todas las democracias según Dieterich.
El proyecto de Economía de valores no está profusamente detallado en el Socialismo del Siglo
XXI ni considera el grado de complejidad de determinados trabajos, que exigen especializaciones
científicas, y cuyo tiempo de trabajo no puede ser valorado de la misma manera que los trabajos
no especializados. Tampoco considera el valor físico de producción energética por sobre el
consumo energético de un determinado trabajo (en inglés conocido como EROEI), algo
fundamental para el desarrollo social, tecnológico y humano de una sociedad. Esto proyecta una
economía de equivalencias donde es igual el trabajo de un carbonero (por ejemplo) al de un
científico nuclear o al de un psiquiatra, lo cual ha originado una de las principales criticas a este
tipo de economías, ya que el incentivo para estudiar ciencias se pierde y el desarrollo tecnológico
y científico de la civilización se estanca.
Constante Reformulación
Heinz Dieterich Steffan, al final de su obra, llama a un debate abierto y constructivo para mejorar
el proyecto del Socialismo del Siglo XXI, lo cual indica que dicha ideología sigue
reformulándose.