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martes, 4 de mayo de 2010

Unidad II. Corrientes Filosóficas

UNIDAD 2: CORRIENTES FILOSÓFICAS SOCIALES.


Objetivo de la Unidad:
Analizar las corrientes del pensamiento social clásico, los enfoques sociológicos de la edad
contemporánea y los aspectos filosóficos sobre el nuevo orden mundial.

Pensamiento social clásico griego:

Ideal político – social de Platón y Aristóteles


Platón (427-347 aC) Los principios fundamentales de la filosofía platónica son: que el fin supremo
de la existencia es la virtud, que la virtud es sinónimo de conocimiento, y que el intelecto, órgano
del conocimiento, es el factor dominante en el hombre. Platón aplicó tales principios en sus tres
diálogos políticos: "La República", "El Político" y "Las Leyes".
El objeto de "La República" es combatir las ideas políticas de los sofistas, y criticar las costumbres
políticas de los gobiernos griegos de su tiempo -democracias o monarquías- por su falta de virtud
cívica. Plantea en esta obra un ideal político demasiado abstracto y deshulibertad
. En "El Político" formula un sistema más compatible con la naturaleza humana corriente: en este
diálogo se inclina a pensar que el mejor gobierno posible es el del "Rey-Filósofo", que gobierna de
acuerdo con las leyes. Finalmente, en "Las Leyes", Platón abandona la idea de alcanzar un ideal
metafísico y concluye diciendo que en este mundo imperfecto (donde los Reyes-Filósofos son
muy escasos) un Estado con división y separación de los poderes es lo mejor que prácticamente
puede realizarse.
Aristóteles (384-322 aC) fue un discípulo rebelde y cuestionador (y el más capaz) de Platón, y tras
la muerte de su maestro y muchos viajes, fundó en Atenas su propia escuela, el Liceo.
Su principal obra de pensamiento político, "La Política", no tiene el encanto literario de los
diálogos platónicos, y al parecer proviene de apuntes de conferencias recopilados por discípulos.
Esta obra continúa y acentúa decididamente la tendencia, que ya se insinuaba en el último Platón,
de abandonar la vía puramente especulativa y fortalecer la participación del material empírico en
la reflexión política, al punto de que Aristóteles puede ser considerado "el padre fundador de la
Ciencia Política clásica".
Es difícil sintetizar la obra política de Aristóteles, pero en principio podemos decir que sus ideas
básicas son: que las verdaderas bases del Estado son la Familia y la Propiedad privada; que el
Estado es producto de una evolución desde la Familia, a través de la Comunidad tribal, hasta
culminar en la Ciudad autónoma, de la que Atenas es el ejemplo supremo. Luego expone los
rasgos más característicos de esa Ciudad-estado, y de los otros tipos de Estado existentes en su
tiempo, de los que ofrece varias clasificaciones, de las cuales la más conocida es la basada en la
pregunta: quién gobierna? Monarquías, aristocracias, repúblicas, cada una de las cuales tiene una
forma corrupta (que se da cuando el gobernante atiende su interés particular en lugar del interés
general: tiranías, oligarquías, demagogias). Además fue el primero en enunciar que las
desigualdades sociales surgían como producto del régimen económico del un estado.
Corrientes sociológicas de los siglos XVIII al XX:
Liberalismo, positivismo, estructuralismo, Marxismo, teoría Keynesiana y Teoría Neoliberal.
El Socialismo: tendencias en el siglo XXI.

Liberalismo:

El liberalismo es una corriente de pensamiento filosófico, social, económico y de acción política,


que promueve las libertades civiles y el máximo límite al poder coactivo de los gobiernos sobre
las personas. Aboga principalmente por:
• El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad.
• El establecimiento de un Estado de Derecho, en el que todas las personas, incluyendo aquellos
que formen parte del Gobierno, estén sometidos al mismo marco mínimo de leyes.

HISTORIA:
Se considera a John Locke como uno de los primeros pensadores liberales, siendo su Segundo
tratado sobre el gobierno civil la obra seminal de esta ideología. Luego de él, los economistas
clásicos como Adam Smith y David Ricardo continuaron esta línea de pensamiento, especialmente
en lo que se refiere a la conexión entre libertad política y prosperidad económica. Smith, con su
obra La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, exhorta a 'dejar
hacer 'al mercado, en lugar del soberano, en lo que a decisiones de compraventa se refiere.
En cuanto a la política, la ideología liberal encuentra sus bases en Montesquieu y en los padres
fundadores americanos; parte del hecho de que no hay personas ni sistemas perfectos, y por lo
tanto, el Estado debe ser un conjunto de pesas y balanzas en el que se contrapesen los distintos
poderes que ostenta sobre el individuo, para que ninguno pueda devenir en tiranía.
Según la teoría liberal, el Estado debe seguir una política de mínima intervención, o laissez faire
(en francés, «dejar hacer»). Ésta se sustenta de un lado en la convicción de que cada individuo
buscará lo mejor para sí mismo y para el otro con el fin de beneficiar a todos, siendo la labor del
Estado corregir los casos en que esto último no se cumpla. Los críticos del Liberalismo suelen
insistir en que la segunda premisa pocas veces se cumple, ya que a menudo algunos individuos
logran beneficiarse a costa del resto de la sociedad

Liberalismo social, liberalismo económico y liberalismo político


El liberalismo social defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta
privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-mercantiles, admitiendo grandes cotas
de libertad de expresión y religiosa, los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas,
morales, etc. Sin embargo, considera valores más allá de la propia voluntad, como los valores
religiosos o tradicionales.
El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre
los ciudadanos (reduciendo los impuestos a su mínima expresión y eliminando cualquier
regulación sobre comercio, producción, etc.), sin dejar de lado la protección a «débiles» (subsidios
de desempleo, pensiones públicas, beneficencia pública) o «fuertes» (aranceles, subsidios a la
producción, etc.). La impopularidad de reducir a veces la protección de los más desfavorecidos
lleva a los liberales a alegar que resulta perjudicial también para ellos, porque entorpece el
crecimiento, y reduce las oportunidades de ascenso y el estímulo a los emprendedores. Los
críticos, por el contrario, consideran que el Estado puede intervenir precisamente fomentando
estos ámbitos en el seno de los grupos más desfavorecidos. El liberalismo económico tiende a ser
identificado con el capitalismo, aunque este no tiene por qué ser necesariamente liberal, ni el
liberalismo tiene por qué llevar a un sistema capitalista. Por ello muchas críticas al capitalismo son
trasladadas falazmente al liberalismo.
En la discusión filosófica teórica actual, se suele dar el caso de que un pensador coincida a la vez
con las posturas del liberalismo social y el liberalismo económico. En la práctica política, es raro
que coincidan. En general, el intervencionismo económico y el liberalismo social son
característicos de la socialdemocracia y el eurocomunismo mientras que el liberalismo económico
y el control social son más característicos del llamado neoliberalismo económico, pero la práctica
real de la política obliga a atender a muchas circunstancias, aparte de la propia ideología. Otras
políticas, como el comunismo leninista (especialmente en la época de Stalin) y la autarquía
franquista combinaban el intervencionismo económico con un rígido control social. También se
dan casos de que un mismo grupo de presión pida unas medidas económicas liberales y otras
intervencionistas. Por ejemplo, un sector industrial puede reclamar libre circulación de bienes y
servicios dentro de un mercado, pero una fuerte protección frente a productores de fuera del país.
El liberalismo político inspiró la organización del Estado durante el siglo XIX. Pero para
conseguir cambiar y consolidar un nuevo sistema de gobierno, era precisa una profunda crítica y
transformación social y económica, de modo que todos los individuos tuvieran los mismos
privilegios, y una mayor libertad de actuación.

POSITIVISMO:
es una epistemología, que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador
francés Augusto Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de
Europa en la segunda mitad.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar
científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución
Francesa, lo que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio
científico.
Esta epistemología tiene como características diferenciadoras la defensa de un monismo
metodológico, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el
objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio
de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como mero medio para
otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la
creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente.
Como reacción a la epistemología positivista, surge principalmente en Alemania la epistemología
hermenéutica. Entre las críticas que se le hacen al positivismo, está la incapacidad que posee el
método de las ciencias físico-naturales para conocer sus objetos de estudio (la sociedad, el
hombre, la cultura) los cuales tendrían propiedades como la intencionalidad, la auto-reflexividad y
la creación de significado, que serían dejados de lado por la epistemología positivista. A su vez,
dentro de la hermenéutica, cabría una crítica a la búsqueda de leyes generales y universales, pues
deja de lado necesariamente los elementos que no pueden ser generalizados. Así, algunos
hermeneutas defienden un conocimiento ideográfico (de conocimientos más precisos, pero menos
generalizables), que uno nomotético (de leyes generales). Finalmente, desde la hermenéutica, se
planteó la necesidad de conocer las causas internas de los fenómenos, cuestión que se alejaba de la
explicación externa de los fenómenos. Así en vez de buscar la explicación, los hermeneutas
buscan la comprensión de los fenómenos.
Durante el siglo XX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo Ludwig
Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de inspiración para el
surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales, que tuvieron como objetivo el alejar
definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica de Russell. A poco
andar, surgieron muchas críticas desde los mismos fundadores del Círculo de Viena, siendo una de
las más fuertes la de Karl Popper. Éste plantea que el objetivo de cimentar todo el conocimiento
científico en lo empírico es irrealizable, cuestión que pronto es aceptada por el Círculo de Viena.
De esta manera el positivismo lógico evoluciona hacia el racionalismo crítico, que se separa
de aquél en cuando desprecia la inducción y vuelve a darle preponderancia a la teoría, y a la
correspondiente deducción.

Trabajo de Auguste Comte en el positivismo


Una de sus propuestas más destacadas es la de la investigación empírica para la comprensión de
los fenómenos sociales, de la estructura y el cambio social (razón por la que se le considera padre
de la sociología como disciplina científica). Comte presenta a la historia humana en tres fases o
estadíos:
1. Estado teológico: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época el hombre da
explicaciones fantásticas de los fenómenos naturales, utiliza categorías antropológicas para
comprender el mundo y técnicas mágicas para dominarlo.
2. Estado metafísico: las explicaciones son racionales, se busca el porqué de las cosas y se
sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Estado científico o positivo: es la definitiva. Ya no se busca el porqué sino el cómo, el
conocimiento se basa en la observación y la experiencia y se expresa con el recurso de la
matemática. Se busca el conocimiento de las leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.
Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que estén más allá de lo
dado, de lo positivo y niega que la filosofía pueda dar información acerca del mundo, esta tarea
corresponde exclusivamente a las ciencias.
Información disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Estructuralismo.

ESTRUCTURALISMO.
Se distinguen dos tipos de estructuralismo:
El Estructuralismo americano
Para la psicología conductista el objeto de estudio es la conducta de los organismos en términos de
estímulo respuesta. El conductismo (BUR78) parte de las tesis de la reflexología rusa de Pavlov
(1849-1936) y las teorías de Thorndike (1874-1949)', el conductismo clásico de J. B. Watson
(1878-1958) ~y el neoconductismo de Skinner~, siendo fundamentalmente una psicología
experimental del aprendizaje. Una de sus características fundamentales es el rechazo del
mentalismo y de los datos que pudieran provenir de la introspección, ya que dichos datos no
podrían considerarse como directamente observables. A pesar de que el conductismo parte de la
reflexología, su evolución se aparta totalmente de la neurofisiologia, ya que ni siquiera un modelo
del sistema nervioso es válido para dar cuenta de la conducta en los presupuestos del conductismo
clásico. Es destacable el hecho de que la psicología conductista no se centra exclusivamente en las
capacidades superiores humanas de razonamiento y lenguaje, sino en el campo más amplio de la
psicología animal. El conductismo tuvo influencia en la lingüística (LYO80), ya que la
comunicación verbal, al ser directamente observable, permitiría estudiar el pensamiento como
conducta verbal, interpretando el pensar como "hablar en silencio", realizándose movimientos
imperceptibles de los órganos fonadores. Las aportaciones más directas del conductismo a la
lingüística fueron realizadas en los años 30 por el americano Bloomfield(1887-1949).

El estructuralismo europeo

La corriente estructuralista europea se opone a la americana en la naturaleza de los datos que se


estudian: es fundamentalmente mentalista, si bien se presentan variantes en esta concepción.
Podemos, con la venia de los filósofos, hablar de un estructuralismo lógico y de un
estructuralismo sistémico.

La vertiente lógica es la que está directamente relacionada con el nacimiento de la Informática. La


idea de la formalización del lenguaje natural y de la mecanización del razonamiento es la que
subyace a la lógica, trabajada ya desde Aristóteles. La formalización de la lógica de predicados de
primer orden que conocemos hoy la iniciaron Boole (1815-1869) y Frege (1848-1925),
paralelamente a Peano(1858-1932), tomando inspiración de la obra de Leibnitz. Por otra parte,
Hilbert propuso en 1910 el problema cuya resolución abrirá el campo de investigación de la
Informática Teórica, que se desarrolló principalmente en Europa: el "Entscheidungsproblem", que
se preguntaba si existía un algoritmo para deducir siempre una fórmula o su negación de un
conjunto de axiomas en la lógica, es decir, si se podía decidir por algún procedimiento algorítmico
la verdad o falsedad de una fórmula.

No es extraño en este contexto que la psicología se preguntase específicamente por las


capacidades 16gico-matemáticas de la inteligencia humana. La psicología Evolutiva, (GAR84)
cuya primera figura fue Jean Piaget (1896-1980), y cuyas investigaciones se extendieron
posteriormente al campo más amplio de la epistemología, caminaba en esta dirección. Para Piaget
(BUR78), es la estructura de la mente humana la que determina el aprendizaje y afirma que dicha
estructura viene dada por una particular organización neurofisiológica de la especie humana que
determina la inteligencia. Según Piaget se aprende a pensar, pero ese aprendizaje está
condicionado por el grado de maduración somática que determina una serie de etapas en la
organización neurofisiológica. Llegó a estas conclusiones observando hacia 1923 que todos los
niños de la misma edad cometían más o menos los mismos errores al someterlos a ciertos test.
Esto supone una evolución en cinco períodos de la infancia para el pensar humano, que
determinan los esquemas relacionales y las operaciones lógico-matemáticas que una criatura es
capaz de comprender.

El enfoque que aquí llamamos sistémico, y que se aproxima más a lo que hoy podemos estudiar
como Sistemas Complejos, es más antiguo. El trabajo del suizo (1859-1913) Ferdinand de
Saussure (SAU89), se reconoce como el punto de partida del estructuralismo europeo. Saussure
define la "Langue" (la Lengua) como objeto de estudio de la lingüística en términos sistémicos: la
Lengua es la estructura del sistema lingüístico que subyace a una comunidad de hablantes, de
distinta naturaleza que las producciones individuales del habla, pero emergente de la masa
hablante. La Lengua es un objeto válido de estudio porque es una estructura de naturaleza psico-
social representada en la mente de cada hablante. La fonología, la gramática, la semántica de la
Lengua pueden ser estudiados científicamente porque son representaciones aprehensibles para el
lingüista igual que para cualquier otro mortal. Saussure concibe el signo lingüístico como una
entidad mental que asocia, de forma arbitraria, las imágenes sensoriales de los referentes con las
imágenes sensoriales de los sonidos, significantes con significados, produciendo un sistema de
valores que articulan una sustancia de pensamiento y que son creados colectivamente~.

La psicología de la Gestalt o psicología de la forma (BUR78) es una corriente que también


podemos catalogar como sistémica. Aparece en Alemania entre los años 1920 y 1930, fundada por
Max Wertheimer, Kurt Kofka y Wolfgang Kohler. "Gestalt" es una palabra alemana que puede
traducirse por "forma", "organización" o "configuración", y su postulado fundamental es que la
percepción es más que una suma de sensaciones producidas por los estímulos, y que la forma en
que los estímulos están organizados interviene en lo que se percibe. Wertheimer define la Gestalt
como un conjunto cuyo comportamiento o actuación no se determina desde sus elementos, sino
por la organización interna del conjunto. Los elementos en singular no tienen características
perceptibles, lo cual se formula en el principio del isomorfismo: "sea el hecho biológico, social o
físico, en todo caso es un conjunto de elementos; pero sus propiedades no derivan de éstos, sino de
la organización interna del conjunto: de su gestalt" (BUR7S). Para la psicología de la gestalt el
objeto central de estudio es la conducta. Sin embargo, se estudia la conducta en su relación causal
con un campo psico-físico, ya que necesariamente la conducta se desarrolla en un ámbito
geográfico, en un plano objetivo. El campo psicofísico es la estructura dinámica del ámbito
conductal: el dinamismo entre dos polos, físico-objetivo y psíquico-subjetivo, que causa la
conducta. La percepción se organiza en base a leyes estructurales que conciernen tanto a la
organización neuro-psíquica específica como al medio estimulante. La experiencia perceptiva
añade contenidos a lo que se percibe, pero no determina su estructuración.

La escuela de la Gestalt mantiene una posición holista y antimecanicista. Se considera que se


perciben hechos molares, es decir, globales, y que la percepción no puede explicarse como una
simple suma de sensaciones. La asociación holista consiste en que las características de lo que se
percibe se explican en función del todo del que forman parte. La palabra "banco" se percibe
diferente cuando aparece en frases como "voy al banco" o "me siento en el banco". Los objetos
individualizados en la percepción presentan propiedades en gran medida constantes, a pesar de
que la estipulación física es fluctuante: lo que es constante es la diferencia de potencial
estimulativo entre figura y fondo. Cuanto mayor sea esta diferencia de potencial mayor será el
poder impositivo de la figura. Son famosos los dibujos ambiguos en los que, según se mire, se
pueden ver dos figuras diferentes.

Para los gestaltistas el aprendizaje depende de la capacidad para percibir o pensar los posibles
cambios estructurales de una situación problemática. Es una aproximación a la Inteligencia
diferente de la de la logicista. Cuando un sujeto se enfrenta a una situación que no es capaz de
resolver se genera una tensión que le induce a resolverlo, intentando reestructurarlo de manera
diferente. Esta proceso se produce en virtud de un campo psico-físico individual en el que actúan
dos tipos de factores: los estructurales, externos al sujeto e inherentes a la propia situación, y los
funcionales, motivados por las necesidades y motivaciones. Según la Gestalt, la resolución del
problema equivale a una percepción diferente de la solución problemática, y constituye una
vivencia que se ha bautizado en la literatura como "Insight"

Las raíces filosóficas del marxismo

Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista


Marx tuvo dos grandes influencias filosóficas: la de Feuerbach, que le aportó y afirmó su visión
materialista de la historia, e indudablemente la de Hegel que inspiró a Marx acerca de la
aplicación de la dialéctica al materialismo. Aunque para su trabajo de disertación doctoral eligió la
comparación de dos grandes filósofos materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro,
Marx ya había hecho suyo el método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su
Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a principios
de la década del 40, otra gran influencia filosófica hizo efecto en Marx: Feuerbach. Especialmente
con su obra La esencia del cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron la crítica materialista
de Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas reservas. Según Marx, el materialismo
feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, idealista. Fue en las Tesis sobre Feuerbach
(Marx, 1845) y La ideología alemana (Marx y Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan cuentas
con sus influencias filosóficas y establecen las premisas para la concepción materialista de la
historia.
Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir contradictorio que reflejaba el autodesarrollo
de la Idea Absoluta, en Marx son el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de
producción las que determinan el curso de la historia, la base del desarrollo político, cultural,
ideológico. Para los idealistas la historia era el desarrollo de las ideas. Marx expone la base
material de esas ideas y encuentra allí el hilo conductor del devenir histórico. Marx resume la
génesis y sintetiza su concepción materialista de la historia en Contribución a la crítica de la
economía política (1859):
"el primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de
la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los “Anales
francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que,
tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni
por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las
condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los
ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la
sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas a donde me trasladé a
consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot proseguí mis estudios de
economía política comenzados en París. El resultado general al que llegué y que una vez obtenido
sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los
hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política
y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la
vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la
conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que
determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas
materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo
que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar
la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura
erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los
cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden
apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres
adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no
podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas
épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta
conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas
productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de
que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas
y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su
existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se
propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se
encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están
gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar
como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de
producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de
producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el
sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones
sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad
burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este
antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad
humana."
En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el estudio de la economía era
vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien se dedicó principalmente al estudio
de la economía política una vez que se mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más
conocidos de su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para explicar la
realidad económica y para superar críticamente sus errores.
Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones sociales y las relaciones
económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo XX esta disciplina se dividió en dos.
Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el origen de la
riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista era el plustrabajo no retribuido a los
trabajadores en sus salarios. Aunque ya había escrito algunos textos sobre economía política
(Trabajo asalariado y capital de 1849, Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859,
Salario, precio y gananciade 1865) su obra cumbre al respecto es El Capital.
El capital ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya primera edición es de 1867)
estaba terminado a la muerte de Marx. En este primer volumen, y particularmente en su primer
capítulo (Transformación de la mercancía en dinero), se encuentra el núcleo del análisis marxista
del modo de producción capitalista. Marx empieza desde la "célula" de la economía moderna, la
mercancía. Empieza por describirla como unidad dialéctica de valor de uso y valor de cambio. A
partir del análisis del valor de cambio, Marx expone su teoría del valor, donde encontramos que el
valor de las mercancías depende del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas. El
valor de cambio, esto es, la proporción en que una mercancía se intercambia con otra, no es más
que la forma en que aparece el valor de las mercancías, el tiempo de trabajo humano abstracto que
tienen en común. Luego Marx nos va guiando a través de las distintas formas de valor, desde el
trueque directo y ocasional hasta el comercio frecuente de mercancías y la determinación de una
mercancía como equivalente de todas las demás (dinero).
Así como un biólogo utiliza el microscopio para analizar un organismo, Marx utiliza la
abstracción para llegar a la esencia de los fenómenos y hallar las leyes fundamentales de su
movimiento. Luego desanda ese camino, incorporando paulatinamente nuevo estrato sobre nuevo
estrato de determinación concreta y proyectando los efectos de dicho estrato en un intento por
llegar, finalmente, a una explicación integral de las relaciones concretas de la sociedad capitalista
cotidiana. En el estilo y la redacción tiene un peso extraordinario la herencia de Hegel.
La crítica de Marx a Smith, Ricardo y el resto de los economistas burgueses residen en que su
análisis económico es ahistórico (y por lo tanto, necesariamente idealista), ya que toman a la
mercancía, el dinero, el comercio y el capital como propiedades naturales innatas de la sociedad
humana, y no como relaciones sociales productos de un devenir histórico y, por lo tanto,
transitorias. Junto con la teoría del valor, la ley general de la acumulación capitalista, y la ley de la
baja tendencial de la tasa de ganancia, son otros elementos importantes de la economía marxista.

Análisis de clases
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman
en consideración principalmente dos:
• La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden
su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de
crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos
físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El
proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que
viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser
prostitutas, mendigos o indigentes.
• La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La
burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes
emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios,
campesinos terratenientes o comerciantes.
Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado y
la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y el producto
social se distribuiría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual
según sus necesidades».
Algunos pensadores socialistas opinaban que la clase trabajadora debía apropiarse del Estado
capitalista existente y convertirlo en un Estado revolucionario obrero que implantaría las
estructuras democráticas necesarias para luego marchitarse. Cabe mencionar que Lenin en su obra
El Estado y la Revolución explica que el estado burgués debe ser destruído para luego instaurar un
Estado revolucionario y que sería este estado quien se extinguiría conforme desaparezcan las
contradicciones de clase (El Estado y la Revolución). Por otro lado, otros pensadores socialistas
como Mijaíl Bakunin y Piotr Kropotkin, compartiendo la idea de la lucha de clases, afirmaron que
el Estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder, per se, era el problema
(político-económico), y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria. Esta
dicotomía frente al Estado marcó la división definitiva entre marxistas y anarquistas.
Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos académicos han afirmado
fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos particularmente importantes son los
movimientos socialdemócratas de la Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la Unión Soviética
y otros países del bloque oriental, Mao, Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Santucho y otros
revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado nuevas ideas a Marx y,
por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que resulta difícil especificar el núcleo de éste.
Actualmente las transformaciones socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en una
línea llamada posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto Laclau y Chantal
Mouffe.
Se acostumbra hablar de teoría marxista cuando se hace referencia a la aplicación de
planteamientos marxistas a diversas cuestiones no estrictamente económicas o políticas, como la
religión, el arte, la relación entre sexos o razas, etcétera, sin necesidad de asumir la totalidad de las
ideas marxistas.

La crítica liberal
Los miembros de la escuela austríaca fueron los primeros economistas liberales en criticar
sistemáticamente la escuela marxista. Esto fue, en parte, una reacción a la Methodenstreit
(controversia sobre la cuestión del método), cuando atacaron las doctrinas hegelianas de la escuela
histórica. Aunque muchos autores marxistas han intentado presentar a la escuela austríaca como
reacción burguesa a Marx, tal interpretación es insostenible: Carl Menger escribió sus Principios
de economía casi al mismo tiempo que Marx completaba El capital. Los economistas austríacos
fueron, no obstante, los primeros en enfrentarse directamente con el marxismo, ya que ambos
trataban de asuntos como el dinero, el capital, los ciclos económicos y los procesos económicos.
Eugen von Böhm-Bawerk escribió críticas extensas de Marx en los años 1880 y 1890, y varios
marxistas prominentes (como Rudolf Hilferding) asistieron a su seminario en 1905-1906.
Posteriormente existió un debate entre Ludwig von Mises (discípulo de Böhm-Bawerk), quien
consideraba que el socialismo era imposible al no existir un mercado que determinase los precios,
y Oskar Lange, quien defendía una economía socialista con un mercado estatal en la que los
precios fuesen determinados según un método de ensayo y error, hasta hallar un precio adecuado.
La crítica de Mises al marxismo se extendió a la metodología de interpretación histórica con su
crítica al polilogismo clasista. El debate entre ambos economistas continuó durante varios años,
hasta que Oskar Lange afirmó que Von Mises tenía razón. Sin embargo, años después volvió a
modificar su punto de vista, y defendió la economía soviética asimilando el aporte de Von Mises al
análisis de la acción humana: la praxeología. La respuesta austríaca a los argumentos de Oskar
Lange se vio completada con el análisis de Friedrich Hayek.
Diversos autores marxistas han ofrecido en los años posteriores respuestas a los argumentos
liberales. Mientras que algunos defienden modelos de socialismo de mercado más refinados que el
de Oskar Lange (por ejemplo, David Schweickart), otros consideran aun que es posible establecer
una economía socialista sin mercado. En este último grupo se puede diferenciar entre los que
sostienen que el método de cálculo en el socialismo debe realizarse según la teoría del valor
trabajo y los que sostienen que el valor trabajo sólo existe en las sociedades capitalistas.
Actualmente la crítica más refinada de la escuela austríaca al socialismo en todas sus variantes ha
sido realizada por Jesús Huerta de Soto en su libro Socialismo, cálculo económico y función
empresarial.
También existe un grupo de socialistas que han dado su apoyo al libre mercado entre productores.
Proponen un socialismo sin planificación colectivista mediante la combinación de individualismo
y supresión de la propiedad privada lockeana. Sus representantes, varios precursores o
representantes del mutualismo, son Thomas Hodgskin, Pierre-Joseph Proudhon, Benjamin Tucker,
Silvio Gesell, Franz Oppenheimer, y Kevin Carson.

Teoría Keynesiana
Keynes en el periodo de 1930 a 1936, desarrolló lo que se conoce la teoría de la preferencia por la
liquidez, lo que significa que en adición a la demanda motivada por la necesidad de realizar
transacciones, existe de igual manera una demanda especulativa de dinero, lo que llevo a Keynes a
concluir que las variaciones en la tasa de interés forma un determinante de los cambios en la
cantidad de dinero demandada.
La teoría de la preferencia por la liquidez dice que, el tipo de interés se ajusta para equilibrar la
oferta y demanda de dinero. La función de la preferencia por la liquidez es L1 (Y) + L2 (r ),
muestra la demanda de saldos efectivos reales, una baja de los precios reduce la preferencia por la
liquidez en términos reales y así aumenta la demanda de bonos, lo que hace bajar la tasa de
interés. De ahí que la curva de demanda de dinero tenga pendiente negativa.

Donde los tenedores de bonos pueden experimentar ganancias y perdidas de capital en el valor
real de su riqueza cuando varié el valor de mercado de dichas tenencias, lo cual ocurrirá cambios
inesperados en las tasas de interés. Estos individuos pueden evitar perdidas de capital en sus
tenencias de bonos manteniendo su riqueza en efectivo, lo cual tiene el inconveniente de que
estarían renunciando al costo de oportunidad ofrecido por los bonos y a la posibilidad de obtener
ganancias de capital. Ahora bien, si la tasa de interés fuese constante, los bonos serian preferidos
al dinero como la mejor forma de mantener riqueza, por el simple hecho de que los bonos pagan
un cierto rendimiento.
Si eliminamos el supuesto de que la tasa de interés es constante, es claro, que sí los tenedores de
los bonos anticipan una reducción futura en la tasa de interés, estos seguirán prefiriendo mantener
su riqueza en forma de bonos, debido a que el aumento resultante en el precio les produciría una
ganancia de capital. Por el contrario, si los tenedores de bonos esperan mayores tasas de interés en
el futuro, entonces preferirán mantener su riqueza en efectivo. Siendo este el caso, Keynes
concluyo que si los agentes consideran que el nivel actual de las tasas de interés es anormalmente
más alto, estos tendrán un incentivo para preferir la tenencia de bonos a la de dinero debido a que
la reducción esperada en las tasas de interés induciría a un aumento en el valor de la riqueza.
Keynes planteo la teoría de la preferencia por la liquidez en términos de tasas de interés esperada
en el futuro, lo que finalmente lo llevaría a considerar también al nivel actual de las tasas de
interés como otro determinante de la demanda de dinero.
Keynes añadió para explicar el motivo transacciones de la demanda de dinero era la necesidad de
los agentes económicos de contar con un activo que les permitiera cerrar la brecha entre sus
ingresos y gastos. También hizo referencia al denominado motivo precaución donde dice que de la
conveniencia del dinero como un activo que permite a sus tenedores enfrentar fácilmente
contingencias inesperadas de gasto.

http://www.wikilearning.com/teoria_keynesiana-wkccp-13795-3.htm

NEOLIBERALISMO:
¿UNA NUEVA PROPUESTA TEÓRICA?
El neoliberalismo es una nueva teoría que a partir de los años setenta, ochenta y noventa comienza
a impulsarse a nivel mundial. Anteriormente estaba en boga la "Teoría Keynesiana" donde la
propuesta económica giraba fundamentalmente a través de la participación del Estado, quien le
permitía así a los pobladores o a los inversionistas menores lograr las bases sustanciales para su
propuesta económica.
Dada la situación de endeudamiento que se presentó con los Estados Nacionales, a partir de los
años setenta, con la alza del dólar y la crisis del petróleo; la producción internacional comenzó a
tomar un giro, la teoría clásica keynesiana comienza a hacer revisada y, se producen nuevas
propuestas de carácter teórico, donde aparece el llamado "Neoliberalismo",que no es más que una
remoción del viejo liberalismo,el cual planteaba una propuesta del mercado libre (el dejar hacer y
dejar pasar).
El cero control, la propuesta de que en el mercado se equilibraban los precios, se equilibraban los
precios, se equilibraba la producción y, por tanto, el mismo mercado iba dando signos de
desarrollo. En este momento entonces, a partir de los años setenta y ochenta, se comienzan a
producir los cambios en las propuestas políticas. Los Estados, sobre todo los grandes Estados
altamente industrializados, proponen la teoría liberal,en donde los Estados nacionales que poseían
una serie de políticas proteccionistas desde el punto de vista de la producción, de los aranceles y
de la relación del peso monetario, comienzan a exigir a aquellos Estados menos desarrollados a
nivel mundial que permitan la apertura de sus mercados, es decir, que se flexibilicen las relaciones
internacionales, sometiendo a una revisión de sus políticas proteccionista, para confirmar el
derecho de poder competir a nivel mundial. Se plantea entonces, la "competencia mundializada"
de los productores, en la que aquellos países que poseen un desarrollo altamente tecnificado y una
amplia capacidad productiva en la relación internacional, van a tener una situación favorable, pues
podrán gracias a su gran capacidad, invadir cualquier mercado, mientras que los productores
menores quedarán en una posición de minoría, la cual los impulsará a integrarse a ese gran
mercado homogeneizado por los grandes productores internacionales, es decir, por las grandes
potencias. En efecto, los neoliberales consideran que la libertad económica es, de por sí, un
componente importantísimo de la libertad general. Y que, como tal, constituye un fin en sí misma
Pero además, la libertad económica genera también libertad política y otras libertades por cuanto
separa al poder político del poder económico y permite que uno controle y contrarreste al otro.
Esta incompatibilidad entre la ausencia de libertad económica y la presencia de libertad global
puede demostrarse también teóricamente, si no bastasen las muestras de la evidencia histórica. Y
ello explica por qué el neoliberalismo no sólo se opone radicalmente al marxismo - leninismo ,
sino que adversa también las posiciones más atenuadas en cuanto a intervención y control estatal
de la economía. Cada vez que se golpea parcialmente a la libertad económica, se golpea también a
otras libertades. Y cuando no quede no quede nada de una, tampoco habrá de la otra. Entonces,
poco importará que el proceso haya sido violento o gradual.
El neoliberalismo se manifiesta en sus políticas de ajuste y apertura que, con diversas
connotaciones, se aplican en los países latinoamericanos. Estas ponen el crecimiento económico -
y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación- como razón de ser de
la economía.
Restringen la intervención del Estado hasta despojarlo de la responsabilidad de garantizar los
bienes mínimos que se merece todo ciudadano o persona; elimina los programas generales de
creación de oportunidades para todos y los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados;
privatiza empresas con el criterio de que la administración es mejor en último término para todos;
abre sin restricciones las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin
suficiente protección a los productores más pequeños y débiles; hace silencio sobre el problema de
la deuda externa cuyo pago obliga a recortar drásticamente la inversión social; subordina la
complejidad de la hacienda pública al ajuste de las variables macroeconómicas: presupuesto fiscal
equilibrado, reducción de la inflación y la balanza de pago estable; pretendiendo que de allí se
sigue todo bien común en el largo plazo, y sin atender los nuevos problemas de la población que
emergen de estos ajustes y que tienen que ser atendidos simultáneamente por una política de
Estado. Insisten en que estos ajustes producirán un crecimiento que, cuando sea voluminoso,
elevará los niveles de ingreso y resolverá por rebalse la situación de los desfavorecidos. Para
incentivar la inversión privada, elimina los obstáculos que podrían imponer las legislaciones que
protegen a los obreros. Liberan de impuestos y de las obligaciones con el medio ambiente a
grupos poderosos y, los protegen para acelerar el proceso de industrialización. Así provoca una
concentración todavía mayor de la riqueza y el poder económico. Estos elementos, sin embargo,
están lejos de compensar los inmensos desequilibrios y perturbaciones que causa el neoliberalismo
en términos de multiplicación de masa urbanas sin trabajo o que subsisten en empleos inestables y
poco productivos, de quiebras de miles de pequeñas y medianas empresas; de destrucción y
desplazamiento forzado de poblaciones indígenas y campesinas; de expansión del narcotráfico
basado en sectores rurales cuyos productos tradicionales quedan fuera de competencia; de
desaparición de la seguridad alimentaria; de aumento de la criminalidad empujada no pocas veces
por el hambre; de desestabilización de las economías nacionales por los flujos libres de la
especulación internacional; de desajustes en comunidades locales por proyectos de
multinacionales que prescinden de los pobladores. El neoliberalismo surge al interior de la cultura
moderna y, sin pretenderlo de manera explícita, produce efectos estructurales que generan pobreza
y que venían actuando desde mucho antes del auge neoliberal en la década de los ochenta. Estos
factores son entre otros: • La mala distribución de la riqueza y del ingreso: la inequidad ecnómica
o desigualdad social impide a casi la mitad de los habitantes de Latinoamérica y el Caribe,
alcanzar las condiciones materiales necesarias para vivir con dignidad y alcanzar el ejercicio
efectivo de sus derechos. El neoliberalismo, hoy día, al oponerse a la intervención redistributiva
del Estado, perpetúa y acrecienta la desigualdad socioeconómica tradicional. El neoliberalismo
introduce el criterio, de que solamente el mercado posee la virtud de asignar eficientemente los
recursos y fijar a los diversos actores sociales los niveles de ingresos. Se abandonan así los
esfuerzos por alcanzar la justicia social mediante una estructura progresiva de impuestos y una
asignación del gasto público que privilegie a los más desfavorecidos; dejando de lado intentos por
la democratización de la propiedad accionaria o la reforma agraria integral. *La precariedad del
capital social: se entiende por capital social el acumulado de la riqueza humana, natural, de
infraestructura y de instituciones que tiene una sociedad. Capital social es por tanto la cultura, el
conocimiento, la educación, los recursos naturales, las vías y comunicaciones que ofrece una
nación a sus habitantes. Este capital se configura paulatinamente, con aquellas inversiones
privadas y estatales que elevan las potencialidades y la creatividad de todos los hombres y mujeres
de un pueblo. El capital social se fundamenta sobre todo en la participación de la sociedad civil y
del Estado, en la expansión de las oportunidades. • Los mercados sin control social: el mercado
como expresión histórica de la necesidad de los seres humanos de apoyarnos unos en otros para
poder darnos posibilidades de realización presente y futura, no es ni bueno ni malo, ni capitalista
ni socialista. Se plantea para todos como una relación que debe ser controlada, en libertad,
solidaridad y destreza, para conseguir una existencia amable para todos. El desafío no es destruir
la relación de intercambio sino ponerla al servicio de la realización del ser humano en armonía con
la creación; colocarla dentro de un marco de condiciones de igualdad, de oportunidades básicas
para todas las personas y dignificarla librándola de las fuerzas de dominación y explotación que
llegaron a tergiversarla en el modo de producción que se generalizó en occidente. En
consecuencia, al mirar la región en conjunto, se descubre que las políticas neoliberales
profundizan problemas estructurales que están en la base de la pobreza: la distribución de la
riqueza, el capital social y las distorsiones sociales, generadas por el mercado cuando actúa sin
control social.
http://www.tach.ula.ve/computacion/on_line/economia_1/econom11.html.

Socialismo del siglo XXI


El Socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por Heinz Dieterich Steffan, a partir de 1996, y
muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese
entonces desde el V Foro Social Mundial. En el marco de la revolución bolivariana, Chávez ha
señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como
Democracia Revolucionaria.
Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana
hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa
en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad ” en un discurso a
mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez
“debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe
construir cada día”.
A su juicio por las condiciones presentes en el actual mundo globalizado, esta transición será
bastante prolongada. Dentro de este concepto sería definitivamente el socialismo el camino a
seguir, contrario al neoliberalismo.
Dice el gobierno venezolano y sus partidarios que habrá que realizar una transformación profunda
de la estructura social, económica y política, pero que no se puede pretender acelerar torpemente
la dinámica de los cambios estructurales. También se ha hecho un llamado a generar la discusión
sobre el tema, para abrir cauces a este sistema de vida propuesto y en proceso de desarrollo en la
región.
Estructura Ideológica
Heinz Dieterich expone sobre el socialismo del Siglo XXI y expresa que este se funda en la visión
de Karl Marx sobre la dinámica social y la Lucha de clases, pero supera la dialéctica que funda el
pensamiento marxista, influido por el filósofo Enrique Dussel y su Filosofía de la Liberación .
Dieterich es partidario de la Democracia participativa y directa, con lo que se aparta de la teoría de
la Dictadura del proletariado de Marx, asumiendo posturas que pudieran llegar a asemejarse al
socialismo libertario.
Heinz Dieterich critica a Marx por no haber ideado un sistema económico viable para la sociedad
comunista y por establecer un modelo estático y absoluto de la sociedad ideal. En cambio, dentro
de lo que denomina Socialismo del Siglo XXI no existe una estructura absoluta y final sobre lo
que debe ser una sociedad sin clases sociales.

Praxis Teórica
Al contrario del marxismo, Dieterich no establece un modelo único y absoluto para lograr una
sociedad democrática, participativa, socialista y sin clases sociales. Más bien establece un marco
metodológico para elaborar lo que denomina El Nuevo Proyecto Histórico (NPH) con la ayuda del
Bloque Regional de Poder (BRP) que serían las sociedades o comunidades que apoyen al NPH de
una determinada sociedad; que actualmente sería la Revolución Bolivariana de Venezuela.

Economía de Equivalencias
Dieterich en el Socialismo del Siglo XXI propone un modelo económico que no esté basado en el
precio de mercado, fundamento de la Economía de mercado y del Capitalismo, fuente de las
asimetrías sociales y de la sobre explotación de recursos naturales, según su punto de vista.
Propone lo que denomina una Economía de valores fundado en el valor del trabajo que implica un
producto o servicio y no en las leyes de la oferta y la demanda. Este valor del trabajo se mediría
sencillamente por el tiempo de trabajo que precisa un determinado producto o servicio; además de
los valores agregados a dicho trabajo, es decir, el tiempo de trabajo que se usó para producir las
herramientas o servicios que se emplean en el trabajo mismo, lo cual a su vez lleva a un ciclo
complejo de tiempos de trabajo sumados recíprocamente. Para solucionar el problema práctico
que implica la teoría de la Economía de valores, propone usar la llamada Rosa de Peters La
aplicación de este tipo de economía, según el punto de vista de Dieterich, pondría fin a la
explotación del ser humano contra el ser humano y quitaría poder e influencia a los grandes
capitalistas, lo cual produciría una verdadera democracia económica y social; donde no se
impondrían los intereses de las grandes empresas por sobre el interés general de la sociedad, algo
que sucede en todas las democracias según Dieterich.
El proyecto de Economía de valores no está profusamente detallado en el Socialismo del Siglo
XXI ni considera el grado de complejidad de determinados trabajos, que exigen especializaciones
científicas, y cuyo tiempo de trabajo no puede ser valorado de la misma manera que los trabajos
no especializados. Tampoco considera el valor físico de producción energética por sobre el
consumo energético de un determinado trabajo (en inglés conocido como EROEI), algo
fundamental para el desarrollo social, tecnológico y humano de una sociedad. Esto proyecta una
economía de equivalencias donde es igual el trabajo de un carbonero (por ejemplo) al de un
científico nuclear o al de un psiquiatra, lo cual ha originado una de las principales criticas a este
tipo de economías, ya que el incentivo para estudiar ciencias se pierde y el desarrollo tecnológico
y científico de la civilización se estanca.

Constante Reformulación
Heinz Dieterich Steffan, al final de su obra, llama a un debate abierto y constructivo para mejorar
el proyecto del Socialismo del Siglo XXI, lo cual indica que dicha ideología sigue
reformulándose.

Hugo Chávez Y El Socialismo del Siglo XXI

Actualmente el gobierno de Hugo Chávez es el único que está implementando avanzadamente el


Socialismo del Siglo XXI, también mandatarios como Rafael Correa de Ecuador y Evo Morales
de Bolivia han manifestado que seguirán el rumbo de este tipo de socialismo.
La idea del socialismo del Siglo XXI ha ido tomando caracteres tradicionalmente socialistas en los
últimos años. Chávez ha llegado a decir que previamente "llegaba a pensar (...) en un capitalismo
con rostro humano, o el capitalismo social, una tercera vía entre socialismo y capitalismo. El paso
de los años me convenció que eso era imposible: un capitalismo humano es una contradicción en
sí mismo".
A comienzos de 2007, el presidente venezolano mostraba sus referencias teóricas, frente a la
cúspide eclesiástica de su país expresó «Les recomiendo a los obispos que lean a Marx, a Lenin,
que vayan a buscar la Biblia para que vean el Socialismo en sus líneas, en el viejo y nuevo
testamento, en el sermón de la montaña.». En el mismo acto, Chávez afirmó compartir ideas
trotskistas, como la revolución permanente.
Chavez ha afirmado que el Socialismo del Siglo XXI acepta la propiedad privada a diferencia de
la postura marxista leninista y debe nutrirse de las corrientes mas auntenticas del cristianismo,
dentro de una democracia participativa y protagónica y debe conjugar igualdad con libertad
Nuevo orden mundial.

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