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UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

CONCEPTOS BÁSICOS DE PROSPECTIVA


PROSPECTIVA SECTORIAL
OTRA OPCIÓN DE ESTRATEGIA

WILSON CASTRO ZAPATA.


CALI, JUNIO 2000
CONCEPTOS BASICOS DE LA PROSPECTIVA

La prospectiva no es ni profecía, ni previsión, que tal y como decía Voltaire es un


concepto teológico reservado al conocimiento del porvenir que sólo Dios lo tiene.
La prospectiva no tiene por objeto predecir el futuro, ni siquiera pretende llegar a
desvelarnos como si se tratara de algo que ya está escrito de antemano. Su
misión no es otra que la de ayudarnos a construirlo. La prospectiva nos invita a
considerar el futuro como si de algo múltiple y abierto se tratara y que, por tanto
queda por realizar, por construir. Mas que considerar que el futuro es algo que, de
antemano, ya está decidido y que, por consiguiente, a quienes lo estudian
solamente les quedaría el aliciente de poder desvelar aquello que guarda de
misterio, el futuro, es en una parte muy importante, fruto de nuestro esfuerzo y de
nuestro sacrificio. En definitiva, de nuestra ambición y de nuestra voluntad.

Previamente, habría que reconocer que la adopción del punto de vista que la
prospectiva plantea acerca de cómo los seres humanos deberíamos encarar el
futuro no ha sido una casualidad. Ha sido fruto de una maduración, de una
auténtica revolución que se ha producido en el pensamiento humano. En efecto,
las antiguas teorías filosóficas heredadas de los griegos se basaban
principalmente en la idea de que los seres humanos vivíamos en un sistema
autorregulado ( o regulado por dioses) y que se perpetuaba siguiendo una lógica
que le era propia y en la cual el hombre poco tenia que decir, pues no era más que
un sujeto paciente. Poco a poco, esta concepción filosófica ha sido sustituida por
otra – algunos dirían que se trata de una concepción un tanto presuntuosa – y que
sostiene que el hombre se ha convertido en el principal actor de la naturaleza y de
su evolución y que, incluso, hace tiempo que ha adquirido el papel de
cuasidirector.

Llegados a este punto, podríamos continuar hablando largo y tendido sobre lo que
se entiende acerca de las cuestiones planteadas por el determinismo y la libertad
y, probablemente, llegaríamos a la conclusión de poder afirmar que los seres
humanos, aunque no seamos total y absolutamente libres, en absoluto estamos
predeterminados. A lo largo de miles de años de la historia de la humanidad, la
antigua fe que practicaban las diferentes civilizaciones se basaba en el
convencimiento de que los sistemas estaban autorregulados por los dioses. A los
hombres solo les cabía la conformidad o el sometimiento a un destino que, de
antemano, estaba absolutamente predeterminado. Felizmente, y de manera
progresiva, aunque existen concepciones filosófico – religiosas que todavía creen
en el determinismo, se ha ido cediendo paso al culto de aquellas ideas filosóficas
que caracterizan al hombre como un ser libre y responsable de su destino. Es,
precisamente, por el hecho de ser tan libre y responsable, por lo que su poder no
ha cesado nunca de creer – especialmente gracias a los progresos de la ciencia y
de la tecnología – tanto para lo bueno como para lo malo…
La prospectiva descansa precisamente sobre tres postulados que tienen mucho
que ver con esta filosofía y que caracterizan a su vez, al menos implícitamente, los
tipos de investigación que ella persigue. Estos tres postulados podrían traducirse
en las siguientes afirmaciones: el futuro es como un espacio de libertad, el
futuro es como un espacio de poder, el futuro es como un espacio de
voluntad.

Estos postulados resultan más evidentes todavía cuando lo contrastamos con la


invitación que Gastos Berger nos hacia para considerar el futuro no como algo ya
decidido y que poco a poco se nos va descubriendo, sino como algo que queda
por construir. Lo mismo podríamos decir de lo que Bertrand de Jouvenel escribía
al respecto: “Al observar el pasado, la voluntad del hombre es vana, su libertad
nula, su poder existente. (…)El pasado es el lugar de los hechos conocidos y
constatados” (aunque ello no signifique que no dé pie a gran número de diferentes
interpretaciones). Mientras que, por el contrario, el futuro es para el hombre, por
ser un sujeto dotado de conocimiento y razón, espacio de incertidumbre, y por ser
un sujeto activo, espacio de libertad y de poder. La definición ultima de la
prospectiva como ciencia que estudia el futuro con el objeto de comprenderlo
e intenta influir en él, o en su caso, intentar adaptarse anticipadamente en
lugar de tener que sufrirlo, también coincide con dichos postulados.

EL FUTURO COMO ESPACIO DE LIBERTAD

El postulado de libertad coincide con la idea de que el porvenir no nos viene


hecho, y que tampoco está predeterminado, sino que, por el contrario, el porvenir
se encuentra abierto a un amplio abanico que engloba numerosos futuros posibles
y que son, precisamente, los que identificamos como futuribles.

Proclamar que el futuro no está predeterminado, no es algo gratuito. Ello exige un


fuerte compromiso. Significa también afirmar que el futuro es esencialmente
desconocido y que, por tanto, no puede existir una futurología considerada como
una ciencia que adivine el futuro. Por mucho que nuestros modernos instrumentos
de investigación pretendan sustituir la bola de cristal y los posos del café por
potentes sistemas expertos, ello nunca nos permitirá predecir con exactitud qué es
lo que sucederá en el futuro. El futuro es una pagina en blanco que nos queda por
escribir. Quien diga que el futuro será exactamente de una manera o de otra,
cometerá impostura.

Supongo que, como seres inteligentes que somos, a más de uno le decepcionará
el hecho de que afirme que nunca inventaremos una máquina capaz de adivinar el
futuro. Isaac Asimov no pretendía más que relatar una ficción. Pero aun, también
sostendré que, debido al ritmo acelerado de las mutaciones, el nivel de
incertidumbres con respecto al futuro va creciendo, lo que hace más difícil el
trabajo de quienes intenten vanamente predecir el futuro. Sin embargo, cuando se
considera que el futuro no se prevé sino que se inventa y que, por tanto, se
construye, es cuando la prospectiva adquiere todo su valor y significado como
fuente reductora de angustias y de incertidumbres.

Desde los comienzos de la historia, las ansias y la inquietud que han manifestado
los hombres por conocer el futuro han sido tremendas. Los oráculos y las
pitonisas han representando una gran papel en la adivinación del destino. Sin
duda, podríamos afirmar que, hoy en día, esta inquietud no está dormida. Por el
contrario, se ha acrecentado en la medida que ha aumentado y acelerado de
velocidad con que se producen los cambios. De igual modo, observamos cómo
las rupturas con el pasado día a día, se multiplican y como una extraña sensación
de caos se impone en nuestras vidas, acabando con la existencia de un orden
que, hasta hace unos veinte años, considerábamos que estaba perfectamente
reglamentado. Estas son unas de las razones de nuestra angustia y de nuestros
temores actuales. Son temores que crecen en la medida que se amplia el abanico
de los futuros posibles – paradójicamente cada vez mejores y, a su vez, peores –
y que nos abruman cuando comprobamos que, en cualquier caso, las
incertidumbres van creciendo siempre y, de este modo, resultan cada vez mayores
los riesgos de equivocarnos.

Sin embargo, no podemos caer en la fatalidad ni el pesimismo. La prospectiva es


también la ciencia de la esperanza. No deberíamos olvidar tampoco que los
hombres somos unos seres limitados y que desde siempre, conscientes o
inconscientemente, los seres humanos hemos intentado encontrar la piedra
filosofal que nos permitiera reducir este tipo de incertidumbres pues siempre
hemos sido conocedores de lo que dichas incertidumbres pesan sobre nuestro
futuro. Por ello, a los seres humanos siempre nos ha preocupado la seguridad.
Nunca nos ha gustado vivir en al incertidumbre. Ellos nos produce vértigo y nos
ocasiona, socialmente, un profundo malestar. Siempre hemos pretendido buscar
conceptos a los cuales aferrar fuertemente nuestras convicciones y nuestras
creencias. La historia de la humanidad también podríamos describirla como la
búsqueda atávica de aquellas constantes que mas decisivamente podrían incidir
tanto en el ámbito de la naturaleza como en el ámbito social. Esto mismo explica
el gran apego demostrado por el hombre hacia el orden existente y la manera
como ha contribuido a su perpetuación, a lo largo del tiempo. Obviamente, se
trataría de un orden conocido, un orden respetado y en el que guardarían gran
sentido e importancia las costumbres y los hábitos sociales. En general, los seres
humanos siempre han tenido una gran propensión a buscar todo tipo de
seguridad, han tendido a creer en la palabra de otros y se han organizado
mediante la elaboración de leyes y de contratos.

EL FUTURO COMO ESPACIO DE PODER

Se suele decir que cuando algo es urgente significa también que ya es


demasiado tarde. A medida que los cambios se aceleran, sobre los despachos
de los dirigentes que tendrían que tomar serias decisiones se multiplican los
informes que requieren soluciones. Como el trabajo se les acumula, resuelven
algunos de los problemas en función del orden que les dicta el sentido de la
urgencia. Por desgracia, aquello que es importante permanece sin resolver y así
es como los ciudadanos tenemos que purgar la negligencia de nuestros dirigentes
que irresponsablemente persistentes en vivir en el día a día, obligándonos a sufrir
el futuro en vez de intentar dominarlo. De este modo, se retrasan las soluciones y
las crisis permanece.

Los problemas importantes no se hallan inscritos en la agenda de ningún dirigente


hasta que el fuego es tan intenso que no hay lugar para la esquiva ni para el
disimulo y entonces, pretenden resolverlos, tarde y mal. En los tiempos en que
vivimos es una constatación que los que tienen la responsabilidad de adoptar
decisiones de carácter social se encuentran la mayor parte del tiempo privados de
un espacio que les garantice libertad de movimientos.

Las decisiones se suelen tomar cuando el agua nos llega hasta el cuello, cuando
apenas tenemos margen de maniobra. Por eso, las decisiones sueles ser tan
traumáticas y desagradables que nunca llueve a gusto de todos. “A grandes
males, grandes remedios”. Dice el refrán. Queriendo ignorar esto ultimo, estos
dirigentes justifican sus imperfectas decisiones diciendo que no tenían otra opción,
que se encontraban forzados o apremiados. La realidad, sin embargo, es
bastante diferente ya que deberían decir que no tenían otra opción por su culpa,
porque habían dejado que la situación llegara hasta un punto tal que ya no
disponían de ninguna libertad como para poder influir sobre los acontecimientos y,
en consecuencia, por su negligencia, asumían resignadamente que éstos fueran
los que les arrastraran irremediablemente. En definitiva, implícitamente están
aceptando que carecen del poder suficiente como para hacer frente al futuro con
dignidad.

Precisamente, convendría ahora señalar que el hecho de tener que caer bajo el
imperio de la necesidad es la prueba palpable de las consecuencias que entraña
la falta de previsión. La única manera de evitar que se van creando tienen sus
orígenes. Es entonces cuando éstas podrían ser fácilmente moldeables, antes de
que crezcan y se deterioren tanto que se conviertan en una inevitable imposición.
Dicho de otra manera, sin el ejercicio de la prospectiva no existe la libertad de
decisión. Las personas con poder de decisión que se instalan en la gestión de lo
inmediato son las personas que menos disponen de libertad de acción. Y esto si
que es un contradicción y una desgracia, a tenor de las grandes responsabilidades
que tienen contraídas con la sociedad.

Es necesario admitir cuanto antes que si quiere evitar la obligación de hallarse


continuamente abocado a gestionar lo urgente, resulta absolutamente
obligatorio desarrollar la cultura de la anticipación. La aceleración de los
cambios hace que todavía sea mas necesaria la prospectiva. La metáfora del farol
que nos narraba Gastón Berger es un claro exponente de esta necesidad: “En una
carretera vecinal, sin mucho tráfico y conocida, el conductor de un carro tirado por
animales, por la noche, para circular lentamente por dicha carretera no necesita
más que una simple linterna que le ilumine su camino. Por el contrario, en una
carretera nacional que el conductor desconoce y que está repleta de curvas y de
desniveles, de noche, cualquier automóvil que se aventure a ir rápido por dicha
carretera necesitará unos potentes faros. Conducir sin ver bien a larga distancia
sería una auténtica locura.

La rapidez de los cambios y su imprevisible crecimiento suscitan muchas criticas


acerca de la aplicación de la estrategia basada en el desarrollo de teorías como la
de reactividad. Es la estrategia del bombero, la del apagafuegos, que si bien es
cierto que en el pasado – cuando los ritmos de cambio eran más lentos – funcionó
bastante bien, ahora se nos muestra obsoleta y poco recomendable; porque el que
copia, cada vez llega más tarde. Algunos expertos comentan que dicha estrategia
sigue siendo valida. Consideran que como no vemos con claridad el futuro que se
avecina, lo que tenemos que intentar es ser cada vez mas flexibles y adaptables.
El concepto, en si, es muy seductor pero quienes se dejan seducir por ello se
olvidan de que la adaptabilidad instantánea no deja de ser más que una mera
ilusión, un espejismo. Se olvidan que las competencias, los conocimientos y la
experiencia no pueden ser renovadas en un instante y, mucho menos, cuando
hablamos a nivel del equipo humano que constituye una organización
determinada. La movilidad implica apropiación y ello requiere un tiempo de
maduración e, incluso, un retorno de experiencias. Se necesita que los proyectos
en marcha cuenten con un periodo de tiempo determinado para poder
experimentarlos. La adaptación a los cambios es algo que no se improvisa. Si se
quiere salir airoso de esta prueba es necesario impulsar estos tres conceptos
básicos de la competitividad estratégica:

o anticipación,
o innovación,
o rapidez.

El largo plazo es lo único que puede garantizar el éxito de las acciones que
comprometen nuestro futuro. El corto plazo es una trampa mortal si uno gasta
todas sus energías en querer dominarlo. En él solo existe lugar para la sangre, el
sudor y las lágrimas. Sin embargo todos estaríamos dispuestos a sufrir si
supiéramos con qué nos encontraremos después de atravesar el túnel del
esfuerzo y del sufrimiento. Cuando trabajamos a largo plazo es cuando la
economía cobra todo su sentido. Es cuando destinamos el corto plazo al servicio
de las metas u objetivos generales establecidos a largo plazo. Es cuando la
voluntad y la razón se funden, devolviendo a los seres humanos toda su
integridad. Es entonces cuando comenzamos a dotarnos de espacios llenos de
poder.
El corto plazo implica políticas de parches. En el largo plazo es donde se
inscriben aquellas acciones profundas que modifican el curso de los
acontecimientos. Cuando hablamos de nuevas infraestructuras, de coherencia
entre formación y empleo, de cambios y mentalidades y de comportamientos, etc.,
estamos refiriéndonos a horizontes que superan los tres o cinco años, por lo
menos; nunca nos referimos a unos pocos meses, porque las acciones con
respecto a estos objetivos se hallan ya tomadas y los márgenes de maniobra son
muy limitados.

A los seres humanos nos corresponde tomar la decisión de las decisiones. Seguir
improvisando continuamente, como hemos hecho hasta ahora, o aplicar la
prospectiva como disciplina previa a la acción que ilumina la toma de decisiones,
disminuyendo riesgos e incertidumbres. Michel Godet nos recuerda que existen
cuatro actitudes frente a la incertidumbre y las potencialidades del futuro.

o La primera actitud es la actitud pasiva, la que coincide con la resignación y


la asunción de que, inevitablemente, hay que sufrir el futuro.
o La segunda actitud es la reactiva, coincidente con esperar el cambio para
reaccionar.
o La tercera y cuarta actitud son prospectivas y se refieren a la actitud
preactiva y proactiva. La preactividad pretende provocar un cambio
deseable, influyendo de este modo, en el futuro. Las dos ultimas actitudes
son las que nos garantizan el poder.

Sin embargo, decir que el futuro es un espacio de poder no significa que nuestro
poder pueda llegar a ser total y absoluto. En todo sistema existen factores clave
de desarrollo que condicionan el futuro. De este modo, cada factor clave se
convierte en un reto estratégico, en un campo de batalla. En cada reto estratégico
intervienen diferentes actores que, a su vez, llevan asociados a sus intereses, mas
o menos legítimos, objetivos estratégicos diversos que muchas veces, resultan ser
antagónicos y contrapuestos entre ellos. La coexistencia de estos distintos
actores se manifiesta en función de convergencias y divergencias. En el sistema,
cada actor ejerce simultáneamente diferentes poderes, mas o menos fuertes y
más o menos conflictivos. Se trata de no solo el análisis estructural del conjunto
de factores que intervienen en el sistema, sino también el juego de actores.

EL FUTURO COMO ESPACIO DE VOLUNTAD

La vigía prospectiva no tiene sentido más que si se halla guiada por una intención.
El ejercito mismo del poder supone la existencia de una razón motriz, de un
sistema de ideas y de valores en virtud de los cuales somos capaces de definir un
objetivo, de concebir un futuro deseable.
Aquí es donde interviene el concepto de proyecto de futuro como un expresión
que implícitamente reclama un querer, un desear. El logro de este deseo, por ser
complejo, necesariamente se ha de inscribir en un espacio temporal dilatado. Un
periodo de tiempo que será tanto más o menos largo, en la movilización de medios
necesarios para la consecución de los objetivos que no se hallen disponibles a
corto plazo. La sutil ecuación que relaciona los sueños con la razón adquiere aquí
su verdadero significado. Los sueños actúan primero y nos generan esas visiones
que nos permiten fecundar la realidad de nuestro futuro. Son como las utopías
que mediante el ejercicio de la férrea voluntad se convierten en verdades
prematuras. Nos permiten imaginar las imágenes que nos formamos con respecto
a un futuro mejor. Imágenes que, una vez pasadas por la criba de la razón, y que
algunos identificarán con estudios de viabilidad, se convertirán en los verdaderos
motores para la acción.

La intención guarda una naturaleza que es muy diferente de la naturaleza de la


opinión. En general, la opinión es fruto de una reacción, muchas veces fugaz, que
se deriva de una excitación de los sentidos provocada por los acontecimientos.
Las opiniones no implican conocimiento. Suelen deberse a observaciones
efectuadas sobre hechos ya transcurridos. Una de las mayores dificultades a las
que se enfrenta la prospectiva consiste en descubrir cuáles son las motivaciones
profundas que mueven a los actores a actuar de una determinada manera. Los
sondeos que se realizan de vez en cuando, aunque se repitan a intervalos que no
son lo suficientemente regulares, apenas aportan información que enriquezca
nuestro conocimiento. Nos trasladan las opiniones de aquellos conductores que
conducen el automóvil mirando solo por el retrovisor. Es necesario mirar hacia el
futuro para encontrar las soluciones. En el pasado y en el presente sólo nos
encontraremos con el mundo de las razones. Desgraciadamente, y como
sabemos por propia experiencia, en la practica ocurre con frecuencia que para dar
con las soluciones no basta con tener la razón. A veces, hasta llegar a ser todo un
inconveniente que nos obceca la mente, impidiéndonos dar con las verdaderas
soluciones.

Cada vez soy mas probable con lo mas verosímil y porque los ingenieros
consideran que lo que es técnicamente posible ya, de por si, es rentable en el
mercado. Ambos se olvidan de que gran cantidad de nuevos procesos y de
nuevos productos, que son tecnológicamente viables y económicamente
rentables, no son, paradójicamente, deseables socialmente.

Aunque el futuro es múltiple, el abanico de los futuribles, aun pudiendo ser muy
amplio, siempre será limitado. No todos los futuros son posibles. Por ello, la
principal tarea de la prospectiva consiste en determinar el abanico completo de los
futuros posibles. Y eso si que se puede realizar con un mínimo margen de error.
Después vendrá la tareas de entresacar aquellos futuros que son los realizables y
de, entre éstos, elegir los deseables Así es como el futuro por el que apostamos
se convierte en la razón de actuar en nuestro presente, y a cuya consecución
consagramos no solo nuestro capital sino también nuestro trabajo, nuestro
esfuerzo y nuestros sacrificios. La prospectiva estratégica se encarga mediante
su sistema vigía y sus planes operativos de reducir constantemente los riesgos e
incertidumbres inherentes a la consecución del futuro deseado. La historia de la
humanidad está plagada de ejemplos que nos demuestran que,
fundamentalmente, han sido la voluntad, la ambición, la lucha y el tesón
demostrado en las acciones de los hombres los que han propiciado que los
sueños de los seres humanos pudieran fecundar la realidad de su futuro.

Ante los retos que nos depara el futuro, es necesario unir en matrimonio el capital
de riesgo con la voluntad de riesgo. Cada vez mas, el capital más importante de
las empresas y de las naciones es aquel que se va a dormir a casa todas las
noches. Ningún general que quiera ganar una guerra luchará contra sus
soldados. Todas las personas tienen y merecen su dignidad y son bien
conscientes de cuando se las utiliza y cuando se cuenta de verdad con ellas. El
futuro en si es riesgo, pero merece la pena afrontarlo si con ello le damos sentido
a nuestras vidas en el noble empeño de ser cada vez mas felices. El futuro es una
pagina en blanco que queda por escribir pero que dependerá fundamentalmente
de la voluntad, del tesón y de la constancia que demostremos en la consecución
de los objetivos estratégicos para que nuestras acciones se escriban, de una
manera o de otra, en clave de éxito o de fracaso. Adivinaría que, en un futuro, las
sociedades mas equitativas serán las mas capaces de asociar el capital de riesgo
con la voluntad de riesgo, condición sine que non para el éxito de los proyectos de
futuro que quieran ser progresistas y duraderos. Iniciativa es sinónimo de
empresa. Toda empresa requiere un equipo. El capital de riesgo tienen en el
cortoplacismo su principal enemigo. No deberíamos olvidar nunca que los
dirigentes empresariales y políticos que se instalan en el corto plazo se comportan
como unos verdaderos “Atilas” de la economía y de la política ya que tras ellos,
una vez que abandonan el poder, las inteligencias que han utilizado para sus fines
a corto plazo jamás volverán a crecer.

La voluntad es decisiva para el éxito de la estrategia. Sin embargo, el problema


de la voluntades es que, con frecuencia, se ha de enfrentar al arbitraje entre las
demandas que provienen del corto plazo y las que provienen del largo plazo. La
voluntad se encuentra, entonces dividida y envuelta en un mar de dudas. Se
encuentra, por un lado, empujada por el deber de la urgencia, y por el otro, por la
intensidad o la fuerza del deseo. A un lado se le coloca lo que significa el poder
de las ideas y al otro, los criterios de decisión que se le imponen: ¿Que hacer?
¿Como equilibrar el corto y largo plazo?.

Para ilustrar este debate, seria suficiente con mencionar que los principales
criterios de decisión son, hoy por hoy, criterios que favorecen, en gran medida,
mas al corto plazo en detrimento del largo plazo. Algunas veces, son criterios de
carácter económico que implican maximizar los beneficios en el marco del balance
anual presupuestario, a la manera de aquel que prefiere plantar coníferas antes
que especies frondosas por el hecho de que antes le empezará a producir
beneficios. Otras veces, son criterios de carácter político que podrían traducirse
en la respuesta a la pregunta siguiente: ¿Que podría hacer desde ahora hasta el
final de mi mandato para favorecer mi propia reelección?.

No pretendo insistir sobre los efectos perversos que estos compromisos, llevados
a este modo, acarrean continuamente a la sociedad. Sacrificando el largo plazo
por el corto plazo, con frecuencia se convierte en realidad el dicho de “pan para
hoy y hambre para mañana”. De este modo, se incurre en el peligroso riesgo de
que se produzcan efectos derivados de segundo grado, cuyos daños son
extremadamente mas importantes que los posibles beneficios inmediatos que,
eventualmente, podrían obtenerse.

Tampoco es cuestión de que, de la noche a la mañana, se sustituya la dictadura


de lo efímero por la democracia del largo plazo. Sin embargo, cuanto antes nos
liberemos de la esclavitud que nos produce lo cotidiano y lo urgente,
mayores posibilidades tendremos para gestionar y dominar los cambios en
un sentido que nos sea favorable. La voluntad para que sea efectiva necesita
integrarse con la razón. Para ellos es necesaria la visión bifocal. No hay buenas
respuestas allí donde previamente no hemos establecido unas buenas preguntas.
¿Qué deberíamos hacer a corto plazo para alcanzar ese largo plazo deseado? Si
somos capaces de responder constantemente a ambas preguntas, seguro que
nuestra voluntad será el motor principal que nos transporte hacia la felicidad, al
coincidir nuestra realidad futura con aquel porvenir que, habiéndolo deseado
previamente, hemos trabajado sin tregua ni descanso hasta su consecución.
PROSPECTIVA SECTORIAL

EL MEDIO AMBIENTE, VALORACIÓN ECONOMICA Y SOCIAL

Formas de integración de la población y de la actividad económica con el


medio ambiente en el futuro.

Desde principios de este siglo ya se comenzó a plantear como necesaria la


valoración económica del entorno natural que ofrece, a su vez, el sustento material
necesario para la producción de bienes. Sin embargo, la dificultad para evaluar
económicamente determinados bienes resultó ser casi siempre un obstáculo
insalvable. Ello dio lugar a que estos conceptos fueran dejados de lado y no se
consideraran a la hora de elaborar las cuentas de explotación de las empresas.
Paradójicamente y aunque se trata de un sofisma, algunos economistas sostienen
que, según los análisis tradicionales, un mayor deterioro del medio ambiente o del
entorno natural siempre propiciará un mayor PIB y viceversa.

Como podemos observar, sin la internacionalización de los costes es difícil


establecer políticas coherentes,. Pero, a su vez, la internacionalización de los
costes medioambientales no es precisamente una tarea que podamos definir
como sencilla. Para muchos expertos, pretender otorgar un valor económico a los
bienes o recursos que se encuentran en el medio ambiente o entorno natural es
un problema que tiene difícil solución, por el momento, debido a varias razones.
Fundamentalmente, porque se parte de la evidente prueba de que muchos
recursos medioambientales suelen ser tan abundantes que su valor puede llegar a
ser despreciable. Además suelen ser recursos sin dueño ni pertenencia a nadie
por lo que es improbable que nadie puje por ellos y los reclame. De hecho,
ninguna entidad, sea ésta pública o privada, ha podido alegar que dichos recursos
sean de su propiedad.

NUEVOS RETOS EN MATERIA DE TRANSPORTE

Algunas referencias singulares a diversas infraestructuras


La vertebración del territorio y la inclusión del mismo en redes internacionales es
uno de los retos a los que la infraestructura y organización del transporte deben
hacer frente. Por otra parte, el transporte es una actividad sobre la cual se ha
escrito mucho y sobre la que inciden muy diversos factores pero que no han sido
suficientemente estudiados en su vertiente causa – efecto. Las infraestructuras de
transporte acompañan al desarrollo pero no lo garantizan.

De cualquier modo, la mundialización / globalización de la economía acelera el


hecho de que las empresas hayan de competir en un mercado cada vez mas
amplio y extenso a escala mundial. De igual modo, los efectos derivados tanto de
los avances del conocimiento científico como de los propios progresos técnicos
están afectados seriamente al desarrollo de cualquier lugar del planeta. Las
personas son las encargadas de que las ideas, los hechos y las tendencias
portadoras de futuro se movilicen de un lugar a otro. Este hecho conlleva no sólo
la necesidad de una mejor movilidad intraterritorial, sino una adecuada
accesibilidad al territorio nacional desde cualquier punto del mundo. Por ello, en
todas las naciones se necesita preparar con anticipación el futuro con el objeto de
optimizar la conjunción de los tres tipos de transporte: tierra (carretera, ferrocarril),
mar y aire.

Si una nación determinada logra garantizar esta accesibilidad internacional, estará


también en condiciones de ofrecer a sus empresas y a las foráneas la posibilidad
de contar con su territorio, de una manera mas ventajosa. No contar con una
adecuado nivel de desarrollo de sus infraestructuras de transporte. Los flujos de
mercancías y de personas son decisivos para que las naciones puedan ser
también competitivas. Si lo son, será mucho más fácil que también lo sean sus
empresas.

La perspectiva de los planteamientos en materia de transporte es muy diferente


según se trate de transporte urbano, interurbano o internacional. Así mismo, no es
difícil que extraigamos la conclusión que de se deben a factores de la naturaleza
muy diversa y variada. Es así como se da el caso de que, en cada nación, la
propia distribución de la población a lo largo de su territorio nacional y la misma
orografía que lo conforma nos dan una serie de informaciones pertinentes sobre
los retos de futuro que le aguardan a dicha nación en lo que se refiere a su
ordenación del territorio.

También una correcta elaboración de las directrices de ordenación del territorio


obliga a que se tomen muy en consideración aspectos de índole mas social como
son las características sociodemográficas, la composición socioeconómica y los
niveles formativos de la población. Este elemento está en estrecha relación con la
movilidad, de manera, que cuanto mayor sea el nivel de vida, mayor es también la
necesidad de utilización del transporte. También inciden de manera notable los
factores de tipo demográfico.

El resto de los puertos del litoral o litorales de una determinada nación que centren
su actividad en el sector pesquero fundamentalmente, deberían se objeto de PTP
especifico. Lo mismo podríamos decir de los litorales turísticos dado el creciente
protagonismo que están adquiriendo las actividades náuticas, turísticas y
deportivas. En este sentido, señalaré que el desarrollo de proyectos de
construcción / utilización de puertos deportivos puede presentar un interés
especifico como potenciación de un sector que se muestra de gran importancia
desde la perspectiva de la actividad económica, ya que puede generar empleo en
los sectores del turismo, del comercio y, en general, de los servicios.

Finalmente y desde un enfoque que esté mas relacionado con la nueva


reestructuración del mercado de trabajo, podemos observar como el binomio
domicilio-lugar de trabajo también está sufriendo importantes modificaciones. Este
hecho está originando que la poblaciones afectadas principalmente por la crisis
industrial, sufran una mayor concentración de desempleados que se ven obligados
a buscar un puesto de trabajo en poblaciones mas distantes. La importancia en
estos casos de unas buenas comunicaciones y de un buen servicio de transporte
público son evidentes.

En relación con los transportes públicos colectivos señalaremos una reflexión


pertinente sobre el tema: actualmente, no existe ninguna crisis de los llamados
transportes colectivos como se acostumbra a decir, en todo caso los que existirá
será un problema de su financiación porque se le está dando mayores prioridades
a otros gastos públicos y privatizando, de este modo, el desplazamiento mediante
automóvil.

Los transportes colectivos que menos se utilizan son aquellos que no existen,
aunque, por lo demás, es evidente que tienen que competir, sobre todo, con el
automóvil. Sin embargo, si se modificarán ciertas condiciones de trafico en las
ciudades – limitaciones al trafico rodado y establecimiento de un mayor numero de
zonas peatonales – y se mejoraran los transportes colectivos tanto en rapidez y
calidad como en cobertura y frecuencia de servicio, el número de usuarios de
estos transportes aumentará sensiblemente. De cualquier modo y en los próximos
años, las tendencias apuntan, como es mas que seguro, a que el parque de
automóviles seguirá creciendo interrumpidamente. Las inercias derivadas de los
actuales modos de vida y hábitos de consumo nos han originado una escala de
valores dentro de la cual el automóvil – o mejor dicho el deseo de tenerlo – se ha
convertido en un imperativo para la mayoría de la población.

EL FUTURO DE LA INFRAESTRUCTURA TELEMATICA

La telemática se erige con claridad en uno de los sectores de mayor importancia,


tanto como generador en si mismo de actividad económica – se prevé que en el
entorno de la UE represente el 6% del PIB – como por su valor estratégico en el
desarrollo socioeconómico general.

Tal y como ocurre con las denominadas nuevas tecnologías, en general, también
con la telemática puede decirse que los avances tecnológicos que ilusionan a
unos y aterrorizan a otros son técnicamente viables ya en el actualidad. Sin
embargo, estos desarrollos, que en realidad son ya aplicables, necesitan un
periodo de ajuste a una lógica económica (inversión en equipamientos,
condiciones para su rentabilización) y social (disponibilidad de los recursos
humanos adecuados, capacidad social de asunción de estas tecnologías). En
líneas generales, es preciso realizar un esfuerzo importante de adecuación a las
posibilidades y a los cambios que pueden introducir estas tecnologías. Igualmente,
otro reto importante en el ámbito de las nuevas tecnologías a escala local estriba
en la definición de la herramienta a implementar. No necesariamente la tecnología
mas sofisticada es la más adecuada. Esto debe ser definido en relación con las
características propias del territorio, del entramado económico y de la
caracterización global.

Por tanto, si bien la tecnología está en este momento por delante de lo que en
realidad se pone en practica, son otro tipo de condicionantes los que determinan el
nivel de penetración de las tecnologías y la incidencia de las mismas.

Respecto a la infraestructura telemática que se podría definir en las directrices de


ordenación territorial, merecen ser destacados algunos puntos. Uno de ellos es la
concepción de las redes. En realidad, la red internacional está compuesta de una
serie de redes de carácter nacional o en nuestro caso autonómico.
Evidentemente, un aspecto como la compatibilidad de sistemas entre las diversas
redes es lo que confiere en peligro como consecuencia de una falta de definición
en la normativa y la implicación de diversos operadores con estrategia
particulares. En cualquier caso, en la medida en que esto sea posible, este
objetivo de conectividad debe estar presente en el planteamiento de este tipo de
proyectos.

Otra circunstancia que parece conveniente destacar es la inminencia de la


aplicación de la red de banda ancha. Ya hace algún tiempo que este tipo de red
telemática está en proyecto pilotos en países europeos, por lo que la
infraestructura debe plantearse de modo que la implantación de esta red de mayor
capacidad en un futuro no muy lejano se desarrolle sin perjuicio ostensible en la
operatividad de la propia red.

RETOS EN LA MATERIA DE EQUIPAMIENTOS

La configuración de los equipamientos debe hacer frente a la necesidad de lograr


un nivel infraestructural lo suficientemente flexible y dinámico como para estar en
disposición de responder a los continuos cambios que se producen en el ámbito
social. El concepto de equipamiento es algo que se considera básicamente
estático; una vez que se define y se construye el equipamiento, este debe
responder a aquellas expectativas para las que fue creado. Sin embargo, es un
hecho cierto el que las necesidades sociales no son las mismas a largo tiempo.
De hecho van variando en función de la evolución de los hábitos y necesidades
que presenta la propia sociedad, la cual, como sabemos, también se encuentra en
continuo cambio. Por tanto, el objetivo de lograr que los equipamientos de los que
un país se dote estén en continua adecuación con respecto al discurrir de las
necesidades sociales, e una tarea obligada dentro de la ordenación del territorio si
no se quiere despilfarrar los escasos recursos con que se cuentan las naciones.
Es necesario establecer una visión prospectiva acerca de los hechos y parámetros
que van marcando las pautas de los comportamientos y necesidades sociales.
Este es, sin duda, uno de los mayores retos a los que se enfrentan la ordenación
del territorio.
Esta flexibilidad a la que se le alude debe estar claramente presente en la
planificación de los equipamientos. Entre los diversos hechos que determinan el
equipamiento, el de las características de la población a la que sirven es
fundamental. El desarrollo demográfico en cuanto al volumen de población es un
hecho determinante, ya que la configuración del servicio a prestar es distinto
según se trae de un tamaño de población u otro. Por otra parte, además de la
cantidad de población, son también determinantes las características de la misma.
No es lo mismo una población en la que predominan los elementos jóvenes que
aquella en la que son las personas de edad avanzada las que toman
protagonismo, que es el camino que parece haber tomado nuestra sociedad. Por
tanto, los factores demográficos deben ser tenidos en cuenta desde una
perspectiva evolutiva.

En este mismo sentido, deben tomarse en consideración la distribución de la


población en el espacio que pretende cubrirse y los posibles factores de incidencia
en este aspecto. En principio, no parece que la tendencia predominante sea la de
agruparse en torno a los núcleos urbanos ya consolidadas, sino la de buscar unos
niveles de calidad de vida en los que el contacto con la naturaleza adquiere un
valor relevante, lo cual dificulta el cumplimiento de accesibilidad o cercanía del
equipamiento, dado que parece que va aumentar la disminución de la población.

NUEVAS AREAS DE ACTIVIDAD ECONOMICA

Al hacer referencia a la cuestión de las nuevas áreas de actividad económica, es


preciso efectuar algunas verificaciones previas. En muchas ocasiones se habla de
actividades nuevas como si se tratará de un nicho inexplorado en empleo y
generación de actividad, cuando en realidad se está haciendo mención de una
nueva forma de desarrollar una actividad con mas o menos tiempo de historia. El
nuevo concepto de la actividad puede venir por la incidencia de distintos factores.
El hecho de que las herramientas utilizadas en la ejecución de una determinada
función o actividad sean nuevas no implica que ésta sea realmente novedosa. Lo
mismo puede decirse de los modos de producción, aplicación de nuevas
tecnologías y su interdependencia, sustitución de materiales, etcétera.

De igual modo, cuando hacemos referencia a las nuevas actividades, no hay que
perder de vista que el futuro del desarrollo económico no tiene por que estar
circunscrito al descubrimiento y desarrollo de nuevas áreas de actividad, sino a la
capacidad de asumir los retos que el propio futuro va planteando y acertar con el
modo mas adecuado de ir respondiendo con acierto, celeridad y anticipación a
cada una de las circunstancias que se van planteando. La economía de cualquier
nación se sitúa ante el reto de lograr asumir las nuevas concepción que incidan en
la totalidad de los sectores económicos. Del modo en que se logre solventar estas
adecuaciones dependerá, en gran medida, el futuro económico del país. En
consecuencia, es perceptivo preparar cuanto antes el tejido y la organización
sociales y el territorio a los cambios que se esperan.
Entre los sectores que mayores perspectivas de futuro ofrecen se deben destacar
los relacionados con las tecnologías de la información, las biotecnologías, el
sector audiovisual y lo que se ha dado en llamar la ecoindustria.

Un tercer sector de claro desarrollo es el audioviosiual, en donde se están


produciendo importantes avances y, en muchos casos, va a resultar difícil
desligarlo del sector informático. En cuanto a inversiones, movilidad de capital y
volumen de personas empleadas, será uno de los sectores más activos. Este
sector afecta, y continuará en este línea, a muchas otras áreas de actividad – ocio,
cultura, educación, divulgación – en las que todavía existe un campo amplio de
trabajo.

LA VIVIENDA

Cada nación debería tener muy en cuenta tanto las necesidades actuales
insatisfechas como las proyecciones demográficas a la hora de evaluar las
necesidades de vivienda en el futuro. Un país que no garantiza a sus ciudadanos
el acceso económico a una vivienda digna está conculcando aspectos básicos y
elementales del propio bienestar. En algunos países el hecho de la segunda
residencia reviste una gran importancia que llega a oscilar entre el 6-10% del
parque de viviendas. Las necesidades de vivienda siempre son crecientes.
Incluso los países que experimentan un rápido envejecimiento de su población
demandaban un mayor numero de viviendas. En efecto, aunque conozcan un
estancamiento en el tamaño de su población o incluso un progresivo descenso, la
demanda de vivienda va a seguir aumentando, con casi toda probabilidad. Un
dato significativo de esta constatación es el descenso que se está produciendo del
tamaño del núcleo familiar; en algunas naciones europeas estamos pensando de
3,5 personas por hogar a 3 y presumiblemente se aproximará a 2,6 en un futuro,
caso de no modificar las actuales tendencias. En las grandes ciudades, el numero
de viviendas ocupadas por una persona está aumentando y es de destacar el
paradigma de que en algunos países representa casi el 40-50% del total del
parque de viviendas.

EL PAPEL DEL PATRIMONIO CULTURAL

El patrimonio cultural, representado básicamente a partir de los cascos históricos y


de las construcciones singulares, es el exponente de un proceso histórico que ha
llegado hasta nuestros días. Es lógico pensar que, aparte de otras
consideraciones que pueda tener, la ordenación del territorio debe representar un
papel de consideración en cuanto al intento de recuperación o de conservación.
Una de las tendencias que se están manifestando eficaces es la de dotar al
elemento en cuestión de una utilidad, algo en lo que las directrices de ordenación
del territorio representan un papel fundamental. Una parte importante de los
equipamientos previstos para determinadas zonas puede destinarse a edificios
patrimoniales, de manera que, además de cumplir con una función necesaria,
logre mantener el edificio. Esto es algo que ya se suele realiza en algunos de los
numerosos cascos históricos con que cuenta el territorio de una nación. En
algunos casos, el proceso de deterioro de estos edificios singulares que integran
el casco histórico está asociado a un abandono del municipio o de la zona en la
que se ubica, por lo que un elemento de importancia es la puesta en marcha de
una ordenación que propicie la recuperación de la actividad por parte de estas
zonas de interés, bien sea desde un punto de vista económico o desde una óptica
residencial.

EL PAISAJE COMO ACTIVO DE COMPETITIVIDAD TERRITORIAL

el tratamiento del paisaje como actividad de competitividad debe realizarse desde


una doble vertiente. Por un lado, en una sociedad donde el ocio y la disponibilidad
de tiempo se supone que va a ser una de las características, disponer de una
oferta de calidad paisajista es un valor importante. Se trata de realzar las
potencialidades de un sector como el turístico en el que el paisaje es un valor en si
mismo y que puede ser utilizado en la generación de actividad. Por tanto, resulta
un elemento de vital importancia bajo este punto de vista.

Por otro lado, es bien conocido que la ubicación de nuevas actividades está cada
vez mas ligado al factor ambiental. Es decir, desde una óptica competitiva, el
hecho de contar con un entorno adecuado puede ser uno de los factores que
determine la atracción o no de una determinada actividad económica que en
principio no guarda relaciona con él.
OTRA OPCION DE ESTRATEGIA

Henry Mintzberg ha generado un enfoque muy diferente del concepto de


estrategia. Se trata de un método histórico para definir la estrategia. En su
opinión, los objetivos, los planes y la base de recursos de la empresa , en un
momento dado, no son mas importantes que todo lo que la empresa ha hecho y,
en realidad está haciendo. Define termino estratégico como “el patrón de una
serie de acciones que ocurren en el tiempo”

El modelo estándar concede gran importancia al análisis: el enfoque de Mintzberg


enfatiza la acción. Según este punto de vista, la empresa tendría una estrategia,
aun cuando no hiciera planes. Asimismo, tendría una estrategia, incluso aunque
nadie en la empresa dedique tiempo a establecer objetivos formales, por no hablar
de una definición de la misión. Un patrón implica que los actos de la empresa son
congruentes: la congruencia puede ser resultado de la planificación formal o de la
definición de metas, o no serla. En las definiciones que se expusieron antes, la
estrategia consistía en la planificación formal y en establecer metas.

ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO

En el ensayo “Estrategias para el cambio” James, Brian Quinn analiza el concepto


de estrategia desde una perspectiva tradicional, incluso recurriendo a la
confrontación militar clásica, las acciones de Filipo y Alejandro de Queronea (338
a.C) para ilustrar sus puntos. Empieza por señalar la diferencia entre la
formulación de estrategias y la planificación programática. Esta segunda es a
corto plazo; simplemente destina recursos con objeto de alcanzar objetivos
limitados que fluyen de un plan estratégico mas amplio. El punto de Quinn es que
ni siquiera se puede tener un plan inteligente, táctico o de operaciones, si antes no
se cuenta con una estrategia mas amplia . Una “Verdadera estrategia”, como
dicen Quinn, va mucho mas allá de tan solo coordinar planes y programas. Se
trata de toda una serie de conceptos nuevos, que pretenden garantizar la eficacia
de la organización. Estos conceptos nuevos se basan en las fuerzas y debilidades
de la organización, los cambios del ambiente y los movimientos de los
competidores inteligentes. Este tipo de análisis tiene un alcance mucho mayor
que el de cualquier plan programático. Es evidente que la definición que hace
Quinn de estrategia, encajan con lo que antes se llamo el “modelo estándar” de la
estrategia.

LAS CINCO P DE LA ESTRATEGIAS

En su ensayo, Henry Mintzgberg ofrece cinco concepciones diferentes sobre la


naturaleza de la estrategia. Mintzberg piensa que, por regla general, la estrategia
se define de una manera, pero, que implícitamente se usa de diferentes maneras.
La mayoría de las personas definen la estrategia como un plan: un curso de
acción con un propósito consciente. Los planes se preparan antes que los actos a
los que se aplican y se desarrollan en forma conscientes con un propósito. Lo
anterior encaja muy bien con el modelo tradicional de la estrategia. La estrategia
también puede ser un complot, una “maniobra” cuyo propósito consiste en ser más
inteligente que un contrincante o competidor.

Sin embargo, no basta con definir la estrategia como un plan. Mintzberg considera
que se requiere una definición que incluya la conducta resultante. Como se dijo
antes, argumenta que la estrategia puede ser un patrón de una serie de actos. En
el caso de ciertas empresas, existen menos probabilidades de que haya
estrategias sin falta de intención.

Otro tipo de organizaciones, en especial, son las innovadoras. Con frecuencia se


lanzan a la acción, sin declarar antes sus intenciones formales.

En este ensayo se presentan algunos detalles sobre ocho tipos de estrategia que
se definan de su definición de patrón:

1. Planificadas
2. Empresariales
3. Ideológicas.
4. De protección
5. De proceso
6. Desconectadas
7. De consenso
8. Impuestas.

La cuarta definición de Mintzberg dice que la estrategia define una posición; es


decir un medio para ubicar a una organización en un “ambiente”.

EL ENFOQUE CLASICO DE LA ESTRATEGIA

Las estrategias militar y diplomática existen desde los tiempos prehistóricos. De


hecho, una de las funciones de los primeros historiadores y poetas era testimoniar
y recopilar conocimientos acumulados, relativos a la vida y la muerte, tanto de las
estrategias exitosas como de las fallidas, transformarlas en una sabiduría que
sirviera de guia para el futuro.

Con el crecimiento de las sociedades y la creciente complejidad de los conflictos,


sociales, generales, hombres de estado y capitanes, estudiaron, codificaron y
probaron los conceptos estratégicos esenciales hasta lograr una estructura
coherente de principios.
La estrategia clásica

Filipo y su joven hijo, Alejandro tenían metas claras. Aspiraban a liberar a


Macedonia de la influencia de la ciudades-estados griegas y así establecer su
dominio sobre lo que entonces era esencialmente norte de Grecia. Querían
también que Atenas se uniera en colisión con ellos para atacar Persia por su
flanco oriental. Después de evaluar los recursos, decidieron evitar la arrolladora
superioridad de flota ateniense y escogieron de antemano atacar las poderosas
ciudades amuralladas de Atenas y Tebas, donde ni las falanges ni las caballerías
de éstas – ambas muy bien adiestradas tuvieron ventajas decisivas.

CRITERIOS PARA UNA ESTRATEGIA EFICAZ

Al diseñar una estrategia que tome en cuenta lo intangible ¿que factores se deben
considerar?. Aun cuando cada situación sea única ¿Existen algunos criterios
comunes que tiendan al definir lo que es una buena estrategia? El hecho de que
una estrategia haya funcionado no es aval suficiente para juzgar cualquiera otra
estrategia. ¿Fue en realidad una mejor estrategia de Xerxes fue superior a la de
Leonidas? ¿Fué la estrategia de los rusos la que permitió arrollar a los
checoslovacos en 1968? Por supuesto hay otros factores además de la estrategia
incluyen la suerte, la abundancia de recursos, ordenes y maniobras excelentes o
estúpidas, los errores del enemigo – que contribuyen a determinar los resultados
finales.

Algunos estudios sugieren ciertos criterios básicos para evaluar una estrategia.

 Objetivos claros y decisivos.

 Conservar la iniciativa.

 Concentración
 Flexibilidad

 Liderazgo coordinado y comprometido

 Sorpresa

 Seguridad.

Estos son algunos elementos fundamentales de la estrategia, bien se trate de


realizar negocios, estructurar un gobierno o hacer la guerra.

ESTRATEGIA COMO PLAN


Para casi todos a quienes se les pregunte, la estrategia es un plan: una especie
de curso de acción conscientemente determinado, una guía (o una serie de guías)
para abordar una situación especifica. Las estrategias tienen dos características
esenciales: se elaboran antes de las acciones en las que se aplicarán y se
desarrollan de manera consciente y con un propósito determinado.

Como planes, las estrategias pueden ser generales o especificas. Existe una
acepción del termino en el sentido especifico que es conveniente definir. Como
plan, una estrategia es también una pauta de acción, una “maniobra” para ganar la
partida al contrincante o competidor.

LA ESTRATEGIA COMO PATRON

La estrategia es un modelo, específicamente un patrón en un flujo de acciones.


Según esta definición, durante un tiempo Picaso pintó azul, esto era una estrategia
como lo fue el comportamiento de la Ford Motor Company cuando ofrecieron el
modelo de la Ford T solo en color negro. En otras palabras, de acuerdo con esta
definición, la estrategia es consistencia en el comportamiento tanto si es
intencional como si no lo es.

LA ESTRATEGIA COMO POSICION

La cuarta definición establece que la estrategia es una posición, en particular, un


medio para ubicar una organización en lo que los teóricos de la organización
suelen llamar un “medio ambiente”. De acuerdo con esta definición, la estrategia
viene a ser la fuerza mediadora o “acoplamiento”.

Nótese que esta definición de estrategia puede ser compatible con cualquiera de
las anteriores ( o con todas); se puede aspirar, incluso a una posición mediante un
plan o una pauta de acción, como también puede ser preseleccionada y lograda o
ambas, o tal vez descubierta, en razón de un patrón de comportamientos.

LA ESTRATEGIA COMO PERSPECTIVA

Mientras la cuarta definición mira hacia fuera, buscando ubicar la organización en


un entorno externo y en posiciones concretas, la quinta mira hacia el interior de la
organización, mejor dicho, hacia el interior de la cabeza del estratega colectivo
pero con una visión mas amplia. Aquí, la estrategia es una perspectiva, su
contenida implica no solo la selección de una posición, sino una manera particular
de percibir el mundo. Existen organizaciones que favorecen la mercadotecnia y
construyen toda una ideología alrededor de ellas ( Mc Donald, IBM, Hewlet
Packard).
Esta quinta definición sugiere que la estrategia es un concepto, lo cual tiene una
implicación particular, es decir, que todas las estrategias son abstracciones que
existen solo en la mente de las partes interesadas.

Sin embargo, lo que resulta clave en esta quinta definición es que la perspectiva
es compartida.

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