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TEMA-3-HISTORIA-ECONAMICA.

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Anónimo

Historia Económica

1º Grado en Administración y Dirección de Empresas

Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales


Universidad de Sevilla

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 3: EL SURGIMIENTO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL
1. INTRODUCCIÓN.

La internacionalización estuvo definida por el desarrollo industrial de las naciones europeas (el inicio de la Gran
Divergencia), los avances técnicos en el transporte y la incorporación de regiones periféricas a la esfera económica
europea (circulación de bienes, migraciones y movimientos de capital) y la expansión del capitalismo liberal como
marco doctrinal para la actividad económica.

Estos elementos dieron como resultados la integración de mercados de las regiones ricas en capital y trabajos a las
regiones donde la tierra y los recursos naturales son abundantes. Esta integración dio lugar a una economía
internacional Eurocéntrica donde el valor añadido de los bienes industriales era mayor, la liquidación del sistema
manufacturero tradicional y paso a la producción industrial y el incremento de la dependencia del resto del mundo
hacia los países industrializados.

2. INTERNACIONALIZACIÓN Y DINÁMICAS DE INTERCAMBIO.

A lo largo del siglo XIX, mientras el PIB mundial creció aproximadamente en un 2,5% anual, el comercio internacional
lo hizo cerca del 4%, lo que dio como resultado que el comercio exterior per cápita se multiplicará por 25.

El crecimiento del comercio es a la vez consecuencia y factor del desarrollo técnico y económico que representa la R.
Industrial y su difusión. Por un lado, el desarrollo provoca la especialización tanto personal como sectorial y
geográfica.

El incremento del comercio también es un factor de desarrollo porque el aumento de los intercambios permite una
mejor asignación de los recursos económicos y una mayor eficiencia a través de la especialización y la difusión de la
tecnología industrial. La especialización provoca la expansión del comercio. Por todo ello, el comercio se convierte en
un medio de transmisión del crecimiento económico desde los países desarrollados al resto del mundo. El incremento
del comercio se debió al impulso de los países más avanzados, cuyas economías producían básicamente para vender y
aportaban los medios de transporte y la organización comercial y financiera necesaria. Puesto que la producción para
la venta y la división internacional del trabajo empezaron en las economías europeas, no es extraño que la mayor
parte del comercio fuera intraeuropeo. El impacto de la producción industrial sobre el resto del mundo generó un
proceso de retroalimentación: el deseo de acceder a los productos Industriales (de tejidos a ferrocarriles) impulsaba a
las economías atrasadas a privilegias la producción de los bienes demandados por los países industriales. El
predominio comercial británico, muy claro hasta 1870, fue a la baja a partir de ese momento por la aparición de tres
importantes competidores: Alemania en el ámbito europeo, EE. UU en América sobre todo y Japón en Asia.

Las principales características del comercio internacional entre 1815-1913 son: un crecimiento enorme en términos
absolutos y en términos per cápita, un crecimiento muy desigual en cuanto a la participación, predominio de Europa
sobre el comercio mundial y mayor separación entre las áreas que ofrecen productos primarios y las que ofrecen
productos industriales.

La configuración de los flujos de intercambios estuvo marcada por un centro europeo que era productor de
manufacturas y una periferia productiva con base para altas tasas de crecimiento de los intercambios de materias
primas.

Al mismo tiempo tuvieron lugar unas relaciones basadas en la recepción de productos en base en a una demanda
voluntaria en naciones independientes, la imposición o fenómeno colonial (colonialismo sobre las clases dirigentes y la
controversia entre los rendimientos económicos y los fenómenos de relocalización de rentas); en consecuencia, los
países se convirtieron en agroexportadores (más producción, más competencia por lo que se produjo una caída de los
precios). CRISIS DE SOBREPRODUCCIÓN.

Hasta 1850, mediante la influencia indirecta sobre las políticas económicas de los países periféricos mediante la
financiación de los nuevos estados en Latinoamérica y la financiación de infraestructuras y redes de comunicación.

Desde la década de 1850, las potencias europeas se lanzan a la conquista de las áreas periféricas no incorporadas a la
economía internacional Las nuevas colonias se organizan como economías de enclave y mercados restringidos.

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3. LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES.

Las relaciones comerciales experimentaron un fuerte crecimiento a lo largo del siglo XIX, pero lo ritmo fueron muy
distintos y las riquezas que se generaban eran muy distintas según los productos y las zonas. El crecimiento comercial
que generó el comercio no era simétrico, sino que beneficiaba a algunos competidores más que a otros.

En definitiva, la teoría muestra que los beneficios que se obtienen desplazando los factores de producción obsoletos
hacia productos en los que el país tenga ventaja comparativa, pero en la práctica dicha transferencia de factores no es
ni siquiera posible.

La conjunción de la evolución de la producción y de las políticas económicas impuestas por diversos gobiernos hace
que puedan distinguirse cuatro grandes etapas en el crecimiento comercial.

• Hasta 1847, la expansión comercial fue moderada y las políticas económicas proteccionistas e incluso
prohibicionistas, siguiendo la tradición mercantilista de los siglos anteriores. El crecimiento se debió a la recuperación
del retroceso que había supuesto la larga etapa de guerras casi sin interrupción desde 1775 (guerra de la
independencia de EE. UU.) hasta 1814 (derrota de Napoleón en Waterloo). Restricciones arancelarias y
contingentarían de importaciones de productos agrarios.

Libertad para la exportación e importación de bienes de equipo tecnológicos: Gran Bretaña se convirtió en el centro
exportador de tecnología para la industrialización europea (todo ello debido a la persistencia de los intereses agrarios;
el peso doctrinal de las políticas mercantilistas).

• De 1847-1868, el crecimiento comercial muestra tasas de crecimiento acumulativo superiores al 5% anual.


Este Impulso del comercio se debió a la demanda de materias primas Industriales y a la oferta de productos
manufacturados; a la construcción de líneas ferroviarias; a la división Internacional del trabajo; y al aumento de las
disponibilidades de moneda como consecuencia de los descubrimientos de oro en California y Austria. Principios leves
de liberalización hasta 1859: reducción de aranceles agrarios en Francia y Bélgica. Pese a que el gran momento
librecambista no llegó hasta 1860, con el denominado Tratado de Cobden-Chevalier entre Gran Bretaña y Francia,
muchos países habían ido rebajando sus tarifas. Tratado Cobden- Chevalier 1859: Firmado entre Francia y G.B. para la
reducción al mínimo de los aranceles sobre productos agrarios y algunos manufacturados (principalmente bienes de
consumo). En la difusión del librecambismo desempeñó un papel importante la llamada cláusula de nación más
favorecida, por la que un país concedía a otro (generalmente de forma recíproca) una rebaja automática de los
aranceles pactados si un tercer país obtenía una tarifa más baja. A mediados de siglo, dos acontecimientos convierten
a GB. en paladín de intercambio (abolición de las Leyes del Grano en 1846 y del Acta de Navegación en 1849).

• De 1873-1896, las tasas de crecimiento del comercio fueron menores que en la etapa anterior. La
desaceleración del comercio en Europa fue importante por varias causas: la madures de las industrias nacionales que
permitían el ahorro de compras exteriores, las dificultades de los países mono exportadores primarios, la depresión
económica (caída del poder de compra), la sustitución de las políticas de crecimiento alternativo por políticas de
industrialización protegida y el fin del primer boom de líneas ferroviarias.

La depresión finisecular inició del nacionalismo económico entre los años 1873 y 1895 las economías capitalistas se
vieron afectadas por una etapa de crecimiento desacelerado a causa de una crisis de sobreproducción, tanto
Industrial como agrícola, que se tradujo en una crisis financiera.

Un exceso de oferta respecto a la demanda solvente provocó un descenso de precios y una caída de beneficios que
expulsaron del mercado a las empresas menos competitivas, iniciando así el círculo vicioso: aumento del paro, caída
de los salarios, disminución de la demanda provoca la quiebra de más empresas.

Como consecuencias: tendencia a la baja de los precios e incremento del endeudamiento y de la exposición financiera
de la banca.

La crisis financiera se inició con la caída de la Bolsa de Viena en 1873 que provocó quiebra de una gran cantidad de
bancos y compañías ferroviarias. En el fondo de la crisis había un exceso de capital, por lo que las empresas al no
encontrar inversiones dentro del país acababan participando en empresas de alto riesgo como el mito de ferrocarril.

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Las consecuencias de la depresión fueron diversas y muy importantes. Para salir de la crisis se intentaron dos caminos:
la defensa de la producción nacional, tanto industrial como agrícola, a través del proteccionismo y el progreso técnico.

En la última fase (a partir de 1896), se observó una recuperación de las tasas de crecimiento y un nuevo incremento
del comercio Internacional, que debe atribuirse a la superación de la depresión, principalmente en dos aspectos: la
recuperación del poder de compra interior y el aumento de los intercambios provocado por la difusión de los nuevos
productos, fruto de la Segunda R. Tecnológica y en un segundo lugar, debemos contemplar la aportación del buen
funcionamiento del sistema de pagos Internacional; la mejora de comunicaciones. La división Internacional del trabajo
solo es útil a los países no industrializados de productos primarios imprescindibles o de difícil sustitución.

Entre 1890-1914, algunos países optaron por el proteccionismo, lo que dio lugar a un incremento generalizado de las
tasas arancelarias en EE. UU, España, Alemania... Las potencias europeas optaron por la expansión colonial y los
mercados preferentemente reservados, además de una mayor intervención del Estado.

4. EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE FACTORES DE TRABAJO

El resultado del comercio es la homogenización de los precios al nivel más bajo posible que también podía conseguirse
mediante la movilidad de factores, con la ventaja de que durante todo el periodo no hubo importantes barreras.

A lo largo del siglo XIX, entre 40 y 50 millones de personas emigran de Europa hacia América y regiones periféricas.
Estas migraciones eran ocasionadas por motivos religiosos o políticos, pero el principal motivo era por motivos
económicos. La emigración estuvo diferenciada entre tres etapas:

• Hasta 1850, la emigración era tres cuartas partes británica y una cuarta parte alemana con destino a EE. UU,
Australia y Nueva Zelanda. Mano de obra cualificada para tareas agrícolas en busca de tierra.

• De 1850-1880, la procedencia principal seguía siendo inglesa y alemana pero sus destinos eran los países del
sur y este de Europa. Comienza el flujo de españoles, portugueses e italianos hacia Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

• De 1880-1914, se produjo la gran oleada. Más de la mitad de la emigración proviene del este y del sur de
Europa. Desde Europa del Sur hacia Sudamérica, desde Europa del Este (e Italia) hacia EE. UU.

Cabe destacar junto a la emigración europea, la emigración forzada africana: a pesar de la prohibición del comercio de
los esclavos, este se siguió practicando con destinos en los estados del sur de EE. UU, las colonias españolas del Caribe
y Brasil.

Paralelamente, también se produjo una emigración asiática hacia los países del indico y del Pacífico.

Las causas de la emigración europea responden a mecanismos de expulsión y atracción. La expulsión puede ser física,
como importancia es pequeña frente a la expulsión económica: campesinos sin tierra o bien obreros sin trabajo, como
resultado de la conjunción de dos fenómenos: el crecimiento demográfico y el cambio tecnológico.

El resultado de la emigración es el paso de zonas con más oferta que demanda de trabajo, y por lo tanto con un paro
elevado y rentas bajas, a zonas con más demanda que oferta de trabajo, y por lo tanto sin paro considerable y con
renta elevadas. Las consecuencias de la emigración fueron favorables, tanto para Europa como para los países de
destino. En Europa los efectos principales fueron la disminución de la presión sobre la tierra y, sobre todo en la
segunda época, las remesas de los emigrantes. Más secundariamente, la emigración permitió una mejora de los
salarios industriales. Para los países de inmigración, los beneficios provenían de la posibilidad de explotación de la
tierra y de la inversión de capitales.

5. EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DE FACTORES: CAPITAL.

Antes de mediados del siglo XIX la inversión exterior empezó a aumentar fuertemente como consecuencia de la
acumulación de ahorro que buscaba unos beneficios más elevados y seguros y, por otra parte, la demanda de
capitales para la construcción de las redes ferroviarias y la creación de compañías mineras (cuya finalidad era obtener
beneficios y proporcionar productos necesarios para los procesos industriales),

De 1830-1850, el capital inglés tenía como destino el primer círculo de países industrializados (Francia, Bélgica y EE.
UU), especialmente por la inversión en ferrocarriles. La segunda etapa (1850 a 1870), los polos de atracción del capital

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se trasladan a la periferia europea y a ultramar; gran protagonismo británico, aunque en competencia con el capital
francés. A partir de 1870, las inversiones británicas y francesas son similares a las de la etapa anterior, pero Gran
Bretaña aumenta la inversión en las colonias informales de América del Sur y Francia en sus propias colonias.

Las causas del aumento de la inversión extranjera internacional fueron:

- La acumulación de ahorro en los países industrializados (que permitió esa industrialización, precisamente).
- Los países demandantes de capital se abren a la recepción de capital extranjero. Esto se debe a que se espera
obtener una mayor rentabilidad invirtiendo en el extranjero de la que se puede obtener en el interior. Hay
oferta y hay demanda.
- El establecimiento y desarrollo de instituciones financieras especializadas en el transporte de capital, como los
mercados de valores (bolsas) y los bancos comerciales y, sobre todo, de inversión.
- El desarrollo de instrumentos financieros especializados (letra de cambio). Estos instrumentos ya existían,
pero será en el siglo XIX cuando tomen una mayor importancia.
- El establecimiento de un sistema monetario internacional (patrón-oro) que facilitaba las transacciones
internacionales.
- La demanda de materias primas externas que conduce a invertir en las áreas productoras (en Huelva, Riotinto,
inversiones británicas: menor medida).

El destino de las inversiones extranjeras en el siglo XIX fueron los bonos gubernamentales, el transporte y las
comunicaciones, y la industria minera y manufacturera.

A las puertas de la Primera Guerra Mundial, EEUU se encuentra a una distancia sideral respecto a las exportaciones de
capital de otros países europeos, y, sobre todo, de Gran Bretaña.

Las inversiones en el extranjero tenían mala fama porque la sensación en esos países receptores de capital era que se
estaban llevando sus materias primas, y, por tanto, sus beneficios. También tenían esta mala fama en los propios
países inversores, porque dejan de efectuarse inversiones en el interior, y la producción y el trabajo se va a los países
en los que se invierte.

6. EL PATRÓN ORO (I): EL SISTEMA INTERNACIONAL DE PAGOS.

La moneda es intrínsecamente una unidad de valor que permite comparar cualquier cosa (bien o servicio) respecto a
las demás. Esta unidad de valor se suele materializar en una moneda concreta, que sirve como medio de pago y
también como forma de ahorro.

El concepto de moneda es independiente de su materialización o no en una moneda determinada. Dinero y moneda


son sinónimos, pero con matices diferenciales.

Hay dos formas de moneda: de cuenta y efectiva. Tradicionalmente la moneda se utilizaba en la cotización de las
monedas efectivas, en la contabilidad y en los contratos. Hoy es Inexistente como tal, pero se utiliza en estudios
económicos.

La moneda efectiva es la que tiene una contrapartida física. Puede ser real y fiduciaria. Moneda real es aquella que
contiene el valor que representa: su peso en oro o plata es su valor en oro o plata. Para que sea aceptable, una
moneda tiene que cumplir las características de permanente, portátil y difícil de falsificar.

La moneda fiduciaria se acepta por un valor superior a su valor material, puede funcionar como moneda secundaria
de una moneda real o bien como moda única.

El billete de banco o papel moneda era conocido desde el siglo XVII, aunque no adquirió importancia hasta el siglo XIX,
cuando la existencia de bancos más seguros y la escasez de moneda contribuyeran a su difusión. Tampoco adquirió
importancia hasta el siglo XIX la cuenta corriente bancaria. Tanto la cuenta corriente como el billete de banco
incrementan la oferta.

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En la época preindustrial, los sistemas monetarios, tanto nacionales como internacionales, estaban formados por
monedas de distintos metales (básicamente oro y plata). La moneda de cuenta cotizaba las monedas reales, que,
aparte de ser diversas, podían variar a cada nueva emisión.

Por otro lado, a menudo la cotización real, de mercado, se separaba del valor oficial. El sistema era muy flexible, pero
también extremadamente complejo y requería la existencia de especialistas en la apreciación de cada moneda
(cambistas). Esta situación empezó a cambiar con el mantenimiento del contenido metálico de algunas monedas
fuertes, como el real castellano o la guinea inglesa.

El resultado fue la existencia de sistemas con patrón monetario mono metálico (oro o plata) o bimetálico (oro y plata),
pero también de sistemas monetarios fiduciarios (sin patrón). Los sistemas bimetálicos establecen una relación (ratio)
entre el precio de los dos metales, que viene a ser su valor relativo como metales en el mercado en el momento en
que se fija la moneda.

Los sistemas bimetálicos tienen la ventaja de ser más versátiles. Permiten disponer de monedas de oro para los pagos
importantes y de monedas de plata para los fastos pequeños, pero sobre todo permiten disponer de una masa
monetaria suficiente, superior a la que podría aportar por sí mismo cualquier de los dos metales.

El problema principal de los sistemas bimetálicos radica en el hecho de que, si la ratio legal se separa mucho de la
ratio de mercado o bien si los países próximos fijan ratios diferentes, se producen fenómenos de especulación en los
cambios de las monedas (agio): la moneda infravalorada legalmente (que vale menos que el precio del metal que
contiene) tiende a desaparecer de acuerdo con la denominada ley de Gresham: la moneda mala expulsa a la buena,

La desaparición de la buena moneda del mercado se produce por la conversión en tesoro o metal. Los sistemas con
patrón, además de la definición de peso de la unidad monetaria, deben cumplir otras condiciones: Deben tener
libertad de circulación y comercio, debe tener convertibilidad total, de lingote a moneda o a billete y viceversa y debe
tener fuerza liberadora ilimitada, que obliga tanto a los particulares como al estado a aceptar los pagos efectuados
con la moneda patrón.

El valor de cada moneda depende de la conaza relativa que inspira (dentro y fuera del país emisor), confianza que se
basa especialmente en su oferta y demanda en los mercados internacionales.

Los sistemas bimetálicos se abandonaron a partir de 1870.

En el siglo XIX, prácticamente todos los países tenían sistemas monetarios con patrón, que en la mayoría de ellos era
bimetálico, pero la principal potencia, Gran Bretaña, tenía un sistema de patrón mono metálico oro desde 1816. Solo
las principales potencias (GB, Francia, Alemania y EE.UU.) adoptaron el patrón oro puro. En los demás países, o bien la
circulación o las reservas o ambas cosas no eran básicamente en oro. Las causas del abandono de los patrones plata
fueron varias y su importancia relativa ha sido muy discutida. No se puede dudar de que influyera el descubrimiento
de nuevas minas de plata a partir de 1859, así como la adopción del procedimiento electrónico de refinado de la plata,
dos hechos que abarataron mucho la plata, especialmente a partir de 1868. Ante esta situación, algunos países
empezaron a empobrecer el patrón metálico emitiendo monedas de plata de valores pequeños con un contenido
inferir al legal, de modo que había en circulación simultáneamente monedas de plata reales, de denominación alta, y
otras, de denominación baja, fiduciarias.

El pistoletazo de salida hacia el abandono de los patrones plata lo dio Alemania (1871) tras la guerra franco prusiana,
aprovechando la fuerte indemnización de guerra que Francia pagó a Alemania. Tras un periodo de uso oficioso, se
establece legalmente en G.B. en 1816, 1844 y Portugal (1854). Entre 1870 y 1880, es adoptado por la mayoría de
países industriales.

A nivel internacional, los pagos se ven facilitados por la estabilidad de las principales monedas, que mantienen una
paridad fija entre ella. Solo en casos extremos, cuando un país presenta unos niveles de déficit elevado y continuo en
su balanza de pagos, hay que recurrir al traslado de metal noble, en moneda o en lingotes.

Un sistema monetario internacional basado en:

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• Reservas de oro plenamente transferibles en los bancos centrales, que respaldan una oferta monetaria
basada en: Moneda metálica; billetes plenamente convertibles; depósitos a la vista respaldados sólo
parcialmente (Ley de Peel,1844).
• Divisas denominadas en una cantidad fija de oro, cuya paridad se encuentra respaldada legalmente por el
Banco Central emisor.
• Principales ventajas:
o Agiliza las operaciones de comercio internacional al reducir incertidumbres, a la vez que facilita el
movimiento internacional de capitales: sistemas bilaterales frente a un sistema multilateral.
o Obliga a vincular la expansión de oferta monetaria a la posición real del país en el mercado
internacional.

Frente a la paridad legal, la cualidad del oro como mercancía puede llevar a desfases entre precios oficiales y reales
del oro. Este desfase puede oscilar en lo que se denomina banda de arbitraje, donde no compensa movilizar el oro
como mercancía para obtener un beneficio: en sus extremos se encuentran los denominados puntos de oro, a partir
de los cuales se hace rentable la actividad del arbitraje o especulación monetaria. Los tipos de cambio máximos y
mínimos antes de que sea rentable

el arbitraje se denominan puntos de oro y determinan la banda de arbitraje. Las operaciones de arbitraje son
rentables cuando el tipo de cambio se sitúa en los llamados puntos oro, esto es: cuando la desviación de la cotización
de las letras es tal que permite cubrir el coste del transporte y aseguramiento del oro entre los dos bancos centrales
implicados.

7. EL PATRÓN ORO (II): LA BALANZA COMERCIAL Y EL AJUSTE MACROECONÓMICO AUTOMÁTICO.

Desde la óptica macroeconómica, la centralización de reservas de oro y su uso para saldar la balanza comercial con el
extranjero tiene efectos directos en la oferta monetaria del país. El arbitraje supone la entrada/ salida de oro del país
y tiene efectos macroeconómicos.

El nivel local de precios en relación con el exterior, la intensidad de la actividad económica y el patrón consumo-
inversión dado influye directamente en la posición relativa en la economía internacional mediante un mecanismo
automático de ajuste. Ante un desequilibrio con el exterior, existen tres mecanismos de ajuste: modificación del tipo
de interés, variación del nivel de producción y empleo y cambios en el nivel general de precios.

Frente a este funcionamiento teórico:

- Respecto a los mercados de trabajo y de productos, los precios y salarios son menos elásticos a la baja
(Intereses corporativos, movimiento obrero).
- Respecto a los Bancos Centrales, presión de los gobiernos para no emitir moneda cuando hay superávit
comercial (Atesoramiento de oro y mantenimiento de precios). Son los países deficitarios sobre quienes recae
el ajuste.
- El carácter privado de los Bancos Centrales y los intereses de los accionistas.

En general, salvo EE. UU., uso del tipo de interés no con criterios de equilibrio de patrón oro sino para evitar crisis
económicas (política monetaria de estabilización de la demanda).

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