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Tema N° 2

LA FAMILIA
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de Edgard Baqueiro Rojas y
Rosalía Buenrostro Báez, Raúl Sojo Bianco, Francisco López Herrera, Isabel
Grisanti Aveledo de Luigi, Héctor Peñaranda y LEGISLEc Editores.)

Familia. Consideraciones generales

            Tal y como se precisó en el tema anterior, no se puede hablar de


Derecho de Familia sin considerar a la familia en sí, a esa institución social y
moral que se convierte en el objeto del Derecho de Familia.

            Señalan Baqueiro y Buenrostro[1] que los grupos familiares han existido


en todas las culturas y a lo largo de la historia de la humanidad, dando origen a
una clasificación de la familia, atendiendo a diversos contextos, como los
económicos, sociales, políticos, jurídicos, entre otros. Así, se puede entender
que la familia tiene diversas acepciones al momento de conceptualizarla.

            La familia es concebida, en términos generales como un grupo natural,


tan antiguo como la humanidad. Plantea Isabel Grisanti Aveledo (1994:17)
[2] que “la historia de la familia es la historia de la humanidad”, esta afirmación
se complementa señalando que la familia aparece como una comunidad que,
teniendo su origen en la unión de una pareja, está compuesta, por lo menos,
por padres e hijos, pudiendo formar parte de ella otras personas, bien por lazos
consanguíneos o de autoridad.

Concepto

            Respecto del concepto de familia, indica Peñaranda (2013:25)[3], que


ha habido variabilidad en el tiempo y en el espacio, lo que trae consigo la
imposibilidad de un concepto único de familia para todas las épocas y lugares.

            Etimológicamente, siguiendo la tesis de Grisanti[4], la palabra familia


deriva del vocablo latino familiae, de famulus, que, en un sentido muy remoto
hace alusión al siervo y a la habitación o casa. Entiéndase, entonces, a la
familia, como ese grupo de personas que habitan en una misma casa y que
están sometidas a la autoridad y el patrimonio del jefe de la misma, aquel que
en Derecho Romano se conocía como el Pater Familiae.

            Previamente se señaló que para definir a la familia hay que atender a


diversas circunstancias, pues la diversidad de acepciones hace que tal labor se
convierta en compleja.

            Así, se tiene un concepto en sentido biológico, entendida la familia


como el grupo constituido por la pareja y sus descendientes, sin limitación.
            Desde el punto de vista sociológico, Baqueiro y Buenrostro[5] la definen
como el núcleo compuesto por la pareja con sus descendientes inmediatos,
pero que se asocia con otras familias cercanas que, aunque vivan separadas,
forman una nueva denominada familia nuclear.

            Ahora bien, en el sentido que interesa en este ámbito, que es el jurídico,


se presenta una serie de definiciones que han sido aportadas por diversos
doctrinarios y que se resumen en las siguientes:

            Según Grisanti Aveledo (1994:20)[6], la familia “… es el conjunto de


personas unidas por vínculos de matrimonio, parentesco o adopción.”

            Por su parte, Raúl Sojo Bianco (2004:10)[7] la define como “… el


conjunto de personas unidas por parentesco o por matrimonio, que conviven
bajo el mismo techo, sometidos a la autoridad y dirección de un jefe, así como
aquellas que se encuentran ligadas a éstas por un vínculo parental.”

            El mismo autor, citando a Rafael Caldera, también define la familia


como “la comunidad formada por un hombre y una mujer, unidos en forma
estable y conforme a la Ley, y por la descendencia que de ellos procede.”

            Finalmente, López Herrera (2011:34)[8] restringe la definición de la


familia y la considera como el “… conjunto de personas constituido por el
marido, la esposa y sus hijos, solamente mientras se encuentran bajo la
potestad de sus padres o a lo sumo, mientras vivan junto a ellos.”

Evolución de la familia

            Tomando como base la tesis del profesor Héctor Peñaranda[9], es difícil


dar una fecha exacta en cuanto a la creación de la familia, pues su origen es
tan remoto como la humanidad misma, tal como se señaló previamente.

            En su obra, plantea que la familia, como se conoce hoy en día, tuvo su
origen en la horda, como primer antecedente del parentesco consanguíneo,
siendo que al agruparse para la satisfacción de necesidades dan origen a las
bandas y tribus.

            Tras la industrialización, las familias y comunidades que habitaban los


campos y se dedicaban a la agricultura, se trasladan hacia las ciudades, lo que
significó una reducción en el número de los integrantes de la familia, puesto
que mientras más hijos, más gastos se tiene, ya que el trabajador depende de
un salario, a diferencia del campo, en el que mientras más hijos, mayor era la
productividad.

            En cuanto a la evolución de la familia, vista desde el derecho, cuya


síntesis se extrae de la obra de Sojo Bianco[10], la primera de las etapas,
constituida por el Derecho Romano, identifica una familia caracterizada por el
sometimiento absoluto del grupo familiar al Pater Familias, quien ejercía los
más amplios poderes. Esta forma de organización familiar termina con la
concepción Justineanea, quien señaló a la familia como un grupo compacto, sin
cabeza omnipotente.

            La segunda etapa de la evolución histórica de la familia estaría dada


por la época medieval, con el surgimiento del cristianismo y su absoluto
dominio sobre la sociedad. La Iglesia impone nuevas normas, especialmente
sobre el matrimonio, por lo que la familia se vuelve hacia una nueva
concepción de vida: la búsqueda de valores éticos, religiosos y morales.

            Surge, en conjugación de las anteriores etapas, la familia moderna, con


un poder muy debilitado del Pater Familias y la cual va a consolidarse con el
Código Napoleónico, fuente del Derecho Civil que se conoce en la actualidad.

Fuentes legales del Derecho de Familia

Francisco López Herrera[11] señala las fuentes legales del Derecho de


Familia, indicando a su vez, que si ben son muchas, entre las que cuentan los
derechos romano, canónico y germánico, las principales se encuentran en la
Constitución Nacional de Venezuela, en sus artículos 75 al 78.

No obstante, el desarrollo legislativo de la familia se encuentra


contemplado en el Código Civil Venezolano, en su Libro Primero, Títulos III, IV
y V, cuya inspiración es el Código Civil Italiano de 1865 y éste, a su vez, del
Código Napoleónico, tal y como se señaló en el tema 1 del índice programático
de esta materia[12].

Es oportuno señalar que esta consagración normativa fue el eje central


de la reforma de 1982. La entonces Ministra de Estado para la Participación de
la Mujer en el Desarrollo, Mercedes Pulido de Briceño, dirigió la comisión
redactora de la reforma parcial, aprobada el 6 de julio de 1982 se aprueba la
reforma parcial del Código Civil en materias tan importantes para la familia,
como la Ley de Adopción, de Protección al Menor y Propiedad Horizontal. El 26
de julio de 1982, seis días después de la aprobación de la Reforma, se
promulgó la Ley de Reforma Parcial del Código Civil Venezolano, hecho que
vino a significar un cambio en algunos aspectos relacionados con el matrimonio
en Venezuela, así como también condiciones diferentes respecto a la
administración de bienes conyugales, al reconocimiento de los hijos habidos
fuera del matrimonio, los derechos de herencia, las causales de divorcio, la
patria potestad compartida por ambos padres, etc.[13]

Adicional a estas normas, recientemente se han agregado nuevas leyes


que consagran el Derecho de Familia, tales como la Ley Orgánica para la
Protección del Niño, Niña y del Adolescente, cuya última reforma en materia de
familia es del año 2007, y la novedosa Ley Orgánica para la Protección de la
Familia, la cual se sanciona en ejecución directa e inmediata de los artículos 75
al 78 del texto constitucional.

Fuentes constitutivas de la familia

Hablar de las fuentes constitutivas de la familia es hablar de los estados,


debiendo hacer necesaria referencia a las nociones del Derecho Romano[14].

Así pues, la doctrina romana, de acuerdo con Chibly Abouhamad


(2007:189)[15], clasifica a las personas en los siguientes tipos:

1.            Personas naturales, físicas o humanas, y personas jurídicas, morales o


colectivas
2.            Personas libres y esclavos.

La doctrina general también lo clasifica de otra manera, la cual es


recogida por Hurtado (2007:189)[16] en su obra en los términos siguientes:

1.            Personas naturales, físicas o humanas, y


2.            Personas jurídicas, morales o colectivas.

La primera de ellas se subdivide libres y esclavos, siendo que los libres,


a su vez en los siguientes:

a)           Status Civitatis: De acuerdo con la posición que el hombre ocupa con


respecto a su ciudad de origen. Se divide en Ciudadanos y no ciudadanos,
correspondiente para la aplicación del Ius Gentium.

b)           Status Libertatis: Referida a la posición de la persona en cuanto a su


libertad personal, dividiéndose, a su vez en, Libres, Ingenuos, Esclavos y
libertos, indicando que los primeros son aquellos que nacieron libres y nunca
han sido sometidos a la esclavitud, en tanto que los libertos son aquellos que,
habiendo sido esclavos, fueron privilegiados con el beneficio de la manumisión.

c)            Status Familiae: Relacionada con la dependencia o no de una autoridad


familiar. Se conocen las personas como Sui Iuris: Persona que no está sujeta
a ninguna autoridad paternal, por tanto, independiente de cualquier autoridad
familiar y, en consecuencia, titular de derechos y obligaciones, y, Alieni
Iuris: Aquellos que estaban sometidos a los poderes del Pater Familia.
Es justamente este status familiae el que resulta de gran importancia
para el estudio de las fuentes constitutivas de la familia, razón por la cual, antes
de entrar a considerar cada una de esas fuentes, es oportuno definir la noción
de estados familiares.

López Herrera, citado por Peñaranda (2013:43)[17], señala que “el


estado familiar es la situación o condición de una persona en la familia a que
pertenece; crea todo un conjunto de derechos y obligaciones para esa persona,
que varía de acuerdo con los distintos tipos de estados familiares.”

Tomando como base esta definición, es importante retomar la noción


analizada en el tema 3 de esta materia, cuando, al analizar el estado civil, se
conoció, en un primer momento, el estado familiar, considerado como “el
conjunto de condiciones o cualidades, que producen consecuencias jurídicas,
relativas a la posición del individuo dentro de un núcleo familiar determinado.
Por tanto, el estado familiar comprende una serie de estados relativos al
matrimonio y al parentesco.”[18]

Se observa pues que ese conjunto de condiciones hacen referencia a la


posición de la persona dentro de un núcleo familiar, sea desde el punto de vista
esposo – esposa o padre – hijo, lo que resulta entonces que lo estados
familiares, como fuentes constitutivas de la familia, se resumen en el estado
conyugal y el estado parental.

Estado conyugal

            Adaptados a la teoría clásica, este estado familiar se adquiere única y


exclusivamente con el matrimonio. No obstante, la Constitución Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela consagra una novedosa norma que
cambia el paradigma de este estado familiar.

            De acuerdo con la Carta Magna, reza este dispositivo técnico


constitucional que “… Las uniones estables de hecho entre un hombre y una
mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos
efectos que el matrimonio.”

            En tal sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,


mediante sentencia número 1682, de fecha 15 de julio de 2005, estableció,
entre otras cosas, lo siguiente:

Para ello debe esta Sala Constitucional declarar de manera inequívoca que
reconoce el matrimonio como una institución protegida por el artículo 77 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; y también reconoce el
matrimonio como un contrato civil solemne por el que los cónyuges manifiestan
libremente su voluntad de fundar una familia en plena igualdad jurídica, y que
implica una comunidad de vida y de bienes con recíprocos deberes y derechos
entre cónyuges.

El artículo 77 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de


manera expresa establece: “Se protege el matrimonio entre un hombre y una
mujer, el cual se funda en el libre consentimiento y en la igualdad absoluta de
los derechos y deberes de los cónyuges…”. Esta formulación normativa acorde
con una larga tradición constitucional, legal, histórica y hasta universal
reconoce el matrimonio como una institución de donde deriva la familia, como
grupo primario del ser humano y base de la sociedad. Concebida la familia en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), como el elemento
natural, universal y fundamental de la sociedad, que tiene derecho a la
protección de la sociedad y del Estado (artículo 16).

En este sentido debe esta Sala destacar que, ciertamente, la familia deriva de
manera inmediata de la unión matrimonial, pero no toda familia deriva solo y
necesariamente de un matrimonio. En este sentido, el artículo 75 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela recoge un amplio
concepto de familia el mismo universalizado por la Organización de Naciones
Unidas y que entiende a la familia como “asociación natural de la sociedad y
como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las
relaciones familiares se basan en la igualdad de los derechos y deberes, la
solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco
entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a
quienes ejerzan la jefatura de la familia”.

Corolario de la protección a la familia concebida al margen del matrimonio, es


el reconocimiento que realiza la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de las uniones estables de hecho, que en la parte in fine del aludido
artículo 77 dispone: “Las uniones estables de hecho entre un hombre y una
mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos
efectos que el matrimonio”.  Asimismo, es demostrativo de ello el contenido del
artículo 76 que dispone: “La maternidad y la paternidad son protegidas
integralmente, sea cual fuere el estado civil de la madre o del
padre”. Norma respecto a la cual esta Sala, en una interpretación del aludido
artículo 77 (sentencia Núm. 1682/2005), sostuvo:

“Resulta interesante para la Sala resaltar que dicha norma use la voz ‘unión
estable’ entre el hombre y la mujer, y no la de concubino o concubina utilizada
en el artículo 49.5 eiusdem; y ello es así porque unión estable es el género, tal
como se desprende del artículo 146 del Código Orgánico Tributario, o del
artículo 13-5 de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros, o del artículo
785 de la Ley de Cajas de Ahorro y Fondos de Ahorro, siendo el concubinato
una de sus especies.

El concubinato es un concepto jurídico, contemplado en el artículo 767 del


Código Civil, y tiene como característica –que emana del propio Código Civil- el
que se trata de una unión no matrimonial (en el sentido de que no se han
llenado las formalidades legales del matrimonio) entre un hombre y una mujer
solteros, la cual está signada por la permanencia de la vida en común (la
soltería viene a resultar un elemento decisivo en la calificación del concubinato,
tal como se desprende del artículo 767 de Código Civil y 7, letra a) de la Ley
del Seguro Social).

Se trata de una situación fáctica que requiere de declaración judicial y que la


califica el juez, tomando en cuenta las condiciones de lo que debe entenderse
por una vida en común.

Además de los derechos sobre los bienes comunes que nacen durante esa
unión (artículo 767 eiusdem), el artículo 211 del Código Civil, entre otros,
reconoce otros efectos jurídicos al concubinato, como sería la existencia de la
presunción pater ist est para los hijos nacidos durante su vigencia .

Dado lo expuesto, para la Sala es claro que actualmente el concubinato que


puede ser declarado tal es aquel que reúne los requisitos del artículo 767 del
Código Civil, y él viene a ser una de las formas de uniones estables
contempladas en el artículo constitucional, ya que cumple los requisitos
establecidos en la ley (Código Civil), para ser reconocido como tal unión. Por
ahora –a los fines del citado artículo 77-el concubinato es por excelencia la
unión estable allí señalada, y así se declara.

            En conclusión, se reduce el estado conyugal se origina en dos tipos de


matrimonio, como lo plantea López Herrera (2011)[19], el propiamente dicho y
otro entendido como cuasimatrimonio, que corresponde a las uniones estables
de hecho

Parentesco consanguíneo

            Se considera a la filiación como la fuente normal y principal de este


estado familiar, por vínculo de sangre.

            La definición de parentesco aportada por la doctrina tradicional, citada


por Sojo Bianco es la siguiente: “Parentesco, es el lazo que existe entre dos
personas que descienden la una de la otra o de un tronco en común y entre
aquellas que expresamente señala la Ley.” (2004:31)[20]

            Isabel Grisanti Aveledo (1994:51)[21] define al parentesco por


consanguinidad como la relación que existe entre las personas unidas por
vínculo de la sangre, es decir, el vínculo que existe entre dos personas cuando
desciende una de la otra o ambas de un autor o ascendiente común.

1. Grados y líneas de parentesco

a.    Grado de parentesco: Medida de la distancia mutua entre dos parientes


consanguíneos, entendidas también éstas como generaciones familiares, por lo
que cada generación es un grado.

b.    Línea de parentesco: Es la serie de grados que existe entre dos


personas. Puede ser en línea recta o en línea colateral.
i. Línea recta: Es la serie de grados que existe entre dos personas que descienden
                           

una de otra, bien en sentido ascendente o descendente (abuelos, padres, hijos,


nietos).

ii.    Línea colateral: Está conformada por la serie de grados de parentesco que


                     

existe entre personas que descienden de un antepasado común, pero no una


de otra (hermanos, tíos, sobrinos, primos).
  
Líneas y grados de parentesco por consanguinidad

2. Efectos del parentesco por consanguinidad

Plantea Grisanti Aveledo (1994:56)[22] que los efectos de la


consanguinidad en línea recta son mayores y más intensos que los de la
consanguinidad en línea colateral y, mientras más cercano es el parentesco,
más intensos son los efectos.
a)           El parentesco de consanguinidad impone deberes, tales como la
obligación que tienen los hijos de honrar y respetar a sus padres; las
obligaciones inherentes a la patria potestad y la prestación de alimentos, tal y
como se verá en el siguiente tema, relativo a la obligación alimentaria o, como
se dice en materia de Niños, Niñas y Adolescentes, la obligación de
manutención.

b)           La consanguinidad otorga derechos, como es el caso de los derechos


a la paternidad, la oposición al matrimonio que violente disposiciones legales y,
entre otros, los derechos sucesorales.

c)           El parentesco de consanguinidad produce prohibiciones legales.


Entre ellos se encuentran los impedimentos dirimentes para la celebración del
matrimonio o la prohibición de declarar como testigos en juicios en que formen
parte parientes.

Parentesco por afinidad

            Es el lazo que existe entre un cónyuge y los parientes consanguíneos


del otro cónyuge.

            Solo existe afinidad entre un cónyuge y los consanguíneos del otro, lo


que significa que para que se establezca tal relación parental es necesaria la
celebración del matrimonio o, tal y como se señaló previamente, la declaración
voluntaria de la unión estable de hecho, conforme a lo dispuesto en el artículo
77 de la Constitución Nacional.

            En resumen, la afinidad resulta de la combinación del matrimonio o la


unión estable de hecho y de la consanguinidad entre cada uno de los cónyuges
y terceras personas.

Líneas y grados de parentesco por afinidad


1. Efectos de la afinidad

En principio, los mismos deberes de respeto hacia los parientes


consanguíneos, creando, asimismo, más impedimentos matrimoniales y
atribuyendo escasos derechos entre dichos parientes.

Importante saber que, una vez existan hijos entre cónyuges o unidos de
hecho, disuelto el matrimonio, la afinidad no se extingue, pues subsiste el
parentesco en razón de los hijos habidos durante el matrimonio o unión estable
de hecho.

Adopción[23]

Se entiende por adopción o filiación adoptiva al acto jurídico mediante el


cual se crea un vínculo de parentesco entre una o dos personas, de tal forma
que establece entre ellas una relación de paternidad y/o maternidad.

La adopción es una Institución de Protección mediante la cual se le


brinda a un niño, niña o adolescente, apto para ser adoptado o adoptada, la
posibilidad de vivir, crecer y desarrollarse en el seno de una familia sustituta,
permanente y adecuada, tal como lo establece la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes (LOPNNA) y la Convención de los Derechos del Niño.

Según el artículo 407 de la LOPNNA, la adopción puede ser nacional o


internacional. La adopción internacional es subsidiaria de la adopción nacional.
La adopción nacional solo podrá solicitarse por quienes tengan residencia
habitual en el país. El cambio de residencia habitual del o de la solicitante solo
produce efecto después de un año de haber ingresado al territorio nacional,
con el propósito de fijar en él su residencia habitual.

De igual forma, la ya mencionada ley continúa, los niños, niñas o


adolescentes que tienen su residencia habitual en la República Bolivariana de
Venezuela sólo pueden considerarse aptos o aptas para una adopción
internacional, cuando los organismos competentes examinen detenidamente
todas las posibilidades de su adopción en la República Bolivariana de
Venezuela y constaten que la adopción internacional responde al interés
superior del niño, niña o adolescente a ser adoptado u adoptada. En el
respectivo expediente se debe dejar constancia de lo actuado.

1. Tipos de adopción existentes en Venezuela.

Aún a lo interno de algunos países, jurídicamente, se habla de la


existencia de dos tipos de adopción, la adopción simple y la adopción plena.
Sin embargo, en Venezuela, la adopción solo puede ser plena.

De acuerdo a la LOPNNA, la adopción es irrevocable y confiere al


adoptado la condición de hijo y al adoptante la condición de padre.

Con la adopción se extingue el parentesco del adoptado con los


miembros familiares de su origen, excepto cuando el adoptado sea hijo del
conyugue del adoptante. La adopción también crea parentesco, de forma
similar a como se crea con el nacimiento de un hijo. (LOPNNA, Art. 407; 425;
426; 427; 437).

Posesión de los estados familiares

La posesión de estado, como prueba del estado civil, también abarca los
estados familiares. Tal situación fue abarcada en el tema 4 de este tema, al
considerar que la Posesión de Estado, como medio probatorio, existe desde el
inicio de lo que se conoce como Derecho, es decir, desde el Derecho romano,
por lo que desde tiempos remotos, la “posesión de estado” se evidencia
mediante la existencia de tres elementos determinados por la conjunción de
hechos, a saber: el nombre (nomen), el trato (tractatus) y la reputación (fama),
por lo que la unión de esos elementos, nombre, trato y fama, deben ser
demostrados por el interesado en el estado civil que desea probar, para lograr
concluir que goza de la posesión de dicho estado.

Estos elementos se encuentran consagrados en el artículo 214 del


Código Civil, artículo que hace referencia a la posesión de estado de hijo pero
que, analógicamente, la doctrina y la jurisprudencia extienden a los demás
estados.

Artículo 214.- La posesión de estado de hijo se establece por la existencia


suficiente de hechos que indiquen normalmente las relaciones de filiación y
parentesco de un individuo con las personas que se señalan como sus
progenitores y la familia a la que dice pertenecer. 
Los principales entre estos hechos son: 
- Que la persona haya usado el apellido de quien pretende tener por padre o
madre. 
r- Que éstos le hayan dispensado el trato de hijo, y él, a su vez, los haya
tratado como padre y madre. 
- Que haya sido reconocido como hijo de tales personas por la familia o la
sociedad.

En palabras de Peñaranda[24], la posesión de estado crea un estado


aparente de familia.

Constancia de la posesión de estado

El origen de las relaciones familiares puede provenir de la mera voluntad


de las personas, por vía de actos jurídicos que constituyen la fuente de dichas
relaciones.

Estos actos jurídicos crean, modifican, conservan y pueden extinguir las


relaciones familiares. Los mismos constarán en un documento, el cual se
considera como el instrumento público del cual emerge el estado de familia de
una persona.

Es decir, y a manera de ejemplo, por la partida de nacimiento o


reconocimiento se puede conocer y consta la relación paterno-filial. Asimismo,
en el acta de matrimonio consta la unión conyugal y la sentencia de divorcio
demuestra la disolución del mismo.

Acciones de estado

            Tomando como base la tesis de Francisco López Herrera[25], las


acciones de estado son todas aquellas “… que en una u otra forma se refieren
al estado (individual y familiar) o a la capacidad de las personas”. Pero también
ofrece una definición restringida, que es el caso que ocupa, al señalar que
son “… aquellas que tienen por objeto hacer declarar o modificar o alterar o
destruir un estado familiar cualquiera…”

            Esto hace entender que son medios legales, por los cuales cualquier
persona interesada puede sostener, defender, proteger, modificar, alterar o
destruir su estado familiar.

            Así las cosas, existen dos tipos o clases de acciones de estado, las
declarativas, en un primer término y, frente a ellas, las constitutivas.

            Las acciones declarativas de estado tienen por objeto obtener una


decisión judicial, en la cual se determine el estado de familia que legalmente le
corresponde a una persona interesada, desde antes de iniciarse el proceso, por
lo que constituye el reconocimiento de una relación familiar preexistente, no es
nueva, y sus efectos jurídicos son ex tunc, es decir, desde un principio.

            Estas acciones se clasifican, a su vez, en acciones de reclamación, que


buscan un pronunciamiento afirmativo y, en acciones de supresión, denegación
e impugnación, cuyo pronunciamiento será negativo.

            Por su parte, las acciones constitutivas de estado buscan el


pronunciamiento judicial por el cual desaparezca o se altere el estado de
familia que ostentaba la persona antes y durante el proceso. En este caso, se
trata de modificar o extinguir, en lo sucesivo, una situación legal preexistente.
En este orden de ideas, se está en presencia de efectos ex nunc, esto es, a
partir de ahora.

Características de las acciones de estado

Cabe precisar que no es lo mismo hablar de las características del


estado civil, que las características de las acciones de estado. Para López
Herrera[26], las mismas se pueden resumir en las siguientes:

1.            Titularidad: Es la persona autorizada o legitimada por ley para ejercerla.


La legitimidad vendrá dada por el acto o estado que se pretenda alegar, así
corresponderá a padres e hijos en materia de paternidad (Arts. 201 al 205
CCV), de los esposos cuando se trate del estado conyugal (Arts. 185 al 196
CCV) o, en materia de nulidad de matrimonio, a cualquier interesado (Art. 117
CCV).

2.            Personalidad: Las acciones de estado son estrictamente personales,


esto es, inseparables de sus titulares y solo ejercitables por los mismos.

3.            Intransmisibilidad: En este orden de ideas, la acción de estado es


instransmisible, es decir, no es susceptible de sucesión por causa de muerte.
Todo ello como consecuencia de la personalidad, por lo que es necesario
recordar que al fallecer una persona, se extingue la personalidad.

4.            Indisponibilidad: El titular de la acción de estado, cualquiera que ella


sea, tiene la facultad de ejercerla o no, pero no puede disponer libremente de la
misma incluso, al ejercerla, en virtud de ser de orden público e importa para el
Estado, no permite el desistimiento, transacción o renuncia, mucho menos
convenimiento.

5.            Imprescritbilidad: No se adquieren ni se pierden con el transcurso de


tiempo, por lo que escapan de las reglas generales de la prescripción decenal
de los derechos personales prevista en el artículo 1.977 del sustantivo civil.

6.            Intervención del Ministerio Público: Por ser una acción que importa


para el orden público, la ley exige la intervención de un representante del
Ministerio Público, pues como parte de buena fe, vela por la normalidad y
legalidad del juicio. Todos los juicios en materia de familia cuenta con la
presencia de Fiscal del Ministerio Público.

7.            Publicidad: Precisamente, por estar interesado el orden público, la ley


prevé un procedimiento de publicidad, a los fines de dar a conocer a todos los
interesados de la acción que se trate, bien desde la admisión de la misma
acción, a través de los edictos, como de la sentencia definitiva en sí,
insertándolas en los libros de actas correspondientes.

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