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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL URUGUAY

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

LICENCIATURA EN PSICOMOTRICIDAD

Trabajo Final Integrador

Autora:

Valentina Nebel

Docente:

Mag. Daniel Rivero

Fecha: 2021

Montevideo, Uruguay

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Índice:

Introducción……………………………………………………………………….............2

Fortalezas y debilidades………………………………………………………………….3

Fortalezas…………………………………………………………………………………..3

Debilidades………………………………………………………………………...............5

Selección y justificación de ejes teóricos……..……………………………..................9

Eje 1) Comunicación no verbal……………………………………………….…............10

Eje 2) Vínculo…...………………………………………………………………...............14

Eje 3) Estrategias de intervención con familias desde el rol..………………………...18

Viñetas y análisis de los trabajos seleccionados……………………………………….22

Viñeta y análisis 1………………………………………………………………………….23

Viñeta y análisis 2………………………………………………………………………….28

Viñeta y análisis 3………………………………………………………………………….32

Viñeta y análisis 4………………………………………………………………………….37

Viñeta y análisis 5………………………………………………………………………….44

Proyecciones a futuro y área de interés personal…………………………..………….51

Referencias bibliográficas………………………………………………………………...56

1
INTRODUCCIÓN:
El presente trabajo es realizado por Valentina Nebel, dentro del marco de la
obtención del título de Licenciada en Psicomotricidad de la Facultad de Ciencias de
la Salud de la Universidad Católica del Uruguay, bajo la tutoría del Mag. Daniel
Rivero.
La finalidad del mismo, es que la estudiante logre alcanzar una ajustada
integración teórico-práctica de los aprendizajes logrados a lo largo del proceso de
formación, dando cuenta de una capacidad de carácter reflexiva y metacognitiva.
Se buscará a su vez reflejar a través de este, las competencias de búsqueda,
síntesis y análisis de la información que sea ajustada y acorde al desempeño
profesional a desarrollar a futuro. Para lo mismo, se pondrá en juego la creatividad,
así como también la capacidad de crítica y autocrítica.
El trabajo se estructura de la siguiente manera: en una primera instancia se
presentarán las fortalezas y debilidades de carácter personal y profesional de la
estudiante, en segunda instancia se plantearán tres ejes teóricos que hayan sido
claves durante el proceso de formación, cada uno con su respectivo marco teórico.
Los ejes teóricos seleccionados son: comunicación no verbal, vínculo y
estrategias de intervención con familias desde el rol.
A posterior se realizará (partiendo de dichos ejes), un análisis en relación a
cinco trabajos realizados a lo largo de la carrera, que serán presentados a través de
viñetas.
Los trabajos son: una síntesis que corresponde a una vivencia personal en
sala (Formación Personal Vía Corporal III), la realización de un trabajo de
descripción y análisis del rol psicomotriz (Psicomotricidad III), un trabajo sobre la
comunicación humana (Psicología Médica), una observación en sala maternal
(Estimulación Psicomotriz I) y un trabajo de datos relevantes sobre la historia vital
de un niño (Psicomotricidad IV).
A modo de cierre y en última instancia, se desarrollarán las proyecciones y
expectativas a futuro de la estudiante, seleccionándose un área de interés
profesional, siendo esta el abordaje y trabajo con la edad de la primera infancia. Se
remarca en particular el trabajo que es realizado con la familia de los niños y es
destacada la importancia de la intervención con la díada (madre-hijo) en particular,

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además de la realizada con ambos padres y/o cuidadores del niño. En este apartado
mencionado será descrito a su vez, el motivo de la población y área elegida, la
relación de esta con la experiencia y las vivencias a lo largo del proceso de
formación y luego se las vinculará con los ejes que fueron seleccionados.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES:
La selección alude a competencias personales y profesionales, las cuales
fueron elegidas basándome en mi proceso de formación y el desempeño que he
tenido como estudiante a lo largo de los años. He considerado para plantearlas: una
reflexión personal sumado al aporte de docentes y compañeros de clase en las
diferentes devoluciones que estos me han dado durante el paso por la Carrera.
Las fortalezas destacadas son: uso de recursos corporales para establecer el
vínculo, capacidad para el trabajo en equipo y el manejo y uso del espacio.
Por otro lado, las debilidades son: el manejo y uso de la voz, símbolo de ley y
seguridad, y la descentración emocional.
Haré referencia a ambas en cuanto a lo observado y vivenciado a lo largo de
mi proceso de formación mencionando con qué población las he visualizado y cuál
ha sido el motivo y por qué de su elección.

Fortalezas:
Una de ellas es el Uso de recursos corporales para establecer el vínculo.
Esta es seleccionada como una fortaleza en cuanto al manejo físico del
cuerpo, para de esta forma poder mostrar interés al otro y frente a este, en
búsqueda de promover su apertura al vínculo y a la interacción.
Con el uso de estos recursos, se habilita al encuentro y a un diálogo, ya sea
por medio de lo verbal como no verbal. Son aspectos importantes y que se ven
involucrados aquí: el manejo de los gestos, los movimientos realizados, la
expresividad y mímica tanto facial como corporal, la mirada y las posturas
adquiridas a la hora de actuar y entrar en relación con otro.
En Menéndez et.al (2017), se remarca que el cuerpo no es únicamente el
origen de todo conocimiento, sino que este en sí mismo es el medio de relación y
comunicación con el mundo exterior. (p.113)

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Destaco a la misma competencia, considerando que ha estado presente
durante mi proceso de formación, en todas las edades con las que he trabajado
(primera infancia, escolares y adultos mayores) así como hoy día en mi desempeño
diario a la trabajar con la infancia en un jardín. Sin embargo, desde mi opinión, esta
a trabajar un poco más con la edad escolar, siendo esta un desafío con el que he
ido trabajando a lo largo del tiempo y seguiré haciendo de aquí en adelante.

Se destaca, que a través del uso e incorporación de estos recursos


corporales, se dejará ver la disponibilidad.
La misma, tomando el planteo de Camps (2008), “...va a manifestarse a
través de los mediadores corporales y también mediante distintas estrategias
durante la intervención psicomotriz”. (p.129)
Situarse desde la disponibilidad, desde una posición abierta y en condiciones
adecuadas para recibir al otro es de gran importancia dentro de la psicomotricidad,
haciendo que la intervención sea ajustada y se pueda generar un vínculo con este,
priorizando el bienestar y la comodidad como objetivo inicial.

Otra, es la Capacidad para el trabajo en grupo o equipo: esta se considera


dentro del rol, una capacidad clave para el trabajo y desempeño psicomotriz dentro
de los diferentes ámbitos laborales en los cuales el psicomotricista se encuentre
trabajando.
Siguiendo a Torrelles et. al. (2011), “trabajar en equipo requiere la
movilización de recursos propios y externos, de ciertos conocimientos, habilidades y
aptitudes, que permiten a un individuo adaptarse y alcanzar junto a otros en una
situación y en un contexto determinado, un cometido” (p.4).
Continuando con Torelles et.al (2011) , “para llevar a cabo las diferentes
tareas, se precisa de la colaboración y cooperación de varios miembros,
estimulando la participación y comunicación entre ellos, generando una mejora e
incremento de la calidad” (p.3).

Considero que todo participante dentro de un grupo es importante y debe


contribuir poniendo de sí para luego intercambiar, decidir y llegar a un fin con los

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demás, siendo esencial lo remarcado para estar todos enterados y de acuerdo con
lo que sea pensado y decidido.
Desde lo personal siento que he mantenido una participación activa tanto en
los trabajos realizados con compañeras/os en forma escrita, así como en las
diferentes planificaciones e intervenciones realizadas en sala, y el desarrollo y
despliegue de actividades y talleres realizados en conjunto. Destaco aquí aspectos
como: el compañerismo, la escucha, el acuerdo y ajuste a lo planteado y el
desempeño a la par del o los integrantes del equipo o dupla que conformaba.

Para finalizar, el Manejo y uso del espacio (Espacialización): se considera


este aspecto de la tecnicidad del psicomotricista uno de gran relevancia, en cuanto
a que debe ser tratado centrándose la atención en el otro. A su vez, el material a
utilizar y el espacio disponible debe ser ajustado y preparado de antemano tanto en
la sala como en el salón, haciendo del mismo un ambiente correspondiente y
adecuado para cada sujeto en particular y dependiendo de la población con la cual
se trabaje.
La Espacialización, involucra aspectos con los cuales siento que he podido
trabajar de forma adecuada durante mi proceso de formación, considerando a los
mismos en las intervenciones que he llevado adelante, y de los cuales destaco: el
contar con una planificación y organización previas y el llevar una correcta ubicación
y desplazamiento de los materiales dentro del mismo, habiendo seleccionado estos
de acuerdo a las necesidades de cada usuario con el que debía trabajar y en base a
sus posibilidades y limitaciones, buscando y pensando por sobre todas las cosas en
la comodidad y el bienestar de los mismos.

Debilidades:
Una es el Manejo y uso de la voz: sobre este aspecto Sánchez y Llorca
(2008), consideran que la voz es el mediador más arcaico, planteando que “el
intercambio de sonidos vocales supone un intercambio de tensiones afectivas” (p.
40). Este es un aspecto de gran relevancia dentro de la propia tecnicidad del
psicomotricista, siendo a través de la misma que se logra el establecimiento de un

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vínculo y la implicación con el otro, pudiendo brindarle un acompañamiento en sus
acciones a distancia.
Relaciono este aspecto del rol del psicomotricista con el lenguaje a utilizarse
dentro de la sala; el cual tomando a Camps (2008), debe ser claro, preciso y
enriquecedor, es decir, no invasivo con respecto al accionar y hacer del niño.
Según Urcola (2003) el objetivo de toda comunicación es hacer llegar un
mensaje en sus debidas condiciones para que el que escucha acepte o asimile lo
que se dice. El autor menciona que para que esto se logre es necesario generar
confianza en el que está escuchando, demostrarle que somos competentes para
hablarle, hacerle comprender que lo que le estamos transmitiendo es importante,
interesante y útil.

Lo remarco desde la debilidad, de forma general, es decir en la intervención


con todas las edades (bebés, escolares, adultos-adultos mayores). Considero que
durante mi proceso me he encontrado con dificultades, y hoy por día en ciertos
momentos, en reconocer aquellos momentos en los cuales es necesaria la
intervención desde el habla y cuando no, saber la intensidad a usar, entre otras
cuestiones como el manejo de la acentuación y tonalidad, es decir, el uso y el
manejo del lenguaje , las verbalizaciones, a la hora de intervenir.
Lo mencionado, puede traer como consecuencia dificultades en el
entendimiento y en la claridad de las consignas presentadas, lo que quiere decirse
y/o transmitirse en un inicio y que no sea ajustada por ende la intervención en su
totalidad.
Es necesario reflexionar sobre el tono y el volumen de nuestra voz,
porque muchas veces, apagamos o llegamos a ocultar al niño,
impidiendo su expresión.
En ocasiones, el exceso de palabras y de tono en el psicomotricista
pone de manifiesto su ansiedad y dificultades ante el comportamiento
del niño. Otras veces, se hace necesario un cambio en la tonalidad de
la voz o en el uso de las palabras, para conseguir una mayor empatía
y motivación en el niño. (Sánchez y Llorca (2008), pp.41)

Otra de ellas es Actuar como un símbolo de ley y seguridad: esta


competencia supone un orden y una seguridad en el espacio, permitiendo que se
mantengan referencias estables, anticipación y confianza.

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El psicomotricista debe significar las reglas haciéndose entender y buscando
la comprensión de las mismas así como de su necesidad. Los límites tienen como
objetivo principal el regular las conductas, advirtiendo hasta dónde se puede llegar
con determinado accionar.
Tomando el planteo de López (2017), la forma en la cual el psicomotricista
utiliza su lenguaje verbal es un aspecto esencial al actuar como símbolo de ley y
seguridad. Lo que menciona el autor, es que al explicarse las reglas estas deben
acompañarse con firmeza y ser libres de ambigüedad, buscando que se entienda el
mensaje de lo que puede hacerse o no dentro de la instancia de sala como de
salón.
Por su parte Aucouturier, Darrault y Empinet (1985), el ser símbolo de ley y
seguridad supone un orden y una seguridad en el espacio, permite mantener
referencias estables, anticipación y confianza.
Lo considero un aspecto el cual con los años he ido adquiriendo de forma
progresiva. Hoy día, se encuentra aún en proceso y a medida que continúe
trabajando desde la práctica, lo iré adquiriendo en su totalidad.
Puedo observar mayormente esta debilidad en el trabajo con los escolares, y
la remarco en cuanto a reconocer aquellos momentos en los que corresponde
implementarla, ya sea desde el habla o lo corporal y el cómo hacerlo, mostrándome
como un símbolo y figura de autoridad, poder lograr el entendimiento de las reglas
en el otro y saber cómo actuar frente a las determinadas situaciones que sean
presentadas.

Por último, la Descentración emocional: respecto a esta capacidad, Camps


(2008), la considera una actitud fundamental para la construcción del Rol del
Psicomotricista, ayudando a este a “escuchar” al otro, decodificar lo que siente,
observar, aceptar y comprenderlo a través de la empatía.
Acerca de esta, Sánchez y LLorca (2011), refieren a:
...la compasión, la escucha y la toma de perspectiva del otro.
La empatía se exterioriza al no juzgar las reacciones emocionales de
los demás, receptivos ante sus emociones negativas y simpatizando
con sus manifestaciones. (p.158)

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El psicomotricista, tomando a Aucouturier et al. (1984), se inscribe (a través
de su “empatía tónica”) en una actitud de escucha la cual habilita y favorece la
comunicación y mantiene una distancia dentro de una atmósfera segura. Esto
implica una “lectura” del cuerpo del sujeto y una observación de su expresividad
motriz, permitiendo así captar sus demandas.
Según el autor la capacidad de escucha significa descentrarse hacia otro:
“aceptar y recibir con más sensibilidad la expresividad del niño, emocionarse y
comprender para no rechazar, juzgar ni condenar” (p.60).

Desde lo personal, la descentración presentada como una debilidad, la


menciono en cuanto a encontrarse presente la invasión emocional durante el
proceso de construcción de mi rol a lo largo de la Carrera. Este es un aspecto que
presento a mejorar y con el cual he ido trabajando cada vez más desde entonces,
presentando (de forma progresiva) una evolución, mayormente en el último año
cursado.
La debilidad es seleccionada en relación a todas las edades, y en relación a
aquellos casos e historias de vida las cuales presentan una vulnerabilidad
importante, condiciones de vida desfavorables, una afectación del desarrollo en gran
cantidad, etc.
Destaco aquí que lo que sucede y ha sucedido a lo largo del proceso, es
poder asimilar y aceptar estas cuestiones desde lo emocional, influyendo mis
emociones en la forma de intervenir y enfrentar tanto al sujeto como a su familia
desde el rol. Remarco como positivo que este aspecto ha ido fortaleciéndose cada
vez más, presentando hoy una visión más abierta en cuanto a cada situación en
particular, pero sin embargo, considero debe seguir trabajándose a través de la
experiencia y vivencia, lo cual me encuentro haciendo día a día y haré de aquí en
adelante.

Al encontrarse íntimamente relacionada con la Autorregulación y la


Contención, se considera relevante definirlas.
Ambas, además de competencias del rol, son competencias emocionales,
definidas por Bisquerra y Pérez (2007), como “...aquellos conocimientos,

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capacidades, habilidades y actitudes relacionadas con el desarrollo personal e
interpersonal...que capacitarán a los docentes para el ejercicio de su profesión en lo
que respecta a su dimensión afectiva y relacional”.
Saarni (2000) en Bisquerra y Pérez (2007), plantean que este tipo de
competencias se relacionan con demostrar autoeficacia al expresar las emociones
en las interrelaciones sociales, la cual alude a lograr objetivos, y para que suceda,
deben conocerse las propias emociones y regularlas hacia los resultados deseados.

Respecto a la Autorregulación, corresponde a la capacidad de regularse


ante otro y a las diferentes situaciones, tanto desde lo corporal como verbal al
intervenir. Es a su vez, un aspecto de fundamental importancia dentro de la
construcción y el desarrollo del rol.
Partiendo de Sánchez y Llorca (2001), requiere de un conjunto de contenidos
teóricos (los saberes), prácticos (el saber hacer), y personales (el trabajo de uno,
referido al saber ser). Así, se concluye del planteo de los autores, que la
interiorización del rol incluye un proceso de aprendizaje autorregulado.
En cuanto a la Contención, desde lo social, se relaciona a la acción de
consolar, sostener, envolver, entre otras, al ofrecer ayuda a otro. Al contener, se
busca y tiene como objetivo garantizar el bienestar de la persona. Pero desde la
competencia, como actitud, es esencial para el ejercicio del rol como
psicomotricistas, al trabajar con diferentes poblaciones.
Camps (2005), la considera una “predisposición a actuar o disposición
relativamente estable a reaccionar con una tonalidad afectiva, una expresividad o
una conducta características”. (p.28).
Estas formas de actuar se van adquiriendo y al integrarse en la estructura de
la personalidad, permiten y habilitan acompañar al otro en sus vivencias, afectos y
deseos durante el proceso de construcción de su propia identidad.

Pienso necesario considerar, que cada niño debe percibirse desde una visión
global, como un todo, y para que se establezca una adecuada descentración, se
precisa del autoconocimiento, identificar las necesidades y los deseos propios, para
así prepararse para el encuentro, evitando que todo aquello que pertenece a la vida

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personal invada la intervención y el desarrollo de esta, lo cual relaciono con mi
elección de esta como debilidad.
También llevada a lo personal, permite poder controlar mi emoción, buscando
que la prioridad sea el niño, aceptando como es sin esperar algo de antemano, y
pudiendo frente a eso buscar e implementar estrategias ajustadas y adecuadas para
la intervención con este.

SELECCIÓN DE EJES TEÓRICOS:


Los mismos fueron seleccionados a partir de un proceso de reflexión
personal a lo largo de los cuatro años de Carrera y serán desarrollados desde la
teoría con su respectivo marco teórico orientando luego a los análisis de los trabajos
seleccionados. Estos son: comunicación no verbal, vínculo y estrategias de
intervención con familias desde el rol.
Considero que los mismos han marcado significativamente mi proceso de
formación y que he encontrado gran interés y motivación en los mismos a medida
que me introducía en ellos a través de la escucha y atención en diferentes
instancias de aprendizaje, junto al proceso de estudio clase a clase y las
características de los centros e instituciones de práctica a los cuales he asistido a lo
largo de los años. Además ha influido en mi elección el gran interés por los primeros
años de vida del niño, con todo lo que incluye.

Eje 1
Comunicación no verbal:
Se selecciona este eje en cuanto a lo mucho que se puede transmitir y
comunicar únicamente utilizando el cuerpo como herramienta y recurso de
expresión.
Para introducirnos en la Comunicación no verbal, debemos tomar a la
Comunicación como concepto previo.
Así, Habermas (1987) en López (2005), plantea que esta es “la interacción de
al menos dos sujetos capaces de lenguaje y acción que (ya sea con medios
verbales o medios extraverbales) entablan una relación interpersonal” (p.7).

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De aquí se desprende la idea de que para comunicar será entonces
necesario: un emisor y receptor y la transmisión de señales verbales o
extraverbales. (López, 2005). Se genera un intercambio y un diálogo ida y vuelta, de
estímulo-respuesta con otro, siendo la comunicación de carácter bidireccional.

Rizo (2004) citando a Luhmann, (1993), destaca que al hablar de


comunicación se está hablando de las relaciones humanas, los vínculos, los
diálogos y hasta los monólogos, lo cual conforma la base de la sociedad.
Continuando esta idea, Habermas (1987) citado en López (2005), sostiene
que la comunicación colabora en el proceso de socialización repercutiendo sobre la
recepción y reproducción cultural, la integración a la sociedad y el desarrollo de la
personalidad e identidad del sujeto.
Cestero (2016), por su parte, considera a la comunicación humana un
proceso que es extraordinariamente complejo, considerando que no pueden
realizarse actos exclusivamente de habla lingüística. Esto, debido a que el hecho de
combinar y coestructurar signos de los tres sistemas (lingüísticos, paralingüísticos y
quinésicos) es lo que lleva a que se produzca la comunicación humana y lo que
actúa como vía para conseguir una mayor eficacia a la hora de comunicar.
...concebimos la comunicación, tal y como ha apuntado Poyatos
(1994 a: 129-147), como triplemente estructurada. Cuando nos
comunicamos con otra persona, empleamos, inevitablemente, signos
de tres sistemas de comunicación (a la vez, de manera alternativa o,
en el caso de los no verbales, de forma independiente): lingüísticos,
paralingüísticos y quinésicos. (Cestero (2016) (p.3))

En cuanto al aspecto no verbal de la comunicación, o también llamado


comunicación corporal, el mismo refiere a lo que se comunica o transmite, a través
de gestos y posturas corporales concretas. Este nivel de comunicación, es el que se
relaciona directamente con el movimiento corporal.
La comunicación no verbal está presente de manera cotidiana en nuestra
vida, acompañándonos en todas las actividades que realizamos desde los primeros
niveles educativos hasta el momento de iniciar nuestros estudios y la vida laboral.

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Knapp (1982), comúnmente utiliza el término no verbal para “...describir todos
los acontecimientos de la comunicación humana que trascienden las palabras
dichas o escritas.” (p.41). Se destacan aquí: los gestos, las expresiones, los
movimientos corporales, el contacto visual, todos una serie de señales de gran
relevancia al entrar en relación con las personas.
Knapp (1982), remarca que desde el momento en que el hombre comenzó a
comunicarse, la comunicación no verbal ha sido uno de sus recursos comunicativos
mas grandes, siendo esta aquel medio de expresión que sustenta al lenguaje verbal,
incluso llegando a sustituirlo por completo en ocasiones y situaciones
comunicativas.
Por lo mismo, se entiende que el estudiarla significa saber como interpretar
todo aquello que no se dice con palabras, sino que se dice a través del cuerpo o con
el uso de este.

Birdwhistell (1997), remarca la importancia de lo no verbal al sostener y


acompañar lo verbal, incrementando y reafirmando (pero no siempre) lo que se
expresa, de forma consciente o inconsciente, aludiendo a un conjunto de signos
más complejos que los verbales, presentando un vasto contenido.
El autor, plantea tres componentes en la comunicación no verbal, siendo
estos: 1) el paralenguaje (las cualidades no verbales de la voz), 2) la proxemia (el
espacio físico o la distancia para hablar (distinguiéndose distancia íntima, personal,
social y pública) y 3) la cinesia o el movimiento corporal (el movimiento y la
capacidad de comunicarse mediante gestos u otros movimientos corporales, como
la expresividad facial, el movimiento ocular y la postura).

De León et.al (2000), establecen que los primeros medios de los cuales el
niño se vale, son los provistos por la motricidad de expresión. Estos son: cambios
tónicos, miradas y sonrisas, gritos, expresiones vocales, posturas y actitudes, todas
portadoras de gran contenido emocional.
Estos, son los que utiliza para poder entrar en relación y llevar adelante una
comunicación e interacción, en este caso con su madre, su primer lazo afectivo.

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Cada niño, presenta una capacidad de expresión propiamente suya, única, y
con la cual logra hacer al otro participe de su sensibilidad, pudiendo satisfacer su
necesidad y demanda. Según Wallon entre los individuos se genera una
“comunicación inmediata...fuera de toda relación intelectual”. (p.46)
Continuando con los autores, el lenguaje corporal, desde un inicio, ha
permitido la formación de los grupos sociales, utilizando como generadoras a
actividades que favorecieran la fusión emocional con el otro.
Se plantea según De León et.al (2000), que “es sobre estas bases, donde el
cuerpo, y la emoción, tienen un rol tan fundamental, que se construye todo el edificio
de la personalidad del individuo, y en un sentido filogenético toda la cultura de la
humanidad”. (p.46).
Este proceso permite al niño separarse y construir su propia identidad,
encontrarse y tomar consciencia de sí como una totalidad. A su vez, se va haciendo
independiente, pudiendo enfrentarse al mundo y así relacionarse con él mismo. Se
crea lo que se denomina “espacio de la relación”, entre él y los otros.
Los autores destacan que la expresión corporal, es un momento en la
evolución de la humanidad, así como también en la evolución del niño.
La expresividad motriz acompaña al individuo durante toda su vida, sin
embargo a cierta edad deja de ser el principal modo de relación, reemplazándose
por formas mas evolucionadas.

De esta manera, se destaca que la comunicación actúa como un medio para


“…conocer y aprender acerca del mundo que nos rodea, organizar nuestro
pensamiento, expresar nuestros sentimientos e ideas y comprender los sentimientos
e ideas de los demás.” (López, 2005, p.5).

En psicomotricidad, tanto en instancias de sala como de salón o taller de


grafomotricidad, se entiende a la comunicación no verbal como todo
comportamiento, actitud, gesto, movimiento o expresión que transmite un mensaje,
en otras palabras, que habla por sí solo/a, sin necesidad de incluir palabras o
sonidos. Observamos como importante, que la comunicación de los usuarios de

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todas las edades actúa como posibilitadora para el conocimiento, la expresión y el
aprendizaje.
Se destacan en este eje: mirada, gestos y mímica, los cuales se incluirán en
el análisis de los trabajos, en cuanto al papel que estos cumplen en la interacción
con los otros.

Eje 2: Vínculo:
Pensar en el término Vinculo, nos hace remitirnos a sus orígenes y su
significado como una unión muy fuerte.
El ser humano, es un ser que no podría sobrevivir sin los vínculos que este
forma, necesitando conectarse con su entorno, contexto y el resto de sus
semejantes para poder de esta forma desarrollarse y subsistir.
El desarrollo afectivo del mismo, es la base del desarrollo físico, cognitivo y
social de este, y es posible gracias a la presencia de figuras vinculares presentes e
influyentes en su vida.

Horno Goicoechea (2008), plantea que:

El desarrollo evolutivo es un proceso narrativo que la persona va


construyendo desde la realidad física, incorporando los elementos de
esta realidad, los estímulos, los modelos de referencia, incluidos los
de género, y los esquemas que las figuras vinculares le van
proporcionando y que le van a permitir empezar a desenvolverse y
adquirir experiencia. La interiorización de los estímulos de la realidad
se realiza a través de las relaciones vinculares. (p.303)

Se desprende de esto, que los vínculos afectivos generados y establecidos


por una persona son esenciales para la construcción de la identidad y para su
desarrollo en esta área.

De Freire (1992), relaciona la palabra vínculo a una ligadura, un lazo de una


cosa con otra; tomándolo como una intención y acción sobre otro. El mismo, refiere
según la autora, a una acción mutua, planteando que todo vínculo va de la mano de
una interacción, es decir una acción recíproca entre dos sujetos.

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Pichón Riviere (1971), por su parte, opina que corresponde a “una estructura
compleja, que incluye un sujeto, un objeto, y su mutua interrelación con procesos de
comunicación y aprendizaje”. (p.11).
El autor plantea que las relaciones establecidas por el sujeto, presentan una
dirección determinada y que son generadas en base a necesidades, que actúan
como la principal motivación de ese vínculo. En sus palabras “dichas necesidades
tienen un matiz e intensidad particulares, en los que ya interviene la fantasía
inconsciente”.
Plantea a su vez, que para que el vínculo suceda, debe contarse con un
emisor y un receptor, junto a una consiguiente codificación y decodificación del
mensaje. Es por este proceso de comunicación que se involucra a la presencia del
objeto, y el compromiso es una relación dialéctica de este con el sujeto.
En toda estructura vincular, ambos sujeto y objeto interactúan retro
alimentándose mutuamente, siendo acompañados por un canal comunicativo,
signos, símbolos y ruidos. Sucede un reconocimiento tanto personal como del otro,
cada uno se reconoce diferenciado del otro
Se remarca, a su vez, que todo vinculo con un objeto presente va a estar
influido por experiencias anteriores, es decir, experiencias y vivencias que ya se han
tenido con otros objetos.

Es relevante mencionar que la psicomotricidad presenta un abordaje de


carácter relacional. El ser humano desde el momento que nace se convierte en un
ser social por naturaleza, estando en condiciones para relacionarse y comunicarse
con su entorno.
Así, tomando el planteo de Stern (1998), el niño cuando llega al mundo trae
consigo formidables capacidades para establecer relaciones humanas. Estas
capacidades son una conducta pre adaptada, la cual lo hace partícipe de sus
relaciones desde un inicio, habilitando al mismo poder participar en interacciones,
iniciarlas, mantenerlas y finalizarlas, desde muy temprano..
Sin embargo, si bien está inmerso desde el nacimiento dentro de un medio
social, esto no significa que nace siendo un ser social, sino que va construyéndose
en uno, es decir, lo va siendo poco a poco.

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García (2000), plantea que el niño va creando una imagen de sí mismo, de su
cuerpo, estando en una permanente relación con los vínculos que se encuentran a
su alrededor. Este es un proceso el cual se da a través de una percepción de las
diferentes sensibilidades, las reacciones tónico-emocionales del cuerpo, el explorar,
los ritmos, la relación con el espacio y con los objetos que se encuentran en el
mismo, la separación/individuación, etc.
El niño va transitando por estos sucesos y momentos de forma progresiva en
el tiempo, pero siempre estando acompañado por otro. Ese otro habilita que el
mismo pueda conocerse y reconocerse.
Calmels (2007), plantea frente a esto, que el cuerpo del niño se construye a
través de una relación con los otros, partiendo de que “...el cuerpo no es algo
autosuficiente; tiene necesidad de otro, de su reconocimiento y de su actividad
formadora.” (p.11)

La primera relación y lazo del niño con el mundo exterior será la establecida
con su madre, o figura materna, siendo esta la que actuará y se encargará de
guiarlo y adentrarlo en el mismo a través de componentes tanto verbales como no
verbales (corporales), junto a una progresiva introducción y presentación de objetos
pertenecientes al mismo.
La primera relación que un ser humano tiene es con sus padres.
Gracias a las diversas experiencias que un niño en crecimiento tiene
con ellos, un lazo emocional muy fuerte, un vínculo, se comienza a
desarrollar desde el nacimiento. (Rev. Cienc. Salud. La importancia
del vínculo en la infancia: entre el psicoanálisis y la neurobiología.
14 (2): 261-280 / 265)

Se plantea que ese vínculo establecido con los padres, es aquel que se
encarga de moldear los aspectos emocionales en la personalidad del niño, siendo el
prototipo de las siguientes y posteriores experiencias emocionales que el mismo
tenga a lo largo de su vida.
Un vínculo adecuado con los mismos, le permitiría al niño en desarrollo
satisfacer sus necesidades de dependencia y de afirmación, lo cual le facilitaría
una orientación hacia el exterior, hacia las nuevas experiencias con personas
reales que pudiesen brindar un contacto y un intercambio emocional.

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Concepto relevante dentro del vínculo y en relación con este es el Proceso
de Constructividad Corporal.
Según González (2009), el Cuerpo es el lugar particular de integración
neurofisiológica-psíquica a lo largo de la historia del sujeto, que configura (en una
unidad relacional) todo lo que se significa estructurando al sujeto.
Esta autora, remarca que como especie humana, no logramos obtener
conocimiento de nuestro propio cuerpo sin la presencia de otro que nos acompañe
durante este aprendizaje.
Así, tomando el planteo de la autora, el cuerpo es una construcción que se
realiza en y para la relación con el otro.

Se destacan en este eje: apego, vinculo temprano, vínculo terapéutico. Los


mismos serán tomados en el análisis de los trabajos. Como son temas que luego
serán desarrollados, corresponde mencionarlos desde sus características
generales.
En cuanto al Apego, componente fundamental en la formación del vínculo,
Morillo, Sánchez y Llorca Linares (2018), toman a Bowlby (1986) quien lo define a
este como una forma de conducta instintiva del hombre, que tiene como finalidad
generar proximidad hacia una figura maternante.
Afirma además, que el apego cumple por un lado una función adaptativa
permitiéndole la supervivencia, mientras que por otro lado, cumple una función
segurizante, brindando seguridad emocional y sentimientos de protección y
aceptación.
En referencia al Vínculo Temprano, Pichón Riviere (1967), plantea que el
vinculo madre-bebé, junto a la interacción generada entre ellos, es uno que permite
al bebé (un ser en construcción) poder desarrollarse, junto a su madre, en un juego
de acciones de carácter recíproco. Es relevante mencionar aquí, que así como
existen conductas maternas que benefician el desarrollo del niño, existen otras que
lo afectan.
Relacionado al Vínculo Terapéutico (Vínculo paciente-terapeuta), la autora
De Freire (1992), plantea que este alude a una relación de acción-reacción. Las
propias expresiones del terapeuta al intercambiar con el paciente, van a establecer y

17
crear un vínculo con él, haciendo que se actúe en consecuencia, es decir, que haya
un estímulo y una respuesta de uno hacia otro, ejerciendo su acción en el aparato
psíquico de cada uno.
Eje 3:
Estrategias de intervención con familias:
Este eje se selecciona en base a la importancia del rol del psicomotricista con
las familias, tanto al comunicarse con estas como al generar un vinculo para entrar
en relación con las mismas.
Cuando intervenimos, desde el inicio, nos debemos interesar no sólo en el
sujeto con el cual estaremos trabajando, sino que también en su contexto, su
familia.
Las autoras Fusté y Bonastre (2010), remarcan que:
...si queremos una tarea conjunta, debemos entender que
cada padre, madre, con sus propios valores familiares, sean
parecidos o diversos a los nuestros, son los únicos y mejores
progenitores para sus hijos, que son sus primeros y principales
educadores y que debemos confiar en su saber hacer. (p.78)

Se rescata aquí, siguiendo con esta línea, que hay una importancia grande en
educar desde la posición que nos corresponde y partir siempre desde un respeto
hacia las familias involucradas.
Se remarca la principal intervención del psicomotricista/terapeuta con el
cuidador o tutor/familiar, ya sea madre, padre, o abuelos/as tanto en la sala, en
espera fuera de la misma o en las visitas domiciliarias como las realizadas por ellos,
en instancias de contacto, cumpliendo con el rol de aconsejar y guiar a los mismos,
junto a la realización de entrevistas, en sus respectivas instituciones/centros.
Se busca crear un clima habilitador, de escucha, que pueda ser de acogida y
de acompañamiento para las familias. Cuidamos tanto las entradas como las
salidas, intercambiando información durante el transcurso de cada diálogo. Lo
mencionado, significa no atender únicamente a los niños, sino que atender y
entender a la madre, padre, cuidador, los cuales también son importantes
protagonistas del desarrollo de los mismos.

18
Se considera Familia a la :
Unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en
común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes
sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso
personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de
intimidad, reciprocidad y dependencia (Palacios y Rodrigo, 1998).

Inicialmente las relaciones son establecidas entre dos adultos en los planos
afectivo, sexual y relacional, formándose el núcleo familiar, y pudiendo o no sumarse
a este los hijos, sobre los cuales los padres ejercen las funciones de crianza y
socialización. Estas relaciones se ven reforzadas por finos matices de
interdependencia, intimidad y comunicación, lo que implica un compromiso personal
entre la pareja y con los hijos.

La familia, como componente básico en la sociedad depende del desarrollo


de sus integrantes en gran medida. Siendo esto importante en cuanto a que si uno
de estos sufre un cambio o le sucede algo, eso va a repercutir e influenciar al resto
de ellos.
Andolfi (1984) en Rodrigo , Máiquez, Martín y Byrne (2008), plantean que la
familia presenta una importante dependencia uno con los otros, estando
relacionados de forma continua no solo entre ellos sino que también con el exterior.
Son unidades interconectadas.
A su vez, en la vida de los niños la familia juega un rol esencial, siendo su
primer ejemplo e influencia de vida y el hogar aquel ambiente en el cual crecen y se
desarrollan.

La familia y el hogar forman la identidad de los niños, ya que aprenden y


creen en lo que ven y escuchan, especialmente si viene de su ambiente familiar,
donde hay también una carga afectiva puesta en juego.
Aquí es fundamental entender que la familia, es para el individuo un valor que
tiene un enorme significado y compromiso personal así como social. Actúa como
fuente de amor, de satisfacción, bienestar y apoyo, pero a su vez, esta también
puede ser una fuente de insatisfacción, de malestar, generadora de estrés e incluso
enfermedad.

19
Camargo Rojas (2010), establece que:
Las alteraciones de la vida familiar son capaces de provocar
alteración emocional, desequilibrio y descompensación del estado de
salud, en todas las etapas del ciclo vital, siendo mayor su influencia
en la primera infancia como etapa de iniciación en el desarrollo
integral de la persona (Louro, 2003).

Desde lo personal considerando que es fundamental la comunicación entre el


psicomotricista y el cuidador/familiar, la idea es dirigir el eje hacia la planificación,
implementación y desarrollo de las estrategias utilizadas en cada intervención
realizada por el psicomotricista para con estos.
Se destacan en este eje el Vínculo Terapéutico (encuadre para la relación
terapeuta-madre-hijo), el Posicionamiento Clínico, así como la Tecnicidad del propio
psicomotricista.

Desde el punto de vista de Estrategia, relacionado a realizar actividades


donde se requiere una organización, se la considera según Chandler (2003), como
aquella determinación de las metas y objetivos de una empresa a largo plazo, las
acciones a emprender y la asignación de recursos necesarios para el logro de las
mismas.
Si llevamos este concepto a la psicomotricidad, corresponde a una vía para
alcanzar los objetivos de la intervención.
Dentro de la intervención psicomotriz, las estrategias actúan como una ayuda
para lograr lo planificado, en conjunto con las determinadas acciones consideradas
necesarias para el tratamiento al momento de pensar el proyecto psicomotor
terapéutico de los sujetos, dentro de cada población. El mismo, será ajustado a
cada uno y contará con abordajes dentro de los niveles de salud que corresponda.

Sobre las estrategias, Lopez, Capiello y Spagnuolo (2017), plantean que:


“La implementación de las mismas dependerá del cruce entre
el perfil de la población, las posibilidades y limitaciones del encuadre,
el momento del tratamiento y la propia tecnicidad del psicomotricista”.
(p.186)

La Intervención Psicomotriz según Franc (2001), es denominada como


toda acción, de carácter intencional, realizada a través del movimiento (tomado este

20
como punto de partida), en búsqueda de promover el desarrollo armónico de las
personas, la integración de sus diferentes funciones, y el poder acceder y sostener a
la comunicación, la cual actúa como base de la socialización y el vínculo.

Bernaldo de Quirós, M. (2012), considera que el psicomotricista es una pieza


fundamental en el proceso de intervención, y durante su formación tiene que
desarrollar una serie de competencias no sólo teóricas, sino también personales,
que le permitan utilizar su cuerpo en un proceso terapéutico o educativo con otro.
(pág.98)
Para poder hablar de lo que hacen en la sala, de lo sentido, es necesario que
se transforme este discurso en un lenguaje útil el cual le permita comunicarse con
otros profesionales y con la familia. Esta comunicación, que comienza ya durante el
proceso de evaluación, debe continuar durante toda la intervención. (p. 102-103)

Desde el rol en psicomotricidad, es muy importante trabajar con las familias


haciendo posible llegar a conocer la expresividad psicomotriz del niño en su
totalidad, de forma amplia, y en caso de existir un síntoma, aquellos emergentes
que lo conforman.

Tomando a Rodrigo et al. (2008), se plantea que un terapeuta debe


considerar ciertos aspectos para el trabajo con las mismas. La actitud que se adopta
es una que no juzga ni saca prejuicios acerca de la crianza que cada familia elige,
sino que busca comprender el porqué de esa elección y lo que significa para ellos el
aplicarla.
Se entiende de lo planteado que el terapeuta favorece la verbalización de
todo lo que sea considerado relevante priorizando el intercambio uno con otro, y
tiene como objetivo que los padres o cuidadores puedan llegar y acceder en lo mas
posible a lo que favorezca y ayude al desarrollo de su niño. Al intervenir con la
familia, se le da a la misma un lugar protagónico, fundamental.

En lo personal, considerando que la familia del niño forma parte de su


microsistema, esta tiene fundamental importancia en su desarrollo.

21
Son de gran relevancia aspectos como: la forma en la que el mismo se
desarrolla en esta, las relaciones que establece con los integrantes de la misma y
los roles asumidos en su entorno mas cercano.
De esta manera, se entiende que no es posible planificar y llevar adelante
una intervención psicomotriz sin considerar al contexto familiar.

En primera infancia y escolares se brindan propuestas a la madre, padre o


cuidador en las instancias de contacto con ellos ejemplo las entrevistas, que ayuden
y apoyen la crianza en relación a aspectos como la interacción y el juego con su
bebé/niño en búsqueda de un mayor despliegue, referido a poderse cumplir con lo
conversado y acordado tanto dentro de la sala/salón como en el hogar.
En edades posteriores, adultez y vejez se trabaja con las familias tomando
los momentos de visita, las entrevistas y la lectura de historias clínicas (en caso de
tenerse el acceso a esa información), para comprender la llegada del sujeto al
abordaje psicomotor, conocer antecedentes que pueden ser de ayuda y
determinantes en cuanto a la expresividad motriz, junto a la vivencia subjetiva del
sujeto en relación al motivo de consulta.

López, Capiello y Spagnuolo (s/f), plantean que estas instancias “...resultan


un insumo clave para comprender el proceso dentro del sistema de salud que ha
transitado la persona, la presencia de declive funcional, enfermedades crónicas,
déficits sensoriales y el historial de medicaciones que consume, entre otros
aspectos”.
Mencionan que a su vez, funciona como un instrumento facilitador para poder
comparar el discurso y vivencia del propio sujeto y su medio familiar , junto a lo que
se plantea desde el sistema de salud respecto del mismo, o institución.

VIÑETAS Y ANÁLISIS DE LOS TRABAJOS SELECCIONADOS:

Para la siguiente parte del TFI, he decidido tomar trabajos de las asignaturas:
Formación Personal Vía Corporal (FPVC) III, Psicomotricidad III, Psicología médica,
Estimulación psicomotriz I y Psicomotricidad IV.

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Previo a la realización de cada análisis se expondrá una viñeta de los
trabajos explicando los contenidos destacados y el enfoque del análisis que se
desarrollará.

Viñeta 1: Formación Personal Vía Corporal.

Asignatura y docente marco del trabajo seleccionado: Formación Personal Vía


Corporal, a cargo de: Lic. Claudia Invernizzi y Lic. Felicia Paz.

Título del trabajo y momento del año realizado: “Síntesis 10 de Mayo de 2017”.
Realizado el 31 de Mayo de 2017.

Objetivo y contenidos destacados del trabajo: Sintetizar los principales aspectos


de vivencias grupales correspondientes al taller del 10 de mayo. Se debían
destacar aspectos relevantes para analizar con profundidad e integración teórica.
Temas destacados: mirada y representación utilizando el cuerpo.

Enfoque del análisis: La importancia de la gestualidad del psicomotricista al


transmitir, destacándose los gestos, la mirada y su impacto en los demás, junto a la
representación (uso de la mímica y diálogo corporal) y el movimiento.

Eje teórico seleccionado: Comunicación no Verbal, Vínculo.

Análisis 1:
Para comenzar se partirá de la importancia de la FPVC (Formación Corporal
Vía Corporal), y luego se tomará esta para adentrarnos en aquellos aspectos que
forman parte de la interacción y el vínculo entre las personas.
Particularmente en este trabajo seleccionado, se remarca la importancia de la
mirada, la influencia de esta tanto en uno como en los otros y el exponerse a través
del uso del cuerpo.

Introduciendo, la Formación Personal Vía Corporal tomando a Cappiello


(2017), se caracteriza por el movimiento y las vivencias tónico-emocionales, las

23
cuales se sustentan en estrategias tales como: actividades de senso-percepción,
sensorio-motrices, relajación, narración, trabajo en el plano simbólico, entre otras.
A partir de ellas (y en relación a los ejes planteados), se busca que el
psicomotricista tome consciencia de su cuerpo, sus tensiones, su capacidad para
relacionarse, así como también permite el despliegue de los recursos gestuales y
lingüísticos, ampliando el valor expresivo del eje tónico-motriz. Se aprende a su vez
con esta, las posibilidades y dificultades del acercamiento y contacto corporal, junto
a las movilizaciones que este genera.

Vamos aprendiendo de nuestros acercamientos, nos vamos


aprendiendo en definitiva, y siendo conscientes de nuestros bloqueos
y posibilidades [...] aprender a utilizar otro modo de entrar en las
relaciones, de comunicarnos, mediante el cuerpo y el movimiento, en
un futuro profesional (Sánchez y Llorca, 2008, p.151).

Sánchez y Llorca (2008), plantean que al estar en relación con un grupo se


establecen dinámicas que permiten aprender diferentes maneras de vincularse, y
remarcan que con esta modalidad “...observamos las dificultades y las posibilidades
que nos da el acercamiento corporal; también la movilización de nuestras
emociones y la carga afectiva depositada en el contacto corporal” (p.151).
Por su parte, Cappiello (2017) plantea que en esta construcción de saber
grupal es necesario un clima de respeto hacia el otro y su historia. A su vez, para
conocerse a uno mismo es necesario mostrarse auténtico y ponerse las menores
limitaciones en las propuestas, por lo que uno necesita sentirse cómodo y aceptado.

Al iniciar y mantener un contacto con otro, juegan un importante rol los


gestos, privilegiados en las actividades realizadas ese día de sala.
El autor Birdwhistell (1997), remarca que los mismos son utilizados y
jerarquizados como un medio de comunicación sobre todo cuando hay una persona
que tiene dificultades para expresar algo. Se destaca el uso del cuerpo y de la
expresividad, así como la mímica y la representación.
Le Boulch (1989), por otro lado, plantea que la gestualidad toma el lugar de
un mensaje, estando esta orientada por una intencionalidad, pudiendo esta darse a

24
nivel tanto consciente como inconsciente, dependiendo del sentido que se le de a la
misma.

Refiriéndonos a la representación que es realizada a través del movimiento y


los gestos, y siguiendo con Le Boulch (1989), el movimiento del hombre es
desplegado en presencia de los otros, por lo cual , de esta forma estaría adquiriendo
una relación de significante-significado. Este movimiento solo podría existir
retomado por otro ser expresivo que lo adopte y que lo interprete. Así, la expresión
se transforma en una expresión para los demás. Según el autor, “la expresión se
transforma en comunicación”. (p.)
Esta capacidad de representación, forma de comunicar, consiste, tomando a
Bernaldo de Quirós, M. (2012), en la posibilidad de utilizar significantes para
referirse a significados. La utilización de estos significantes abre inmensas
posibilidades al pensamiento y a la capacidad de actuar sobre la realidad.

Le Boulch (1989), plantea que “Por medio del cuerpo es que estamos
presentes ante los demás y con él ante el mundo” (p.79).
Según este autor, el cuerpo tiene una gran importancia en el relacionamiento
con las demás personas ya que por medio de las actitudes y de sus movimientos es
que aparecemos ante los demás.

Un aspecto que fue remarcado en la introducción, y que estuvo presente en


las vivencias de las compañeras, fue el papel de la mirada y su impacto tanto en
uno como en otro.
La mirada es, como la voz, un medio que permite “penetrar simbólicamente”
en el otro. Es así que según Llorca y Sánchez (2001), “el encuentro de dos miradas
es una de las comunicaciones más profundas que se pueden establecer” (p.60).

La dimensión de la mirada se articula a través de tres ejes: ver, ser


visto y verse. “Ver”, (…) el ojo que cae sobre el cuerpo o la acción
(…). “Ser visto”, observado por, donde el ojo es vivido crítico,
tolerante, complaciente (…). “Verse”, en el espejo, en el otro, dentro
de sí, donde el otro se convierte en el espejo de mi existencia, donde
el otro puede ser reasegurador, destructivo, (…). (Boscaini, 1994, en
Llorca & Sánchez, 2001, p.61).

25
Birdwhistell (1997), en relación a esto, destaca a los ojos, poniendo como
ejemplo la incomodidad que despierta el ser mirado fijamente por otro. Luego
expresa que al observar hacia donde está apuntando la mirada de otro, podemos
descubrir qué es lo que le interesa a esa persona en ese momento.
También relaciona la mirada con la intimidad, sosteniendo que cuando la
mirada de dos personas se encuentran podemos saber cómo está el otro (por esto
también la mirada provoca el sentirse intimidado). La mirada también regula una
conversación, dejando en claro los turnos y explicitando cuando finaliza.

En la clínica psicomotriz, tomando el planteo de López, Capiello & Spagnuolo


(s/f), se concibe al Cuerpo, mas que como expresivo, como receptáculo.
Esta noción es traída por Bergés, quien toma al cuerpo como un “lugar” de
inscripción simbólica, partiendo de que los discursos, los toques, las miradas, los
gestos en el intercambio con el otro, se van registrando en el cuerpo a la vez que lo
van constituyendo.

En conclusión, frente a este trabajo y análisis, junto a los ejes seleccionados,


destaco la importancia de realizar un registro de aquello que surge de las
actividades y la vivencia para poder trabajar sobre ello luego, así como ir
conociéndonos y perfeccionándonos para lograr un adecuado manejo de la mirada
en nuestro accionar profesional y una mejor postura en el momento de
relacionarnos con el otro. (Vínculo)
Tomando lo anterior, se parte de que el abordaje en psicomotricidad es de
carácter relacional, y que al trabajar como psicomotricistas se está en una constante
interrelación con personas, por ende desarrollar herramientas para el vínculo con las
mismas es algo fundamental y este tipo de formación lo logra, ya que es una vía
esencial para eso.
El poder intercambiar y transitar una formación con un grupo, habilita y nos
enseña a aprender a observar el cuerpo del otro, entender lo que cada uno quiere
transmitir con su discurso corporal, así como también analizar en nosotros lo que
sucede en cuanto a la propia expresividad frente a la mirada y presencia de ese

26
otro, permite trabajar con el autoconocimiento y captar en el proceso cuáles son las
sensaciones que privilegian, entre otras cuestiones.

Creo que si bien el proceso de cada uno es único y bien personal, las
actividades en la mayoría de las oportunidades se realizaban de forma grupal, lo
que permitió y ayudó a aumentar y mejorar mi relación con los otros y a su vez
también conocerme en función de estos, enriqueciendo y desarrollando en forma
progresiva, clase a clase, las herramientas necesarias para formar un vínculo.
Con esta formación, pude también trabajar la capacidad de descentración
(que remarco como debilidad) necesaria para captar las necesidades de los otros
cada vez más, interpretar desde lo corporal lo que se me transmitía y/o comunicaba.
(Comunicación no verbal).

Desde lo personal, varias de mis características personales las he


descubierto gracias a los grupos con los que he estado y las vivencias compartidas,
todo acompañado de un reconocimiento de características relacionales las cuales
he adoptado y forman hoy parte de mi identidad.
Siento que lo mencionado se ha podido reflejar con el paso del tiempo tanto
en el desempeño de las diferentes propuestas y actividades, debido a que gracias a
la experiencia de la misma se puede hacer conciencia de todo lo transcurrido y
vivenciado, por ende aprendido.
Con la FPVC no solo aumenté mis conocimientos desde el aspecto teórico
sino que en gran cantidad aquellos conocimientos adquiridos desde el aspecto
práctico, la experiencia.
Destaco a la misma también en cuanto a haber sido de gran ayuda para la
construcción personal y profesional del rol, al pasar por instancias donde debía ser
aplicado y practicado este.

27
Viñeta 2: Psicomotricidad III

Asignatura y docente marco del trabajo seleccionado: Psicomotricidad III, a


cargo de: Lic. Karla Cappiello.

Título del trabajo y momento del año realizado: “Rol del Psicomotricista”,
realizado el 7 de septiembre de 2017.

Objetivo y contenidos destacados del trabajo: Partiendo de una bibliografía


acerca del rol e intervención psicomotriz, abordar el concepto según diferentes
autores y relacionarlo con las competencias personales/profesionales propias del
psicomotricista.

Enfoque del análisis: El rol del psicomotricista en cuanto a su tecnicidad y sistema


de actitudes al realizar su intervención y se profundizará en las competencias y
actitudes necesarias para el establecimiento de un vínculo de calidad con el usuario y
su familia.

Ejes seleccionados: Vínculo, Estrategias de intervención con familias desde el rol

Análisis 2:

Para empezar hablemos del concepto de Rol como tal. La palabra se refiere
según Peña y Ablin (1991), a la “...forma de funcionamiento que asume un sujeto en
un momento y situación específicas, en las que están involucradas otras personas y
objetos” (p. 2).
En psicomotricidad, el rol psicomotriz engloba una serie de estrategias de
intervención y actitudes, utilizándose unas u otras de acuerdo al contexto, viéndose
comprometidos tanto los individuos como los objetos.
La psicomotricidad se propone, como objetivo general, desarrollar o
restablecer mediante un abordaje corporal las capacidades del individuo (Berruezo,
2000).

28
Según Bernaldo de Quirós, M. (2012), la formación de un psicomotricista es
compleja y requiere, además de la adquisición de unos conocimientos teóricos, una
formación práctica y una formación personal:
Una formación teórica que incluye todos los contenidos específicos de la
psicomotricidad (técnicas de evaluación psicomotriz, bases metodológicas, técnicas
con mediación corporal) y materias relacionadas (anatomía, neurología, psicología,
pedagogía, etc.).
Una formación práctica que permita la aplicación de los contenidos teóricos,
realizando observaciones con material audiovisual y en la sala de psicomotricidad,
elaborando proyectos terapéuticos para distintos colectivos e interviniendo como
coterapeutas con casos individuales y en grupos, además de la reflexión y el debate
sobre los trabajos realizados.
Una formación personal, ya que el psicomotricista trabaja con su cuerpo y
debe conocerlo antes de utilizarlo en un proceso terapéutico con otro.

Así y tomando como punto de partida lo anterior, se concluye que


No se trata de que el psicomotricista pase previamente por un
proceso terapéutico, sino de que realice un proceso de formación
individual y grupal que le permita conocer su cuerpo, sus
posibilidades y sus limitaciones y sobre todo desarrollar una gran
capacidad de observación y escucha. Normalmente se trabaja en
grupos reducidos, con un mismo formador o grupo de formadores,
que se reúnen de forma regular. (p 100-101)

Sánchez y Llorca (2001) por su lado, destacan las siguientes dimensiones del
perfil profesional del psicomotricista, remarcando que se debe contar con: una
capacidad de observación y escucha, de expresividad psicomotriz, la capacidad de
utilizar diferentes estrategias de implicación, competencias para elaborar de manera
creativa y ajustada diferentes escenarios, la capacidad de comunicación con la
familia y otros profesionales, y una capacidad de mirarse. Todas estas son
dimensiones que él mismo irá adquiriendo durante su etapa de formación personal y
que implican una formación continua a lo largo de toda su vida profesional.

Los autores López, Cappiello y Spagnuolo (2017), consideran a la terapia


psicomotriz, correspondiente a una terapia que es de mediación corporal, la cual se

29
encarga de promover en su mayor cantidad posible, el desarrollo de la capacidad
funcional del individuo, entendiéndose este como una totalidad somatopsíquica, y
que se encuentra inserto dentro de un contexto socio histórico y cultural
determinado y específico.

Por su parte Sassano (2003), citando a Rogers (1972), destaca que se busca
facilitar por sobre todas las cosas, el desarrollo personal. Esto es algo que Sassano
remarca como la base de la tarea como psicomotricistas, siendo importante poder
crear y establecer una relación que sea auténtica, de transferencia, en donde el
psicomotricista pueda vivir y apropiarse de sus sentimientos. A su vez, remarca la
necesidad de mantener una cálida aceptación y valoración sobre la otra persona,
tomarlo como una persona diferente, y poder verla tanto a esta como a su mundo de
la forma en la que él lo ve.
De esta forma, es que el individuo podrá experimentar y comprender
aspectos de sí, logrando cada vez mas una integración personal , y ser capaz de
funcionar de forma eficaz, con la posibilidad de enfrentar los problemas de la vida de
una manera mucho más fácil y adecuada.

Siguiendo los aportes de Camps (2008), las actitudes fundamentales del


psicomotricista son: capacidad de escucha, disponibilidad y contención.
Considerando esto, se entiende que: la primera refiere a la escucha de sí
mismo y del otro y a la empatía tónica, la capacidad de descentración hacia el
usuario para aceptarlo y recibirlo tal cual es sin juzgar. Se debe tener una distancia
óptima para no ser invadido o fusionarse con el usuario. Es importante aquí la
autoescucha, escuchar la propia disponibilidad corporal, y los cambios tónicos y
emocionales que se suceden en el encuentro con el otro.
Por otro lado, la disponibilidad implica la aceptación del usuario tal cual es,
como portador de deseo, que se podrá ver a través de los mediadores de la
comunicación (gesto, mímica, mirada) y estrategias durante la intervención
psicomotriz (diálogo tónico, capacidad de transformación, actuar en dismetría y
espejo de los deseos, aspiraciones y obstáculos del usuario).

30
Finalmente, la contención refiere a la claridad en la puesta de límites, la
seguridad afectiva y física, mirada periférica y contención a través de la palabra.
Sólo podrá consolidarse a partir de la escucha, el ajuste tónico, la transformación y
la utilización de los mediadores de la comunicación por parte del psicomotricista.

La profesión de psicomotricista requiere una formación continuada basada en


la reflexión sobre la acción. La mirada del psicomotricista debe dirigirse a lo que
hace el otro y a él mismo. En función de esta mirada en las dos vertientes puede ir
ajustando sus respuestas, desarrollar su capacidad de escucha, trabajar sobre sus
dificultades y realizar nuevos proyectos de sesión.

El abordaje psicomotriz según López, Cappiello y Spagnuolo (2017), se trata


de poder conceptualizar y comprender por sobre todo al objeto de estudio, siendo
aquí el cuerpo, el sujeto, el síntoma y la enfermedad, junto a la forma de intervenir,
que es producto del recorrido que la disciplina ha tenido en el área clínica.

Desde el trabajo con la familia, Pérez- López, y Brito de la Nuez (2010),


destacan que se colabora con estos en búsqueda de construir un sistema sólido,
favorecer la adaptación y crear formas, estrategias, que ayuden y beneficien, en
otras palabras sean facilitadoras para el desarrollo. A su vez, se parte de un
acompañamiento y una intervención desde la prevención.
De esta manera, en síntesis, las estrategias terapéuticas que implementará el
psicomotricista van a encargarse de realizar un inter-juego que involucren aspectos
ambientales, espaciales y vinculares entre la madre y el niño así como con el
terapeuta, los cuales van a ir variando y delimitando el curso de la intervención.

31
Viñeta 3: Psicología Médica

Asignatura y docente marco del trabajo seleccionado: Psicología Médica I, a


cargo de la docente Mariana Zapata.

Título del trabajo y momento del año realizado: “Comunicación humana”,


realizado el 10 de noviembre de 2017.

Objetivo y contenidos destacados del trabajo: Relacionar los componentes


teóricos desarrollados en Psicología Médica I con lo trabajado en la práctica del
Hogar Español.

Enfoque del análisis: La comunicación en sí misma, sus tipos y componentes. Se la


relacionará con la intervención en psicomotricidad y su importancia para el
establecimiento de un vínculo e interacción con los usuarios.

Ejes seleccionados: Comunicación no verbal (Interacción, relación, diálogo),


Vínculo (terapéutico)

Análisis 3:

Para el comienzo de este análisis, se describirá el trabajo seleccionado. Este


consistía en realizar una introducción al concepto de la Comunicación humana a
partir de una investigación bibliográfica abordando el tema en su totalidad, siendo
este el objetivo primero. En segunda instancia se pedía llevar el mismo a la acción,
es decir a la práctica con los adultos mayores (población con la cual trabajamos ese
año) destacando la función de la misma y su aplicación desde el rol psicomotriz.

Interesa este trabajo para abarcar lo correspondiente a los aspectos de la


comunicación, verbales como no verbales, en el trato y la construcción del vínculo
con el sujeto en psicomotricidad. A su vez, es de relevancia mencionar aquí la forma
en la que el sujeto se comunica, transmite y se expresa desde ambos lados, el
verbal como el no verbal o corporal.

32
Los seres humanos somos primordialmente seres “sociales”, en el sentido de
que pasamos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Por
consiguiente, es importante aprender a entenderse con los otros y a funcionar
adecuadamente en las diferentes situaciones sociales. Ciertas habilidades de
comunicación nos ayudan a mejorar las relaciones interpersonales.

La Comunicación corresponde a un proceso de la interacción humana, el


cual permite que existan las relaciones entre un individuo y otro, los grupos y las
sociedades. (Diccionario de recreación, 2006, p.36)
Como se mencionó en uno de los ejes seleccionados, la misma es tomada
por Habermas (1987) en López (2005), como “la interrelación de al menos dos
sujetos capaces de lenguaje y de acción que (ya sea con medios verbales o con
medios extraverbales) entablan una relación interpersonal”. (p.3)

Dicho esto, puede comprenderse que para poder comunicar, ejecutar su


acción, va a ser necesario que este presente tanto un emisor como un receptor del
mensaje, así como una transmisión de señales , que pueden ser tanto verbales o
extraverbales. (López, 2005). Entra aquí lo que se utiliza para entablar la relación
entre uno y otro, los llamados mediadores de la comunicación, siendo estos: la
gestualidad, la expresividad facial y corporal, la mímica y la representación corporal.
Los diversos elementos que están involucrados pueden por un lado facilitar o
por el otro dificultar el proceso.

Castro (2002), citado en López (2005) explica que

“…en el transcurso de una conversación se produce un intercambio


de gestos, miradas, tonos, intenciones e infinidad de imprevistos que
forman un entramado expresivo, del cual las palabras son un
elemento más y adaptan sus significados a las necesidades de los
interlocutores. Lo que importa no es el significado literal de las
palabras, sino su expresión en el contexto” (p. 4)

Habermas (en López, 2005), plantea que la comunicación juega un papel de


gran relevancia en lo que corresponde al proceso de socialización del individuo con

33
otros. Este, repercute sobre la recepción y la reproducción cultural, la integración a
la sociedad así como el desarrollo de la personalidad e identidad del sujeto.

Watzlawick, Beavin y Jackson (1985), mencionan por otro lado que la


comunicación puede darse en varios planos a la vez: cognitivo-intelectual,
afectivo-emocional y sensorio-motriz. De esta manera, a través de un canal puedo
comunicarme en uno o mas planos.

Birdwhistell, (1997), plantea que mismo la forma en que las personas se


visten, la velocidad en la que hablan, si se muestran alegres o tristes, la calidad de
la mirada, son todos componentes de este medio de expresión, que reflejan y dan a
entender una idea al interlocutor de “quienes y como somos”.
Frente a esto, López, Parada y Simonetti, (1991), citando a Watzlawick y
Beavin, (1977), partiendo de la idea de que todo comportamiento comunica y de que
no existe el no comportamiento (considerando que el no hacer, es también
comportarse), afirman que no es posible, dentro de una interacción, el dejar de
comunicar a pesar de que esto se intente.

Según Lapierre y Lapierre (1982), la mímica y el gesto son la mayoría de las


veces espontáneos e involuntarios, por lo que “...revelan no solo contenidos
afectivos conscientes, sino también mensajes venidos del inconsciente que
expresan de forma simbólica y analógica un sentimiento, una demanda, una
necesidad o un deseo (…)” (p. 37).
La mímica del rostro y de todo el cuerpo supone un mensaje, convirtiéndose
en lenguaje para el otro (Llorca & Sánchez, 2001, p.60). El gesto puede acompañar
o prolongar el gesto del otro, podrá ser directo o a distancia. (Lapierre, 1990, en
Llorca & Sánchez, 2001, p. 60).

Se destaca en Birdwhistell (1997), que las posturas y los ritmos también


comunican, existiendo ocasiones donde el cuerpo comunica por sí mismo, por
ejemplo entendiendo que el aspecto físico es una construcción, por lo tanto no se
nace con ella y es por esto que transmite grandes aspectos de la persona. Así se

34
entiende que el cuerpo refleja información sobre lo que se está diciendo a través de
postura, estilos, rasgos, etc.

Lapierre y Aucouturier (1977) plantean que en psicomotricidad se busca no


acudir siempre al mediador verbal, por lo que “Nuestras intervenciones habladas
son breves, lacónicas, reducidas en ocasiones a una simple ‘palabra-frase’…”
(p.120).
En cuanto a la hora de intervenir y entrar en vínculo, Lapierre y Lapierre
(1982) establecen que con el sujeto, “Tenemos que estar a la escucha del cuerpo
(…) como estaríamos a la escucha de sus palabras, y dejarle el tiempo de ‘hablar’
antes de responderle”. (p. 36).

De esta manera, es que se concluye la necesidad de que el psicomotricista


sea consciente de la importancia de los canales de comunicación no verbal, y de
que todo el cuerpo comunica, para poder tender a una concordancia de lo que se
dice en todos sus canales de expresión, muchas veces teniendo que concientizar
sobre expresiones con raíz inconsciente.
Con el rol se trabajan ambos aspectos de la comunicación, teniendo que
pensar desde lo verbal, la forma en la cual nos dirigimos al otro, con que tonalidad y
volumen de voz, así como el lenguaje utilizado, que debe ser neutro y claro.

Debemos poder mantener al recibir al otro, una conducta y posición la cual,


nos habilite a entrar en contacto, generar un vínculo, partiendo siempre de la fluidez,
la comodidad y bienestar tanto de uno como del otro, considerando los aspectos
mencionados anteriormente.

Desde lo no verbal, en el sujeto se considerarán las posturas adquiridas, el


ajuste tónico, la mímica y los gestos realizados durante el movimiento, que
transmiten de igual forma o más que lo verbal al ser aquello que se le deja ver al
otro. Estos últimos, tienen la tendencia a ser más privilegiados por parte del
profesional, y se busca que sean mayormente favorecidos por parte de los usuarios.

35
Dentro de la sala, en psicomotricidad educativa, se realizan “juegos de placer
sensoriomotor”, juegos que, según la autora De León en De León et.al (2000) ,
llevan a una movilización de lo imaginario. Es así que basado en esto, se
desarrollaron variadas técnicas de trabajo corporal.
Se hace énfasis en el contacto del niño cuerpo a cuerpo con otro, a través de
actividades lúdicas en movimiento, donde se pueda encontrar placer y comodidad,
así como plenitud al vivenciar el propio cuerpo como una totalidad.
Con este tipo de situaciones y juegos, se busca y tiene como fin que el niño
encuentre al otro, y de esta forma entre en relación abriéndose a la comunicación
con este, haciendo que el placer sensoriomotor sea compartido.

La psicomotricidad permite tomar al cuerpo, los gestos , el movimiento, tono,


el espacio, las posturas, los objetos y el tiempo como el decir corporal del sujeto.
Este decir es uno que comunica, y que por lo tanto habilita el poder conocerse, así
como el poder expresar y darse a conocer, por ende vincularse, y entrar en relación.
Se observará de esta manera tanto en los usuarios como en los mismos
profesionales: qué se dice (contenido), cómo se dice (tiempos, volumen, tono de
voz, etc.), cuándo (ajuste o no al momento de la sesión, clima, etc.) y a quién
(características de la población, roles, etc.).

36
Viñeta 4: Estimulación Psicomotriz I

Asignatura y docente marco del trabajo seleccionado: Estimulación Psicomotriz I, a


cargo de: Lic. María Noel Sotelo y Mag.Daniel Rivero.

Título del trabajo y momento del año realizado: “Sesión Maternal”, realizado en el
mes de Junio de 2015 en el Centro de Atención a la Infancia y la Familia “Los Pitufos”

Objetivo y contenidos destacados del trabajo: Llevar adelante una observación


psicomotriz de los bebés presentes. Trabajar con los parámetros psicomotrices
observados y destacar aspectos de la intervención realizada por el adulto durante el
desarrollo de la sesión.

Enfoque del análisis: Se tomará como central en este análisis el relacionamiento entre
adulto-bebé, haciendo especial énfasis a las formas de comunicarse-vincularse de cada
uno. Se remarcará también el rol del psicomotricista dentro de la sesión y se hablará del
centro como espacio de contención.

Ejes seleccionados: Vínculo, Estrategias con la familia desde el rol.

Análisis 4:

El siguiente análisis corresponde a la práctica de la materia Estimulación


Psicomotriz. La misma, se centra en la intervención con niños de 0 a 3 años, y tiene
como objetivo potenciar el desarrollo psicomotor de los mismos, dándole al cuerpo
un lugar protagónico, siendo un lugar de placer así como de conocimiento para
estos.
Se trabaja desde la Atención Temprana, la cual describe aquellas
intervenciones terapéuticas y educativas, que están dirigidas y son realizadas con
niños entre las edades mencionadas.
En el Libro Blanco de Atención Temprana (2005) según Valcarce (2000), esta
es definida como el conjunto de acciones que se orientan a la prevención e
intervención de forma asistencial, con niños que se encuentran en situaciones de

37
riesgo o vulnerables, presentan alguna discapacidad o un trastorno universalmente
reconocido.
[…] la infancia temprana, y en particular el período que abarca
las edades de 0 a 3 años, es cualitativamente más que el comienzo
de la vida, es, en realidad, el cimiento de esta […]. (UNICEF, 2009).

Autores como Sánchez y Llorca (2008), remarcan que en esta edad, el bebé
transita por una construcción de su propia imagen, diferenciando lo que es interno
de lo externo. Debido a esto, es que al trabajar desde este tipo de intervención se
busca ofrecer al mismo estímulos y sensaciones, experiencias, que sean relativas y
correspondientes a su propio cuerpo como también al mundo exterior.

La sesión se llevó adelante con un grupo de niños correspondiente al grupo


maternal, los cuales se encuentran en las edades entre el año y los dos. Se
priorizaron como objetivos principales la integración y la exploración a través de una
actividad de llenado-vaciado y trasvasado con botellas, porotos, fideos y tapitas.
Se encontraban los niños jugando, supervisados por una compañera que
intervenía y por mi, que cumplía el rol de observadora.

Al ser este trabajo una observación dentro de una sala maternal, se


considera relevante mencionar lo que significa la observación en psicomotricidad.
Tomando a García Olalla (2000), la Observación Psicomotriz corresponde a
un proceso de selección y estructuración de los datos de la experiencia. Aquí el
objetivo es construir redes de significación a partir o por medio de un modelo interno
o un marco de interpretación.
A su vez, esta, no solo es una operación perceptiva, selectiva e interpretativa,
sino que también constituye una metodología para la sistematización de la recogida
de datos/información. Es una estrategia central en el ejercicio del rol como
psicomotricistas.
La observación, según García Olalla (2000), implica una actitud de
receptividad y de sensibilidad, una competencia para poder captar y dar significados
a las acciones de los otros. Se observa para comprender y poder de esta manera,

38
situar mejor nuestra intervención. La comprensión supone la búsqueda de
significados y de intenciones en la acción del otro y también en nuestra acción.

Así como herramienta para guiar y sistematizar la observación de la


expresividad motriz, se utilizan en psicomotricidad los parámetros psicomotrices.
Se entiende a los parámetros psicomotrices como la herramienta a través de
la cual el psicomotricista observa la expresividad motriz, la cual permite y habilita,
tras una lectura de simbología, el plantear hipótesis y realizar intervenciones.
A partir de la metodología que sea utilizada, el psicomotricista observa estos
parámetros los cuales son reveladores y hablan de la calidad de las relaciones del
individuo con su alrededor (el mundo) y a su vez consigo mismo.
Siendo así las relaciones: consigo mismo, con el tiempo, con el espacio que
lo rodea y con los pares (los demás), como con los adultos presentes.

Dentro de la sesión maternal, se observa la expresividad motriz del niño.


Esta, según Arnáiz y Bolarín (2000), remarcan que el ser humano es el único ser en
el cual todas las estructuras (motriz, afectiva, cognitiva) se encuentran íntimamente
ligadas. Es la forma peculiar en la cual el niño se muestra en el mundo, con la cual
se deja ver ante los demás.
El bebé dentro de la sala se expresa desde la espontaneidad, y de una forma
auténtica. Este despliega su gestualidad, sus emociones, producciones y
manifestaciones, las capacidades motrices que posee, la forma en la cual se
relaciona con el espacio a su alrededor, los objetos y los otros (pares como adultos).
A partir de la observación de los parámetros psicomotrices y la expresividad
motriz del niño, el psicomotricista podrá interpretar y comprender al mismo,
contando con los insumos que son necesarios para una adecuada y ajustada
intervención con este.

La Estimulación Psicomotriz, se encuentra ubicada dentro del primer nivel de


prevención. La misma, se define según Derrault (1991), tomada por Menéndez et.al.
(2017), tiene el objetivo de “impedir la aparición de signos de inadaptación y fracaso

39
consumados [...] en una correlación con las acciones médicas correspondería a las
que impiden la aparición de los signos de enfermedad” (p.118).
Correspondiente a lo mencionado anteriormente, se toman a los signos de
alarma como relevantes a nombrar aquí. Con los parámetros psicomotrices, al
observar al niño, se habilita a detectar estos signos, los cuales reflejan que algo
llama la atención. Al detectarlos, podemos llevar adelante un seguimiento y una
intervención a tiempo, evitando que se generen y aparezcan a futuro alteraciones en
el desarrollo psicomotor del niño.

Partiendo de que el centro es un CAIF, conviene mencionar características de


este. Se remarca acerca del mismo, que permite el poder trabajar con las familias
de los niños, abordando a estas desde ciertos objetivos.

En cuanto al concepto, siguiendo a Gil y Cambón (2014), se entiende al “Plan


Caif” como una política pública del Estado Uruguayo, el cual da respuesta a
diferentes temáticas dentro de la primera infancia, asegurando los derechos y las
oportunidades. Estas organizaciones contribuyen a superar las desigualdades y las
inquietudes que puedan estar presentes.
Desempeñarse en un centro de atención a la primera infancia
y, en particular, en un Centro CAIF, implica trabajar con niños y niñas
de 0 a 3 años y sus familias, integrantes de una determinada
comunidad, en un contexto social definido.. (Nina Billorou y Ximena
Iannino (2012) Gestión humana para el cuidado de la primera
infancia. Un aporte desde los centros CAIF. Montevideo: Uruguay)

Al centro mencionado en la viñeta del trabajo (“Caif Los Pitufos”), se lo


considera un espacio de contención, en donde se puede resguardar la historia
personal de cada familia. El mismo, habilita a la participación de esta y a su vez,
funciona como lugar donde se generan estrategias favorecedoras para su desarrollo
tanto como del niño.
Tomando el concepto de Contención, la RAE (2014), se define a la misma
como la acción y el efecto de contener o contenerse uno mismo. Esto refiere a la
idea de que un objeto quede encerrado dentro de algo, así como al concepto de
incluir, definido por la RAE (2014), como el poner algo o alguien dentro de una cosa

40
o lugar, de un conjunto , o dentro de sus límites. Tiene que ver con varias acciones y
propuestas a través de las cuales se busca brindar ayuda y garantizar el bienestar
de las personas.

Considerando la edad presentada en la viñeta, la primera infancia, nos


encontramos con la gestualidad como el componente no verbal privilegiado en la
comunicación.
Entendiéndose aquí, a la Comunicación no verbal, según Knapp (1982),
como “...todos los acontecimientos de la comunicación humana que trascienden las
palabras dichas o escritas.” (p.41). Se destacan dentro de esta los gestos, las
expresiones, los movimientos corporales, el contacto visual… todos una serie de
señales que son de gran importancia a la hora de entrar en relación con otro.
La autora sostiene que los gestos emitidos, ya desde la relación bebé-adulto,
provocan tanto en uno como otro, sensaciones y emociones, que generan un
intercambio a la vez que cada receptor adjudica significaciones a lo que recibe.
Se remarca en relación a esto, el concepto de “Diálogo Tónico” propuesto
por De Ajuriaguerra, reconociendo al mismo como la matriz de la comunicación.
Se lo considera a este:
...la relación que establecerá el niño desde que nace con el mundo
que lo rodea (...) se refiere al primer lenguaje, al primer diálogo que el
niño establece con la madre y en el que los mensajes recibidos por el
niño se han transmitido por la vía del afecto y las emociones.
(Ajuriaguerra, J. 1984. p 113)

En cuanto al psicomotricista y su forma de comunicarse desde el rol, se


destaca que este desde su ‘empatía tónica’, se inscribe en una actitud de escucha
que favorece a la comunicación, al mismo tiempo que mantiene una distancia
encontrándose dentro de una atmósfera que es segura y ajustada.
Se destaca sobre las intervenciones realizadas por la estudiante durante la
sesión: la planificación previa en primer lugar, la cual fue acorde a la edad de los
niños, presentando una actividad correspondiente.
En segundo lugar, se remarca que en una instancia la estudiante recurrió a
balanceos, los cuales funcionaron de sostén para el niño. Este tipo de acción

41
corresponde a los juegos de crianza de sostén, propuestos por Calmels (2007),
donde los balanceos forman parte.

Correspondiente al trabajo con las familias, se debe considerar que toda


Intervención Psicomotriz, comienza desde una entrevista inicial que se tiene con
los padres. Luego, el desarrollo de la intervención es un proceso continuo y
sostenido a lo largo del tratamiento.
No solamente se busca un intercambio de la información sobre el
desenvolvimiento del niño en los diferentes espacios, sino que el objetivo es lograr
un proceso con transformaciones, habilitando a la exploración y apropiación
corporal.

En estas instancias de contacto con las mismas, se les comunica desde un


lenguaje propio de la disciplina y con tacto, no juzgando ni sacando prejuicios,
acerca del desarrollo de sus niños. El desafío del psicomotricista aquí, es al ser un
“especialista del desarrollo psicomotor” no caer en una postura de saber absoluto.
El saber teórico y la experiencia del profesional son interrogados a la luz de la
singularidad del sujeto, de la familia, del contexto y de su historia.

Es necesario, como psicomotricistas, aproximarnos e informarnos acerca de


la posición que tiene el cuerpo del niño dentro de la familia, y conocer como dicha
posición se fue construyendo con el paso del tiempo.
A su vez, nos interesa el fortalecer a los padres dentro de su rol, así como
favorecer en estos un reposicionamiento del cuerpo de su hijo, un descubrimiento
de nuevas modalidades de relación que lo aseguren en sus posibilidades, y que
favorezcan los aspectos de la comunicación , el aprendizaje y la autonomía.

Particularmente, en Estimulación Psicomotriz, los psicomotricistas se dirigen


a los padres o familiares en instancias como son las entrevistas y visitas al hogar, en
caso de ser necesarias.
Lo importante y a tener en cuenta para cada caso particular, es mantener una
actitud que no provoque interferencias o el cierre de la comunicación, evitando que

42
en próximos encuentros los padres tiendan a omitir u ocultar información, incluso
tergiversarla para no ser, de esta forma, enjuiciados o culpabilizados.
Un contexto donde haya diálogo y preguntas que den lugar a la reflexión,
crean una forma de intervenir que ayuda y facilita el que los padres puedan
cuestionarse a sí mismos, sin sentir culpabilidad, y encontrar nuevas formas de
relacionarse con su hijo.

Concluyendo, se entiende que los centros CAIF ayudan a promover la


educación de los niños, su bienestar, un desarrollo integral, la estimulación
temprana y fortalecer los vínculos y las capacidades parentales, trabajando con la
participación tanto del niño, la familia y la comunidad.
Como objetivo principal, y desde la intervención que es realizada en atención
temprana como abordaje con el bebé, se busca un desarrollo armónico del mismo,
considerando sus posibilidades y limitaciones, y contextualizando a este dentro de
su vínculo con los referentes primarios y el ambiente que lo rodea.
Así, un seguimiento de este tipo, permitirá una intervención directa y
personalizada con el niño y su familia, pudiendo abordar en profundidad el caso
tratado. Se intervendrá en aquellos elementos correspondientes al vínculo y al
ambiente , desde un abordaje que comprenda a la globalidad del niño, en búsqueda
de promover y acompañar a su desarrollo psicomotor.

43
Viñeta 5: Psicomotricidad IV

Asignatura y docente marco del trabajo seleccionado: Psicomotricidad IV, a cargo


de: Lic. Carmen Cal.

Título del trabajo y momento del año realizado: “Análisis de datos relevantes de un
niño”, realizado el 6 de junio de 2019.

Objetivo y contenidos destacados del trabajo: Seleccionar y analizar datos


relevantes de la historia vital de una niña de 9 años (J.V), a partir de datos obtenidos
en entrevistas con la madre y un informe psicopedagógico. El fin: conocer más
profundamente a la niña y su historia para la elaboración del mismo.

Enfoque del análisis: Tomar como base el caso para destacar la importancia del
vínculo y la familia durante la crianza.
Se hará mención a su vez al proceso de constructividad corporal de González (2009),
remarcándose la fase del cuerpo tónico en cuanto a primeros contactos y lazos de la
familia con la niña.

Ejes seleccionados: Vínculo, Familia.

Análisis 5:

Se partirá en este análisis, de recordar los datos relevantes del caso


presentado para la realización de este trabajo.
En la historia particular de la niña (J), se destaca la presencia de dificultades
en el aprendizaje, un proceso de separación-individuación con dificultades,
una lenta y difícil adaptación escolar, una movilidad escolar permanente, y una
angustia reactiva frente a la separación parental. Estos datos fueron detectados
a partir de un informe de evaluación y una entrevista con la madre.

Para comenzar, se hará énfasis en las características vinculares entre los


padres de J y esta, y el rol familiar así comopresentes en el caso. Las mismas se
abordarán considerando las condiciones emocionales en las cuales se encontraba J
al momento de separarse de sus padres entrando en la guardería, a los 2 años,

44
generándole angustia llevando a que asistiera de forma casi nula a la misma en
cuanto a tiempo y forma. Lo mismo, se creería haber condicionado la adaptación a
la institución, siendo esta una lenta y dificultosa, lo cual sucede nuevamente en la
etapa escolar, a los 7 años, edad en la cual ocurre el suceso de la separación
parental.
Se interpreta y cuestiona que lo mencionado, influyó en el proceso de
separación-individuación de la niña con sus padres con el paso del tiempo, ya que
esta debió enfrentarse no solo a la ausencia de estos durante el tiempo escolar sino
que a su vez a la separación de estos como pareja.

Considerando el vínculo presentado por J con sus padres, se destaca el


concepto de Apego, el cual es definido por la RAE (2015), como la “Afición o
inclinación hacia alguien o algo”.
La llamada Teoría del apego, es aquella forma de conceptualizar lo que se
refiere a la tendencia de los seres humanos a crear lazos afectivos fuertes con
determinadas personas en particular. Bowlby (1977), explica la teoría partiendo de
esta tendencia, y plantea que estos vínculos establecidos son selectivos y
duraderos. A su vez, defiende la postura de que la alteración de los mismos pueden
ocasionar emociones fuertes en el individuo.
Se rescata aquí, desde lo personal, que el apego no está relacionado con
cualquier tipo de vínculo, sino que este hace referencia al generado con aquellas
personas que son importantes para el sujeto, es decir, personas que portan cierto
significado emocional para el mismo, en este caso siendo para J sus padres.

También es importante (en cuanto al concepto anterior), diferenciar a la


conducta del apego con el vínculo de apego, siendo la primera una forma de
conducta resultado de la proximidad con ese otro especial, mientras que el segundo,
corresponde a ese lazo afectivo con personas significativas en la vida del sujeto,
vínculo que lo lleva a buscar proximidad con las mismas, un contacto, mas que nada
en situaciones de inseguridad. Se entiende así, que uno va de la mano con el otro,
siendo recíproco, bidireccional.

45
Bowlby (2012), remarca que, frente a un suceso como es la separación del
niño (en este caso niña) con sus figuras de apego, genera una consiguiente
afectación en el estado natural de este, haciendo que aumente su ansiedad, que
haya padecimiento, sufrimiento y desapego emocional frente a sus referentes.
En relación a esto Bowlby (1976), establece a su vez, que la pérdida de la
figura materna, sea esta por sí misma o en conjunto con otras variables, puede
producir en el niño reacciones y procesos que ofrecen un mayor interés para la
psicopatología. (p.17)

Relativo a la angustia de J, reactivada a partir del suceso de la separación


parental, se toma a Fariña, Ramón, Dolores y Novo (2003), quienes plantean que un
evento como la separación es considerado estresante, y que puede provocar en los
miembros de la familia un desajuste general, especialmente en los hijos, los que no
presentan habilidades suficientes desde lo cognitivo y conductual, para poder
afrontar la situación, haciendo que se pueda ver afectado el aspecto emocional.

En cuanto a las dificultades expresadas a nivel escolar, según Rodriguez


(2010), el que haya una separación dentro de la familia, puede llevar a una serie de
eventos negativos consecutivos, ejemplo la exposición del conflicto interparental,
que haya una pérdida del tiempo compartido con los hijos, que se interrumpan las
relaciones del niño con los compañeros y una posible afectación del éxito
académico.

Se observa sobre J, que su proceso de desarrollo fue evolucionando


lentamente, presentando mejoras en el aspecto del aprendizaje, pero a su vez
descensos generados por el suceso de la separación parental, causando que el
mismo retrocediera nuevamente, por ende un proceso irregular.
Así, las dificultades manifiestas en el proceso de desarrollo vinculadas al
aprendizaje y los problemas visualizados sobre el área social-afectiva descritos en
el caso, se podrían relacionar con el contexto familiar, las relaciones establecidas,
las decisiones tomadas durante la crianza y la poca permanencia dentro de una
misma institución escolar.

46
Cabe hacerse preguntas y cuestionar el vínculo establecido por la niña tanto
con su madre como padre en los momentos previos a la separación así como en los
siguientes, y el como han transcurrido los mismos, datos importantes en relación a
lo mencionado y los cuales no son especificados dentro del caso e historia de J.

Para seguir profundizando, se tomará a Bronfenbrenner (1987), quien plantea


la teoría ecológica del desarrollo, la cual concibe al sujeto inmerso en sistemas que
influyen y condicionan su desarrollo.
“La ecología del desarrollo humano comprende el estudio científico de la
progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en su desarrollo, y las
propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en
desarrollo” (p.40). Este ambiente ecológico es percibido como una serie de
estructuras concéntricas, en las que cada una cabe dentro de la siguiente.
Las estructuras se denominan: microsistema, mesosistema, exosistema y
macrosistema. Se destaca aquí en este caso presentado, la importancia del
microsistema, el cual corresponde según el autor, a las actividades, los roles, y las
relaciones interpersonales que experimenta el individuo en su entorno inmediato,
aquel en el cual pueden interactuar y estar en contacto las personas cara a cara.
Al inicio de la vida, componen su microsistema las personas pertenecientes a
la familia y el propio hogar, pero luego el microsistema se extiende hacia la escuela
y el grupo de pares.
Esta estructura es considerada la de mayor peso en la vida del sujeto, ya que
involucra el comienzo de la vida, las primeras experiencias, y a su vez, es el
ambiente que el niño tiene mas cercano a él, haciendo que sea el mas incidente en
su desarrollo, y una base para la construcción de su futuro.

La familia presenta un papel fundamental, es el mas importante microsistema


(a decir de Bronfenbrenner). Se la considera el principal factor incidente en el
desarrollo global del niño, y que este sea adecuado y se encuentre en sanas
condiciones, va a depender de la forma en la que la familia enfrente los factores de
riesgo como de protección que haya presentes en el hogar y los respectivos
contextos.

47
Importa remarcar aquí, la posición de los padres frente a estos, y el abordaje
que hagan de los mismos con las herramientas que poseen, así como las
propuestas, ejemplo las actitudes para priorizar el cuidado, permitiendo que se
pueda transitar el proceso de la mejor manera posible y así brindar una adecuada
crianza y educación a su niña, privilegiando el bienestar por sobre todas las cosas.
Se interpreta que es de carácter esencial conocer acerca de la familia del
sujeto con el cual se trabaja, así como de la estructura mencionada, el ambiente
dentro del cual crece el sujeto y donde se desarrolla y desenvuelve cotidianamente,
para luego entrar en el conocimiento y abordaje de su expresividad motriz.

Es relevante, traer a los conceptos de factores de riesgo y protección. Los


primeros, son las condiciones que aumentan la posibilidad de que aparezcan ciertas
situaciones que puedan comprometer y generar un daño, en el desarrollo no solo
personal sino que también social del sujeto. Los segundos, por otro lado, son las
influencias que puedan provocar una mejora en cuanto a la respuesta del sujeto
frente a los riesgos, es decir, aquellas condiciones que favorecen y benefician el
desarrollo del mismo. Estos son tomados por Rodrigo et.al (2008).
En el caso presentado para el trabajo, pueden remarcarse y visualizarse
como de riesgo la movilidad escolar constante de J, generando rupturas en el
proceso de aprendizaje de esta y la separación parental a la edad de 7 años de J,
un suceso traumático para ella, evidenciándose esto en la influencia del mismo a
nivel emocional, incidiendo en su rendimiento escolar.
En cuanto a los de protección, se destacan el embarazo bien controlado y
tolerado, un desarrollo neuropsíquico sin particularidades, la seguridad afectiva
presente en su clima familiar, el uso de los servicios tanto de salud como de los
sociales, y la asistencia a la institución educativa. Los autores destacan el análisis
sobre estos factores, encontrados en el microsistema, el cual es priorizado con
respecto a los demás.
En base a lo mencionado, se destaca que trabajar con las familias de los
niños, dentro del ámbito psicomotriz es de gran importancia. Nos habilita una visión
mas amplia a la expresividad del niño y al síntoma que se pueda ver reflejado a
partir de ésta.

48
Otro concepto de importancia para el caso, es el de Proceso de
Constructividad Corporal, planteado por González.
Según González (2009), el Cuerpo es el lugar particular de integración
neurofisiológica-psíquica a lo largo de la historia del sujeto, el cual configura (en una
unidad relacional) todo lo que se significa estructurando al sujeto. La autora plantea
que, como especie humana, no logramos obtener un conocimiento de nuestro
propio cuerpo sin otro que nos acompañe durante este aprendizaje. El cuerpo así es
una construcción que se realiza en y para la relación con el otro.
González (2009), plantea 3 fases a través de las cuales se da este proceso
de construcción: cuerpo tónico, cuerpo instrumental y cuerpo cognitivo.
Destaco en el caso de J, la primera de las fases, correspondiente al cuerpo
tónico (fase donde se trabaja con las funciones maternales, el sostén, el manejo
corporal, entre otras).
Es una fase caracterizada por el desarrollo de la estructura refleja y la
organización tónico-postural. Las modificaciones experimentadas y evidenciadas en
el tono, caracterizadas según las respuestas del otro, van conformando un primer
código de comunicación entre sujeto y medio, un código tónico-postural, propio y
singular de cada uno. El tono, es el que hace posible la primera modalidad de ser en
el cuerpo, aprehender sobre sí y sobre el otro, y es por ello que esta estructura
tónico-postural, es el primer índice del PCC y una fase significativa aquí.
Se puede decir que en esta fase, se encontrarían ubicadas la forma en la
cual J y su madre llevaron los primeros momentos de relación y adaptación una a la
otra, siendo importantes aspectos como la función de la madre en cuanto al sostén
brindado, el manejo y la manipulación de J, junto a los primeros acercamientos de
esta a lo que la rodea, aspectos relevantes del PCC a ser cuestionados.

Calmels (2009), por su lado, destaca que este proceso se da a lo largo de


todo el ciclo vital, remarcando que los primeros años de vida son fundamentales:
En los primeros cinco años de vida se construyen las bases
del cuerpo y de sus manifestaciones, que tendrán una configuración a
nivel de la imagen- imagen del cuerpo- particular, única y original, y
en la construcción de un esquema corporal, que permite
especialmente la localización del cuerpo en sus segmentos y
articulaciones, así como el accionar eficaz sobre los objetos y el

49
medio circundante…La alteración en la construcción de las
manifestaciones corporales funcionaría como un indicador de
anomalías en el desarrollo. (Calmels, D., 2009, p. 18).

En referencia al manejo de la historia de la niña en particular y tomando como


punto de partida a Henig (2017), la actitud a tomar siempre cuando se trata con un
caso clínico de un niño y su familia (ya sea desde lo presencial o al abordar un caso
escrito), no se debe caer en suposiciones, ni simplificar las cosas.
Se debe tratar siempre de estar en una constante interrogación y contar con
el hecho de que no van a haber respuestas para todo. Mantenerse así, habilita a
que se pueda percibir la diversidad y la singularidad de cada historia y niño en
particular, así como de su contexto vital de desarrollo. Esto es lo que se llama la
singularidad del síntoma psicomotor.

Destaco desde lo personal, el haber tratado con casos e historias de diversas


situaciones familiares, pudiendo aprender y adquirir no sólo conocimiento, sino que
también (y lo mas importante) experiencias, sobre el abordaje de los mismos.
Desde una perspectiva futura, la experiencia adquirida en el estudio y análisis
de los casos desarrollados durante el transcurso de la licenciatura, me brindará las
herramientas necesarias para el abordaje de los casos que me sean presentados al
momento de ejercer como psicomotricista.

50
PROYECCIONES A FUTURO Y ÁREAS DE INTERÉS PERSONAL:

En este apartado, como finalización de este trabajo, serán abordadas las


áreas de interés para el ejercicio del rol profesional como psicomotricista a futuro,
señalando aquellas áreas en las cuales quisiera trabajar de aquí en mas.
También se hará mención acerca de la relevancia de los ejes que han sido
seleccionados para el trabajo con estas áreas. Y a su vez, se realizará una reflexión
acerca de los aspectos observados en la práctica los cuales se presentan tanto
como fortalezas así como aquellos que se presentan como debilidades o aspectos a
mejorar.

Cuando ingresé en la Carrera de Licenciatura en Psicomotricidad, entré con


cierta noción de lo que era, sabiendo que consistía en el abordaje del sujeto desde
el nacimiento hasta la vejez partiendo de una intervención tanto psicológica como
corporal. Si bien eso me motivó, lo que me hizo dar el salto luego de adentrarme
más en ella fue el hecho de poder acompañar al sujeto durante el proceso, entrando
en relación con él y buscando a través de la intervención favorecer y promover su
desarrollo en base a sus necesidades y posibilidades.
También es destacable el poder con la misma buscar su adaptación al
entorno de la mejor manera posible y ver los progresos tanto en él como en su
desarrollo con el tiempo.

En referencia a las áreas que son de mi interés y llaman mi atención, son las
respectivas a la Primera Infancia y la Intervención con la Familia.

En cuanto a la población elegida, destaco que esta ha sido a lo largo de mi


proceso de formación la cual me ha atraído en mayor forma frente a las demás que
he tenido la oportunidad de vivenciar (escolares y adultos mayores). Noto que con el
paso de los años he ido fortaleciendo más y más mi relación con la misma, y que
me siento con motivación a la hora de llevar adelante una sesión con estas edades
(0 a 5 años).

51
Considero a su vez que ha sido la población con la cual he aprendido más a
lo largo de los años cursados y siento que esto se ha podido ver reflejado no solo en
mis actitudes y expresividad tanto verbal como corporal al desempeñar el rol, sino
que también a la hora de realizar los trabajos, tanto individuales como en equipo.

En relación al área de trabajo con la familia, remarco en especial el vínculo y


la interacción del niño con esta, ya sea la madre, el padre o quien cumpla con dicho
rol de cuidador durante los primeros años de vida.
Esta es una etapa con un gran peso en el desarrollo posterior del sujeto por
la carga de aprendizaje que posee y el gran componente afectivo. El niño aprende
de lo que ve y siente, dentro del hogar con su contexto mas cercano, su familia, por
ende forma sus primeras relaciones vinculares y sociales con esta.
Este, se va conociendo y descubriendo a sí mismo pero también sucede lo
mismo con el mundo, aquello que se encuentra a su alrededor. Transita por una
etapa basada en la exploración, construcción y apropiación (tanto de investimento
como de uso). Aquí se considera el papel que cumple la figura materna o de apego,
ya que es su primer lazo y contacto con el mismo.

Personalmente me interesa mucho la modalidad de interacción en los


primeros vínculos, siendo esta la comunicación no verbal, aquella desprovista de
palabras, donde privilegia el uso del cuerpo.
Si bien en los primeros años de vida hay presencia de vocalizaciones por
parte de la madre/el adulto y sonidos que son realizados por parte del bebé, esta es
la etapa en donde predomina la gestualidad, donde se genera el diálogo y se da la
interacción a través de un intercambio de ida y vuelta, un estímulo-respuesta entre
ambos, con el uso del cuerpo como recurso privilegiado, por medio de gestos,
miradas, mímicas y la representación, los cuales son mediadores no verbales de la
comunicación.

En cuanto a los ejes que he seleccionado, considero que en estos se


encuentran reflejados todos mis intereses para el trabajo a futuro. A su vez, entre
ellos se interrelacionan, remarcando que uno va de la mano con el otro.

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Comunicación no verbal, Vínculo y Estrategias con familias desde el rol,
son tres ejes que se encuentran presentes en el abordaje e intervención psicomotriz
de la Primera Infancia.
Comunicación no verbal, siendo esta la capacidad de transmitir y
comunicar, dar un mensaje, a través del uso del cuerpo como recurso privilegiado y
desprovisto de palabras. Corresponde al lenguaje propio y característico de la edad
seleccionada, la primera infancia, y en la misma se interpreta y puede reflejar lo que
el sujeto es, y aquello que siente.
Vínculo, siendo un concepto esencial al trabajar con primera infancia y a
través del cual se establecen relaciones con el mundo con todos sus componentes,
así como con las personas y objetos que se encuentran en él.
Este además, es de relevancia en cuanto a abordar al niño o sujeto
dependiente de la edad, y a sus respectivos tipos de relaciones: con su familia
(principalmente la madre o figura materna como el primer vínculo establecido, el
vínculo primario), con los objetos con los cuales el sujeto se encuentra, con el
espacio alrededor, la relación consigo mismo y la que se da con los demás.
También importa mencionar aquí la relación terapeuta-sujeto, en cuanto al
vinculo terapéutico con el terapéuta y el que este tiene con el sujeto, destacándose
a su vez aquí el vínculo del terapeuta con la familia.
Estrategias con familias desde el rol, desde el poder con la planificación e
implementación de estas, favorecer, en una colaboración con los familiares y/o
referentes del sujeto, el desarrollo y seguimiento no solo de él mismo sino que
también de su contexto, en cuanto al trabajo dentro del hogar en base a lo
intercambiado y sugerido.

Desde lo personal, en relación al rol psicomotriz, considero que he ido


aprendiendo mucho. Todo el proceso de formación así como la realización de este
trabajo me han hecho pensar a fondo en mi, desde los aspectos personales así
como los profesionales.
Hoy día, me encuentro trabajando desde el mes de febrero en un jardín como
educadora junto a una maestra con niños entre el año y medio y los dos años de
edad.

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Desde que finalicé la Carrera me encargué de buscar lugares de trabajo
donde pudiera continuar con mi formación mientras me encontraba realizando este
trabajo. Quise centrar mi atención en esta edad correspondiente a la primera
infancia, pudiendo tomar el papel de acompañar el proceso de desarrollo escolar,
los cuidados que este requiere y demás.
Para este rol he adaptado todo aquello que he aprendido y más, continuando
el estudio sobre el tema y la población día a día, siendo de ayuda el hacerlo.

Considero que hoy en comparación hace unos años, presento una diferente
perspectiva acerca de la infancia y esto puedo verlo reflejado en mi forma de recibir
al niño, las posturas que opto por tener frente a estos, y el posicionar mi cuerpo a
nivel de presencia y actitud frente a al grupo y/o las personas con las cuales he
tenido que trabajar (equipo de maestras y educadoras, así como padres de los
niños).
Sumo a esto el saber cuándo y como acercarme o alejarme, así como el
cuándo decir o no algo. Quiero destacar en este párrafo, que el haber tenido que
duplicar algún año, fue a fin de cuentas algo beneficioso. Por más de haberme
alargado el proceso, me recargó la experiencia que me hacía falta adquirir en ese
momento.
Estas cuestiones mencionadas serán un estudio y formación constante, ya
que es fundamental mantener el conocimiento en modo activo, para cada vez
aportar algo mejor.

Considero que mi formación debe seguir de aquí en mas, ampliando mis


conocimientos y perfeccionando mis competencias tanto personales como
profesionales, trabajando en las que ya están adquiridas así como en las que están
flojas.
Además de seguir mejorando aspectos como son las debilidades marcadas,
en cuanto a el manejo y uso de la voz, el posicionarme como un símbolo de ley y
seguridad, así como el trabajo de la capacidad de descentración emocional, siento
necesario el reforzar mis conocimientos teóricos para poder, al ejercer como
psicomotricista en un futuro, no solo quedarme con lo práctico, sino que poder darle

54
un sustento al mismo desde la teoría, que tan necesaria es para un desarrollo
completo y adecuado de la intervención psicomotriz.
Me interesaría a su vez, como incorporación a mi formación, el poder en un
futuro vincular a la psicomotricidad con la música, actividad que disfruto en su
totalidad desde muy chica.

Concluyendo con este apartado, destaco el rol que han jugado tanto mis
compañeros como de mis docentes a lo largo de toda mi formación en esta carrera,
sin los cuales mi proceso no hubiese sido el que fue hasta hoy.
Me siento expectante a las nuevas oportunidades y vivencias futuras, con
mucha intriga por las experiencias y el aprendizaje que tengo por delante,
continuando con el desarrollo de esta hermosa profesión.

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