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Según la creencia científica, la vida en la Tierra comenzó como un organismo unicelular, el cual fue
evolucionando a través del proceso de selección natural por millones de años.La teoría fijista va en
contra de esta creencia, pues según esta teoría las especies vivas del planeta Tierra no han cambiado
de forma desde su creación.
Louis Pasteur
Pasteur fue uno de los científicos que jugó un papel más importante en la desaprobación de la teoría
del fijismo. Originalmente, Pasteur no se oponía por completo a las ideas de esta teoría, pero sus
investigaciones sirvieron para desarrollar la teoría de la evolución. Los experimentos de Pasteur
dieron bases a la ciencia para comprobar que no era posible la existencia de una generación de
especies espontáneamente.
Pasteur comprobó que los seres vivos descienden de otros seres vivos sin excepción. Esto solo deja
abierta la incógnita científica de cómo se generó la vida en
la Tierra.
Leyes
Con estas premisas formuló dos leyes básicas:
– En todo animal el uso frecuente de sus órganos fortifica sus funciones, mientras que el desuso
constante de los mismos debilita su potencia hasta hacerlos desaparecer.
– La genética se encarga de perpetuar, a través de futuras generaciones, las modificaciones que los
cuerpos organizados han tenido que experimentar para cubrir sus necesidades frente a los cambios
de su entorno.
Razonamientos de su investigación
Las circunstancias crean necesidades, estas crean hábitos, los hábitos producen modificaciones por
el uso o no de ciertos órganos o funciones, y la genética se encarga de perpetuar esas
modificaciones. Las cualidades de cada generación provienen de su propio esfuerzo interior, y sus
nuevas habilidades son heredadas a sus descendientes.
Ejemplo 1
Originalmente, las jirafas tenían el cuello como el de los caballos. Suelen vivir en zonas donde es
frecuente la sequía, por lo tanto, la necesidad de adquirir las reservas de agua de las plantas creó el
hábito de alimentarse de los brotes tiernos de las copas de los árboles.
A lo largo del tiempo, muchas generaciones de jirafas necesitaron cubrir esta necesidad, que
provocó la modificación de la longitud de su cuello. Las jirafas de cuello más largo transmitieron
esta característica a sus descendientes y cada generación nació con un cuello más largo que el de
sus progenitores. Este proceso continuó hasta que el cuello de las jirafas alcanzó la longitud actual.
Filosofía zoológica
En 1809, Lamarck publicó un libro llamado Filosofía zoológica, que fue muy conocido en Francia e
Inglaterra, pero sus principios no fueron tomados en cuenta en la época. Su planteamiento contó con
opositores, como August Weismann (teórico evolucionario alemán), quien hizo un experimento
para tratar de descartar el principio del lamarckismo.
Cortó el rabo a sucesivas generaciones de ratones para demostrar que sus descendientes no nacían
sin rabo. En efecto, las nuevas generaciones nacieron con el rabo heredado de sus progenitores. Esto
fue una mala interpretación de la teoría de Lamarck.
El principal defensor de esta teoría fue el francés Georges Cuvier a principios del siglo XIX. Se
buscaba proponer una teoría que encajara con la Biblia, específicamente con el Génesis y con
acontecimientos como el Diluvio Universal.
La teoría catastrofista se contraponía a la teoría gradualista, la cual señalaba que la Tierra se formó
mediante procesos lentos, generando cambios imperceptibles que en tiempos geológicos tenían gran
impacto. Por ejemplo, la erosión de una montaña o la formación de un valle por la progresiva
acción de las aguas que escurren. Finalmente, los geólogos se inclinaron más hacia el gradualismo,
particularmente tras los planteamientos del naturalista inglés Lyell (1832), quien planteó que en el
pasado habían actuado los mismos procesos que vemos hoy, como la erosión y otros. Aunque la
teoría catastrofista fue abandonada, hoy en día los geólogos admiten que en la formación de la
Tierra pueden haberse dado algunos procesos catastróficos. Por ejemplo, impactos de grandes
meteoritos y erupciones volcánicas masivas.
Origen de la teoría
Los lapsos y los fósiles
La teoría del catastrofismo pretendía ajustarse al relato bíblico y a las
interpretaciones de su cronología, según lo planteado para esa época por el
arzobispo anglicano James Ussher (1650). Se proponía que la Tierra se
había creado en el año 4004 antes de Cristo, por tanto contaba con menos
de 6.000 años para ese momento.
James Ussher
Posteriormente, se ajustó la edad del planeta a 666 millones de años, lo cual aún dejaba poco
margen para explicar todos los fenómenos relacionados. En ese relativo corto tiempo, tenían que
haberse formado las grandes montañas, valles, planicies, ríos y lagos.
Los fósiles
Por otra parte, estaba el complicado problema de los fósiles (restos petrificados de animales y
plantas antiguos), ya que el siglo XVIII y principios del XIX se descubrió una gran cantidad.
Comenzaron a aparecer indicios de la existencia de diversos tipos de animales ya extintos.
La única forma de explicar los cambios que evidenciaba el registro geológico y el fósil, era que la
Tierra estaba sometida a catástrofes periódicas. Por tanto, estos fenómenos provocaron cambios
drásticos en relativo corto tiempo, lo cual coincidía con el relato bíblico del Diluvio Universal.
En cuanto a los fósiles, la teoría catastrofista se ajustaba bien a la idea creacionista, en la cual Dios
había creado animales y plantas, luego las catástrofes los extinguían y Dios creaba otros en
reemplazo. A esto se le llamó teoría de las creaciones sucesivas por el norteamericano Louis
Agassiz. Por ejemplo, grandes inundaciones planetarias como el Diluvio Universal cubrían la
Tierra, arrastraban sedimentos y destruían montañas. Así le daban forma al planeta, mientras que
los animales y plantas habían quedado sepultados formando fósiles.
Georges Cuvier (1769-1832)
Esta teoría fue inicialmente sustentada por reconocidos naturalistas, biólogos y geólogos, como
Charles Bonnet (1769) y Jean-André de Luc (1779). Pero su máximo exponente fue el naturalista
francés Georges Cuvier con su obra Discurso sobre las revoluciones de la superficie del globo
(1812).
Su contraparte: El actualismo
El problema era que la teoría del catastrofismo no convencía a muchos geólogos, debido a que
observaban que los procesos que actuaban en este momento en la Tierra no eran catástrofes, sino
procesos graduales.
Veían que la lenta erosión cambiaba la forma de los terrenos o como los ríos iban formando valles y
planicies. Ante esto, Lyell en 1832 propuso una teoría llamada actualismo, la cual terminó siendo
aceptada. Esta señala que los fenómenos geológicos pasados fueron generados por los mismos
procesos que actúan hoy en día. Es decir, que son procesos como la erosión y los lentos
movimientos de los continentes los que le dan forma al planeta y no las catástrofes.
Neocatastrofismo
En 1980 Luis Álvarez y colaboradores propusieron la teoría
del impacto de un gran meteorito como la causa de la
extinción masiva de los dinosaurios. Por otra parte, se han
identificado otras grandes catástrofes como causa de
extinciones en masa de especies. Por ejemplo, erupciones
volcánicas masivas como causantes de la extinción del
Pérmico hace 250 millones de años. Ante esto, hoy en día los paleontólogos y geólogos toman muy
en cuenta las catástrofes para explicar el registro geológico y las extinciones masivas.
Se acepta que los acontecimientos geológicos normales se rigen por el actualismo, pero que también
inciden fenómenos catastróficos eventuales.
Principios del catastrofismo
La edad de la Tierra
Los catastrofistas parten de que la Tierra tiene una edad relativamente reciente, determinada en un
comienzo como no superior a 6.000 años. Posteriormente, en la medida que avanzaron los estudios
geológicos se llegó a estimar en cerca de 600 millones de años. Esto obligaba a explicar sus
cambios de forma mediante procesos rápidos, ajustados al relativo poco tiempo considerado.
Creacionismo
Concepto de la creación de Dios
Para los catastrofistas originales, las especies habían sido creadas por Dios en sucesivas etapas,
dependiendo de los períodos de catástrofes. Ocurría una catástrofe que extinguía a las especies
creadas dejando fósiles, y el sitio era ocupado por nuevas especies. Los fenómenos geológicos que
se observaban en la actualidad no son suficientes para explicar las discontinuidades del registro
fósil. Procesos como la erosión o el fluir de un río no podían explicar como desaparecían grandes
masas de especies en un tiempo relativamente corto.
Cambios súbitos
Explicar lo que se observa en las capas geológicas de la
Tierra, sobre todo los fósiles apareciendo periódicamente,
requería la ocurrencia de cambios bruscos. Por tanto, tenían
que suceder eventos repentinos, violentos y de gran
magnitud, es decir catastróficos.
Para los catastrofistas la orogenia (formación de montañas) y los ascensos y descensos del nivel del
mar ocurrían de forma casi instantánea. El catastrofismo acepta que entre una catástrofe y otra
actúan procesos lentos y graduales que contribuyen a dar forma a la Tierra. Sin embargo, le dan
prioridad a las catástrofes como causas primeras.
Teoría evolutiva
La aceptación de la teoría evolutiva por el mundo científico, dejó sin
bases la teoría creacionista en la que se basaba el catastrofismo. Las
especies actuales habían evolucionado de otras que se extinguieron,
no eran nuevas creaciones.
Uniformismo
La teoría del uniformismo explica que la evolución del planeta
Tierra es un proceso constante y repetible. El uniformismo es una
propuesta filosófica y científica, con orígenes en la ilustración
escocesa. Dicha teoría sostiene que los procesos naturales que han
tenido lugar a lo largo de la evolución de la Tierra han sido uniformes, constantes y repetibles. Es
decir, que los factores que los ocasionaron en el pasado son idénticos hoy día y suceden con igual
intensidad. Por lo tanto, pueden ser estudiados para comprender el paso del tiempo. El término
uniformismo no debe confundirse con la uniformidad.