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Evaluació n Nutricional
2021
Medidas de resumen
Las medidas de resumen nos permiten obtener un valor, el cual nos va a dar una idea rá pida
de la distribució n de los datos. Estas mediciones se pueden clasificar en tres grandes grupos:
medidas de centralizació n, medidas de posició n y medidas de dispersió n.
Medidas de centralización Expresan cómo se distribuyen los distintos datos en torno a un
valor central.
Media aritmética ( �𝗑 ): es el valor medio que toma la variable observada en una serie
de datos. Es un promedio que se obtiene sumando todos los valores de un conjunto de
datos y dividiendo la suma por la cantidad de observaciones realizadas.
Características:
Es un único valor que representa a todos los valores observados
Se expresa en las mismas unidades que la variable
Es sensible ante la presencia de valores atípicos o extremos
Ejemplo:
Se realiza un pesaje de una muestra de 10 estudiantes varones de sexto año de secundaria del
colegio
X. Se presentan los siguientes datos:
73kg, 68kg, 61kg, 58kg, 60kg, 63kg, 61kg, 57kg, 67kg, 65kg
73kg + 68kg + 61kg + 58kg + 60kg + 63kg + 61kg + 57kg + 67kg + 65kg= 633kg
633kg
= 𝟔𝟔𝟔𝟔, 𝟔𝟔𝟑𝟑𝟑𝟑
10
Ejemplo 2:
Se realizaron mediciones de talla a un grupo de 60 adultos mayores en el establecimiento X.
Determine la media aritmética de dichas observaciones.
Como vimos en el ejemplo anterior, para calcular la media aritmética se deben sumar cada uno de
los valores y dividirlos por la cantidad de observaciones realizadas.
Cuando tenemos un gran número de datos, el método visto se torna engorroso, por lo cual se
utilizará una tabla de frecuencias, representada de la siguiente forma:
xi ni xini
1,48 2
1,53 5
1,55 3
1,58 11
1,62 15
1,64 6
1,67 4
1,68 8
1,69 3
1,70 2
1,75 1
TOTAL 60
xi: representa los valores que toma la variable, es decir, los valores observados
ni: indica la cantidad de veces que se repite el valor observado (llamado frecuencia absoluta)
Paso 1: Multiplicar el valor observado (xi) por la frecuencia con la que aparece dicho valor (ni). Los
datos obtenidos se ubicarán en la última columna (xini)
xi ni xini
1,48 2 2,96
1,53 5 7,65
1,55 3 4,65
1,58 11 17,38
1,62 15 24,3
1,64 6 9,84
1,67 4 6,68
1,68 8 13,44
1,69 3 5,07
1,70 2 3,4
1,75 1 1,75
TOTAL 60
xi ni xini
1,48 2 2,96
1,53 5 7,65
1,55 3 4,65
1,58 11 17,38
1,62 15 24,3
1,64 6 9,84
1,67 4 6,68
1,68 8 13,44
1,69 3 5,07
1,70 2 3,4
1,75 1 1,75
TOTAL 60 97,12
97,12
= 𝟏𝟏, 𝟔𝟔𝟏𝟏𝑚
60
Entonces:
𝐗� = 𝟏𝟏, 𝟔𝟔𝟏𝟏𝑚
Mediana (Me): es el valor central del conjunto de datos ordenados. El 50% de los datos son
inferiores a su valor y el 50% de los datos tienen valores superiores.
Paso 2: Identificar el valor central que divide a las observaciones en dos partes iguales, quedando
un 50% de los datos de un lado y el otro 50% del otro.
(n+1)
Otra forma de realizar este paso es aplicando la fórmula , entendiendo a n como el número de
2
observaciones realizadas (15).
(n + 1) (15 + 1)
= = 𝟖𝟖
2 2
El valor que ocupe la 8va posición, será la mediana
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
2 5 5 6 6,5 7 7 7 7,5 8 8,5 9 9,5 10 10
Entonces:
Me= 7
Ejemplo 2:
Se evaluaron los exámenes parciales de 14 estudiantes de 4to año de secundaria de la escuela X.
Determine la mediana de las observaciones realizadas.
10
𝑛
Paso 2: Al ser un número par de observaciones, habrá 2 valores centrales: 𝑛
+1
2
y
2
𝑛 14
7+
7,5 = 𝟕𝟕, 𝟐𝟐𝟐𝟐
2
Entonces:
Me= 7,25
Moda (Mo): valor de la variable que tiene una frecuencia máxima, es decir que es el valor que
más veces se repite en las observaciones. La distribución puede tener más de un valor repetido,
por lo cual puede ser bimodal (dos modas), trimodal (tres modas), etc.
Características:
Ejemplo:
Se estudió un grupo de 12 personas que asisten frecuentemente a un café ubicado en la localidad de
Lanús. Se les preguntó su edad. Los datos obtenidos fueron los siguientes:
24 – 38 – 45 – 40 – 18 – 24 – 40 – 26 – 31 - 53 – 62 – 40
24 – 38 – 45 – 40 – 18 – 24 – 40 – 26 – 31 - 53 – 62 – 40
Entonces:
Mo= 40 años
Ejemplo 2:
Se estudió un grupo de 15 personas que asisten frecuentemente a un café ubicado en Lanús. Se les
preguntó su edad. Los datos obtenidos fueron los siguientes:
32 – 48 – 51 – 20 – 29 – 20 – 37 – 48 – 36 – 20 – 24 – 55 – 20 – 48 – 48
32 – 48 – 51 – 20 – 29 – 20 – 37 – 48 – 36 – 20 – 24 – 55 – 20 – 48 – 48
Entonces:
Medidas de posición
Este tipo de medidas (también llamadas cuantiles), tal como expresa su nombre, indican la posición
de una observación respecto a otras de un conjunto de datos. Las medidas de posición más
utilizadas son:
Cuartiles: consta de tres valores que dividen la muestra en cuatro partes iguales.
Primer cuartil (Q1): será la medida tal que el 25% de los datos sean inferiores a su valor y el 75% de
los datos sean superiores.
Tercer cuartil (Q3): marcará el valor tal que las tres cuartas partes de las observaciones sean
inferiores a él y una cuarta parte sea superior.
Deciles: son 9 valores que dividen a una serie de datos ordenados en 10 partes iguales.
Cada tramo concentra un 10% de los valores observados.
Percentiles: también llamados centiles, está integrado por 99 valores que dividen a las
observaciones (ordenadas en forma ascendente) en 100 tramos iguales, concentrando entre
cada percentil al 1% de los datos. Se utiliza para el análisis de grandes cantidades de datos.
Ejemplo:
Luego de estudiar a 20 chicos entre 8 y 16 años del equipo de natación que entrenan en el club X, se
obtuvieron los siguientes datos con respecto a su talla (expresada en metros):
1,25 – 1,28 – 1,29 – 1,31 – 1,31 – 1,33 – 1,36 – 1,42 – 1,45 – 1,49 – 1,50 – 1,53 – 1,54 – 1,54 – 1,55 –
1,59 – 1,60 – 1,61 – 1,61 – 1,64
a)
Paso 1: Ordenar los datos en forma creciente
(n/4)*1=5*1=5
Nota: si el valor da un número con coma, se debe redondear. Si el resultado hubiese sido 5,75, se
redondearía a 6. Si el resultado es ,5 (por ejemplo 5,5), se saca un promedio entre la posición 5 y 6.
Si el resultado fuera 5,25 se redondea a 5
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1,25 1,28 1,29 1,31 1,31 1,33 1,36 1,42 1,45 1,49
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
1,50 1,53 1,54 1,54 1,55 1,59 1,60 1,61 1,61 1,64
Entonces:
Q1=1,31 metros
b)
Paso 1: Ordenar los datos en forma creciente
(k/100)*n = 0,4*20 = 8
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1,25 1,28 1,29 1,31 1,31 1,33 1,36 1,42 1,45 1,49
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
1,50 1,53 1,54 1,54 1,55 1,59 1,60 1,61 1,61 1,64
Entonces:
Pc40=1,42 metros
Distribución normal
Distribución no-normal
La distribución de los valores, al ser graficados presentan una asimetría que produce que el lado
derecho sea más largo que el izquierdo y se describe como sesgado a la izquierda.
M: mediana
S: coeficiente de variación
Medidas de dispersión
Indican la variabilidad de los datos en torno a un valor central, es decir cuánto se alejan o acercan del
centro. Son útiles para el análisis de la representatividad de las medidas de centralización.
Rango: es la diferencia entre el valor mínimo y el valor máximo de los datos observados.
Características:
Desvío estándar: representa una distancia típica de cualquier punto del conjunto de datos a
su centro (medido por la media). Es una distancia promedio de cada observación a la media. El
desvío estándar se calcula promediando la diferencia entre cada dato y la media, elevadas al
cuadrado. Como este resultado tiene las unidades al cuadrado, luego se saca la raíz cuadrada.
∑(𝐱𝐱𝐢 − 𝐱𝐱̅)𝟐𝟐
𝐧𝐧 − 𝟏𝟏
Bibliografía:
- García Gorgas, J., López Cardiel, N. y Calvo Zamorano, J. Estadística Básica para Estudiantes
de Ciencia. Universidad Complutense de Madrid, España 2011. Tema I, Capítulo 3.
- Kelmansky, Diana M. Estadística para todos: Estrategias de pensamiento y herramientas para
la solución de problemas. Ministerio de Salud de la Nación, Buenos Aires, 2009. Capítulos 17 y
18.
- Portillo, Díaz Jacobo. Guía Práctica del Curso de Bioestadística Aplicada a las Ciencias de
la Salud. Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, España. Capítulo 2, Pág. 86 a 92
- Mendenhall, Beaver. Introducción a la Probabilidad y estadística. México: Cengage Learning;
2010. Capítulo 2
- Martínez Quintana R. Estadística Básica para topografía. España: Universidad de Extremadura,
2009. Bloque temático II, Unidad 4
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Curso de Capacitación sobre la Evaluación del
Crecimiento del Niño: Interpretando los Indicadores de Crecimiento. Ginebra, OMS, 2008
poblaciones INTRODUCCIÓ N
A. Antropométricas (composició n)
B. Bioquímicas (subclínicos)
C. Clínicas (signos y síntomas)
D. Dietéticas (ingesta adecuada)
Igualmente es necesario comprender que ninguna de estas variables por sí sola proporciona
toda la informació n necesaria para conocer el estado de nutrició n. Son métodos
complementarios y su aplicació n no seguirá el orden A-B-C-D, sino que será n aplicados
tomando como base la progresió n de los problemas nutricionales (11).
En los niñ os, se utiliza el seguimiento de los índices habituales de crecimiento, la valoració n
longitudinal y la valoració n de la velocidad del crecimiento, sumado a la interpretació n
conjunta de datos alimentarios, bioquímicos y clínicos.
En los niñ os mayores de 6 añ os, para complementar la valoració n nutricional, se puede realizar
fraccionamiento antropométrico.
En mayo de 2014 se comenzaron a redactar las bases para la realizació n de una nueva ENNyS
en el 2015. Se promovió la participació n de investigadores o instituciones abriendo una
convocatoria para que aporten nuevos contenidos o realicen modificaciones de contenidos ya
existentes en la ENNyS realizada en el añ o 2005. Por otro lado, remarcó la importancia de
realizar dicha encuesta en un plazo no mayor a los 10 añ os para así poder detectar cambios
epidemioló gicos en la població n y facilitar la reorientació n de las intervenciones de las políticas
sociales en nutrició n y salud tanto desde el Estado nacional, como el provincial y/o municipal.
En febrero de 2017, tras un largo proceso de revisió n y trabajo interdisciplinario articulado con
UNICEF, se presentó de forma oficial el proyecto para realizar la ENNyS II.
- Encuesta Mundial de Salud Escolar – 2007, 2012- en las mismas se relevó : Ingesta
(frutas y verduras, bebidas azucaradas, comidas rá pidas), impacto sanitario (sobrepeso y
obesidad) y entorno (disponibilidad de alimentos en kioscos y cantinas escolares) (8).
El CIS contempla la evaluació n a nivel clínico, odontoló gico, oftalmoló gico, fonoaudioló gico, así
como el control del carné de vacunas y la aplicació n de dosis pendientes.
Toda la informació n se vuelca en la “Planilla de Control Integral de Salud” y posteriormente
estos datos se cargan en SISA “Sistema Integrado de Informació n Sanitaria”, permitiendo la
integració n de la informació n sanitaria. De esta manera, PROSANE resulta una estrategia
fundamental para referenciar la població n al primer, segundo o tercer nivel para el
seguimiento y resolució n de las problemá ticas detectadas.
PROSANE redefine el concepto de “Salud Escolar” como una Política Integrada de Cuidado para
niñ as, niñ os y adolescentes”, definiendo un cambio de mirada, donde Salud y Educació n
promueven el acceso y el cuidado de la salud, considerando a niñ as, niñ os y adolescentes como
sujetos de derechos, y al Estado, como garante (16).
Otro ejemplo es el Censo de Talla, que fue realizado entre 1991 y 1992 en las provincias de
Santa Fe (en el Municipio de Santa Fe y el Municipio de Rosario), en Chaco y en Jujuy. Algunos
de sus objetivos fueron reducir y/o prevenir los niveles de desnutrició n en la població n escolar
y orientar el proceso de planificació n en el campo de la alimentació n y la nutrició n y de la
política social en general. Este censo constó de la medició n de la talla de niñ os de primer grado
de la escuela primaria de establecimientos pú blicos y privados, tomado como un indicador de
la historia nutricional de los niñ os de un á mbito territorial determinado (13).
TRIADA ECOLÓGICA
Hay un equilibrio entre los factores
Agente
Huésped Ambiente
Resultado: una enfermedad puede evolucionar por distintos caminos dependiendo de las
características del huésped, del agente y del medio.
Prevención secundaria:
El objetivo de la prevenció n secundaria es: limitar el dañ o, curar a los pacientes y/o reducir
las consecuencias má s graves de la enfermedad mediante el diagnó stico precoz y
tratamiento oportuno.
Prevención terciaria:
Son aquellas medidas encaminadas a: reducir las secuelas y discapacidades, minimizar los
sufrimientos causados por la pérdida de la salud y facilitar la adaptació n de los pacientes a
cuadros incurables.
1- Gibson RS. Principles of nutritional assessment. 2nd Ed. Oxford University Press, 2005.
2- Evaluació n del estado nutricional de niñ as, niñ os y embarazadas mediante
antropometría. Calvo EB [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nació n,
2009. 3- Sobrepeso y obesidad en niñ os y adolescentes. Orientaciones para su prevenció n,
diagnó stico y tratamiento en Atenció n Primaria de la Salud. 1° ed. Bs As: Ministerio de Salud
de la Nació n, 2013.
4- Sociedad Argentina de Pediatría. Guías para la Evaluació n del Crecimiento Físico.
Buenos Aires, 2013.
5- Witriw AM, Guastavino P. Evaluació n Nutricional. En: Fundamentos y Estrategias en
Soporte Nutricional.
6- Zwenger Y, Salinas S, Cicchitti A, Pool MC y Russo A. Herramientas de Screening
Nutricional. Asociació n Argentina de Nutrició n Enteral y Parenteral. Grupo de Trabajo.
Evaluació n Nutricional Dependiente del Á rea de Desarrollo AANEP Nutrició n, 2011.
7- Web: www.msal.gov.ar/ent), Artículo Revista Argentina de Salud Pú blica 2015Konfino y
col. Evidencia generada a partir de las encuestas nacionales de factores de riesgo de
Argentina: revisió n de la literatura. Rev Argent Salud Pú blica, 2014; 5(21): 7-13
8- Web www.msal.gov.ar/ent, artículo Revista Argentina de Pediatría 2014 FERRANTE,
Daniel et al. Prevalencia de sobrepeso, obesidad, actividad física y tabaquismo en
adolescentes argentinos: Encuestas Mundiales de Salud Escolar y de Tabaco en Jó venes,
2007-2012. Arch. argent. pediatr. [online]. 2014, vol.112, n.6 [citado 2015-08-04], pp. 500-
504.
9- Czeresnia D, Machado de Freitas C. Promoció n de la Salud: Conceptos, reflexiones,
tendencias.
10- Informació n disponible en:
http://www.msal.gov.ar/index.php/programas-y-planes/229-programa-desanidad-escolar
11- Suverza Fernandez, A, Haua Navarro, K. El ABCD de la evaluació n del estado de nutrició n.
Mc Graw Hill, 2010.
12- https://es.slideshare.net/ceciliasp/terico-historia-natural-de-laenfermedad-y-niveles-
de-prevencin
13- UNICEF Argentina, La talla de los escolares de primer grado en cuatro jurisdicciones
argentinas.
14- Ministerio de Salud de la Nació n. “Encuesta Nacional de Nutrició n y Salud: Documento de
Resultados”. Argentina, 2007
15-//www.argentina.gob.ar/noticias/salud-puso-en-marcha-la-segunda-encuesta-nacional-
de-nutricion
16- https://www.argentina.gob.ar/salud/sanidadescolar
Primer nivel:
Tamizaje
Primer nivel: tamizaje o screening nutricional. Evalú a RIESGO. Puede ser realizado por
cualquier persona (familiar, profesional, paciente). Las variables a tener en cuenta son si ha
perdido peso recientemente, si ha reducido su ingesta o si tiene alguna patología conocida. Si
existe respuesta positiva, se pasa al siguiente nivel.
Segundo nivel: EGS: es un método diagnó stico del estado nutricional que prescinde de
exá menes antropométricos y bioquímicos. Debe ser realizado por cualquier profesional de la
salud previamente entrenado.
Tercer nivel: EGO: incluye la valoració n antropométrica, bioquímica, clínica y dietética o de
ingesta. Debe ser realizada por un lic. En nutrició n.
Cuarto nivel: uso de estudios complementarios má s complejos.
La Evaluació n Nutricional ideal todavía no ha sido definida, tal vez por la compleja y gran
variació n de la composició n corporal, se puede realizar de diferentes formas y con diferentes
niveles de profundidad y la selecció n del método dependerá del objetivo y de los recursos
disponibles.
La herramienta elegida debe ser:
Simple, rá pida y econó mica.
No invasiva.
Confiable y vá lida.
De fá cil administració n, con mínimos conocimientos técnicos.
Aplicable a la mayoría de los pacientes.
FELANPE, 2009
La finalidad de la Historia Clínica Nutricional es reunir datos del estado de salud del paciente
con el objeto de facilitar su asistencia. Es una herramienta de intercambio de observaciones e
informaciones, que facilita la coordinació n del equipo de salud en las actividades del cuidado
del paciente.
Las anotaciones en la historia clínica, deben ser ordenadas y posibles de ser entendidas por el
resto de los miembros del Equipo de salud, y debe ser obligatorio al ingreso y posterior
monitoreo del paciente (1).
d. Plan: se enuncian la/s acció n/es a tomar para modificar la situació n encontrada en base
a lo puntos anteriores.
El Comité de Nutrición y Dietética de FELANPE sugiere que “Todo paciente hospitalizado debe
ser evaluado dentro de las primeras 24 a 48 horas con un método de Tamizaje validado y de
acuerdo al resultado deberá ser derivado para realizar una Evaluación Nutricional” con la
aplicación de dicha herramienta (1).
Dicha sugerencia está avalada por la evidencia científica que muestra la relació n entre la
desnutrició n - la morbi-mortalidad y los costos asociados. Se conoce que la desnutrició n
aumenta durante la estancia hospitalaria y ello responde a mú ltiples factores. Por un lado, la
propia patología puede influenciar a una ingesta inadecuada de nutrientes por anorexia,
dificultad para la ingesta, problemas de masticació n, disfagia, mucositis o falta de autonomía
para comer. Pero también, dificultad en la digestió n o en la absorció n de los alimentos, o
incluso aumento de los requerimientos nutricionales, bien por estrés metabó lico o por
pérdidas persistente de nutrientes. Por otro lado determinados procesos diagnó sticos pueden
contribuir al desarrollo de la desnutrició n, por la indicació n de ayuno para la realizació n de
determinadas exploraciones o procedimientos (5).
La desnutrició n en el paciente hospitalizado es el resultado de la compleja interacció n entre
enfermedad y nutrició n. Es altamente prevalente, así como ignorada e infra-tratada. Comporta
importantes consecuencias clínicas y econó micas. Clínicamente, puede contribuir a
incrementar el nú mero y la gravedad de las complicaciones de la propia enfermedad, a
debilitar la capacidad de respuesta al tratamiento, a disminuir el grado de respuesta inmune y
a incrementar, en definitiva, la morbi-mortalidad (6). Desde el punto de vista econó mico, está
demostrado que la desnutrició n aumenta el costo asociado a la prolongació n de la estadía
hospitalaria y el costo asociado al tratamiento adicional de las complicaciones (7,8).
La prevalencia de la desnutrició n en pacientes hospitalizados ha sido ampliamente
documentada en las ú ltimas tres décadas y es de 19% hacia 80% de los pacientes, como se
muestra en la tabla I, de acuerdo con el país y el grupo de pacientes estudiados (4).
El screening es el primer paso para identificar a las personas que pueden estar en riesgo o
posible riesgo nutricional y que podrían beneficiarse de una intervenció n nutricional adecuada.
Se trata de un procedimiento general, rá pido y sencillo utilizado por personal médico, de
enfermería y de otros tipos en el primer contacto con el paciente, de modo que puedan
aplicarse unas directrices de acció n claras y proporcionarse la orientació n nutricional
pertinente.
El ‘MUST’ fue desarrollado en 2003 por un grupo multidisciplinar, el Malnutrition
Advisory (ahora “action”) Group (MAG), un Comité Permanente de la la Sociedad Britá nica de
Nutrició n Enteral y Parenteral (British Association for Parenteral and Enteral Nutrition –
BAPEN-
) y es recomendado por Sociedad Europea de Nutrició n Enteral y Parenteral (ESPEN).
El MUST es un instrumento de screening de cinco pasos, diseñ ado para identificar a adultos
malnutridos, con riesgo de malnutrició n (desnutrició n) u obesos. La malnutrició n es un estado
nutricional caracterizado por una insuficiencia o un exceso (o un desequilibrio) de energía,
proteínas y otros nutrientes que provoca efectos adversos perceptibles en los tejidos
o en la forma y la funció n corporales (silueta, tamañ o y composició n corporales) y en los
resultados clínicos. Aunque el término malnutrició n puede referirse tanto a la sobrenutrició n
como a la desnutrició n, aquí se utiliza en referencia a la desnutrició n.
Incluye ademá s unas directrices de tratamiento que pueden emplearse para desarrollar un
plan de cuidados.
Está pensado para usarse en hospitales, ambulatorios y otros medios de atenció n sanitaria y
puede ser utilizado por todos los profesionales sanitarios. El ‘MUST’ no se ha diseñ ado para
detectar insuficiencias ni aportes excesivos de vitaminas y minerales, y solo debe usarse en
adultos.
Otros criterios:
Paso 1: IMC (índice de masa corporal)
Criterios subjetivos:
Cuando no sea posible obtener la estatura, el peso ni el IMC, los siguientes criterios
relacionados con ellos le ayudará n a calcular, basá ndose en su criterio profesional, la categoría
de riesgo nutricional del paciente.
Tenga en cuenta que estos criterios deben utilizarse juntos y no por separado como
alternativas a los pasos 1 y 2 del MUST y que no está n pensados para asignar una puntuació n.
Puede emplear el perímetro braquial (medido a la altura media del brazo) para calcular la
categoría del IMC y confirmar su impresió n general del riesgo nutricional del paciente.
1. IMC
Impresió n clínica: delgado, peso aceptable, sobrepeso. También puede indicarse emaciació n
evidente (muy delgado) y obesidad (gran sobrepeso).
2. Pérdida de peso involuntaria
La ropa o las joyas se han quedado grandes (adelgazamiento).
Antecedentes de disminució n del consumo de alimentos, pérdida del apetito o problemas de
deglució n durante 3-6 meses y enfermedad subyacente o discapacidades psicosociales o físicas
que tienden a provocar adelgazamiento.
3. Efecto de las enfermedades agudas
Enfermedad grave y no ha habido, o es probable que no vaya a haber, aporte nutricional
durante má s de 5 días (13).
Todos los métodos de cribado nutricional desarrollados presentan ventajas y desventajas
lo cual hace difícil la elecció n de uno como el má s adecuado. De todas las herramientas
analizadas la AANEP (asociació n argentina de nutrició n enteral y parenteral) considera al
MUST como la má s apropiada para realizar ésta situació n diagnó stica mediante el Screening
Nutricional, ya que presenta una sensibilidad y especificidad del 93%, una confiabilidad
del 93 a 97%, puede ser autoadministrado y está compuesta por solo 2 preguntas. Sugieren
esta herramienta debido a que en su experiencia, uno de los requisitos má s importantes
que debe cumplir una herramienta de cribado es que sea rá pida de realizar con el objeto
de no retrasar innecesariamente la decisió n de iniciar el tratamiento nutricional. Aquellas que
incluyen el cá lculo del IMC son menos ú tiles dado que el peso actual es difícil de obtener
en muchos pacientes hospitalizados. En cambio, la estimació n de la pérdida de peso se puede
hacer sin conocer el peso actual por lo que permite hacer una valoració n má s rá pida (16).
Diseñ ado por el Centro de Medicina Interna y Clínica Gerontoló gica de Toulouse, el programa
de Nutrició n Clínica de la Universidad de Nuevo México y el Centro de Investigació n Nestlé
para detectar presencia de malnutrició n o de riesgo de desarrollarla. Fue diseñ ada para
aplicarse a pacientes ancianos en cuidados domiciliarios, residencias geriá tricas y hospitales.
Es un cuestionario que incluye medidas antropométricas, informació n acerca de
medicamentos, estado mental y funcional y una valoració n dietética que explora el consumo de
nutrientes críticos en este grupo etario. Para la interpretació n se considera un paciente sin
riesgo con una puntuació n mayor a 24 y paciente desnutrido con un puntaje inferior a 17. Esta
clasificació n debe ser manejada con precaució n, ya que desde un punto de vista estrictamente
teó rico, una metodología de screening se utiliza para identificar riesgo nutricional pero no para
realizar un diagnó stico. Sin embargo, en la prá ctica es comú n ver que se utiliza con este
propó sito.
El MNA es la herramienta má s confiable para los adultos mayores:
- Preciso
- Recomendado por organizaciones nacionales e internacionales
- Avalado por má s de 450 estudios publicados
- Rá pido y fá cil de usar
- Se realiza en menos de 4 minutos
- No requiere conocimientos especiales
- No requiere datos de laboratorio
- Identifica a los pacientes en riesgo antes de que se produzca la pérdida de peso
-Facilita una intervenció n temprana (15)
La valoració n global subjetiva es una prueba de tamizaje desarrollada por Detsky et al. en 1987
en el Hospital General de Toronto. Es un método de valoració n del riesgo nutricional usando la
historia clínica y la exploració n física. Las variables que utiliza son: pérdida de peso en los
ú ltimos 3 meses, ingesta actual vs ingesta habitual, presencia síntomas (nauseas, vó mitos,
diarrea, anorexia), pérdida masa grasa, muscular, ascitis; capacidad funcional o gasto
energético. Originalmente la prueba fue diseñ ada exclusivamente para pacientes sometidos a
cirugías gastrointestinales pero su aplicació n se ha extendido a diferentes á reas de internació n
(12).
Es un método que con la interpretació n de un interrogatorio simple y un examen físico
permite emitir un diagnó stico del estado nutricional del paciente y tomar las respectivas
medidas de manejo. Es ideal realizar VGS cuando el paciente ingrese al hospital y puede ser
desarrollado por cualquier profesional de la salud que haya tenido algú n tipo de
entrenamiento. Con el interrogatorio simple se evalú an factores que afectan el estado
nutricional de los individuos tales como cambios en el peso, en la ingesta, alteraciones
gastrointestinales y en la actividad física así como las posibles causas de estos cambios.
El examen físico debe ser rá pido pero minucioso para detectar signos clínicos de deterioro y/o
exceso nutricional y cambios en la composició n corporal.
ENTREVISTA CLINICA: la entrevista clínica debe obtener informació n subjetiva en cinco
campos diferentes:
La VGS ha sido validada en distintas poblaciones; pacientes quirú rgicos, con VIH, con
Enfermedad Renal Cró nica, y recientemente en pacientes críticos. Es importante mencionar
que los tres aspectos de mayor peso para el diagnó stico de riesgo de desnutrició n son: la
ingesta dietética, cambios en el peso corporal y el examen físico, enfatizando que una VGS sin
examen físico, NO es una VGS (17).
La Evaluació n global subjetiva presenta una sensibilidad del 96-98% y una especificidad del
82- 83%. No es ú til en pacientes con malnutrició n por exceso (18).
El cambio de peso en relació n con el peso habitual es un índice muy importante. La pérdida de
peso debe ser involuntaria, es decir, no mediada por una dieta indicada.
El peso habitual representa lo “normal” para el individuo previo a la enfermedad y el peso
actual es el que presenta por “efecto de la enfermedad”.
Una pérdida de peso no intencional mayor al 10% es un indicador de mal pronó stico (12).
LA ANTROPOMETRÍA
La antropometría es un método de fundamental importancia para la evaluació n del
estado nutricional de una població n sana o enferma por la estrecha relació n existente
con la nutrició n y la composició n corporal (Frisancho R, 1990). La misma consiste en la
toma de mediciones corporales como Peso, Talla, Circunferencia craneana, perímetros y
pliegues, entre otros.
1. Índices antropométricos
2. Curvas de crecimiento y tablas de referencia
3. Límite de inclusión
1. Índices antropométricos
Los índices hacen referencia a las combinaciones de mediciones y resultan esenciales para la
interpretació n de éstas.
La selecció n de los índices antropométricos dependerá del objetivo del estudio a realizar,
Algunos ejemplos:
1. Determinar el estado nutricional general de la població n o subgrupos.
2. Identificar á reas, poblaciones o subgrupos con riesgo nutricional.
3. Caracterizar la extensió n y naturaleza de los problemas nutricionales en la població n o
subgrupos.
4. Identificar las posibles causas de problemas nutricionales en la població n o subgrupos.
5. Diseñ ar programas de intervenció n apropiados para las poblaciones o subgrupos de alto
riesgo
6. Monitorear el progreso los programas de intervenció n
7. Evaluar la eficacia y efectividad de los programas
8. Seguir los progresos hacia el logro de metas a largo plazo
Los objetivos 1 a 3 pueden ser alcanzados con una encuesta nutricional que incluya todos los
métodos de valoració n nutricional. Dichas encuestas, por ser de corte transversal, no pueden
dar informació n sobre las causas de los problemas nutricionales (objetivo 4). Así, los objetivos
4 y 6 pueden ser alcanzados con estudios de vigilancia. La valoració n de las posibles causas de
problemas nutricionales es un pre-requisito cuando se implementan programas de
intervenció n nutricional.
En algunos casos, el objetivo puede ser identificar solo aquellos individuos con riesgo
nutricional y que requieren una intervenció n (objetivo 5). En estos casos se requiere de un
estudio de tamizaje que utiliza mediciones simples y de bajo costo y que reflejan tanto el
estado nutricional pasado como presente (Gibson, 2005).
Critica al IMC:
El hecho de que el IMC no sea una medida muy fiable radica en que es un pará metro que
simplemente relaciona el peso corporal con la talla, y en funció n del resultado “clasificamos” a
la persona: El problema es que no se tiene en cuenta qué porcentaje de grasa forma parte de
ese peso cuando, sin embargo, la definició n de sobrepeso u obesidad es “un exceso de peso a
base de masa grasa”. Es decir, la limitació n de usar el IMC es que no tiene en cuenta la
composició n corporal (porcentaje de grasa y porcentaje de mú sculo principalmente).
Para explicar mejor el problema, podemos pensar en dos personas que pesen y midan lo
mismo: el Índice de Masa Corporal es igual para ambas, pero pueden ser muy diferentes entre
sí si una de ellas tiene un 40% de grasa corporal y la otra tiene un 18%. O pensemos en un
boxeador de los pesos pesados: mientras que su IMC nos indicará que tiene sobrepeso u
obesidad, la realidad es que no padecerá estos problemas ni las complicaciones fisioló gicas que
se puedan derivar de ellos, puesto que su exceso de peso deriva de su masa muscular.
La sensibilidad del Índice de Masa Corporal es muy baja, puesto que también es incapaz de
detectar los casos de aquellos que tienen un excesivo porcentaje de grasa corporal pero se
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 23
sitú an
Perímetro Braquial:
La medida de la circunferencia del brazo se utiliza como un indicador de riesgo nutricional, por
tratarse de un método simple y rá pido, aplicable a través de un equipo mínimo, sencillo y fá cil
de transportar.
El Perímetro Braquial es usado como indicador de masa muscular en funció n a la edad y al sexo
En niños: a través del aná lisis de los datos de PB en niñ os y niñ as de 6 a 60 meses (relevados
en la ENNyS, Ministerio de Salud de la Nació n 2004-2005) el cual relaciona con el peso, la talla
y el IMC segú n edad, se observó que existe una correlació n entre el IMC< -2DE con un límite de
inclusió n del PB 16 cm y se observa una correlació n con un IMC > +2DE con un límite de
inclusió n de 17,4 cm.
Segú n estudios donde se ha analizado este indicador en niñ os del sur de Bogotá (10) y en el
Salvador (11), se evidenció que la medida de la Perímetro del brazo para la edad puede
utilizarse como instrumento de tamizaje en á reas rurales, donde mú ltiples circunstancias
dificultan el utilizar criterios de clasificació n má s precisos, ya que la relació n entre los valores
PB observados y los esperados para la edad permiten identificar niñ os en riego de desnutrició n
proteica.
En adultos: los estudios que analizan este indicador revelaron una correlació n entre el punto
de corte de 24cm para mujeres y 26cm en los hombres con riesgo de desnutrició n proteica en
esta població n (12, 13).
Podemos concluir que el PB/E ha sido uno de los indicadores antropométricos má s utilizados
tradicionalmente en el tamizaje de la desnutrició n. Refleja reservas tanto caló ricas como
proteicas y tiene las ventajas, como mencionamos anteriormente de ser una medida fá cil,
rá pida, econó mica y con menos posibilidades de error en su determinació n que otras variables
antropométricas, por lo cual ha sido muy valorada y de amplia utilizació n, en particular en
Atenció n Primaria de Salud y en programas de Nutrició n Comunitaria.
Sin embargo, hay que recordar que la toma del perímetro se ve influenciada por el espesor del
pliegue tricipital, el valor del radio del hueso, la masa muscular y la posible retenció n hídrica
presente en ese sitio.
Una manera de disminuir el error ocasionado por esas variables es calcular la circunferencia
media muscular del brazo (CMMB) de la siguiente manera:
Pliegues
Los pliegues Tricipital o Subescapular son utilizados como indicador de masa grasa total del
individuo, relacioná ndolos con sexo y sobre todo con la edad.
Está descripto que la distribució n de la masa grasa no es homogénea, tanto en hombres como
en mujeres. El pliegue subescapular es considerado un buen estimador del exceso de masa
grasa total en las mujeres (14).
Sumatoria de 4 pliegues:
Permite estimar El porcentaje de masa grasa total en funció n al sexo y a la edad.
- El Índice se construye a partir de la sumatoria de los pliegues bicipital, tricipital, suprailíaco y
subescapular, relacionada con la edad y el sexo.
- La població n de Referencia se elaboró a partir de un estudio realizado por Durnin y
Womersley en 1974 (15).
- Punto de corte para considerar el porcentaje de masa grasa normal:
o ≤ 15% para los hombres
o ≤ 20% para las mujeres
- Clasificació n: Porcentaje de masa grasa normal o aumentada
Si bien la OMS avala el IMC como buen índice de riesgo de masa grasa aumentada, varios
autores sugieren utilizar sumatoria de 4 pliegues ya que ademá s de correlacionar
perfectamente con el
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 26
exceso de adiposidad, tiene la capacidad de determinar la localizació n de la misma,
diferenciá ndola de los demá s compartimentos, siendo la principal limitante del método
anteriormente mencionado.
Es de suma importancia tener en claro las limitantes de cada uno para poder elegir
criteriosamente el má s indicado segú n el objetivo del estudio.
Una vez obtenida una medida antropométrica, ésta debe ser valorada compará ndose con una
població n de referencia. Estas referencias se construyen a partir de la medició n de un nú mero
representativo de individuos pertenecientes a cada grupo de edad y sexo, seleccionados de una
població n que viva en un entorno saludable segú n las recomendaciones vigentes, por ejemplo,
lactantes amamantados segú n las recomendaciones de la OMS.
3. Límite de inclusión
Perímetro Cefálico/Edad
< -2 DE Microcefalia
< -1 y -2 DE Riesgo Microcefalia
-1 y +1 DE Adecuado
> +1 y < +2 DE Riesgo Macrocefalia
> +2 DE Macrocefalia
TÉCNICAS DE MEDICIÓN
PESO
Instrumento: balanza de precisió n o bá scula de pie calibrada con un margen de error de 100
gramos.
Método:
En niñ os menores de 2 añ os se utiliza una balanza pediá trica que tiene un plato incorporado.
Se coloca al niñ o, con la menor cantidad de ropa posible, de forma que distribuya
uniformemente el peso en el centro del plato. Se debe registrar el peso cuando el niñ o se
encuentre quieto y la balanza esté estabilizada.
Método: se mide con el pedió metro hasta el día anterior al segundo cumpleañ os. Es preciso
contar con la colaboració n de un ayudante para que el operador realice la medició n. Su ubica al
niñ o en decú bito supino (acostado boca arriba) sobre una mesa u otra superficie plana, lisa y
horizontal. El vértice de la cabeza (vertex) toca la cabecera vertical fija. El ayudante mantiene la
cabeza del niñ o con el plano de Frankfü rt (el arco orbital inferior deberá estar alineado con el
meato auditivo externo) vertical al plano horizontal. El operador sostiene las piernas juntas y
extendidas, con una mano apoyada sobre las rodillas. Con la otra mano sostiene a los pies en
á ngulo recto y desliza el cursor mó vil hasta que esté firmemente en contacto con los talones y
se toma la medició n.
En las primeras semanas de vida se debe hacer contactar la pieza mó vil con el taló n izquierdo
solamente, porque es muy difícil estirar ambas piernas en forma suave.
Método: el paciente debe estar de pie, descalzo (o con medias delgadas) y en lo posible vestir
poca ropa, de tal modo que se pueda ver la posició n del cuerpo. El paciente debe estar de pie
sobre la superficie plana, con el peso distribuido en forma pareja sobre ambos pies, los talones
juntos, y la cabeza en plano de Frankfü rt paralelo al piso. Los brazos colgará n libremente a los
costados y la cabeza, la espalda, las nalgas y los talones estará n en contacto con el plano
vertical del estadió metro. Se desciende el plano superior del tallímetro o la escuadra sobre la
cinta métrica hasta tocar la cabeza en el vértex (5).
PERÍMETRO BRAQUIAL
Instrumento: cinta métrica metá lica e inextensible.
Método: el paciente debe estar de pie con el brazo descubierto y el operador debe marcar el
punto medio del brazo con el mismo a 45º. Luego el paciente deberá tener el brazo relajado al
costado del cuerpo y el operador se ubicará de frente, rodeando con la cinta métrica a la altura
del punto medio que une el acromion y olécranon. (21)
Método: se deben quitar gorros, hebillas, vinchas de pelo y desarmar rodetes o trenzas. El
operador se coloca sobre el costado izquierdo de la cabeza y sostiene la cinta como un lazo,
pasando por sobre el arco superciliar y la protuberancia occipital. El ayudante se coloca
enfrente de la cabeza y procura que la cinta quede ubicada de manera simétrica a ambos lados
de la cabeza. Una vez colocada la cinta correctamente, el operador tracciona firmemente los
extremos de ésta para comprimir la piel y el pelo.
corporal INTRODUCCIÓ N
MÉTODOS DIRECTOS
Los trabajos má s revaluados, realizados en 1984 en la Universidad Vrije de Bruselas por J.P.
Clarys, consistieron en la medició n antropométrica externa de cadá veres embalsamados y no
embalsamados, y su disecció n ulterior por fracciones (piel, tejido celular o grasa subcutá nea,
mú sculos, huesos y vísceras) determinando todos los componentes y calculando la densidad de
cada parte del cuerpo. Estos estudios dieron origen a las Tesis de grado de tres investigadores
de Simon Fraser University (Vancouver, Canadá ): Allan D. Martín (1984 a); Donald T.
Drinkwater (1984 a) y Michael J. Marfell-Jones (1984), y aun reporte sumario del propio J.P.
Clarys (1984).
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 34
Casi todos los métodos cineantropométricos que desarrollaremos, está n basados en ecuaciones
y cá lculos matemá ticos validados por la comparació n de sus resultados con los desde entonces
conocidos como “cadá veres de Bruselas”.
MÉTODOS INDIRECTOS
Densitometría
La densitometría en una técnica para el diagnó stico de la densidad corporal total, que ha sido
largamente usada como un indicador para el cá lculo de la masa grasa y masa magra (o libre de
grasa, restando de 100% el % graso obtenido). Los resultados preliminares y sucedá neos se
remontan a Behnke (1942, considerado el “el padre de la cineantropometría”) Siri (1961) y
Brozek (1963).
Existe evidencia de que los depó sitos de triglicéridos no contienen agua, y que el agua ocupa
una porció n relativamente fija (73.2%) de la masa magra (Pace y cols., 1945). Esto ha
orientado investigaciones para determinar el agua corporal total (ACT) como un indicador de
las masa magra (que deducida del 100% permite obtener el % de masa grasa). La técnica
consiste en la inyecció n de radioisó topos del hidró geno; tritio, o má s comú nmente, deuterio,
para cuantificar volú menes de agua corporal por dilució n isotó pica (Moore y cols., 1963). La
técnica presume que isó topo tiene la misma distribució n volumétrica que el agua que es
intercambiado por el cuerpo de una manera similar a ésta (Pinson 1952). Sus datos
correlacionan bien con los de la masa magra obtenidos mediante disecció n de cadá veres, pero
ofrece dos limitaciones:
a. Solo reconoce un modelo corporal de dos componentes: masa magra y masa grasa, (no
discriminando masa muscular y ó sea).
b. Es costoso debido al insumo de radioisó topos y al a tecnología necesaria para las
determinaciones.
Aná lisis químicos han demostrado que el potasio es un electrolito principalmente intracelular,
que no está presente en los depó sitos de triglicéridos. Ademá s, el potasio 40 (40k), que existe
en el cuerpo en cantidades conocidas, emite una radiació n gamma cuya medició n externa
permite estimar la masa magra en seres humanos. Las ventajas e inconvenientes de este
método son similares a las de la determinació n del agua corporal total.
Es una técnica muy reciente, que se usa predominantemente en la medició n del contenido
mineral ó seo del cuerpo. También se han realizado numerosas investigaciones que determinan
el contenido mineral ó seo y la masa corporal magra. El método consiste en hacer pasar a través
de diferentes segmentos corporales, o del cuerpo entero, una radiació n de intensidad baja y
conocida, en tanto se registra del otro lado la atenuació n producida por su paso a través de los
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 35
huesos, que se asume directamente proporcional a la cantidad de mineral ó seo. El método
también puede utilizar otros tejidos, de los llamados “blandos”, particularmente el tejido graso,
pero no puede discriminar la masa muscular. La técnica involucrada es muy costosa. De
cualquier modo, se trata de una tecnología de elevada precisió n para la determinació n de la
masa ó sea, que ofrece por esa razó n la posibilidad de correlacionar los datos obtenidos con los
de numerosas ecuaciones antropométricas para el mismo fin, con el objeto de validarlas
científicamente.
Modelos Cineantropométricos
La cineantropometría ha sido definida por William D. Ross (1982) como una especialidad
científica que aplica métodos para la medició n del tamañ o, la forma, las proporciones, la
composició n, la maduració n y la funció n grosera de la estructura corporal. Es considerada una
disciplina bá sica para la solució n de problemas relacionados con el crecimiento, el desarrollo,
el ejercicio, la nutrició n, y la performance, que constituye un eslabó n cuantitativo entre
estructura y funció n, o una interfase entre anatomía y fisiología o performance. Describe la
estructura morfoló gica del individuo (sea este deportista competitivo o recreativo) en su
desarrollo longitudinal, y las modificaciones provocadas por el crecimiento y por el
entrenamiento.
La Tabla a continuació n (modificado de Ross y otros, 1982 a), sintetiza los conceptos vertidos:
Los estudios de bioimpedancia eléctrica se basan en la estrecha relació n que hay entre las
propiedades eléctricas del cuerpo humano, la composición corporal de los diferentes tejidos y del
contenido total de agua en el cuerpo.
El principio físico de la BIA consiste en la oposició n que ofrece un tejido bioló gico al paso de la
corriente eléctrica alterna. Los pará metros bioeléctricos que se estiman son: la resistencia
eléctrica (R), la reactancia inductiva (XL) y la reactancia capacitiva, Xc (en ohm).
Esta técnica permite analizar la hidratació n del paciente y distinguir los tejidos corporales con
mayor contenido de agua (mú sculos) y aquellos con bajo contenido de agua (tejido adiposo,
pulmó n y huesos).
Los aparatos de impedancia eléctrica introducen en el cuerpo una corriente alterna de
amperaje muy bajo (imperceptible), que discurre por el cuerpo al actuar el agua corporal como
elemento conductor y la resistencia que ofrece el fluido al paso de esa corriente, es medida por
el medidor de impedancia. La corriente utilizada puede ser de dos tipos: 570 monofrecuencia
(50 kHz) o multifrecuencia (23).
Es una técnica rá pida, portá til, no invasiva, barata y con poca dificultad técnica. Este método
mide la impedancia u oposició n al flujo de una corriente eléctrica a través de los líquidos
corporales contenidos fundamentalmente en los tejidos magro y graso. La impedancia es baja
en el tejido magro, donde se encuentran principalmente los líquidos intracelulares y los
electró litos, y alta en el tejido graso, por lo que es proporcional al agua corporal total. La
impedancia de un tejido bioló gico comprende 2 componentes, la resistencia (R) y la reactancia
(Xc) (19).
Como todos los métodos indirectos de estimació n de la composició n corporal, la BIA depende
de algunas premisas relativas a las propiedades eléctricas del cuerpo, de su composició n y
estado de maduració n, su nivel de hidratació n, la edad, el sexo, la raza y la condició n física
reciente y la conductancia del lugar donde se realiza (la superficie de la camilla).
La metodología má s utilizada para realizar una BIA de cuerpo entero es la tetrapolar, que
consiste en la colocació n de 4 electrodos: dos a través de los cuales se introduce una corriente
alterna (generada por el impedanció metro) y otros dos que recogen esta corriente midiéndose,
entre estos, los valores de impedancia, resistencia y reactancia corporal. Estos electrodos
deben hallarse a una distancia mayor de 4-5 cm, ya que, si no, puede haber interferencias y, por
tanto, valores erró neos de la resistencia y la reactancia. Las medidas de impedancia deben
tomarse en posició n de decú bito supino y los electrodos deben disponerse en la mano-muñ eca
y el pie- tobillo. La posició n de decú bito supino es para disminuir los efectos de la gravedad en
la tendencia de remansar el agua en las extremidades inferiores después de la bipedestació n.
Actualmente, los impedanció metros segmentales realizan mediciones con electrodos mano-
mano o pie-pie, normalmente con el individuo en posició n de bipedestació n, y todo ello
siempre sujeto a las instrucciones de cada modelo de bioimpedanció metro y del fabricante.
Seguridad: En cuanto a la seguridad no se conocen actualmente efectos adversos,
aunque se debe tener en cuenta que podrían afectar a la actividad eléctrica de
marcapasos y desfibriladores, por lo cual en estas circunstancias se desaconseja su uso o
bien se debería realizar con control electrocardiográ fico.
Estandarizació n: Si la realizació n de una BIA se realiza fuera de las normas de
estandarizació n aceptadas, puede haber estimaciones erró neas. Son muy bien conocidas
las condiciones que pueden afectar a la precisió n de las medidas, como son: la posició n
Recomendaciones:
Una metodología estricta y estandarizada mejora las medidas obtenidas y la estimació n de la
composició n corporal, respetando las situaciones siguientes:
No haber realizado ejercicio físico intenso 12-24 horas antes.
Orinar antes de las mediciones.
Medir el peso y la talla en cada evaluació n.
Instauració n previa de un tiempo de 8-10 minutos en posició n de decú bito supino.
Correcta posició n de los electrodos.
Algunos ejemplos
20. Alvero-Cruz, J.R., Correas Gó mez, L., Ronconi, M., Ferná ndez Vá zquez, R., Porta i Manzañ ido,
J., La bioimpedancia eléctrica como método de estimació n de la composició n corporal: normas
prá cticas de utilizació n. Revista Andaluza de Medicina del Deporte [en linea] 2011, 4
(Diciembre-Sin mes) : [Fecha de consulta: 19 de febrero de 2021] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323327668006> ISSN 1888-7546
23. Rev. Arch Med Camagü ey Vol 20(5)2016. Elementos teó ricos y prá cticos sobre la
bioimpedancia eléctrica en salud.
Objetivos de la estandarización
1- Unificar criterios en la técnica de medició n y en la recolecció n de la informació n.
2- Aumentar la sensibilidad de los resultados.
3- Evitar conclusiones falsas.
4- Detectar errores corregibles.
Definiciones
- Exactitud: Se refiere a la diferencia de las medidas hechas por el observador con respecto a
las realizadas por el supervisor 4(que es la persona que mejor mide). La exactitud de las
mediciones se estima mediante el cá lculo del error inter – observador (2).
- Error aleatorio: es aquel que se produce de manera implícita e inevitable. Ocurre al azar o
por casualidad y se caracteriza por reducir la precisió n. Puede suceder por variació n bioló gica
individual, error en el muestreo o por error en la medició n.
- Error sistemático: es el que se presenta en todas las mediciones de una misma magnitud y
reduce la exactitud de la misma. Este error puede deberse a defectos en el instrumento de
medició n, errores en el protocolo de medició n, errores del observador, sesgo analítico que
sobre o subestima los resultados, entre otros. El error sistemá tico puede prevenirse (7).
∑�𝑑 −
𝐷𝑆 = √
𝑑̅�
𝑛2− 1
Paso 3: Restar a cada una de las diferencias el promedio de las diferencias y volcar los
resultados en la quinta columna.
Paso 5: Una vez obtenidos los cuadrados de las diferencias se realizará la sumatoria.
En la tabla 1, la sumatoria de los cuadrados es 0.382.
Paso 6: Dividir el resultado del paso anterior por el nú mero de observaciones menos 1 (n-1)
En este caso: 0.382/ (10 –1) = 0.382/ 9 = 0.0424
Se calculará el error intra e inter-sujeto. Para determinar si el error es aceptable o no, algunos
autores2,5 proponen los siguientes límites de confiabilidad:
Por lo tanto, si los valores obtenidos se encuentran dentro de los límites de confiabilidad se
considerará que la precisió n y/o la exactitud será satisfactoria. De lo contrario será
deficiente.
Paso 9: Una vez obtenidos los resultados se completará el siguiente cuadro resumen:
GENERALIDADES:
El embarazo se divide en tres trimestres. Los límites no son estrictos, pero se considerará n los
siguientes:
A medida que el embarazo progresa, se van depositando; proteínas, grasa, agua y minerales en:
el feto, placenta, líquido amnió tico, ú tero, mamas y tejido adiposo. La medida en que estos
cambios de composició n corporal afectan la salud y peso del feto no han sido comprendidos en
profundidad en la actualidad.
Los productos del embarazo (placenta, feto y líquido amnió tico) comprometen el 35 % de la
ganancia de peso.
Evaluación bioquímica.
Evaluación de ingesta.
Evaluación antropométrica.
Evaluación bioquímica:
Actualmente hay diversos estudios centrados en los déficit de ciertas vitaminas como la B12
(cobalamina), á cido fó lico, entre otras, producidos por las carencias nutricionales en esta
població n y que son origen de disturbios metabó licos como los defectos del tubo neural del
embrió n, así como causa de abortos, partos prematuros, retardo del crecimiento intrauterino y
desarrollo inadecuado o patoló gico de los recién nacidos. Por esto, es recomendable también el
monitoreo de estos nutrientes en sangre.
Evaluación de la ingesta:
Es importante buscar que cambios se han producido en la ingesta a partir del embarazo. Así
como destacar los factores sociales de la alimentació n, quien cocina, donde y con quien se
come, preguntarse acerca de la disponibilidad de alimentos. A partir del aná lisis de la ingesta
podemos destacar ya los primeros factores de riesgo nutricional:
• ¿Consume suplementos dietarios? ¿Cuá les? ¿Son los indicados? ¿Son tolerados?
Siempre que hacemos una evaluació n de ingesta, estamos trabajando en dos niveles, primero
investigando que, como y cuando come nuestra paciente, pero en un segundo plano estamos
comparando esa realidad con un teó rico aprendido “las recomendaciones nutricionales”, para
poder evaluar la alimentació n, emitir un juicio y hacer las indicaciones dietéticas
correspondientes.
A continuació n presentamos un modelo que intenta hacer una evaluació n de ingesta de las
pacientes embarazadas de manera sencilla desarrollado por nutricionistas de un centro de
salud de la Ciudad de Buenos Aires.
Ampliando la evaluació n alimentaria a una de tipo cualitativo se puede indagar sobre mitos en
la alimentación. Hay que recordar que lo que no preguntamos sigue existiendo.
Evaluación antropométrica:
Con muy pocos datos e instrumentos sencillos se pueden hacer una muy buena evaluació n
antropométrica. Para llevar a cabo una adecuada evaluació n nutricional debemos contar con
los siguientes datos:
- Altura uterina;
- Pliegues y circunferencias.
a) Cintas métricas y la elaboració n de una ficha prenatal que incluya las curvas de
crecimiento en un grá fico con los percentilos 10, 50 y 90.
b) Capacitació n de los trabajadores de la salud.
c) Protocolos claros para el manejo de los problemas detectados, incluidos los criterios
para la derivació n.
d) Auditorías continuas sobre la prá ctica y calidad de las mediciones de la altura uterina.
- Circunferencias:
Las Circunferencias del brazo y de la pantorrilla han sido propuestas como buenos predictores
de bajo peso al nacer. Evalú an fundamentalmente estado nutricional previo de la mujer. Y
tienen la ventaja que pueden ser instrumentos accesibles y de buen screening cuando no se
cuenta con balanza.
La Circunferencia Media del Brazo (MUAC) es reconocida como una buena herramienta de
screening porque correlaciona con el peso corporal. Su uso toma importancia en trabajos de
campo cuando no se cuenta con balanzas. Ademá s el peso corporal se ve influenciado por la
presencia de edemas en el ú ltimo trimestre, a diferencia del MUAC y pliegue tricipital que son
independientes de los edemas. En un estudio realizado en Argentina por Ló pez y Calvo con 488
embarazadas se concluyó que los puntos de corte para screening nutricional con MUAC en
embarazadas eran:
Valores menores o iguales implican riesgo nutricional. Ademá s en el mismo estudio se observó
que las madres de RN de peso normal tenían un promedio de 2 cm má s de MUAC para la misma
EG.
- Pliegues:
A pesar de que todos estos datos parecen sencillos de obtener, si estas mediciones
se realizan sin una adecuada técnica o sin la debida estandarización en un equipo
de profesionales, las decisiones que se tomen en el control y seguimiento de la
embarazada pueden ser las equivocadas. El hecho de medir a una mujer con
calzado o “con ropas livianas”, puede llevar a grandes diferencias en la medición
entre profesionales. Por otro lado, muchas veces dentro de las instituciones, las
balanzas e instrumentos de evaluación no se encuentran bien calibradas o son
insuficientes.
La propia historia cobra un papel importante, ya que las mujeres suelen tener hijos de pesos
parecidos a su propio peso al nacer y de pesos similares entre sí.
¿Por qué nos preocupamos tanto por el aumento de peso durante el embarazo?
• A pesar de no ser lo má s relevante, tiene influencia sobre el peso al nacer, sobre todo si se lo
tiene en cuenta desde el 2do trimestre por lo menos.
• El poco aumento de peso en el segundo trimestre es predictor del retraso cró nico de
crecimiento en el tercer trimestre.
2. Grá fica de incremento de peso para embarazadas. Rosso y Mardones. Ministerio de Salud de
Chile, 1986.
4. Grá fica para la evaluació n nutricional de la embarazada. Atalah y colab. Centro de Nutrició n,
Facultad de Medicina de Chile, 1997.
5. Grá ficas argentinas de IMC segú n Edad gestacional. Calvo, Ló pez y col. Buenos Aires:
Ministerio de Salud de la Nació n, 2009.
Son propuestas por el CLAP y por el ministerio de Salud de la Nació n Argentina mediante la
publicació n “El cuidado prenatal” (2002) y “Propuesta Normativa Perinatal” (1993. Han sido
una de las herramientas pioneras usadas en Sudamérica para evaluar la ganancia ponderal en
embarazadas.
Hay grá ficas de aumento de peso y de altura uterina, así como cuadros con los mismos datos.
Los datos de la cinta obstétrica provienen de estas tablas. Se considera normal que la altura
uterina se encuentre entre los percentilos 10 y 90 y el incremento de peso materno entre los
percentilos 25 y 90. Ademá s cualquier alejamiento de la curva de evolució n del incremento de
peso o de altura uterina debe considerarse un factor de riesgo.
Estas gráficas están presentes en el carnet perinatal en Argentina, y si bien han sido criticadas
por falta de sensibilidad y superadas por otras tablas, aún hoy al estar presentes en la cinta
obstétrica suelen ser el criterio de derivación del obstetra a Nutrición. Muchas veces se acota la
derivación a
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 60
los momentos en los que la embarazada se encuentra fuera de los percentilos de “normalidad”, lo
que genera que esta derivación pueda ser (si es que existe) tardía.
Consta de:
Está formado por tres columnas; en la primera se encuentra la talla (cm), en la segunda el peso
(kg), y en la tercera (inclinada) el porcentaje de peso para talla.
En el eje de la abscisa (x), se encuentra la EG, está expresada en semanas y va desde la semana
10 hasta la semana 42. Cada cuadrícula representa una semana.
El cruce de ambas, determina una categoría del estado nutricional, que se clasifica en: bajo
peso (á rea “A”), normal (á rea “B”), sobrepeso (á rea “C”) y obesidad (á rea “D”). Cuando el cruce
de las variables se ubica sobre una línea divisoria de categoría nutricional, se clasificará a la
embarazada en la categoría inmediatamente inferior.
Tallas extremas: La curva no incluye valores para madres cuyas tallas excedan los límites
incluidos en el nomograma. Para estos casos se deberá n hacer las siguientes correcciones:
• Talla alta (> a 175 cm): En el nomograma se cruza la talla má xima (175 cm) con el peso
corregido del siguiente modo: se resta al Peso Actual, 0.5 kg por cada cm que exceda del
175 cm.
• Talla baja (< a 140 cm): En el nomograma se procede a la inversa que en el caso
anterior. Al peso actual se le suma 0.5 kg por cada cm por debajo de 140cm, y ese valor
se cruza con la talla mínima.
• Porcentaje de adecuación de P/T > 135%: En este caso se considera que la obesidad
es muy marcada y se recomendará un incremento de 7.5 a 10.5 kg.
• Porcentaje de adecuación de P/T < a 80 %: Por debajo de este valor se considera que
la mujer se encuentra muy enflaquecida y debe recomendarse una ganancia mínima de
15 a 17 kg.
Ú nicamente debe calcularse en las pacientes con diagnóstico de bajo peso. En el nomograma
se traza una línea que una la talla de la madre con el porcentaje de adecuació n 120% (este
porcentaje representa el límite entre la normalidad y el bajo peso en la semana 40) y se
observa el valor de peso que esta línea determina: peso deseable a término.
Si a este valor se le resta el peso actual se obtiene los kg que la madre debe aumentar hasta
finalizar el embarazo.
En los casos de mujeres con tallas extremas y que fueron diagnosticadas con bajo peso, se
procede de la misma manera, y ademá s se debe ajustar el peso en funció n de la talla como se
explicó en el punto anterior.
De este modo para las mujeres con tallas mayores, se deberá unir 175 cm con el porcentaje de
adecuació n 120%; al peso hallado se le deberá sumar 0.5 kg por cada cm que exceda del 175
cm, y ese será el peso deseable a término.
Y para las mujeres con tallas inferiores, unir 140 cm con 120% de adecuació n, al peso hallado
se le resta 0.5 kg por cada cm por debajo de 140cm, y ese será el peso deseable a término.
Esta curva se realizó transformando el índice P T (grá fica de incremento de peso de Rosso y
Mardones, 1986) a su equivalente P/T2 (IMC) por medio de ecuaciones de regresió n. Permite
evaluar el estado nutricional actual de la embarazada conociendo su peso y EG al momento de
la consulta, así como también el peso deseable a término.
La ganancia de peso deseable se calcula segú n la diferencia del valor observado de IMC en la
edad gestacional del primer control y el IMC deseable en la semana 40 (considerando siempre
el mismo canal de incremento), y este valor de IMC permite estimar el nú mero de kg de peso
que debe incrementar cada madre (3).
Esta grá fica fue realizada con una població n de referencia teó rica.
Utilizan IMC actual. Se calcula el IMC actual de la paciente y se cruza con Edad Gestacional.
5. Gráficas argentinas de IMC según Edad gestacional. Calvo, López y col. Ministerio de
Salud de la Nación, 2009.
Se postula utilizar un grá fico basado en el Índice IMC según Edad Gestacional.
Se considera que las mujeres cuya curva se encuentra entre -1 y 1 DE (zona sombreada) tienen
una ganancia de peso adecuada. Por debajo la ganancia de peso es inadecuada y tienen bajo
peso, con lo que aumenta el riesgo de tener un niñ o de bajo peso. Por encima, se encuentran las
mujeres con sobrepeso y obesidad, con un mayor riesgo de dar a luz un niñ o con mayor
tamañ o. Por encima de 2 DE, se considera a la embarazada obesa.
Es la primera vez que Argentina posee un patró n de evaluació n propio, aunque por su reciente
publicació n, debemos esperar para poder evaluar su implementació n y aceptació n
TABLA 4. Nuevas recomendaciones para ganancia de peso total y durante el 2do y 3er
trimestre de embarazo a partir del IMC pregestacional (6)
El comité aclara que dichos intervalos deberían ser utilizados como orientativos y
complementarios de la evaluació n clínica, alimentaria y de actividad física. Si una mujer no
entrara en el intervalo que le corresponde segú n su clasificació n, antes de sugerir una
modificació n en su patró n de ganancia de peso, se deberá n considerar otros factores como
edema, crecimiento del feto, composició n corporal, etc.
En el caso de mujeres con bajo peso y embarazo mú ltiple no hay suficiente informació n como
para hacer una recomendació n.
1. Direcció n de salud Materno infantil. Manual Metodoló gico de capacitació n del equipo de
salud en crecimiento y nutrició n de madres y niñ os. Buenos Aires, 1996. Mó dulo N° 3,
pp.52- 58.
2. Mardones F., Rosso R. Desarrollo de una curva patró n de incrementos ponderales para
la embarazada. Rev Méd Chile 1997;125:1437-1448.
3. Mardones F, Rosso R, et al. Comparació n de dos indicadores de la relació n peso - talla en
la embarazada. Acta Pediá trica Españ ola 1999;57(11):573-578.
4. Atalah E, Castillo C, Castro R, Aldea A. Propuesta de un nuevo está ndar de evaluació n
nutricional en embarazadas. Rev. Méd Chile 1997;125:1429-1436.
5. Abrams B, Altman S, Pickett K. Pregnancy weight gain: still controversial. AJCN
2000;71(5):1233-1241.
6. Kathleen M. Rasmussen and Ann L. Yaktine, Editors; Committee to Reexamine IOM
Pregnancy Weight Guidelines; Institute of Medicine; National Research Council , 2009.
7. Calvo EB, Ló pez LB, Balmaceda Y, et al. Reference charts for weight gain and body mass
index during pregnancy obtained from a healthy cohort. The journal of MaternalFetal
&Neonatal Medicine. 2009;22(1):36-42.
8. Calvo EB et al. Evaluació n del estado nutricional de niñ as, niñ os y embarazadas
mediante antropometría. 1ª Ed. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nació n, 2009.
9. Basaluzzo JM, Pituello D, Ló pez Gastó n O, Malvino E, Otero A, Giniger R. Modificaciones
de la composició n corporal y evaluació n del estado nutricional durante el embarazo.
Prensa Med Arg;78:516-520,1991.
10. Baldomero Ló pez, V; Contrera, MV; Liaudat, A. Evaluació n Nutricional durante el
Embarazo.DIAETA, 2003;(105):17-23.
11. Actualizació n en Embarazo y Nutrició n - Mó dulo 1 - Susana Buamden, Celeste
Concilio. Nutrinfo.com.
12. Ministerio de Salud de la Nació n. Nutrició n y Embarazo. Recomendaciones en
Nutrició n para los equipos de salud –Direcció n Nacional de Maternidad e Infancia. Buenos
Aires: Ministerio de Salud, 2012.
13. Recomendaciones de la OMS sobre atenció n prenatal para una experiencia
positiva del embarazo. Washington, D.C.: Organizació n Panamericana de la Salud; 2018.
Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
Valoración nutricional
La historia clínico-nutricional
La historia dietética
La valoració n antropométrica
Una valoració n bioquímica y datos de laboratorio.
La finalidad de la VEN es intentar identificar las causas específicas del riesgo nutricional y
establecer el diagnó stico nutricional correcto para implementar un abordaje nutricional
apropiado.
El aná lisis de los antecedentes personales permitirá detectar la presencia de los síndromes y
las enfermedades que pueden tener un impacto importante sobre el estado nutricional por su
aumento del gasto energético (enfermedad pulmonar obstructiva cró nica), demencia, ú lceras
por presió n) y las que se puedan asociar a una reducció n de la ingesta (ictus, enfermedad de
Parkinson, demencia, depresió n o anorexia geriá trica).
Se aconseja revisar el nú mero de fá rmacos tomados. La polifarmacia, definida como la
presencia de 5 o má s fá rmacos de manera concomitante, se asocia a un aumento del riesgo de
desnutrició n. Dentro de la anamnesis hay que hacer hincapié en el estado dental y la existencia
de problemas orales (masticació n, xerostomía, mala dentadura e higiene bucal) (7).
Historia dietética
Permite identificar posibles carencias en la dieta habitual del paciente. Para una evaluació n
completa sería necesario estudiar los há bitos alimentarios y valorar la adecuació n de la ingesta
habitual de la persona anciana con respecto a las ingestas dietéticas de referencia.
Sin embargo, los métodos disponibles requieren mucho tiempo de aná lisis, por lo que se
propone, para los pacientes hospitalizados e institucionalizados, realizar registros dietéticos
individuales de 24 h mediante técnicas de observació n, acudiendo al comedor o a la habitació n
a la hora de las comidas principales y anotando la estimació n del porcentaje ingerido de cada
plato o alimento (el 0, el 25, el 50, el 75 y el 100%) para cada paciente.
Con los pacientes ambulatorios, aunque la herramienta má s adecuada sería el registro dietético
de 3 días, si no se dispone de tiempo para el aná lisis cualitativo y cuantitativo, al menos se
deberían registrar los siguientes pará metros:
Valoración antropométrica
Talla: cuando el sujeto en estudio cumpla con los requisitos para tomar una correcta talla
erecta, se empleará de preferencia, mientras que en aquellos casos, donde por cambios
posturales propios de la edad o enfermedad asociada no pueda aplicarse esta técnica de
medició n, será preferible utilizar la posició n supina.
- Talla en decúbito supino: El sujeto debe estar ubicado en posició n supina. Se mantiene
la cabeza en plano de Frankfurt, en una línea perpendicular al plano horizontal. Las
extremidades inferiores estará n extendidas sobre la superficie y los brazos a los
costados del tronco. Los pies deberá n permanecer verticales al plano de la cama. Se
desliza el elemento de medició n desde el vertex de la cabeza hasta la planta de los pies.
- Técnicas indirectas de medición de la talla: Algunos autores sugieren la toma de
altura de rodilla y la posterior estimació n de la talla a partir de ecuaciones que toman en
cuenta la edad y el sexo. Estas fó rmulas son aplicables a sujetos adultos y a adultos de
edad avanzada.
Peso: es recomendable el registro de peso corporal con una frecuencia mínima mensual,
aumentando la frecuencia segú n criterio del profesional. Tener en cuenta las posibles
alteraciones del peso por causa de reducció n del agua corporal total, como también edemas y
otras.
Es importante tener en cuenta que la pérdida involuntaria de peso en relació n al tiempo. Se
considera que una perdida mayor al 10 % del peso en cualquier periodo de tiempo está
relacionada con aumento en la morbilidad y mortalidad.
La mayor utilidad de esta medició n es que permite saber si el individuo ha disminuido o
aumentado de peso en los ú ltimos meses, lo que sería un factor que conduciría a realizar una
evaluació n má s profunda.
Para las personas no ambulatorias puede utilizarse una silla de ruedas calibrada o una cama
balanza.
Peso relativo por altura: Se define como la relació n del peso actual de un individuo respecto a
un peso de referencia, teniendo como base su altura. La població n de referencia fue construida
con datos del Primer Estudio para el Examen de Salud y Nutrició n (NHANES I) para personas
con una edad má xima de 84 añ os. Esta tabla incluye los percentilos 15, 50 y 85 de peso
corporal por cada centímetro de altura por edad y sexo. La clasificació n propuesta del estado
nutricional es falta de peso para valores menores al percentilo 15, peso medio que corresponde
al rango de normalidad (pc 15-85) y sobrepeso cuando el valor observado es mayor al
percentilo 85.
Índice de Masa Corporal: Puede ser utilizado como indicador de sobrepeso u obesidad en casi
todas las personas mayores de 60 añ os. Es importante considerar al interpretar el índice de
masa corporal en el anciano que no existe un ú nico punto de corte (7).
Perímetro Braquial: la medida del perímetro braquial es utilizada por determinados autores,
como indicador de la masa muscular total. Se recomienda utilizar los valores propuestos por
NHANES III.
Pliegue cutáneo del tríceps: los cambios en la distribució n de grasa del anciano, disminuyendo
en las extremidades y aumentando a nivel abdominal, sumado a la laxitud en el tejido adiposo a
nivel braquial hacen que la medida del pliegue del tríceps no sea representativa de la grasa
corporal total.
Valoración de la ingesta
Al valorar la ingesta alimentaria en esta població n hay que tener en cuenta los cambios
fisioló gicos recurrentes de la edad. Es frecuente la presencia de alteraciones en el gusto y el
olfato que afectan la selecció n de alimentos. También hay que considerar el problema de la
3. WHO. Obesity: Preventing and managing the global epidemic. Publicació n de la OMS:
Ginebra, 1997.
5. Chumlea WC, Guo SS, Wholihan K, Cockram D, Kuczmarski RJ, Johnson CL: Stature prediction
equations for elderly non Hispanic white, non-Hispanic black, and MexicanAmerican
persons developed from NHANES III data. J Am Diet Assoc 1998 Feb; 98: 137-
42.
6. Cornoni- Huntley JC, Harris TB, Everett DF, Albanes D, Micozzi MS, Miles TP, Feldman JJ. An
overview of body weight of older persons, including the impact on mortality. The National
Health and Nutrition Examination Survey I. Epidemiologic Follow-up Study. J ClinEpidemiol
1991;44(8):743-53.
8. Reunió n nacional de alimentació n del adulto mayor / Anó nimo. -1a edició n especial -
Ciudad Autó noma de Buenos Aires : FAGRAN, 2016. 56 p. ; 20 x 14 cm.
9. Conroy Ferreccio, G. Carta al editor. Sesgos en la medició n del índice de masa corporal
en adultos mayores. Nutr. Hosp. vol.34 no.1 Madrid ene./feb. 2017
10. Planá s Vila M, Pérez Portabella C. Malnutrició n y valoració n del estado nutricional.
Nutrició n Hospitalaria, 1999.
INTRODUCCIÓN:
Una encuesta puede ser definida como un método para acopiar informació n acerca de un gran
nú mero de personas, hablando con algunas de ellas. Puede ser un medio ú til de recolectar
informació n sobre las personas, sus necesidades, comportamientos, actitudes, medio ambiente
y opiniones, entre otros (1).
La evaluació n de la ingesta responde a objetivos muy diversos que se pueden dar en el marco
de encuestas alimentarias propiamente dichas donde se recolectan datos de ingesta
exclusivamente, o como parte de una investigació n má s amplia, por ejemplo, en las encuestas
nutricionales, que incluyen ademá s de datos alimentarios, indicadores antropométricos,
bioquímicos y/o clínicos, para luego ser interpretados de manera conjunta.
Por supuesto, antes de planificar una encuesta alimentaria será necesario justificar que la
encuesta es el mejor o el ú nico modo de obtener la informació n necesaria. También será
necesario estudiar fuentes secundarias de informació n como censos, otras encuestas realizadas
en la zona del proyecto, etc.
1
La metodología cualitativa se refiere en su más amplio sentido a la investigación que produce datos descriptivos a partir de
las propias palabras de las personas y la conducta observable. Se obtiene información que permite describir el contexto
sociocultural en el cual se mueve el individuo o el grupo en estudio. En las ciencias de la salud, y en particular en temas
relacionados con la nutrición, estas técnicas resultan fundamentales para abordar las prácticas alimentarias desde una
perspectiva integradora que permita la descripción de los diferentes hábitos, comprendiendo que se dan como producto de la
interacción de múltiples factores propios de cada individuo o grupo, y que por lo tanto los hace racionales.
1. Planificació n
2. Recolecció n de datos
3. Aná lisis e interpretació n de la informació n
b- Planificación:
La planificació n de una encuesta incluye varios aspectos a considerar en su diseñ o:
Como parte de las definiciones dadas por algunos autores (2), las encuestas de consumo tienen
como objetivo:
o Conocer las prácticas alimentarias de la población bajo estudio y las razones que las
determinan.
o Conocer, para distintos grupos familiares y regionales del país, el tipo y las cantidades de
alimentos que se consumen.
o Conocer la forma y las razones que determinan la distribución intra-familiar de alimentos.
o Identificar diferencias regionales y/o familiares en la ingesta de alimentos y/o nutrientes.
Sistemá tico: es un método de selecció n de casos al azar. Es una variació n del muestreo
aleatorio simple, en donde se confecciona una lista completa de la població n y se
divide la cantidad de individuos de la població n total por el tamañ o de muestra que se
busca estudiar, obteniendo así segmentos. Luego se selecciona un nú mero al azar, que
sirve de intervalo constante para la selecció n de la enésima unidad de la lista, a partir
de un inicio aleatorio. Es importante que las listas no presenten periodicidades que
puedan afectar la aleatoriedad en la selecció n.
Por conglomerados: se utiliza cuando se debe realizar una selecció n sobre una
població n extensa. Se eligen las unidades muestrales en grupos vecinales de varios
tamañ os, en zonas seleccionadas de poblaciones similares. Se extraen muestras de
conglomerados a través de un muestreo aleatorio o sistemá tico.
De superficie: divide la zona del proyecto en pequeñ as zonas geográ ficas. Luego se
selecciona una muestra de dichas zonas y se realizan entrevistas a todos los hogares
pertenecientes a la muestra o se realiza una submuestra éstos.
La extensió n del mismo estará dada por los objetivos del estudio y las técnicas seleccionadas.
En algunos casos se puede optar por cuestionarios má s breves donde todas las variables en
estudio estén categorizadas. De este modo, el cuestionario incluirá preguntas cuyas categorías
de respuestas será n estructuradas a fin de recolectar má s informació n en menos tiempo.
Las preguntas deben ser claras y estar escritas en términos sencillos y culturalmente
aceptados; deben estar ordenadas con ló gica, y deben dar lugar a respuestas precisas y
objetivas.
Tipos de variables:
- Ordinales: variables en las que las posibles respuestas adoptan un orden ló gico.
Ejemplos: puesto de trabajo, nivel de educació n, etc.
- Discretas: los valores que adquiera este tipo de variable será n expresados en nú meros
enteros.
Ejemplos: cantidad de comidas realizadas, cantidad de hermanos, etc.
- Continuas: pueden tomar cualquier valor (entero o no) comprendido entre un rango de
nú meros dado.
Ejemplos: estatura, peso, temperatura, etc. (8)
Tipos de preguntas:
Existen tres tipos generales de preguntas: Estructuradas o cerradas, No estructuradas o abiertas
y Semiestructuradas.
Se debe resaltar que, tal como la metodología cuantitativa lo exige, la formulació n de las
preguntas es siempre estructurada, ya que el objetivo del instrumento de recolecció n de datos
es justamente unificar criterios y que todos los encuestadores hagan cada pregunta de la
misma manera. Sin embargo, la diferencia entre los tres tipos de preguntas está dada por la
libertad de respuesta que se le permite al entrevistado. Cada una de las formas tiene una
finalidad concreta y satisfacen una necesidad determinada:
Una vez definidas las preguntas y sus categorías de respuesta será necesario precodificarlas
utilizando có digos numéricos.
Finalmente, para facilitar el desarrollo de la entrevista y mejorar la calidad de los datos será
necesario dejar instrucciones impresas para el entrevistador, organizadas de manera clara,
sencilla y que puedan ser encontradas fá cilmente en el formulario. Frecuentemente las
instrucciones para los entrevistadores está n escritas en mayú sculas o figuran insertas en
recuadros.
Elementos de identificación:
h- Capacitación
Esta etapa es fundamental. Para recolectar informació n precisa es indispensable que los
encuestadores entiendan claramente todos los procedimientos e instrucciones para trabajar en
terreno.
2. Recolección de datos
El éxito de una encuesta depende en gran medida de la calidad de los procedimientos. Se exige
a los encuestadores que cumplan estrictamente las instrucciones relativas a los individuos
seleccionados como parte de la muestra y a la realizació n de las encuestas. Los encuestadores
deben mantener una comunicació n constante con su supervisor en terreno y discutir con él las
dificultades que van surgiendo a lo largo del estudio.
CONSIDERACIONES FINALES
La importancia de respetar cada una de las etapas mencionadas se relaciona directamente con
el éxito de la encuesta y la calidad de los resultados que se obtengan.
Cualquiera de estas etapas que no se cumpla o no se planifique correctamente puede generar
sesgos (errores sistemá ticos). Esto significará que la informació n que se obtenga no cumplirá
con los objetivos propuestos y no se llegará n a las conclusiones correctas ni se podrá n ofrecer
soluciones adecuadas.
De esta forma, la planificació n se convierte en un mecanismo de control para evitar posibles
fuentes de error.
Conocer en profundidad el contexto socio-cultural del individuo o grupo en estudio, hacer una
correcta selecció n y categorizació n de variables, diseñ ar de manera cuidadosa el instrumento
de recolecció n de datos, hacer un ensayo previo o capacitar al personal son todos mecanismos
que permitirá n reducir algunas fuentes potenciales de error.
En los apartados correspondientes a cada una de las técnicas de encuestas alimentarias se
mencionará n otras fuentes de error vinculadas directamente con cada una de las mismas.
GENERALIDADES:
Formas de administración:
Ademá s del formato de entrevista personal, esta técnica puede realizarse por teléfono, de
forma automatizada, e incluso auto-administrada por programas informá ticos realizados para
tal fin, donde el propio programa va solicitando a la persona entrevistada la informació n que
debe proporcionar sobre el Recordatorio de 24 Horas que se está realizando (4). Se destaca la
utilidad de las opciones informatizadas porque reducen los tiempos de procesamiento de
informació n, los errores de codificació n y estandarizan la recolecció n de los datos entre
encuestadores. Sin embargo, esto conlleva la pérdida de datos cualitativos en relació n a la
descripció n de los alimentos y preparaciones realizadas por el entrevistado en sus propios
términos. Directamente relacionado con este aspecto, Frankenfeld y colaboradores realizaron
Fortalezas y limitaciones:
La principal fortaleza de esta técnica se evidencia en los estudios que incluyen diseñ os con
muestras aleatorias, ya que permite obtener tasas de “no respuesta” bajas. Al ser de fá cil
comprensió n entre individuos de distintas edades, diferente nivel socio-econó mico o añ os de
escolaridad alcanzada; y sumado a que no insume tanto tiempo, es de fá cil realizació n y no
interfiere en las actividades cotidianas de los encuestados, el porcentaje de individuos que
aceptan participar del estudio es mayor. Como ventajas adicionales se destaca que la técnica de
Recordatorio de 24 Horas es de utilidad en estudios de tipo descriptivos y, a diferencia de los
Registros Alimentarios de un día, no influye sobre los há bitos alimentarios de los individuos (1,
2, 7, 8, 14).
En el primer paso se le pide al entrevistado que recuerde los momentos del día que realizó
alguna comida, se especifican los horarios y se registra el nombre de la preparació n. Se
desalienta el uso de las categorías clá sicas de desayuno, almuerzo, merienda y cena, ya que las
prá cticas alimentarias de las diversas regiones de nuestro país no responden necesariamente a
esta clasificació n, y esto podría resultar un motivo para influenciar la respuesta del
entrevistado.
Por ú ltimo, en el cuarto paso se revisa lo registrado para asegurar que todos los ítems,
incluyendo el uso de suplementos vitamínicos y minerales, hayan sido registrados (1).
GENERALIDADES:
Consiste en que el individuo registre la cantidad de alimentos y bebidas en el momento en que
son consumidos, las formas de preparació n y las marcas comerciales en el caso de productos
alimenticios.
En general el registro se lleva a cabo en formularios diseñ ados específicamente para este fin,
por lo que el encuestado debe saber leer y escribir.
El nú mero de días que se llevará a cabo depende del objetivo del estudio.
Segú n la forma de estimar las cantidades de alimento y bebidas consumidas los registros
pueden clasificarse en:
- Registro por pesada: el propio sujeto encuestado o bien una persona que lo represente
(la madre en representació n de su hijo, el responsable de una persona discapacitada,
etc.) pesa los alimentos antes de consumirlos en una balanza y anota los pesos en
gramos. Una vez finalizada la comida, se pesan todos los desperdicios y sobras y se
restan a la cantidad anterior. Cuando se trata de comidas realizadas fuera del hogar se
describen minuciosamente las porciones ingeridas en cuanto a tamañ o y forma o bien
utilizando medidas caseras. Si bien este es uno de los métodos considerados má s
precisos cuando se cuenta con la colaboració n del encuestado, tiene el inconveniente de
requerir una balanza calibrada para cada encuestado y un gran esfuerzo por parte del
individuo que lo realiza, por lo que disminuye su tasa de respuesta en grandes estudios.
Por otro lado, cuando se solicita informació n de varios días de ingesta, como en general
es necesario para evaluar la ingesta usual, con frecuencia el encuestado puede modificar
su dieta habitual con el fin de simplificar la informació n que debe proporcionar.
Una opció n que puede realizarse en pacientes institucionalizados es que un observador
pese los alimentos antes del servicio y luego los desperdicios y sobras.
- Registro por estimación: en este caso el encuestado o la persona a cargo describe las
porciones de alimentos y bebidas en medidas caseras en lugar de pesarlas y luego el
licenciado en nutrició n realiza una estimació n del peso a posteriori.
En cualquiera de los casos deberá tenerse en cuenta que es necesario realizar una entrevista
previa para explicar al encuestado el uso del formulario y preferentemente el cuestionario
deberá ser entregado con un instructivo para recordar las indicaciones brindadas
personalmente. EI diseñ o del formulario depende de los días que se llevará a cabo el registro,
de los nutrientes en cuestió n y del estudio en particular. AI concluir el primer día de registro o
como mínimo al finalizar un período, se realizará una nueva entrevista en la que se
controlará lo
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 95
anotado, se aclarará la informació n imprecisa y se revisará la posibilidad de que el encuestado
haya olvidado anotar alimentos o bebidas.
El registro puede realizarse de forma escrita, pero también se pueden utilizar grabadoras,
registros por medio de computadoras o balanzas con auto registro.
Fortalezas y limitaciones:
GENERALIDADES:
Consiste en una lista cerrada de alimentos sobre la que se solicita la frecuencia (diaria, semanal
o mensual) de consumo de cada uno de ellos durante un periodo de tiempo determinado (1
mes, 6 meses, 1 añ o, etc. dependiendo del objetivo del estudio).
o Auto-administrado
o Administrado por un entrevistador
En el primer caso, debe incluirse un instructivo o bien, instrucciones a lo largo del cuestionario
para que el encuestado pueda responderlo por sí mismo sin problemas. En el caso de un
cuestionario administrado por un entrevistador, las instrucciones será n dirigidas a éste e
incluidas tanto en el cuestionario como en el manual del entrevistador y será n trabajadas en la
capacitació n previa. En general el formato de un cuestionario auto-administrado puede
adaptarse fá cilmente o ser utilizado con mínimos cambios para ser administrado por un
Cualquiera sea el caso, a diferencia de otros métodos, en el diseñ o del CFCA el investigador
deberá hacer un gran esfuerzo preliminar en el diseñ o del cuestionario antes de utilizarlo en un
estudio piloto o en el estudio real, que dependerá del objetivo, de los há bitos alimentarios
conocidos de la població n en estudio y de los alimentos/ nutrientes de interés.
La lista de alimentos que se incluya en un CFCA es limitada, lo cual restringe el aná lisis de datos
nutricionales relacionados con alimentos no incluidos en el cuestionario. Por esta razó n utilizar
una lista de alimentos sobre la base de la composició n química de los alimentos incluidos
puede ser un error si no se conocen los há bitos alimentarios de la població n en estudio. A veces
es preferible realizar un estudio previo sin lista de alimentos cerrada, por ejemplo
recordatorios, para conocer la alimentació n del grupo y luego diseñ ar la lista del CFCA.
Clara y concisa (por ejemplo se prefiere preguntar por el consumo de peras y manzanas
en 2 preguntas o ítems diferentes para no crear una confusió n en la respuesta)
Estructurada y organizada de forma sistemá tica, dado que el orden de aparició n de un
alimento puede condicionar la respuesta en otro. En general es conveniente
estructurarla en grupos de alimentos.
referirse a la alimentació n global o solo a determinados grupos de alimentos segú n el
objetivo del estudio. Sin embargo, a veces de todas formas se estudia el consumo global
porque ademá s de algú n nutriente en particular, es de interés estimar el consumo de
energía. Esto ocurre en los estudios que relacionan la ingesta de nutrientes con
enfermedad o sus factores de riesgo, especialmente cuando se espera que la energía
tenga alguna relació n en el desarrollo de dicha enfermedad.
La extensió n del cuestionario estará condicionada por los objetivos, sin embargo los
formularios demasiado cortos son cuestionados por la poca informació n que brindan y
en el caso de los muy extensos resultan ser agotadores, lo que puede reflejarse en un
decreciente grado de calidad en las respuestas conforme se avanza en la lista
alimentaria.
También es aconsejable incluir una pregunta sobre suplementos nutricionales o
polivitamínicos segú n los nutrientes de interés en el estudio.
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 99
Por ú ltimo, para comprobar que el cuestionario mide lo que verdaderamente intenta medir
(validez) y que tiene la suficiente precisió n y reproducibilidad, se debe realizar el
correspondiente estudio de validación.
En los estudios de validació n, para evaluar la validez, se comparan los resultados del
cuestionario de frecuencia de consumo con los resultados de otro método de estimació n
alimentaria (por ejemplo registros o recordatorios) o con los resultados de biomarcadores.
Fortalezas y limitaciones:
Este método está diseñ ado para poder estimar la ingesta usual del entrevistado en un período
extenso de tiempo. También puede ser utilizado para evitar el registro de cambios recientes en
la dieta (por ejemplo, cambios ocasionados por alguna enfermedad), al obtenerse la
informació n de la dieta del individuo en un período anterior al evento. Las respuestas
obtenidas pueden ser utilizadas para categorizar a las personas de acuerdo al consumo usual
de nutrientes, alimentos o grupos de alimentos. La frecuencia de consumo tiene un porcentaje
de colaboració n elevado por parte del entrevistado y no modifica los patrones de consumo.
Ademá s permite estudiar la relació n entre dieta y enfermedad en estudios epidemioló gicos.
Otra ventaja es que puede ser realizado a través del auto registro o por medio de un
entrevistador que no necesita tener una gran experiencia en su trabajo.
Entre las limitaciones que tiene la frecuencia de consumo, la mayor es que muchos de los
detalles del consumo dietético no son medidos y la cuantificació n de la ingesta no es tan exacta
como en los métodos de recordatorio o registro alimentario. La cuantificació n de la ingesta
puede ser imprecisa por errores de cá lculo al recordar ingestas pasadas o por olvidos
voluntarios o involuntarios. El recuerdo de las dietas anteriores puede verse influido por la
dieta actual. La lista de alimentos debe ser extensa, ya que debe abarcar la mayoría de los
alimentos de consumo habitual, y no puede ser utilizado en individuos que realizan dietas
atípicas a menos que se confeccione un cuestionario específicamente para esa població n. Otra
limitació n es que su validació n no es de fá cil realizació n. El uso de tablas de alimentos con
informació n no completa de todos los macro y micronutrientes contenidos en los alimentos
consumidos puede generar errores al momento de valorar la ingesta.
Objetivos:
1. Revisar algunos conceptos de posibles fuentes de error en la estimació n de la ingesta de
alimentos y nutrientes.
2. Introducir el concepto de variabilidad en el consumo de alimentos y nutrientes y su
implicancia en la estimació n de la ingesta de nutrientes.
3. Definir y caracterizar los requerimientos como distintos niveles de ingesta.
4. Analizar la interrelació n entre la elecció n de los requerimientos a utilizar y las etapas de
la encuesta.
5. Introducir los métodos para evaluar la ingesta usual individual o de un grupo en forma
cuantitativa.
6. Describir la interpretació n cualitativa cuando no sea posible realizar la interpretació n
cuantitativa
Repasando:
Todo método de valoració n implica realizar una medició n o estimació n de alguna característica
y compararlo con “algo conocido” que tomamos como referencia.
En la evaluació n antropométrica podemos tomar medidas antropométricas, construir índices, y
compararlos con los valores esperados para esos índices en las poblaciones de referencia.
Existen distintas situaciones que aumentan la posibilidad de cometer un error al realizar una
evaluació n antropométrica. Por ejemplo, si la técnica de medició n no es la correcta, el
instrumento de medició n no es el adecuado o está descalibrado, si la persona que se encarga de
anotar la medida se equivoca, o si no contamos con datos confiables (por ejemplo de edad en
niñ os, o de peso previo en el caso de embarazo), el índice antropométrico puede ser erró neo.
Tratamos de controlar estas posibles fuentes de error entrenando al observador y
estandarizando las técnicas de medició n, asegurá ndonos de que previamente a la medició n el
instrumento de medició n está calibrado, prestando especial cuidado al anotar las medidas en el
mismo momento en el que la tomamos, solicitando registros confiables de datos que no
estamos seguros.
A su vez, para evaluar estas medidas deberíamos elegir entre las disponibles, la referencia que
má s se adapte al objetivo y determinar un límite de inclusió n adecuado. Sin embargo, si la
medida antropométrica no es confiable, la interpretació n difícilmente nos indicará la realidad,
aun cuando hayamos seleccionado el resto de los pará metros correctamente.
De la misma forma, cuando deseamos evaluar el consumo de alimentos o nutrientes debemos
tener especial cuidado en la forma en que lo estimamos, y este es un paso previo a la
evaluació n
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 102
(comparació n con la referencia e interpretació n). Sin embargo, existen má s fuentes potenciales
de error en este caso. Por ejemplo, en la mayoría de los casos nos basamos en las respuestas
del encuestado, tanto en una entrevista llevada a cabo por un entrevistador, como en un
cuestionario auto-administrado. Así, existen posibles fuentes de error que pueden ser
voluntarias o involuntarias por parte de la persona encuestada. El encuestado puede responder
lo que para él es socialmente aceptable, o en algú n caso podría mentir si cree que de esa forma
podría obtener algú n beneficio. También podría estar apurado o no interesado en participar y
terminar rá pidamente un cuestionario respondiendo lo primero que le viene a su mente. El
encuestado puede no acordarse de lo que comió , o no poder precisar las porciones, y esto
puede pasar con todos los alimentos en general o con algunos especialmente. En algunos casos,
en forma inconsciente, podría “subregistrar” en su memoria el consumo de algunos alimentos
como las golosinas o por ejemplo pensar que toma má s leche de la que en realidad toma. A
veces, cuando realizamos una frecuencia de consumo, algunas personas responden que toman
leche todos los días y cuando hacemos un recordatorio de 24 horas a la misma persona, esta no
nombra la leche el día anterior.
Las posibles fuentes de error dependerá n del método elegido, y como ningú n método está libre
de error hay que identificar previamente estas fuentes y tratar de controlarlas. Como podemos
suponer, tomar una medició n antropométrica con relativa objetividad es relativamente má s
sencillo que “medir” o estimar la ingesta de alimentos, ¿qué ocurre si no tenemos en cuenta
estos errores posibles y por lo tanto no los controlamos? Sencillamente terminamos teniendo
“datos” que no son representativos de la realidad y la interpretació n de la evaluació n posterior
será falsa. Es decir, ¿para qué tomarnos el trabajo de estimar algo que en realidad no mide lo
que estoy interesado en estimar? ¡Y peor aú n, es que a partir de estos datos tomamos
decisiones!
Existe otra posible fuente de error al estimar la ingesta de nutrientes a partir del conocimiento
de los alimentos consumidos. Las tablas de composició n química son en general incompletas y
en muchos casos los alimentos incluidos no son representativos de las regiones geográ ficas en
las que las utilizamos. Ademá s, en algunos casos, los métodos de aná lisis de nutrientes pueden
no ser compatibles entre distintas tablas.
Otro tema que puede llevarnos a una confusió n en la interpretació n es definir, segú n nuestro
objetivo, si deseamos estimar la ingesta puntual de un día dado o si nos interesa conocer la
ingesta habitual. Ambas estimaciones se realizan de distinta forma. Para evaluar si la ingesta de
nutrientes de una persona está dentro de los límites de sus necesidades, en déficit o en exceso,
¿necesitaremos conocer la ingesta habitual de esa persona o la ingesta de un día determinado?
Por ejemplo: ¿Es necesario ingerir diariamente 1000mg de Calcio? ¿Una persona
aparentemente sana está en riesgo de déficit si un día ingiere 800mg y al siguiente 1200mg?
La respuesta en este caso dependerá del nutriente en cuestió n, del estado de sus reservas, de la
capacidad de adaptació n de su organismo.
En general los déficits, los desequilibrios entre las necesidades y la ingesta de un nutriente que
pueden llevar a un riesgo del estado nutricional o de efectos adversos en el estado de salud, en
A continuació n, se definen algunos conceptos que tienen que ver con la estimació n del
consumo de nutrientes. La variació n de la alimentació n es bastante compleja y dificulta esta
estimació n:
c- Con fines epidemioló gicos nos interesa conocer la ingesta usual o habitual de una
persona. La ingesta usual de un individuo puede describirse como una distribució n de la
ingesta diaria con una media y una desviació n está ndar. La media de la ingesta diaria de ese
individuo durante un extenso periodo de tiempo puede ser considerada como la ingesta usual
“real” de ese individuo. Sin embargo, rara vez será posible medir la ingesta de un individuo por
un período tan extenso y utilizaremos unos pocos días como una muestra de las ingestas
diarias. A esta informació n la denominaremos ingesta observada (o referida por el individuo,
etc) para diferenciarla de la ingesta real (que desconocemos).
Los posibles objetivos, segú n un creciente nivel de complejidad, son los siguientes (tomado y
modificado de Gibson):
El tamañ o de la muestra para caracterizar la ingesta media usual del grupo depende del grado
de precisió n deseado y de la variació n diaria Intersujeto en la ingesta de nutrientes. Esta ú ltima
usualmente se obtiene de la literatura, pero puede ser determinada durante un estudio piloto.
Una vez obtenida una serie de las observaciones replicadas en por lo menos 30 individuos,
puede realizarse un ajuste a la distribució n de ingestas observadas para remover la
variabilidad introducida por la variació n intrasujeto en la ingesta diaria.
Este tipo de ajuste puede efectuarse por el método propuesto por el National Research Council
(NRC, 1986), o por otros que aunque basados en el primero mejoran algunas características
como el desarrollado por Nusser et. Al (1996) utilizando algú n programa informá tico (SAS y
PROC IML o PC-SIDE), o el desarrollado por el National Cancer Institute.
El proceso de ajuste proporciona estimaciones de la ingesta usual de nutrientes para cada
subgrupo específico de edad y sexo.
FIGURA 1. Estimaciones de la
distribució n de las ingestas usuales
de fó sforo obtenidas de informació n
de un día y de la ingesta ajustada
por el método descripto por Nusser.
La línea vertical muestra el
Requerimiento Promedio Estimado
(en inglés EAR). Observe las á reas
de las curvas debajo del R.P.E.
Fuente: IOM, 2000.
Con frecuencia se desea separar a los individuos de un grupo en subgrupos con diferentes
rangos de ingesta (de alimentos o nutrientes) por ejemplo, con el objetivo de relacionar la
ingesta alimentaria con el riesgo de enfermedades cró nicas.
Este nivel requiere informació n de la ingesta durante má s días que el anterior. El nú mero de
días depende de la relació n: variació n intrasujeto / intersujeto en la ingesta de alimentos.
La siguiente tabla sintetiza los métodos apropiados para medir la ingesta alimentaria segú n
distintos niveles de informació n requerida.
TABLA II: Selección de la metodología para medir la ingesta de nutrientes para alcanzar
cuatro posibles niveles de objetivos. Modificado de Gibson (2005)
*Registros y recordatorios son los métodos recomendados para estimar la ingesta usual cuando se evaluará la
adecuación de la ingesta de nutrientes comparando los resultados con las Ingestas Dietéticas de referencias (ver
próximo tema)
1- Gibson, R.S. Principles of nutritional assessment 2da ed. Oxford University Press. New
York, 2005: 54-64
2- IOM (Institute of Medicine). Dietary reference intakes: Applications in dietary
assessment. National Academy Press. Washington DC, 2000.
3- IOM (Institute of Medicine). Dietary reference intakes for energy, carbohydrate, fiber,
fat, fatty acids, cholesterol, protein, and amino acids. National Academy Press.
Washington DC, 2002.
4- Murphy SP, Poos MI. Dietary Reference intakes: summary of applications in dietary
assessment. Public Health Nutrition 2002; 5: 843-849.
5- NRC (National Research Council) Nutrient Adequacy: Assessment using Food
Consumption Surveys. National Academy Press, Washington DC, 1986.
6- Nusser SM, Carriquiry AL, Dodd KW, Fuller WA. A semi-parametric transformation
approach to estimating usual daily intake distributions. Journal of American Statistical
Association 1996; 91: 14401449.
7- Willet W. Nutritional Epidemiology 2da ed. Oxford University Press. New York, 2005: 33-
49
Los requerimientos de energía y nutrientes, que habitualmente utilizamos para diseñ ar un plan
de alimentació n son estimaciones realizadas por distintos organismos de varios países o
regiones para esos países o regiones.
En nuestro país con frecuencia utilizamos las Ingestas Dietéticas de Referencia revisadas hace
poco tiempo por el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados
Unidos, que fueron publicadas para este país y Canadá .
En general las estimaciones de las necesidades se basan en un criterio de adecuació n teniendo
en cuenta uno o má s indicadores del estado nutricional con respecto al nutriente en cuestió n,
aunque otras veces ante la falta de informació n se pueden establecer con base en la
observació n de lo que consumen determinados grupos de població n considerados sanos. De
esta forma, las necesidades de nutrientes estimadas por distintos organismos pueden variar
sustancialmente segú n el indicador utilizado para determinar que el estado nutricional de un
sujeto es adecuado. La elecció n de los requerimientos, entre los disponibles, que utilizaremos
para diseñ ar un plan alimentario o para realizar una evaluació n de la ingesta, dependerá de los
objetivos y de evaluar los criterios de adecuació n utilizados para estimar las necesidades. Otro
punto a tener en cuenta, es si existen factores que afectan la disponibilidad, absorció n o la
utilizació n del nutriente. Por ejemplo, una ingesta recomendada de proteínas para un país en el
que se supone que la mayoría de las proteínas consumidas son completas, no podría utilizarse
directamente en una regió n en la que la mayor fuente de proteínas son vegetales. Quizá
requiera que estimemos la ingesta de proteínas de alto valor bioló gico o que comprobemos si
las proteínas de las distintas fuentes vegetales se complementan adecuadamente.
Ademá s, en algunos casos, la ingesta recomendada varía segú n otro factor a tener en cuenta.
Por ejemplo las IDR contemplan un aumento de las necesidades de vitamina C en fumadores.
Es importante antes de realizar la evaluació n, estar al tanto de todos los factores a tener en
cuenta, para evitar olvidarnos incluir alguna variable necesaria.
La mayoría de los informes actuales de las IDR y los requerimientos de FAO pueden
consultarse en internet en forma gratuita y definen los criterios utilizados para estimar las
necesidades y las variables adicionales a tener en cuenta para realizar una evaluació n.
Aú n dentro del mismo grupo de edad y sexo, el requerimiento de un nutriente varía en los
distintos individuos integrantes del grupo. Si bien existe un requerimiento individual para
cada persona, lo que nos muestran las tablas, cuando la informació n es suficiente son distintos
puntos de la distribució n de requerimientos en los individuos de igual edad y sexo. Por esta
razó n, aú n en los casos en que el R.P.E y la RD hayan sido establecidos, no es posible conocer el
requerimiento actual exacto de un individuo.
Aplicaciones en individuos:
R.P.E: Se utiliza para examinar la probabilidad de que una ingesta usual de un individuo sea
inadecuada.
RD: Una ingesta usual individual mayor o igual a la RD tiene una baja probabilidad de
inadecuació n.
IA: Una ingesta usual por un individuo mayor o igual a este nivel presenta una baja
probabilidad de inadecuació n (se utiliza cuando no existe suficiente evidencia para establecer
una RD)
NS: Una ingesta usual por encima de este nivel puede significar para el individuo un riesgo de
efectos adversos por ingesta excesiva.
Aplicaciones en grupos:
Bibliografía
El método consiste en comparar las diferencias entre la ingesta individual observada promedio
y el R.P.E. Este método supone que:
Datos necesarios:
El puntaje z se construye:
z= D / DED
D/DED se relaciona con el nivel confianza de que la ingesta usual de ese individuo sea adecuada
o inadecuada, conociendo una ingesta media observada. A continuació n, en la tabla 6-A se
observa la conclusió n segú n distintos valores del puntaje z resultante.
Ejemplo:
Datos Necesarios:
El DE de la ingesta diaria de magnesio para mujeres de esta edad que segú n datos del CSII es de
85.9 mg/día.
Pasos para determinar si es probable que la ingesta de 320 mg/día sea adecuada para esta mujer.
1- Calcular la diferencia D entre la Ingesta observada promedio y el R.P.E: 320- 265= 55mg
Da un valor apenas menor que 1. Un valor cercano a 1 implica un 85% de probabilidad de que
la conclusió n de que esta ingesta es adecuada para una mujer en esta categoría sea correcta.
Limitaciones:
Ademá s, solo para propó sitos prá cticos, es decir solo para evaluar la necesidad de intervenció n:
Una ingesta por debajo del RPE muy probablemente necesite ser aumentada
(porque la probabilidad de adecuació n es del 50% o menos)
y aquella entre el RPE y la RD probablemente necesiten ser mejoradas (porque la
probabilidad de adecuació n es menos de 97.5%)
Solo si la ingesta ha sido observada por un gran nú mero de días y está por encima de la RD, o
si las ingestas fueron observadas por menos días pero está n bien por encima de las RD, se
podría tener un alto nivel de confianza de que la ingesta es adecuada.
USO DE LA IA:
Cuando la ingesta se compara con la IA lo ú nico que uno puede concluir es si la ingesta supera
la IA o no. Aunque una ingesta que esté significativamente por encima de la IA es con seguridad
adecuada, también es probable que una ingesta por debajo de la IA sea adecuada para una
proporció n considerable de individuos. Por esto, debe tenerse una gran cautela al interpretar
una ingesta en relació n a la IA.
Recuerde:
Si la ingesta usual de un individuo excede la IA Su dieta fue casi con seguridad adecuada
para ese nutriente
Si la ingesta usual es menor que la IA No puede realizarse una estimació n cuantitativa de la
probabilidad de inadecuació n para el nutriente.
Por desconocer la distribució n de los requerimientos no puede realizarse una estimació n del
riesgo de ingesta inadecuada, sino solamente evaluar si la ingesta usual partiendo de la
informació n de unos pocos días de ingesta observada alcanza o supera la IA. El método
propuesto para determinar si la ingesta se encuentra por encima de la IA también consiste en
un simple test z, basado en la variació n intrasujeto de la ingesta diaria del nutriente de interés.
La prueba asume que la ingesta diaria para un individuo tiene una distribució n que es
aproximadamente normal alrededor de la ingesta usual del individuo. Para llevar a cabo este
test es necesario el DE de la ingesta diaria y otra vez se utiliza la estimació n de la variabilidad
de la ingesta de un día a otro del CSFII o de NHANES.
Nutriente Ejemplo:
AI= 500 u/día
En el marco de un estudio de investigació n, en una de las participantes (mujer de 40 añ os)se
estimó una ingesta media observada de 560 unidades/día de, segú n recordatorio de 3 días. El
DE de la ingesta diaria para este nutriente es de 50 unidades.
Para decidir si la ingesta usual de esta mujer está por encima de la IA, se deben seguir los
siguientes pasos:
1- Aplicar la fó rmula
z= (560 – 500) / (50 / (3)
z= 60 / 29
z= 2.07
2- Comparar este valor con los datos tabulados de la tabla 6-B para obtener el nivel de
confianza con el que se podría concluir que la ingesta usual de esta mujer estuvo por
encima de la IA:
En este caso, 2.07 corresponde a un alto nivel de confianza, cercano al 98% Se puede
concluir con confianza que la ingesta del nutriente que realiza esta mujer está por encima de la
AI y por lo tanto es adecuada.
Dada una ingesta media observada la confianza con la que uno puede determinar si la ingesta
usual está por encima de la AI depende de:
Si uno puede concluir que la ingesta usual parece ser mayor a la IA con la precisió n deseada,
hay una seguridad considerable de que la ingesta es adecuada. Sin embargo, si el test no resulta
en la seguridad deseada, no se puede inferir que la ingesta es inadecuada.
Ingesta en relación al NS
Potencial Riesgo de Efectos adversos si se
Mayor o igual al nivel superior
observa por un gran nú mero de días
Es probable que la ingesta sea segura si fue
Menor al nivel superior
observada durante un gran nú mero de días.
METODO PROBABILISTICO:
Combina las distribuciones de los requerimientos y de las ingestas usuales de los individuos de
un grupo para estimar la proporció n de individuos en riesgo de ingestas inadecuadas. Al
desconocer el requerimiento actual de cada individuo, el procedimiento no identifica quienes
son los individuos en riesgo.
Informació n requerida:
Al presente la ausencia de estimaciones confiables del R.P.E para todos los nutrientes limita la
aplicació n general del método para evaluar la prevalencia de inadecuació n en la ingesta de
todos los nutrientes en una població n.
Este método puede utilizarse para casi todos los nutrientes para los que este establecido el
R.P.E. Sin embargo, debido a que necesitamos muchos detalles de la distribució n de
requerimientos (que no siempre está n disponibles) y a que es má s engorroso que el
UNLa. Carrera de Nutrició n. Evaluació n Nutricional, 2021 Pá gina 122
anterior, utilizamos el
<2,5 <4,42 1 1 1
2,5-5 4,42-4,88 0,96 1 0,96
5-10 4,89-5,45 0,93 3 2,79
10-20 5,46-6,22 0,85 10 8,5
20-30 6,23-6,87 0,75 15 11,25
30-40 6,88-7,46 0,65 20 13
40-50 7,47-8,07 0,55 23 12,65
50-60 8,08-8,76 0,45 27 12,15
60-70 8,77-9,63 0,35 50 17,5
70-80 9,64-10,82 0,25 150 37,5
80-90 10,83-13,05 0,15 200 30
90-95 13,06-15,49 0,08 175 14
95-97,5 15,50-18,23 0,04 125 5
>97,5 >18,23 0,0 200 0
Total 1000 165 (16,5%)
La tercera columna indica el riesgo de ingesta inadecuada del punto medio del intervalo de
percentilos correspondiente.
A cada intervalo de ingesta le corresponde una probabilidad de inadecuació n. Por ejemplo
ingestas alrededor del R.P.E tienen una probabilidad de inadecuació n de 0,5. Ingestas por
encima de la RD tienen una probabilidad de inadecuació n cercana a cero.
De esta forma, en el intervalo de ingesta correspondiente al intervalo de percentilos entre 10 y
20 de la distribució n de requerimientos, el punto medio es el P15. Una ingesta del valor del
Percentilo 15 de los requerimientos es suficiente para el 15 % de la població n pero inadecuada
para el 85%. Por eso, dada una ingesta a este nivel la probabilidad de inadecuació n es de 0,85.
En la quinta columna se estima cuá ntas de estas mujeres tendrá n ingestas inadecuadas segú n
la probabilidad de inadecuació n de ese rango de ingesta. Para ello se multiplica la tercer
columna (Probabilidad de inadecuació n) por la cuarta (Nú mero de mujeres en ese rango de
ingesta). Así, de 10 mujeres que se encuentran en el rango de ingesta entre los percentilos
10 y 20 de la distribució n de requerimientos, “8,5” presentarían una ingesta inadecuada. (10 x
0,85). (Todavía no redondeamos a enteros aunque estemos hablando de personas)
En la ú ltima fila, en la cuarta columna aparecerá el total de mujeres evaluadas (la suma de los
valores de las columnas anteriores). En la ú ltima columna, la sumatoria del nú mero de mujeres
con ingesta inadecuada de cada fila producirá el total estimado de mujeres en la muestra con
ingesta inadecuada.
Esta versió n má s simple del método anterior no requiere informació n sobre la distribució n
exacta de los requerimientos. Produce resultados similares al método de probabilidad.
Condiciones para utilizar el método:
• La ingesta del nutriente debe ser independiente del requerimiento. (Se asume que para
todos los nutrientes se cumple esta condició n, excepto para la energía. En general los
individuos que necesitan má s energía consumen má s energía con los alimentos
espontá neamente)
• La varianza de la distribució n de ingestas debe ser mayor que la varianza de la
distribució n de los requerimientos. (Generalmente esto sucede en poblaciones en las
que las personas tienen la opció n de elegir su alimentació n, aunque no necesariamente
se cumple en los casos de personas internadas en una institució n en la que se brinda una
alimentació n con menú fijo)
• La distribució n de los requerimientos en el grupo es simétrica a ambos lados del R.P.E
(en el caso del hierro en mujeres en edad fértil no se cumple)
Ejemplo 1:
- El objetivo del estudio fue estimar la prevalencia de ingesta inadecuada del nutriente X
en determinado grupo bioló gico.
- Se asume que la distribució n de requerimientos del nutriente X en este grupo bioló gico
es aproximadamente normal.
De 80 ingestas ajustadas, 20 eran menores al R.P.E. Tomando como punto de corte el R.P.E
podemos estimar que 20 personas de este grupo presentan una ingesta inadecuada del
nutriente
X. (aunque no sepamos cuá les son esas 20 personas)
En la prá ctica, utilizamos algú n programa para crear una base de datos y la frecuencia absoluta
(20) y relativa (25%) acumuladas las calcula el programa.
En el caso en que contemos con datos sobre la distribució n de ingestas ajustadas por ejemplo
en percentilos, aunque no contemos con todos los datos, todavía podemos acercarnos a la
prevalencia de inadecuació n. Recordemos que los percentilos se numeran segú n el porcentaje
Ejemplo 2:
Debido a que las IA fueron establecidas por diferentes métodos para distintos nutrientes, y su
relació n con el requerimiento es desconocida, no puede utilizarse para determinar el
porcentaje de individuos en un grupo que presenta ingesta inadecuada.
Esta variedad de métodos para determinarlas dificulta la evaluació n. Sin embargo, cuando la IA
se basa directamente en la ingesta de poblaciones aparentemente sanas, es correcto asumir
que otra població n (con una distribució n de ingesta similar) tendrá una baja prevalencia de
ingesta inadecuada si la ingesta media alcanza la IA o la supera.
Para nutrientes para los que la IA no está basada en la ingesta de poblaciones aparentemente
sanas, la ingesta media de un grupo que alcance o supere la IA también podría indicar una baja
prevalencia de ingesta inadecuada, pero con un menor nivel de confianza.
Cuando la ingesta media del grupo es menor que la IA la adecuació n del grupo no puede
determinarse en forma cuantitativa ni cualitativa.
Ejemplo:
b) Ingesta media= 35
g/día Ingesta mediana= 32
g/día
Interpretació n: se puede suponer que existe una baja prevalencia de ingesta inadecuada de
fibra en el grupo estudiado (“Asumiendo” que la IA es al menos tan alta como si estuviera
basada en el consumo medio usual de una població n sana)
CONCLUSIONES
La factibilidad de la aplicació n de los métodos aquí descritos dependerá del á mbito en el que se
quiera utilizar.
De la misma forma, si por ejemplo deseamos investigar la relació n entre la ingesta de colesterol
y alguna otra variable como por ejemplo los lípidos sanguíneos, no sería razonable obtenerlo
de la informació n de un día de ingesta, porque lo má s probable es que debido a la alta variació n
diaria intrasujeto en la ingesta de colesterol (así como en el caso de todos los nutrientes que
está n muy concentrados en unos pocos alimentos) un día no sea representativo de la ingesta
usual.
1- Gibson, R.S. Principles of nutritional assessment 2da ed. Oxford University Press. New
York, 2005: 54-64
2- IOM (Institute of Medicine). Dietary reference intakes: Applications in
dietary assessment. National Academy Press. Washington DC, 2000.
3- IOM (Institute of Medicine). Dietary reference intakes for energy, carbohydrate,
fiber, fat, fatty acids, cholesterol, protein, and amino acids. National Academy Press.
Washington DC, 2002.
4- Murphy SP, Poos MI. Dietary Reference intakes: summary of applications in
dietary assessment. Public Health Nutrition 2002; 5: 843-849.
5- NRC (National Research Council) Nutrient Adequacy: Assessment using
Food Consumption Surveys. National Academy Press, Washington DC, 1986.
6- Nusser SM, Carriquiry AL, Dodd KW, Fuller WA. A semi-parametric transformation
approach to estimating usual daily intake distributions. Journal of American
Statistical Association 1996; 91: 14401449.
7- Willet W. Nutritional Epidemiology 2da ed. Oxford University Press. New York, 2005: 33-
49.
NOTA: cuando el CV es mayor a 60-70 por ciento la distribució n de la ingesta diaria no es normal y los
métodos cuantitativos para obtener la calificació n de adecuació n de la ingesta con cierta certeza no
deberían utilizarse.
a Raíz cuadrada de la varianza residual luego de controlar por sujeto y secuencia de observació n (edad
y sexo se controlaron por clasificació n). b La ingesta de nutrientes se refiere a alimentos, no incluye la
ingesta de los nutrientes proveniente de suplementos. c El tamañ o muestral resultó inadecuado para
obtener estimaciones separadas para mujeres embarazadas o en período de lactancia. d La ingesta de
Folato está expresada en μg en lugar de equivalentes de folato dietario (DFE).
FUENTE: Datos del Continuing Survey of Food Intakes by Individuals 1994–1996.
NOTA: cuando el CV es mayor a 60-70 por ciento la distribución de la ingesta diaria es no normal y
los métodos cuantitativos para obtener la calificación de adecuación de la ingesta no deberían
utilizarse.
a Raíz cuadrada de la varianza residual teniendo en cuenta sujeto y secuencia de observación. (Edad
y sexo controlados por clasificación) b La ingesta de nutrientes proviene solamente de alimentos, no
incluye suplementos. c
El tamaño muestral fue insuficiente para proveer estimaciones separadas para mujeres embarazadas
o en período de lactancia.
FUENTE: Datos de Continuing Survey of Food Intakes by Individuals1994–1996.
ANEXO 2
INTRODUCCIÓN:
Las mediciones bioquímicas pretenden estimar a nivel plasmá tico y celular las concentraciones
o cantidades de nutrientes y/o la situació n de funciones metabó licas o corporales que está n
directamente implicados.
HEMOGRAMA:
Un hemograma completo es un aná lisis de sangre que se usa para evaluar el estado de salud
general y detectar una amplia variedad de enfermedades, incluida la anemia, las infecciones y
la leucemia. Mide los niveles de varios componentes y características de la sangre, tales como:
Los gló bulos rojos, que transportan el oxígeno
Los gló bulos blancos, que combaten las infecciones
La hemoglobina, la proteína de los gló bulos rojos que transporta el oxígeno
El hematocrito, la proporció n de gló bulos rojos comparada con el componente líquido, o
«plasma», de la sangre
Las plaquetas, que ayudan a coagular la sangre
Un aumento o una disminució n anormal en los recuentos de células, evidenciados por el
hemograma completo, podría indicar que posees una enfermedad no diagnosticada que debe
evaluarse en mayor profundidad.
VALORES DE REFERENCIA:
HEMOGRAMA
Recuento de Gló bulos Rojos (eritrocitos) 3.900.000 a 5.030.000 /mm³
Hemoglobina H:13-18 g /dL M:12,0 a 15,5 g/dL
Hematocrito H:42-52 %M:35 a 45%
Volumen Corpuscular Medio (VCM) 82 a 98 fL
Hemoglobina Corpuscular Media (HCM) 27,0 a 33,5 pg
Concentració n de Hemoglobina 31,5 a 35,0%
Corpuscular Media (CHCM)
Índice de Distribució n 11,5 a 14,5%
de Gló bulos Rojos (RDW)
Recuento de Leucocitos (glob. Blancos) 3.500 a 10.500 /mm³
Recuento de plaquetas 150.000 a 450.000 /mm³
Glucemia (glucosa en sangre) 60 a 110 mg/dL
Creatininuria de 24 hs
Índice Creatinina/Altura
Índice Creatinina/Talla
Coeficiente Creatinina/peso
3. Otros
Para la valoració n del estado proteico visceral se acude a la medida de las distintas proteínas
plasmá ticas sintetizadas en el hígado. Las má s utilizadas son:
Proteínas totales: El examen de proteína total mide la cantidad total de dos clases de proteínas
encontradas en la porció n líquida de la sangre: albú mina y globulina. Ambas son partes
importantes de todas las células y tejidos. La albú mina ayuda a impedir que se escape líquido
fuera de los vasos sanguíneos. Las globulinas son una parte importante del sistema
inmunitario. Valor normal: 6 a 8 g/dL
Albú mina: al tener una vida media de 14-20 días es má s bien un indicador de malnutrició n o
repleció n nutricional a largo plazo y nunca en situaciones agudas. Una reducció n significativa
Transferrina: es una proteína principalmente producida por el hígado, la cual tiene como
funció n transportar el hierro hacia la médula, bazo, hígado y mú sculos. Es una proteína de la
fase aguda con vida media de 4 - 8 días. Al igual que la albú mina, sus concentraciones se
disminuyen por problemas gastrointestinales, enfermedad renal, enfermedad hepá tica, sepsis,
insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), e inflamació n. Por el contrario, la deficiencia de hierro
(anemia ferropénica), el embarazo, la terapia con estró genos y la hepatitis aguda, producen un
aumento en la absorció n de hierro, lo cual aumenta la síntesis de transferrina. Por ello tampoco
tiene valor como variable del estado nutricional.
Valor normal: 220-350 mg/dl
Prealbú mina: es mucho má s sensible que la albú mina y la transferrina para medir cambios en
el estado de la proteína debido a que posee una vida media muy corta (2 – 3 días) y un pool
muy pequeñ o (10 mg/Kg). Se encuentra disminuida en casos de malnutrició n, enfermedad
hepá tica, estrés, inflamació n y cirugía, entre otros y elevada en enfermedad renal. La
prealbú mina es el ú nico pará metro vá lido dentro de la evaluació n nutricional en el paciente
con patología renal.
Valor normal: 20-50 mg/dl
Creatininuria de 24 hs:
La creatinina excretada es mayor en el hombre que en la mujer (23 mg/kg PI vs 18
mg/kg PI) debido a su mayor Masa Muscular (1)
La excreció n se ve afectada por la dieta realizada y por el ejercicio. (2)
La variabilidad diaria en la excreció n es de 32%. (3)
Por eso se sugiere realizar varios días de toma de muestra. (3)
Aumenta su excreció n en situaciones de trauma. (4)
Coeficiente Creatinina/Peso:
Índice Creatinina/Altura:
3. Otros:
ÍNDICES PRONÓSTICOS:
Se han desarrollado ecuaciones mediante el uso de mediciones objetivas del estado nutricional,
con el propó sito de mejorar los pará metros individuales de sensibilidad y especificidad. El
índice pronostico (IP) se refiere al riesgo de morbilidad quirú rgica relativo al estado
nutricional.
Son utilizados a nivel hospitalario. Consisten en ecuaciones matemá ticas que relacionan
diferentes pará metros nutricionales, bioquímicos, o funcionales, que establecen niveles de
riesgo o pronó stico de malnutrició n.
INDICADORES CLÍNICOS:
El objetivo de la evaluació n de signos clínicos es detectar signos de deficiencia de nutrientes en
la piel, ojos, labios, boca y encías, lengua, cabello, uñ as, tejido subcutá neo, aparato mú sculo-
esquelético y sistema nervioso.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que:
No son específicos.
Son indicadores tardíos y por lo tanto de poca utilidad en el esquema de Leavell y Clark.